Como todos los primeros de mayo la clase trabajadora, a comienzos del Siglo XX, realizaba sus llamamientos, los cuales solían producirse a través de manifiestos de sus principales dirigentes, con opiniones divergentes en función de su adscripción ideológica.
Leía hace poco un comentario, de un catedrático de historia, sobre las relaciones entre dos tendencias políticas de esos comienzos del Siglo XX, entre el Nacionalismo y el Socialismo: “...Los objetivos políticos nacionalistas, el carácter de movimiento interclasista, y los intereses de clase, que represento el nacionalismo vasco, fundamentaron una continuada, radical y abierta oposición contra el socialismo, que se expresó a niveles teóricos, políticos y sindicales. Provocadas, entre otras cosas, por la negación del cristianismo, de la propiedad y de lo genuinamente vasco...”
El Primero de Mayo de 1911 venía con un manifiesto firmado por D. Tomas Meabe, quien según la publicación “Auñamendi Eusko Entzikopledia”: “...Meabe fue condiscípulo de Luis Araquistain, en el Instituto de 2.ª enseñanza. Luego fue piloto durante un año. Ingresó muy joven, junto con sus hermanos Santiago y José, en el círculo de seguidores de Arana Goiri. Este, preocupado por la penetración de ideas marxistas en el país, encargó a Meabe un estudio detallado de la cuestión a fin de poder combatir el marxismo a fondo. Meabe, al igual que su correligionario Dr. Madinabeitia, quedó prendado del aspecto humanista de las nuevas ideas; atravesó una ascética crisis de conciencia y se adhirió al socialismo. En 1902 comienza a colaborar en "la lucha de clases", semanario socialista bilbaíno...”
Es en ese contexto, que el 28 abril de 1911, ese dirigente sindical escribía un manifiesto, publicado por el diario bilbaíno “El Liberal”: “...La tierra es según sea nuestra conciencia. ¡De la tierra, sí! Cuando nosotros queremos hacer un paraíso aquí, en esta tierra querida que va por los cielos, nos vienen los católicos y los protestantes y todos los religiosos conservadores-del brazo de todos te conservadores-que no tienen religión; nos vienen con que no, con que no es posible, ni siquiera deseable, ni aun lícito; nos dicen que este es un valle de lágrimas puesto por el mismo Dios, que tiene el paraíso en otra parte; de manera que el paraíso de aquí, lo que nosotros creemos paraíso, es un obstáculo al paraíso del más allá, es ir contra Dios, que si hizo esta tierra no fue para más sino para valle de lágrimas. Nos dicen que más vale padecer aquí que ir luego al infierno...” (El Liberal del 28 de abril de 1911).
El mismo diario, nueve años más tarde, en sus titulares proclamaba: “...El Amanecer de los Obreros.- El día de los obreros, el día de la hermosa Fiesta del Primero de Mayo. Este año, como ningún otro desde que la clase obrera organizada los trabajadores se han manifestado públicamente, nadie ha faltado, desde los más radicales a los más templados, todos han tenido especial empeño en que la Fiesta del Trabajo sea el anticipo de algo sintomático, fuerte, que va tomando cuerpo frente a los desenfrenos patronales...” Una gran manifestación encabezada por Sociedades de los distintos gremios recorrían las calles: “...Sociedad de Tipógrafos, moldeadores, pintores, peones, camareros, albañiles, cordeleros, mamposteros, panaderos, mineros, dependientes del comercio, carboneros, zapateros y carpinteros. Los manifestantes no cesaron de entonar himnos obreros “La Internacional” y “El Primero de Mayo”. En Portugalete con los acordes de “La Internacional” desfilaron más de dos mil personas por la calle de D. Victor Chavarri, se celebró una romería en la Campa de San Roque...”
Trabajadores que también participaron, en nuestra Anteiglesia, en los movimientos sindicales, incluso en elecciones municipales. En ese mismo año, 1920, el órgano de “Solidaridad de Obreros Vascos”, “Euzko Langillia-El Obrero Vasco”, decía en sus páginas: “...Triunfo de la candidatura obrera vasca en Las Arenas: En las pasadas elecciones para concejales tomo parte en la lucha nuestra Agrupación, presentando un candidato, D. Celestino de Elorza y Olave...” (Euzko Langillia del 14 de febrero de 1920). En abril de ese año el mismo medio se decía: “...Hace tiempo que soñábamos con la creación de un organismo que no fuese benéfico solamente, sino una Sociedad donde se lograra mejorar la condición el obrero vasco, en la que pudiera abrazarse con sus compañeros de trabajo y en la que se le defendiese del capitalista explotador que le avasalla y de los no menos avasalladores de su religión y de sus ideas...” (Euzko Langillia del 17 de abril de 1920).
De la celebración del Primero de Mayo, en ese medio de comunicación, establecían una diferente visión de la fiesta del día de los trabajadores: “...No queremos los obreros vascos dejar de solidarizar con los demás obreros en una fiesta que ellos consideran sagrada. Nuestra fiesta del Trabajo es el 30 de noviembre, festividad de San Andrés...” (Euzko Langillia del 23 de abril de 1920).
Aquel medio de comunicación, al igual que otros, necesito del apoyo económico de sus afiliados, a primeros de mayo de 1920 se abrió una suscripción a favor del “Obrero Vasco”, la cual dejaba el dato de algunos de sus miembros de Las Arenas, aunque por los apellidos es posible que se tratara del Municipio de Getxo: “...Pedro de Berreteaga, Luis de Cortabitarte, Policarpo de Goiri, Leandro de Gorostiaga, Manuel de Bilbao y Félix Cruzado...” (Euzko Langillia del 8 de mayo de 1920).
Y que a pesar de su adscripción religiosa, como indicara Meabe, algunas veces realizaban criticas a los más poderosos: “...Los que tenemos la suerte de vivir en las márgenes del Abra, pueblos estos en los cuales parece no se conoce la miseria ni la crisis del trabajo, sobre todo en Las Arenas y Neguri, nos vemos precisados a soportar la gran burla que gentes soberbias y parásitas celebran casi a diario en un elegante Club de esta localidad. No son ellos los culpables de sangrar a humildes familias, para derrochar el dinero acumulado a costa de los trabajadores. Estamos viendo las censuras de ciertas personas piadosas contra los que pregonan la verdad, por tocarles a ellos de lleno en estas mal trazadas líneas. Firmaba un tal “Aitz-Gorri de Ondarreta...” (Euzko Langillia del 19 de abril de 1922).
No sería hasta la celebración del primero de mayo de 1927 en que la “Agrupación de Obreros Vascos” inauguró el nuevo local de la agrupación de Algorta: “...Se trata de la inauguración de los nuevos locales de la Agrupación, pues los antiguos no son suficientes para la importancia que ha llegado a adquirir y para los distintos servicios sociales y culturales que necesitan establecer. Anotamos a continuación el programa al que han de ajustarse los actos acordados para la inauguración, y que es el siguiente: A las 10 solemne Misa cantada por la intención de los afiliados fallecidos y por la prosperidad de la institución (Parroquia de San Nicolás). A la salida de Misa interesantes partidos de pelota a mano con premios en metálico. Inauguración de los locales con la bendición de los mismos y descubrimiento del rótulo social. A la una Banquete-Homenaje a los afiliados que más se han distinguido en la campaña de reorganización societaria, amenizado con txistu. Apertura del ciclo de charlas- conferencias mensuales que organizara esta Agrupación, corriendo la disertación de esta primera, a cargo del director de “Euzko Langillia” Adolfo de Larrañaga...” (Euzko Langillia del 1 de mayo de 192).
Hasta aquí un pequeño recorrido por aquellos días de comienzos del Siglo XX con profundas diferencias ideológicas y continuos enfrentamientos sindicales.
¿Qué nos proponen hoy muchos de nuestros nuevos patronos? Unos que nos conformemos con pequeñas reformas, marcadas por los mercados para seguir igual, o sea para que ellos sigan mejor. Otros soberbios y engreídos dicen que los que quieren cambiar este mundo: “...No creen en un sistema democrático y quieren subvertirlo...” Y luego, se les “olvida” pagar sus impuestos, ¿Y se llaman a sí mismos DEMOCRATAS?.
!GORA MAIATZAREN LEHENA!