El
Getxo de 1929 hervía en actividad cultural. Dos eran los polos
fundamentales de esa actividad: la “Agrupación de Obreros
Vascos” de Algorta y la “Casa Social de Areeta-Las
Arenas”, la primera ligada al nacionalismo vasco, la
segunda corría de la mano del párroco de Las Mercedes D. Manuel
Escauriaza.
Otros grupos deportivos y asociativos también formaban
parte de esa dinámica (Casinos de Areeta-Las Arenas y Algorta,
etc.), pero solo tocaremos en este momento las dos primeras. En esta
primera entrada referida a la “Agrupación de Obreros Vascos”
veremos algunas de sus actividades, centradas en representaciones
teatrales para pasar en una posterior a la desarrollada por la “Casa
Social de Areeta-Las Arenas”.
La
“Agrupación de Obreros Vascos” de Algorta tenía
su sede en la Avenida Basagoiti. El 25 de febrero de 1929 celebraron
en dichos locales su junta general, en ella. tras elegir a los nuevos
miembros, procedieron a la aprobación de cuentas y memoria del
ejercicio. Así mismo perfilaron el programa de la obra teatral “Peru
Gizon” que tenían previsto representar en el Gran Cinema
de Algorta el día 2 de marzo.
Esa
comedía fue obra del periodista y dramaturgo bilbaino Alfredo de
Echave, nacido en la calle de la Estufa el 8 de febrero de 1872.
Echave volcó en el periódico Euzkadi múltiples relatos e historias
costumbristas, firmados por un personaje de su creación, por el que
fue más tarde conocido “Josetxu, el de Iturribide”.
Es considerado como el impulsor del teatro lírico vasco, y “Peru
Gixon” como su mejor creación.
Esa
representación contaba con un cuadro escénico compuesto por los
siguientes actores algorteños:
Peru
Gixon: Roberto Llantada.
Andrés:
Juan Otaola.
Enrique:
M. Larrinaga.
Gorritxu:
Juan Cruz Urgoitia.
Venansio:
Juan Cruz Basañez.
Rufino:
Pedro María Lezama.
Basili:
Eugenia Sarria.
Pantsike:
Josefina Zubiaga.
Alguacil:
Luis Ugarte.
Pinche
primero: Juan Tellitu.
Pinche
segundo: Antonio Zalvidea.
A
continuación fue representada la comedia de un acto titulada “El
cuestión del Calabasa”, atribuida a Miguel de Unamuno, que
contaba con el siguiente cuadro escénico: Juan Otaola, Juan Cruz
Urgoiti y Ramón Guerediaga. Los beneficios que se obtuvieron en
aquella función se destinaron a la “Caja de Socorros por
Enfermedad”.
La
prensa bilbaína, al referirse a aquella actuación, decía:
“...Todos los intérpretes se revelaron como consumados
artistas, sobresaliendo tas señoritas Eugenia Sarria y Josefina
Zubíaga, que hicieron con gran justeza y enorme soltura sus
respectivos papeles de “ Basili" y “ Pantxike”...,
los actores fueron constantemente interrumpidos por su
acabadísima labor, tributándoseles como premio, al final, una
cerrada ovación...”.
A
aquella inquietud cultural se sumó también el club de foot-ball
“Club Deportivo Getxo”, que el sábado 9 de marzo
organizaba otra velada teatral, en la que se pusieron en escena las
mismas obras arriba mencionadas. Los entreactos fueron amenizados por
el entonces actor cómico, creador e interprete del celebre personaje
de “Arlote” Alberto San Cristóbal, que deleitó al
público con uno de sus divertidos monólogos titulado “Patxico
tras el gordo”. Las localidades para esa función se
despachaban en el domicilio social del club y en el de “Bar
de Seco” en la Avenida Basagoiti, todas las noches de siete
a nueve. Las localidades parece ser que tuvieron gran demanda por
parte del publico, pues ya en los primeros días estuvieron a punto
de agotarse.
Esa
actividad volvía a los escenarios en sábado 13 de abril de 1929. Se
celebraba nuevamente en el aforo del “Gran Cinema”
de Algorta. La función era nocturna, comenzó a las nueve de la
noche. Esa velada teatral fue a beneficio de la “Caja de
Socorro por Enfermedad y Escuela Industrial”. Se celebró
de acuerdo con el siguiente programa:
Primer
acto: Representación de la divertida comedia, en un acto,
titulada “Los calmosos” de D. Isidoro Prada, autor
de varias piezas teatrales cortas. Que desarrolló su faceta de
escritor y autor teatral desde finales del siglo XIX hasta su
fallecimiento en 1932. La obra que ya había sido representada en
1911 en el teatro Arriaga de Bilbao, contaba con un escenario que
recreaba dentro de una humilde habitación, una cocina provista a su
derecha un fogón con hornillo y sobre él un puchero, en el centro
del escenario una mesa con sus sillas, a la izquierda contra la
decoración del fondo un armario y la puerta, al fondo. Finalizaba la
obra y caía el telón con la siguiente frase: “...Si te
hemos hecho reír público distinguido, eso quería el autor...”,
y se interrogaba con la frase: “...¿Lo habremos
conseguido?...”, al parecer, por los aplausos cosechados,
sí lo lograron.
Segundo
acto: Representación, a petición del público que no pudo
acudir a las actuaciones anteriores, de la comedia “Peru
Gixon”.
Tercero
acto: Cuentos vascos interpretados por Varela.
Los
entreactos de aquella actuación fueron amenizados por la Banda de
Música Municipal de Getxo a las ordenes del maestro D. Manuel
Gainza.
Mientras,
en la Iglesia de San Ignacio, la Cruzada Eucarística y la catequesis
preparaban otras actuaciones teatrales a cargo de los niños y niñas
de la catequesis. Las actuaciones estaban separadas por sexos: los
niños trabajaban en el divertido sainete de José Cantagalls “Los
apuros de un fotógrafo”; mientras las niñas lo hacían
con un drama en tres actos y en verso inspirado en un boceto
dramático francés y en la primitiva novela de este nombre del
Cardenal Nicholas Patrick Stephen Wiseman, editado en libro por
“Fabio” seudónimo de Emilio Ruiz Muñoz.
Felisa de Llantada
Las
representaciones de la Agrupación de Obreros Vascos continuaron en
la primavera-verano de 1929. El sábado 15 de junio volvían al
escenario del Gran Cinema de Algorta, esta vez con la obra
“Eskuz-Esku”
comedia costumbrista, fue una obra muy popular entre la “Juventudes
Vascas”
de la época. En esa ocasión las alabanzas de la prensa bilbaina
recayeron en el cuadro escénico: “...fue
admirable, mereciendo especial mención las señoritas Nieves de
Bilbao, Eugenia de Sarria, Josefina de Zubiaga y Felisa de Llantada,
que se mostraron unas actrices consumadas...”. A
lo largo del reportaje podemos ver fotografías de alguna de las
interpretes de aquella obra.
Hasta
aquí un pequeño repaso de los movimientos culturales que se
celebraban en el barrio de Algorta en el año de 1929, que tendrían
una interrupción dramática, pocos años más tarde, con el Golpe de
Estado franquista.