miércoles, 28 de septiembre de 2016

CÓMO SE MALGASTA UNA VIDA



Y después de un tiempo de espera, !por fin ya esta aquí!, un nuevo cuento de J.J. Rapha Bilbao. En esta ocasión nos regala otra de sus entretenidas narraciones. Afortunadamente, al revés que el sujeto del cuento, no hemos tenido que esperar hasta el hallazgo de un individuo, mal encarado, de rasgos gitanos. Los personajes brotan del lápiz de Rapha, con fluidez, saltando de su bloc de notas, a esas misteriosas paginas, de nueva tecnología, a las que se dice work, dando vida en las mismas a situaciones delirantes, en las que la ficción y la realidad, a veces, se entrecruzan.  


Para enlace ver:

lunes, 26 de septiembre de 2016

MURALES EN LAS CALLES DE GETXO



En Getxo existen algunos murales que adornan plazas, edificios y muelles. Alguno de ellos data de hace 83 años, los otros, aunque más modernos, no son de menor interés. A continuación iremos viéndolos por orden de antigüedad.

PARQUE DE USATEGI (ALGORTA):

Usategi, nombre que en 1630 aparecerá por primera vez bajo la denominación de Usoategi (Casa de palomas). Situado en un lugar privilegiado de nuestro litoral, está enclavado en la llamada “Campa del Castillo”, entre los acantilados de Kantarepe y el Puerto Viejo de Algorta. Terrenos que en el año 1898 el Estado incautó para emplazar una batería artillera, la “Bateria San Ignacio”.


Desde ese bello mirador se puede contemplar la soberbia bahía de “El Abra”, que serpentea desde la playa de Ereaga, y la entrada de La Ría, con sus contramuelles, divisando tambien los pueblos de Portugalete, Santurtzi hasta llegar a Zierbena, pueblos todos ellos encorsetados entre los muelles del Gran Puerto de Bilbao. Se puede disfrutar desde esa plataforma de vistas de toda la actividad marítima, los veleros del puerto deportivo y los grandes cruceros, así como bellos atardeceres y espectaculares tormentas marinas. Sobre esos acantilados de arenisca roja de Algorta, se encuentran los primeros murales.


Se puede acceder a ellos desde la llamada en 1932 plaza “Viategi”, era una plaza situada en la calle hoy “Gariñe”, al finalizar la “Gazteluzarra”; están situados nada más entrar en dicho parque, flanqueando las fincas que en su día fueron de Ricardo Arrue y Oriosolo (ver fotografía superior), a la izquierda mirando hacia el mar. En el muro que cerraba la finca de este último, situados sobre un banco corrido, existen dos murales de azulejos pintados, decorados con personajes marinos, uno representa a dos arrantzales y el otro a una sardinera, ambos toman como fondo una vista del Puerto Viejo. Ambos datan de 1933 y están firmados por Emiliano Amann, uno de nuestros más afamados arquitectos, autor en este municipio de la Iglesia del Carmen de Neguri y del viejo Club Marítimo del Abra. Fue otro arquitecto de Getxo, Ignacio Mª Smith quien nos dejó un plano de la mencionada bateria (ver fotografía inferior).


El deterioro que el paso del tiempo, pero sobre todo los grafitis, han hecho que su estado sea lamentable. Todavía en 1975, cuando el fotografo Pedro Zarrabeitia realizó las fotografías que acompañan a estos murales, su estado era óptimo. Entre esas fotografías y las que el mismo tomó en 2014 la mano del hombre ha hecho que el primero esté en mala situación y las sardinera no sea más que un borrón irreconocible.


Como escribía el propio fotografo: “...El valor y atractivo de estos murales se debe no solo a la figura de su autor y al colorido y simbología de la obra (no son “artetas” evidentemente, pero la pintura en soporte cerámico tiene su mérito), sino, también, a su valor histórico. En 1933 el Estatuto Vasco había sido aprobado recientemente por el gobierno republicano y un sentimiento de recuperación de las costumbres tradicionales vascas se extendía por toda la sociedad....”

CASA DE ALEJANDRO ZUBIZARRETA (AREETA-LAS ARENAS):

El segundo lugar en el que existen murales es la “Casa Zubizarreta”, esta vez es en la facha trasera de esa casa, que fue construida en 1948 para Alejandro Zubizarreta, quien fuera gerente y consejero de la “Naviera Vascongada. Casa edificada en el Muelle de Evaristo Churruca Nº 8 del muelle de Areeta-Las Arenas. Fue obra de los arquitectos Manuel Smith Ibarra y Juan Carlos Smith Prado, quienes el 28 de octubre de 1948 solicitaban el permiso de construcción de la misma. Y que lo hacían para edificarla en: “...el solar sito entre la Plaza de Churruca, Muelle Viejo y calle Urquijo de Las Arenas...”


Era la esquina del la calle Muelle de Las Arenas (Areetako Kaia) y la denominada entonces Muelle Viejo (Evaristo Churruca Kaia). Lugar, curiosamente destinado años antes a un proyecto de reforma de la playa de Las Arenas, recogido en una perspectiva de dicho punto, a ser ocupado por una plaza pública, en cuyo centro iba una pérgola o quiosco de música. Proyecto que no se llegó a desarrollar y que iba firmado por uno de los arquitectos anteriormente mencionados (Ver plano inferior). Edificación coronada por una torre de arboladura naútica, que tuvo que ser reducida, según un intercambio epistolar entre el consistorio getxotarra y el propietario. Las obras quedaban terminadas el 19 de julio de 1954, el permiso de habitabilidad lo hacía el 4 de agosto del mismo año.


En la facha trasera, actualmente un callejón cerrado, que va desde el paseo de Areetako Kaia a la calle Urkijo, ya desde el momento del diseño de la edificación aparecían los dos murales, que se encuentran situados a ambos lados de la casa, con motivos navieros.


Las dos fotografías que acompañan a este tema son obra del fotografo bilbaino Pedro Zarrabeitia, fundador y presidente del grupo fotográfico “Irudi Taldea”:

El primero cercano al paseo de Areetako Kaia es un buque trasatlantico, flanqueado por un velero y una sirena amazona, a lomos de Pegaso, caballo de Zeus, dios del Cielo y de la Tierra, en la mitología Griega.

El segundo, próximo a la calle Urkijo es una impresionate carabela, en cuyo palo mayor ondea la bandera de la compañía, la Cruz de San Andrés y en el de proa, la enseña de la compañía naviera; cercano a su popa se puede apreciar un bote de guardiamarinas y descansando sobre el muelle, una gran ancla.

En los planos de fechas realizados en 1948 por los mencionados arquitectos aparecían ya dibujados ambos murales, a pesar de que no coinciden con los que finalmente se realizaron, es de suponer que fueran encargados por dichos arquitectos a algún pintor.


En 1961, la casa contigua a la de Zubizarreta, de menor envergadura (ver fotografía inferior), permitía ver ambos murales, incluso fotografiarlos, ya que la distancia entre ambas era mayor que la actual. En la actualidad, ese pequeño callejón permanece tapiado por el lado del paseo de la playa y cerrado con una puerta metalica por la calle Urkijo. A pesar de lo cual, si alguien se acerca a dichas entradas, puede apreciarlos. Ambos conservan todavía los colores originales, aunque la influencia del paso del tiempo va haciendo mella en ellos.


CONTAMUELLE DE ARRILUZE (GRÚA TITÁN):

El último de estos murales es el situado en el contramuelle de Arriluze. Cuando se desguazó la Grúa Titán, la Junta de Obras del Puerto encargó esta obra a Gotzon Cañada. Se instaló al principio del contramuelle de Arriluze, en el espaldón que da a la carretera de acceso al puerto deportivo. Mural cerámico que recuerda a la Grúa Titán (1896-1972), auténtica joya de ingeniería, que permaneció sin funcionar, una vez realizado su cometido de transportar los pesados bloques del muro del contramuelle. Aunque sí es cierto que sus brazos se emplearon también para izar del puerto de Arriluze embarcaciones, que tras limpieza de bajos y pintado, los volvía a depositar en su lecho.


En la colección de revistas del “El Abra”, que editó la “Sociedad Cultural de Portugalete” desde 1968 a 1978, realizaron una entrevista al autor del mural Angel Cañada, cuando todavía tan solo era un proyecto. En ella, el autor, hablaba de cómo nació el mural, de sus dimensiones, los materiales, los colores, incluso del peso del mismo y otros aspectos de la obra. Decían en la presentación de la entrevista: “...Ha desaparecido la pintoresca figura de la grúa de Algorta..., lo hizo hace 10 meses..., pero los de Algorta no han querido que esta estructura que tanto tuvo que ver con la construcción de sus muelles no dejara huella de su existencia...” Según el autor, para poder realizar la obra, tuvo que presentar un boceto a escala, cuya aprobación llegó cinco meses después de presentada. La misma tenia unas dimensiones de 2,25 metros de ancho por 10 de largo y un peso de unas tres toneladas; para la realización utilizó refractario de alto fuego, tratado con esmaltes fundidos, todo ello pensado para preservarla del paso del tiempo. Respecto de la ejecución hablaba de que tenía dos fases: “...la primera consiste en buscar los relieves y formas, jugando con las luces (fase escultórica) y su posterior despiece para la primera cocción; la segunda es conseguir el juego de tonalidades (estudio de color)...” Sus colores consistieron en una gama de ocres y azules para destacar los rojos, azules, blancos y marrones del conjunto. Estimaba que iba a tardar cuatro meses en realizar la obra. Decía respecto a dicho mural: “...Representa la contraposición de la fuerza mecánica (la grúa) y la fuerza humana...” El mural lo realizaría en 1973 por encargo de la J.O.P.

Deseo expresar mi agradecimiento a Pedro Zarrabeitia y a José Luis Garaizábal por su ayuda para realizar este trabajo sobre los murales de Usategi y la casa de Zubizarreta, el primero, y de la Grúa Titán el segundo.


Hasta aquí un repaso sobre los murales, que a día de hoy, he podido localizar en Getxo. Alguno de los cuales, por su valor historico bien pudieran ser recuperados por los especialistas en restauración de la UPV.

jueves, 22 de septiembre de 2016

LA FESTIVIDAD DE LAS MERCEDES



Desde que en 1860 se prepararan los primeros planes de urbanización de la entonces llamada “Nueva Población de Baños de Lamiaco”, que abarcaba las que iban a ser más tarde las zonas residenciales de Lamiaco y Las Arenas, no es descartable que a medida que el barrio comenzó a crecer en 1868, y más tarde a consecuencia del crecimiento que entre 1880 y 1890 se produjo en aquel que iba a ser núcleo residencial de la burguesía bilbaina, proliferando servicios de ocio, balnearios, cafés, casino, hoteles y la creación de la iglesia de “Las Mercedes” en julio de 1887, se celebrara el día de la Patrona con animadas fiestas.

El día 24 de septiembre de 1903 transcurrió con diversos espectáculos; mientras que en la Plaza del Mercado se realizaba el juego de “Los Ciegos Inteligentes” dotado con 15 premios de 2 pesetas, a la vez se realizaba un concurso de dantzas vascas por parejas; un poco más tarde le llegaba el turno a los “Barrenadores” de piedra. Las barrenas eran de 20milímetros de boca; por la tarde, a las 16 horas, daba inicio la romería, y de 21 a 23 horas le tocaba el turno al baile. Todos los festejos fueron celebrados con la alegría de la banda de música los gaiteros de Etxarri Aranaz y los tamborileros.

De forma oficial lo harán en un programa de fiestas impreso en 1907 en el se recogían unas humildes fiestas, ya que las mismas solamente contaron con la consabida misa mayor en la iglesia de Las Mercedes, precedida de un pasacalles de los tamborileros, seguidos de juegos para los más pequeños, finalizando con romería y baile en la Plaza del Puente.


Pero no serán recogidas por la prensa bilbaina hasta el domingo 25 de septiembre de 1910.El Noticiero Bilbaino”, en la columna “De Bilbao al Abra”. Como escribía la prensa las fiestas se celebran con una“Normalidad vigilada” tras las luchas mantenidas entre los obreros, mineros y los patronos. Se acababan de: “...restablecen las garantías constitucionales en Vizcaya, suspendidas el día primero del corriente mes. La suspensión ha durado veintidós días...” Y lo hacían con la Inauguración del órgano de la iglesia según testifica la prensa: “...En la iglesia de las Mercedes, de Las Arenas, se inauguró ayer con motivo de la festividad del día, un órgano recientemente instalado, costeado por varias familias del populoso barrio...” A la función religiosa acudió el Ayuntamiento en Corporación, precedido de la Banda municipal, en el que intervino un coro de 40 voces de los orfeones de Bilbao, cantó la Misa de Franck y el Credo de Gounod, estuvieron dirigidos por el maestro Ansón y acompañados al órgano por el Sr. Anúcita.

En 1925 volvían a aparecer las fiestas en un programa de Getxo, comenzando el jueves día 24 de septiembre (Las Mercedes) con la consabida misa mayor con asistencia del pleno municipal, seguida de un campeonato ciclista organizado por el “Arenas Club”. Completaban los actos festivos del día con festejos populares y el concierto ofrecido por la banda municipal y tamborileros en la “Plazuela” (Plaza del Puente), que por la tarde noche amenizaban la romería. El domingo día 27 era la repetición de la festividad, con un programa que contenía cucaña, fuga de patos, romería al igual que el día anterior, pero lo que movió a muchísimos bilbaínos hacía nuestro pueblo fueron las regatas que se celebraban en la ría, entre Las Arenas y Portugalete, regata no exenta de polémica por la rivalidad entre los pueblos participantes, que acabó con la victoria de la tripulación de Ondarroa, seguidos de Sestao y Santoña .


Volverán a aparecer en anunciadas, por el mismo diario, el 25 de septiembre de 1926. Dentro del programa festivo se incluía: El día 24, festividad de Las Mercedes, por la mañana con un concierto ofrecido por la Banda Municipal en la Plaza del Puente y por la tarde con romerías que se celebraron de 16 a 20 horas, y desde las 22 hasta la una de la madrugada. En ellas intervinieron la Banda Municipal, tamborileros y pianos de manubrio. Siguieron al día siguiente con romerías por la noche. Repitiéndose la celebración el día 26 con un partido de “Foot-ball” en el campo de Ibaiondo, que enfrento al Real Unión de Irún con el Arenas Club. Le siguieron unas regatas de Yolas en las que tomaron parte el Club Náutico do San Sebastián, el Athletic de Bilbao y el Real Sporting Club, finalizando por la noche con la quema de fuegos de artificio.

En 1928 volvían al papel prensa las fiestas de “Las Mercedes”, y lo hacían como fiesta local, ya que el propio Ayuntamiento cerraba por ese día sus puertas. Se iniciaban con la consabida misa mayor y continuaban en la “Plazuela” de Las Arenas (Puente), para entonces ya rebautizada como “Plaza Alfonso XIII”, y por la calle Mayor, con diversos juegos infantiles. Al mediodía intervenía la Banda Municipal en la mencionada plaza; por la tarde le llegaba el turno a la romería, que era amenizada por lo Banda, txistutaris y organillos. En aquellas fiestas no podían faltar los amigos de los ajeno a quien la policía local puso a buen recaudo.


En 1930, como preludio de las fiestas, el párroco de la iglesia de Las Mercedes del barrio de Las Arenas Sr. Escauriaza, visitaba al alcalde en funciones Sr. Eguía la víspera, para invitar al Ayuntamiento a la celebración parroquial el miércoles día 24 de septiembre. Decía el diario “Euzkadi” del 25 de septiembre: “...La celebración corrió a cargo del titular parroquial Dn. Manuel de Eskauriaza, asistido de Dn. José de Eskauriaza diácono y de Dn. Ricardo de Ibarra subdiácono...” A continuación, en la plazoleta que se extendía ante la iglesia, actuó el grupo de dantzaris de Las Arenas. A mediodía, la Banda municipal, dio un concierto en la plaza de “Alfonso XIII”, por la tarde y por la noche se celebró en el mismo punto la tradicional romería de Las Mercedes. Mientras desde el Arenal bilbaino salían remolcadores de la casa Sota y Aznar para presenciar las regatas, el precio del pasaje era: el billete de puente 3,50 pesetas y el de cubierta 2.50 pesetas. Entre tanto se aprovechaba la festividad para dar inicio a la inauguración de la temporada artística de la “Casa Social” y se celebraba en Igeretxe (Algorta), una verbena benéfica a beneficio de “Santo Hospital Asilo” de Getxo, pero esto es cosa de otra entrada.

En 1931 se repetían las romerías y fiestas, solamente que la plaza había sido rebautizada. Ahora se llamaba “Plaza de Sabino Arana” y las oficinas municipales volvían a cerrar sus puertas. Solo 45 años ante la Compañía del Ferrocarril de Bilbao a Las Arenas había terminado de montar en sus almacenes de Axpe tres hermosas locomotoras que llevarían los nombres de “Aurrera”, “Luchana” y “Arenas”.


Este año nuevamente, con esta “Comisión de Fiestas” !que tan bien los sabe hacer!, disfrutaremos nuevamente de las actuaciones de “Berantzagi”; los peques se deleitarán en la Plaza de las Escuelas con el “Mago Oliver” y otras atracciones, que a lo largo de la calle Mayor, harán las delicias de esos pequeños revoltosos !Quién no lo fue!. Volveremos a ver caras amigas en el ya clásico “Concurso Gastronómico de Caracoles”, entre las calles Amistad y Maria Cristina, con sukaldaris como “Txato” Sellan, Jesús Muro, Txori Albizu, Javi Larra y tantos otros a quienes no quiero olvidar, pero cuyos nombres ahora no llegan a mi memoria, !Zorionak! a todos! por ser capaces de convertir un molusco de pie carnoso moqueante en una delicia gastronómica. Lo que me lleva a la conclusión de que !Getxo es increíblemente divertido! y merece ser visitado ! No os lo perdáis!.


lunes, 19 de septiembre de 2016

LA ADVOCACIÓN DE SAN ROQUE EN GETXO



San Roque, santo de culto cristiano relacionado con la intermediación de todo tipo de enfermedades nació en Montpellier (Francia) a finales del Siglo XIII, dicen que en sus años mozos estudio medicina. Tras quedar huérfano y heredar una considerable fortuna la distribuyó entre los pobres, emprendiendo una vida de peregrino. Desde finales del siglo XIV, San Roque se convirtió en uno de los santos más populares, abogado por excelencia contra la peste y todo tipo de epidemias, ya que una epidemia de peste en la ciudad que afectaba a varios Obispos conciliares dice que se extinguió con la intercesión del santo de Montpellier. El Papa Gregorio XIII lo declaró santo en el siglo XVI y en muchos pueblos y ciudades lo veneraban.

Su relación con las epidemias comienza durante la extensión de la peste por Italia, época en la que recorre sus pueblos aliviando a los enfermos y curando a muchos de los infectados por esta terrible plaga. Tras ser contagiado, se retira a una cueva en un bosque. La leyenda popular dice que: “...allí recibía todos los días la visita de un perro con un pan en la boca, que le lamía sus heridas, y tras beber agua de una fuente, se curó...” Esto le convirtió en el abogado por excelencia contra la peste y todo tipo de epidemias.

En Euskal Herria: “...la peste azotó de modo despiadado a la sociedad a finales del siglo XVI. Algunas poblaciones vascas llegaron a perder la tercera parte de sus habitantes. Los pobres y las mujeres sin recursos fueron los sectores más castigados, mientras que los ricos, valiéndose de sus grandes medios, huían en busca de refugios no contaminados...” San Roque, como santo protector para quedar a salvo de la peste, dará lugar a tallas, retablos y ermitas donde rendirle culto, solicitando su intermediación.

Ya en 1744 aparecía una referencia al santo en Getxo, en las cuentas de dicho año se pagaron 513 reales por las vidrieras de las dos ventanas del presbiterio y de la capilla del altar de San Roque.

Esta festividad se celebraba en Andra Mari de Getxo, ya desde antiguo, y era mencionada en el libro del Corregidor de 1757, en relación a algunos incidentes acaecidos durante las fiestas de la advocación de dicho santo en nuestro barrio. Hechos que tuvieron como protagonista a Miguel de Zabala, maestre de lancha, vecino de Getxo, que actuaba en representación de la “Cofradía de Mareantes” del Puerto de Algorta.


En los programas festivos del barrio de Andra Mari empieza a aparecer como festividad en 1883, lo cual no significa que esta fiesta no se celebrara ya antes. Entre las actividades festivas se incluían la suelta de un toro embolado, seguido de romería en la campa de la iglesia, que era amenizada por la banda municipal y los tamborileros. Y que como decía la comisión municipal, en aquel mes de julio, servirían: “...para hacer más grata la estancia de cuantas personas vinieren a este pueblo, a fortificar la salud y a descansar de sus habituales tareas...” Y que al año siguiente ya contó con unos vistoso fuegos de artificio “volanderas”, como las llamaban entonces.

A lo largo del Siglo XX, se seguirá venerando y celebrando en Getxo la festividad dedicada a San Roque.

En el año 1903 en el barrio de Andra Mari, se celebraban las festividades de la Virgen y San Roque, los días 15 y 16 de agosto, con concurso de bertsolaris. Había arrastre de piedra en la campa cercana a la Iglesia y baile ambas noches. Fiesta, en la que el día de San Roque, se tuvo por costumbre, según el libro de Juan Bautista Merino “Apuntes para la Historia de Getxo” que: “...se solía celebrar un banquete de muchos platos, por los señores del pueblo, en el lugar denominado Sarricobaso, cerca de los encinos, entonces poblado de árboles frondosos, y hoy granja avícola de Olaso, terminado el banquete monstruo, los referidos señores, formando cadena, es decir, dándose la mano uno a otro, se encaminaban desde dicho lugar hasta la campa de Guecho, junto a la iglesia, donde se bailaba un aurresku, también de honor, ante el Sr. Alcalde y Concejales, sentados en un banco y flanqueados por dos alguaciles que les daban escolta con sendas lanzas que clavaban en el suelo mientras duraba el baile...”

En 1918 en el programa de fiestas en honor al santo contaba con un concurso de Arrekularis y la actuación de los bertsolaris Enbeita y Larrabeiti. Al año siguiente se vería ampliado con carreras pedestres y otras a lomos de jumentos. Viendo aparecer su primer boceto impreso, que se conserva en el Archivo Municipal de Getxo, en un programa de 1925.

En el de 1931, el día 16 de agosto, se recogía: A las 11 de la mañana, concurso de aurreskularis y bailes jotas por parejas. Por la tarde, concurso de bertsolaris y exhibición de aurreskularis y jotalaris que hubieran obtenido los primeros premios y segundos premios en el concurso. A continuación baile hasta las ocho de la noche, verbena que continuaba por la noche desde las 20 horas hasta las 24. En el intermedio se lanzaron fuegos de artificio.

En el de 1932 se definía a Getxo como: “...el gran santuario veraniego de Vizcaya...”, durante el día de San Roque tuvieron como actos festivos una exhibición de albokaris de Zeanuri, concurso de arreskularis. Entre los que habían obtenido los primeros premios del concurso de aurresku, por la tarde, ofrecieron una exhibición. Siguió el día con bailes hasta las doce de la noche y en el intermedio se disparó una bonita colección de fuegos de artificio. Al año siguiente se repetía casi el programa, solo que por la tarde eran los bertsolaris quienes deleitaban a un entregado público, con la novedad de que a las diez de la noche ofreció un concierto el Coro de la Juventud Vasca de Bilbao.

En 1935, el Día 16 de agosto, festividad de San Roque, en la campa de Santa María, hubo arrastre de piedra por bueyes, dantzaris, arrastre de piedra por hombres en el que tomaron parte un grupo de seis hombres, y una gran romería amenizada por las Bandas Municipales de música y tamborileros.

En 1945 aparecía recogida dicha festividad en el programa de fiestas, con romerías amenizadas por la Banda de Música Municipal y verbena popular que se celebraba en la Campa de Santa María y era ambientada por medio de altavoces.


De la advocación a este santo, ya perdida como festividad local, se conserva una imagen renacentista romanista. Es la talla, situada en el encabezamiento de este articulo, en ella se puede apreciar a San Roque vestido de peregrino, levantando su hábito para dejar a la vista la llaga fruto de la peste, junto a el se sitúa el ángel, que otras versiones dicen, le sanó. Al otro lado, a sus pies, el perrito que le llevaba pan al santo. De esta imagen, probablemente perteneciente al Siglo XVII, se puede decir, por las anatomías generosas, las caras un poco planas y esas narices miguelangelescas, que parece ser una pieza romanista, pero sus vestidos que ya empiezan a plegarse con quiebros, nos asoman al clasicismo. También existía un relicario de San Roque del Siglo XIX, en la parroquia de “La Asunción de Nuestra Señora” (Andra Mari), en el que se puede leer “S. Rochi C.” (ver fotografía superior).


jueves, 15 de septiembre de 2016

LOS DEPORTES ACUÁTICOS EN EL ABRA



A lo largo de las tres primeras décadas del Siglo XX, los deportes acuáticos fueron los reyes de la competición en unos veranos acompañados de velas, regatas y nadadores. Y fue en el Abra donde se realizó una de las primeras competiciones de vela, que la prensa de la época dio en llamar “El Desafío Náutico”, lugar donde se dio digno fin a las regatas de la Federación del Cantábrico que se celebraron a finales de julio de 1903. Aquel año, además de la “Copa Internacional” se corría la “Copa del Rey” para barcos sólo maniobrados y tripulado por aficionados y la famosa “Copa del Cantábrico”, que se corría por tercer año. Ya en 1902, el ¡Ay, Ay, Ay! de D. Enrique G. Careaga del R. S. C. de Bilbao, había ganado la Copa del Cantábrico.

Pero las competiciones más populares eran las travesías a nado, saltos y waterpolo, actividades que se realizaban en Getxo, fundamentalmente en la ria, Las Arenas (playa y embarcadero) y Algorta (Arriluze y Ereaga). En ellas compitieron tritones humanos que dejaron huella para futuras generaciones.

Muchos pertenecían a Clubs de raigambre en la época: “Arenas Club de Guecho”, “Sociedad Deportiva Remo del Embarcadero” “Real Sporting Club”, “Club Deportivo de Bilbao”, “Athletic Club de Bilbao”, “Portugalete F.C.” y “Sociedad Deportiva Indauchu”. Pero también de otros menos. conocidos como el: “Gazte Barakaldoko”, “Federación Cultural Deportiva de Euzkadi”, “Unión Deportiva Amaya”, “Euzko Gastedi Kirotzaleak” de San Sebastian, “Lagun Beti”, “Umore Ona”, “Club Deportivo Basconia”, “Club Deportivo Begoñes” y “Erandio F.B.C.”.


Una de las primeras incursiones en la prensa local, a propósito de la fotografía de esa fecha, que incluyo sobre estas líneas, se produjo el día 22 de septiembre de 1912. Dicho día se celebró una excursión al Abra, organizada por el Club Deportivo de Bilbao, que a bordo del remolcador “Andrés”, partieron desde la villa de Don Diego rumbo al Abra. El remolcador caprichosamente engalanado, llegó al contramuelle de Algorta donde desembarcaron cerca de cuarenta deportistas. Dentro del rompeolas organizaron un concurso de natación en el que tomaron parte veinte nadadores. El recorrido era de 300 yardas resultando vencedores los nadadores de dicho Club 1º Antonio Gonzalez, 2º Benito Fernandez y 3º Ramón Azpeitia. Precisamente en la fotografía que citaba anteriormente se puede ver nadando en cabeza al primer clasificado. A continuación se jugó un partido de “water-polo”, una de las modalidades estrella en los siguientes años.


Competiciones como la celebrada el 13 de julio de 1914 en el Abra, cuyos resultados en el concurso de natación organizado por el Club Deportivo, solamente socios, dio el siguiente resultado:

Velocidad, 100 metros:

1º D. Antonio González. 2º Manuel Ducoloner. 3º Benito Fernández.

Resistencia 500 metros:

1º Joaquín Arellano. 2º Apolo Cela. 3º Cruz Sáez.

Saltos ó cabizbajos:

1º Felipe Abrisketa. 2º Manuel Piquero. 3º Apolo Cela.


En aquel concurso de saltos, los más esperados, pero que no siempre llegaban, eran los de la “garrocha” y el del “pasiego”, saltos que a pesar de no existir referencias escritas, debían de tener relación con algún tipo de pértiga o listón. Como solía ser habitual aquellas competiciones terminaban con la suelta de gansos, a quien el vulgo llamaba patos, que los expertos nadadores no tardaban en atrapar !no hacían si no tocar el agua cuando ya eran hechos presos! decía la prensa local.

lunes, 12 de septiembre de 2016

ITURRIETA Y/O MANTEQUENA


Iturrieta y/o Mantequena, ¿dos edificaciones de Algorta o un lugar del pueblo?. Lugares que los mayores de Algorta habrán oído pronunciar en algún momento. ¿Dónde estaban, qué eran, a quién pertenecieron, qué se decía de ellas? A todas esta preguntas trataré de responder a lo largo de esta entrada.

Ya desde antiguo, el 10 de agosto de 1828, se hablaba de ellas en el contexto del suministro de agua a la población de Algorta. Se trataba de la reparación de las fuentes de dicho barrio, entre ellas las de “Iturrieta”, que en la fotografía superior podemos ver, estaba situada frente a la Plaza de la Constitución (hoy San Nikolas). El Corregidor del “Noble Señorío de Vizcaya” daba a conocer una providencia por la que el Ayuntamiento había de reponer, entre las fuentes de “Iturrieta” y “Elorria”, la que se designara, se decía en aquel decreto, que siempre comenzaba con la frase protocolaria de: “...Trata en razón...” refiriéndose al acuerdo adoptado, que en este caso decía: “...con la calidad (condición) de los demás vecinos de aquellos barrios, no podrán de hacer uso mientras no acompañen a la contribución, a menos que no sean indigentes y transeúntes del camino...” Sin embargo aducía el consistorio: “...que la Comunidad no tiene fondos bastantes para reponer las fuentes actuales...” por ello establecían que fueran los propios vecinos que las demandaban quienes corrieran con los gastos. Se establecía que los afectados eran los de: “...la demarcación desde la ermita de San Martín hasta el termino de Gobelas repongan otras dos fuentes y las de Arrigunaga e Iturribarri...” Para lo cual establecieron una contribución proporcional a las propiedades de cada vecino.


Al parecer, de esa fuente derivó uno de los términos mencionados al principio de este escrito. Presumiblemente, el caserío que ocupó el espacio, de la que más tarde tomaría nombre la casa “Iturrieta”, fue una propiedad de Juan Bautista de Zalduondo Careaga.

El 12 de noviembre de1854 lo hacían sobre una edificación ya existente. Dicha edificación era un viejo caserío con cuadras para el ganado, que recibía el de nombre “Iturrieta”. Quien firmaba la solicitud para realizar las obras era su propietario Juan Bautista de Zalduondo. Aclaraba el consistorio getxotarra en su negativa a la autorización de las mismas, que la edificación daba: “...en su parte zaguera a la llamada Campa de Mugica...” Por lo que no autorizaban las obras, debido a que el Ayuntamiento proyectaba realizar en aquella zona obras, ya que al efectuar las mismas, la hoy llamada Plaza de San Nikolas, vería reducido su espacio: “...los feligreses de San Nicolas de Bari tratan de adquirir en compra parte de la heredad contigua a la mencionada campa para que la iglesia nueva en proyecto tenga la correspondiente capacidad y desahogo en su alrededor...” La zona mencionada daba a las actuales escalinatas de la plaza, y estaba situada entre las mismas y la posterior edificación de la actual casa de los Aldecoa, edificación que como veremos a continuación fue obra de otro Zalduondo.

En octubre de 1867 se acordaba la ejecución del camino que se dirigía desde: “...Mantequena hasta la ermita del Angel de Getxo, pasando frente a la campa de Mugica Aurrecoa, para seguir tras la iglesia por el antiguo camino de carros....”


Iturrieta” y “Mantequena” eran términos utilizados con frecuencia en los libros de decretos del consistorio getxotarra. En el primero de ellos existió una fuente que daba lugar a dicho nombre. El 20 de junio de 1870 se decía en las actas de la sesión ordinaria celebrada en dicha fecha: “...Se hizo presente que el camino peatil desde el termino llamado Iturrietas o Mantequena hasta la puerta del jardín de Telleche se halla en muy mal estado, desecho y descompuesto por completo, siendo dicho camino el del centro del pueblo..., que entronque con el que se dirige a la iglesia de Santa Maria...” Se referían a la calle Telletxe en la esquina de la casa jardín de D. Juan Antonio de Cortina. Las obras salían a remate en octubre de aquel año, y las realizó D. Martin de Berasaluze.

Los permisos para realizar esta edificación se solicitaron el 26 de septiembre de 1889, lo realizó, como decía anteriormente, Eustasio Zalduondo Zalduondo natural de Getxo, hijo de Juan Bautista Zalduondo Careaga y de Josefa Ramona Zalduondo Goicoechea . El escrito decía: “...propietario de un terreno que confina con la plaza en el punto denominado “Mantequena” del barrio de Algorta, deseando construir una casa de nueva planta...” El consistorio de Getxo respondía el 2 de octubre de 1889 concediendo el permiso de construcción, en el decía: “...se puede conceder a D. Eustasio Zalduondo lo que solicita para que pueda construir una casa..., en un terreno de su propiedad que confina con la plaza del barrio de Algorta denominado “Mantequena”...” Adjuntaba el plano que aparece en la fotografía superior. Eran los tiempos en que la Avenida Basagoiti se denominaba calle Mayor.

El mismo mes de septiembre de 1889 era D. Manuel Valle quien solicitaba permiso para levantar una casa en un terreno de su propiedad, esta vez se trataba de la conocida como “Iturrieta”, llamada más tarde como la casa de “Patxikin Aldecoa” En aquella solicitud se adjuntaba el plano de dicha casa, el cual se puede ver abajo de estas líneas.


Precisamente el 24 de septiembre de 1870 el consistorio de Getxo, bajo la presidencia de su segundo alcalde D. Domingo de Arteta, trataba asuntos relacionados con obras públicas en Algorta, entre las que se encontraba: “...el camino peatil de herradura desde “Iturrieta” hasta la puerta del jardín de “Telletxe”...” El anuncio para el remate de las mismas se realizaba efectuarlo para el día 6 de noviembre de dicho año. Que quedaba finalmente adjudicado a D. Martin de Berasaluze. Las casas “Iturrieta” y “Mantequena” estaban tan solo separadas por el huerto de Eustasio Zalduondo, que más tarde sería expropiado para dar paso a la bajada de Aretxondo.

En febrero de 1891 empezaba a urbanizarse, con aceras, la carretera que une el punto denominado “Mantequena” con la casa denominada “La Cadena”, en el antiguo cruce del paso a nivel de Algorta. Se decía en el escrito elaborado por D. Jose de Abarrategui secretario del Ayuntamiento Constitucional de Getxo”, del 15 de febrero de 1891 que: “...teniendo en cuenta el paso peatil intransitable que suele haber las veces que llueve en la carretera provincial que se dirige a Plencia, en el trayecto desde la revuelta del punto de Mantequena hasta cerca de la casa llamada La Cadena en Algorta, en cuyo trayecto se hallan bastantes casas habitadas..., acordó el arquitecto municipal D. Eladio Iturria, se forme un proyecto para la colocación de aceras de piedra dura en las dos orillas de la carretera...” Eran los tiempos de la alcaldía de D. Eladio Sustacha. La carretera iba desde la casa “Mantequena” hasta “La Cadena”, lugar en el que había proyectado la construcción de un hospital, ya que en el presupuesto de aquella obra, en su articulo Nº 1 se decía: “...para construir una acera de losa, en la carretera de Bilbao a Plencia en el trayecto comprendido entre el punto “Mantequena” y el solar destinado a la construcción del Hospital en el punto La Cadena...” Aquella obra supuso un coste de 1.319,08 pesetas para las arcas municipales y fueron ejecutadas por el contratista de obras D. Francisco Elorriaga, su terminación tuvo lugar el 3 de diciembre de 1891.


En agosto de 1908 Eustasio Zalduondo solicitaba del Ayuntamiento la autorización para edificar una casa de nueva planta sobre la de su propiedad “Mantequena”, planos de situación que podemos ver sobre estas líneas. Estaba dicha edificación en la ya, entonces Avenida Basagoiti, frente a la bajada de Aretxondo. Las casas “Iturrieta” y “Mantequena” estaban tan solo separadas por el huerto de Eustasio Zalduondo, que más tarde sería expropiado para dar paso a la bajada de Aretxondo.

Así que ya tenemos los dos términos, que no dejan de ser casi uno solo, “Iturrieta” (la casa) de Patxikin Aldecoa y “Mantequena”, también llamada “Iturriza-nueva”, conocida como la casa de los espejos, ambas se hallaban emplazadas en una zona conocida por el nombre “Mantequena”.


Todos los datos de esta entrada están sacados de los expedientes del Archivo Municipal de Getxo: Código 1.1.1.5 Signatura 4657-8; Código 2.6.2.10 Signatura 4582-6; Código 2.5.3.5 Signatura 4545-28 y del Libro de Decretos Código 2.2.2.10 Signatura 4582-6.