En
la anterior entrada veíamos cómo finalmente se solucionó la
propuesta de segregación del barrio de Las Arenas y el pago que hubo
que realizar para evitarla.
A
principios de mayo de 1887 parece que la Diputación Provincial tenía
algunas dudas de las cuentas municipales de los ejercicios desde 1877
al fin del año económico de 1885-1886. Y esa duda parece que era
razonable, ya que fue el propio Ayuntamiento de Getxo quien
confirmaba aquella sospecha: “...Después
de examinados los libros y otros datos, encuentra este Ayuntamiento
que efectivamente en las cuentas del periodo desde el 1 de abril de
1877 al 31 de diciembre del mismo año, resultó una existencia de
3.313 reales y que en la relativa desde el 1 de enero de 1878 al 30
de junio de 1879 aparece consignado en el libro por existencia de la
cuenta anterior, la cantidad de 326 escudos, sin que por lo tanto se
encuentre ningún dato para poder explicar la diferencia de 10
pesetas que de menos resulta en la última cantidad, y no de 30 como
se expresa en el oficio indicado...”
Aunque quizá se debiera a un exceso de celo de la Diputación, por
la cantidad finalmente resultante.
En
esas mismas fechas, el 3 de mayo, tras varias gestiones referente a
la instalación de una estación telegráfica en nuestro municipio,
llegaba la conformidad del Director General de Correos y Telégrafos
para que se estableciera la misma condicionándolo a que fuera:
“...Construida
cómo un enlace con la capital, Bilbao, con entera sujeción a las
bases del real Decreto de 14 de noviembre de 1883…”
A su vez D. Juan Bautista Eguia, contratista de obras, solicitaba el
reconocimiento de haber terminado el camino que iba desde Alango al
depósito de aguas.
La
temida viruela acechaba, y se daba cuenta de dos brotes de la
enfermedad en el molino “Errotabarri” habitado por D. Isidro
Mota, el Ayuntamiento urgentemente adoptó las medidas para evitar la
propagación de la enfermedad entre la población. La enfermedad
supuso un gasto para las arcas públicas de 94 pesetas que fueron
abonadas al alguacil encargado. Otro caso de dicha enfermedad surgía
en Algorta, detectado por el médico D. Manuel Hormaeche, en la casa
de D. Pascual Urresti, en el entonces número 22, al final de la
calle Mayor (Actual Avenida Basagoiti).
Los
ganados del municipio parece que daban más de un susto a algunos
vecinos poco habituados a la presencia de los astados y otras
especies más ruidosas, por ese motivo el Ayuntamiento, ante la
exigüidad de las multas, decidía modificar el bando de “Policía
y Buen Gobierno” existente en aquellas fechas, haciendo que el
Artículo 17 en su segundo punto apareciera como sigue: “...Desde
la línea de la calle de la Carretera (actual Algortako Etorbidea)
hasta la Avanzada, queda prohibido en absoluto traer pastando en
punto alguno, ningún ganado vacuno, caballar, mular, asnal, lanar,
cabrio y de cerda, bajo la multa de una a diez pesetas por cabeza y
vez, y si se encontraren de noche, será doble la multa...”
!Vamos, que aquella carretera era una autentica arca de Noé!
Las
protestas que el día 26 de abril de 1888, varios vecinos del barrio
presentaron al Ayuntamiento quejándose de que los oficiales y vigía
del Semáforo de la Galea habían amenazado a algunos de sus
convecinos por causa de los ganados que pastan en el monte comunal de
la Galea, terminaba con una autorización del Ayuntamiento de Getxo a
dichos oficiales y vigía para utilizar las huertas contiguas al
semáforo: “...Acordó
el Ayuntamiento conceder a los moradores actuales y sucesivos del
referido semáforo las huertas de que se trata, mientras el
municipio no las necesite, con la condición de que deberán ser
cerradas debidamente para que ningún ganado pueda entrar. Además de
que nunca constituirán propiedad del Semáforo aquellas huertas, ni
tendrá derecho alguno sobre ellas...”
Por
esas fechas, el 9 de mayo de 1888, se trabajaba en las Escuelas de
Sarri, arreglado las mismas y la habitación del maestro para el
mantenimiento de las instalaciones.
A
la vez que una comisión formada por los regidores Diliz, Arrola y
Sustacha estudiaban un reglamento para el servicio y policía de
playas.
Nuevas
iniciativas laborales surgían en el barrio de Algorta con la llegada
de los veraneantes, ese fue el caso de D. Daniel Arechavala, quien
solicitaba, y era autorizado para ello, la colocación de una caseta
durante la temporada del próximo verano en uno de los solares de
Alangüetas, así escribían en el libro de actas el nombre de ese
barrio de Algorta. Casetas que debía ser retirada para el primero de
octubre de ese mismo año.
A
finales de mayo de 1888, Las Arenas comenzaba a ver nuevas
instalaciones recreativas, D. Braulio Ajuria solicitaba permiso para
abrir una Sociedad de Recreo en dicho barrio, en un terreno que
entonces pertenecía a D. Martín Zavala, cerca de la “Casa Pinar”,
cercana a la de los Gorbeña y el Balneario.
El
Ayuntamiento de Getxo, que ya desde un tiempo antes, observa con
preocupación que determinados productos de consumo no tenían las
condiciones adecuadas para su venta en la localidad, iba ver nacer un
laboratorio químico a propuesta del farmacéutico D. Miguel García
Salazar para analizar los artículos de consumo público del Pueblo.
El
salario de un funcionario público cuyo trabajo era el de encargado
de aguas, por hacer el trabajo de un carretero y conducir materiales
de construcción al manantial de Basarte, trabajo que duro tan solo
un día, era en mayo de 1888 de 8,50 pesetas. El transporte de
materiales, piedra del “Molino de Aserrota” hasta la campa de
Alango para arreglo del camino era algo habitual, trabajo de un día
que desarrollaba D. Mariano Bilbao por el que percibía 5,75 pesetas.
Fue
en esa fecha 24 de mayo de 1888 cuando el consistorio se planteó, a
propuesta de D. Juan Butista Urresti, hacer una calle nueva, que
partiendo desde la Plaza de San Ignacio o de alguna calle próxima
hacia la playa de Ereaga, acordando que: “...Para
que el maestro de obras D. Francisco Ciriaco de Menchaca mida y tase
en venta el terreno ribazo sobrante de las líneas de solares y vías
públicas que existe a la parte zaguera de la casa del Sr. Isasi…”
Entonces situada en la zona de Becocalle (Hoy Andrés Isasi).
Por
esas fechas la plazuela situada junto al hoy Hotel Tamarises se
hallaba amenazada por el empuje de las olas del mar, por lo que
varios concejales propusieron: “…Construir
un muro de contención para que no desaparezca la plazuela contigua a
la playa de baños de Ereaga...”
Aquel proyecto fue realizado de acuerdo con las indicaciones del
autor del mismo D. Laureano Gómez Santa María.
En
la próxima entrada veremos cómo ya el consistorio tenía en sus
manos el presupuesto de la estación telegráfica que se iba a
instalar el Getxo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario