Los
barcos voladores, los hidroplanos o hidroaviones, aquellos viejos
cacharros, que a principio del Siglo XX surcaron, ante los incrédulos
ojos de nuestros vecinos, los cielos del litoral vasco. Dieron sus
primeros pasos ya desde 1912, por los cielos de Areeta-Las Arenas.
A
principios del siglo XX, Francia estaba muy interesada por
unir su metrópoli con sus colonias africanas. La compañía “Lignes
Aeriennes Latécoère”,
ideó establecer el estado español, como territorio de paso, de tres
aeroplazas, en lo que sería la primera línea comercial aérea que
surcaba la península en su recorrido Toulouse, Barcelona, Alicante,
Málaga, Casablanca, en los ya famosos biplanos Breguet XIV. Esta
línea se inauguró oficialmente el 1º de septiembre de 1919. Le
seguirían otras rutas hacia el norte de África, en 1924 conseguiría
abrir una nueva línea desde Alicante a Orán, servida en esta
ocasión con hidroaviones, y en junio de 1925 prolongaría la línea
de Casablanca hasta Dakar.
Mientras
las líneas aéreas en Europa surgían por doquier, en el estado,
surgían iniciativas que no llegaban a cuajar. Finalmente daría sus
frutos el tercer intento por establecer una linea regular, con la
ayuda de la empresa francesa “Societé des Transports Aériens
du Sudest”. Se traba de la “Red de Hidroaviones del
Cantábrico”, empresa que ostentaba la representación en
Bilbao de la “Societé Franco Bilbaine des Transports
Aériens”, cuyo fin era el transporte de turistas y
paquetería entre Baiona y Bilbao.
Esta
línea utilizaría aviones de la empresa “Hidroavions Georges
Lévy”, sociedad que sería absorbida por la de los
hermanos Farman, que construyeron el modelo con la denominación de
Farman-Lévy, también los modelos Lévy-Lepen o Farman-Lévy. Estos
tres modelos serían los que iban a dar servicio a la línea aérea
Baiona-Bilbao durante aquellos “locos años veinte”. Utilizando
como hidroescalas el estuario del Adour y el Abra de Bilbao, y en
ella como zona de amerizaje Areeta-Las Arenas.
Es
en este contexto, a pesar de que hoy parezca lejano en el tiempo,
como Areeta-Las Arenas fue pista de amerizaje de una compañía de
Hidroaviones la “Compañía Franco Bilbaína de Transportes
Aeronáuticos”. Hacían el servicio Baiona-Donostia-Bilbao,
los vuelos eran diarios. Generalmente, se volaba de Baiona a Bilbao
por la mañana, empleando en el vuelo alrededor de una hora y veinte
minutos en condiciones atmosféricas normales. Por la tarde el
hidroavión regresaba desde Bilbao a Baiona, necesitando
aproximadamente el mismo tiempo. Las salidas desde Areeta eran a las
16 horas de la tarde. Los precios eran elevados para la época,
oscilaban entre los 250 francos de la ida y los 425 de la ida y
vuelta. La empresa contaba con oficinas para venta de billetes en la
calle Barria Nº 10 de Areeta.
Esta
línea se inauguró el 27 de junio de 1920. Aquel día estaba
previsto que sobre las 11 de la mañana, llegara la escuadrilla
militar francesa, quien iba a realizar unas evoluciones sobre Bilbao,
y posteriormente amerizar en el Abra. Mientras tanto miles de
curiosos areneros se agolparon, en el entorno de la playa, para
contemplar aquel hecho histórico. Para muchos era la primera vez en
su vida iban a presenciar las evoluciones de un avión, sobre las
aguas de Areeta-Las Arenas.
El
acto inaugural, como no podía ser menos, contó con la presencia de
varias autoridades, el ministro de aviación francés, con algunas
personalidades del ministerio, fueron recibidas en la Diputación de
Bizkaia, por el director de aviación Sr. Echagüe. En el mismo,
pronunciaron un discurso el presidente de la Diputación y el
gobernador civil, finalmente el ministro francés hizo votos para que
el nuevo servicio fuera un nuevo lazo de unión entre ambos pueblos,
bañados por los mismos mares. Terminó su discurso imponiendo la
cruz de la Legión de Honor al presidente de la Diputación, en
nombre del Gobierno francés. A continuación la banda de música
entono la Marsellesa y la Marcha Real.
El
primer hidroavión realizó sus primeras evoluciones sobre la playa
de Areeta a las 12 horas, el publico entusiasmado, rompió en
aplausos, la aeronave amerizó suavemente frente al embarcadero,
junto al Club Marítimo del Abra. Un segundo aparato surcó la ria
hacia Bilbao, a su paso dejó caer numerosas banderitas. Al retornar
hacia la playa de Areeta, cuando procedía a amerizar, golpeo
ligeramente el mástil de una embarcación, apostada para presenciar
el evento, a pesar del pequeño incidente logro tomar “agua”, sin
que el efecto del encontronazo, salvo algunas ligeras averías,
tuviera mayores consecuencias. Aquel día amerizaron en diversos
lugares del litoral Bizkaino varios hidroaviones, alguno de ellos lo
hizo en la playa de Ereaga.
Los
vecinos de Areeta se agolpaban y contemplaban maravillados aquellos
aparatos, varados ya sobre la arena de la playa. Las vestimentas de
riguroso negro, contrastaban con la blancas playeras. Entre las
casetas de baño, que iniciaban su montaje veraniego, algunas
señoras, se protegían del viento del nordeste que debía llegar
algo frío para la época.
Aquel
evento termino con una sustanciosa comida servida, a las 13,30 horas,
en los locales del “Club Marítimo del Abra”. A la
que asistieron diversos representantes del estado francés, así como
la flor y nata de la industria, la banca y la prensa bilbaina.
Durante la tarde se continuaron realizando vuelos de exhibición para
distracción de los vecinos de ambas margenes de la ria, ya que desde
el muelle de hierro de Portugalete, siguieron aquellas acrobacias los
vecinos de la Villa.
Estaba
previsto que al día siguiente comenzara el servicio regular entre
las ciudades de Bilbao y Baiona, transportando viajeros y paquetería
pequeña. Mas tarde una vez realizados los tramites internacionales
comenzó a funcionar el servicio postal, actividad que se preveía
de gran utilidad para el comercio.
Sin
embargo la emoción de aquella hazaña, quedó ensombrecida, ya que
al día siguiente, fecha en la que se iniciaba el servicio regular
entre las ciudades de Bilbao y Baiona, algunos de los hidroaviones
continuaban sin poder remontar vuelo. El primero estaba previsto que
realizara su salida con la pleamar, otro de ellos tuvo que esperar
hasta reparar sus averías. El capitán y los mecánicos partieron
hacia Baiona en tren. Otro de los aparatos que por una avería caería
en Bermeo, iba pilotado por el por el coronel francés Jacob, que fue
trasladado a Baiona en un camión.
A
partir de Marzo de 1921, tras los vuelos de prueba, la línea se
amplió hasta Santander, inaugurándose la misma el 15 de Abril, la
frecuencia continuó siendo diaria.
Pero
en alguna ocasión los accidentes sucedieron con pasajeros a bordo,
tal fue el caso de Madam Simón,
quien tras un accidentado vuelo entre Baiona y Bilbao, el hidroavión
por una avería, se vio obligado a realizar un amerizaje cerca de
Lekeitio. La pasajera, una vez hubo desembarcado, con gran
estoicismo, pidió un automóvil para trasladarse a la Villa de
Portugalete.
Sin
embargo, una sucesión de incidentes y algunos accidentes graves,
incluso con víctimas,
producirán un progresivo alejamiento del público con la
consiguiente disminución de la demanda, lo que hizo que los vuelos
se fueran espaciando y la frecuencia de los mismos disminuyera a uno
por semana, suspendiéndose definitivamente la línea en
el verano de 1921.
No
fue esta la unica incursión aérea sobre nuestra playa, en 1912 el
aviador francés Jean
Louis Conneau, conocido bajo el seudónimo André Beaumont, de quien
ya hable en la entrada del martes 7 de Agosto del 2012, ya
había dejado su estela sobre nuestro litoral, elevándose a una
altura de 500 metros sobre nuestro cielo. Este al igual que otros
acontecimientos formaron parte del
paisaje de nuestro barrio, en aquellos atrevidos años 20.