viernes, 30 de mayo de 2014

ARRILUZE DE 1958


El Criterium Ciclista de Arriluze, una de las pocas carreras ciclistas en formato de circuito urbano, prueba de un solo día, que se celebró por vez primera en 1924. Pero no siempre fue prueba de un día. Precisamente en 1958 esa prueba se celebró en dos días consecutivos, veamos:

El 30 de Marzo de 1958 se celebró la segunda parte del Criterium Internacional de Arriluze. Dicha competición había comenzado en la víspera (sábado 29). El éxito de público estaba garantizado, dada la asistencia del día anterior. La prensa lo recogía así: “...una gran multitud que desbordó a los taquilleros...”. Todo el circuito estaba abarrotado. Se calculaba en 25.000 los espectadores asistentes. La prensa de la época decía: “...la platea del Circuito de Guecho estaba tan brillante como podía estarlo una representación de ópera...” Allí se encontraba el gran Anquetil al que denominaban “...el corredor de seda...”. 


 
Con un día mas bien frío con viento gallego, el público bien provisto de abrigos y gabardinas, soportaba estoico las rachas frías del oeste. Se dio inicio a las pruebas, con una carrera eliminatoria, dedicada a los grandes ases del momento. Esta prueba que enfrentó a la élite del pedal de la época, participaban corredores de la talla de Anquetil, de quien la prensa del momento decía “...el espectáculo de verle pedalear es una maravilla. Es un prodigio de estilo. Su máquina no se balancea un milímetro, es como una flecha certera dirigida a un blanco...”; Darrigade, Cruz, Iza, Poblet, Montero, Morales, Robinson, Suarez y Urrestarazu. Quedó vencedor Miguel Poblet en 35:22, seguido de André Darrigade. 

 
A continuación se presentaba el plato fuerte: el duelo Loroño - Bahamontes, muy esperado por todos los aficionados locales. Dicha competición constaba de tres pruebas: En la primera denominada del “kilómetro lanzado”, resultaría vencedor Federico Martin Bahamontes. En la segunda, la de “Velocidad”, con una vuelta al circuito, sería ganada por Jesús Loroño. La tercera y última “Persecución”, con un total de tres vueltas, sería también para el corredor de Larrabetzu. 

 
A continuación se celebró la carrera de persecución por parejas, que enfrentaba a Anquetil – Robinson con Barrutia – Ferranz, quedando ganadores los primeros, que sacaron 11 segundos de ventaja. 
 
La prueba que le siguió, la de “Velocidad Pura”, en la que participaron Darrigade, Poblet y Urrestarazu, resultando vencedor el corredor de Ataun Jacinto Urrestarazu, seguido de Miguel Poblet y André Darrigade. 

 
Para finalizar se corrió la prueba más esperada: el “II–Criterium Internacional de Arriluze”. Tomaron la salida 23 corredores. Constaba de 20 vueltas, recorriendo un total de 26,6 km., en el que se puntuaba cada 5 vueltas. La clasificación de la prueba fue la siguiente: 1º Darrigade (16 puntos), 2º Poblet (10), 3º Anquetil (4), 4º Talamillo (3), 5º Saura (2), 6º Robinson (1), le seguían Ferranz, Bahamontes y Loroño.

 
Hasta aquí una breve reseña sobre una de las carreras, que mas afición atraía y que se celebraba en uno de los circuitos mas bellos de Euskadi.

miércoles, 28 de mayo de 2014

LOS PARTIDOS BENÉFICOS DE GORDOS Y FLACOS



Como si de una película de Stan Laurel y Oliver Hardy (el Gordo y el Flaco) se tratara, pero en clave de humor y con fines benéficos, algunos “deportistas” de los diferentes barrios de Getxo, colaboraron para, a través de un día distendido, lleno de ocurrencias, dar su ayuda a diferentes centros benéficos locales. Y como la fórmula de aquellas películas, ofrecer algunos momentos divertidos y mágicos a sus vecinos. 
 
No fue esta la única ocurrencia benéfica, otras también fueron llevadas a la práctica a lo largo de los años, entre ellas algunas de las que ya he hablado en este Blog. Por ejemplo la que se llevó a cabo en 1928 para recaudar fondos a beneficio del Hospital-Hospicio en Igeretxe; también de las organizadas por la “Sociedad Bidebitarte” en Fadura. 
 
Pero esta modalidad de espectáculo benéfico fue desarrollada en los años 50-60 del Siglo XX, en los campos de Ibaiondo, Gobela y Fadura. No fue única en Bizkaia, ya que la misma se extendió por los diferentes pueblos de la provincia. Así en 1944 los hacía nuestro pueblo hermano Portugalete, siendo el Campo de San Roque testigo, de aquellos encuentros entre gordos y flacos. En 1948 el campo de las Llanas de Sestao sería escenario de otro de aquellos encuentros, iniciativa que correría a cargo de un grupo local de txikiteros, cuyos beneficios, al igual que el de otras localidades, se destinaban a cubrir algunas de las necesidades del asilo local. 


Algunos de aquellos partidos acostumbraban a jugarse el día de San José. Habitualmente se celebraban por la mañana, superando con creces los aforos de los campos. En algunos campos presentaban como imagen comercial una enorme botella de una marca determinada de mosto. 
 
Las diferencias en la báscula del conjunto de los equipos eran sustanciales, algunos de ellos daban pesos de asombro; gordos (1300 kg), flacos (498 kg). algunos de los denominados “gordos”, daban básculas que causaban asombro en la época (se estaba saliendo del racionamiento). Un delantero centro llego a dar 150 kilos en bascula. Las diferencias entre unos y otros se sucedían espectaculares, mientras que en un bando se alineaba un hermoso jugador de 125 kilos, en el otro un pequeño deportista de 1,30 de altura y tan solo 35 kilos de peso. Hubo algún caso en el que hubo que suspender el partido porque uno de los jugadores no dio el peso mínimo establecido (estaba a régimen). 
 
El espectáculo solía ser txirene desde la presentación de los equipos, hasta la de los asistentes (incluyendo masajistas y enfermería). El desarrollo del partido, lo era aún más. Ver desplazarse por el campo a aquellas enormes humanidades y sus tácticas futbolísticas, causaban el jolgorio de la grada. Las estampas eran de gran imaginación, como la barrera de gordos, que en los penaltis(ocupaban toda la portería), otros mas imaginativos idearon llevar un balón atado al pie, así llegaban a la línea de gol sin perder el esférico. Se repetían escenas hilarantes, como la anestesia a uno de los accidentados deportistas para practicarle una intervención de urgencia (por supuesto fingida). 

  
En 1953, un periódico madrileño, recogía la imagen de dos de aquellos antagónicos deportistas, un delgado Urruticoechea y un relleno Mugica (apodado Faruk -II-), en un encuentro celebrado en la Catedral Bilbaina. En el descanso del mismo se celebró un concurso de obesidad, dando Anselmo Martinez “Anselmin” 192,5 kilos (obviamente resultó ganador indiscutible). Las 100.000 pesetas recaudadas fueron a parar a la Casa de Misericoria. 
 
En la fotografía inferior se puede ver una imagen de uno de aquellos encuentros en el Campo de Ibaiondo. La alineación la formaban: 
 
En el equipo de los Gordos: Ramos, Orue, Rochil, Izaguirre, Zubiaur, Aresti, Yarritu, Jauregui, Rapha, Cubillos, Elorriaga, Landa y Sesúmaga. Su masajista fue Archanda. 

En el equipo de los Flacos: Sales, Cid, Pagola, Basañez, Calzada, Aurrecoechea, Elezcano, Bilbao, Zarraga, Álvarez, Echevarria y Echevarria. 
 
Su masajista fue Tulito. Arbitró Gumer Uriarte y los líneas fueron Ignacio Gana y Alfonso Uriarte, Presidentes de Caza y Pesca y del Lejona F.C., respectivamente.
Muchos de aquellos espectáculos benéficos duraron hasta entrados los años 60, poco a poco fueron decayendo, a medida que los nuevos gobernantes, fueron sistematizando las ayudas a aquellos centros.

lunes, 26 de mayo de 2014

LAS AÑAS


Las Añas, nodrizas, amas de cría, añas secas, eran los nombres que recibían las señoras encargadas de cuidar a los niños de casas pudientes. En auskera se les denomina como (aurtzain, aurtzai, haurzain, seinzain, seizai, aña o neska pazka). Aunque su servicio viene de principios de siglo, fue en los años cincuenta una figura que llenaba las zonas ajardinadas, en las que la burguesía del llamado Neguri, criaba a niños repeinados y bien vestidos, a quienes cuidaban y en algunos casos amantaban (añas secas o añas frescas). Este vocablo fue recogido, al parecer, por primera vez en 1726. 

 
Sus figuras, generalmente orondas, con sus moños recogidos por un pañuelo de cabeza (buruzapi), también con curiosos tocados como el de la fotografía inferior (de la bermeana Aña Mari), de voluminosos pendientes, trajes de cuadros y rayas, o perfectamente bordados, muchas veces de color azul y blanco, largos y grandes delantales, de blanco inmaculado. Sus uniformes en verano solían se blancos. Con ellos se acercaban con la troupe de niños a las playas. Con su imponente presencia, daban a aquellos cuadros infantiles, una sensación de seguridad.

 
En los veranos llenaban el paseo de Zugatzarte, Ereaga y la Avenida Basagoiti. Eran las encargadas de la seguridad y las meriendas de aquellos pequeños, señoritas uniformadas que paseaban a los recién nacidos en descomunales coches, de color blanco y azul marino de fabricación inglesa. Las “Añas Secas” eran “contratadas”, para cuidar y acompañar a la prole; las “Añas Frescas” eran “contratadas”, por mujeres de la burguesía, que o bien tenían dificultades para amamantar a su vástagos o bien debido a motivaciones estéticas o de comodidad, renunciaban a hacerlo. 


El paseo de Zugatzarte era quizás la vía más concurrida por las añas de los palacetes de los alrededores. Existía una diferencia en su denominación. Eran mujeres procedentes de aldeas, que realizaban esta función como un servicio entre las casas adineradas, lo que suponía para aquellas clases sociales pudientes un signo de distinción social. 


 
Este grupo de mujeres se veían obligadas por necesidad a abandonar sus hogares para criar hijos ajenos. En muchos casos se valoraba que fueran baserritarras (caseras) que supieran euskera. En otros casos llegaban de remotas poblaciones rurales del norte; especialmente de Asturias, Cantabria o Galicia. En algunos casos se integraban, como uno más en la familia receptora. Los niños no olvidan el pecho de quien han mamado. Así, ya adultos, trataban a sus cuidadoras como verdaderas madres. 

  
Era esta una imagen perteneciente a otros tiempos, mediados del Siglo XX, imagen hoy irrepetible, por el cambio de costumbres, incluso en las formas de contratación. Con la llegada de las nuevas técnicas (leche en polvo y el biberón), a finales de aquellos años, desaparecieron paulatinamente. 


Pero siempre quedará en nuestra retina aquellas imágenes, las de la Avenida Basagoiti, algunos lugares de Neguri y sobre todo para mi recuerdo el paseo de Zugatzarte, con aquellos grupos como de postal, de pequeños con sus trajes blancos y zapatillas del mismo inmaculado color, rodeando al aña que los vigilaba cual polluelos frente a sus impresionantes mansiones. Son imágenes en donde no falta el “mosconeo” de mozos del reemplazo, soldados, que llegaban a pelar la pava con las cuidadoras de los futuros señores de las empresas de sus papás. Otros tiempos, otras “mores”.

viernes, 23 de mayo de 2014

LOS HELADOS DE ROMO


La historia de los helados, aunque no se pueda precisar, viene desde la lejana China. Allí mezclaban la nieve de las montañas con miel y frutas. Producto que en sus principios podía considerarse más una bebida refrescante, ya que no era si no una mezcla de jugos de frutas con nieve y hielo. En la antigua Grecia (Siglo V a C.), ya se consumía hielo mezclado con zumos de frutas y miel, que recibian el nombra de “Granita”. En Turquía recibían el nombre de “Chorbet”, mientras que los Árabes lo denominaban “Sharbet”, entraría en Europa a través de Italia, donde recibiría el nombre de “Sorbete”. Durante mucho tiempo fue, al igual que muchas otras cosas, un placer destinado a unos pocos (reyes y miembros de las cortes europeas). 
 
Pero en su actual composición se elaboraría por vez primera en 1500 en la Florencia de los Medici, por encargo de “Cosimo Primero de Medici”, al químico Bernardo Buontalenti. A partir de la segunda mitad del Siglo XVI se extendería por Europa. Pero no sería hasta el Siglo XVIII que sus recetas se empezaron a incluir en los libros de cocina. 
 
En 1560 Blasius Villafranca, físico residente en Roma, descubrió que añadiendo salitre al baño de hielo y nieve, hacía más rápida la congelación de la mezcla. Aquella técnica daría paso a nuevos formas de los helados solidificados. El cucurucho como recipiente contenedor nacería a principios del Siglo XX, su patente fue realizada en América por el Italiano Italo Marchionni en el 1903, figurando en la patente el nombre de “Cono gelato”. 

 
Pero llegando a nuestro Pueblo, Getxo es un municipio rico en fabricación de helados, ya desde principios del Siglo XX sus habitantes han podido disfrutar de los delicados sabores que sus heladeros han elaborado. Todos los que ya peinamos algunas canas podemos recordar aquellos carros, que durante los veranos, cuando más apretaba la canícula, suavizaban aquel calor agotador. Los veíamos a lo largo de la calle Mayor y en lugares estratégicos de Areeta-Las Arenas. Aquellos viejos carros tenían, fundamentalmente dos formas, la de barco correspondía a “Aberasturi” y los de forma rectangular de helados “Sierra”. 
 
Romo también tuvo su sitio en la historia de los helados, en una de sus calles, mas bien callejones, de aquel barrio de principio de los 50, casi escondido, en la hoy calle Butrón, se encontraba la “Heladería de Sierra”. 
 
Era un pequeño espacio situado en un callejón gris, oscuro, con suelo de tierra batida, en unos bajos, hoy ocupados por un txoko. En la que, junto a la puerta de entrada, podíamos los niños, admirar como un hábil heladero, vertía sobre una pequeña plancha, cuadrada, con una superficie con forma de enjambre para goffres, lo que aparentemente era leche condensada, aunque probablemente la masa tuviera solo un poco de ese producto. Era vertida desde una pequeña lata, que contenía aquella masa dulce y viscosa, la distribuía con sumo cuidado sobre la plancha, y extendía aquel néctar, ante el que nuestros poco acostumbrados, por la escasez de la época, jugos gástricos respondían alborotados. 
 
Luego, con gran habilidad y ayudado por un artilugio con formas de pirulí (cónico), cuando la pasta empezaba a coger ese amarillento color característico de los cucuruchos, lo enrollaba sobre el, dándole esa caprichosa forma, que sirve de envase para los helados. Así, uno tras uno, con un ritmo suave y cadencioso, que hoy provocaría más de un infarto, a los apóstoles de la productividad, iba confeccionando aquellos deliciosos barquillos, a veces viendo nuestros golosos ojos, fijos en aquellas delicias, cuando alguno no salía con la forma adecuada, nos alargaba uno, y nosotros contentos seguíamos nuestro camino de juegos. 

 
La crema de los helados era algo que no podíamos llegar a ver cómo se realizaba, solía ir metida en una garrafas, recubiertas exteriormente de corcho, interiormente metalizadas, para mantener el frío que la crema precisaba. 
 
Aquellos viejos carros contenedores de helados, muchas veces eran aparcados, para la venta, junto a sitios estratégicos. Hoy traigo a estas páginas, gracias a las fotografías de mi amigo Fernando Fresno las imágenes de aquellos carros, de los que colgaban los cartelitos con sus delicados sabores (Mantecado, Avellana, Caramelo, Limón, Chantilli y Coco). 
 
Los podíamos ver muchas veces junto al recordado café “Recreo”, que antes fue “Hotel Ventura”, dicen que dedicado a otros menesteres. Estaba situado frente a la antigua estación de Areeta-Las Arenas, desde el que una sonriente heladera, de larga bata blanca, expendía aquellos deliciosos cucuruchos, mientras algunos jovenzuelos miraban, seguramente con envidia, mientras un pequeño guaito, también vestido de blanco, disfrutaba de aquellos sabores.

miércoles, 21 de mayo de 2014

COMPETICIONES DEPORTIVAS EN EL CAMPO DE IBAIONDO-I-


Campo de Ibaiondo”. Sobre él ya he hablado en varias ocasiones. Sus fotografías nos llegan desde épocas pasadas, fue comprado por el Arenas F. C. en 1924 (se denominaba como finca Careaga), se inauguró el 13 de Septiembre de 1925, en el que se celebró un encuentro amistoso entre el Arenas Club de Getxo y el Athletic de Bilbao. 
 
Uno de aquellos acontecimientos deportivos, cuyo final tuvo como escenario nuestro Campo de Ibaiondo, fue la -III- Vuelta al País Vasco, en su cuarta etapa San Sebastian-Las Arenas, con un recorrido de 171 kilómetros. Se celebró el Domingo día 8 de Agosto de 1926, un día espléndido, de auténtico verano (ver recorrido en fotografía inferior).

  
Aquella cuarta y última etapa, que tuvo como punto de inicio el local de la Real Sociedad Donostiarra (Paseo de la Republica Argentina), fue tomada por 24 corredores, a las 11 de la mañana. El primer corredor en firmar fue el catalán Teodoro Monteys. Tenía como punto álgido el alto de Sollube, lugar en el que el año anterior se decidió la carrera, ganándola el belga Verdyck. 
 
Desde el inicio y durante 45 kilometros, el pelotón se mantuvo agrupado. El primer col, el alto de Itziar, en el kilómetro 46 de la carrera, el orden de llegada fue: Bottechia, Fontán, Debaets, Piccin, Mucio y Frantz. Pero en la bajada, como una flecha se lanza a tumba abierta, como era habitual en él, el bilbaíno Barruetebeña, colocándose en cabeza. 
 
Al pasar por Gernika seguiría en cabeza Barruetabeña, siendo acompañado por otro corredor de Bizkaia, Gutierrez. Al pasar Bermeo a 125 kilómetros de la salida, en la subida de Sollube, lugar en el que se iba a dar la verdadera batalla, era el repecho más fuerte de toda la carrera, el pelotón de cabeza estará compuesto por: Fontán, Piccin, Bottechia, Frantz,...; el corredor luxemburgués Nicolás Frantz, sabedor de que en este alto estaba la victoria, en un esfuerzo sobre humano, llega a las 17 horas, con cerca de 100 metros de ventaja respecto a su inmediato seguidor el Italiano Ottavio Bottecchia (de quien se dice fue asesinado a pedradas en 1917 por un campesino francés que creía que le estaba robando las uvas de su viñedo). 

 
 
De la dureza de aquella prueba da fe la fotografía que la Enciclopedia “Auñamendi” expone en sus paginas de aquella prueba, en la que aparece un fatigado Bottechia persiguiendo a Frantz y Huysse tras pasar el Sollube. 
 
Mantendrían Frantz y Omer, un ritmo trepitante, casi 40 km/h. hasta la meta, y a pesar de una caída que pudo haberle costado la carrera, el luxemburgués, se mantendrá en cabeza, y ya en el alto de Andraka, llevaría dos minutos a sus seguidores. Su paso por Algorta y Las Arenas fue apoteósico, entre auténticos callejones de gentes que le aplaudían sin cesar. 
 
Su llegada al Velódromo de Ibaiondo (Campo del Arenas F. C.), lleno de un público totalmente entregado, que había estado en todo momento al corriente de todas las incidencias de la carrera, gracias al despliegue informativo realizado por el diario “Excelsior”, fue impresionante. 

 
En este campo acababan de celebrarse unas interesantes pruebas atléticas y ciclistas en las que habían participado los equipos del Arenas y Athletic, en las que compitieron, en atletismo, por parte del equipo del Arenas-A- (Emaldi, Aguirre y Loren); por parte del Arenas- B- (Gutierrez, Cavia, Basañez y Arizaga). 
 
Pero volviendo a aquella vuelta al Pais Vasco, pocos minutos después de las 18 horas, sonó la campana anunciadora de la llegada de los primeros corredores. Hacían su entrada en el Velódromo Frantz y el Belga Omer Huyse, en medio de una impresionante ovación. Se les anunció la obligación de dar dos vueltas al velódromo, para ver quien se proclamaba campeón. Venciendo en un memorable sprint el luxemburgués Nicolás Frantz. Uno de los corredores que más aplausos cosechó fue el Catalán Miquel Mucio, nacido en Barcelona el 12 de marzo de 1902, primer clasificado del estado (falleció en Lübetheen el 27 de mayo de 1945), envenenado. Durante la Guerra Civil fue activista PSUC y PC, miembro de la Resistencia Francesa (FTPF) deportado a Alemania. Militó en la sección de ciclismo del FC Barcelona en el 1927). 


 

La llegada de los del equipo Arenero (Segundo Barruetabeña y Salvador Artaza), causo tal estruendo de aplausos entre el público, que estremecía a quien lo escuchaba. El último en llegar a la meta, el hernaniarra Juan Bautista Vallejo, ante el caluroso recibimiento con el que se le obsequió, decía “...!Así da gusto entrar el último!...”. La nota mas graciosa, a la hora de las fotos, la provocó el Belga Gerard Debaets, quien apareció seguido de sus compañeros de equipo, con los pies en el manillar y las manos en los pedales, provocando la hilaridad general en el campo. 
 
La clasificación de la IV etapa la encabezaban: 
 
1º- Nicolas Frantz en 6 h. 11 minutos 9 s.
2º- Omer Huyse en 6 h. 14 minutos 9 s.
3º- Julien Delbecque en 6 h. 18 minutos 58 s.
10º - Miquel Mucio en 6 h. 21 minutos 23 s.
13º- Segundo Barruetabeña en 6 h. 24 minutos 30 s.
En la clasificación general de la carrera los tiempos fueron los siguientes:
1º- Nicolas Frantz en 27 h. 13 minutos 59 s.
2º- Ottavio Bottecchia en 27 h. 19 minutos 38 s.
3º- Victor Fontan en 27 h. 22 minutos 38 s.
9º- Miquel Mucio en 27 h. 33 minutos 53 s.
Les seguían los corredores del Arenas Club:
15º- Salvador Artaza en 28 h. 24 minutos 45 s.
21º- Segundo Barruetabeña en 29 h. 11 minutos 28 s. 
 
De los 24 corredores que tomaron la salida en Donosti, sólo se produjo la retirada del belga Aime Dosche, por una indisposición en Sollube. De aquel acontecimiento deportivo recogían noticia varios periódicos del estado, entre ellos el donostiarra “El Pueblo Vasco”, el madrileño “El Sol” y la “Vanguardia” de Barcelona. 

  
Hasta aquí un repaso por uno de aquellos acontecimientos deportivos que acaecieron en aquel Velódromo de Ibaiondo de Areeta-Las Arenas. Acontecimientos que iré trayendo a estas paginas.

lunes, 19 de mayo de 2014

1913 INAUGURACIÓN DE LA PARROQUIA DE LAS MERCEDES


La Iglesia Parroquial de Las Mercedes de Areeta-Las Arenas es una construcción centenaria. El deslinde para la edificación del templo se realizó en 1.886, se termino de construir en Julio de 1887. El día 16 de Julio del mismo año D. Pedro Lorenzo de Castañares, Arcipreste de Bilbao, bendijo el templo, que en un principio estuvo anejo a la Parroquia de San Nicolás de Algorta. Sin embargo, fue el 28 de Marzo de 1912 cuando el Ministerio de Gracia y Justicia aprobó por Real Decreto su paso a Parroquia. 
 
Curiosamente la Revista “Ilustración Católica-La Hormiga de Oro”, en su numero del Sábado 11 de Enero de 1913, recogía la noticia de la inauguración de la iglesia de “Las Mercedes”, en Getxo. Se refería la revista Catalana a la antigua parroquia de Areeta-Las Arenas. 
 
Aquella noticia se refería a la solemne celebración de la elevación a la categoría de parroquia de aquella bella edificación. La ceremonia se comenzó a las 8 de la mañana. Durante la misma recibieron la comunión 400 niños, cantando lo que denominaban como preciosos “motetes” (una composición polifónica nacida en el siglo XIII para cantar en las iglesias, de texto comúnmente bíblico). Desde los distintos barrios del municipio acudieron gran cantidad de vecinos a aquel evento. 
 
En la calle principal (Carretera de Algorta hoy Areeta Hiribidea), algunas balconadas aparecían adornadas con las típicas banderolas y colgantes de la Iglesia: amarillo y blanco. A la entrada de la iglesia, que también estaba adornada con guirnaldas colgantes y flores, se agolpaban encopetadas señoras con tocados de época, así como sus acompañantes cubiertos de elegantes sombreros de copa. El resto de los asistentes con vestimentas más acordes a las posibilidades económicas populares lucían discretas txapelas y mantillas. Escasos vehículos estacionados en la calle, quizá algún Lanzia, ponían la nota exótica. Mientras que en los bancos de alrededor de la Iglesia, algunos vecinos esperaban. 

 
A las 10 de la mañana llegaba el Arcipreste (delegado de obispo) Sr. Montealegre. Predicó en aquella celebración el Reverendo P. Coloma. Asistieron entre otras personalidades, el Ayuntamiento en Corporación. En los bancos del presbiterio tomaron asiento, a un lado, el Delegado Episcopal, el Alcalde D. Tomas de Urquijo con el ayuntamiento y el Comandante de Marima. 
 
El lado opuesto lo ocupaban D. Fernando Maria de Ibarra, D. José María González, D. Joaquin de Arellano, juez municipal; los miembros de la Junta de Reforma, señores Aznar, Gorbeña, Rucabado y otros. Aquella celebración fue presidida por el Párroco D. Manuel Moral. La inauguración se acabó con un banquete en uno de los salones de las escuelas públicas. En la fotografía inferior se puede ver a las personalidades asistentes, entre ellas el cura párroco D. Manuel Moral y el Delegado Episcopal Sr. Montealegre. 
 
Podemos leer con asiduidad noticias en la prensa relacionadas con esta parroquia. El 16 de Octubre de 1924, el “diario independiente de la noche madrileña, La Voz”, en cuya portada aparecía recogido en su cabecera “Este número ha sido revisado por la censura militar”, incluía la noticia de que “...el Organista de la Parroquia de Nuestra Señora de Las Mercedes, de Las Arenas, ha sido destituido por el Alcalde, por negarse a tocar la Marcha Real el día de la Raza...”. 

 
Hasta aquí una pequeña nota gráfica de aquel acontecimiento social, la inauguración de aquel templo, añadido a la llegada de diversas personalidades, tanto locales como provinciales. Y del suelto que no he podido evitar incluir, debido al pretencioso término que acuñaba.

viernes, 16 de mayo de 2014

FÁBRICA DE HARINAS EN AREETA-LAS ARENAS


Sobre este tema, que ya he tratado en otras ocasiones, cuando he hablado sobre el “Molino de Esacerrota” o del “Edificio de Fábrica de Harinas al Vapor” en el barrio de “Los Arenales” (1852).
 
Aparece por primera vez en un escrito la construcción de un “Molino Harinero” en el barrio de “Los Arenales de Guecho”. Lo que me lleva a concluir que se trataba del molino llamado de “Esacerrota”, no obstante a pesar de aparecer esa denominación en el escrito, el plano que incluiré mas adelante hace pensar que se trata del mismo. 
 
En 1850 D. Andrés de Cortina y Arteaga, vecino de la anteiglesia de Getxo, navegante, que en 1760 había sido capitán del navío “Santo Cristo del Buen Viaje” (1760) y de otros bergantines como “Nuestra Señora de Begoña” (1784) y de la “Fragata Venturosa” (1802), que había surcado mares y atracado en lejanos puertos como los Saint Malo, Burdeos, Amsterdam, Brest y Cádiz. Habiendo trasportado en los barcos por él capitaneados innumerables tipos de mercancías tales como barricas de vino y aguardiente, jabones, harina en flor y sebos, pipas de chacoli, trigo y diversas lanas; tomó la decisión de acabar sus días de mar, dedicándose a la actividad industrial. Para ello idearía la construcción de un nuevo sistema de molienda, mediante un “Molino de Harinascon maquinaria movida por vapor
 
El 21 de Julio de 1852, fecha en la que D. Andres de Cortina se dirigió al Gobernador de Bizkaia, en un escrito en el que ya hablaba de que “...había presentado en el Ayuntamiento de Guecho un escrito solicitando un terreno y local en venta real, para la edificación de una Fabrica de Harinas, con los almacenes correspondientes, en el barrio de los Arenales...”. Para la edificación de aquel molino, el solicitante ya había comprado la maquinaria, y al parecer los permisos se dilataban, por lo que recurriría al Gobernador. 

 
Y precisamente como continuación a ese tema, se inició un expediente, por parte de D. Andrés de Cortina, para la enajenación de un terreno comunal, para la construcción de una fabrica de harinas. Esa propuesta se formalizó el 21 de Julio de 1852, con el escrito presentado ante el Gobierno Civil de Bilbao, por dicho vecino de Getxo, en el que solicitaba la “...enajenación de un terreno común para la construcción de edificios y Fabrica de Harinas...”, firmaba aquel escrito D. Juan Antonio de Zubiaga. 
 
Aquel edificio estaba previsto realizarlo, según el escrito en los “...terrenos contiguos a la playa de Las Arenas...”. El Ingeniero Jefe de Distrito de Vitoria en una comunicación del 19 de Junio de 1852, daba cuenta que para aquel terreno “...se determinaron las reglas convenientes para la enajenación, arriendo, y destino de las propiedades de este puerto...”, indicando que no le era dable establecer una opinión sobre dicho tema. Firmaba aquel escrito D. Julio de Uhagón. Por histórico y curioso por la grafía incluyo (debajo de este texto), la fotografía del sello de la “Ynspección de Obras Publicas” de Bizkaia en 1852. 

 
El 21 de Agosto de 1852 el responsable del Cuerpo Nacional de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos del distrito de Vitoria D. Antonio de Echanobe y Echanobe, se dirigía en un escrito al “...Gobernador de la Provincia de Vizcaya...”, en contestación a su consulta sobre la “...enajenación de un terreno común para la construcción de edificios y Fabrica de Harinas, en el barrio de los Arenales, jurisdicción de Guecho...”. En él informaba que con fecha del 21 de noviembre de 1851, había elevado una consulta al Gobierno de S.M., sobre la necesidad de acreditar la propiedad de los “...arenales y bajos de Guecho, Lejona y Asúa...”. Le indicaba que para determinar la propiedad de los terrenos, el solicitante D. Andrés Cortina, debía presentar “...un plano detallado y exacto de la situación de la nueva fabrica que se proyecta, respecto a todas las contiguas a ella y de todos los caminos de servidumbre anexos de ellas, y del edificio que se trata de construir...”. 
 
El 28 de Agosto de 1852 D. Andrés de Cortina, remitía un escrito al Ingeniero Jefe del Distrito de Vitoria, en el que le enviaba el plano detallado de la situación de aquella fabrica, y una certificación emitida por el Ayuntamiento de Getxo. En la misma informaba de que en el municipio existía un sistema de arrendamientos “...otorgado por la corporación, al barco del pasaje en la ria de Portugalete, que incluía habitación para el barquero..”. 

 
El 20 de Abril de 1853 el Secretario del Consistorio de Getxo D. Ignacio de Arias certificaba que D. Andrés de Cortina y Arteaga, había presentado el 13 de Abril de dicho año, una solicitud pretendiendo un terreno común, erial sin arbolado e improductible, para construir en él “...una Fabrica de Harinas, que tanto y tanto carece este vecindario y sus alrededores...”. En el advertía que desde el mes de Julio de 1850 tenía “...introducida en Bilbao la maquinaria para la elaboración de harinas, por un nuevo sistema desconocido en el país...”. Así como la recopilación de materiales que había realizado a pie de obra, además de la enorme cantidad de morteros de cales, que desde el mes de Octubre tenía parados sin poder iniciar aquella obra. 
 
Advertía de los posibles motivos de aquel retraso eran debidos a las dudas sobre la propiedad del terreno en litigio, propiedad que valoraba en “dos mil y pico reales”, además de solicitar poder elevar a más altas instancias aquel asunto, para que le dieran el visto bueno. Se refería al Gobierno de la Provincia. El 18 de Abril de 1852 el Ayuntamiento de Getxo informaba que no tenía inconveniente en que el solicitante elevara a la superioridad dicho asunto, dejando en el archivo toda aquella documentación. 
 
Parece que los planos que el interesado había remitido al “Cuerpo Nacional de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos de Vitoria”, no se ajustaban a lo solicitado por dicha entidad, por lo que el 14 de Octubre, devolvían la documentación para que fuera cumplimentada de acuerdo a lo indicado. 
 
El 6 de Noviembre de 1852, el anteriormente citado Cuerpo de Ingenieros, daba su visto bueno, una vez recibido el plano corregido, para la construcción de aquel Molino para fabricar harinas. Pero en él se variaba la situación, siendo ésta un terreno propiedad del interesado. Se tomaba en consideración que dicho terreno, antes de construirse el muelle era bañado por el mar, existiendo en el mismo una casa taberna, no siendo aquel paraje de uso exclusivo municipal y estando destinado al pasaje a Portugalete. 
 
Se encontraba aquella Fabrica de Harinas a 40 metros sobre la perpendicular del muelle (ria), y estaba circundada por otros tres edificios y separada de ellos por un camino carreteril. Por detrás de ella estaba la “Casa de Ventas de Las Arenas”, adosado a ella se hallaba el “Deposito de Herramienta de Obras del muelle”. Por el extremo contrario había una extensión de campo libre. A la derecha de la “Casa de Ventas”, se hallaba otra denominada “Casa de Las Arenas”. A la izquierda de la fabrica, cercana a la habitación habilitada para los obreros, se encontraba una “Casa Almacén”. 
 
La fábrica de harinas de planta rectangular, tenía en su centro la “Torre de Maquinas” (lo que en las fotografías de la época le daba aspecto de Molino de Viento), estaba circunvalada por el despacho de harinas, un corredor y las habitaciones para los obreros (Ver plano de situación). 

 
El 19 de Abril de 1853 D. Andrés de Cortina, de 40 años de edad, escribió una carta al Ministro de la Gobernación, en ella le decía que habiéndose dedicado hasta entonces a la marina, había decidido dejar aquella profesión y dedicarse en su pueblo natal a trabajos de naturaleza industrial. Le explicaba que había tratado de crear una fabrica de harinas, mediante un método inventado en 1850, que no había sido ensayado hasta la fecha. En la misma expresaba “...cuando manifesté mi proyecto a mis vecinos, me suplicaron, hasta me acosaron, para que lo hiciera realidad...”. Por lo que necesitando un local, se había dirigido al Ayuntamiento de Getxo, para que “...me lo cediera previo abono de cantidades que fueran tasadas...”. 
 
El consistorio procedió a la tasación que se estimó en 2072,5 reales, y redactó las condiciones para efectuar la venta. Al remitir al Gobernador Civil aquella documentación surgieron dudas a cerca de la propiedad del terreno, a pesar de que el Ayuntamiento había afirmado ser suyo. Como consecuencia de aquellas dudas, el expediente se alargó en el tiempo. Lo que provocó que los 11.500 duros que costó la maquinaria introducida en Julio de 1850, estaban resultando improductivos, además de tener que pagar 16 reales diarios por el almacenamiento de ellas. 

  
En la misma se lamentaba diciendo que “...el hombre que pretende introducir en su país nuevas y útiles industrias, se ve teniendo que luchar contra inconvenientes y rémoras, que le alejan del fin apetecido...”, lamentándose que por aquella insignificante cantidad que suponía la tasación, que no ascendía ni al valor de la maquinaria, estuviera parado aquel proyecto. Se comprometía a depositar desde aquel momento el importe de la tasación, para que en el momento en que se supiera a quién pertenecía aquel terreno, le fuera entregado al Ayuntamiento o al Gobierno. 
 
Finalmente en Octubre de 1854, la Diputación de Bizkaia, daba el visto bueno a aquel expediente. Realizándose a partir de aquel momento las obras que darían finalmente vida a aquel Molino de Harinas, que me atrevo a afirmar fue el llamado “Esacerrota”. Estos datos están extraídos del expediente del Archivo Foral de Bizkaia: “Administración de Bizkaia / Régimen Municipal y Urbanismo / AR00140/005”.

jueves, 15 de mayo de 2014

SAN ISIDRO 2014, FIESTAS EN GETXO


Getxo (Andra Mari), población de origen eminentemente rural, ya desde principios el Siglo XX aparecen en escritos municipales citas a las fiestas de San Isidro, que al igual que las de otras celebraciones de origen pastoril-labrador estaban relacionadas con prácticas religiosas. Así en nuestro Pueblo compartían calendario las de San Isidro, Andra Mari, San Roque y el Ángel. Todas ellas en torno a festejos relacionados con concursos de ganado, muestras de labranza y pruebas de bueyes. 

 
Por San Isidro del año 1932 se celebró un concurrido concurso ganadero, muchos y notables ejemplares fueron expuestos, entre ellos el que ganaría el primer premio: Un magnifico ejemplar de toro semental propiedad de Fermín Arbide del caserío Gobela; otro de los premiados con un primer premio en su apartado (vacas con cría), fue Lorenzo Aguirrechu, del caserío Eguskiza, con un magnifico ejemplar de vaca suiza con dos crias.

Celebraciones que también contaron con prohibiciones, como la que se realizó el 30 de Junio de 1932, con motivo de las fiestas de San Roque (16 Agosto). En dicha fecha se celebraba en la campa de la Iglesia diversos festejos: (Exhibición de Albokaris, Concurso de Aurresku); el entonces Alcalde de Getxo D. Juan Ituarte dictaba la siguiente orden “...se prohibirán en absoluta las actuaciones en los corros de acordeones de los llamados jazz...”, se ve que aquellos ritmos novedosos, que facilitaban el contacto entre las parejas, no eran bien visto en aquellos años.

  
Pero no será hasta 1935 cuando quedará plasmado un programa festivo: la celebración de una feria de ganado a pesar de que muchos años antes ya se viniera celebrando, pero sin haber constancia escrita de las mismas. En Andra Mari se celebraron con motivo de las fiestas de San Isidro (15 de Mayo), al igual que las de Nuestra Señora y San Roque, esta última acompañada de pruebas de bueyes; y el 1 de Octubre las del Angel de la Guarda. A partir de 1941 continuarían aquellas celebraciones, bajo la atenta mirada de los nuevos gobernantes, hasta llegar a la correspondiente del año 1963, quizá uno de los mas importantes en cuanto a asistencia, y diversidad de ganado, concurso que ya empezaba a contar con el patrocinio de la “Caja de Ahorros Vizcaina”. 


Incluyo alguno de los carteles de aquellas pruebas, que pese a presentar connotaciones de mal trato animal, hacían que acudieran multitud de baserritarras, ávidos de participar en las apuestas, que en torno a las mismas provocaban grandes celebraciones gastronómicas en la Venta de Getxo. Y que a su vez era motivo de invitación de la Cooperativa Agrícola y Ganadera de Getxo a sus juntas directivas, en torno a un tradicional menú a base de Habas y Txuleta.






Hasta aquí una pequeña reseña en torno a esta tradicional festividad, que con el paso de los años ha ido perdiendo entidad, en parte debido a la inercia centralizadora de las fiestas, en parte a la falta de apoyo económico del consistorio.

miércoles, 14 de mayo de 2014

EL CUENTO DE MAYO DE J.J. RAPHA BILBAO

Ya está en el aire otra de esas obras, con las que Rapha Bilbao nos obsequia cada mes. Este cuento hace el número treinta y dos. En estos cuentos encontramos todo el oficio del mundo, necesario para adueñarse de una prosa llena de sugerencias que es la sabia de los buenos escritores.


Cada frase es un detalle que te abre a un mundo de pensamientos y que te arrastra a rebuscar más. Porque sus cuentos nunca son lineales. Siempre se parecen a la traca final de unos buenos fuegos artificiales. 

 
Esta vez con el sugerente titulo de “Mariposas blancas”. Del que se desprende la misteriosa cita “Me enseñaron que las cosas de verdad no se deben guardar”. 
 
Como siempre, acompañado por esos también sugerentes dibujos a los que nos tiene acostumbrado Alex Orbe, que siempre nos sorprenden y nos ayudan a bucear en las tripas del cuento. Un buen tándem para salir juntos en un libro. 

Enlace: http://raphabilbao.blogspot.com.es/2014/05/mariposas-blancas.html