miércoles, 27 de noviembre de 2019

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -130-



En la anterior entrada veíamos cómo el pleno municipal trataba sobre la construcción de una plaza de toros en Algorta.

A veces la prensa local anunciaba la llegada de personas doctas a nuestro municipio, tal fue el caso de la nota del “Noticiero Bilbaíno” del 25 de julio de 1890: “...Tenemos la satisfacción de anunciar a las familias que veranean en Algorta y las Arenas que ha llegado, procedente de Madrid, nuestro amigo D. Martín Mendizabal, profesor de Letras y Ciencia, a la fonda San Ignacio de Algorta, donde se dedicará a la preparación para los exámenes de Setiembre...” A la vez que en el mismo diario, el Ayuntamiento de Getxo, anunciaba las próximas fiestas de la Anteiglesia: “...La Comisión de Festejos ha dispuesto llevar a cabo el siguiente programa: Día 26 de julio, Santa Ana en el barrio de Las Arenas. A las 10 de la mañana solemne función religiosa, a las cuatro de la tarde romería en la campa contigua a la capilla, que será armonizada por la banda de música y tamborileros de esta localidad, terminando al toque de oración, por la noche de diez a doce baile campestre en la plazuela de dicho barrio. El día 27 de julio, repetición de la romería en la misma campa que el día anterior, con la presencia de la banda de música y tamborileros, a las diez de la noche se quemarán vistosos fuegos artificiales, elaborados por el renombrado pirotécnico D. Juan de Anta...”

El día 27 de julio, un viejo conocido del Pueblo, con alias “Ogaitnas”, escribía en el mismo diario, refiriéndose a las fiestas que el Ayuntamiento de Getxo había preparado para aquel verano: “...Estamos en pleno verano, estación en que la Naturaleza ostenta sus mejores galas, se oyen por doquier los alegres gorgeos de los inocentes pajarillos, perfuman los aires las embalsamadas brisas del mar y besan mansamente las playas las cantábricas olas, aquellas mismas olas que no ha mucho tiempo se estrellaban con inusitada furia contra los peñascos y arena de estas costas. Todo pues, absolutamente todo convida al placer y al recreo, por eso no es extraño que los hermosos hoteles y fondas de este pintoresco pueblo de Las Arenas dé albergue a multitud de bañistas, que huyendo del bullicio y la etiqueta, avasalladora matrona que impera en los grandes centros vienen a buscar el reposa y solaz que tanto desean. Deseosa la Corporación municipal de proporcionar diversiones a los que nos visitan a organizado fiestas muy variadas…” Situaban y fechaban las mismas en: “...Los días 26 y 27 de julio en la campa de Santa Ana en Las Arenas; el 31 de julio y el 3 de agosto en la plaza de San Ignacio de Algorta; los días 10, 11, 12 y 13 de agosto, en el paseo de María Cristina, campa del Castillo y la Avanzada; y el 15 y 16 de agosto en santa María de Getxo. En ellas entre otras atracciones habrá fuegos artificiales, patos enterrados y corridas de toros. En la plaza de toros recientemente construida se lidiarán toros de la ganadería de Nicolás Lastur...”


Y ya habían llegado las fiestas de Santa Ana, a las que curiosamente la prensa desde hacía años denominaba como de “Lamiaco”, y que el diario de cabecera local al que me refería anteriormente decía sobre ellas, en su edición del día 29 de julio: “...Decir que las fiestas de Santa Ana en Lamiaco estuvo concurridísima el domingo sería una vulgaridad, ya que ni remotamente daría una idea de la afluencia de personas que hubo allí aquel día, sobre todo por la tarde. Había que ver cómo estaban los alrededores de la campa, los muelles y la playa de Las Arenas. Cuando llego la hora del regreso los trenes y tranvía eran tomados por asalto; los carruajes se llenaban de viajeros en un momento. Los trenes y tranvías estuvieron transportando gente hasta media noche. Las lanchas de pasaje para Portugalete iban a todas horas llenas de viajeros, teniendo que intervenir la Guardia Civil y la Comandancia de Marina para evitar que ocurriera alguna desgracia...”

El día 30 de julio de 1890 el cura ecónomo de la parroquia de Santa María de Getxo manifestaba: “...Que han quedado vacantes las plazas de sacristán y organista de esta parroquia, sin que la junta de fábrica tenga medios para los citados cargos tan necesarios para el culto Divino, por lo que solicita se señale una cantidad de los fondos municipales con los que pueda contar la fábrica para sostener dichos cargos...” El Ayuntamiento decidía: “...Que mientras otra cosa no se dispusiese, se paguen anualmente de los fondos municipales 250 pesetas, solamente para la plaza de organista...”

En esos mismos días D. Julián Aguiriano realizaba obras en la casa de D. Tomás Uria en su casa de Mariandresena.

El Ayuntamiento tras el informe favorable de las condiciones de construcción de la plaza de toros de Algorta, certificadas por el arquitecto municipal D. Eladio Iturria, decidía: “...En vista del certificado expedido el 28 de julio, confirmando la solidez de la plaza de toros construida por D. Feliz Viot y compañía, se manifiesta a dicha compañía que puede abrir al público dicha plaza para las novilladas anunciadas...” La empresa del Sr. Eguia invitaba a la corporación municipal a presidir desde el palco las cuatro novilladas dispuestas para los días 31 de julio y el 3, 10 y 12 de agosto. El precio de dichos palcos para un abono de 8 entradas era de 64 pesetas. Aquel acontecimiento fue apoyado por al Compañía del Tranvía quien dispuso establecer servicios cada cuarto de hora entre Las Arenas y Algorta a partir de las cuatro de la tarde. El servicio, en lugar de llegar al Casino como era habitual, terminaba en la plazuela San Ignacio; “El noticiero Bilbaíno” del 1 de agosto de 1890 decía de la plaza: “...Es de madera y ha costado unas 8.000 pesetas. La sociedad constructora la componen D. Manuel Eguia, D. Félix Viot, D. Pablo Arsuaga, D. Juan José Bilbao y D. Juan José Sarria. El redondel nos pareció un tanto pequeño. Tiene la nueva plaza palcos, tabloncillo, tendidos, barrera y contrabarrera, de sol y sombra, en todas las localidades, y caben en ella dos mil quinientos espectadores. En la inauguración presentó un lleno completo. Amenizó la fiesta taurina la banda de música “La Bilbaína”. El ganado fue de Lastur y tuvo bastante empuje, actuaron como banderilleros Orbe y Rovira...”


Las quejas por malos olores se hacían sentir en algunos lugares del pueblo, sobre todo las provenientes de la Avanzada donde D. Valentín Cajigas, encargado de la recogida y conducción de las basuras de Las Arenas, quien las depositaba en dicho punto. Así, el 14 de agosto de 1890, ante las quejas “...El Sr. Alcalde, en vista de las quejas de algunos vecinos, recomienda a la Comisión de Policía Urbana, que las basuras que se recogen de Las Arenas se depositen convenientemente para que en ningún momento ofendan sus olores, ni perjudiquen a la salud pública…” Otro de los puntos conflictivos era la playa de Las Arenas, junto a la zona de baños. En ese lugar se habían instalado unas caballerizas y los vecinos se quejaban: “...Por los olores que desprenden las mismas, sobre todo en tiempos de canícula, además por que esas barracas ofenden al ornato público...” En vista de las quejas el Ayuntamiento daba tres días para retiraran aquellas cuadras.

En esa fecha se leía en el pleno una petición de D. Alberto Palacios para: “...que se señalen puntos en sitios públicos para colocar los materiales que se van a emplear en la construcción de un puente entre Las Arenas y Portugalete...”

El Ayuntamiento de Getxo para facilitar las labores de las lavanderas ordenaba colocar piedras en algunos puntos del río Gobela.

En la próxima entrada veremos cómo se celebraba una comida en el Casino de Algorta con motivo de la llegada a nuestro pueblo del jefe del partido liberal D. Práxedes Mateo Sagasta.


lunes, 25 de noviembre de 2019

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -129-



En la anterior entrada veíamos cómo la población iba creciendo y el Ayuntamiento de Getxo observaba la necesidad imprescindible de construir un nuevo cementerio como aumento o ampliación del de San Nicolás de Bari de Algorta.

El 10 de julio de 1890 volvía al pleno municipal el asunto de la plaza de toros que D. Manuel Eguia y otros tres vecinos de Algorta pretendían construir. La corporación municipal recordaba a los promotores que además de cumplir con las condiciones que les indicaron el día 3 de julio: “...Que no se podría abrir al público la plaza sin la autorización previa del Gobierno Civil de la Provincia...”

La enseñanza y la labor del profesorado algunas veces era reconocida y premiada. En ese mismo pleno el Ayuntamiento acordaba: “...Por recomendación de la Junta local de 1ª Enseñanza conceder a la la maestra auxiliar de la escuela de niñas de Algorta Dña. Pilar Ordeñana, por la distinguida aplicación y desvelos para el progreso de la educación de las niñas, conceder a la expresada auxiliar un premio o gratificación en dinero de 50 pesetas, a fin de que le sirva de estímulo para lo sucesivo...”

El consistorio de Getxo, no solamente auxiliaba a los pobres del municipio con ayudas de subsistencia, a veces también lo hacía con limosnas para ayuda de gastos por desplazamientos para tratar sus dolencias: “...En vista de una instancia de D. Nicolás…, en la que manifiesta que por prescripción del médico titular le es indispensable trasladarse al establecimiento de aguas de Betelu en Navarra, y que careciendo de recursos para soportar los gastos, suplica se le conceda alguna limosna de los fondos municipales...” El Ayuntamiento acordaba que: “…Tomando en consideración la triste y angustiosa situación del exponente, concederle de una vez por vía de limosna la cantidad de 50 pesetas para alivio de los gastos de viaje...”


Se aprobaba en esa fecha el convenio entre la Comisión de Festejos y la representante de la Banda de Música “La Bilbaína”, para tocar en verano en Las Arenas. El consistorio solicitaba: “...A la Compañía del Ferrocarril y Tranvía de Bilbao a Las Arenas, que se dignaran en trasladar gratis a dicha banda, cuando acudan al cumplimiento de su cometido...” Y, habiendo quedado vacante la dirección de la banda municipal de Getxo, previa solicitud, el consistorio acordaba nombrar a D. Román Ibisate con un sueldo de 250 al año; para dotar a la misma de más instrumental se compraban a D. Luis E. Dotesio cinco instrumentos nuevos.

El 17 de julio el Gobernador de la Provincia autorizaba:”...Celebrar cuatro corridas de novillos, en la plaza que construyen los señores Manuel Eguía, Félix Viot, Pablo Anzuaga y Juan José Bilbao...”

Por aquellos días el consistorio trataba de que D. Juan Domingo Arteagabeitia, único habitante de la misma, desocupara sus instalaciones. El Regidor Sr. Ajuria planteaba: “...La conveniencia de mantener arrendada la parte de la habitación, ya que gracias a su ocupante disfruta la instalación de la limpieza gratuita del suelo y cristales, y en las épocas de limpieza de las pilas pone barreños, paños de mano, trapas y aporta otros servicios...” Tomando en consideración las informaciones ofrecida por el Sr. Ajuria el Ayuntamiento acordaba: “...Que dicho morador continúe viviendo en ella con la condición de que siga cumpliendo con los servicios arriba indicados, pagando el municipio por ello una renta anual de 65 pesetas...” No iba a durar mucho su permanencia en dicha casa ya que el 31 de mayo del año siguiente debía abandonar sus instalaciones.

La casa matadero de Algorta iba a ver cambiar de manos el remate de carnes frescas, ya que D. Francisco Elorriaga decidía ceder sus derechos y obligaciones a D. Emeterio Camiruaga.

Con el verano ya empezado, el Ayuntamiento decidía nombrar a los vigilantes de las playas: “...Se designa como vigilantes de las playas para la temporada de baños a los mismos del año último, que son: “...D. Primitivo Sanz y D. Dionisio Osticoechea, con la asignación diaria de 2,50 pesetas, el primero para Las Arenas, el segundo para Ereaga y Puerto...”

El sastre que confeccionaba los uniformes de paño para la policía municipal era el Sr. Martínez Parra. Y las comidas que se deban a los responsables del amojonamiento municipal eran servidas por D. Manuel Eguia, a quien se le abonaron por las mismas 93 pesetas. Por otro lado se adquirieron 50 metros de manga de lona para utilizarlos en riegos y casos de incendio.

Y como estaban próxima las Fiestas de Santa Ana en Las Arenas, el Ayuntamiento ordenaba que se colocara un tablado o quiosco en la plaza de dicho barrio para que la banda tocara en él la música durante los días 26 y 27 de julio.

El 20 de julio de 1890 el diario “El Noticiero Bilbaíno” recordaba en su primera plana lo que llamaba “Un triste aniversario”: “...Mañana hace catorce años con un gobierno que se llamaba liberal murieron las sacrosantas libertades de un gran Pueblo, fue un 21 de julio de 1876. Se perdieron los Fueros...”

El río Gobela, además de ser un cauce por el que discurrían las aguas que partiendo de Barrika, Sopelana, Berango, Getxo y Leioa llegaban a Udondo y finalmente al río Nervión, no solo era un simple cauce de aguas, de vida anfibia, ansiópteros, seboros y ánades y lugar de densa vegetación, también lo era de actividad laboral. En el se realizaba una de las labores domésticas más duras: la de las lavanderas, quienes todos los días acudían a su cauce con sus tablas de lavar y barreños llenos de ropa. Alguna vez su cauce fue objeto de expolio, cómo la que dio lugar a una queja el 24 de julio de 1890: “...Se da cuenta de una queja presentada por D. Román Scala de esta vecindad, manifestando haber prohibido el guarda jurado de Las Arenas, lavar la ropa en el río Govelas en el sitio de costumbre, manifestando estar aquel sitio reservado para las lavanderas del establecimiento de Baños de Mar Bilbaínos...” Establecimiento hotelero que había cerrado con estacas y alambres aquel punto. El Ayuntamiento, tras estudiar la situación acordaba: “...Manifestar a D. Andrés Larrazabal como administrador de dicho establecimiento, lo siguiente: Que el cauce del río es público conforme al articulo 30 de la Ley del 11 de junio de 1879. En la conforme a lo indicado en sus artículos 52, 120 y 123 no es posible realizar obra alguna el los tres metros del cauce sin permiso de la autoridad competente. Por tanto se ordena al mencionado Sr. Larrazbal destruya la estacada y deje el paso libre del río en una franja de tres metros de ancho...”

En esa fecha la plaza de toros de Algorta estaba concluida, por lo que la empresa constructora solicitó al Ayuntamiento: “...Que las obras sean reconocidas por persona inteligente de dicho Ayuntamiento...” El consistorio nombró al arquitecto municipal D. Eladio Iturria: “...Para que junto con otro técnico de su agrado reconozca dicha plaza...” El Ayuntamiento decidía: “...Conceder a dicha empresa la bodega o planta baja de la casa conocida con el nombre de Hospital, para encerrar en ella los toros o novillos, para las corridas que proyecta celebrar, teniendo sumo cuidado en el tránsito de los animales, tanto a la entrada como a la salida, no causen ningún daño...”


Las deudas del Estado con la Anteiglesia de Getxo seguían pendientes, por eso se hacía entrega en la Capitanía General de Vitoria: “…Con fecha del 19 del corriente de dos instancias, una para el Ministerio y otra para dicha Capitanía, con los documentos de los suministros hechos por este municipio a las tropas del gobierno durante la última Guerra Civil, importando en todos los conceptos 56.628 pesetas...”

Una de las notas de obras municipales ayudaba a situar la farmacia de D. Cándido Zugazagoitia: “...Las obras se han realizad en un callejón que empezando frente a la farmacia de Zugazagoitia termina en la escalinata de bajada a Ereaga...”

Y ya metidos en las fiestas de Las Arenas, las de Santa Ana, el consistorio decidía acudir en corporación a la misa mayor que se iba a celebrar en la ermita de la Santa el día 26 de julio.

En la próxima entrada veremos cómo la prensa hablaba sobre las ya próximas fiestas de Getxo.

jueves, 21 de noviembre de 2019

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -128-



En la anterior entrada de esta serie veíamos cómo en el convento de la Comunidad de la Purísima Concepción del Puerto de Algorta, se celebraba un acto en homenaje al Beato Gabriel Perboyre.

Continuaba el pleno municipal del 12 de junio de 1890 tratando sobre el arriendo de vinos y otras bebidas así como de carnes frescas. En él se enviaba un oficio a los rematantes de estas materias indicándoles que tenían de plazo hasta el día 17 de junio para que realizaran los pagos de sus obligaciones. Otro de los acuerdos fue sacar a remate, bajo la modalidad de “Pujas a la Llana”, una subasta que se realizaba de viva voz, en la que se iban cantando las ofertas por los rematantes (Dos mil, tres mil…). Estas se realizaban frente al sistema de pliegos abiertos o cerrados, en este caso se trataba de los servicios del alumbrado público de Algorta y Las Arenas para el periodo de 1890 a 1891. Se sacaron a oferta los servicios de arrastre y conducción de desperdicios de las calles y casas del barrio de Las Arenas. En el mismo pleno se trataron temas de obras, arreglos y reposición en algunas calles de Algorta: “...La calle que se hallaba frente a la Botica de Zugazagoitia hasta las escaleras de Ereaga. La parte alta de la plaza de San Ignacio, la carretera de Arrigunaga y otras...”

La población iba creciendo y el Ayuntamiento de Getxo observaba la necesidad de mejorar algunos servicios públicos: “...En vista del aumento que ha tomado esta población desde algunos años a esta parte, llamamos la atención sobre la necesidad imprescindible de construir un nuevo cementerio, como aumento o ampliación del de San Nicolás de Bari de Algorta, situado en un punto distante de esta población, en un lugar que en ningún tiempo pueda ofender su construcción a ninguna parte del vecindario, porque el actual por su corta capacidad no llena las necesidades del vecindario, careciendo de sepulturas propias la mayor parte de los vecinos...” En ese pleno ya se hablaba de la necesidad de construir recinto aparte para las personas que no profesaban la religión Católica: “...Según esta dispuesto por las Ordenes Superiores...” (Se referían a las normativas del Estado sobre los lugares de enterramiento). Entre los lugares que se barajaron para albergar el futuro cementerio estaba: “...La heredad llamada “Goicolanzarra”, situada entre los parajes llamados de Elorri y alto de San Martín, perteneciente a D. Tomás de Uria...” Claro que no iba a ser ese el lugar que más tarde se designaría si no el actual de Bostgarrena. Seguidamente se abría un debate entre los componentes de la corporación municipal para tratar sobre los proyectos que se habían presentado, ya en 1885, Nuevo Cementerio y Hospital Hospicio: “...Establecieron que para la ampliación del cementerio de San Nicolás de Bari de Algorta concurrían dificultades insuperables, porque por un lado se oponían los vecinos y los propietarios de los terrenos afectados se oponían a ceder sus heredades y porque se aproximaría mucho al barrio...” Y que para la construcción de ambos proyectos, por ser el precio estimado superior a las posibilidades del presupuesto municipal, se acercaban a las 185.000 pesetas, se presentara un nuevo estudio más barato, ya que: “...Se ha enterado este Ayuntamiento que hoy, con una cantidad de poco más de la mitad que la que se presupuestó en su día, se podrían construir edificios de la misma clase...” Aún adelantando en el tiempo las fechas de las obras Nuevo Cementerio y Hospital Hospicio, decir que:

El cementerio de San Nicolás de Algorta, que se encontraba plenamente integrado en el casco urbano, fue clausurado en 1907, si bien no fue derribado hasta 1925. El cementerio de Santa María de Getxo, que fue el primer cementerio de la Anteiglesia, estaba situado junto a la iglesia del mismo nombre, permaneció abierto hasta 1952, tras un largo proceso que enfrentó al Ayuntamiento, al párroco y a la población del barrio de Santa María, fue clausurado; no fue, sin embargo, hasta 1965 cuando se procedió a su derribo. El cementerio nuevo de Bostgarrena se terminó de construir en octubre de 1907.


El Hospital Hospicio seguiría las siguientes fases: “...El 20 de junio de 1890 se comisiona al arquitecto Eladio Iturria para que formule planos y condiciones, quien lo hace el 15 de julio del siguiente. El 17 de julio de 1894 la Junta Municipal aprueba el presupuesto y las condiciones presentadas por la comisión. La primera piedra se colocó el 14 de octubre de 1894…” Aún faltaban tres años para que se hiciera realidad dicho centro: “...La inauguración del hospital-hospicio del sagrado Corazón de Jesús fue el 7 de febrero de 1897...”

El 19 de junio de 1890 el Ayuntamiento de Getxo concedía permiso al industrial hotelero D. Antolín Iturria para colocar un toldo en la fachada de su fonda “El Recreo”, situada en dirección al muelle de Las Arenas. Quien introducía en su establecimiento, previa autorización municipal, una novedosa maquina para la fabricación de bebidas gaseosas.

El 29 de junio de 1890 se adjudicaba el remate del alumbrado público de los barrios de Algorta y Las Arenas a D. Gabriel Elorriaga. El servicio de arrastre y recogida de basuras del barrio de Las Arenas se adjudicaba a D. Valentín Cajigas.

Se nombraba como alguacil tamborilero del barrio de Las Arenas a D. Tiburcio Ariznabarreta, natural de Durango, que según decía el propio Alcalde era: “...De tipo y cuerpo aparente...”

Las infracciones del Bando de Buen Gobierno establecido por el Ayuntamiento de Getxo tenían severas reprimendas, las cuales seguro que venían muy bien a las arcas municipales: “...Se hizo saber que a principios del actual año económico, para aplicar a los infractores, se trajeron 160 pesetas de papel de multas de los Ayuntamientos, pagando por ellas a la administración de la Provincia el 10% de su valor (16 pesetas), y habiéndose consumido dichos papeles, acuerda este Ayuntamiento se entregue en la Depositaría municipal 144 pesetas...” Esos fondos se iban a invertir en obras del vecindario.

Algunas labores que el consistorio requería de vecinos eran desempeñadas por personas a quien se contrataba para desarrollar las mismas o por industriales del Pueblo: “...Era el caso del escribiente temporero, ocupación que realizó desde enero de aquel año D. Justo Barrenechea, quien percibió por 34 días de trabajo 103,50 pesetas. El carbón para las estufas que existían en las dependencias municipales era suministrado por Dña. Timotea Larrauri...”

El 3 de julio se pasaba a la Junta de Sanidad e Inspección Higiénica Municipal una circular del Gobernador de la Provincia, sobre la prevención de la amenaza de epidemia de cólera que en esas fechas asolaba la provincia de Valencia. Ya desde mediados de junio en el diario “El Noticiero Bilbaíno” se venían recogiendo noticias relativas a dicha epidemia: “...En Puebla de Rugat se han presentado casos de cólicos produciendo fallecimientos de vecinos en mayor número que lo ordinario...” El 27 de junio la “Gaceta” publicaba la declaración oficial de cólera: “...Es un cólera de escasa fuerza propagadora, pero de gran acción patógena...” A pesar de ello en Barcelona el Ayuntamiento adquiría un tren completo cargado de desinfectantes. La epidemia viajaba por tierra y mar, en Montreal (Canada), ante la declaración de un brote en el vapor Saratoga que viajaba a aquel país desde España, la prensa informaba el 9 de julio de 1890: “...Las autoridades del Canadá han tomado el acuerdo de no permitir comunicación alguna entre la Península Ibérica y aquel país...” Para finales del julio la epidemia remitía sin haber hecho aparición en nuestro pueblo.

El 3 de julio de 1890 D. Manuel Eguia y otros tres vecinos de Algorta presentaban una solicitud para construir una plaza de toros: “...Con el fin de dar en ella algunas novilladas...” El Ayuntamiento acordaba conceder la autorización pero bajo las siguientes condiciones: “...Antes de hacer uso de esta autorización deberán presentar plano de la edificación firmado por persona inteligente. El edificio será construido con la debida solidez. Y antes de abrirlo al uso deberá ser reconocido por uno o dos arquitectos...” Respecto de la subvención que los promotores solicitaron el consistorio concedió: “...Considerando las ventajas que originan a los municipios semejantes edificios, la cantidad de 500 pesetas…”


El mobiliario urbano era objeto de tratamiento por parte del consistorio: “...El Ayuntamiento autoriza a la Comisión de Fomento y Policía Urbana para que mande pintar los faroles del alumbrado público, sus columnas y las fuentes de hierro...”

En lo referido a transporte el diario “El Noticiero Bilbaíno” del 6 de julio de 1890 ofrecía las cifras que en junio de ese año la Compañía del Ferrocarril de Bilbao a Las Arenas había obtenido: “...Había transportado a 70.035 viajeros y 252.48G kilogramos de mercancías, que produjeron 4 la compañía 18.410,49 pesetas. El año anterior, en el mismo mes, circularon por dicha línea 29.477 viajeros, transportando 119.913 kilogramos de mercancías, que produjeron un total de 7.961,10 pesetas...” El aumento de pasajeros y mercancías había aumentado sensiblemente.

En la próxima entrada veremos cómo el 10 de julio de 1890 el asunto de la plaza de toros de Algorta volvía al pleno municipal.


lunes, 18 de noviembre de 2019

EL EMBARCADERO DE AREETA-LAS ARENAS -II-



El embarcadero de Areeta-Las Arenas, como decía en anterior entrada, ha tenido una estructura diferente a lo largo de su historia. El primero fue levantado en 1880, era perpendicular al muelle y estaba construido con madera. El segundo y definitivo hasta la actualidad se abrió al servicio público el 25 de agosto de 1916 y era de hormigón armado. Cuando se construyó, su función era la de servir para servicio de pasajeros y tripulación de vapores correo, así como para pequeñas embarcaciones de recreo y pesca.

A continuación veremos cómo se produjo el proyecto. Se inició por una Real Orden del 27 de mayo de 1914. Los datos que aparecen a continuación están sacados del expediente del Puerto Autónomo de Bilbao “Liquidación de las obras del Embarcadero para Viajeros en Las Arenas”, el cual se redactó en 1916 por el ingeniero D. Luis Camiña.

En la memoria descriptiva del proyecto explicaba cuál fue el proceso que siguió la obra: “...El proyecto se inició por una Real Orden del 27 de mayo de 1914, su ejecución se otorgó mediante concurso público a la Sociedad Cementos Portland de Sestao...”

La primera Guerra Mundial (1914-1918) hizo que la contrata tuviera dificultades para realizar la ejecución de las obras. Pero fueron solventadas produciéndose la inauguración del embarcadero el 25 de agosto de 1916.

La ejecución de las obras se realizó con pequeñas modificaciones respecto del proyecto original. La más importante fue la del propio arranque del muelle, la de los pilotes que iban a atravesar la escollera para defensa del propio muelle: “...Por lo que al alejar dicho arranque no fue necesario perforara la escollera ya que se atacaba una zona de arena...” Se trataba de unos pilotes de 5,50 metros que fueron sustituidos por una gran zapata de hormigón, a partir de la cual se levantó el entramado de la pasarela. Según explicaba el redactor del proyecto: “...Esta solución fue necesaria para salir pronto de la escollera, donde las olas rompían con violencia, por lo que no podían atracar las embarcaciones empleadas en la hinca de los pilotes. Por otro lado, fue necesario crear una plaza donde el contratista pudiera realizar los trabajos sin ocupar la zona de muelle de Las Arenas, por la que el tránsito era muy activo. Así que se avanzó 3,20 metros hacia el mar....”


Otra de las modificaciones respecto del proyecto inicial fue: “...Que en el flotante se suprimieron las casetas destinadas a retretes, lavabos y teléfono que se había previsto instalar. Se estimaba que dichas instalaciones pudieran ser perjudiciales para la permanencia sobre el flotante durante los inviernos. Se estimó que era más apropiado colocar esos servicios en el ángulo del muelle, en la caseta de color blanco con forma de “L”. También se redijeron las defensas de madera para el atraque de las embarcaciones en las escalerillas…” Se modificaron las guías del flotante que habían sido previstas de madera, cambiándolas por otras de hormigón armado más resistentes. La caseta en forma de “L”, situada en el ángulo del muelle, de color blanco, que albergaba los servicios, tenía 2 metros de ancho y la “L” en cada lado una longitud de 14,50 metros. El frente que daba al mar disponía de unos ventanales con un banco corrido, que permitía ver llegar las embarcaciones, y en días de aguacero resguardarse hasta que calmaba el temporal.

Así, el embarcadero quedaba formado por: “...Un estructura con forma de escuadra formada por dos espigones; el primero arrancaba del muelle de Las Arenas y avanzaba en dirección N. O., el segundo a escuadra con el primero marchaba en dirección N. E.; la longitud de ambos era de 110,11 y 103,73 metros. El muelle tenía una tercera sección separada de la segunda, que servía para unir ambas mediante el flotante, en ambos lados estaba guiado, permitiendo subir y bajar en los cambios de marea el flotador…” El primer tramo estaba construido en cinco trozos; el segundo, que unía ambos lados del flotador, al llegar a éste tenía una hendidura que permitía alojar la pasarela para acceso al flotante. La parte fija, que quedaba aislada cuando se retiraba el flotante durante los inviernos, era denominada en el proyecto “Duque de Alba”. Ya desde el plano de proyecto de 1914 se contemplaba la creación del flotante, así como el cobertizo (caseta) de color blanco, desgraciadamente desaparecido.

El embarcadero tenía 379 pilotes y un total de 892,50 metros de riostras longitudinales, además de 534,55 metros de riostras transversales. El hierro forjado empleado en barandillas, abrazaderas y azuches alcanzó la cifra de 10.324,80 kilogramos. Disponía de 19 farolas y 14 amarraderos. El presupuesto para la construcción del embarcadero estimada fue de 177.842,93 pesetas, en gasto final supuso 178.167,26 pesetas.

Se había previsto satisfacer liquidaciones periódicas según fuera avanzando la obra por lo que se fueron haciendo pagos periódicos durante los tres años de duración de la misma (1914-1916).

En la parte superior de esta entrada podemos ver el plano, donde se señala en color rojo el diseño del embarcadero, que fue firmado por el ingeniero constructor un 30 de diciembre de 1916.


El embarcadero de Las Arenas fue lugar de grandes eventos deportivos, vio la celebración del Concurso de Natación organizado por el Club Deportivo de Bilbao el 16 de septiembre de 1923. En la competición participaron entre otros Josemi Valdés, nadador del Arenas Club, Ramón Zubiaga y Antonio Ferrer, en disciplinas como 50,100 y 400 metros. Precisamente en una de las fotografías de aquel día se puede ver a un grupo de participantes sobre el flotante. Las Oficinas del Arenas Club, donde los nadadores debían inscribirse, estaban el la calle Barría de Las Arenas.

Otra de las instalaciones que vio aquel embarcadero fue la colocación de un surtidor de gasolina mediante una R. O. del 24 de marzo de 1927.

Pero el tiempo no pasa en vano y esa estructura metálica, que fue objeto de muchas reparaciones, tuvo que ser reemplazada por otra nueva en 1959. Será objeto de otra entrada.

Dentro de las incidencias que a lo largo de los años sufrió el embarcadero, se puede decir que la más traumática fue que en agosto del 2009, debido al mal estado de la isla del embarcadero, la Autoridad Portuaria ordenó su derribo. Una verdadera lástima.

jueves, 14 de noviembre de 2019

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -127-



En la anterior entrada veíamos cómo en la Provincia de Bizkaia se producían noticias turbadoras: se declaraba el Estado de Guerra.

Pasados ya los acontecimientos, entrábamos en el mes de junio de 1890. El día 4 de ese mes el pleno trataba sobre una invitación de la superiora de la Comunidad de la Purísima Concepción de Algorta, de la Congregación de la Hijas de la Caridad de San Vicente Paul (las llamadas “Monjitas del Puerto Viejo de Algorta”), para acudir a una función en honor del Beato Perboyre (Gabriel Perboyre, que así se llamaba el beato, había ingresado en 1817 en el seminario menor de Montauban (Francia), dirigido por los Padres Lazaristas de San Vicente de Paúl. Fue colgado en una cruz y estrangulado (1840) en la ciudad de Wuchang, de la provincia Hubei, China). La función se iba a celebrar el domingo 4 de junio en la Parroquia de San Nicolás de Bari de Algorta, a la misma iban a asistir los regidores Sres. Barandica y Carrandi. Asistiendo posteriormente la corporación en pleno a la procesión que bajó hasta el Puerto de Algorta.

Mientras, los socorros domiciliarios de las personas más humildes de la población seguían siendo demandados, tanto en Algorta como en Las Arenas, algunos con hijos imposibilitados, otras de viudas carentes de recursos.

Algunos cadáveres seguían apareciendo por nuestras playas, como fue el caso del aparecido el 24 de mayo en la playa de Las Arenas, del que se hizo cargo el alguacil Miragaray, por el que el consistorio abonó por su traslado 36,50 pesetas.


El esos años, al igual que años más tarde, algunos niños eran abandonados en las puertas de iglesias y viviendas particulares, que en muchos casos acababan en los asilos. El 7 de junio de 1890 un niño era abandonado: “...En la pila del agua bendita de la Iglesia de Santa María de Getxo. Más tarde fue conducido al asilo de la Santa Casa de Misericordia de Bilbao, en San Mamés...” Días más tarde, el 12 de junio, se recibía una carta, de la que en el pleno de esa fecha, se daba lectura: “…La Junta Directiva de Niños Expósitos de Vizcaya acusa recibo de un niño de padres desconocidos que fue remitido a la misma por el Alcalde de Guecho...” Tal era el volumen de niños asilados que a veces duplicaba el número de niños al de adultos. Los niños eran atendidos por nodrizas cuyos haberes eran satisfechos trimestralmente.

Y a pesar de que la guerra entre Carlistas y Liberales había terminado en febrero de 1876, el 12 de junio de 1890 todavía coleaban las consecuencias de la misma. Los pueblos de la Provincia de Bizkaia y otros tenían deudas pendientes por suministros de guerra, por lo que el Ayuntamiento de Getxo decidía: “...Que en vista de la Real Orden del 8 del actual, inserta en la Gaceta de Madrid del día 9 relativa a los suministros hechos a las tropas del Gobierno por los pueblos durante la última guerra civil, acuerda este Ayuntamiento la formación de una Comisión para preparar un resumen de los suministros hechos por el Ayuntamiento de esta localidad durante dichos años a las fuerzas del Gobierno, a fin de crear un expediente para la reclamación de los suministros...”

El juego de la pelota en Algorta venía ya de lejos, y se practicaba cerca de la zona en la que actualmente se hace. Aunque no era bien visto por el párroco de San Nicolás, ya que en junio de 1890 solicitó al consistorio que se prohibiera jugar en el pórtico de la iglesia, argumentando que: “...Varias personas juegan en el pórtico con prejuicio para este local...” Se colocaron carteles indicando la prohibición bajo multa de 5 pesetas por persona y vez.


El 12 de junio de 1890 se hablaba en el pleno municipal de la deficiente situación del urinario que se hallaba bajo el quiosco de la música de Las Arenas. También se informaba de las mansiones que levantaban algunos hacendados. El urinario “...se halla sin la decencia que requiere, por lo que se acuerda se proceda a la ejecución de las obras necesarias para conducir sus aguas al caño que ejecute D. José María Martínez de las Rivas para el despacho de las aguas sucias de su casa en ejecución...”

El alguacil D. Eusebio Uriona de Las Arenas renunciaba a su cargo. El empleado público también oficiaba de tamborilero, indicando al consistorio que mientras el Ayuntamiento no encontrara un sustituto : “...No tiene inconveniente seguir tocando el tamboril en los días festivos si conviene al Ayuntamiento...” El Consistorio acordaba aceptar el ofrecimiento, sacando a oferta pública la vacante a la que asignaban un sueldo de 912 pesetas anuales. Los tamborileros, hombres de los que en el Siglo XVII se decía: “...Que eran deseados en público y denostados en privado...” Sobre todo por las élites del poder, siendo acusados de que en días festivos acudían a sus toques: “...Diferentes personas así hombres como mujeres de lo cual redundan muchos escándalos y pecados públicos...” Motivo por el cual en la Villa de Bilbao llegaron a poner penas de 10 ducados y 20 días de cárcel por el Corregidor: “...Ordenando no se toque ningún instrumento ni dancen juntos hombres y mujeres...” Sin embargo, era muy demandado en todas las festividades en nuestra Anteiglesia.

Esas mismas fechas el pleno municipal trataba sobre la conveniencia de dotar al barrio de Las Arenas de una banda de música que alegrara el barrio por las tardes durante los días festivos del verano, ya que en esos días se dejaba notar gran afluencia de visitantes. Para seleccionar a los músicos se recibieron ofertas de dos grupos musicales: la “Banda La Bilbaina”, que dirigía el maestro D. Agustín Ortigosa y la “Banda Municipal de Baracaldo”, que era dirigida por D. José Crespo. Tan solo diez pesetas separaban ambas, por función, siendo elegida la primera que había ofertado la cantidad de 65 pesetas por tocar cada tarde.

Para la plaza de peón caminero, que tras el fallecimiento en mayo de 1890 de D. Francisco Guerediaga había quedado vacante, se presentaron cuatro aspirantes: D. Ramón Astorquiza, D. José Carballido, D. Domingo Sarasua y D. Ignacio Bilbao. Finalmente, y debido a sus capacidades: “...Que practica y ejecuta cuantos trabajos se le encomiendan sin dificultad en su oficio de cantero, lo que no se acredita en los demás aspirantes...” Resultaba elegido D. Ignacio Bilbao y Zarraga.


Y como ya se iban acercando las fechas de las fiestas del Pueblo, el consistorio acordaba formar una comisión para: “...Preparar el programa de festejos del este verano, así como realizar los contratos con las bandas que han de actuar...” La responsabilidad de dicho cometido recayó en los concejales Sres. Arrola, Sainz, Unzaga e Ycaza. También para mejorar el aspecto de las playas y sus servicios acordaban crear otra comisión a la que denominaron “De las Playas y Baños” cuyo cometido fue: “...colocar en la de Las Arenas los postes y machones que se habían recogido el año anterior y que habían sido tumbados por un golpe de mar, además de instalar otros 20 nuevos con el fin de que los bañeros colocaran las maromas para garantizar la seguridad de los bañistas; señalar los lotes de casetas de baño, inspeccionado las misma, sus muebles, enseres y ropas de baño con arreglo al bando; y en Ereaga y el Puerto realizar la concesión de los lugares donde se iban a instalar las casetas de baño, interesarse para que el rematante de las mismas realizara una limpieza adecuada. Todo ello para garantizar la comodidad de las gentes que acudan a las playas...” Para este menester fueron comisionados los concejales Sres. Aspiri, Ajuria y Sainz.

En la próxima entrada veremos cómo, en el pleno municipal, se hablaba sobre los arriendos de vinos y carnes frescas.

lunes, 11 de noviembre de 2019

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -126-



En la anterior entrada veíamos cómo la solicitud de socorros domiciliarios, debido a sus achaques y a la avanzada edad de algunos vecinos, no cesaba.

El día 14 de mayo de 1890 el pleno trataba sobre una circular de la Diputación de la Provincia, relativa a los naufragios acontecidos en Mundaka, Bermeo y Santander: “...El viernes 25 de abril de 1890 fue un día de luto para diversos puertos del litoral Cantábrico, desde Bermeo a Mundaca pasando por Pasajes San Juan y Santander. A pesar de que la mayor parte de las embarcaciones de Bermeo lograron, gracias al aviso del atalayero, ganar puerto en medio de un furioso vendaval, una de las embarcaciones, la “Angelita”, patroneada por D. Domingo Erezuma naufragaba en Mundaca pereciendo el patrón y un tripulante de la misma. De Pasajes San Juan fueron cinco los que perecieron a bordo de un pontín, cuyo patrón era D. Valeriano Pérez. Frente a Santander se encontraban faenado once lanchas de altura, a las siete de la mañana el semáforo de la Comandancia de Marina comunicaba de que la mar era muy gruesa y que algunas lanchas no podían tomar puerto; de la lancha “Santa Catalina” tripulada por D. Mariano Benguria fueron 14 los marineros que perecieron ahogados; de la lancha “Nuestra Señora del Carmen” patroneada por D. Domingo Renteria fueron 16 los ahogados; de la lancha “San Pedro” patroneada por D. Domingo Echevarria fueron 13 los ahogados y de la lancha “Buenas Noches” patroneada por D. Inocencio Mujica 11 fueron los fallecidos...” El consistorio getxotarra, a petición de la Diputación, acudía en ayuda de aquellas familias aportando a la suscripción abierta por dicha entidad provincial, que pedía a todos los habitantes de Bizkaia acudieran a socorrer a las familias de los desgraciados náufragos, algunas cantidades de dinero: “...Acordando suscribirse con 100 pesetas, además los ediles municipales, otros particulares aportan 42 pesetas como donativo...”

En el pleno del 22 de mayo de 1890 comenzaba con noticias turbadoras: “...A consecuencia de las circunstancias anormales en que se halla la Provincia...” Se referían al estado de guerra decretado por el Gobernador Militar D. Manuel Aguilar Diosdado, el 14 de mayo de 1890, por los motivos que a su entender se estaban produciendo: “…El estado de sedición y rebelión en que se han colocado las clases obreras me obligan a declarar en esta provincia el estado de guerra...” Los movimientos obreros desde el primero de mayo se sucedían: “...Las reivindicaciones de las ocho horas de trabajo y libertad para poder realizar las compras de sus alimento en las tiendas que ellos eligieran y no en los llamados en las minas “Cuarteles”, que no era si no las tiendas de los propietarios de las minas. Esas demandas encabezaban las manifestaciones obreras. Por ello los mineros se dirigieron a las grandes factorías animando a los trabajadores de las mismas a unirse a su lucha, “Altos Hornos”, “La Vizcaya” y “Astilleros del Nervión” se sumaban a sus demandas, parando las factorías. En las calles de Bilbao y pueblos de la ría se mezclaban uniformados a caballo que venían a reprimir las manifestaciones, con obreros que corrían ante la porra de los uniformados. Los ferrocarriles del la margen izquierda quedaron paralizados. En Ortuella algunos trabajadores resultaban detenidos y conducidos a los juzgados de Bilbao, se trataba de D. Elías Zayas, D. Aniceto del Pino, D. Patricio Vicario, D. Facundo Alonso, D. Nemesio Soto y D. José Ibeas. Otros como D. Facundo Perezagua y otros miembros del comité Socialista de Bilbao eran llamados al Gobierno Militar...” En nuestro municipio se decidía: “...Por precaución el alumbrado público permanezca encendido por toda la noche, tanto en Algorta como en Las Arenas, este servicio extraordinario viene rigiendo desde el 16 del actual. Que con motivo del acuerdo adoptado por el Consejo de Ministros acerca del envío de 25 parejas de la Guardia Civil para reforzar la vigilancia en esta Provincia, para la seguridad del Pueblo se han practicado varias diligencias, consiguiéndose un destacamento de ocho guardia civiles y un oficial, los cuales quedaron el día 17 alojados en la casa de D. Eleuterio González ocupando cinco camas, abonando por su ocupación cinco pesetas diarias. Más tarde han venido otros dos, ocupando una cama, por la que se ha abonado por el servicio una peseta...” Dicha fuerza fue alojada en el edificio del cable en Las Arenas. El alumbrado público duro seis noches y se abonaron al rematante de dicho servicio D. Juan José Bilbao 150 pesetas por dicho servicio.


Mientras el Pueblo seguía con sus rutinas y mejoras en los espacios públicos, aquella actuación vino precedida de un informe del Arquitecto Municipal D. Eladio Iturria: “...La Plaza de San Nicolás ve aumentar su superficie por un acuerdo alcanzado con uno de los vecinos D. Eustasio Zalduondo, a quien se le abonan 436,64 pesetas por unas parcelas de terrenos de su propiedad, para mejorara el ornato público...” También la calle Mayor mejoraba su aspecto, ya que se estaban ejecutando obras de embaldosado de las aceras.

En esas fechas fallecía el peón caminero D. Francisco Guerediaga. Lo que hizo que el consistorio anunciara públicamente la vacante, ofreciendo por la misma un sueldo de 730 pesetas al año. Para poder ocupar dicha plaza el aspirante debía acreditar tener como oficio el de maestro cantero: “...Dichas certificaciones deberán ser expedidas por dos maestros canteros conocidos en la localidad, debiendo saber leer y escribir.

A D. Sabas García se le abonaron 150 pesetas por el alquiler durante nueve meses, desde el 1 de julio hasta el 31 de marzo, del Depósito de Corrección de Las Arenas.

El 29 de mayo se daba cuenta de un oficio de la Diputación Provincial por el cual debían salir a remate los arbitrios municipales de este pueblo para el ejercicio de 1890-1891.

En Las Arenas las obras de mejora del espacio público avanzaban a buen ritmo. En esos días días se trabajaba en la Plazuela del barrio (Actual Bizkaiko Zubia), y era D. Marcos Zamacona el encargado de dirigirlas. Se trataba de retirar las tierras de dicha plazuela para cubrirla con “resebo” de las canteras de Axpe. La tierra extraída fue depositada en un terreno que estaba junto a la sacristía de la Iglesia de Las Mercedes, con objeto de utilizarla en las obras que se iban a realizar en la carretera de Las Arenas a la Avanzada, completando dicha obra con la plantación de árboles.


Se colocaban bancos de hierro en algunos paseos públicos, construidos en la fábrica Santa Ana de Bolueta, por los que se abonaron 24 pesetas.

La Banda de Música Municipal parecía estar sometida al escrutinio del concejo ya que en esa fecha, 29 de mayo, se decidía: “...Se encargue al Director de la Banda de esta localidad, que además de concurrir a la procesión de esta mañana, asista con la misma a la Plaza Pública (San Nicolás de Algorta) en la tarde del próximo Corpus Cristi con el fin de tocar tres o cuatro piezas bailables, para que la Comisión Municipal, que presenciará el acto, se entere del estado de instrucción y capacidad de los individuos de la banda, o decida si son aptos para hacer compromiso para el próximo año...”

En los lavaderos públicos de Alango y San Martín las fugas de agua eran continuas debido a la mala calidad de las llaves de corte, por lo que se hizo necesario cambiar las mismas por otras con válvulas en la parte superior del lavadero.

En la próxima entrada veremos cómo el pleno trataba sobre una invitación de la superiora de la comunidad de la Purísima Concepción de Algorta para acudir a una función en honor del Beato Perboyre.