Ya
ha llegado el momento de coger vacaciones. El contador de visitas se
ha declarado en huelga al pasar de las 950.000 entradas Y como todos
los años, ya van siete desde que empecé a publicar, ha llegado el
momento de disfrutar de este extraño, hasta ahora, verano del 2017.
Tras
el inicio de las fiestas de Romo, de las que ya hice mención en la
anterior entrada, han llegado los días para recorrer el Pueblo
viendo sus calles, sus gentes, esos rincones mágicos, que cada uno
tenemos en nuestros barrios.
Para
mostrar mis sitios preferidos, mis paseos, como si de una ruta
turística se tratara, inicio este recorrido por Getxo. Saliendo
desde Malakate por Maidagan, iremos subiendo por Goñi y Torrebarria
hacia Uri, último recuerdo vivo de lo que en su día fue la zona
rural de Andra Mari. Para seguir por las estradas de Martiturri y
Perune hacia Moreaga y Zientoetxe hasta salir a las landas de
Azkorri. Desde allí seguiré la cornisa hacia la Galea, admirando
los acantilados.
Mientras
recorremos el camino de la Galea, podremos contemplar cómo entran
los barcos y salen los prácticos a buscarlos, además de algunas
embarcaciones de pesca de recreo. Desde allí pasando por el
“Castillo del Príncipe” (fortificación del siglo
XVIII, único ejemplar de este tipo de arquitectura militar, que se
conserva en Bizkaia), seguiremos caminando hacia el Molino de
Aixerrota, disfrutando de un bello ecosistema de brezales costeros y
de las vistas de todo el Abra.
Una
vez de llegar al Molino de Aixerrota bajaré desde Miramar, por la
cuesta que conduce hasta la playa de Arrigunaga. Al llegar a la campa
de Arrune, donde podemos contemplar los restos del “Blocao de
Arriguna” (fortificación que formó parte de un conjunto
de defensas, que en el Siglo XVIII sirvió para proteger el Abra).
Desde allí podremos bajar a la playa de Arrigunaga, para sentir la
brisa marina, mientras paseamos por la orilla, escuchando el susurro
de las olas que acarician nuestros pies, percibimos como éstos se
hunden ligeramente al caminar por la arena, será una delicia
relajante. Al hacerlo veremos nuestra silueta dibujarse difuminada
entre las brillantes aguas iluminadas por el sol, sintiendo ese
relax, que un paseo matutino nos ofrece, mientras dejamos volar la
imaginación. Podemos también adentrarnos en el “Cobo”
(bajo el acantilado del Molino de Aixerrota) o en la singuera de
Abasota, contemplando entre sus rocas, moluscos, crustáceos,
mojarras y otras especies marinas.
Después
de esta experiencia placentera, recorreré otros lugares de nuestro
bello pueblo. Desde la playa ascenderé por ““Kabiokabe”
hacia el paraje conocido como “Alicante” para
dirigirme bordeando la cornisa, hacia el antiguo emplazamiento de la
Batería San Ignazio (Usategi). Para, desde ese parque, bajar por el
camino que lleva a “Jenaratxu”, en el Puerto Viejo
de Algorta.
Una
vez en este antiguo barrio de pescadores, callejearé disfrutando de
las casas de los antiguos mareantes, dirigigiendome hacia Satistegi
por la calle Rivera. Desde allí, tras entrar en Maria Cristina,
seguiré por Miramar hasta San Ignacio, contemplado en todo su
esplendor Ereaga. Tras llegar al comienzo de la Avenida Basagoiti,
frente a la casa “Tangora”, bajaré por la cuesta de Suarez,
sintiendo el inconfundible aroma de las algas, tras días de mar de
fondo. Al final de la cuesta, al llegar a Ereaga, nos daremos de
bruces con uno de los edificios, todavía existentes, resto de la
historia de los balnearios de Getxo “Igeretxe”
(Obra del arquitecto Antonio de Araluce y Ajuria de 1913) .
Por
el paseo de la playa, dirección al puerto de Arriluze, enfilaré el
contramuelle hasta llegara a la punta del morro. Para, durante ese
recorrido ver a los txipironeros realizando sus cadenciosas alzadas;
a los pescadores de caña, aguantar estoicos las repetidas preguntas
de los paseantes de !Qué, ya pican!. Habrá llegado el momento de un
pequeño refrigerio para coger fuerzas.
Retornaré
por la Casa de Salvamento de Naúfragos en Arriluze (proyecto del
arquitecto Ignacio María Smith de 1920) hasta la playa de la Bola, y
atravesando bajo la Areetako Etorbidea, pasaré a Zugatzarte,
disfrutando de sus frondosos tilos, hasta llegar a Bake Eder
(soberbio ejemplar de arquitectura de estilo norte-europeo, de
1910), y admirar la belleza de su nueva estructura.
Ya
se adivina a lo lejos la iglesia de Las Mercedes, entraré por la
calle Embarcadero. Una vez en él, seguiré el ritual de sentarme en
sus bancos, viendo entrar gasolinos y botes, con sus pequeños baldes
surtidos de txipirones, para oír las hazañas de los pescadores,
cuando hablan de sus capturas, mientras la fabulación echa a correr
y las capturas aumentan. Recordando días de chapuzones en sus aguas,
entre viejos botes, buceando bajo el flotante.
No
dejaré de adentrarme en Areeta-Las Arenas, y pasar por la Plaza de
las Escuelas, y mirar con cierta nostalgia mi casa natal. Por Paulino
Mendivil me dirigiré hacia la calle Barria, para salir a los
jardines de la playa, y desde allí seguir hasta la Plaza de
Churruca, donde se puede contemplar el monumento al creador de los
contramuelles Evaristo de Churruca (obra del arquitecto de Algorta
Miguel García de Salazar en colaboración con el arquitecto Ignacio
Maria Smith, de 1939).
Tras
pasear por la mojijonera, seguiré por la calle Evaristo Churruca
hacía nuestra joya de la ingeniería, declarada patrimonio mundial
por la Unesco, el “Bizkaiko Zubia” (obra del arquitecto Alberto
Palacios, julio de 1893) .
Una
vez en este antiguo transbordador, de haber contemplado desde sus
plataformas el Portugalete antiguo y el barrio de Areeta-Las Arenas,
seguiré por el muelle de Tomás Olabarri, hasta la calle Máximo
Aguirre, disfrutando del paseo de la ria y sus vistas. Tras cruzar
Areetako Erorbidea y pasar a Santa Ana, me dirigiré hacia la ermita
de la Santa (proyecto de Pedro Belunzaran, ejecutado gracias a la
donación de Francisca Labroche, inaugurada el 25 de Enero de 1865).
Visitando el entorno, recordando sus fiestas, cuando la calle estaba
repleta de barracas y atracciones. Seguiré por dicha calle hacia la
calle Amaia, hasta llegar a Romo.
Callejeando
por Romo, mientras veo sus Casa Baratas, la Mona o Ganeta, resulta
grato adivinar cómo era el barrio, cuando todavía no había llegado
esa cosa impersonal llamada televisión. A continuación seguiré el
curso del Gobela, por Errekagane, pasando por Itzubaltzeta, hacia los
Chopos (Neguri), hasta llegar a la zona de “Baserri”,
denominación ya olvidada de uno de los lugares más vistosos y menos
conocidos de Getxo.
Una
vez en ella, tras pasar por el puente de Lexarreta hacia Larrañazubi,
me adentraré en el humedal de Bolue, disfrutando de sus pequeños
habitantes, oyendo sus sonidos y chapoteos. Seguiré paseando
siguiendo la calzada de Larrañazubi, hasta llegar a Boluzareta,
donde visitare el viejo molino, desgraciadamente en ruinas. Esa larga
calzada que nos conducirá hasta la ermita de Santa Columba (S. XVI).
A
partir de la misma retornaré hacía Andra Mari, pasando bajo Arzubi
hacia la rotonda de Berango, giraré hacia la izquierda para llegar
al cruce de Benancio. Por Bidezabal y la Avenida del Ángel iré
hasta Aixerrota y allí, sentado en uno de sus bancos, mientras el
sol empieza a bajar para ocultarse tras el firmamento marino, ver
como el rayo verde explota en el crepúsculo de la tarde.
Tras
un paseo cautivante y agotador, sentarse en el mirador de Aixerrota y
pensar en un nuevo amanecer, será un auténtico placer.
Seguro
que alguien conocerá lugares dignos de ver, pero este paseo es
incomparable. !Y es que Getxo es así!
Volveré
con nuevas fotos y temas el 4 de septiembre, hasta entonces
espero que paséis un buen verano.
DISFRUTAD
DEL VERANO Y DIVERTÍOS
¡ONDO
PASA!