Desde
aquel lejano 1882 en que el presupuesto de las Fiestas de Getxo no
ascendieron más que a 7498,50 pts., pesetas con las que la
celebración del día de San Ignazio se limitaba, igual que en las
del resto del los barrios, a correr un becerro embolado en la playa
de Ereaga, a la exhibición pirotécnica, en este caso del bilbaino
Julio Barrena, en la que se volaron fuegos aéreos y Persas y a la
romería en la plaza del mismo nombre, junto a algunos juegos de
época (Samaritana y Andarines ensacados), juego este último que se
veía en los festejos de los años 50. El programa ha ido variando,
celebrándose cada vez, mas originales, vistosos e imaginativos actos
festivos, en algunos años con gran participación popular.
En las
fiestas llegaron a implicarse, no solo concejales, si no como en las
de principios del Siglo XX (1913), entidades tan solventes como la
Compañía de Ferrocarriles de Bilbao a Plentzia, el Tranvía
eléctrico y Puente de Bizkaia, así como el Club Marítimo y el
Casino Algorteño. Incluyéndose en aquellos años actuaciones de la
Banda de Música Municipal.
Pero no
será hasta 1907 que se tenga constancia de un programa impreso de
fiestas, en el cual aparece como novedad la proyección
cinematográfica de “Olimpia”. También se
celebraron las carreras de dobles y la cuchara equilibrista. Años
más tarde, en 1925, aparcería en un Programa de Fiestas impreso, lo
que sería un icono festivo en los siguientes años, “las
carreras ciclistas”. Aunque el primero que hacía
referencia al “III-Circuito de Getxo” lo hacía en
1926. Fiestas en las que también tuvo su participación aquel viejo,
aunque añorado Hotel Eguia. Celebrándose en 1929 los tradicionales
partidos de pelota en el frontón de la Casa Consistorial (Plaza de
San Nikolas). En el verano de 1927 aparecía recogida, por primera
vez, la “Gran Tamborrada” que recorrería las
calles de Algorta desde cuatro caminos hasta Txomintxu, en la que
tomaron parte más de veinte tamborileros y la Banda de Música.
En 1930
los espectáculos correrían a cargo de la compañía de “Nelo
Chigler”, se desarrollaron en la campa de Martikoena, en el
barrio de Alango. Las funciones circenses tenían como platos fuertes
ejercicios gimnásticos, saltos mortales y bailes internacionales,
decía el promotor: “...todos ellos sumamente respetuosos con
la moral...”.
Fue en
1932 cuando se celebró un Gran Alarde de Txistularis, asistiendo
músicos de toda la provincia, desde Zalla hasta Ondarroa, en el
participaron más de 70 músicos, entre ellos los getxotarras (Victor
Mendiola, Agustin Aurrecoechea, Juan, Placido y Pedro Achurra) . Las
fiesta de San Ignazio se celebrarían en la entonces “Plaza
de Florentino Larrondo”.
En el
verano del 1935, en un esplendido programa festivo, con gran
profusión de fotografías de todos los barrios del municipio,
aparecía nuevamente recogida la “Gran Tamborrada”
que recorrería las calles de Algorta desde cuatro caminos hasta
Txomintxu.
Después
llegaría un gran silencio, teñido del rojo de la sangre, que aquel
fatídico golpe de estado, dejaría en nuestro municipio. Pasarían
años en los que los programas eran mas partes militares que actos
festivos. En el que las accesiones al golpista se sucedían. En los
que hasta las portadas de los programas servían para recordar, como
si hiciera falta, quienes habían sido los “Triunfadores”
de aquella sangría humana.
Durante
los años 50 las carreras del Circuito de Getxo y los toros en el
Puerto Viejo de Algorta, serían los que absorberían el programa
festivo. Regalándonos actividades como la celebrada en 1954 “Gran
Copa de Falanges del Mar”. Las actuaciones de artistas,
algunos relacionados con el régimen, con actuaciones “de
gran raigambre” en nuestro suelo que venían a completar un
panorama enraizado en lo que aquellos munícipes entendían como
adoctrinamiento. En las que algún grupo de “danzas”
perteneciente a la Falange como el “Beti Alai” daba
una apariencia folclórica con algunos matices de la tierra. Todavía
en 1959 seguía el “ron-ron” de la “liberación”.
Se
empezaban a realizar algunos actos novedosos como el concurso de
castillos de arena que el mismo Torcuato Luca de Tena alababa en la
publicación “Blanco y negro”. Y la primera
travesía del Contra muelle de Arriluze, mientras se seguía
celebrando aquella fiesta tan casposa, de curioso nombre “Día
de la Raza”. Y en 1963 nos “deleitaban”
en el Gran Cinema de Algorta con los “Ballet´s de Pilarín
Muñoz”. Estrenándose en 1964 con el encierro celebrado en
el Puerto Viejo de Algorta, encierro que años más tarde correría
las calles del centro de Algorta.
También
vino a formar parte del programa de fiestas el “Desfile de
Carrozas”, que recorría el paseo de Arriluze, para mayor
gloria de las hijas de algún concejal. Aquel año de 1964 se celebró
en Fadura un “Gran Festival Vasco”, en el que
participaron el Grupo Dindirri, levantadores de peso (Jose
Aretxabaleta de Algorta y Sabino Billalabeitia de Leioa), seguido de
una competición de Aizkolaris que enfrentó a Txikito de Arriz y
Zabaleta.
A partir
de las primeras elecciones municipales, tras la dictadura, en 1979,
la participación ciudadana daría paso a las Comisiones de Fiestas
populares. A partir de entonces llegarían los encierros de
Trinitarios, las bajadas populares, concursos de comedores de carne,
concursos gastronómicos, cine al aire libre, las regatas, los
bertsolaris, el toro de fuego y tantos festejos en los que la
juventud del barrio de Algorta, y otros vecinos del municipio se
volcaron, llegando hasta las actuales “Fiestas de San Ignazio
2014”, que esperemos cuenten con más presupuesto que el
año anterior. El resto estará hecho. Incluyo algunas fotos de los
años 70 y del pasado 2013.
!ONDO
PASA!