A
lo largo de su historia las fiestas de San Nicolás de Bari de
Algorta han recibido varios nombres: “Fiestas de San Nicolas de
Bari”, “Fiesta del Puerto Viejo” o “ Portu Zaharreko Jaiak”.
Todas ellas ligadas de alguna manera a la antigua ermita de San
Nicolás, que se hallaba situada en la denominada “Perrera”, al
final de la cuesta de San Nicolás en el Puerto Viejo de Algorta. Al
convertirse canónicamente la ermita en parroquia (1808), la
festividad del Patrono adquirió solemnidad de fiesta principal del
barrio.
Aunque
también esta efemérides ha tenido su contradicción, ya que la
misma se celebra en Algorta el día 12 de agosto, mientras que la
festividad litúrgica de su patrono “San Nicolás de Bari” es el
6 de diciembre. Quizá el cambio de fecha fuera debido a que el 11 de
agosto de 1855 D. Manuel María Beloqui, Provisor interino, ratificó
la concesión, firmada por el Secretario, Lic. Vicente Lumbreras, que
daba paso a la erección del nuevo templo de Algorta.
La
primera referencia a las mismas aparece en la prensa bilbaína en
1876. Lo hace en el diario “El Noticiero Bilbaíno” un 13 de
agosto. En los archivos municipales, la primera mención como
programa festivo que se conserva, es del año 1883, a pesar de que ya
en los libros de actas aparecerá en 1875.
De
ellas he hablado en mi Blog en repetidas ocasiones, y cómo decía en
mi entrada del 7 de mayo del 2013,
aunque parezca que han cambiado mucho, la verdad es que casi se
repiten los mismos actos festivos, obviamente la misa en San Nicolás,
que se celebraba en aquellos años, ya no pertenece al programa
festivo actual, pero otros festejos de las mismas son casi calco de
aquellas.
Volviendo
a cómo eran contempladas en 1876, un junta letras de la época, que
firmaba cómo Genaro Calda, decía: “...En
demanda siempre de jolgorio y animación, no he podido prescindir de
visitar él pintoresco puerto de Algorta, los días en que su alegre
vecindario celebra con sin igual entusiasmo las fiestas dedicadas a
San Nicolás, venerado patrón de todos estos habitantes. La
animación que aquí ha reinado, y que hoy continúa con creces, solo
puede calcularse hallándose uno incluido en el numero de los
testigos presenciales de bailes y paseos que según era de esperar
han estado a una altura por demás brillante. Hoy, domingo, terminada
la misa mayor, se situó en la plaza del pueblo una charanga
amenizando las fiesta…”
El ambiente festivo que se disfrutaba en el Pueblo lo explicaba otro
redactor en 1877: “...Dos
días de romería en un pueblo tan lindo como Algorta, es lo mismo
que pasar cuarenta y ocho horas en el paraíso. Terminada la función
religiosa, se dio principio a los actos, que podemos llamar cívicos,
inaugurándose los bailes en la campa de la iglesia con el
tradicional aurrescu...”
Tal
era la afluencia de público, a finales del siglo, que hasta los
amigos de lo ajeno se daban cita en el barrio de pescadores. Los
rateros, en 1879, se dedicaban a desvalijar,al parecer, a visitantes
bien dotados económicamente, por lo que relataban en su crónica:
“…Los
cacos parecen haber extendido el teatro de sus operaciones hasta el
vecino Puerto Viejo de Algorta. Con motivo de las romerías y
aprovechando la aglomeración de gente que allí se han reunido, los
discípulos de Candelas han logrado robar a un sujeto la cantidad de
diez mil reales y un reloj de oro...”
La
descripción más exhaustiva de los actos festivos la hacían en el
mismo diario en agosto de 1881: “...Las
romerías con que estos días se obsequia a los forasteros, para
poder formarse una idea de la vida alegre que por aquí se disfruta
la da el programa de fiestas: El día 12, a las diez de la mañana
habrá novillos en el Puerto; el 13 a las cuatro de la tarde cucaña
y a las nueve de la noche fuegos artificiales en la Plaza de San
Nicolás, y el día 14, a las cuatro de la tarde, regatas desde el
Puerto a la medianía del Abra...”
Cómo
decía al comienzo, en el programa festivo de 1883, que existe en un
expediente municipal, se habla de actividades ligadas a toros
embolados en Ereaga y el Castillo (Usategi). Las acuáticas con
cucañas y juegos de patos; y las que llenaban los cielos de color a
través de los fuegos de artificio, esta vez en la Avanzada,
completaban las fiestas del Puerto Viejo. Durante los siguientes años
las romerías se volvieron a celebrarse en la campa del Castillo y la
Plaza de la Constitución (San Nicolás). Entre los juegos festivos
estaba el de la Samaritana con cántaros en la cabeza, que se
realizaba entre Mantequena y Calvetena (Avenida Basagoiti), pero que
en fiestas del Puerto tenían gran visibilidad en la ensenada de
dicho recinto marinero.
Las
últimas fiestas de esa década, incluidas en uno de los primeros
carteles festivos, fueron las de las fiestas de San Nicolás: que se
desarrollaron entre los días 11 y 13 de agosto, con romerías el
primer día repartidas entre la campa del Castillo y la Plaza de la
Constitución (ésta por la noche), que así los faroles encendidos
permitían controlar al personal. Los juegos se desarrollaron en la
playita del Puerto el día 12 con cucaña giratoria y hombres
ensacados y por al tarde regatas de traineras y botes. Finalizaban
las fiestas con toros ensogados, romería en la Avanzada y fuegos de
artificio en el Puerto.
Si
las comparamos con las de 1928 veremos que se repetían casi las
mismas actividades: Romería el primer día en la Plaza de la
Constitución y el domingo 12 de agosto, regatas de botes de pesca y
cucañas en el Puerto Viejo; por la tarde y por la noche se repetirán
las romerías en la Plaza de la Constitución.
Muchas
de estas actividades, sobre todo las ligadas a los festejos
acuáticos, se siguen repitiendo en la actualidad. La indumentaria,
que a finales del siglo XIX era más clásica con atuendos de diario,
en los que dominaban las camisas blancas, pantalones oscuros y en
muchos casos blusa, cambiaba por ropas más prácticas y de tradición
marinera en los años 70-80 del pasado siglo. Así todas las
cuadrillas de Algorta (Gu Gara, Kaixo, Kantarepe, Kuru, Piperrak y
Zutik) lucirían sus pantalones y camisas de riguroso azul marino, en
todas las fiestas del Puerto Viejo de Algorta, que llevarían en las
nuevas actividades festivas (Gansos y Marmitako), incluso en las
alzadas de gansos; cambiando de su atuendo tan solo el pañuelo de
fiestas que ahora era azul, rojo o a cuadros azul marino, según el
diseño de la organización. Y ya, el anagrama festivo incorporaba el
logo de “Portu Zaharreko Jaiak” y el personaje del “Txo”
sobre las escalinatas del Puerto.
Cómo
he dicho en múltiples ocasiones estos relatos no son algo cerrado,
ya que cada uno recordará o habrá vivido diferentes experiencias
festivas, muchas de ellas aún sin incorporar a los recuerdos
colectivos. Sólo depende de nosotros que estas historias no se
pierdan.