miércoles, 28 de febrero de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO19 EN GETXO -22-



En la anterior entrada veíamos cómo con la llegada de la Semana Santa, el Ayuntamiento se preparaba para organizar el desfile de la procesión. Cómo naufragaba en la Galea la lancha del práctico de la Cofradía de Algorta D. Eustaquio Encera. Y cómo los veraneantes acudían en tropel a nuestras afamadas playas. En esta seguiremos viendo cómo la lactancia para niños de pecho era una de las ayudas municipales; y cómo ya cercanas las fiestas de San Nicolás, el Ayuntamiento las preparaba con diligencia.

La lactancia para niños de pecho, cuyas madres por diferentes motivos no pudieran amamantarlos, era otro de los motivos de solicitud municipal. En este caso se trataba de un niño de de tres días cuya madre había fallecido, y careciendo el padre de recursos para criar a dicho pequeño, solicitaba ayuda al consistorio. En general las ayudas eran para periodos de lactancia de 15 meses, y el Ayuntamiento decía en julio de 1880: “...teniendo en cuenta la costumbre que ha sido observada en iguales casos, se conceda la lactancia de dicho niño por 15 meses, por la cantidad de 825 reales de vellón pagaderos trimestralmente...” Y en esos menesteres, también el consistorio se cubría y trataba de ahorrar, ya que decía a continuación: “...y si muriese antes el citado niño, lo que correspondiera...” Las ayudas solicitadas para otros casos, como cuando por enfermedad algunas vecinas no podían trabajar, eran rechazadas, y sin embargo, eso no sucedía con los militares destacados en el Castillo, ya que según un acuerdo del 27 de junio de 1879, en vigor en aquellas fechas, los artilleros destacados en dicha batería tenían derecho a los suministro por parte del municipio de camas, carbón y aceite.


A finales de julio de 1880, varios vecinos de Algorta, encabezados por D. Pedro José de Urquijo, solicitaban al consistorio: “...que el tranvía sin detenerse en Amesti, continúe por el camino peatil hasta la Plaza de San Nicolás, hasta llegar junto a la iglesia…” El Ayuntamiento acordó que dicho transporte llegara hasta el punto denominado Altamira de acuerdo con la escritura firmada con la compañía del tranvía.

La playa de Las Arenas, una de las más grandes de Getxo, en su día tenía algo más de un kilómetro de longitud. Era en julio de 1880 una de las más solicitadas del municipio, hasta el extremo de que en ese mes, el vecino de Bilbao D. Anselmo Pascual solicitó la colocación en dicha playa de 500 sillas, licencia que se concedió para esa temporada de baños.


Y como se acercaban las fiestas de San Nicolás, el Ayuntamiento ordenó el día 29 de julio de 1880: “...Aproximándose los días de celebración de romerías de Algorta, el 11 de agosto, y encontrándose imposibilitada para dicho fin la Plaza de San Nicolas, con piedras y otros escombros, por las obras del nuevo Ayuntamiento, a fin de que se puedan celebrara en la misma, según costumbre, las diversiones públicas, se limpie la misma por dentro y fuera, y se arregle el empedrado que se halla bajo ella…” Finalmente, las fiestas de Algorta (San Ignacio y San Nicolás) y las de Getxo (Andra Mari), fiestas llamadas votivas, se celebraron con gran profusión de actos lúdicos, algunos que se han mantenido a través del tiempo, como la cucaña, y como no las deseadas romerías, que en San Ignacio se celebraron en la campa del mismo nombre.

En esa misma fecha, como se hallaba la linea del tranvía en condiciones de realizar la puesta en marcha entre la Avanzada y el lugar próximo a Algorta conocido como “La Carnicería”, acordaba el consistorio: “...autorizar a la empresa para que, sin prejuicio de continuar los trabajos hasta el termino designado en contrato, ponga en marcha la explotación de la línea hasta la carnicería...”

En Algorta y Getxo, en 1880, la influencia de la iglesia se dejaba sentir en las relaciones con los ciudadanos y los poderes públicos. En agosto de ese año el párroco de San Nicolás de Bari, en nombre de los cabildos de Algorta, Getxo y Berango, invitaba a que los ciudadanos y Ayuntamiento formaran parte de una peregrinación, que pensaban en breves fechas al Santuario de Nuestra Señora de Begoña. Y como lo de pedir era algo innato a la iglesia solicitaban al consistorio: “...en nombre de la junta de los tres cabildos, se facilite alguna ayuda de los fondos municipales, para alivio de personas pobres que desean participar en la peregrinación, pero no disponen de medios para costearse el gasto del viaje...” El consistorio con cargo al capitulo de beneficencia donaba 100 reales de vellón como ayuda. En esas mismas fechas D. Cándido de Zugazagoitia abría una nueva farmacia en Algorta.

En agosto de 1880 para poder ser elegido candidato a Diputado Provincial había que tener algún titulo que acreditase la capacidad del postulante. Entre los que deseaban optar a dicha plaza se encontraba D. José Ramón de Aqueche: “...quien solicitaba al consistorio ser incluido para las elecciones de Diputados Provinciales y Concejales, en clase de capacidad como Perito Mercantil. Así mismo se incluya a D. Santiago Echevarria y a D. Ramón de Barandica como pilotos...”

El tranvía de Bilbao a Algorta realizaba parada en la Avanzada para permitir que el empleado municipal, responsable del cobro de arbitrios, pudiera subir en la misma, y cobrar a las baserritarras que acudían a los mercados locales. En dicho punto, la Avanzada, disponían de una caseta para el resguardo del empleado y la caballería, que era utilizada para subir la cuesta.


Llegaba septiembre de 1880 y con el las horas de oscuridad aumentaban, los consumos de los líquidos que alimentaban los escasos faroles existentes en el Pueblo se disparaban, la mayor parte de ellos situados en calles céntricas de Algorta (Tetuán, actual Avd. Basagoiti) y alguno en Las Arenas (Plazuela, actual Bizkaiko Zubia). El consistorio acordó controlar el gasto de un único farol, para hacer una estimación del líquido necesario para toda la temporada. El responsable (el farolero) fue D. Francisco Lapresa, quien provisto de esparto para limpieza de los cristales, mecha y petróleo, era quien los mantenía encendidos. Encendido que tanto en Algorta como en Las Arenas duraba 3 horas. El combustible que se consumía era de 180 litros en Algorta y 60 litros en Las Arenas. En ese año se adquirieron 20 faroles nuevos cuyo importe supuso a las arcas municipales 4.241 reales.

La nueva Casa Consistorial de la Plaza de San Nicolás iba a ver finalizada su construcción, se estaba retejando, el 14 de octubre de 1880 por lo que el Ayuntamiento, para completar su fachada determinó que: “...el rematante de las obras D. Domingo de Aurrecoechea, coloque en la parte superior de la fachada, un escudo de armas de Vizcaya dibujado en piedra y con las palabras «Casa Consistorial Año 1881»…” En él se incluían a ambos lados los atributos del comercio y navegación.

El 22 de ese mismo mes, el consistorio ordenaba a la Comisión permanente de la Policía Urbana y Rural que se practicaran todas las diligencias necesarias para obtener todos los planos y datos sobre terrenos que habían sido vendidos en los arenales.

El 19 de octubre de 1880 se recibían las obras del Camino de Erega, que había realizado el rematante D. Gregorio de Bengoa. En esa misma fecha, era declarado por la Diputación como camino de primera clase, el proyectado que iba desde Plencia hasta la taberna del Ángel.

No todos los adelantos que se instalaban a fin de hacer la vida más cómoda a algunos vecinos, eran bien recibidos por el Ayuntamiento. Fue el caso de un “Potrero” (aparato para herrar animales) que en diciembre de 1880 se instaló en una fachada de la vía pública de Las Arenas, probablemente, por requerimiento de algún vecino a quien disgustaba el servicio y los herradores, tuvo que ser retirado.

Terminaba el año con un exhorto al rematante de vinos y licores para que tuviera siempre existencias en la taberna de Ángel.

Entre los años 1850 y 1880 parecía que la población se había dormido, ya que en la primera fecha Getxo contaba con 2.079 habitantes y en la segunda tan solo había crecido hasta llegar a los 2.807 habitantes. No llegaría a los 5.442 hasta finales de ese siglo.

En la próxima entrada veremos empezar el año 1881, bajo la presidencia de D. José Ramón de Arecheta, con una noticia referida al Barco del Pasaje. Y cómo la viruela hacía acto de presencia en el Puerto de Algorta.

lunes, 26 de febrero de 2018

CAPOTANDO SOBRE EREAGA




Aprovechando una fotografía del diario bilbaíno “El Liberal” de 1928, traigo a estas paginas un hecho acontecido en aquellas fechas, que atrajo la atención de cientos de vecinos de Algorta y barrios limítrofes. Es una entrada corta cuyo objetivo, es simplemente recrear un hecho ocurrido en una de nuestras playas.

Pero antes recordar que los espectáculos, las evoluciones aéreas y sus accidentes fueron una constante durante la primera mitad del Siglo XIX, en todo nuestro litoral. Algunos de aquellos acontecimientos ya he ido recogiendo en las entradas de mi Blog.

En “Alas rotas -II-” del viernes 19 de septiembre del 2014, donde recogía el accidente a aviación acontecido un 3 de Julio de 1951 al piloto Manuel del Rio y Periko Madariaga, a quienes un fuerte golpe de viento hizo que la avioneta en la que viajaban, diera con sus ruedas sobre el tejado de una de las casas del Puerto Viejo, de la calle Aretxondo, el edificio denominado “Juanena”. En la entrada “Aeroplanos bajo el Puente Bizkaia”, del viernes 5 de diciembre del mismo año, en la que describía como Jean Louis Conneau, conocido bajo el seudónimo de André Beaumont, en septiembre de 1912 realizó una exhibición con su “aerohidroplano” partiendo desde la playa de Las Arenas y sobrevolando todo el Abra y la ría, finalizando con el paso por debajo del Puente Bizkaia.

Este capotaje sobre la playa de Ereaga, aconteció el 13 junio de 1928. Hacía tiempo, al decir de la prensa, que algunos adinerados vecinos, habían adquirido una avioneta (un biplano pequeño de un solo motor) para su divertimento. El día de la entrega de dicha aeronave, un piloto militar amigo de uno de ellos se ofreció a acompañar a uno de sus jóvenes propietarios. Ese día una avioneta “avro” pilotada por D. Luis Pardo, quien viajaba desde Madrid en Compañía del joven Marques de Zuya, despegaba desde el aeropuerto de Getafe (Madrid) con destino a Getxo.

Tras un descanso para almorzar y cargar combustible en el campo de Gamonal (Burgos), salieron destino a Erega. Horas antes numeroso público poblaba la playa de Erega, esperando la llegada del pequeño biplano. Desde los tiempos de Poire no se había contemplado un acontecimiento similar en Bizkaia, protagonizado por un aeroplano. En el centro de la playa se había colocado una bandera blanca para avisar al piloto de la dirección del viento. El aparato apareció por encima de la casa de D. Horacio Echevarrieta.

Al llegar al Abra, eran las seis de la tarde, en el momento en que hacía su presencia la avioneta, una galerna desato toda su furia. El aeroplano aterrizó en medio de grandes bandazos en la playa. Cuando ya había tomado contacto con la arena y la aeronave se deslizaba con menor marcha, una fuerte racha de viento la hizo capotar, quedando los pasajeros boca abajo dentro de la carlinga. El biplano quedó destrozado por completo; la hélice y el ala inferior izquierda, fueron las que más sufrieron con el impacto. En esta ocasión los pasajeros resultaron ilesos. En la fotografía inferior se puede ver al piloto de la avioneta.


Rápidamente los vecinos de Algorta llegaron raudos para observar el aparatoso percance. Algunos de sus amigos que les esperaban en el Club Marítimo del Abra, acudieron a la playa, entre ellos estaban el Alcalde de Portugalete, D. Jesús Chapa, hermano de uno de los condueños de la avioneta. Otro de los que acudieron fue el Teniente de Alcalde de Getxo Sr. Artolozaga.

En cualquiera de los casos la multitud congregada sobre la arena de la playa, casi no dejaba ver la avioneta. Tras ella podía apreciarse el Balneario de Igeretxe. La maltrecha avioneta fue llevada al garaje Eguia de La Arenas, para ser preparada para llevar a reparar a Madrid.

jueves, 22 de febrero de 2018

ESTE GOBIERNO PONE EN PELIGRO LAS PENSIONES




Y los jubilados,cada vez más cabreados, salen a la calle para reivindicar unas pensiones justas, que no pierdan su poder adquisitivo, que permitan vivir con dignidad, que puedan calentar sus hogares y comprar las medicinas que por su edad necesitan.


Las calles cada día están más llenas de íra colectiva, nos roban y no contentos con ello se ríen de nuestros derechos y del bienestar de nuestra familias. Es este un aviso a navegantes, que no piensen que tienen el voto garantizado, cuando el hambre y el frío entran en los hogares, nada esta asegurado, un puñado de votos pueden cambiar las relaciones de poder.


Que vayan pensando que hasta los tontos útiles, cuando su bolsillo y el de sus hijos esta en peligro, reaccionan.


Los jubilados de Getxo también hemos formado parte de la pancarta, junto a todos los de las márgenes de la ría, y otras zonas de Bizkaia, la marea de jubilados que cubrían las calles desde el Ayuntamiento de Bilbao hasta Moyua así lo acreditaba esta mañana. 


No será esta la última movilización, están jugando con el bienestar de nuestras familias, el hartazgo cada día es mayor y las elecciones cada vez están más cerca. No piensen los poderosos que esta vez si pierde su marca azul, les salvará su marca naranja, ya sabemos que ambas son parte de la misma moneda, y no van a engañarnos.


miércoles, 21 de febrero de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO19 EN GETXO -21-



En esta entrada veremos cómo con la llegada de la Semana Santa el Ayuntamiento se preparaba para organizar el desfile de la procesión. Cómo naufragaba en la Galea la lancha del práctico de la Cofradía de Algorta D. Eustaquio Encera. Y cómo los veraneantes acudían en tropel a nuestras afamadas playas.

Y ya estábamos en la puertas de la Semana Santa, el Ayuntamiento previsor organizaba el desfile de la procesión: “...«para darle toda solemnidad a la procesión que tendrá lugar en la parroquia de San Nicolás los días 25 y 26 de marzo de 1880, acuerda se oficie al director de la banda de música tenga a bien asistir con ella, como compensación se ofrecerá un refresco, tanto a estos como a los portadores de la imagen de Nuestro Señor Jesucristo. Se oficie asimismo al sargento de carabineros a quien se ruega tenga la bondad de asistir con su fuerza, a la procesión a fin de establecer el orden»...”

El 6 de abril de 1880 naufragaba en la Galea la lancha del práctico de la Cofradía de Algorta D. Eustaquio Encera. Su tripulación salvó la vida según decían: “...milagrosamente, ordenando el Ayuntamiento se le paguen 200 reales a fin de mitigar su desgracia...” El Noticiero Bilbaíno también recogía la noticia el día 7 de ese mes: “...«Ayer tarde había naufragado una lancha tripulada por 15 nombres a la vista de Algorta»...” Al día siguiente aparecía en el mismo diario: “...«sobre la suerte que cupo anteayer a los tripulantes de dos lanchas de práctico de Santurce y Algorta, afortunadamente no ha habido que lamentar ninguna desgracia; la lancha de Algorta llevaba a bordo 10 hombres, el vapor Ingles que la remolcaba salvó a todos los tripulantes»...”

Los veraneantes acudían en tropel a nuestras afamadas playas, y el consistorio a mediados de abril ya pensaba en facilitarles la localización de las mismas, sobre todo la de más incipiente acceso, la de Ereaga en Algorta: “...«para que sepan los forasteros cuando lleguen al pueblo los caminos que conducen a la playa de mar de Ereaga, sería conveniente colocar dos rótulos, en los dos extremos del nuevo camino, uno en la Plazuela de Carnicería y otro en el callejón junto a la casa llamada de Lazurtegui, en Las Arenas»...” La propia prensa ya anunciaba: “…«!Para los que gusten veranear y tomar baños en Algorta! En dicho pueblo encontrarán este verano los forasteros que asistan todas las comodidades que son de desear, porque con las muchas obras de mejoras ejecutadas se ha completado todo lo que le faltaba a su hermosa playa de mar, la mejor sin rival del mar Cantábrico. Dicho pueblo es muy pintoresco, elevado y limpio, cuyas casas muchas de ellas nuevas, con jardines y huertos, están blanqueadas y pintadas con todo esmero, para recibir huéspedes, cuentan con fondas, un casino nuevo con café y billares, han sido construidos dos caminos espaciosos, y cómodos para bajar a la playa»...”

El 26 de abril de 1880 se recibía un oficio del Jefe de Estadística de la Diputación General, en el se solicitaba al Ayuntamiento de Getxo: “...«La remisión de la relación de medidas agrarias y cuadras, con sus equivalencias en medidas métricas, más utilizadas en la población»…” Esta medida venía a complementar la del 21 de julio de 1860 elaborada por dicha Diputación, que venía a declarar obligatorio el uso del sistema métrico decimal.


En esas mismas fechas, abril de 1880, se expropiaban terrenos para la colocación de las vías del Tranvía, desde un punto al que llamaban “La Carnicería”, que debía estar en la casa Benguria, y que correspondía al numero 57 de la calle Mayor (Actual Avd. Basagoiti), hasta la zona de Amesti.

Los ingresos municipales seguían siendo más bien escasos, salían de la recaudación de arbitrios, consistían básicamente en vinos y licores, abacería (aceite, vinagre, bacalao), carnes y materiales de construcción (piedra de las canteras municipales).

En mayo de 1880 la Compañía del Tranvía solicitaba y obtenía el permiso, par la instalación de un aljibe con una fuente en la Plazuela de Las Arenas (actual Bizkaiko Zubia) para el servicio público y poder regar las vías del tranvía, además de dicha plaza.

Una de las tradiciones que en Algorta se repetía en 1880, era la procesión del Corpus Christi, que ese año se iba a celebrar el 27 de mayo. Recordar el recorrido que realizaba en esas fechas. Tenía la salida desde la Parroquia de San Nikolas, iba por Altamira hasta la Plazuela de Jardingana, bajando por la calle San Nikolás hasta el Etxetxu, allí la cofradía de Mareantes instalaba un pequeño altar, donde celebraban el acto religioso; desde allí subía nuevamente por Aretxondo hasta la Parroquia. Los actos religiosos y la procesión iban encabezados por la banda de música dirigida por D. Idelfonso Arrola y la fuerza de carabineros al mando de su sargento, que iba con el uniforme de gala. Previamente el consistorio instaba a encalar todas las viviendas del recorrido: “...«El Ayuntamiento recomienda a los vecinos del trayecto que ha de recorrer la procesión, blanquear y decorar de la mejor manera posible todos los frontis de las casas y balcones»...” Durante la procesión se dispararon cohetes, cuyo valor fue de 108 reales.


Y como el verano y los veraneantes se hallaban próximos, a comienzos de junio el consistorio en junio de 1880 decidía: “...«Publicar en el diario de Madrid “La Correspondencia de España”, las obras y mejoras hechas por este Ayuntamiento en la población, a fin de que sea un estimulo a las muchas personas que traten de asistir a los baños de mar»...” En aquel verano insertaron 10 veces dicho anuncio. Y para amenizar las tardes de festivos acordaron: “...«Hacer un convenio con la Banda que dirige D. Idelfonso Arrola para las funciones religiosas y festejos, para que sirva de atractivo a la gente forastera que acude en verano. En julio y agosto, para que toquen desde las cinco de la tarde hasta el anochecer, y en septiembre desde la cuatro. También tendrán que tocar en los bailes de noche que disponga el Ayuntamiento en la romerías de Algorta y Guecho, desde la nueve hasta las doce de la noche; y en las dos romerías de Las Arenas por la tarde. La banda también asistirá a las funciones religiosas de Viernes Santo, Corpus Cristi, así como a las funciones de San Nicolás y Nuestra Señora de Agosto. La banda que asista a los actos contará al menos con 20 miembros»...” También acordaron tocar en el paseo de la Avanzada el día 24 de junio. Para reforzar el instrumental de dicha banda acordaron adquirir un bajo. Los músicos percibían al año 5 reales por sus actuaciones. En la Plazuela de Las Arenas, a petición de la compañía del Tranvía, se colocaron faroles para el alumbrado y urinarios.


Las romerías de Algorta que se habían venido celebrando en la campa del Castillo, un espacio a decir de las actas algo reducido, veían impedida su celebración en aquel espacio, por las trincheras y zanjas que el ejército había realizado para prácticas de tiro con cañón, por lo que el consistorio solicitó a la autoridad militar: “...«demoler aquellas trincheras o parapetos»…”

Un pequeño conflicto se desató el Algorta a principio de julio de 1880, el causante del mismo: “...«las prendas y joyas de Nuestra Señora de la Concepción»...” El cura párroco de San Nicolás de Bari y el Obispo reclamaban la entrega de las mismas, que algún vecino, al parecer, tenía en su casa. Objetos que fueron reclamados por el consistorio ya que el vecino tenedor se negaba a entregarlas.


En la próxima entrada veremos cómo la lactancia para niños de pecho era una de las ayudas municipales; y cómo ya cercanas las fiestas de San Nicolás, el Ayuntamiento las preparaba con diligencia.

domingo, 18 de febrero de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO19 EN GETXO -20-



En la anterior entrada veíamos cómo a nuestro Pueblo le llegaba la hora de las clases de educación para adultos. Cómo el paso de carruajes deterioraba la plazuela de Ereaga. Y cómo en los carnavales, la banda municipal se preparaba para salir de estudiantina por el pueblo, para obtener algunos recursos que sirvieran para aliviar sus gastos. En esta veremos como se premiaba a los niños de las escuelas municipales y como algunos filántropos de Algorta creaban un hospital cerca de San Ignacio.

Y los premios para los niños y niñas de las escuelas municipales aparecían en nuestro municipio de la mano de nuestros ediles: “...«se compraron diversos objetos por un valor de 129 pesetas, a fin de que sean premiados los niños de ambos sexos, de las cuatro escuelas públicas que sostiene este Ayuntamiento»...” También era premiadas las niñas pobres de la Fundación Andrés Cortina y Piñaga, aunque no parece que las 50 pesetas que se dedicaron a dicha fundación agradaron a los responsables de la misma, ya que protestaron ante el Ayuntamiento !Probablemente por considerar que de alguna forma, al separar los premios del resto de las escuelas se les estaba discriminando!.

El estado de los caminos de nueva construcción preocupaba a nuestros ediles en diciembre de 1879. Por ello procedieron a prohibir el tránsito por el camino peatonal de Ereaga de: “...«todo ganado vacuno, caballar, asnal y de cerda»...”Pero no era la única sujeta a prohibición, ya que también se prohibía: “…«el paso de todos los carros y carretillas , aunque fueran de mano, por las aceras de la calle San Nicolás»...”

En diciembre de 1879 D. Francisco Ciriaco de Menchaca, profesor de arquitectura, firmaba un escrito referido a la Escuela de Náutica del Puerto Viejo de Algorta, en el que se decía: “...«Habiendo acordado la Ilustre Corporación Municipal de la Anteiglesia de Guecho, el habilitar y poner el Edificio de la Escuela de Náutica de su jurisdicción de modo que pueda, con la decencia necesaria hacer los estudios de Pilotaje para la dirección de buques en la mar»...” En ella se guardaba, en un lugar prominente, en un armario, los instrumentos de Pilotaje.

El 18 de diciembre de ese año, los mozos del municipio que habían servido en las milicias Liberales, se veían compensados: “...«el Ayuntamiento quedó enterado de las disposiciones superiores, que aparecen insertadas en el Boletín Oficial del día 13, sobre la exención que rige sobre mozos quintos y marinos, de los hijos de los que con las armas defendieron, en la última guerra civil, los intereses del Rey legitimo de la Nación»…”


Terminaba el año 1879 con noticias sobre la beneficencia, la cual ayudaba a los más pobres, a través de algunos de esos filántropos como D. Francisca de Abaroa, que abrió a sus expensas un hospital frente al actual Ayuntamiento, cuyas llaves entregaron sus testamentarios D. Mariano de Arana y D. Luciano de Alday al Consistorio el 24 de diciembre de 1878. Cuando nuestro pueblo contaba con los siguientes habitantes por barrio:

Getxo (Andra Mari) contaba con 780 habitantes.

Algorta contaba con 1564 habitantes.

Las Arenas tan solo tenía 157 habitantes.

Empezaba 1880 con noticias de prohibiciones, ahora eran las tabernas y sus horarios de cierre las llamadas a penalización: “...«Teniendo en cuenta algunas quejas obtenidas a consecuencia de la deshora en que cierran por la noche las tabernas y casas de bebidas de esta Anteiglesia, y considerando los males y disgustos que pueden producir…, este Ayuntamiento acuerda se publiquen y coloquen en sitios acostumbrados los bandos ordenando queden desiertas de toda gente extraña a la familia que ocupan todas las tabernas y casas de bebidas de esta jurisdicción a las nueve de la noche»...” Las penalizaciones más fuertes recaían sobre los dueños de las casas de bebidas, que eran multados con 5 pesetas, a los usuarios se les multaba con 1 peseta.


En Algorta algunas obras finalizaban su construcción: La rampa y paredón del Puerto de Algorta el 19 de enero de 1880, habían sido realizadas por D. Gregorio de Bengoa. Así como las de la calle de San Nicolás y su caño, que ejecutó D. Teodoro Uztueta; obras que se realizaron frente a la casa Bartoloena, frente a Jardingana, que habían consistido entre otras cosas en la colocación de unas verjas para protección del caño. También finalizaban las obras de construcción de la fuente de la campa de Santa María, cuyo artífice fue D. Ignacio Echeandía; obra por al que hubo que indemnizar con 8 pesetas de maíz al inquilino de la heredad D. José Antonio de Cortina. Y finalmente las de la fuente de Sarri, cuya obra fue realizada por D. Sebastián de Aguirremota.

Las obras del tranvía ya empezaban a avanzar hacia Algorta desde el lugar desierto que entonces era la Avanzada (el triángulo). El Ayuntamiento aprobaba el trazado del tranvía hasta la Plaza de Santucu (Alango), el 19 de enero de 1880. Los trazados fueron presentados por el ingeniero D. Laureano Gómez Santa María.

La venta de carnes frescas, que al parecer en verano incomodaban a los vecinos de Algorta, fue uno de los temas que tuvo que abordar el consistorio, ya que un vecino D. Ángel Barcena, solicitaba la venta de las mismas en una caseta de madera que iba a colocar en Mantequena (una tejavana situada en la entonces calle Carreras al Castillo, actual Erementariena). Era a finales de enero de 1880, y el Ayuntamiento acordaba: “...«conceder permiso solo hasta el 31 de mayo próximo, debiendo desaparecer y dejar aquel lugar como estaba al principio, para evitar que se convierta en un foco de insectos que incomoden y molesten a los vecinos»...”

El 5 de febrero de 1880 el consistorio trataba sobre la solicitud de la Compañía del Tranvía, para llevar la vía del tranvía hasta Amesti, dejando el tema sobre la mesa para tratar ese asunto en una Junta Municipal, que se iba a celebrar el día 7, y a la que iban a asistir la Asamblea de Vocales Asociados. En marzo de 1880 ya se preveía la llegada del tranvía a Algorta.


Y como ya estaban próximos los carnavales, D. Idelfonso Arrola músico mayor de la banda solicitaba: “...«que la banda salga de estudiantina por carnavales para obtener algunos recursos que sirvan para aliviar los gastos sufridos en establecer dicha banda»...” Sin embargo, le era denegado realizar un baile que habían solicitado por carecer de local propio.

De cara al próximo verano el consistorio veía la necesidad, por la afluencia de veraneantes, realizar un muelle que permitiera pasar desde Ereaga hasta el Puerto de Algorta, por lo que encargó un estudio económico al maestro de obras D. Francisco Ciriaco de Menchaca.

El 4 de marzo de 1880 el Ayuntamiento acordaba que se guardara en la Secretaría Municipal un cuaderno o libro titulado “Colección de los informes y documentos más interesantes que constan en las actas del Ayuntamiento Invicta Villa de Bilbao”. En el se recogía el periodo administrativo comprendido entre abril de 1877 y el 30 de junio de 1879 (Bilbao 1877-Librería de la viuda de Delmas, correo 4).

El 18 de marzo de ese mismo año por algunas quejas de vecinos y por otra presentada por los cortadores de Bilbao sobre los inconvenientes que provocaba la celebración de las ferias de ganado de Las Arenas, que se venían celebrando el segundo y cuarto domingo de mes: “...«la celebración a horas impropias de las ferias de ganado, se celebre a horas más propias para poder verificar las compras y ventas...” Por lo que el consistorio decidía: “...teniendo presente las quejas presentadas por algunos vecinos, que desde el próximo abril en adelante, se celebren las ferias de ganado solamente el segundo y cuarto jueves de mes, desde la una de la tarde en adelante»...” Publicaron aquel acuerdo en el Noticiero Bilbaino.


En la próxima entrada veremos cómo con la llegada de la Semana Santa, el Ayuntamiento se preparaba para organizar el desfile de la procesión. Cómo naufragaba en la Galea la lancha del practico de la Cofradía de Algorta D. Eustaquio Encera. Y cómo los veraneantes acudían en tropel a nuestras afamadas playas.

jueves, 15 de febrero de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO19 EN GETXO -19-



En la anterior entrada veíamos algunas tradiciones festivas de Getxo y cómo el verano nuestras las playas atraían al los forasteros. En ésta veremos cómo también a nuestro Pueblo le llegaba la hora de las clases de educación para adultos; así como el paso de carruajes deterioraba la plazuela de Ereaga.

La educación para adultos empezaba a tomar cuerpo en octubre de 1879. La responsable de tomar la decisión fue la Junta Local de Primera enseñanza. La petición al consistorio la encabezaron Dña. Antonia Triana, Dña. Carmen de Cortina y Dña. María de Berreteaga. El 1 de octubre de 1879 el Ayuntamiento acordaba: “...Conceder el local de la escuela de niñas de Algorta para que puedan establecer en ella clases dominicales de enseñanza para jóvenes adultas...”

El día 5 de octubre era señalado para recibir en el Ayuntamiento a una junta de vecinos de Las Arenas. Partía la misma de una petición realizada el 23 de septiembre por D. Ezequiel de Aguirre.

Y seguíamos a primeros de octubre de 1879, cuando el párroco de San Nicolás de Bari de Algorta recordaba al consistorio su deseo de que el Ayuntamiento cumpliera con: “...«lo acordado en la sesión del 26 de junio de aquel año, relativo a la colocación de tres vidrieras de Santos en las ventanas de la nave de esta iglesia»...” El consistorio parece que deseaba abaratar el coste por lo que solicitó al párroco: “...«que valore cuanto podría costar colocar tres vidrieras separadas con Santos o colocar tres con flores de diferentes colores»...”

El paso de carros por la plazuela recientemente construida de Ereaga era otro de los asuntos que preocupaba a nuestros ediles. Su deterioro era debido a que los carros transitaban indiscriminadamente a lo largo de toda la vía, provocando socavones, que poco a poco hacían intransitable dicho camino: “...«se observa que los carros destrozan completamente la plazuela construida últimamente en la playa de Ereaga, a causa de no hallarse el camino expresamente señalado para el paso de carros»...” Así tomaron la decisión de: “...«que en línea con el antiguo camino de carros, se fije con mojones un camino suficiente para que puedan pasar por él, en el trayecto de la plazuela, todos los carros que bajan a la playa»...” Para poder acometer las reparaciones, de los socavones, que las llantas de los carros ocasionaban en el camino, establecieron una multa de 10 reales para los que no siguieran el camino indicado. No era ese el único tramo que se veía dañado por los carros, por lo que decidieron prohibir el paso de dichos carruajes por los paseos de todos los caminos o carreteras, que al parecer también eran invadidos por los conductores de los carros, penalizando a estos con multa de 2 pesetas.

Algunos propietarios de la calle San Nicolás de Algorta vertían las aguas sucias de sus viviendas a la vía pública, haciendo caso omiso a lo ordenado por el Ayuntamiento para que se injertaran al caño maestro municipal, previo pago de 734 reales. El consistorio acordó darles 48 horas para ejecutar dicha acometida, en caso contrario les sería impuesta una multa de diez pesetas a cada uno. Algunas de aquellas aguas provenían de la casa llamada “Peruchena”.


Los costes de las actuaciones de bandas musicales en el municipio, en las fiestas del verano de 1879, hacían recapacitar al consistorio sobre la necesidad de la creación de una banda municipal, compuesta por músicos locales. Para ello se pensó en la persona de D. Idelfonso Arrola, consiguiéndose el siguiente acuerdo “...D. Idelfonso Arrola se compromete y obliga a que en el Pueblo funcione una banda de música tomando a su cargo la enseñanza, para la próxima primavera. En número de 20 individuos cuando menos y preservar dicho número de músicos para el futuro, al precio que se estipule…” La compra de los instrumentos corría a cargo del consistorio, y las faltas por mal uso a cargo de Arrola. La primera compra del instrumental se realizó en un comercio de Bilbao de propiedad de D. José Pablo Calvo, en ella se incluían seis instrumentos Alemanes y los restantes de fabricación Francesa. Para el sostenimiento y enseñanza de la banda se gratificó al organizador con 1.000 reales al año.

Después de años apartados del resto de los mortales, los fallecidos no católicos iban a tener un tratamiento post mortem junto a sus vecinos en octubre de 1879. En las actas del 23 de octubre de ese año se recogía un oficio del párroco de San Nicolás solicitando: “...«la construcción de un local para enterrorio de las personas que no pertenezcan a la religión católica»...” Algunas normas del Código de Derecho Canónico señalaban como dejados de sepultura eclesiástica a quienes no hubieran dado alguna señal de arrepentimiento, a Apóstatas, integrantes de sectas heréticas o cismáticas, masones y similares. Excomulgados. Suicidas. Duelistas. Los que hicieran quemar su cadáver o los pecadores públicos. Casi al final de su vida efectiva, en junio de 1884, intervenía nuevamente sobre la necesidad de su construcción el primer edil de Getxo D. Eladio de Sustatxa quien hizo ver que: “...según las leyes vigentes, se debía destinar también “un lugar independiente y digno para enterramiento de los no católicos...” El cementerio de San Nicolás fue clausurado en 1907, si bien, ya desde 1885 se prohibió el acceso a los familiares, debido al deterioro del mismo.

En octubre de 1879 los vecinos de Las Arenas solicitaban al consistorio que se nombrara un medico para atender al barrio y se nombraba la Junta de Sanidad Municipal para el periodo de 1879 a 1881.

La Escuela de Náutica de Algorta que nació al albur del Decreto del 8 de julio de 1787, su fecha de creación no se puede fijar hasta el 28 de abril de 1868, fecha en la que el Ayuntamiento de Getxo abrió un expediente para la transformación de la Ermita de San Nicolás de Bari de Algorta en Escuela de Náutica. El 6 noviembre de 1879 daba un nuevo paso para garantizar los derechos de la Cofradía de Mareantes y del propio Ayuntamiento: “...con asistencia del Ayuntamientos y apoderados de la Cofradía D. Mariano de Arana y D. José Julián de Mandaluniz, se establece una condición en la escritura que se va a otorgar ante el Notario D. Ricardo de Vildosola, vecino de Portugalete. Si desapareciese la Escuela de Náutica por fuerza mayor, o mediante los preceptos que establezca una Ley, sin culpa y contra la voluntad del Ayuntamiento, este quedará obligado a establecer en seguida una escuela superior o de segunda enseñanza para comercio. Si por cualquier concepto imprevisto fuera indispensable esta escuela contra la voluntad del Municipio, queda obligado este sin pretexto alguno a pagar a la Cofradía 10.000 reales al año, en consideración a los derechos que tiene adquiridos en virtud de la escritura de 1842; quedando esta anulada y sin valor alguno...” Se establecía en aquellas condiciones que el dinero anual, debía de ser invertido en mejoras del puerto o en cualquiera que la Cofradía estimase.

El camino de la Plazuela de Las Arenas a Algorta aparecía reflejado en un plano del 10 de edificación aprobado por Real Orden del 10 de diciembre de 1864.


En ese mes y año, el Tamborilero seguía siendo un personaje importante en el Pueblo, y era nombrado de forma oficial por el consistorio. El día 16 de noviembre de 1879 tomaba posesión de su cargo D. José María de Garaizabal.

El 27 de noviembre se daba autorización a D. Juan Ramón de Menchaca para construir un calero, para fabricar cal, al Nordeste de la cantera de Arnabar (era una zona situada en el límite de Berango, en la zona de Askorri).

Por aquellos días las aportaciones municipales para “Culto y Clero”, que se hacían a la iglesia local, según decían los curas y beneficiarios de la Anteiglesia de Getxo: “...Se venían utilizando para la redención de los mozos...”


En la próxima entrada veremos algunos aconteceres de la “Escuela de Niñas Pobres” de San Martín y cómo algunos filántropos como D. Francisca de Abaroa, abrían a sus expensas un hospital frente al actual Ayuntamiento.

domingo, 11 de febrero de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -18-



En la anterior entrada de esta serie, veíamos cómo se anunciaba la inauguración de la Escuela de Niñas Pobres de San Martín, en Algorta. Así como La costumbre de blanquear las paredes de algunos edificios de propiedad municipal, que ya se tenía en julio de 1879. En esta veremos otras tradiciones de nuestro pueblo.

Una vez llegadas las fiestas del Pueblo, el 24 de julio de 1879, que para los ediles de entonces parece ser que eran las de Algorta y Andra Mari. Comenzaron a prepararlas y fijaron los siguientes criterios: “...la celebración de la parte religiosa como los festejos y diversiones públicas, a fin de que sean un atractivo para la gente forastera, que los días de San Ignacio y Santa María tengan lugar funciones religiosas, según costumbre, y que los señores párrocos se encarguen de buscar predicadores. Se den bailes campestres en la Plaza, contratando una banda decente de música, que asista el día 11 a la función religiosa. Se proporcione alumbrado para las noches festivas. Que la romería de San Nicolás, del día 13, se realice en la Plaza de Alangüetas y que la romería de San Ignacio se realice en la misma plaza...” Curiosamente, no iba a ser ninguna banda del Pueblo la encargada de amenizar las fiestas. Por decisión municipal fue nombrada para tal menester la Banda del Regimiento de Toledo N.º 35. Aquel año se invirtieron en fiestas 3.948 reales.

El 24 de julio de 1879 se daba noticia de la renuncia del Alcalde de Barrio de Las Arenas D. Andrés Larrazabal. El consistorio propuso para sustituirle al regidor D. Martín de Arispe. Y aprovechando la ocasión, en referencia a la celebración de las fiestas: Las de San Ignacio en Alango fueron presididas por el regidor D. Martín de Berasaluce. Las de San Nicolás, que se habían venido celebrando en la zona denominada el Castillo (Usategi), iban a ser trasladadas a la plaza de Algorta (San Nicolás), ya que las maniobras y obras de fortificación que estaban realizando los artilleros, impedían utilizar la zona como espacio festivo, como venía siendo tradicional; e iban a ser presididas por los regidores Madariaga, Uria y Larrondo. Las fiestas de Las Arenas, en el caso de no presidirlas el Alcalde de Barrio, lo hicieran los regidores D. Feliciano de Ansoleaga y D. Manuel Uria. Pero ya el barrio de Las Arenas empezaba a coger solera, y la llegada de veraneantes adinerados hacía crecer nuevos locales de diversión, por lo que a primeros de agosto de 1879 los vecinos de Bilbao D. Francisco Novas y D. Teodoro Mendizabal, solicitaban permiso para celebrar bailes en la temporada de verano en un edificio de Las Arenas que pensaban dedicar a Casino y Fonda.


Como era verano y las playas atraían al los forasteros también acordaron que se realizara: “...un camino peatil a la playa de Areachu cerca de Arrigunaga, y que se haga de coste barato, con los camineros de la población, nombrando administrador de las obras al regidor D. Francisco de Uriaguereca...”

El 23 de agosto de 1879, por fin se aprobaba la construcción de la vía del tranvía de Las Arenas a Algorta: “...se dio cuenta de las bases preliminares acordadas con la empresa del tranvía para la continuación de la vía hasta la población de Algorta...”

Y en esas mismas fechas el cura de Las Arenas se declaraba en rebeldía si no se le aumentaba el sueldo. El cura de dicho barrio D. Cipriano de Charroalde amenazaba con: “...marcharse a otro pueblo si no se le pone un sueldo regular para poder sostenerse...” El consistorio, ante esa eventual partida, tomó la decisión de: “...aumentarle el sueldo de los 2.000 reales que venía percibiendo a 3.500 reales…, y le solicitaba comenzara a prestar nuevamente sus servicios desde primeros de septiembre...”

El tranvía de Bilbao a Las Arenas, próximo a continuar hasta Algorta, a fin de atraer más viajeros, decidía celebra una “Fiesta Veneciana” en este último barrio en la noche del 30 de agosto de 1879.

En septiembre de 1879 el Ayuntamiento acordaba poner en marcha el nuevo convenio pactado con la Cofradía de Mareantes del Puerto de Algorta. Los responsables de la puesta en marcha del convenio fueron el Alcalde de Getxo D. Ramón de Arecheta, el primer teniente alcalde D. Martín de Berreteaga y el sindico D. Feliciano de Ansoleaga. Se trataba de poner en marcha la Escuela de Náutica.


En ese mismo mes, uno de los servicios que creaban dolores de cabeza al consistorio era el “Barco del Pasaje”. Servicio que no solo afectaba a Getxo, ya que el barco de pasaje, que venia funcionando desde el Siglo XV, suponía una importante fuente de ingresos para las anteiglesias de Berango, Getxo, y Leioa, ya que de las 5 anteiglesias que instituyeron el barco, finalmente quedaron las tres citadas como propietarias, tras hacer dejación de sus derechos Sopelana y Urdúliz. Aquel derecho devenía de una “Real Carta Ejecutoria” por la que les era atribuida la potestad de poner barco y nombrar barquero. Pero, a lo largo de los años, las relaciones con algunos de los barqueros, no siempre fueron del todo fluidas, en algunos casos por cobros indebidos, en otros por intervenciones de autoridades militares. En 1879, uno de los motivos de desavenencias fue la intervención de la Ayudantía de Marina: “…en un oficio remitido el 16 de septiembre de 1879 por el rematante del barco de pasaje a Portugalete y viceversa, de este pueblo, Berango y Lejona, haciendo ver la imposibilidad de continuar con dicho servicio, a consecuencia de las medidas que le ha impuesto en Ayudante de Marina, fuera de las condiciones de contrato...” El Ayuntamiento de Getxo acordaba: “...que no pudiendo consentir que a consecuencia de las medidas adoptadas, sean lastimados los derechos, que desde tiempo inmemorial tienen adquiridos los tres pueblos, sean invitados a este salón los Alcaldes de los municipios citados, para elevar las quejas por dicha medida...” El objetivo de dicha queja era evitar que los vecinos de los tres pueblos tuvieran que abonar ningún estipendio por el pasaje ya que según el contrato firmado con el rematante del barco, no debía de cobrarse a los vecinos de Getxo, Berango y Leioa cantidad alguna. Poco más tarde, el 2 de octubre de 1879, lo incluyó en ésta. Iba a ser D. Juan Bautista de Basagoiti el artífice de una queja vecinal sobre el barco del pasaje: “...se ponga remedio a los abusos de cobro de dinero y de servicio que se hace en el barco del pasaje de Portugalete, contratado por este Pueblo y los de Berango y Lejona...” El Ayuntamiento acordaba trasladar las quejas al Comandante de Marina. En dicha queja se solicitaba: “...cumpliendo las condiciones estipuladas en el contrato de dicho servicio, absténgase de cobrar cosa alguna por el pasaje a los contratados...”


En la próxima entrada veremos la llegada de la hora de las clases de educación para adultos; y como el paso de carruajes, deterioraba la plazuela de Ereaga.