En
la anterior entrada veíamos cómo las relaciones entre la familia
Aguirre, propietaria del establecimiento de “Baños de Mar
Bilbaínos” y los propietarios de las casetas de baño no eran muy
armoniosas.
Era
el 19 de julio de 1888 cuando el telégrafo ya avanzaba desde Bilbao
a nuestro pueblo, mientras las novedades sobre su llegada iban
recogiéndose en los libros de plenos municipales. Por un lado
llegaban noticias del Gobernador Civil quien enviaba un oficio sobre
la instalación de dicha línea, del Subdirector de Telégrafos y por
otro el Alcalde de Deusto que era quien informaba del avance en la
colocación de los postes telegráficos en su jurisdicción.
La
Junta Municipal, nombrada para gestionar el intento secesionista de
Las Arenas, pasaba su último informe sobre el convenio conseguido
con los propietarios y vecinos de aquel barrio, dando por terminada
su misión.
D.
Dionisio Zubiaga como rematante de las obras del muro para la
contención de olas de la playa de Ereaga, solicitaba al Ayuntamiento
su recepción provisional.
Y
como las fiestas ya estaban a las puertas, el consistorio acordaba
autorizar al Regidor Sr. Arriola para que proporcionara un predicador
para la función religiosa que se iba a celebrar el día 11 de agosto
en la iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta. Así mismo se
instaba al cura de Santa Maria de Getxo para que proporcionara otro
predicador para las fiestas del 15 del mismo mes, añadiendo: “...Que
los estipendios serán según costumbre por cuenta del Municipio...”
Las Arenas no iba a quedar a la zaga, ya que su festividad, Santa
Ana, se iba a celebrar con anterioridad, el día 26 de julio, por lo
que se acordaba: “...Que
tenga lugar en la ermita de Santa Ana una misa diaconada, siendo de
cuenta del Ayuntamiento el coste de dicha misa y el cantor, y que se
prescinda del predicador para ese día, dejándolo para el día 24 de
septiembre si así se acordara, como día de la patrona de la iglesia
del barrio de Las Arenas aneja de la parroquia de San Nicolás de
Bari de Algorta...”
Ya
metidos en la vorágine del verano, y cómo la sed y el sol apretaba
a los visitantes a pesar de que en otros lares se decía al hablar de
las tabernas: “...A
medida que los crímenes menudean y las excomuniones contra la
tabernas son mayores. Por algo es la más concurrida antesala del
vicio...”
Esa afición a libar hacía que abriera sus puertas el
establecimiento de Mr. T. Curling y Wells, quien solicitaba
autorización para instalar un toldo al sudoeste de su casa
“Cervecería Inglesa” en el barrio de Las Arenas. quel verano se
anunciaba en “El Noticiero Bilbaíno”: “...Cervecería
Inglesa en Las Arenas, de T. Curling, en la antigua sucursal de “Las
Delicias”, se despachan sandwiches, rosbif y cervezas en botella y
bock...”
Finalizaba
el pleno del 19 de junio con el acuerdo de blanquear las escuelas de
niños de ambos sexos, así como las del la plaza del mercado, ambas
en la Plaza de San Nicolás de Algorta.
El
24 de junio de 1888 se recibía en el ayuntamiento de Getxo un oficio
del Director de Telégrafos de Bilbao. En l informaba del envío de
100 kilogramos de alambre y 20 aisladores para la línea telegráfica
de nuestro municipio, material que el consistorio pedía fuera
entregado al Subdirector de Telégrafos de Bilbao D. Esteban
Urrestarazu, que había sido confirmado el 24 del pasado mayo como
director de las obras. La concesión para la instalación de los
postes de telégrafos en nuestro municipio había recaído en
Echevarria Hnos. de Bilbao. El Ayuntamiento acordaba: “...Conceder
autorización para clavar los postes en los terrenos y vías de este
municipio en condiciones que no sirvan de estorbo ni perjudiquen el
tránsito, con la obligación de variar la posición de los mismos
siempre que lo solicitara la corporación municipal...”
Por entonces tenía presentadas solicitudes al gobierno para instalar
estaciones centrales auxiliares de la red telefónica en Las Arenas y
Portugalete. La de Las Arenas se autorizaba el día 12 de julio de
1888.
El
ferrocarril económico que se acababa de inaugurar el pasado año
anunciaba la introducción de mejoras en su red, deseosa de mejorar
tanto la vía y su material móvil, como la organización del
servicio: “...Disminuyendo
el tiempo empleado en el viaje hasta reducirlo a veinte minutos para
los trenes directos, que harán el recorrido sin detenerse en
estación alguna de las intermedias. Se ha reformado la vía
añadiendo más de 5.000 traviesas, y suavizado las curvas con
desmontes. El nuevo cuadro de marcha comprende 51 trenes, de manera
que habrá salidas de media en media hora, en los días de mayor
afluencia de público...”
Se anunciaba también la próxima apertura de una carretera más
espaciosa para acceder a pie o con carruajes a la estación de San
Agustín de Bilbao.
El
2 de agosto de 1888 se producía el sorteo de asociados, que como
contaba en 1886, eran rentistas
y propietarios que por su poder económico, coadyuvaban a tomar
decisiones y financiaban en ocasiones las obras para las que el
municipio no disponía de recursos propios. Estos asociados iban a
componer la Junta Municipal para aquel año económico. Una vez
realizado el sorteo la Junta de Asociados quedaba compuesta por:
PRIMERA
SECCIÓN:
D. Gregorio Arzubiaga, D. Juan Antonio Echeandia, D. Juan Ansola y D.
Juan Echeandia.
SEGUNDA
SECCIÓN:
D. Genaro Vidaurrazaga, D. Pantaleón Goicoechea, D. Gregorio Aldecoa
y D. Asensio Inchaurtieta.
TERCERA
SECCIÓN:
D. Patricio Arrigorriaga y D. Mariano Bilbao.
Seguía
el pleno y se de daba lectura al permiso recibido del Gobernador
Civil para correr los días 9 y 13 de agosto dos novillos embolados y
encordados durante las fiestas de San Nicolás. También se recibía
la autorización para colocar postes de telégrafos en la carretera
provincial que iba desde Bilbao a Plentzia.
Autorizaba
en esas fechas el Ayuntamiento de Getxo la colocación de una fuente:
“...En
la Plazuela frente a Calvetena...”
Esta plaza se encontraba en la Avenida Basagoiti, dirección desde
San Ignacio hacia el Casino Algorteño, cerca del N.º 30, entre la
“Casa Zubiaga” y “Arrisurieta-Nueva”; en el N.º 38 se
encontraba, todavía en construcción, la casa “Uriarte”, próxima
a la plaza de María Cristina.
En
la próxima entrada veremos cómo se compraban dos pesadores de leche
y se establecían dos correos diarios en el municipio.
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