Es complicado realizar una
entrada cuando ya se ha hecho una biografía por parte de un familiar, máxime
cuando se trata de un personaje deportivo de uno de nuestros barrios, Alango,
cosa en la que reconozco no estar muy ducho. De él, decía Carlos Aiestaran en la introducción de su libro “Echevarría,
Guardameta del Athletic Club 1938-1942:” “…Fue el relevo bélico y
generacional de Blasco en la portería de Athletic Club…”
En esta entrada intentaré
recrear cómo fue su infancia y juventud, el ambiente que se respiraba en
aquellos días y, fundamentalmente, su vida deportiva.
Tras una pequeña referencia a
Gregorio Blasco, portero al que se refería Aiestaran, guardameta mítico que le
precedió y que fue ininterrumpidamente defensor de la portería del Athletic
Club desde la temporada 1926-27 hasta la 1935-36, comenzaré con un pequeño
semblante del guardameta del barrio de Alango, no sin antes decir, como nos
recuerda el autor del libro: “…Que la vida deportiva de Echevarría
comienza con la entrada de las tropas nacionales en Bilbao y finaliza hacia
mediados de la II Guerra Mundial…”.
José María Echevarría
Ayestarán nació en la calle Alangoeta (Alango) el 30 de octubre de 1920.
Recibió sus aguas bautismales en la iglesia san Nicolás de Bari de Algorta,
siendo el tercer hijo del matrimonio formado por el bermeotarra Hilario
Echevarría Goitia y la algortarra Eugenia Ayestarán y Arrieta.
Parece que este barrio es una
auténtica cantera para el Athletic, ya que varios de sus jugadores de Algorta pertenecieron
a él, y que sin decir como afirmaba D. Juan Gorostiaga, que era un barrio de
Alanos, lo que sí es seguro es que fue un promontorio de grandes deportistas:
Fernando González Valenciaga, Nando, Manuel Martínez Canales, Manolín, dos de los
medios volantes del Athletic Club de los años 40 y 50 respectivamente, y el
delantero Javier Ormaza Garay, del caserío Santuko, quién tras jugar en el Club
Deportivo Guecho durante el periodo 1963-1965, militó en las filas del Atlético
de Bilbao (por imperativo legal tuvo que cambiarse la denominación del Club en
el año 1941, siendo anulada la Orden Gubernativa el año 1972) en el periodo
1965-1969.
La mayor parte de los
acontecimientos de su infancia (Primera Comunión, estudios, etc.) se
desarrollaron alrededor de esa zona, en torno a san Ignacio, campas que fueron
escenario de los juegos de varias generaciones de jovenzuelos de la zona, en
las que muchos de ellos rompieron infinidad de alpargatas. Ya desde sus inicios
jugaría en el que iba a ser su puesto en la vida deportiva (portero). El primer
equipo en el que jugó, a los siete años, fue el de la escuela de san Ignacio.
La campa de aquella iglesia vio cómo Echevarría daba sus primeros empellones a
un balón. Continuó jugando en el puesto de cancerbero en varios campos, en los
que participó en competiciones contra otros equipos cercanos, entre ellos los
de las escuelas de Romo, Lamiaco y La
Plaza de Algorta. Con un pundonor que le valdría el que fuera su apodo algorteño
Pellejoduro (más tarde tras su integración en las filas del Athletic Club, sus
compañeros siempre le conocieron como Echeva).
Echevarría comenzó su carrera
deportiva en 1933, jugando en el campo de Fadura, en el que pasó a ser reserva
del Club Deportivo Guecho en 1934.
En 1935, con tan solo 15 años
participó en un torneo: “…Con el equipo de Acción Católica de
san Ignacio, en el que entre otros equipos compitieron (Agustinos de
Portugalete, el Patronato de Sestao, la Catequesis de Santurce, Acción Católica
de las Arenas, Acción Católica de Erandio y los Diablos Azules de Lamiaco…” Con él, los del San Ignacio conquistaron la
tercera plaza. Del equipo de Acción Católica de San Ignacio pasó a ser portero
titular del Sociedad Deportiva Neguri en la categoría de juveniles en 1936.
Con la guerra aún rugiendo en
otros frentes del estado, tras ser ocupada Vizcaya por los llamados nacionales,
y para contextualizar el ambiente de represión de la época en que se
desarrollaron aquellos encuentros infantiles, incluiré algunos datos:
Comenzando con las
requisitorias, alguna de ellas con vecinos de Las Arenas, el diario La Gaceta
del Norte publicaba lo siguiente en su edición del 21 de noviembre de 1937: “…El
Auditor de Guerra del ejército de Ocupación, llama, cita y emplaza de inmediata
comparecencia ante este juzgado en el chalet de Escauriaza a Rafael de Vierna y
Arana y a Dña. Victoriana Fernández, vecinos de Las Arenas…”.
Había otros emplazados pero no son tema de esta entrada.
En aquel ambiente el Athletic
Club organizó un torneo amateur en noviembre del año 1937, con objeto de
recomponer el equipo.
Aunque por lo que se podía
leer en la prensa local más parecía que de lo que se trataba era confrontar con
los partidos que el primer equipo estaba jugando fuera de la España Nacional,
ya que en La Gaceta del (27 noviembre 1937) se escribió entre otras joyas
literarias que: “…Los rojillos como no pueden organizar
partidos internacionales creen que tampoco van a tener que jugar en la España
Nacional. Desgraciadamente tampoco pueden jugar partidos oficiales
representativos los futbolistas leales…”
De aquel torneo amateur daba
cuenta la prensa adicta al Movimiento, y en concreto, en La Gaceta del Norte,
entonces en manos de Falange Española de las JONS, se escribía el día 7 de
noviembre de 1937 que: “…El Athletic Club de Bilbao prepara el
torneo infantil de foot-ball (Campeonato de Vizcaya)…”. El
plazo de inscripción terminaba el 15 de aquel mismo mes. El día 17 de noviembre
se anunciaba en el mismo diario: “…El torneo infantil organizado por el
Athletic ha reunido a 39 equipos…”. Entre aquellos equipos
estaban el SEU de Guecho y otro local,
el Arenas infantil.
En el torneo sólo podían
participar equipos de la provincia, y debían estar formados por jugadores
mayores de quince años y menores de diecinueve. Echevarría junto a otros amigos
formaron un equipo y se inscribieron en el torneo. No disponían de equipaje
para competir por lo que acudieron al presidente del Club Deportivo Guecho
quién les suministró el equipo necesario, por lo que decidieron participar con
el nombre de Guecho: “…No obstante, según narra en su libro
Carlos Aiestaran, ya asentadas las nuevas autoridades municipales, fieles al
régimen, no les permitieron la inscripción independiente y les obligaron, bajo
la amenaza de no dejarles participar en el torneo, a integrarse en el ya
existente SEU de Guecho. No les quedó otro remedio y aceptaron pero
consiguieron participar en el torneo no con la vestimenta del SEU de Guecho,
sino con la que ellos utilizaban en el equipo de Acción Católica de San (sic)
Ignacio...”. El día 24 de noviembre de 1937 se
celebraba en los locales de la Federación Vizcaína de Fútbol la reunión de
delegados para realizar el sorteo de los partidos, con la presencia de
Gorostiaga, Bayo e Isasi.
A lo largo de aquel torneo los
encuentros se jugaron en los campos de san Mamés, Torre Madariaga, Cruz Verde,
Gobelaurre y el del Colegio de Sordos y Mudos.
El domingo día 28 de noviembre
de 1937 se jugaba la primera eliminatoria de aquel torneo infantil. El 30 de
ese mes, en el diario que he consultado, La Gaceta del Norte, se relataba: “…Ayer
domingo comenzó el torneo amateur con los siguientes resultados: Arenas
Infantil, 1 – Juventus F. C., 1; el domingo día 5 de noviembre le tocaba jugar al SEU de Guecho contra el
Deportivo Basauri, partido que terminaba con 4 goles para el de casa contra 1
del equipo basauritarra. En el partido de vuelta celebrado el domingo 26 de
diciembre de 1937, contra el equipo de Basauri: El resultado fue Deportivo
Basauri, 3 - SEU de Guecho, 2, con lo que quedaba clasificado el equipo de
Algorta…”
Participaron un total de 39
equipos, entre los que se encontraban por cercanía los siguientes: Racing de
Berango, Balas de Erandio, Esperanza F. C., Erandio, Legión de Lamiaco, Arenas
infantil de Las Arenas y el Portugalete Chiqui de Portugalete. Tras una serie
de tandas eliminatorias, el SEU de Guecho, tras dejar en la cuneta a varios
equipos rivales: Deportivo Basauri, Huracán Balompié y Deusto F. C., el último
partido que se iba a jugar el domingo 27 de marzo de 1938 en el campo de Torre
Madariaga, entre el Carmen de Baracaldo y el SEU de Guecho, no llegó a
celebrarse por incomparecencia del equipo de casa. Por consiguiente, quedaba
clasificado el SEU de Guecho, accediendo de este modo a la tercera eliminatoria
que comenzó el 23 de enero de 1938, finalizando el 6 de febrero, quedando como
supervivientes para la liguilla final
que se disputó entre el 6 de febrero del mismo año y el 27 de marzo del
mismo año en compañía de otros cuatro equipos: Carmen de Baracaldo, Solocoeche
Sport, AET de Bilbao y Portugalete Chiqui, retirándose este último de la
competición y quedando el SEU de Guecho clasificado el cuarto, en última
posición, con 6 partidos jugados, 0 ganados, 1 empatado y 5 perdidos,
consiguiendo tan solo 1 punto. A pesar de ello, con motivo del partido
disputado contra el AET de Bilbao, el domingo día 20 de marzo de 1938, el
cronista deportivo José Luis Isasi dedicó las siguientes palabras a Echevarría:
“…Del
SEU destacaron, entre otros, Echevarría, que, indiscutiblemente, es el mejor
portero de los que juegan este campeonato...”
José María Echevarría tuvo una
dilatada vida deportiva como profesional. Comenzó la misma, tras pasar por el
Club Deportivo Guecho y el Sociedad Deportiva Neguri, en el equipo cabecera de
Vizcaya, el Athletic Club, en la temporada 1937-1938 participando en el equipo
bilbaíno en el segundo trimestre del año 1938 en calidad de aficionado.
Participaría también en la
Copa del Abra, campeonato que comenzó: “…El día 10 de abril de
1938 se jugó el primer encuentro en el que se enfrentaron el SEU de Guecho y el
SEU de Bilbao, ganando el primero por dos tantos a uno…”
Aquel acontecimiento deportivo
se desarrolló en medio de la Semana Santa, que en nuestro pueblo (en Algorta)
se vivió con un fervor inducido por los mandos del nacionalsindicalismo
imperante, con actos religiosos en la iglesia de los trinitarios y san Nicolás
de Bari y el miedo inducido por los tenebrosos ejercicios espirituales que advertían
del peligro que esperaba a aquellos que
tuvieran que purgar sus culpas en el infierno. Escribían en el diario
vespertino Hierro del 12 de abril de 1938: “…Allí desembocan todos los
malditos de Dios. Todos los que están marcados con la señal del pecado.
Imagínate un fuego creado por la justicia de Dios para castigar el desorden de
los obstinados en morir en pecado. ¡Para siempre!; para siempre perdidos,
separados de todo bien. ¡Para siempre, padeciendo, sufriendo, llorando,
ardiendo, iDesventurados!...”
El diario Hierro, que en su
anagrama lucía el epígrafe de Diario de Falange Española Tradicionalista y de
las JONS, el día 12 de enero de 1938 decía lo siguiente refiriéndose a la Copa
del Abra: “…Con
un tiempo espléndido se celebró en Fadura este partido de la Copa del Abra. El
primer tiempo terminó con empate a cero. En el segundo tiempo el SEU de Guecho
marcó dos tantos por mediación de Nacho y Valdés. Urresti fue el autor del gol
del SEU de Bilbao. El partido resultó entretenido, notándose grandemente la
falta de los hermanos Viar en el equipo vencido…”
Echevarría a lo largo de su
carrera deportiva colaboró con equipos
de casa, Club Deportivo Guecho, Arenas
Club de Guecho y Sociedad Deportiva Neguri. Con el Athletic de Bilbao participó
en enfrentamientos deportivos en 1938, incluso contra la escuadra alemana del
Admiral Graf Spee, a quien batieron por
El campo del Club Deportivo
Guecho vio durante años a este guardameta realizar el saque de honor en una de
las competiciones más solidarias de nuestra Anteiglesia El Partido de Cazadores
contra Pescadores a beneficio del Hospital Hospicio de Algorta.
El sino trágico, tanto a nivel
humano con la guerra del 36 y la muerte de su padre contando Echevarría 20 años
de edad, como deportivo con la gravísima lesión sufrida en Oviedo y las
posteriores secuelas que ésta le dejaron añadidas a la tuberculosis, le
obligarían a abandonar su prometedora carrera deportiva.
Tras una azarosa vida
conviviendo con la tuberculosis: “…En la década de los 40 ingresó en el
sanatorio de la sierra madrileña de Tablada, donde permaneció siete meses,
traslado al Sanatorio Nuestra Señora de Begoña, en Miranda de Ebro, donde
permaneció tres años, para posteriormente ser trasladado en julio de 1946 al sanatorio bilbaíno de
santa Marina donde permaneció hasta finales de octubre y fue operado en dos
ocasiones…”
No obstante, y a pesar de los
esfuerzos médicos, después de junio de 1965 su salud se fue resquebrajando poco
a poco. En la etapa final de su enfermedad, ingresó en el Sanatorio de Leza
(Laguardia) el día 24 de marzo de 1966, falleciendo en el mismo al día
siguirnte, el 25 de marzo de 1966.
No quisiera finalizar esta
entrada sin comentar que entre su palmarés deportivo se encuentra la concesión a
posteriori del Trofeo Zamora, otorgado por el periódico deportivo Marca,
correspondiente a la temporada 1940-41 Por último, decir que de este guardameta
de Alango, de su vida deportiva, de la que los diarios bilbaínos dejaron su
impronta, hay mucho que narrar. Pero esa parte de su historia ya está recogida
en el libro de un buen amigo, gracias al cual, con muchos de sus datos, he
podido realizar esta reseña, se trata del libro de Carlos Aiestaran titulado “Echevarría,
Guardameta del Athletic Club 1938-
Tras esta entrada, como todos
los años, dejaré descansar esta página hasta el próximo día 5 de abril.
Aprovechando, con responsabilidad, estos días para disfrutar de monte y mar,
recorriendo algunos lugares de nuestra geografía cercana y dejando volar la
imaginación para preparar nuevos temas.
HASTA
EL 6 DE ABRIL DEL 2021