jueves, 29 de octubre de 2015

CRÓNICA DE UNA EVACUACIÓN, LOS NIÑOS DE LA GUERRA -II-



En la anterior entrada veíamos el papel que jugaron los barcos en la evacuación de los niños. A partir de hoy iremos viendo las evacuaciones tras los sucesivos bombardeos y el papel de las potencias extranjeras con su “política de no intervención”.

Bilbao fue bombardeada el 4 de enero de 1937. No se trató de un acto de guerra al uso, de una lucha entre dos ejércitos. El ataque se realizó contra la población civil, contra niños, ancianos y mujeres. Fue un ataque indiscriminado que pretendía amedrentar a la población. El bombardeo causó una gran impresión al Gobierno Vasco, que se planteó por primera vez evacuar masivamente a la población civil. París ya había presentado una propuesta de acogida en su territorio para niños que vivían en la zona de guerra.

Se ofreció a las familias vascas la posibilidad de inscribir a sus hijos en diferentes listas para trasladarlos a los países que ya habían confirmado estar dispuestos a su acogida. En concreto, el Gobierno Republicano francés de León Blum ya había dicho estar dispuesto a recibir a mujeres y niños sin límites y mediante organismos como el Comité de Acogida a los Niños Españoles (CA EE) impulsado por el Gobierno del Frente Popular francés. Antes de embarcar los niños debían de pasar un estricto control médico: tras ser vacunados contra la viruela se les asignaba una tarjeta de identificación, en la que se hacía constar el número y lugar al que iban destinados. 



El Gobierno de Euzkadi fletó hasta un toral de 30 barcos entre los meses de marzo a junio de 1937. En la bocana del Abra, algunos destructores y cruceros rebeldes impedían la salida de los refugiados. Entre ellos estaban el Almirante Cervera, Canarias y Velasco. Hasta las 3 millas territoriales, fueron protegidos por la Marina Auxiliar Vasca, llevando en cabeza un dragaminas. Por negociaciones del gobierno vasco con Inglaterra y Francia, los barcos que condujeron a los evacuados, a partir del limite territorial, fueron las armadas de los países indicados con anterioridad, quienes les protegieron hasta su destino.


Para entonces la “No Intervención” de las Naciones, ya era tratado por la prensa local. El diario “Euzko Langille”, los días 1 y 2 de marzo advertía de: “...La farsa de la No Intervención continúa, el fascismo se ha hinchado de provocar a las democracias, aplazamiento del bloqueo..., los representantes diplomáticos de los pueblos demócratas, timoratos y excesivamente prudentes, cuando no cobardes e interesados, aceptan las imposiciones, colaborando neciamente a las ambiciones del imperialismo Alemán e Italiano...”. Las potencias fascistas (Alemania e Italia), aliadas del fascismo franquista, seguían cerrando la red que más tarde provocaría el holocausto en toda Europa.

Para esas fechas ya se empezaba a sentir el racionamiento. En la prensa llegaban noticias que causaron satisfacción entre la población civil. El 20 de marzo de 1937 en el Noticiero Bilbaino, el Gobierno Vasco anunciaba: “...El próximo día 25 habrá un nuevo racionamiento de patatas, arroz y garbanzos; y se anuncian otros de carbón, vino y jabón...”.



El Gobierno Vasco, tras meses de gestiones, consiguió por fin la protección de la armada británica para los viajes cargados de niños que escapaban de los bombardeos.

El Departamento de Asistencia Social comunicaba el 20 de marzo en el diario “El Noticiero Bilbaino” que: “...cuatrocientos cincuenta niños hoy marchan a la Isla de Olerón, magnífica institución patrocinada por “La Infancia Cooperativa Francesa..., La caravana de los coches partirá a las ocho de la mañana de la plazoleta frente al Ayuntamiento de Bilbao, dirigiéndose a Bermeo, en cuyo puerto embarcarán los niños en dos destroyers británicos puestos a disposición del Gobierno de Euzkadi por la Embajada inglesa...”. Los niños fueron acompañados hasta Bermeo por sus profesores en 10 autobuses. Para su acoplamiento en los mismos formaron una expedición que siguió el siguiente orden:

Coche número 1: Evacuados del 1 al 45 inclusive. Profesor, don Agustín Diez Pérez.
Coche número 2: Evacuados del 46 al 90 inclusive. Profesor, D. Gregorio Hernández.
Coche número 3: Evacuados del 91 al 135 inclusive. Profesor, D. Segundo Muñoz.
Coche número 4: Evacuados del 136 al 180 inclusive. Profesor, D. José Las Heras Miguel.
Coche número 5: Evacuados del 181 al 225 inclusive. Profesor, D. Manuel Ranz La Fuente.
Coche número 6: Evacuados del 226 al 270 inclusive. Profesor, D. Fernando Díaz.
Coche número 7: Evacuados del 271 al 316 inclusive. Profesora, Dña. Luciana Jorge.
Coche número 8: Evacuados del 317 el 361 inclusive. Profesora, Dña. Susana Vicario.
Coche número 9: Evacuados del 362 al 406 Inclusive. Profesora, Dña. Inés Azcona.
Coche número 10: Evacuados del 407 al final. Profesora, Dña. Josefa Vela Santos.



Fueron conducidos a bordo de los destructores británicos “Blanche” y “Campbell”. La expedición zarpó del puerto vizcaíno de Bermeo el 21 de marzo de 1937. Antes de llegar a su destino, hicieron escala en San Juan de Luz, desde donde partieron en autobuses rumbo a la isla de Olerón. La prensa fascista, desde sus emisoras, tergiversaba la verdad haciendo creer que su destino era Riga (Letonia), para desde allí dirigirse a Rusia. En ese primer viaje se encontraba entre cientos de niños el escritor vizcaíno Luís de Castresana cuyo testimonio quedó reflejado años después en la novela titulada “El otro árbol de Guernica”. Más tarde, en abril, con la llegada de nuevos contingentes de refugiados, fueron trasladados a otras colonias francesas y cerca de 200 niños a Bélgica.



El día 31 de marzo de 1937, diez días después de la primera evacuación masiva de niños, la aviación legionaria italiana bombardea Durango, arrasando el pueblo y provocando 300 víctimas mortales, la gran mayoría civiles. En las siguientes semanas entra en acción la alemana Legión Cóndor bombardeando diferentes localidades vizcaínas. Con la ofensiva fascista de marzo, el bloqueo del Abra de Bilbao se endureció y el buque minador Júpiter sembró un total de unas cien minas en las entradas de los puertos de Gijón, Bilbao y Santander. No consiguieron el objetivo buscado, ya que los bous y dragaminas de la Armada Vasca recogieron la mayoría de ellas. Seguían llegando de Gipuzkoa mujeres y niños, muchos expulsados de sus casas y pueblos por el ejercito sublevado por el simple hecho de tener familiares entre las filas leales a la República. Se las hizo embarcar en Donosti en un barquito con destino desconocido, los tostartekos vascos lograban finalmente llevar al puerto de Bermeo a aquellos primeros “evacuados”, donde fueron recibidos por el secretario general de Gobernación Sr. Luisa.

El 1 de abril de 1937, con la llegada a Gasteiz de los exgenerales Mola y Kindelan que habían sido destituidos por el legitimo Gobierno de la República, iban a producirse los bombardeos de Durango y Elorrio. La prensa local decía: “...los exgenerales Mola y Kindelan, preparaban una ofensiva en los frentes vascos..., La aviación facciosa bombardeó despiadada y cobarde algunos pueblos, especialmente Durango. Entre las victimas no combatientes figuran dos sacerdotes, sorprendidos por el bombardeo cuando celebraban la misa, y las monjas de un convento, destrozado también por los bandidos del aire, entre los muertos aparecían niñas, mujeres y ancianos...”. Se produjo una evacuación de la población civil. También se producían otros dos bombardeos causando muertes y destrucción, el segundo de ellos con bombas incendiarias, en este caso se trataba de la Villa de Elorrio.



El día 3 de abril de 1937 el diario “Euzko Langille”, en un poema firmado por “Zarate”, reflejaba con claridad y desgarro la siniestra visión, del cruento golpe del estado franquista y sus razias aéreas, decía en el mismo: “...¿Quién ha enturbiado el nítido remanso de paz?..., jinetes del terror cabalgan en la atmósfera..., se aproximan los cuervos, ululando feroces una canción guerrera..., los pájaros negros giran en círculos concéntricos dejando caer su mortífera carga..., vidas antes rientes, ahora rotas, deshechas..., en los brazos crispados de su madre un niñito clava sus muertos ojos en la azulada esfera..., contemplad vuestra obra..., la sangre derramada caerá sobre vosotros..., !cuervos malditos!...”. El 7 de marzo de 1937 se hacía una llamada para controlar a los “Emboscados”, decía en la primera plana del diario: “...el día pasado alguien se ocupó del peligro de los emboscados, saliendo al paso propuso que la investigación para dar con ellos empezase por la sede del Gobierno..., comiéncese por dichas dependencias, hágase lo mismo en dependencias de Comités o Consejos de las organizaciones políticas y sindicales..., pásese luego a los cuarteles de la retaguardia, para ver si hay alguien que no ha visto los parapetos...”. La actuación de estos emboscados de retaguardia minaba la moral de los combatientes.

El día 24 de abril la aviación alemana bombardeaba las poblaciones de la margen derecha del Nervión (Erandio, Leioa, Las Arenas y Berango). Trimotores Junker, protegidos por cazas, realizaron dos incursiones a partir de las 11,30 de la mañana. En el diario “El Liberal” se insertaban instrucciones para el acceso a los refugios antiaéreos, entre ellas aparecían las siguientes: “...se deberá dejar que penetren antes los niños, las mujeres, los ancianos y los enfermos..., al entrar colocarse hacia el fondo..., no hacer movimientos bruscos, hablar en voz baja para evitar crear tensión a los alojados, lo que provocaría un mayor consumo de oxigeno y por consiguiente se contaminará más rápidamente la atmósfera del refugio...”, eran unas normas básicas para hacer más confortable la estancia de una población aterrada por los constantes bombardeos.



El domingo 25 de abril de 1937 algunos barcos conseguían saltar el bloqueo franquista, dos nuevas unidades de matrícula británica llegaban desde Francia. Se trataba de los buques “Thurston” y “Stesso”. Su carga venía a robustecer el stock de víveres existentes en el puerto bilbaino. La prensa seguía dando noticias de arribadas de buques: “...Es ya el séptimo que arriba a nuestros muelles en el transcurso de cuatro días, este nuevo convoy que nos ha llegado por vía marítima se denomina “Sheaf-Garth”...”.

La próxima entrada la iniciaremos con uno de los momentos más trágicos de la Guerra, tras los bombardeos de Durango y Elorrio, el bombardeo de Gernika. Lo que provocaría la constitución del “Ejército Regular de Euzkadi”.

lunes, 26 de octubre de 2015

CRÓNICA DE UNA EVACUACIÓN, LOS NIÑOS DE LA GUERRA -I-

YATE GOIZEKO-IZARRA


Crónica de una Evacuación, Los niños de la Guerra. Este tema, que ya lo he tratado en otras entradas, aunque no de forma tan extensa, como la que comienzo a continuación, no pretende ser algo cerrado. Faltan muchos datos, que quizá más adelante pueda ir completando.

Antes de empezar, unas consideraciones: aquella tragedia que supuso que miles de personas tuvieran que abandonar sus hogares, sus pueblos, su País, no fue algo casual. Fue fruto de maquinaciones en las que participaron terroristas financieros y militares, que junto a una trama compuesta por caciques y terratenientes, banqueros y asesinos uniformados africanistas y la connivencia de cierta prensa derechista y la jerarquía eclesiástica, hizo que tras los resultados electorales en los que triunfó el Frente Popular, se sublevaran contra el legítimo Gobierno de la República.

Un seguidor de este Blog me facilitó un material elaborado por él, para un Master de la UNED. Se titulaba “El yate Goizeko Izarra y su participación en la evacuación de los Niños de la Guerra en Bilbao”. Título que reflejaba con gran precisión, tanto las vicisitudes como el dolor que tuvieron que sentir los niños al separarse de sus familias, forzados por un cruento golpe de estado. Eso me dio la idea de retomar las circunstancias que llevaron a miles de niños y adultos a abandonar su Patria y refugiarse en otros Países. Aprovechando su ofrecimiento y partes de su trabajo, traigo a estas paginas un relato sobre los “Niños de la Guerra del 36”. A lo largo de él, iré entremezclando titulares de la prensa bilbaína de aquellos días, con datos provenientes de otras publicaciones y del trabajo anteriormente citado.



En la evacuación de los “Niños de la Guerra”, Francia fue el primer país en colaborar. Le seguirían Bélgica, Dinamarca, Gran Bretaña, México, Suiza y Rusia. En Bizkaia, desde 1937, ayudados por escoltas de la armada inglesa y con el beneplácito del gobierno francés, la mayoría de las evacuaciones de los “Niños de la Guerra” se produjeron en grandes barcos y vapores desde el Puerto de Santurtzi. Entre estos destacaron el “Goizeko Izarra” y el “Habana”, que fueron los que más niños trasladaron. Otros barcos que transportaron a niños y mujeres, que huían del horror de aquel Golpe de Estado franquista fueron el “Cabo Corona”, “Galea”, “Luchana” y “Zurriola”; los mercantes franceses “Carimare”, “Château-Palmer”, “Margaux” y “Ploubazlanec”. También los mercantes ingleses “Marion Moller” y el “Marvia”; el vapor ingles “Alice Marie” junto a los destructores británicos “Blanche” y “Campbell”, que formaron parte de la primera expedición. Sus destinos fueron los puertos franceses de La Pallice, Pauillac o San Juan de Luz; el inglés de Southampton y el puerto Ruso de Leningrado. Sin olvidar a decenas de barcos no controlados, pesqueros y pequeños vaporcitos, que salieron directamente de diversos puertos de la costa vasca como Bermeo, Ondarroa o Getaria.

Empezaremos por el papel que jugaron los barcos en la evacuación de los niños. Aitor planteaba las hipótesis de trabajo, que barajó al comienzo del mismo, consistente en: “...investigar sobre los diferentes buques empleados por el Gobierno Vasco durante la Guerra Civil..., sobre el buque “Upo Mendi”, mercante reconvertido en cárcel-pontón, fondeado en la dársena de Galindo..., incluso sobre el mítico “Habana”, buque de pasaje que trasladó a miles de niños en sus bodegas hacia diferentes destinos europeos protegiéndolos de las bombas fascistas...”. Aunque finalmente optó por investigar sobre los buques que se dedicaron a las evacuaciones civiles, mayoritariamente de niños, que se realizaron desde el puerto de Bilbao. Tema que, como él dice, presentaba unas características especiales, ya que la milicia formada por el Gobierno Vasco, no era un ejercito regular, no tenía una flota militar profesionalizada y tuvo que improvisar una armada: “...con buques pesqueros o mercantes además de con embarcaciones civiles de todo tipo para cubrir la defensa y protección de la costa vasca...”. Y en su caso, especialmente, en la figura del Goizeko-Izarra.



Uno de los protagonistas, no el único, de esta historia fue “El Yate de recreo Goizeko Izarra” de 2.340 Tm. de desplazamiento, vapor propiedad del industrial vizcaíno Sir Ramón de la Sota Llano, y que su hijo D. Ramón de la Sota Aburto, puso a disposición de la Cruz Roja Internacional y bajo la protección de la Flota de Su Majestad Británica. Este barco, fue el quinto de una serie de yates bautizados con el mismo nombre: “...Fue, después del Habana, la embarcación que más personas trasladó durante los días en los que se llevó a cabo el extenso plan de evacuación de personal no combatiente organizado por el Gobierno Vasco durante el año 1937...”. Su historia comienza: “...en 1904, cuando se bota en unos astilleros escoceses, y termina en 1940, cuando fue hundido por la aviación nazi en el Canal de La Mancha a 10 millas de Portland Bill...”.

El Goizeko-Izarra empezó a evacuar personal civil de Bilbao a Francia el 5 de mayo de 1937. El segundo viaje tuvo lugar el 16 y el tercero el 20. Después fue vendido al súbdito inglés Mr. Owen, el cual lo rebautizó con el nombre de “Warrior”, quien accedió el 11 de junio a que diera el cuarto viaje, ya con bandera británica. El quinto y último lo dio el día 19, bajo la directa protección de destructores de la Royal Navy. Este magnífico buque fue habilitado como patrullero durante la II Guerra Mundial. Fue hundido por la aviación alemana a 10 millas de Portland Bill. No fueron únicamente los niños los pasajeros del “Yate de exiliados”. También trasladó a “...Milicianos, desertores, marinos o simplemente gentes que se podían permitir el lujo de pagar un pasaje que les alejara de los ataques indiscriminados a la población civil...”.

Estas evacuaciones formaron parte de “...la segunda gran oleada..., seguida de la experimentada en Gipuzkoa tras la toma de Irún por parte de los fascistas en julio de 1936...”. Evacuaciones que se produjeron entre los meses de marzo y junio de 1937, previas a la caída de Bilbao. Que tuvieron su origen en el bombardeo de la Villa de Gernika, un día de mercado, el lunes 26 de abril de 1937, por parte de la aviación alemana, la sanguinaria y temida “Legión Condor”, a quien Franco delegó la guerra aérea del Frente Norte. Muchos de los niños de la guerra evacuados fueron pequeños de corta edad que estaban ingresados en el Sanatorio del municipio bizkaino de Gorliz. Poco a poco, describiré las trágicas circunstancias a las que se vieron abocados aquellos pequeños que se vieron obligados a abandonar sus hogares, su pueblo, sus familias y amigos.

Los barcos que jugaron un papel decisivo en la evacuación de los niños vascos, y tal y como describe Aitor, el momento de la toma de decisión del plan de evacuación se tomó pensando en la mar como salvación y como única salida: “...Es lo que seguramente se plantearían el lehendakari José Antonio Aguirre y los consejeros del recién constituido Gobierno Vasco en octubre de 1936. Con un mapa de la cornisa cantábrica desplegado en su despacho del bilbaíno Hotel Carlton, Aguirre veía cómo la mar era la única escapatoria real para llevar a cabo las iniciativas de organizar expediciones al extranjero. Era principios de 1937...”. Ya que tras la caída de Irún, el 13 de septiembre del año anterior en manos de los fascistas, la posibilidad de cruzar la muga al estado francés, a Iparralde, había quedado desvanecida. Así que: “...la única posibilidad no solo de escape sino de tener contacto con el exterior bien para recibir armamento o, lo más importante, alimentos para la población civil, era la vía marítima....”.



Se utilizaron diferentes tipos de barcos, desde buques mercantes, pesqueros, incluso buques militares, en unos casos bajo pabellón republicano o francés, pero sobre todo británico. Los inicios de la evacuación del exilio habían tenido lugar con anterioridad, semanas después del inicio de la Guerra. Ante el temor de la población por el rápido avance de las tropas fascistas provenientes de Navarra. La cercanía de los combates hicieron que miles de personas cruzaran la muga por la frontera del Bidasoa. La junta de defensa que organizó esa primera evacuación fletó algún barco en el puerto de Donosti. El contingente evacuado se cifró en unas 16.500 personas, civiles en su mayoría, aunque también escaparon un número de milicianos cifrado entre 2.000 y 3.000, la mayoría de los cuales se reincorporó al frente catalán cruzando la frontera por Port Bou.

En la próxima entrada comenzaremos por el bombardeo de Bilbao el 4 de enero de 1937, uno de los primeros ataques contra la población civil, contra niños, ancianos y mujeres, un ataque indiscriminado que pretendía amedrentar a la población y que daría lugar al primer planteamiento por parte del Gobierno Vasco de la necesidad de evacuar a la población del horror de las bombas.



jueves, 22 de octubre de 2015

BASOZALEAK, LAS SETAS,UN MUNDO MÍTICO Y FANTÁSTICO



Los hongos, que crecen en los campos y bosques de Euskal Herria, han formado parte a lo largo de la historia, de leyendas y ritos. Incluso sirvieron como pago de haciendas. Ya en el lejano Siglo XVII aparecía recogida una de esas transacciones “...en virtud de la compra que hizo Juan de Salvatierra a Dª Gregroria de Mendoza por los años 1600 y en reconocimiento el señorío paga la villa 2 cestas de setas que los naturales llaman perrechicos...”.

Se usaron como alimento, en la medicina tradicional (la China desde hace miles de años), en el curanderismo tradicional, e incluso como sustancia alucinógena para celebraciones precristianas. Muchas de ellas fueron motivo, años más tarde, de persecuciones a sus seguidores, haciéndoles víctimas de la represión y la hoguera, que bajo las premisas de adorar a un solo Dios: “...La Inquisición de Calahorra había ya hecho quemar en 1507, á mas de treinta mujeres como brujas y hechiceras...”.


Algunos de ellos surgen en torno a Sociedades Micológicas, que no solo nos orientan sobre las diferentes especies, si no que nos ofrecen exquisiteces gastronómicas, y que gracias a esas manos expertas, es en sus fogones donde los alquimistas de la cocina crean fantasías gastronómicas que deleitan nuestros paladares.


Dentro de este mundo una sociedad micológica aparece en nuestro municipio. Su nombre es “Basozaleak”, que en esta edición cumple su XXV aniversario. Esta sociedad micológica nace en Romo en 1988 con el nombre de Sociedad Micológica de Getxo. Hasta 1990 fue su etapa de asentamiento, aunque sin gran presencia pública. Es a partir de ese año, a raíz de la “I - Exposición Micológica de Getxo”, cuando comienza a tomar entidad pública y el Ayuntamiento les cede un local en precario en la segunda planta del Mercado Municipal de Abastos de Algorta. Desde 1995, la Sociedad Micológica extendió su actividad al estudio de las flores, plantas y árboles. En la actualidad, desde el año 2000, tienen su sede en la calle Caridad de Algorta, en el edificio que en su día fuera sede del Patronato Alday, conocido más popularmente como “Itxas Gane”.


La actual junta está compuesta por doce miembros: Angel Asensio (Presidente), Amelia Zorrilla (Vicepresidenta), Juan Mari Tobarra (Secretario), Begoña Rocandio (Tesorera), Jose Luis Ugartetxe y Txema Casillas (Responsables de Micología), Eduardo Fidalgo y Maria Ángeles Bernaola (Responsables de Botánica), Adolfo Cuesta (vocal secretaria ), José Quislant (vocal tesorería), Juan Carcaboso (responsable biblioteca), Angel Asensio y Enrique Elexpuru (responsables de pagina web y foro).


Dentro de sus actividades destacan dos exposiciones, la Botánica el segundo domingo de Mayo y la Micológica que se celebra el tercer domingo de Octubre. Además de las respectivas salidas a los bosques y prados para recolectar y/o clasificar especies, tanto de hongos como de árboles, flores, plantas y frutos variados. Getxo es un entorno rico en diversidad, tanto marítima, roquero y humedal. Buena prueba de ello es el libro escrito por uno de sus miembros, “Los Ecosistemas litorales de Vizcaya. Tomo I. Vegetacion litoral de Getxo”. Se trata del biólogo Alfredo Llorente. Como buena sociedad vasca también disfrutan de sus comidas anuales de este manjar que tan bien prepara su sukaldari Ramón.


Su mail es: web@basozaleak.com. Como casi todas las sociedades micológicas de nuestro entorno, dispone de una pagina web: “http://www.basozaleak.com/” en la que podemos disfrutar de unas interesantes secciones de micología, botánica, fotografía y gastronomía, sección esta última que, sin desmerecer al resto, aconsejo visitar. Reconozco que pese a ser bastante escéptico como setero, (me refiero a los níscalos), en esta edición he cambiado de criterio por el buen hacer de su sukaldari Ramón, que ha confeccionado una autentica delicia con esta especie tan poco apreciada.


Pero sobre todo un buen consejo que no se cansa de dar nuestra sociedad micológica: !Recoge setas, pero seguro! En esta afición nunca se sabe lo suficiente. Lo mejor ante la más mínima duda recurrir a un grupo de Micología, los tenemos cerca. !HAY MUCHO ENTERADO! y son un peligro. Además recomiendan no coger lo que no se conoce y mucho menos romperlas (patearlas), todas tienen su función biológica. Basozaleak dedica dos días a la semana para que aquellos que no conozcan bien las especies puedan consultarles, los lunes y jueves de 19 a 20,30 horas.

Hasta aquí una pequeña reseña de una de las sociedades más activas de nuestro municipio. No la única, afortunadamente. Getxo es rico en grupos culturales de todo tipo, tanto deportivos, folclóricos, gastronómicos, etc.


lunes, 19 de octubre de 2015

LOS TOROS Y GETXO y -III-



En las anteriores entradas hemos visto cómo surgieron, dónde se instalaron las plazas de toros y su explosión festiva de la mano de los nuevos “prebostes” de la dictadura franquista. En ésta, veremos su evolución desde los años 60 hasta casi el final de la década.



Durante los años 60 continuaron celebrándose las becerradas en el Puerto Viejo de Algorta. En años anteriores los festejos habían sido organizados por un industrial carnicero de Getxo, quien en su oferta de 1960 indicaba que disponía como atractivo de la cuadrilla del “Indio Apache torero”, Ray Pololo, atracción que al parecer en la pasada edición había sido del agrado del público. Como resultado de la celebrada el 17 de julio de ese año, quien pagó el pato fue la pobre res, que despiezada y en canal posteriormente fue vendida. 


El noble astado dio un peso de 400,5 kilos y se vendió a 25 pesetas kilo. El acto contó con cucaña vertical que al decir de sus promotores fue “...vistosa y divertida...”. Por cierto, la permanente municipal acordó contar, para la organización del acto con algunos aficionados taurinos del “Club Marítimo del Abra”.

La becerrada de 1961 en el Puerto se celebro a beneficio de los damnificados de Chile por el terremoto de 1960. En él serían sacrificadas tres reses de la ganadería del Marqués de Villagodio. Intervinieron como matadores algunos vecinos de Getxo: Ignacio Aranduy quien en su cuadrilla contaba con Pepe Aguirre, Juan Pedro Ruiz y Luis Sánchez; José Antonio Prado con Antonio Espinosa, Rafael Esteban y Pedro Esturo; y Jaime Echevarría cuya cuadrilla estaba compuesta por José María Arteaga, Nicolás Jauregui y Juan Rivas.


En el mismo año se celebró una corrida de toros en la Plaza del Puente Bizkaía de Las Arenas. Previamente un grupo de jóvenes del barrio recorrieron las calles, llevando a bordo de unas flamantes “Vespas” a un ramillete de preciosas jovencitas, a quienes llamaron las “Manolas”. El recorrido fue por las principales calles del barrio. Antes, las “Manolas” posaron frente a la Casa Social. Eran unas flamantes adolescentes con sus Mantones de Manila, mantillas, abanicos y blancos collares al cuello, que nos dejaban para el recuerdo sus ilusionadas miradas. En la fotografía superior aparecen de izquierda a derecha Marisa Villareal, Maria Asunción Egaña y Begona Cañada.


Los conductores de las flamantes motos, que llevaban a la grupa a las “Manolas”, eran jóvenes del barrio: Sisito González y Triki, que son los que aparecen en la foto superior en ambos extremos. La foto fue tomada en la confluencia de las calles Barria y Avenida de Las Arenas.


En la presidencia de aquella corrida, ver fotografía superior, aparecen nuevamente las “Manolas” y tras ellas el sacerdote José Guatas y Paulino Reguera de Electrodomésticos Reguera al micrófono.


El 12 de agosto de 1962 le tocaba el turno a la becerrada que nuevamente elegía el Puerto como lugar taurino. En esta ocasión los matarifes iban a ser Juan Astorqui “Cocherito de Bilbao II”, Manuel Val “El Galleguito” y Ricardo Zubiria “Caito”.Estas reses fueron llevadas al matadero de Getxo, para ser despiezadas.


El cartel presentado en 1963 incluía a los diestros Guillermo Sanz “Caracolillo”, Pepe Las Heras “El Bilbao” y Paco Jesús. El día 31 de julio, San Ignazio, se celebró una becerrada en el Puerto a beneficio del Santo Hospital-Asilo Municipal. El dinero obtenido finalmente fue distribuido entre el Santo Hospital y el Convento de las Adoratrices. Correspondiendo al primero 16.876 pesetas y a las segundas 10.000 pesetas. La plaza tenía cabida, según el acta del Arquitecto Municipal de Getxo, para 846 espectadores. Los capotes, muletas y espadas fueron alquilados a la empresa de “Pedro Gaztañaga” de la calle General Concha de Bilbao, el cual según su factura era sucesor de “Regino Martín”, y que entre otras cosas fabricaba banderillas y moñas (Castañeta de torero o coleta que usan a modo de postizo). Las mantillas y mantones le fueron alquilados a la empresa “El Abanico” de la calle San Francisco de Bilbao. Quien remató la faena fue el Marqués de Villagodio que obtuvo por la venta de los cuatro novillos 27.000 pesetas. Entre la terna de toreros previstos había un aficionado de Las Arenas, de apodo “El Bujía”, cuyo nombre no citaré por deseo expreso, que finalmente por deseo paterno no concurrió. Al finalizar el acto se corrió una vaca embolada.


El 2 de agosto de 1964 se volvía a celebrar una novillada en el Puerto Viejo de Algorta, además de un encierro, que la prensa bilbaina recogía en sus paginas. El director de la lidia fue “M. Chacarte”. Actuaron como lidiadores Curro Carmona, Bienvenido B. Martin y Germán Martín, “El Molina”. Los tres novillos lidiados fueron comprados por el industrial carnicero de Getxo Florencio Isla. Dieron en báscula un peso en canal de 231 kilogramos, los cuales se abonaron a 40 pts/kilo. El encierro tuvo lugar a las 8,30 de la mañana tras el lanzamiento del txupin. Se corrieron 5 novillos.


La novillada del Puerto de 1965 se celebró el 25 de julio a las 17,30 horas, en la misma participaron Francisco Fernández “El Quijano”. Este torero de Jaen residía en Alango, Jose Luis Garcia “Carnicerito”, el baracaldés Demetrio Campo y Jaime Echevarria, con Luis Gastañaga como banderillero. También la Iglesia intervenía en las recomendaciones para la contratación de los toreros. En el caso de Francisco Fernandez “El Quijano”, era la de D. Luis de la Parroquia de San Nikolas de Bari de Algorta, quien recomendaba este torero, dirigiéndose al concejal Antonio Goñi: “...en relación al asunto de “aspirante” a torero, tengo que decirle que tiene 26 años y es de Jaén. Reside desde hace 5 años en Alangüetas, en casa de Manuel de la Torre García. Me ha dicho D. Martín que el día 19 quiere tirarse a la plaza en Bilbao, y le va a costar un disgusto serio...”, al parecer el chaval, a pesar de que como decía el sacerdote “...le advertí que no sueñe con un novillo, porque valen mucho, y que a lo sumo podrá dar unos capotazos...”, finalmente logró su objetivo. Se llegaron a vender 1.137 entradas para aquella corrida. El responsable de trasladar en taxi a las “Manolas” desde Las Arenas fue el “Garage Rex” que tenía su sede en la calle Mayor, para adornarlas se alquiló a la empresa bilbaína “El Abanico” (mantones, peinetas, mantillas y abanicos). El personal auxiliar era numeroso, se necesitaron 17 porteros y acomodadores, así como dos taquilleros. 

Mari Flor Niebla

Como anécdota contar que la reina de las fiestas de Getxo, ese año Mari Flor Niebla, en una entrevista en la prensa decía: “...No me lo esperaba, me habían llenado la cabeza de que no debía presentarme, porque la reina iba a ser elegida a dedo...”.


En 1970, el domingo 6 de julio, iban a ser los protagonistas de esas becerradas “Los Tangoreños”, que fueron los encargados de amenizar con sus instrumentos de cartón (Y alguno metálico), el espectáculo taurino en el que se lidiaron 4 novillos.


Arrancaba el año 71 con varias corridas, el 31 de julio, el 1 de agosto y el 2 de agosto de 1971 se celebraron sendas lidias. En la del día de San Ignazio, el cartel presentador decía: “...Primera corrida de la historia de Guecho, 6 bravos y hermosos toros...,cuyas defensas no han sido despuntadas, limadas ni sometidas a manipulación fraudulenta...”, los toreros intervinientes fueron Santiago Martin “El Viti” y José Fuertes “Morenito de Caceres”; en la del domingo día 1 de agosto participaron Manuel Herrera “El Lince” y Justo Redondo. 



La corrida del lunes 2 de agosto contó con la presencia de Jose Ramón Astola “El Trintxi”, Eduardo Gonzalez “El Balaña Bilbaino”, Ricardo Elorza “El Chico de la Tele” y Felipe Gutierrez “El Bejarano”. El Ayuntamiento nombro capellán para esas corrida, en la plaza de toro portátil del Puerto, al presbítero D. Ramón Blanco. En este caso la carne de las reses no fue vendida en comercios de Getxo, si no a tablajeros radicantes de otros municipios. Un recorte de prensa de un expediente municipal recordaba aquella corrida.


Esta corrida marcaría el final de los encierros con reses bravas en su modalidad de lidia en Getxo. No obstante, se continuaron celebrando, encierros con vaquillas, en las fiestas de los barrios tanto en Algorta (Puerto Viejo y Trinitarios), como en Neguri Langile, Romo y Andra Mari. Siendo en la actualidad las del Puerto Viejo de Algorta las que perduran. Hasta aquí un repaso por la actividad taurina en nuestro pueblo, que no pretende ser algo cerrado, seguro que existirán algunas otras, que por falta de documentación no he traído a estas paginas. Los datos de estas tres entradas sobre los toros en Getxo, están sacados de los expedientes festivos del “Archivo Municipal de Getxo”, de diversas hemerotecas bilbainas “Euzkadi”, “El Noticiero Bilbaino”, “La Gaceta del Norte” y “El Liberal”; y del diario madrileño de 1864 “La Iberia”.



jueves, 15 de octubre de 2015

LOS TOROS Y GETXO -II-



En la anterior entrada veíamos como surgieron los espectáculos taurinos en nuestro municipio, y los barrios en los que se montaron plazas de toros. En esta iremos viendo su evolución a lo largo de la primera mitad del siglo XX, y cómo se relanzó la actividad durante los primeros años de la Dictadura de Franco.

La Fiesta no era apreciada por todos los sectores sociales, basta ver cómo trataban algunos diarios bilbaínos a esa sangrienta costumbre en 1913: “...Los toros, diversión en que lo menos feroz es lo que se llama la “fiera”; lo menos absurdo exponer la vida por dinero y para diversión; lo menos triste la muerte de nobles, indefensos animales, no siendo sus intestinos, que cuelgan, lo más repugnante...”.


Pero ese espectáculo siguió llenando con sus veladas algunos de nuestros rincones. El día 13 de agosto de 1916 se celebro una corrida de toros en el Puerto Viejo de Algorta, el diario “El Noticiero Bilbaino” recogía la noticia “...se corrieron tres toros para el diestro Posadas-II...”.


Hasta 1935 un largo muro de silencio cae sobre las noticias relacionadas con los toros en Getxo. El martes día 13 de agosto de 1935, se volvían a lidiar en una plaza improvisada en el Puerto Viejo, a pesar del mal tiempo reinante. Fue una becerrada organizada por el ayuntamiento, durante las fiestas de San Nikolás. Al parecer y según relataba la prensa, no parece que existiera gran afición en aquel momento, ya que para conseguir llenar la plaza tuvieron que: “...anunciar que la entrada sería completamente gratuita...”. Actuaron como matadores José Bilbao “Chico del Matadero” y Pedro Navarrete “Lucerito” de Las Arenas, y en la brega se distinguió notablemente “Manolo el Bilbainito” que era el lavacoches del Garage Prudencio. Dirigió la lidia el novillero deustoarra Félix Arri. Los becerros lidiados fueron de Enciso. Los concurrentes, que llenaron la improvisada plaza, tuvieron la suerte de que no les lloviera durante la celebración del festejo.

SAMUEL UGALDE

Será entre los años 40-60 del silgo XX cuando esa “fiesta” adquiera más resonancia, y lo hace en las fiestas locales. Los nuevos capataces del régimen, por motivos que cada uno sabrá valorar, fueron los que implantaron esas celebraciones, mostrando su poder engalanando las plazas con sus colgaduras, uniformes y correajes, sobre todo en los primeros tiempos llenos de “vivas y arribas”, en los barrios de Algorta y Areeta-Las Arenas. También los aristócratas intervendrán en cuestiones relacionadas con los toros y toreros. Así lo demuestra la tarjeta de presentación, que en junio de 1945 avaló el Conde de Superunda para que Antonio Ugalde pudiera hablar con el Alcalde de Getxo, sobre uno de esos toreros: Samuel Ugalde.



Y quizá como “pistoletazo” de salida, aparece en el libro de actas municipal del 26 de junio de 1940 un escrito de D. Jesús Lazcano solicitando: “...autorización para construir un pabellón de madera destinada a la celebración de corridas de toros, funciones de circo, conciertos, etc, en el relleno de la playa de Ereaga...”.

El 5 de mayo de 1943, la depositaría del ayuntamiento de Getxo se dirigió al de Villareal de Urretxu (Gipuzkoa), interesándose y recordando que: “...hace varios años que fue alquilada por unos aficionados de esta Anteiglesia una plaza de toros desmontable de ese municipio..., Teniendo en proyecto celebrar una becerrada benéfica durante las fiestas de agosto, le agradecería me informara si existe la mencionada plaza...”. Solicitaban les fueran notificadas las condiciones de alquiler de dicha plaza. El 7 de mayo el consistorio de Villareal de Urretxu respondía diciendo que la plaza no se encontraba en condiciones de uso y que la reparación tendría un coste muy elevado. El 10 de agosto era comunicado a la Jefatura Superior de Policía de Bilbao el cartel de la becerrada, indicando que iban a participar los siguientes matadores, el bilbaino D. Ignacio Barona Aldama “Faenas” y el barakaldotarra Jose Luis Duarte Álvarez, ambos profesionales del toreo. El 12 de agosto de 1943, tras recibir la preceptiva autorización, se celebró la becerrada en el Puerto Viejo. Habían previsto celebrar también un encierro con una vaca embolada, pero no les fue autorizado su uso. La ganadería fue de Nicasio Casas de Alfaro (Logroño). El acto se celebró a las siete de la tarde aprovechando la bajamar.



En 1945 Antonio Menchaca compró la plaza que estaba instalada en el municipio burgarlés de Villasana de Mena, que había sido construida por el valmasedano Silverio Fernández Novales. El 15 de junio 1945, nuevamente aparece en un acta municipal, la aprobación de una moción de la Alcaldía Presidencia, por la que:“...Antonio Menchaca, desinteresadamente otorga a nuestro Santo Hospital Asilo el derecho a los beneficios de explotación de una plaza de toros desmontable de su propiedad...”. Se proponía colocar la plaza en un lugar próximo al Puente Bizkaia (Las Arenas), en un terreno sin utilizar, propiedad de la viuda de Martinez Rivas. Se instaba a la alcaldía a realizar la mediación con dicha señora, “...haciéndola ver el propósito benéfico del Sr. Menchaca...”, y que la cesión del terreno iba a ser temporal, hasta la finalización de esa temporada estival, desmontándola si así lo deseaba la señora propietaria. Encargaron la gerencia a una comisión de aficionados. Quedó instalada en el lugar indicado. Las taquillas para la compra de entradas se abrían en el número 11 de la calle Mayor de Las Arenas.

En ella, además de festejos taurinos, se celebraron verbenas, veladas de boxeo y otros espectáculos de carácter benéfico. La plaza fue inaugurada el 22 de julio de 1945 con un festival a beneficio del Santo Hospital. Se lidiaron cuatro novillos de la ganadería de Nicasio Casas, de Alfaro. Torearon los bilbaínos Pedrito Robredo y Luis Diez. La banda municipal amenizó el espectáculo. El 5 de agosto hubo un nuevo espectáculo en beneficio del Asilo: 3 novillos de la ganadería de Germán Gamazo, de Valladolid. Torearon Gregorio Zárraga "Zarraguita" (de Algorta), Manuel García "Manolete" de Sestao y Benito Navarrete "El clásico" (de Las Arenas). Decían de Navarrete que: “...en alguna ocasión la vaquilla se puso brava y no quiso salir a la plaza...”. Años más tarde se seguía recordando la faena y se popularizó un estribillo, con música de pasodoble, que las cuadrillas solían cantarle: “...Navarrete, Navarrete, si no quieres torear, pa que te metes...”. El hombre mantuvo su afición y: “...por los bares de Romo, sobre todo en los de “Kolas” y el “Amaya” daba pases de pecho, recordando sus tiempos de novillero...”.


El 18 de agosto de 1945 a las siete de la tarde, se celebró un festival, a beneficio del Santo Hospital, en el que rejoneó un novillo el duque de Pinohermoso. Lidiaron a pie como matadores el getxotarra marqués de Villagodio, y los salmantinos Vicente Charro y Alfonso Sánchez Fabrés (los tres ganaderos). Siete días más tarde, se celebró otro festejo, en el que actuaron los matadores Rafael Ponce "Rafaelillo" y Juan Belmonte (hijo). Durante los dos años en que permaneció instalada la plaza actuaron de forma gratuita los mejores novilleros del momento.

Al finalizar la temporada de 1946, debido a la carestía de los espectáculos y a los elevados impuestos, se vio que la plaza no producía beneficios al Asilo, por lo que se decidió su venta al ayuntamiento de El Escorial en 280.000 pesetas, el doble de lo que les había costado.


A finales del año 40, la plaza del Antonio Menchaca ya había desaparecido de su ubicación de Las Arenas. Precisamente el 4 de noviembre de 1948 una moción municipal daba cuenta de la propuesta de dicho señor, tendente a retirar los urinarios que se instalaron para el servicio de la plaza de toros en un terreno frente al puente. Así mismo el consistorio decidía crear en ese solar: “...el proyecto de una nueva, denominada “Plaza del Generalísimo”, y estudiar la posibilidad de crear unos servicios sanitarios definitivos...”.

El espacio que acogía ahora la nuevas novilladas en el Puerto Viejo. El día 1 de agosto de 1948 se celebró una novillada en la que participaron los siguientes toreros Manuel Gil “Chatillo Manzanilla hijo” y Eduardo Perez “Niño de la Venta”, les acompañaron los banderilleros Jesús Esteban “El Sordo”, Josechu Echevarria, Seberiano Ramos “Ramitos” y Juan Milla “Carita”. La autoridad “competente” exigía le fuera remitido el certificado de reconocimiento de las reses. Uno se pregunta, quizá por ignorancia taurina ¿Y para qué lo querían si iban a matarlas?.



Finalizaba el año 40, y la plaza del Antonio Menchaca ya había desaparecido de su ubicación de Las Arenas. Precisamente el 4 de noviembre de 1948 una moción municipal daba cuenta de la propuesta de dicho señor, tendente a retirar los urinarios que se instalaron para el servicio de la plaza de toros en un terreno frente al puente. Así mismo el consistorio decidía crear en ese solar: “...el proyecto de una nueva, denominada “Plaza del Generalisimo”, y estudiar la posibilidad de crear unos servicios samitarios definitivos...”.

Y así, el primer cartel taurino existente aparece en el Archivo Municipal de Getxo en 1950. El domingo 6 de agosto se celebró, con motivo de la repetición de San Ignacio, una novillada en el Puerto Viejo de Algorta. En los años siguientes de esa década se seguirán festejando novilladas en dicho rincón marinero.

Entre ellas la celebrada el 10 de agosto de 1952 en el Puerto Viejo, una novillada con dos preciosos ejemplares, en la que intervinieron Jose Maria Ahedo y Antonio Luna, corriéndose a continuación una vaquilla embolada. La banda municipal fue la encargada de la música en aquel encierro. Al año siguiente, 1953, tres serían los novillos sacrificados en la lidia; en la misma intervinieron los matarifes del año anterior, dándole en la misma la alternativa a Ahedo un viejo conocido del público Benito Navarrete “El clásico” (de Las Arenas); actuaron como subalternos los vecinos de Getxo Juan Saez, Enrique Mardaras, Luis Uriarte, Emilio Junguitu y Pedro Navarro; La ganadería fue de D. Marcelino Vizcaya de Arcentales. El presupuesto de la misma ascendió a 14.679,65 pesetas, siendo las partidas más destacadas el importe de los toros 8.000 pesetas y la posterior cena 1.113 pesetas.



El domingo 18 de julio 1954, repetirían terna los mismos novilleros que el año anterior en el Puerto Viejo. Cambiando de toreros el domingo 12 de agosto, en el mismo escenario. Eran fiestas de San Nikolas en Algorta, en la que actuarían, con tres reses bravas, Juan Astorqui “Cocherito de Bilbao II”, Manuel Val “El Galleguito” y Ricardo Zubiría “Caito”. Le siguió una cucaña vertical, con búsqueda de tesoro escondido en la arena de la playa del Puerto. La ganadería, en este caso, fue de los Srs. Diaz de Calahorra. Finalizando la década con la becerrada que se celebró el 31 de julio, festividad de San Ignazio, en la que sacrificaron tres reses los matadores Santiago Castañeda “Montera”, Curro Martín “Currito de Málaga” y el llamado “Indio Apache torero” Ray Pololo. En los siguientes años, hasta 1959 se seguirían celebrando fielmente las becerradas en el Puerto Viejo de Algorta.

En la siguiente entrada y última de esta serie veremos su evolución desde los años 60 hasta el final de la actividad taurina, referida a las corridas de toros.