En
la anterior entrada veíamos cómo a principios de mayo de 1887 la
Diputación Provincial tenía algunas dudas de las cuentas
municipales, de los ejercicios desde 1877 al fin del año económico
de 1885-1886.
D.
Antonio de Trueba, “Antón el de los cantares”, desde que en 1862
fuera proclamado
por las Juntas Generales de Vizcaya cronista y archivero del Señorío,
pese a que reconocía su precaria formación histórica, se ocupó en
recopilar información para escribir una “modesta” “Historia
General de Vizcaya”. Junto a aquella historia publicó regularmente
una sección en “El
Noticiero Bilbaíno” titulada “El Gabán y la Chaqueta”.
El
22 de mayo de 1888, D. Antonio de Trueba, “Antón el de los
Cantares”, publicaba en el diario “El Noticiero Bilbaíno”, el
artículo “El Gabán y la Chaqueta”, en él, al realizar una
crítica literaria hacia la falta de consideración por el no
reconocimiento a los fotógrafos de la condición de artistas por la
academias más prestigiosas de Europa. Sin embargo, en ese artículo
aseveraba, al referirse a uno de nuestros insignes pintores, el
bilbaíno D. Juan de Barroeta, que entre otras obras nos legó “El
Abra de Bilbao desde Algorta” y “La Peña de Arriluze”, decía
reconociendo el mérito de este pintor:
“...Algo
parecido a esto ha hecho recientemente con gran éxito el pintor
bilbaíno D. Juan de Barroeta para reproducir el hermoso y gran
establecimiento titulado “Baños de Mar bilbaínos” y sus
bellísimos alrededores marítimo terrestres. Que comprenden el Abra,
Portugalete, Santuce, Algorta y la llanura de Lamiaco, en que se
asienta el establecimiento balneario creado por los hijos de D.
Máximo de Aguirre...”
El
24 de mayo de 1888 se recibía en las oficinas municipales un
presupuesto, redactado por el Subdirector de Telégrafos de Bilbao
Sr. D. E. Urrestarazu con los materiales necesarios para la creación
de una Estación Telegráfica Extrema: “...De
sistema Morse, de 16 kilómetros de línea a un solo hilo...”
Aquel presupuesto, que no incluía los postes y mano de obra, tenía
un precio total previsto de 2.275,85 pesetas. El Ayuntamiento de
Getxo tomó la decisión de: “...Siendo
muy útil que esta estación telegráfica se instale lo antes posible
en esta localidad, y valiéndose de personas inteligentes en la
materia, se formulen las condiciones y presupuesto con el fin de
sacar a pública subasta todo el material...”
Acordaron también que la dirección de las obras recayera: “...Como
persona competente en la materia; se confíe al Sr. D. E.
Urrestarazu...”
El Ayuntamiento iba a sacar a pública subasta el día 10 de junio el
suministro de 280 postes para el tendido telegráfico desde Algorta a
Bilbao.
El
25 de mayo de 1888 aparecía en la prensa “El Noticiero Bilbaíno”
el anuncio del arrendamiento, por 5 o más años del pabellón
“Portugalete” del edificio de “Baños de Mar Bilbaínos” de
la familia Aguirre: “...Este
edificio, de tres pisos, tiene 47,5 metros de largo por un promedio
de 12 metros de ancho...”
En el anuncio daban la posibilidad de convertirlo en fonda o
simplemente en habitaciones para alquilar los veranos. A las personas
que había que dirigirse para aquel arriendo eran D. Andrés
Larrazabal, de Las Arenas y D. Ramón Coste, de Bilbao. Según se
desprende del hecho de iniciar esta operación mobiliaria, parece que
los años de esplendor del balneario comenzaban a pasar.
El
30 de mayo de 1888 se recibía una circular de la Diputación
relativa a: “...La
conveniencia de promover el oportuno expediente con arreglo a la Ley
para exceptuar de la venta los bienes de aprovechamiento común que
posee ese Ayuntamiento...”
La
casa “Gabrielena” enclavada en la calle San Nicolás de Algorta,
que pertenecía en mayo de 1888 a D. Juan Antonio Basarte y al menor
D. José Fernández Sánchez, tuvo un pequeño litigio en el que
intervinieron D. Santiago Diliz y el teniente de Alcalde D. Pedro
Bonifacio Sarria, el primero solicitaba: “...Se
le cediera un terreno sobrante de vía pública, perteneciente al
Ayuntamiento, enclavado entre la calle San Nicolás y la casa del
exponente...”
Aquella solicitud se opuso D. Pedro Bonifacio Sarria alegando:
“...Que
la casa “Gabrielena”, perteneciente a D. Juan Antonio Basarte y
al menor D. José Fernández Sánchez, recibe perjuicios porque tiene
luces por la parte del terreno que se trata…”
El consistorio decidía en una ”solución salomónica” denegar la
venta pero sacar a subasta dicho terreno. Dictamen al que el Sr.
Sarria se opuso debido a que: “...No
encuentra adecuado sacar a subasta dicho terreno porque uno de sus
propietarios se halla ausente en la Isla de Cuba, y no podrá asistir
a la subasta...”
A pesar de ello el consistorio hizo valer la mayoría de votos a
favor de la venta.
Las
Arenas, en mayo de 1888, utilizaba para su alumbrado siete cajas de
petróleo, que fueron suministradas por D. Victor Sertucha por un
valor de 115,50 pesetas.
Por
otra parte el Ayuntamiento de Getxo acordaba el día 30 de mayo de
1888 acudir en pleno a la procesión del Corpus que se iba a celebrar
en la Iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta.
El
agua, un bien tan demandado por los habitantes de Getxo, máxime por
los entonces ganaderos de la zona de Alango, era objeto de petición
de una solución municipal, el 7 de junio de 1888, ya que de la
fuente y lavadero de dicho barrio se surtían regularmente mediante
calderas o vasijas, por lo que demandaban se construyera un
abrevadero en un lateral de dicho lavadero. Autorizando el
Ayuntamiento la construcción de dicho abrevadero para dar servicio a
los ganaderos.
Para
el 16 de junio de 1888, uno de los primeros establecimientos
hosteleros de Las Arenas ya se anunciaba en las páginas de la prensa
bilbaína. Se trataba de la “Fonda Aramberria”, de la que se
decía en la publicidad: “...Se
arrienda una fonda de moderna construcción en Las Arenas, se halla
situada en el punto más céntrico y reúne todas las condiciones
necesarias para ese objeto, habiendo sido edificada con arreglo a los
últimos adelantos de la época. Para informes dirigirse a D. José
María de Aramberria, en Las Arenas...”
Pocos días más tarde, el 24 de junio, abriría la temporada de
baños el establecimiento de “Baños de Mar Bilbaínos”.
El
día 22 de junio de 1888 aparecía en el “Noticiero Bilbaíno” la
noticia de que: “..Ha
sido presentado en la exposición de Barcelona, con su privilegio de
invención correspondiente, el proyecto de puente movible para el
cruce del Nervión entre Las Arenas y Portugalete, obra del
arquitecto D. Alberto Palacio...”
También se presento en esa exposición: “...Por
la Comisión Hidrográfica un “Domo Astronómico”, aparato que
inventó en 1880, este mismo arquitecto, siendo alumno de la escuela
de Ingenieros Mecánicos...”
Aquel aparato tenía aplicación exclusiva para observaciones
astronómicas, cabían en su interior un observador y su ayudante:
“…Tiene
un movimiento horizontal tan rápido, que permite enfocar
instantáneamente un astro en un punto cualquiera del horizonte, y su
disposición es tal, que puede seguir en toda su trayectoria pasando
por el zenit, sin hallarse nunca interrumpida la visual por obstáculo
alguno, estando siempre el observador a cubierto. El telescopio
situado en el centro del aparato, cuyo conjunto afecta la forma
cilíndrica, está apoyado en un pilar aislado de fábrica, que baja
hasta el terreno firme, hallándose fuera de la acción de la
trepidación terrestre. El aparato en cuestión es muy ligero y
portátil, se desmonta y se guarda en cajas de muy poco volumen...”
Se construyó en esa misma época, 1880, por el Sr. Palacio en la
“Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona”, lo adoptó el
Gobierno, y desde entonces se estuvo utilizando por la Comisión
Hidrográfica.
En
la próxima entrada veremos entre otras cosas un debate que aconteció
en el parlamento de Madrid en el cual D. Eduardo Aguirre interpeló
al Gobierno sobre el Puerto de Bilbao.
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