jueves, 28 de noviembre de 2024

LA TUBERCULOSIS Y EL DISPENSARIO DE AREETA-LAS ARENAS y -III-

Este capitulo cierra esta historia sobre la temida tuberculosis, que afecto a Bizkaia, y en particular a nuestra Anteiglesia, Getxo.

Tras el Golpe de Estado de 1936, se produciría un rebrote de varias enfermedades infecciosas, entre ellas la tuberculosis. En las márgenes de la ría, Getxo y Baracaldo van a aparecer Dispensarios para tratar esa infección bacteriológica.

Dentro de esa lucha contra el llamado “mal romántico” (tuberculosis) van a parecer algunas referencias escritas referidas a nuestro Pueblo. En el libro “Historia Social de la Tuberculosis en Bizkaia” (1882-1958) de Antonio Villanueva Edo, en el capítulo dedicado a “Los Dispensarios Menores de la lucha Antituberculosa”, en la página 411 se dice: “...El Dr. D. Francisco Ledo, al inaugurar en 1915 el Dispensario que llevaría su nombre, expresaba su deseo de extender este tipo de obras. El primer dispensario que se creó fuera de Bilbao se habilita en Guecho. Empezó a funcionar los primeros meses de 1935 y su primer director fue el Dr. D. José Landeta Beascoechea. El 7 de febrero de 1942 el Dispensario de Getxo solicita un cupo de camas en “Tapia” de la misma manera que lo tenía en “Briñas”..., cuyos gastos gastos debía hacer frente la Junta de Beneficencia del Ayuntamiento de Getxo. En resumen, además de los Dispensarios de “Ledo-Arteche” y central, funcionan cuatro instituciones abiertas en Guecho, Baracaldo, Guernica y Ortuella. La primera fue fundada por la Junta de Beneficencia del Ayuntamiento de Guecho, dependiendo administrativamente y funcionalmente de los organismos rectores de del P.N.A....” (“Historia Social de la Tuberculosis en Bizkaia” (1882-1958) de Antonio Villanueva Edo).

Sobre los llamados “Dispensarios Menores”, todos ellos considerados “Obras Menores”, en comparación con el Dispensario “Ledo Arteche” de Bilbao, son creaciones que nacieron a partir de impulsos diferentes: “...El de Las Arenas (Getxo) con carácter Benéfico Municipal; los de Gernika y Barakaldo a partir de la iniciativa de la Dirección Provincial de Sanidad. El dispensario de Guecho gozó de cierta autonomía durante sus años de funcionamiento...” (“Historia Social de la Tuberculosis en Bizkaia” (1882-1958) de Antonio Villanueva Edo). Y el de Ortuella: “...De la mano de los doctores Jorge Savín Fernández, Ángel Alday y el pediatra Zubimendi...” (Mareómetro de Portugalete del 14 de noviembre del 2023).

En Areeta-Las Arenas (Getxo), entre los años 20-50 del pasado Siglo XX, existió un Dispensario que estaba situado cerca del garaje de Patricio Muguerza, en la esquina de calle Barria, en su encuentro con Avenida de Las Arenas (entonces llamada Avenida del triunfo), girando dirección Puente Bizkaia en su mano izquierda era el edificio que se puede apreciar en la fotografía que acompaño, tenía dos plantas. Tenía por nombre “Dispensario de Nuestra Señora de Begoña”, y fue una donación de Dña. Jesusa de la Puente Atistrain, Marquesa de Zuya. El Arquitecto que lo diseño fue D. Antonio de Araluze y Ajuria el 31 de octubre de 1935, y fue quien ocupó el cargo de arquitecto municipal de Getxo hasta el comienzo de la Guerra Civil.

Según cuentan algunas personas de Las Arenas, de cierta edad, que lo llegaron a conocer: “...El dispensario estaba situado en los bajos del edificio, las paredes de su interior estaban enchapadas con azulejos de color blanco. En la planta superior vivía un matrimonio que tenía una niña nacida, como yo, entorno a 1942-43, con la que solía jugar en la terraza del edifico...” (Enma Melcer, de Las Arenas).

Este dispensario por informaciones de carácter oral de algunos vecinos del barrio he podido saber lo siguiente: “...El Dispensario estaba en una casa de dos alturas, la enfermera de este era Angela Muro...” (Marisabel Urrutia-Alberto Gaztelurrutia).

Otra aportación es la siguiente: “...Era de carácter benéfico. Mi tía Angelines Muro trabajó en el, creo que entre sus médicos estaba uno de apellido Leguina. Solían acudir a los caseríos de la zona para realizar controles de enfermedades como la tuberculosis y viruela...” (Javier Muro).

La de otros vecinos de Areeta-Las Arenas son las siguientes: “...Estaba en la carretera general, detrás de donde estaba el garaje de Muguerza, era una casa de pisos; solíamos acudir para darnos las vacunas contra la viruela...” (Juan José Bonilla).

Así que parece lógico pensar que algunos vecinos/as de Las Arenas trabajaran en el Dispensario de la calle Avenida de Las Arenas. Entre esos vecinos se encontraba una enfermera de Las Arenas, se trataba de Dña. Ángela Muro Eguidazu. Ángela tenía un carnet acreditativo de su condición de enfermera fechado el 22 de diciembre de 1956, expedido por el “Sindicato de Actividades Diversas” de la Agrupación Sindical de Enfermeras Ayudantes Técnicos Sanitarios Femeninas. Ángela Muro estudio su carrera en Madrid. Fue esposa de Gregorio Lizundia Viciola, y falleció en Las Arenas, el día 22 de septiembre de 2018, a los 100 años de edad.

Para esta actividad relacionada con la lucha antituberculosa, como indicaba anteriormente, se estableció la llamada “Fiesta de la Flor”. Era una actividad organizada, fundamentalmente, por las llamadas señoras de alta alcurnia. En la prensa bilbaína iba a parecer repetidamente, como lo hizo en 1930: “...En la Casa Social parroquial de Las Arenas se celebró ayer una reunión, a la que asistieron, convocados por la señora marquesa de Mac-Mahón, que presidió el acto, representantes de los Ayuntamientos de Portugalete, Santurce y Guecho, para tratar de la celebración, en los tres términos municipales, de la Fiesta de la Flor a beneficio de la Junta Antituberculosa de Vizcaya. Se acordó que esta cuestación benéfica se celebre el día 28 del actual, domingo, y que cada Ayuntamiento designe las señoritas que han de tomar parte en la postulación.

La Fiesta de la Flor.- Gran animación ante la Fiesta de la Flor, que se celebrará hoy, y buenos augurios de recaudación. Se colocarán mesas petitorias en San Nicolás, Achecolandeta, Iguereche, Zugatzarte, Plazuela y playa de Las Arenas, ocupándolas distinguidas señoras v señoritas...” (El Noticiero Bilbaíno del 20 y 28 de septiembre de 1930).

Esta actividad benéfica aparece recogida, en nuestra Anteiglesia, en varios expedientes del Archivo Municipal de Getxo y en la prensa local. Los datos de la misma referidos a la Fiesta de la Flor, que aparecían recogidos en los diarios bilbaínos decían: “...¡Vizcaíno! Los días 25 y 26 8e celebrará la «Fiesta de la Flor». Tu generosidad, unida a la de otros miles de vizcaínos, puede llevar salud y otra vez alegría a centenares de hogares humildes que tronchó la tuberculosis...” Al día siguiente ese mismo diario llevaba a su primera plana un grabado de los Sanatorios de Bilbao, y decía en sus páginas interiores: “...Desde Santurce a Bilbao y desde la Villa hasta Algorta, un ejército femenino dará hoy la tradicional cuestación de caridad, en la «Fiesta de la Flor», para recaudar fondos para la lucha Antituberculosa. En las mesas de Guecho, la recaudación total ascendió a 19.190 pesetas, excediendo a la del año anterior que fue de 1.069 pesetas...” (La Gaceta del Norte 24 y 25 de octubre de 1947).

Podemos encontrar, también, menciones recogidas en libros publicados en Getxo relacionados con la lucha antituberculosa, entre ellas las que cito a continuación:

En 1940, según cuenta el trinitario Carlos María Zabala en su libro “Historia de Getxo”: “...Las Arenas con sus 7.302 habitantes, en 1940, repartidos en un millar y pico de viviendas, era un barrio informe, aséptico, convencional, individualista, entre arrogante y amedrentado, con problemas de vivienda a causa de la inmigración interior. Contaba con el “Dispensario de Ntra. Sra. de Begoña", edificio donado por la Marquesa de Zuya para luchar contra la tuberculosis...” (Historia de Getxo de Carlos María Zabala, página 400).

Una de las benefactoras, que fue quien dono el “Dispensario de Nuestra Señora de Begoña” de Las Arenas a la Junta Antituberculosa, fue la Marquesa viuda de Zuya.

En 1950, la Junta Directiva del Dispensario Antituberculoso de Las Arenas, escribía un exhorto al Ayuntamiento de Getxo, en el que decía y solicitaba: “...Desde la Fundación de este Dispensario, adquirí solemnes deudas, que el saldarlas constituyo el ideal de sus afanes. Adquiriendo la tarea de dar a los enfermos, consuelos y esperanza, visitándolos en sus casas y atendiéndolos en sus penas. El Ayuntamiento de Guecho no tendría resulto en su Municipio el pavoroso problema de la tuberculosis, si este Dispensario si no hubiera realizado 23.559 asistencias, invirtiendo en ellas un total de 370.587 pesetas, y si la la señora Marquesa de Zuya, con su espléndida caridad no se hubiera desprendido del citado edificio.

Por lo que vistos los beneficios realizados aportados por el citado Dispensario en favor de los enfermos de tuberculosis pobres de Guecho.

Y considerando el deber ineludible de gratitud, es el deseo de todos los vecinos y de esta Junta de Señoras de mi Presidencia, estudie y acuerde el Ayuntamiento de Guecho, la manera de pagar la deuda contraída con la Excelentísima Dña. Jesusa de la Puente y Aznar, Marquesa de Zuya. Firmaban aquel escrito la Presidenta de la Junta de Señoras: Pérez de Castellón, la Secretaria: Mercedes Gorbeña y la Tesorera Serafina de Longa y Soltura...” (Archivo Municipal de Getxo, Expediente Signatura 3419-15 del 12 de julio de 1950).

Por ello a propuesta de la Junta Directiva del Dispensario Antituberculoso de Las Arenas, proponía al Ayuntamiento: “...Se da cuenta de un escrito de la Junta Directiva del Dispensario Antituberculoso de Las Arenas, proponiendo se estudie por los esfuerzos dedicados a la lucha Antituberculosa en este Municipio, especialmente hacia las clases más menesterosas, habiendo culminado su labor con la cesión gratuita del edificio en el que está instalado el Dispensario en el barrio de Las Arenas. Por lo que solicitamos se nombre a Dña. Jesusa de la Puente de Aznar, Marquesa Viuda de Zuya, hija adoptiva de Guecho...” (Archivo Municipal de Getxo, Expediente Signatura 3419-15 del 20 de julio de 1950). El 15 de septiembre de 1950, el Ayuntamiento de Getxo acordaba: “...Nombrar hija adoptiva de Guecho a Dña. Jesusa de la Puente de Aznar, Marquesa Viuda de Zuya, y la confección de un pergamino con el referido título y le sea entregado con toda solemnidad...” (Archivo Municipal de Getxo, Expediente Signatura 3419-15 del 15 y 18 de septiembre de 1950).

La Gaceta del Norte en el mes de septiembre publicaba aquel nombramiento por acuerdo del Ayuntamiento de Getxo: “...Acuerdos del Ayuntamiento de Guecho.- Nombrar hija adoptiva a la Marquesa Viuda de Zuya, que tanto se distinguió por sus incontables obras de caridad...” (La Gaceta del Norte del 20 de septiembre de 1950).

En 1957 en la publicación de D. José Miguel de la Rica “La Parroquia de Nuestra Señora de las Mercedes de Las Arenas- Estudio de Sociología Religiosa”, decía el escritor refiriéndose a la enfermedad de la Tuberculosis: “...Dentro de los centros benéficos nos toca estudiar preferentemente el Dispensario de “Nuestra Señora de Begoña”, situado en el barrio de Mercedes. Nosotros lo estudiamos aquí únicamente como institución que lucha contra una plaga social, la tuberculosis. Este Dispensario, que como decimos está en un lugar céntrico, está instalado en un edificio donado por la Marquesa de Zuya, es autónomo, rigiéndose por sus propios estatutos, y está atendido por una Junta de Señoras. En cierta manera, y desde luego estadísticamente, depende del Patronato Nacional Antituberculoso. El Dispensario atiende a los vecinos de dos Ayuntamientos: Guecho y Lejona. Estos vecinos pueden pasar por el Dispensario libremente durante todo el año, excepto el mes de Agosto. El dispensario cuida especialmente de los escolares, a los que tiene destinado exclusivamente uno de los cuatro días de visita, se les reconocen periódicamente. Comparando los enfermos de Las Arenas, con el total de las seis parroquias encuadradas en el Dispensario, veríamos que en el año 1951 representan el 37,7 % , y en el 1952 el 29% , siendo la media el 16,66% , lo cual nos dice que el porcentaje de enfermos en Las Arenas es muy superior al de otras parroquias. El porcentaje hallado de tuberculosis en Las Arenas, con respecto a la población, es de 0,27% en 1951 y de 1% en 1952...” Para situar la influencia de la tuberculosis en la población, cuando el barrio de Las Arenas tan sólo contaba 8.296 habitantes, me parece interesante hablar de la población existente en ese periodo de años (1951-1952), los habitantes de Las Arenas eran: “...Barrio de Santa Ana, 1.732; Las Mercedes (zona central), 3.018; Ondategui, 1.067 y Romo, 2.479...” (La Parroquia de Nuestra Señora de las Mercedes de Las Arenas- Estudio de Sociología Religiosa 1957 de D. José Miguel de la Rica Basagoiti).

Dña. Jesusa de la Puente Atistrain falleció en Madrid el día 1 de febrero de 1964. Se celebró el funeral corpóreo insepulto el día 3 de febrero en la iglesia de Las Mercedes de Las Arenas, fue enterrada en el cementerio de Getxo. Su domicilio estaba en la llamada, en aquel tiempo, Avenida del Triunfo Nº 43 de Las Arenas, actual Areetako Etorbidea.

Tras el descubrimiento del tratamiento curativo, que combinaba tres fármacos: la estreptomicina, el ácido PAS y las hidracidas. A partir de 1952 la tuberculosis, aunque no llegó a erradicarse, pasó a ser un problema médico al igual que otras enfermedades infecciosas. 

Estos fármacos lograron que los pacientes dejaran de ser contagiosos y que pudieran empezar a ser tratados en sus propios domicilios. Por ello, los dispensarios, hospitales y sanatorios dedicados en exclusividad al enfermo tuberculoso pudieron ser desde entonces de utilidad para otros usos médicos.


domingo, 24 de noviembre de 2024

LA TUBERCULOSIS Y EL DISPENSARIO DE AREETA-LAS ARENAS -II-

 

Siguiendo con esta historia sobre la tuberculosis en nuestra Anteiglesia, en este capitulo, veremos como se trabajaba para poner las bases de lo que más tarde sería el “Dispensario Nuestra Señora de Begoña” de Areeta-Las Arenas.

Antes del establecimiento del Dispensario Antituberculoso de Las Arenas, el llamado Junta “Ropero Antituberculoso” ya trabajaba para poner las bases de lo que más tarde sería el “Dispensario Nuestra Señora de Begoña”: “...El secretario del Ayuntamiento de Guecho, dio cuenta de haber recibido una visita de una Comisión de señoras interesadas en establecer un Ropero Pretuberculoso denominado “Nuestra Señora de Begoña”, esta Junta o Institución tomaría a su cuidado de la indicada afección enviándolos a Sanatorios adecuados como el de Eibar y el Santo Hospital de Bilbao. Dichas señoras desean la cooperación o ayuda de este Ayuntamiento, además de recibir las aportaciones voluntarias de los vecinos. El Ayuntamiento acordaba, que en tanto se sentaran las bases de dicha Junta, prestar su ayuda a la citada iniciativa...” (Expediente del Archivo Municipal de Vegeto, Signatura 3070-9 del 19 de mayo de 1931).

La Junta Municipal de Beneficencia era la encargada de velar por la protección, aislamiento y hospitalización de los enfermos con síntomas de tuberculosis. En un escrito de octubre de 1931 se decía:“...La Comisión especial de protección, aislamiento y hospitalización de enfermos tuberculosos que funciona en la Junta Municipal de Beneficencia de este Municipio expone: Que en virtud de haber llegado a un convenio con el Sanatorio de Briñas que está en Santa Marina, jurisdicción de Bilbao, se han hospitalizado varios enfermos de esta localidad...” La presidenta de aquella Comisión Especial Antituberculosa era Dña. Josefa Tapia, viuda de López y la Vicepresidenta Dña. Francisca Urresti. (Expediente del Archivo Municipal de Getxo, Signatura 3070-9 del 24 de octubre y 5 de diciembre de 1931).

No obstante, debía ser bastante la demanda de hospitalizaciones, y se trataron de arbitrar soluciones paliativas. En abril de 1932, el entonces Alcalde Accidental, D. Pedro Larrondo y Bengoechea, enviaba un exhorto al médico de Algorta, D. Román Pereiro: “...Distinguido amigo D. Román Pereiro, le agradecería se sirviese en remitir con toda urgencia su parecer sobre la instalación de una sala de socorro, donde pudieran ser atendidos los enfermos, que no requieran asistencia médica por las señoras que forman la Liga Antituberculosa de de esta localidad...”(Expediente del Archivo Municipal de Getxo, Signatura 3070-9 del 24 de febrero de 1931).

Acompañaba a aquel exhorto un informe médico manuscrito del médico algorteño, Dr. Pereiro, en el que se hacía una visión completa de las instalaciones del Cuarto de Socorro de Algorta, así como de las posibles soluciones para facilitar el aislamiento de esos enfermos, aunque no aconsejaba utilizar aquellas instalaciones sin realizar modificaciones en las mismas: “...Informe médico sobre la posibilidad de utilizar una de las dependencias del cuarto socorro de Algorta, para prestar asistencia a personas enfermas de Tuberculosis. La Sala Cuna se encuentra instalada encima del Cuarto de Socorro y tiene entrada independiente desde la calle, en el se realiza una media de una cura diaria. Como hemos dicho en el mismo edificio se encuentra la Sala Cuna. Los enfermos de tuberculosis que habrían de acudir y que deberían mantenerse en todo momento aislados de otros servicios, cosa que con la actual disposición no es posible. Y habría que reglamentar el momento y la manera de realizar las labores de limpieza y desinfección de la parte de local destinada al nuevo objeto benéfico...” (Archivo Municipal de Getxo, expediente: Signatura 3070-9. Román Pereiro, médico, 3 de marzo de 1931).

Los enfermos a quienes se necesitaba prestar atención provenían de los distintos barrios de la Anteiglesia, muchos de ellos de los más humildes, como Puerto Viejo, Alango y calle Urkijo de Las Arenas, además de otros lugares de Algorta y Getxo.

Entre 1919 y 1935 los Sanatorios para atender a los tuberculosos de Getxo estaban situados diseminados por la geografía de nacional, eran el Sanatorio de Gorliz, el victoria Eugenia de Eibar, Briñas, Laguardia, Chamartín de la Rosa, Tetuán de las Victorias de Madrid y en Pedernales, entre otras poblaciones.

En un libro de 1919 se decía a cerca de la tuberculosis: “...El Doctor D. Enrique Areilza, compañero el Dr. Guimón, tuvo hace 65 años la certera visión, de edificar un Sanatorio Marino en la playa de Gorliz como solución para combatir la endemia tuberculosa que azotaba a Vizcaya.

Un nuevo período se inicia en el año 37 y termina en el 54, En los primeros años de este lapso, junto a las vicisitudes locales derivadas de la evacuación de la enfermería del Sanatorio a Francia y de la pérdida de gran parte de su utillaje, atravesamos las graves consecuencias de las postguerras, tales como condiciones alimenticias adversas, traslados domiciliarios, pérdida del sostén de la familia, la explosión demográfica de la provincia, debida a una fuerte inmigración, etc., que traen como colofón un recrudecimiento de las enfermedades características de Górliz, entre ellas, principalmente la tuberculosis, el raquitismo, los trastornos nutritivos pronunciados, y todo ello coincidente con una insuficiencia de medios asistenciales (ubicación, instrumental, alimentación, economía, etc.) que obliga durante algún tiempo a seleccionar con dureza y consiguientemente a rechazar en la Consulta de admisión a un gran número de niños merecedores de ingreso...” (“Medio siglo de vida en la historia del Sanatorio Marino de Gorliz” del Dr. Enrique Ornilla, 1919).

Los enfermos del municipio atendidos en el Sanatorio de Eibar ascendían a 32, de ellas 4 eran mujeres; y los del Sanatorio de Briñas a 17, de ellas 2 eran mujeres. Los gastos originados por las estancias de los enfermos con tuberculosis, durante el año 1932 en el Sanatorio de Briñas: “...Eran pagados, en su mayor parte, por el Patronato, y el Ayuntamiento de Getxo, las cantidades en ese orden eran de 2.321,65 pesetas y 1.888,35 pesetas. Los productos de farmacia del Sanatorio de Laguardia, en 1931, eran comprados a la farmacia del Ldo. Servillano Etchaberry...”(Expediente del Archivo Municipal de Getxo, Signatura 3070-9 del 31 de diciembre de 1932).

Los gastos de las estancias de los enfermos a lo largo del año 1933, en Sanatorios Antituberculosos ascendían, según un un escrito de la Junta Municipal de Beneficencia : “...Visto el informe de la Junta Municipal de Beneficencia, los gastos de estancias de enfermos en Sanatorios Antituberculosos durante el año 1933, asciende a 41.384,80 pesetas, de las que han sido abonadas por este Ayuntamiento 17.607.80 pesetas, corriendo el resto por el Patronato Antituberculoso de Guecho...”(Expediente del Archivo Municipal de Getxo, Signatura 3070-9 del 14 de febrero de 1934).

El número de fallecidos por tuberculosis en Bizkaia paso de los 753 de 1933 a los 865 de 1941.

Alguna referencia a nuestro Dispensario de Las Arenas, aparece ya en 1934. En concreto se trata del pago de un impuesto en la Tesorería de la “Diputación de Vizcaya”, a nombre de la Junta de “Ntra. Señora de Begoña de Guecho” el 9 de enero de 1934.

Pero aún el Dispensario, que tuvo ese nombre, no se había establecido en Las Arenas, ya que un expediente del Ayuntamiento de Getxo, de fecha 15 de diciembre de 1934, aparecerá el que iba a ser el Primer paso para la Creación del Dispensario: “...El Secretario del Ayuntamiento de Guecho certifica: Se han acerado a este Ayuntamiento las señoras que constituyen en este Municipio el Patronato de Lucha Antituberculosa, dándole cuenta de su propósito para establecer un Dispensario por su cuenta en el barrio de Las Arenas...” (Expediente del Archivo Municipal de Getxo, Signatura 4689-5 de 1934 y Pleno del 15 de diciembre de 1934, hoja 241).

Alguna de aquellas instalaciones Sanitarias se instalaron en el muelle de Las Arenas: “...Aprobar el presupuesto formulado por el arquitecto municipal para la construcción de un pabellón de instalaciones sanitarias en el espigón del muelle de Las Arenas...” (“La Tarde” del 24 de marzo de 1934).

En agosto de 1934 la Asociación Vizcaína contra la tuberculosis realizaba veladas benéficas en las que participo una entidad recreativa de Las Arenas: “...Gran Verbena Aristocrática.- El beneficio de esta verbena se destinará al Santo Hospital Civil y la Santa Casa de Misericordia. La recaudación en el tapiz-rodante, a la “Asociación Vizcaína contra la tuberculosis. Para esta verbena se expenden entradas en el Club Marítimo del Abra. Entrada de Caballero: 10 pesetas, Señoras: 5 pesetas...” (Excelsius del 31 de agosto 1934).

La primera referencia a la inauguración del Dispensario de Las Arenas aparece en un expediente del Archivo Municipal de Getxo de enero de 1935, en el se dice: “...La Presidenta de la Comisión Especial Antituberculosa de Guecho, Dña. Josefa Tapia, viuda de López, da cuenta a esta Comisión el acuerdo adoptado por este Ayuntamiento, de contribuir a las obras de instalación del Dispensario que en fecha próxima a de inaugurar esta Comisión...” (Archivo Municipal de Getxo-Expediente Signatura 4689-4 del 9 de enero de 1935).

Muchas fueron las actividades desarrolladas entorno a la lucha Antituberculosa. En marzo de 1935 se desarrollaba en la Diputación de Bizkaia: “...La Semana Hospitalaria en Bilbao.- En la Diputación provincial de Vizcaya, se reunió la Junta Antituberculosa de Vizcaya, acudieron las señoras presidenta y secretaria de la Comisión. Especial Antituberculosa de la Beneficencia de Guecho. En representación de la Junta Antituberculosa de Vizcaya Dña. Pepita Tapia, y la señora de González en representación de la comisión Especial Antituberculosa de la Beneficencia de Guecho...” (La Tarde del 28 de marzo de 1935).

En otra publicación bilbaína, esta de octubre de ese mismo año: “...Aparece una fotografía en Las Arenas de las Autoridades y Junta de Damas con el Dr. Landeta, director del Dispensario de Guecho. El Dispensario de Guecho ha tomado a su cargo el reconocimiento diario de quince niños de los dos mil procedentes de las escuelas Nacionales y Municipales de Algorta, Las Arenas, Neguri y Guecho, además de los enfermos que acuden para ser sometidos a examen y observación. Este Dispensario sostiene, a sus expensas, veinticinco camas en la enfermería Briñas (Santa Marina). Hay tres fundaciones antituberculosas en Bilbao que responden a nobles rasgos filantrópicos realizados por personas de elevados sentimientos: el Dispensario Ledo, la Enfermería Briñas o Sanatorio de Santa Marina y el Dispensario de Guecho inaugurado este verano...” (Revista Mensual Ilustrada Norte de octubre de 1935).

En un documento del Archivo Municipal de Getxo de octubre de 1935, aparece el informe del Arquitecto Municipal de Getxo, D. Antonio de Araluze y Ajuria, certifica haber reconocido el edificio de Las Arenas destinado a Dispensario: “...Que habiendo reconocido el edificio donde se halla instalado el Dispensario Antituberculoso de Guecho, en la Avenida de Las Arenas, ha comprobado que el citado edificio reúne las condiciones necesarias de solidez...” 

Lo cual confirma que para esas fechas el Dispensario había empezado a dar sus primeros pasos. En los listados que acompañan a ese expediente va apareciendo: “...Que en esas fechas continuaban los internamientos de vecinos de los barrios de la Anteiglesia de Getxo, en los diferentes Sanatorios de referencia (Briñas, Eibar y Laguardia). En ellos habían sido atendidos 58 vecinos de Getxo, de los que 5 fallecieron. La procedencia de los asistidos por tuberculosis era muy amplia, los había del Puerto de Algorta, de Alango, Villamonte, Santa Eugenia, de Las Arenas, de Salsidu e incluso del Hospital Hospicio de Algorta...” (Archivo Municipal de Getxo-Expediente Signatura 4689-4 del 31 de octubre de 1935).

En el próximo capítulo, y último de esta serie sobre el Dispensario Antituberculoso de Areeta-Las Arenas, veremos como se llegó a la creación, en los años 50 del que existió en la esquina de calle Barria, en su encuentro con Avenida de Las Arenas.

miércoles, 20 de noviembre de 2024

LA TUBERCULOSIS Y EL DISPENSARIO DE AREETA-LAS ARENAS -I-

Esta entrada, por su extensión, la realizaré en tres días consecutivos.

La tuberculosis, una enfermedad que incluso fue llevada a la gran pantalla y a la literatura, que la padecieron personajes famosos (Ovidio, Lord Byron, Gustavo A Becquer, Anton Chejov, Rafael Alberti y otros más).

Tras los tiempos de las epidemias (Cólera morbo, gripe, difteria, sarampión y tifus, etc.), otra enfermedad apareció por nuestros barrios a principios del Siglo XIX, que a decir de algunos encarnaba la enfermedad infecciosa conocida como “mal romántico” y también “peste blanca”, se trataba de la tuberculosis, la cual primero recibió el nombre de “tisis”. Fue la segunda causa global de muerte y la primera entre las enfermedades infecciosas.

Esta terrible enfermedad supuso un verdadero quebradero de cabeza para los médicos, que tras una larga lucha culminaría con el descubrimiento del bacilo de Koch en 1882. Todavía a la terapéutica avanzaba lentamente, en pleno siglo XX el tratamiento era de cura dietico-higiénica y los sanatorios eran las únicas armas, demostrándose altamente ineficaces hasta la llegada de los antibióticos en la mitad del siglo XX.

En 1885, en Bilbao, los niños morían de difteria, sarampión, viruela, tuberculosis y desnutrición, mientras los mayores, principalmente los hacían de fiebres tifoideas, accidentes laborales, alcoholismo, tuberculosis y cólera morbo.

El proceso de la segunda industrialización en las márgenes de la ría bilbaína entre 1877 y 1900, traería consigo, sobre todo en la etapa inicial, graves consecuencias sanitarias. A finales del siglo XIX su incidencia creció y causó una gran alarma entre las clases médicas. Estos graves problemas sanitarios ya se habían observado previamente en otras zonas de Europa, donde se habían producido anteriormente grandes procesos de industrialización.

El desarrollo de esta enfermedad estaba condicionado por las características sociales, laborales, urbanísticas e higiénicas de los habitantes de Bizkaia. Enfermedades endémicas (tifoidea, tuberculosis, etc.) incrementaron su incidencia en la población.

A principios del siglo XX Bilbao era un foco endémico tuberculoso, con una incidencia superior a la de otras capitales de mayor población. En esa época aparecen las primeras tentativas para crear la Liga Antituberculosa en Bizkaia (Bilbao). Uno de los precursores de esta lucha fue el Dr. D. Francisco Ledo, quien propuso crear una Liga antituberculosa que tuviera como base las siguientes motivaciones: “...Instruir e informar a la población de que era la tuberculosis, crear leyes que protegieran al tuberculoso indigente, buscar o conseguir subvenciones, hospitales, sanatorios y dispensarios dirigidos por médicos de prestigio...” (La Tuberculosis de José María Urkia).

La primera tentativa tuvo lugar en Bibao en 1905, vendría de la mano del Gobernador de Bizkaia D. Pedro de la Breña quien, tras infructuosos intentos, consiguió nombrar la Junta de la Liga Antituberculosa, la misma estuvo formada por: “...Los subdelegados de Medicina, Farmacia y Veterinaria, Inspectores de Salubridad Pública e Higiene, el médico Inspector de Cadáveres y los 8 médicos de distrito de Bilbao. Su primer cometido consistió en proyectar la creación de dos dispensarios en Bilbao...” (La Tuberculosis de José María Urkia).

Bien pronto se dieron los primeros pasos en Getxo para crear las condiciones de salubridad necesarias para proteger a la población: “...El 18 de julio de 1911, el Gobernador civil de Vizcaya escribe un oficio al Alcalde de Plencia en el que le comunica su decisión de formar una sola agrupación, uniendo al municipio de Guecho los de Plencia, Gorliz, Sopelana, Urduliz, Barrica y Lemoniz, para el sostenimiento del Laboratorio e Instituto de Higiene. También ha decidido que, en representación del resto, los Alcaldes de Plencia y Guecho comuniquen a ese Gobierno los nombramientos de personal interino, designación del local y adquisición de los elementos para la creación de dicho laboratorio...” (De Farmacia a Museo, casi un Siglo de Historia a través de la Farmacia Aramburu 1888-1982).

Para ello D. Francisco Ledo junto a otros compañeros de profesión, como los Drs. Somonte y Aparicio, crearon un organismo que dirigiera la lucha Antituberculosa en Bizkaia. Una de las herramientas que utilizaron fue sacudir las conciencias de los económicamente poderosos para que apoyaran su lucha antituberculosa. Ese intento no llegó a fructificar y habría que esperar hasta 1912. En ese año se crea la Junta Provincial Antituberculosa.

En el año 1912 se redactan las “Bases generales que la Agrupación de Guecho formula para la creación de un Laboratorio e Instituto de Higiene en la Anteiglesia. En la tesis Doctoral de D. Enrique Aramburu Araluce del 2016, titulada “De farmacia a museo: Casi un Siglo de historia a través de la farmacia Aramburu (1888-1982)”, en uno de sus capítulos se recoge la ubicación del local, equipamiento, personal a contratar, cuotas de participación en gastos de sostenimiento, etc. En esa misma tesis, en el apartado “Estudio de Mortalidad y Natalidad”, se recogen las causas de fallecimiento en la Anteiglesia de Getxo, siendo las de Tuberculosis, con la excepción de “Pneumonía y bronco-pneumonía” que ascendía a 21 personas fallecidas, la de mayor índice de mortalidad, según relataba en dicho libro las causas eran: “...Tuberculosis pulmonar 11, Tuberculosis de las meninges 5 Otras tuberculosis 1. En la siguiente década, este laboratorio cambió su nombre por “Laboratorio Químico e Instituto de Higiene de la Anteiglesia de Guecho”, sin hacer referencia a agrupación municipal alguna...” (Archivo municipal de Plentzia, nº 339.3).

En el libro de plenos del 7 de julio de 1912, aparece varios casos de fallecimientos por tuberculosis, en los que los afectados solicitaban ayuda municipal para sufragar los gastos a los que tuvieron que hacer frente por la quema de ropas y enseres para evitar la propagación de dicha enfermedad. En dichas actas aparece recogido lo siguiente:“...A propuesta de la Presidencia, el Ayuntamiento acordó que por el Director del Laboratorio Municipal de Higiene, informe sobre la conveniencia y forma en que podría instalarse un lavadero adecuado para la desinfección de ropas, y ver si podría adquirirse un aparato para la desinfección de muebles...” (Página 22 del Libro de Plenos del 7 de julio de 1912).

En el pleno del Ayuntamiento de Getxo del 9 de marzo de 1921, sobre los trabajos de incineración de las ropas infectadas se decía: “...El Ayuntamiento acordó se abonen al ordenanza del Laboratorio, Municipal, por el servicio de cada vez que tenga que quemar ropas y efectos de procedentes de enfermos infecciosos...” (Página 164 del Libro de Plenos del 9 de marzo de 1921).

Entorno a la lucha contra este mal, se iba a fundar a principios del Siglo XX la llamada “Fiesta de la Flor”, se trataba de una cuestación benéfica para la lucha contra la tuberculosis. La mortalidad por tuberculosis en 1922 en Bilbao, esta a la cabeza de las distintas causas de muerte. (El Nervión del 3 de enero de 1922).

En 1922 se formó el “Patronato de Getxo Antituberculoso”, el Alcalde D. Jacinto Araluce Ajuria enviaba un oficio a un grupo de personas del municipio, para componer el Patronato Antituberculoso de Getxo: “...Por la presente se convoca a los señores que se cita al margen: José de Camiña, Román Pereiro, Pedro G. Salazar, Saturnino Urtasun, Ernesto Alcibar, Juan Bautista Vidaechea, Agustín de Teleósteo, Evencio Cortina, Rafael Ferrer, Hermenegildo Lozano, José Arechederra, Moral, Dolores de Uriarte, Ansoleaga, Concepción Smith, Dolores Ibarra de Arana, Julián Venito del Valle, Francisco Astondoa y Juana Ibarrondo. Para que el próximo jueves día 27 de julio, a las seis de la tarde, se sirvan concurrir a esta Casa Consistorial al objeto de dar por constituido el Patronato Antituberculoso de Guecho...” (Expediente del Archivo Municipal de Getxo ….del 24 de julio de 1922).

El Ayuntamiento de Getxo en 1922 realizaba un informe acerca de las defunciones por tuberculosis en el municipio, en el cual se decía: “...El Alcalde de esta Anteiglesia, impresionado por los estragos que causa la tuberculosis, cree que ya es hora de que se adopten medidas especiales para evitar la propagación de dicha enfermedad.

La mortalidad atribuida a dicha enfermedad y registradas en las oficinas de este Municipio, da los coeficientes siguientes:

Año 1920: Algorta 1,70 por mil; Las Arenas 1,40 por mil; Santa María 2 por mil.

Año 1921: Algorta 1,70 por mil; Las Arenas 1,66 por mil; Santa María 2 por mil.

Es decir que en la Anteiglesia murieron en el año 1920 por causas atribuidas a la tuberculosis 18 personas y en 1921 por las mismas causa 19 personas.

Hay que tener en cuenta que este coeficiente no es exacto, pues debido tanto a ocultaciones, como que las familias pudientes llevan a otras localidades a sus allegados, para enviarlos a Sanatorios y climas más adecuados, podemos suponer que el coeficiente real de superior al 3 por mil anual, coeficiente muy elevado si se tiene en cuanta las condiciones climatológicas e higiénicas de esta Anteiglesia.

Por lo que se propone tomar en consideración el siguiente acuerdo:

Crear una Junta Local en esta Anteiglesia para la lucha contra la tuberculosis, la cual estará formada por las personas más cultas y altruistas de la localidad, cuya presidencia será conferida al Alcalde y un capitular.

El Ayuntamiento subvencionara, una vez constituida dicha Junta, con la cantidad de 1.000 pesetas anuales y solicitara a la Diputación Provincial de Vizcaya, conceda una subvención igual.

Para el nombramiento de vocales de la expresada Junta, se contará con la Junta de Sanidad Local, citándose al Inspector de Sanidad Municipal y a los Médicos titulares...” (Expediente del Archivo Municipal de Getxo, Signatura 3601-35 del 10 de mayo de 1922).

A continuación se fueron designando los vocales y se recibieron sus conformidades a ocupar el cargo en la Junta o Patronato Local, entre ellos estaban: “...El Párroco de Santa María D. Francisco Astondoa; el médico D. Román Pereiro; el médico D. Ernesto Alcibar; el farmacéutico D. Pedro G. de Salazar; Dña. María Ansoleaga; D. Manuel Moral; Dña. Dolores Ibarra de Arana; Dña. Juana Ibarrondo...” La lista de los invitados a la formación de aquella Junta, que se iban a reunir el jueves 27 de julio de 1922, era más extensa, la formaban los siguientes vecinos de la Anteiglesia de Getxo: “...José de Camiña, Román Pereiro, Pedro G. de Salazar, Primo Urtasun, Ernesto Alcibar, Juan Bautista Vidaechea, Agustín de Elejoste, Evencio Cortina, Rafael Ferrer, Hermenegildo Lozano, Juan José Arechederra, Manuel Moral, Dolores Uriarte, Ansoleaga, Concepción Smith, Dolores Ibarra de Arana, Julian Benito del Valle, Francisco de Astondoa y Juana Ibarrondo. Quienes son citados para constituir constituir el Patronato Antituberculoso de Guecho...” Las juntas del Patronato se celebraban en el salón de juntas del Hospital Hospicio de Algorta.

Elaboraron un reglamento de dicho patronato que básicamente decía: “...La misión del Patronato Antituberculoso de Guecho es:

a)- Proponer al Ayuntamiento de esta Anteiglesia la adopción de medidas, concernientes a la moral, juegos, reglamentación de tabernas y locales públicos e higiene de las viviendas.

b)- Proponer las practicas sanitarias de orden preventivo en la lucha Antituberculosa.

c)- Formar estadísticas de los casos de tuberculosis existentes en el Municipio y atender dentro de lo posible las indicaciones que los médicos titulares realicen de los niños de las escuelas considerados atrasados en su desarrollo físico y enfermos.

d)- Proponer y estimular colonias escolares, casas de salud, sanatorios, etc.

Así mismo creaban un articulado al respecto:

Artículo 1º: Divulgar por los medios a su alcance los conocimientos que tengan para conservar la salud en general y preservar la tuberculosis en particular.

Artículo 2º: Las sub-Comisiones que de la Junta tiene la facultad de hacer nombramientos en los distintos barrios de la Anteiglesia, adoptar medidas de aislamiento, procurar alimentos para los enfermos más necesitados y resolver sobre los casos de urgencia.

También la de procurar que se cumplan estrictamente las medidas sanitarias vigentes y las aplicaciones en caso de fallecimiento por tuberculosis, así como conseguir que se indemnice a la familia de los fallecidos pobres, por el importe de los objetos inutilizados.

A continuación aparecían otros artículos:

Artículo 13: La Junta del Patronato actuará de forma autónoma e independiente del Ayuntamiento, quien estará representado por un concejal como vocal.

Artículo 14: Trimestralmente se celebrará una sesión ordinaria. El Vicepresidente tendrá la facultad de convocar sesiones extraordinarias cuando lo soliciten tres o más vocales.

Artículo 15: Para mejorar las necesidades de cada barrio, la Junta podrá nombrar Subcomisiones necesarias con personas que pueda relacionarse con los caso de enfermedad que interesan a la Junta.

La primera Junta que se constituye y aprueba este reglamento actuará hasta el día 31 de diciembre de 1923, y en la última sesión del año se sortearan la mitad de los miembros móviles que deben cesar, nombrado a continuación a sus sustitutos...” (Expediente del Archivo Municipal de Getxo, Signatura 3601-35 del 24 de julio de 1922).

En el próximo capítulo veremos como se trabajaba para poner las bases de lo que más tarde sería el “Dispensario Nuestra Señora de Begoña” de Areeta-Las Arenas.