domingo, 28 de enero de 2024

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -364-

 


En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como algunos cambios venían aconteciendo en la costumbres navideñas.

Era el último día del año 1896, y en el pleno del día 31 de diciembre, se trataba sobre la valoración de las obras del Hospital Hospicio de Algorta: “...Se da lectura a la valoración de las obras del Hospital Hospicio en el barrio de Algorta por el rematante D. Manuel Bengoechea, cuya valoración asciende, incluidos los honorarios del Arquitecto D. Fidel Iturria a 97.139,60 pesetas, siendo dichos honorarios de 4.000 pesetas. Se da también lectura de la valoración de las obras fuera de contrata, del mismo edificio, por el mismo rematante, cuyo importe asciende a 12.727, 11 pesetas. El Ayuntamiento acuerda aprobar en principio dichas valoraciones, sin perjuicio de rectificaciones justas y legitimas, que deberán ser verificados estos cambios por al Comisión de Obras...”

Al despedir el año 1896, ya metidos en el primer día de 1897, un periodista recordaba algunos de los avances en comunicaciones de nuestra Provincia: “...Ando devanándome los sesos para ver o recordar algo de bueno que se haya hecho aquí en Bilbao en el transcurso dé los 366 días pasados, se ha inaugurado el ferrocarril a Santander y el tranvía eléctrico a Portugalete y Las Arenas...” Y eso a pesar del que el susodicho relataba el artículo como su homónimo de la actualidad, tratando de ver todo lo negativo acontecido. (El Nervión del 1 de enero de 1897).

Desafortunadamente del otro diario, que habitualmente aportaba noticias relativas a nuestros pueblos, durante el año 1897, tan solo existen dos cabeceras, una en abril y otra en agosto por lo que salvo en esas dos fechas, no servirá para saber lo que acontecía hasta el año 1898.

Así que la cabecera del Nervión, hasta esas fechas, será la que vaya aportando algunos datos referidos a nuestra Anteiglesia. Durante el año de 1896 habían entrado y salido en nuestro Puerto los buques siguientes: “...En el año 1896 entraron 3.822 y salieron 3.814 buques. Los barcos eran de los siguientes tipos: Balandras, lanchones, pataches, pailebotes, goletas, bergantín goleta, bergantín y barcas, los de mayor afluencia eran las balandras. Como viene ocurriendo, tanto en el año 1896 cómo en los anteriores, la bandera inglesa es la que acude a nuestro puerto en mayor escala; siguiendo luego la nacional, después la francesa y luego la noruega que, en el año 1896 ha sido mayor que las alemana, holandesa y belga las cuáles, en otros años han superado a la noruega; también las banderas sueca, danesa, griega e italiana han visitado nuestro puerto con más frecuencia que en años anteriores...” Escaseaban las noticias de nuestros barrios en aquellas fechas, tan solo una anécdota referida a la caza hablaba de Las Arenas: “...La guardia civil de Las Arenas sorprendió ayer cazando a un individuo. El cazador furtivo, en al momento que notó que la benemérita lo perseguía, huyó velozmente sin que fuera posible alcanzarlo...” (El Nervión del 1 de enero de 1897).

Decía ese mismo diario, refiriéndose al día 6 de enero: “...Mañana es el día de los aguinaldos...” Y “Auñamendi Eusko Entziklopedia” dice refiriéndose a esta vieja tradición: “...El paso de un año al otro, conlleva una serie de rituales de paso que aún perduran en las distintas sociedades y culturas contemporáneas: la esperanza de un tiempo mejor, deseos y anhelos de felicidad plena, buena suerte, invocaciones a preservar la salud o el "status quo" del momento, etc. Pervivencia de antiguos ritos que todavía siguen vigentes en el mundo actual, es el caso de los tradicionales "Aguinaldos". "Aguinaldo", "aguilandos", "aguillando" o "estrenas" (obsequio, presente o dádiva que se asocia a estrenar)...” Rituales que, al igual que otras costumbres como la de la paga de los familiares a los más pequeños, han ido decreciendo con el paso del tiempo.

La Administración de Hacienda de Vizcaya recaudaba por Derechos de Hacienda: “...En la Administración de Hacienda de Vizcaya se recaudó durante el mes de Diciembre último la suma de 1.323.809.17 pesetas...” (El Nervión del 5 de enero de 1897).

En el pleno municipal de Getxo del 7 de enero de 1897, se trataba sobre el cierre de una de sus escuelas por una infección viral altamente contagiosa, que afectaba predominante a la población infantil: “...Se da lectura y queda enterado este Ayuntamiento, de un oficio de la Sra. Maestra de la Escuela Pública de Niñas de Santa María, participando haber quedado cerrada dicha escuela el día 9 de diciembre último por encargo del Sr. Médico, y que continua cerrada con motivo de la enfermedad de sarampión que como epidemia existe en aquella barriada entre los niños y niñas...” El virus del sarampión fue aislado en 1954.

A pesar de que ya faltaba poco para que el nuevo Hospital Hospicio diera sus primeros pasos, y la Junta de Caridad quedara formada. En Getxo seguían haciéndose necesarias la ayudas a las personas más desfavorecidas, de los diferentes barrios de la Anteiglesia. Ayudas que se daban en forma de lactancia y socorro económico: “...Se concede ayuda de lactancia a Severino, quien tras manifestar haber dado a luz su mujer, dos niños gemelos, y no disponer de recursos para su crianza, suplica se le conceda algún socorro de los fondos municipales; en su vista y tomando en consideración su aflictiva situación, este Ayuntamiento acuerda concederle la acostumbrada ayuda de lactancia, de 15 pesetas mensuales durante quince meses, pagaderas por trimestres vencidos; pero con la condición que si cualquiera de dichos niños muriese antes de los expresados 15 meses, ese mismo día cesará por completo el servicio para la lactancia. Otra instancia remitida por Dña. María, viuda y residente en el barrio de Las Arenas, en la que expone su afligida situación, según certificado que acompaña mediante certificación facultativa, este Ayuntamiento acuerda, conforme se halla determinado anteriormente, concederle un socorro único o de una sola vez, de 50 pesetas. Habiendo recibido una instancia de Francisca, viuda del finado Eustaquio, de esta vecindad, quien naufragó en el vapor Carranza, y debido a la situación aflictiva en que se encuentra la exponente, acuerda el Ayuntamiento que de una vez y como socorro único, se faciliten a dicha señora 50 pesetas de los fondos municipales...” El nuevo Hospital Hospicio se inauguraría en febrero de 1897, como veremos más adelante.

Debido a que las obras del Hospital Hospicio ya estaban terminadas, el rematante de las mismas, presentaba una instancia, que se leyó en aquel pleno: “...En vista de la instancia de D. Manuel Bengoechea rematante del nuevo Hospital Hospicio, solicitando se le devuelva la cantidad que constituyó en deposito para la seguridad del cumplimiento del contrato, toda vez que las obras se hallan ya terminadas y valoradas, y teniendo un haber de 10.000 pesetas, cantidad más que suficiente para atender cualquier desperfecto que pudiera ocurrir en las obras hasta su definitiva recepción. Acuerda el Ayuntamiento se devuelva a dicho contratista el deposito de referencia...”

En aquel mismo pleno se trataba sobre un asunto que preocupaba a algunos vecinos de Algorta, la extracción de arribolas de la playa de Ereaga: “...Se da cuenta de una instancia presentada por varios vecinos y propietarios de esta población, consignando los grandes daños que causan en la playa de Ereaga la extracción de piedra y gríjo, y suplican se recurra a la Comandancia de Marina de la Provincia para que dicha extracción sea prohibida en lo sucesivo. El Ayuntamiento de Guecho, considerando que dicha reclamación es justa, acuerda por unanimidad nombrar una Comisión para que acercándose a la expresada Comandancia, haga las gestiones necesarias para que se prohíba en absoluto la saca de toda piedra rodada o movida y el gríjo de la playa de Ereaga...”

Finalizaba el pleno con la explicación de los gastos corrientes producidos durante aquellos días, algunos referidos a enseres para el Hospital Hospicio de Algorta: “...Se abonan a D. Domingo Bouerba y Borruel la cantidad de 1.323,50 pesetas por cubrecamas y telas para las sabanas y almohadas con destino al Hospital Hospicio. Así mismo se abanan a D. Luis Guesala por telas y puntillas finas para manteles, la cantidad de 55,75 pesetas, y a varias mujeres por los trabajos de limpieza, para el Hospital Hospicio...”

En la próxima entrada de esta serie veremos como, se recibía una comunicación de la Comisión Provincial, por las aguas sucias que desde las viviendas salía en el barrio de “La Cadena”.

miércoles, 24 de enero de 2024

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -363-

 

En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como la prensa madrileña, se refería a nuestra Anteiglesia refiriéndose lo avanzado de las obras del Puerto de Bilbao.

Continuaba el pleno municipal de Getxo del 24 de diciembre de 1896, en él, entre otras cosas, se trataba sobre la lista de electores para nombrar Compromisarios para la elección de Senadores: “...Se da cuenta por integra lectura de las listas dispuestas de los electores para la elección de Senadores conforme a lo que prescribe la Ley del 8 de febrero de 1877. Acuerda este Ayuntamiento aprobar las listas en todas sus partes, disponiendo que según previene el artículo 25 de la misma Ley para efectos de del 26, se expongan al público en los sitios de costumbre, desde el día 1 de enero hasta el 20 del mismo mes...”

A continuación le tocaba el turno a los asuntos del Hospital Hospicio de Algorta, que estaba próximo a su inauguración: “...En seguida, teniendo presente la cercana inauguración del Hospital Hospicio, construido en esta localidad por cuenta del Municipio, acodamos que desde el día 1 de enero próximo queden suprimidos completamente los socorros domiciliarios que se vienen pagando a domicilio a los pobres con fondos municipales, a excepción de los de lactancia e imprevistos que pudieran ocurrir...” Precisamente, para aquel Hospital Hospicio, uno de los suministros para las camas, había sido realizado por un vecino de la Anteiglesia: “...Se abonen a D. Mateo Ajuria 304 pesetas por el suministro de 76 mantas para el Hospital Hospicio...” Una de las ayudas más frecuentes, aparte de la de lactancia, para los vecinos en situación de pobreza extrema, era la ayuda mediante medicamentos y la asistencia médica, las cuales en esas fechas eran facilitadas por: “...El farmacéutico titular D. Miguel García Salazar y la asistencia médica por el titular D. Ezequiel Anitua...”

Y como era tradición en aquellos tiempos con la llegada de la Navidad, (La palabra Navidad, que tiene varios orígenes, en latín nativitas, ‘nacimiento”, en francés Nöel, en italiano Natale, en portugués Natal, en inglés la festividad recibe el nombre de Christmas y en alemán se denomina Weihnachten “noche sagrada”), el Ayuntamiento de Getxo acordaba: “...Que en los días 25 del corriente mes, y los días 1 y 6 de enero próximos concurra en Corporación el Ayuntamiento a la misa mayor que en esos días se celebra en la iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta...”

Algunos cambios venían aconteciendo en la costumbres navideñas, o así lo veía alguna prensa bilbaína, que añoraba viejas tradiciones de la tradición cristiana: “...Extinguida la fe, pérdidas las creencias, la Nochebuena ha dejado de ser la fiesta íntima de las familias que rezaban cantando, para quedarse solo en saturnal de la glotonería que come, bebe, y se emborracha mientras canta. Antes ocupaba el Nacimiento el primer lugar, que hoy pertenece únicamente al pavo. La Nochebuena no es ahora sino un banquete, un colosal banquete, en el que tras sentarse, el el cuerpo se siente con pesadeces de avestruz. En esto ha venido a quedar la Navidad, fiesta que ya solo conserva la glotonería con que se llena y ensucia los estómagos. Antes la Nochebuena era calor, vida y alegría en todos los hogares...” (El Nervión del 28 de diciembre de 1896).

Otras costumbres más bárbaras, en las que al reo se dejaba, tras su ejecución, encapuchado y en el cadalso a la vista del vecindario como escarnio, no eran bien vista por las gentes. A pesar del cruel parricidio, al que la prensa llamó “El de la mujer desaparecida”, que había sido cometido en 1894, por el que se acusaba al marido de haberla tirado al río, y que tras el juicio el reo había sido condenado a la última pena; no parece que entre nuestros convecinos, e incluso entre la prensa, al menos por como definían la figura del verdugo, este personaje estuviera bien visto. Contaba la prensa a cerca del sujeto y de los problemas para alojarlo en una fonda de Las Arenas: “...Por el tren del Norte que tiene su llegada a esta Villa, llegó ayer procedente de Burgos el verdugo Mayoral, encargado de ejecutar al desgraciado reo Baldoméro, autor del famoso crimen de “La mujer desaparecida”. El verdugo es bajo de estatura, regordete y lleva larga barba, es de figura repulsiva y antipática. Iba acompañado por una pareja de la Benemérita y de los alguaciles del Juzgado. Esta mañana, el ejecutor de la justicia, fue llevado a una fonda de Las Arenas. Parece ser que la dueña de la casa en cuanto se entero de la clase de huésped que tenía, le rogó que tuviera la bondad de marcharse. En vista de este contratiempo, la pareja, lo llevó a otras casas del mismo barrio donde también le negaron el alojamiento, recorrió algunas calles de la población, y después paso de Las Arenas a Porlugalele, siempre acompañado por la pareja de la Guardia Civil. En cuantos establecimientos entraron a comer, en todos les fue negado lo que pedían. Finalmente lo alojaron en una casa de la calle Zabalbide de Bilbao...” El reo, según contaba la prensa: “...Se encuentra muy abatido, para confortarlo dos sacerdotes lo acompañaron a la capilla; posteriormente pidió un te, luego solicitó un puro, y ya más tranquilo, un poco más tarde volvió a pedir le sirvieran una copa de jerez, unos bizcochos y un pitillo. A medida que el tiempo corría y no llegando el indulto que diversas personalidades habían solicitado, el recluso se fue excitando...” 

Los últimos momentos de Baldomero, y la historia que contaba el periodista, parecían sacados de la película de Berlanga: “...A las nueve de la noche comenzaron a oírse los martillazos que al clavar los clavos resonaban en todas las dependencias de la cárcel, causando pavor entro los reclusos. Era el verdugo que preparaba el cadalso. Desde dicho momento fue imposible que el reo conciliara el sueño. Pasado un tiempo, el verdugo le vistió con ropa negra y gorro del mismo color, se dirigió al reo y le dijo: “Me perdonas lo que voy a hacer en nombre de la Ley”; el reo le perdonó. Posteriormente el verdugo se dirigió al cadalso y comprobó que la argolla fatal funcionara bien. El ejecutor, tipo despreciado por toda la humanidad, vestía chaqueta de pelo, gorra de la misma clase y pantalón ceniciento. A las ocho en punto salió la comitiva de la capilla y se dirigió al patio de la cárcel, donde se había instalado el cadalso. El primero en subir al entarimado fue el verdugo que se colocó tras la argolla. Baldomero se dirigió al público asistente pidiendo perdón por algunas faltas cometidas. Le ataron manos, pies y cintura, tras taparle el rostro con un pañuelo blanco, el verdugo cumplió su misión. En aquellos momentos las campanas de Begoña tocaban a muerto...” Incluso hubo quien se lucro por aquella ejecución: “...Durante el día han sido numerosas las personas que han acudido a las inmediaciones de la cárcel, para presenciar la ejecución, ha habido un sujeto que a explotado este lamentable espectáculo, colocando frente al patíbulo un banco de elevada altura, y todo el que quería ver con anteojos el cadáver tenía que pagar cinco céntimos...” Aquella ejecución tuvo lugar en una cárcel cercana a Zabalbide, hacía 53 año que en Bilbao no se había realizado ninguna ejecución. El cadáver fue conducido, una vez realizada la ejecución al cementerio de Begoña. (El Nervión y El Noticiero Bilbaíno del 29 y 30 de diciembre de 1896). En 1995, después de una larga campaña de Amnistía Internacional y de la Comunidad de San Egidio, y de las acciones de diferentes organizaciones sociales e iniciativas individuales, con el acuerdo final de todos los partidos políticos, se abolió finalmente la pena de muerte, también, de la legislación militar.

En la próxima entrada de esta serie veremos como, en el pleno municipal, se daba lectura a la valoración a las obras ejecutadas del Hospital Hospicio de Algorta.

lunes, 22 de enero de 2024

DONDE TU SABES (NOVELA DE UN ALGORTEÑO)

De nuevo, tras su su primera novelaBerroiales” de junio del 2011, este medico, pintor y escultor de la “Campa del Muerto” (Algorta) llega a nosotros con otro de sus relatos, nacido en su fuente mágica de Fruiz.

La obra, “Donde tu sabes”, comprende las aventuras de un poblado de seres diminutos que no levantan más de un palmo, desconocidos y escondidos en las profundidades del monte Kirkiñetu en Fruiz de Bizkaia; su especie, distribuida por tribus en todo el mundo, se dedica desde siempre a salvar la naturaleza pura de las aguas del planeta.

Brota de una promesa de un Aitite a su nieto, nacida de un arrebato amoroso “no moriré nunca y estaré junto a ti siempre que me necesites”. La obra va acompañada con dibujos a tinta obra del autor de la novela.

El autor, un algorteño de toda la vida”, como gustan decir los “güaitos”, es José Ramon Elorriaga Zubiaguirre, un médico que ejerce de jubilado.

Dentro de sus experiéncias vitales presenta un amplio currículum:

  • Miembro y fundador del primer grupo de pintores de Getxo Atea Zabalik en el año 1977.

  • Cofundador del Colectivo de artistas de Getxo Antzezaleak en el año 1978.

  • Dibujante oficial de la Cátedra de Anatomía de la Facultad de Medicina de Valladolid.

  • Ilustrador de libros de Medicina.

  • Escultor, Pintor y Dibujante.

  • Especializado en diarios de viajes.

Y otras muchas facetas tanto académicas como artísticas. Entre sus trabajos recientes figura la colaboración dentro del colectivo de la “Asociación de Escultores Eskuahaldunak”, que durante la Durangoko Azoka realizó una obra de cuatro metros con madera reciclada, un “Mikeldi” de cuatro metros de altura que preside la pequeña plaza de Madalenoste en Durango.

Pero sobre todo es la obra de un AMIGO, cuyos méritos hablan por si solos. Merece la pena dedicarle unas horas y disfrutar de su incendiaria imaginación, que nos hará volar a través del mundo hasta retornar a su remanso de Fruiz, acompañado de sus seres casi mitológicos.

Se puede acceder a esta novela a través de la Editorial “Circulo Rojo” y “Amazon”.


domingo, 21 de enero de 2024

HOTEL UGARTE (UN ESTABLECIMIENTO HOSTELERO DE ALGORTA).

 

A lo largo de los Siglos, desde que comenzara el desarrollo de nuestra Anteiglesia, tras la desamortización de Mendizabal y la venta de bienes comunales en 1855, va a ver el surgimiento de diversos establecimientos hoteleros a lo largo de nuestro territorio.

De ellos ya he hablado en anteriores entradas: En Las Arenas estaban el Hotel Antolín (1880), el establecimiento de “Baños de Mar Bilbaínos” (1870), “Hotel Aramberria” (1889), Hotel Ventura (1888); en Algorta la “Fonda de San Ignacio”, los Hoteles Eguia (1907), Igeretxe (1913), Ereaga (1948) y Tamarises (1956) y otros muchos. Uno de esos hoteles de Algorta fue el “Hotel Ugarte”, que estuvo situado en la calle de la Carretera (actual Algortako Etorbidea 60).

El Hotel Ugarte fue construido en 1878, (según figura en una inscripción que se mantiene todavía en la parte superior de la entrada principal del edificio que le sustituyó, bajo una imagen del Sagrado Corazón), por el constructor Justo Ugarte Urresti, nacido en Maruri el 29 de mayo de 1834; sus padres fueron José Ugarte Menchacatorre y Petronila Urresti Alzaga. Justo falleció en Algorta el día 9 de marzo de 1896. Una fotografía, que quien me la paso me dijo nombrarla como “ensoñación”, y que encabeza este artículo, por que le generaba dudas de su autenticidad, pero que en esta entrada bien bien como alegoría del Hotel.

Justo Ugarte Urresti se caso con María Prudencia Uribe Soparda, natural de Getxo, en la Parroquia de San Nicolás de Bari de Algorta, el día 4 de diciembre de 1858, (tuvieron diez hijos tres varones y siete mujeres). Sus hijos varones fueron José Genaro (1861), Juan José (1865) y Jorge (1875); sus hijas fueron Florencia (1859), Dolores (1863), Fulgencia Eulalia (1868), Ysabel (1867), Justa (1878) y María Presentación (1880).

En la fotografía superior, podemos ver a sus siete hijas, en ella, vemos a María Ugarte Uribe (1880) y Justa Ugarte Uribe (1878). María Ugarte es, de las personas sentadas y de izquierda a derecha, la primera y Justa Ugarte la tercera. La fotografía podría haber sido tomada entorno a 1915.

El edificio del Hotel Ugarte que tenía aproximadamente 350 m² de planta, fue construido con piedra de arenisca de las canteras próximas, constaba de planta baja y de tres pisos, el tercero con terminación de mansarda y tejado de pizarra. Me contaba un miembro de la familia: “...A la entrada al hotel había un amplio hall, y en la parte izquierda del mismo un entorno a modo de lugar de recepción, estaba el sitio de espera con varias butacas convenientemente distribuidas.

En la mano derecha de la planta baja, se situaban dos comedores de muy diferentes dimensiones y un office a la antigua usanza con Frigider (refrigerador) y despensas y a los que se accedía por un pasillo desde el hall de entrada y dos servicios. El comedor más pequeño de unos 50-60 m², en el que había un piano, que tocaban algunos miembros de la familia, era el comedor llamado de invierno en consecuencia con su uso en esa estación por los clientes en mucho menor numero que en las estaciones de primavera y verano, que también era utilizado para desayunos. El comedor más grande tendría unas dimensiones aproximadas de unos 90 – 100 m² y disponía de una especie de mirador en su lado sur, el mismo se utilizaba fundamentalmente en verano y con motivo de algunas celebraciones especiales.

La mano izquierda de la primera planta estaba destinada al uso familiar, disponía de una salita, un cuarto, una despensa amplia, un dormitorio un servicio y un aseo y también de dos comedores: uno de uso diario y otro destinado a las celebraciones de la familia (Aniversarios Navidad y otros).

En la zona central de la planta baja y en su parte posterior, se encontraba una amplia cocina de carbón con dos chapas, armarios, así como dos calderas grandes, también de carbón: una de ellas para la calefacción y otra para el agua caliente ambas dando servicio a todas las habitaciones del hotel. Todo este servicio estuvo gobernado, en algunos tiempos por una extraordinaria cocinera y persona Teresa Larrauri.

En la planta primera, en la mano izquierda estaba alojada la familia y en la mano derecha correspondía a habitaciones del hotel. Los siguientes pisos estaban destinados a habitaciones del hotel que se iban abriendo según necesidades por la asistencia de huéspedes excepto la mano derecha de la tercera planta que estaba destinado al personal que trabajaba en el Hotel...”

A lo largo de su historia, hasta su desaparición en 1957, sufrió importantes cambios en su estructura. En 1906 se produjo la primera de ellas, en un expediente del Archivo Municipal de Getxo aparece recogida una solicitud de una de sus propietarias, hija de Justo Ugarte, Florencia Ugarte: “...Solicita permiso para reformar la casa sita en la calle de la Carretera. Que deseando elevar un piso habitable sobre la cornisa del edificio destinado a fonda según los planos adjuntos, se le conceda dicho permiso...” (Archivo Municipal de Getxo Expediente Signatura 2333010). Firmaba como director de obras, D. Fidel Iturria, quien fuera arquitecto municipal de Getxo. Permiso que era concedido por el Consistorio getxotarra el día 20 de febrero de 1906, firmaba la diligencia D. Florentino Larrondo. Aquella reforma que abarcaba toda la planta superior, dotaba al edificio de 17 habitáculos, un lago pasillo dividía aquellas habitaciones, de las que 8 estaban en el lado de la escalera (parte zaguera) y 9 en el lado de la carretera (parte frontal). La obra concluyó el día 26 de agosto de 1907.

En 1913, a petición de Florencia Ugarte, se realizaron pequeñas reformas en el espacio que ocupaba la cocina y otras zonas del tejado: “...Solicitamos permiso para lleva a acabo obras de reforma interiores consistentes en la demolición de tabiques para ampliar la cocina y reconstruir el tejado de la tejavana del Norte del edificio...” (Archivo Municipal de Getxo Expediente Signatura 2085008).

En 1928 eran tres de las hijas de Justo Ugarte quienes pedían permiso al Ayuntamiento de Getxo para realizar algunas reformas. Aquel expediente, en el que se indicaba iban a realizar pequeñas reformas, lo solicitaron Dña. Justa, Florencia y María Ugarte Uribe. Gracias al mismo y a los planos que acompañaba podemos conocer en esa época (1928) como era el interior de la planta baja, tenía un comedor general y otro de restaurante, la cocina, dos offices, una biblioteca y la administración (obra nueva), además de una galería anexa a la cocina (obra nueva). (Archivo Municipal de Getxo Expediente Signatura 2304033).

En 1929 , una de las propietarias de entonces denominado “Gran Hotel Ugarte”, Dña. Florencia Ugarte, solicitó permiso para la construcción de dos miradores, uno en la fachada Norte y otro en la Sur. El Ayuntamiento de Getxo solamente autorizó realizar el mirador de la fachada Sur. (Archivo Municipal de Getxo Expediente Signatura 3341011).

1935 fue el año en que la familía Ugarte decidió acometer la reforma integra del Hotel Ugarte, el 25 de abril de 1935, Dña. Justa Ugarte Uribe, presentaba en nombre propio y de sus hermanas Dña. Florencia y María una solicitud al Ayuntamiento de Getxo, como propietarias del “Gran Hotel Ugarte” de Algorta: “...Que proyectando realizar unos trabajos de ampliación y reforma del Gran Hotel Ugarte cuya enumeración es la siguiente: Elevación de un cuerpo de edificio y una torre sobre sobre los extremos Norte y Sur; supresión de la mansarda y construcción de un alero en la cubierta; instalación de dos cuartos de baño en el piso tercero; ejecución de varios miradores en la fachadas principal y lateral y reparación de las demás fachas. Solicitamos permiso para la realización de dicho proyecto de acuerdo con los planos presentados...” Firmaba la solicitud el Director de obras D. Ricardo Garamendi. (Archivo Municipal de Getxo Expediente Signatura 3988012). Sin embargo aquel proyecto fue rechazado por el Arquitecto Municipal y la Comisión de Fomento argumentando lo siguiente: “...El Ayuntamiento de esta Anteiglesia acuerda denegar el permiso solicitado para efectuar las reformas del Hotel Ugarte, por no reunir los planos las condiciones reglamentarias...” 

Un recuerdo de las vajillas del Hotel Ugarte aún es conservado por la familia, se trata de unas piezas de porcelana blanca de la década de 1940 de Limoges Francia. Se trata de unas tazas y platos de la firma “Guérin Pouyat Elite Ltda”, empresa cuya historia remonta hasta 1768, cuentan que: “...La señora Darnet, esposa del médico local, descubrió un yacimiento de arcilla de caolín cerca de Limoges en el pueblo de Saint Yrieix. Pronto una importante industria porcelana comenzó en los alrededores de Limoges. Guerin abrió su fábrica de porcelana allí en 1872. Guérin se hizo cargo del taller de porcelana de Lebron & Cie. Luego, en 1877 compró la fábrica de porcelana. En 1920-1921 Bawo y Dotter Ltd., también propietario del nombre de Elite, compra Guérin & Cie y la convierte en Guérin Pouyat Elite, con Carl Bawo como director técnico de 1923...” La marca que aparece en el culo de una de las pizas así lo acredita (Ver fotografía inferior), por lo que es posible que esta vajilla pertenezca a la primera época del Hotel Ugarte, y que fuera adquirida entre 1928-1931, la empresa fue demolida en 1933.

En torno al edificio del hotel había una serie de huertas gallineros y jardines, según la siguiente descripción realizada ese miembro de la familia: “...En la parte sur del edificio había un jardín con seis plataneros y con suelo acementado haciendo frente a un edifico propiedad de la familia del Hotel, pero sin relación alguna con el mismo, al que llamábamos Casita Pequeña (de pequeña no tenia nada, simplemente se identificaba así por comparación con las medidas del Hotel). En ese edificio estuvo ubicada la consulta de un Doctor en Medicina familiar descendiente directo de los propietarios del Hotel. Hoy en día esa casa se está rehabilitando convirtiéndola en un edifico con tres viviendas (numero 58 de la Avda. de Algorta en Getxo).

En la parte norte había un garaje, retranqueado respecto a la calle, con capacidad para un coche y a su lado, mas al norte, y peraltado sobre la calle, había un jardín con una pérgola y una rosaleda. Hoy en día es una zona hormigonada entre los números 60 y 62 de la Avda. de Algorta.

Mas al norte había un edificio que servía de carbonera y otros para mercancías para el Hotel, que hoy en día corresponde al edificio numerado 62 en la misma Avenida de Algorta.

En la parte posterior había una huerta con plantaciones (patatas, pimientos, fresas etc.) y con algunos frutales como: perales, manzanos limonero y hasta un naranjo. Asimismo había un gallinero, y todos los años se criaba un cerdo hasta San Martín. Todavía tengo para olvidar los chillidos del animal cuando, por la mañana, aun de madrugada, recién levantados de la cama, y antes de ir al colegio, venia el matarife para cumplir con su oficio. Posteriormente en la cocina del Hotel, se organizaba un amplísimo equipo para preparar las partes comestibles (todas) del animal que después se distribuían en parte entre los participantes y el resto se almacenaba y guardaba en forma y sitios apropiados...”

A aquel Hotel acudían clientes de diversas nacionalidades: “...Mi recuerdo sobre los clientes es muy disperso y confuso, salvo en el tema deportivo. Recuerdo oír hablar diversos en idiomas, para mi desconocidos, que mas tarde me fui dando cuenta de que podrían ser francés e ingles y muy posiblemente alemán. Creo recordar que eso dependía mucho de la estación en la que estuviéramos. Es muy posible que el desarrollo industrial de la zona en aquella época condicionara esos supuestos. Entre los que acudían a aquel hotel, algunos estaba relacionados con practicas deportivas. Recuerdo perfectamente de dos actividades deportivas que, en aquella época, eran muy muy minoritarias: Una la hípica y otra el tennis (que así se escribía). En el deporte de la Hípica recuerdo con especial vehemencia la limpieza de las botas de los jinetes que, después de participar en los concursos de hípica, que se celebraban anualmente en Fadura, se hacía en el Hotel hasta dejarlas impolutas, asunto especialmente delicado y exigente por parte de los jinetes (lo recuerdo perfectamente por algunas vivencias), en cuya limpieza, alguna vez, en bromas me dejaron participar. Así como las posteriores reuniones y comentarios en el Hall del Hotel a cerca de la competición. Todos los años se hospedaban en el Hotel todo un numeroso grupo de “caballistas” para participar en el Concurso Internacional de Saltos del Ayuntamiento de Getxo que y se celebraba en Fadura (creo recordar que duraba mas o menos una semana y que solía coincidir con las fiestas de Bilbao).

El tennis, era el otro deporte, minoritario, del que se celebraban periódicamente torneos masculinos, femeninos, individuales, dobles y mixtos en Jolaseta. Dispongo de una carta de una tenista de renombre que estuvo hospedada en el Hotel que manda una carta a sus familiares desde el Hotel, con sobre y con membrete del hotel, que habla “maravillas” de la zona y que cuenta que después de jugar y venir al hotel estaba esperando a un caballero que le venía a buscar para llevarla a bailar al Marítimo...”

Una de las visitantes que participo en alguno de los campeonatos de tennis de 1944 era una joven de Barcelona. Dejó, seguramente sin saberlo, olvidada una carta en el Hotel Ugarte. Carta informal, dirigida a unos familiares del Masnou, que decía: “...Queridas gordas: Como ya podéis sospechar estoy en Bilbao, aunque ya sabéis que no estaba segura de ir hasta que me vi en el tren. Por ahora estupendo, todos los del tennis estamos en el mismo hotel. No estamos en el centro de Bilbao si no un poco más lejos. Solo son torres fantásticas y hoteles. Mi habitación es verde (duermo con Bety Mainer), desde ella se ve el mar y toda la Bahía. Mañana empiezan los partidos. Solo falta deciros que juego con Luis Carles, ya esta dicho todo. Os abraza, Elena...” (Hotel Ugarte, 7 de agosto de 1944).

Aquella competición, los “XXXI Campeonatos de Tennis de España”, que se celebraron en Jolaseta (Neguri), y su primera edición se jugó el día 7 de agosto de 1944. En la publicidad, de uno de los diarios bilbaínos, referida a esos campeonatos se decía: “...Real Club Jolaseta. Neguri.- Hoy, grandes partidos de tennis del Campeonato de España. A continuación, gran Orquesta Gurruchaga y sus Estrellas Azules...” (La Gaceta del Norte del 9 de agosto de 1944).

La propietaria de la misiva mencionada anteriormente, probablemente se tratara de Elena Ferrando, quien el día 8 de agosto de 1944 jugó, en el campeonato de parejas mixtas, junto a Luis Carles frente M. Allende y E. Mayer, ganando los primeros ese partido. (La Gaceta del Norte del 9 de agosto de 1944). En la final de parejas mixtas aquel XXXI Campeonato de Tennis, que se jugó el día 13 de agosto de 1944, quedaron clasificados: “...Final.- M. I. Maier y F. Olózaga contra E. Ferrando y L. Carles, 6-3 y 6-0...” (Diario Hierro del 13 de agosto de 1944).

Mientras, en nuestra Anteiglesia, se celebraban en Algorta otra competición (Tirada de Pichón a beneficio del Hospital Hospicio) y las fiestas de San Lorenzo y San Nicolás de Bari, en ellas desde primera hora de la mañana el pasacalles corrió a cargo de la Banda de Tamborileros y los Cabezudos. Fiesta en la que, el miércoles día 13 de agosto, se celebró una novillada en la que participo, un viejo conocido de los areneros, Remigio Tellez (Alias el Pirao). (La Gaceta del Norte del 9 de agosto de 1944). Era Alcalde de Getxo por aquellos tiempo D. Joaquín Ibarguengoitia Cortazar.

Entre los recuerdos del miembro de la familia, que me ha facilitado los datos del hotel Ugarte de Algorta, estaban los relacionados con la gerencia del Hotel: “...En mis tiempos de residente, como familiar, en el Hotel, desde 1945 hasta que se cerró, en torno a 1956-1960, la gestión del Hotel fue desarrollada por dos de las hermanas, hijas de Justo y María Prudencia: Justa y María Ugarte Uribe. Principalmente la primera, Justa, que aparece en varias ocasiones en anotaciones del Ayuntamiento. Da la casualidad (o no) que María se caso con un Medico de Ceanuri que vivieron en Getxo quince años de matrimonio (1915-1930) y que el fue Medico del Ayuntamiento, el cual participo como médico en un grupo de personas que se organizaron en este Ayuntamiento para atender naufragios...”

Y esto enlaza con alguno de aquellos naufragios, que a lo largo de los años, sobre todo a comienzos del Siglo XX, acontecieron en nutras playas. En el Hotel Ugarte se alojaron, durante el naufragio del “Guipuzcoa” del vapor en 1910, que embarranco frente a la playa de Ereaga de Algorta, algunos de sus tripulantes fueron alojados según relataba la prensa madrileña: “...En el Hotel Ugarte, además del contramaestre Manzanedo y su familia, están asistidos Félix García, Galo Busturias, David y Alberto Cuervo, Emeterio Menéndez, Andrés Coso, José González y José Menendez...” (El Globo del 28 de enero de 1910).

La aparición de noticias relacionada con el Hotel Ugarte, era bastante frecuente, muchas veces relacionadas con temporales o naufragios. Por su exposición a los vientos “gallegos”, en más de una ocasión tuvo que sufrir sus iras de sus temporales en septiembre de 1913: “...Una enorme granizada, asoló ayer los pueblos de Algorta, Portugalete y Santurce, casi todas las casas se quedaron sin claraboyas. Los arboles frutales quedaron destrozados. En el Hotel Ugarte de Algorta se rompieron más de 800 cristales...” (La Correspondencia de España del 19 de septiembre de 1913).

La prensa madrileña señalaba, en algunos anuarios de los años 1929 al 1931, a este hotel, como uno de los destacados de la época. Entre esos anuarios estaban: El Anuario del Comercio de 1929, Anuario del comercio y tributación del País Vasco de 1930 y el Anuario industrial y artístico de España 1931.

Las dos fotografías, de este reportaje con los carruajes tirados por caballos con vistas del Hotel, pertenecen a la boda de María Ugarte Uribe y Ernesto Alcibar Gortazar.

El Hotel Ugarte, a lo largo de su vida, tuvo varias reformas, entre ellas en 1909 se realizó una reforma de la casa (Archivo Municipal de Getxo: Signatura 2085008); en 1913 re realizó la ampliación de al cocina (Archivo Municipal de Getxo: Signatura 2333010); en 1928 se hizo otra reforma en el hotel en la que se ensancharon los huecos de la fachada (Archivo Municipal de Getxo: Signatura 2394033); en 1929 en otra de las reformas se construyo un mirador en la planta baja (Archivo Municipal de Getxo: Signatura 3341011); en 1935 se realizó una reforma integra del hotel (Archivo Municipal de Getxo: Signatura 3988012) y finalmente en 1957 el hotel desaparecería convirtiéndose en un edificio de viviendas (Archivo Municipal de Getxo: Signatura 3317010).

El Hotel fue reconvertido en siete viviendas, en 1957 (la obra duró algo más de un año). La transformación fue proyectada y dirigida por el Arquitecto José María Chapa Galíndez. En el proceso se mantuvo la gran mayoría de la estructura existente, más concretamente todos los muros exteriores el hueco de escalera y la algunos de los muros de las habitaciones. Se adecuaron los miradores de la cara oeste y se eliminaron miradores en la cara sur del edificio, se reconvirtió la fachada del último piso quitando la mansarda y el tejado, eliminando la pizarra, por excesivo peso, y sustituyéndola por un material mas ligero; se reconvirtieron todas las acometidas de agua calefacción y electricidad individualizándolas por cada vivienda. El edificio en la actualidad tiene 145 años. La fotografía superior es de la casa en la actualidad y tiene la inscripción del año en que fue construida.

Para finalizar deseo mostrar mi gratitud a la familia de Justo Ugarte, y en concreto a Ramón García Alcibar, que me ha facilitado algunos datos y fotografías, las cuales han permitido que pueda desarrollar con posterioridad, la historia de uno de los hoteles más antiguos de Algorta, el Hotel Ugarte.