Juan Luis Martinez de Luna Basarte,nació el 28 de Marzo de 1947 en La Maternidad de Bilbao, fue el único de los hermanos que no nació en casa, aunque todo su vida la ha desarrollado en su querido Romo, eran cuatro hermanos Flori, Conchi, Arcadio y Txutxo.
En Romo en aquella época había una mezcla de zona rural, eran los últimos vestigios, y urbana, en la calle Santa Eugenia, dirección Cine Arenal a su izquierda, estaba la cuadra de Damaso, tenia una pequeña txabola donde tenia vacas y algún caballo, Damaso era amigo del aita de Txutxo y vivió algún tiempo en su casa paterna.
Entre el convento de los Oblatos y la tienda de Blanqui (la mujer de Kolas), existían unas huertas, alguno de los que trabajaban aquellos pequeños huertos eran, el abuelo de Palomero, el padre de Allende (el sastre) y Merayo.
A los 12 años ejercía de pastor con la única vaca de su aita hasta que un tren se la llevó por delante, la vaca tenia como nombre “Paloma”, aunque Txuxo le solía llamar “Cholina”, pastoreaba con ella por el río Gobela, por la trasera del Antiguo campo de Fútbol, la tenían en el caserío de su tío “Vicente Aresti”, en Artaza pegando al caserío de Trabune.
Txutxo trabajo en el Mercado de Santzurtzi, en una carnicería, y mas tarde y hasta su Jubilación, que sera efectiva en Marzo del 2012, en el Matadero del Ayuntamiento de Sestao desde el año 1962.
En la actualidad, es el rey de las fiestas por aclamación popular, elegido en cinco ocasiones como pregonero, y constituye un pilar emocional del club de fútbol Romo tras ser su tercer presidente de la historia. “De Romo, por Romo y para Romo”, declara emocionado.
Su apodo conocido por todo el Barrio, y fuera de el , es “Txutxo”, pocas personas habrá que encarnen tan bien las Fiestas de un Barrio, cuando enarbola su escoba, jalonada de los pañuelos de las fiestas pasadas, aun conserva el de las fiestas de 1976, otros aunque los perdió, conserva cerca de 40 pañuelos, el Barrio se levanta como uno solo, y con su grito característico de “Romo, Romo, Romooooooo” la gente salta enfervorizada y junto con el txupin se vuelve un mar de alegría.
Txutxo tenia un especial atractivo para los perros, su nombre de guerra “Txutxo”, dice que se debe a que fue atacado, en varias ocasiones, por un grupo de perros que dejo en el su secuela, Txutxo repartía leche por la zona donde vivía Lipperheide, el antiguo Golf, y allí fue el primer ataque de un perro que tuvo, pero no consiguieron mermar ni un ápice el humor, que desde pequeño ha tenido.
Txutxo, vecino de la calle Santa Eugenia, es el recuerdo vivo de las pasadas fiestas y las de provenir, un recuerdo vivo de aquel Romo plagado de campas, desde los Oblatos hasta la tienda de Blanqui, la mujer de Kolas, desde Lope de Vega hasta el campo del Arenas, desde el Cine Arenal hasta los pinitos.
Juan Luis Martínez de Luna es el ingrediente permanente en las cocciones de todas las salsas con sabor a Romo de las últimas décadas, de aquel Romo alegre y bullicioso, cuando los Txarlis eran el alma de las Fiestas.
Pertenecido a la cuadrilla más legendaria del vecindario, los Txarlis, que en su momento de mayor apogeo llegó a tener hasta 200 miembros, algunos de los miembros de la misma eran Davalillo, Kerman, Emilio Palencia, Txispi, Pericles, Conejo, Javi Jauregi, etc..
En la década de los setenta fueron los más audaces, paseándose durante todas las fiestas, incluyendo el Raili del Poteo, con un macho cabrio y disfrazados de múltiples formas, el animal de compañía de aquellas fiestas fue adquirido por Txutxi Davalillo y algunos otros miembros de la cuadrilla en una feria en Zorroza.
El fin de “CHARLY”, viendo el traje de faena de Txutxo, no debió de ser tan agradable como sus días festivos por Romo, conservan su cabeza cual trofeo de caza, en su Txoko, pero seguro que le cogieron gran cariño, al igual que el resto de los vecinos, en aquella fiestas, donde fue uno mas de la cuadrilla, la pena, para la cabra, es que no se pudo quedar a la comida.
Participa y ha participado en todos los acontecimientos festivos y de portivos del barrio, en el Concurso Internacional de Tortillas de Romo, en sus tiempos mozos como un korrikolari o como futbolista, incluso de torero, pero siempre dando su toque personal un barrio alegre y bullicioso.
Hoy colabora desde el txoko Irakatsi Jan en uno de los actos más emotivos de las fiestas: la cena dedicada a los mayores.
Txutxo lleva en el corazón sus amores permanentes Romo, el Club de Fútbol Romo y el Athletic de Bilbao. Y desde las barreras del antiguo ferrocarril parece decirnos "Este es mi territorio, No mas allá".
Quiero mostar mi agradecimiento a Txutxo por la ayuda recibida por su parte para montar esta entrada.