Vivimos
en un pueblo que, como ya he comentado en otras ocasiones, ha visto
rebautizar sus calle, plazas y monumentos, dependiendo de las
vicisitudes políticas y/o de los golpes militares.
Y
es precisamente de uno de estos lugares “La Mojijonera de
Areeta-Las Arenas” también conocida como paseo o espigón
de Churruca, del que voy a tratar en este artículo. Y del escultor
que realizó el monumento al conocido ingeniero gipuzkoano Evaristo
de Churruca y Brunet (quien fuera director de la Junta de Obras del
Puerto, autor de la obra del Puerto exterior de Bilbao), que fue de
quien recibió el nombre.
A
pesar de que su inauguración se realizó el 25 de octubre de 1939,
dicho monumento ya se contemplaba levantar desde 1918. Tras la
convocatoria de un concurso en 1918, llegaría el acuerdo de
ejecución en 1931. En esa época apenas avanzaba el paseo y la
superficie que ocupan los jardines alrededor del mismo. El resto de
la escollera, como paseo, se realizaría años más tarde. En planos
municipales de 1927 y 1930, se podía ver el espacio reservado para
el monumento.
La
elaboración del conjunto escultórico, obra del algorteño Miguel
García de Salazar en colaboración con el arquitecto Ignacio Maria
Smith, se acuñó bajo la premisa “El esfuerzo de Bilbao para
la conquista del mar”. Desde él, Churruca observa, pluma
en ristre, la alegórica lucha de Neptuno contra la mar.
En
la misma intervendría otro destacado escultor local, también de
Algorta, Eduardo Urrutia Gorordo, nacido el 5 de enero de 1889, cerca
de la gasolinera de Goñi, frente al actual casino algorteño.
Recibió las aguas bautismales en la Iglesia de San Nikolas de Bari
de Algorta el 6 de enero de 1889, hijo de Jose Maria Urrutia Learra
“Jose Mari el
Carromatero” (hacía los viajes de Algorta a Bilbao
con su carro) y de Andresa Gorordo Bilbao). Y fue precisamente en las
escuelas de esa misma plaza, donde realizaría sus primeros estudios.
De su obra y de su persona realizaré un pequeño semblante más
tarde.
Eduardo Urrutia Gorordo
La
reinauguración de este monumento, como no podía ser de otra manera,
estuvo rodeada de trajes militares, camisa azules y brazos en alto.
Los insignes “ganadores” del golpe de estado se lanzaron a una
desaforada carrera de inauguraciones en los años inmediatos a la
finalización de la guerra, incluso con cambios de nombre de
monumentos ya inaugurados. Así el Puente Bizkaia o Puente Palacios
fue vuelto a bautizar con el nombre del “Caudillo” de aquella
contienda.
Se
realizó tras el preceptivo almuerzo en el Club Marítimo del Abra, a
las cuatro de la tarde, bajo una intensa lluvia !era lo único que
no podían controlar!. Encabezaban la delegación Salvador
Basagoiti (Alcalde de Getxo), el Ministro de Obras Publicas, la
familia del homenajeado y otros invitados. Tras un discurso en el que
intervino el Secretario de la Junta de Obras del Puerto Sr. Aniano,
en el que leyó el acta del acuerdo para la erección del monumento,
se procedió por parte del párroco de Las Mercedes a su bendición.
Le seguirían varias alocuciones (las de Oriol y Goyoaga), que como
era de rigor en la época acabarían con los consabidos !Vivas
y Arribas!.
Pero
volviendo a nuestros escultores, de cuyas manos nació este
emblemático monumento, recordar a uno de ellos Eduardo Urrutia,
quien fuera coetáneo de otros insignes escultores como los bilbainos
Antonio Guezala, Higinio Basterra y Quintín de Torre. Realizó
trabajos en la iglesia de los Trinitarios de Algorta, para la que
labró el altar mayor y esculpió la imagen de la Virgen de Begoña
entre otros. Podemos ver su obra en la fotografía superior, junto a
sus dos hijas Merche y Olasne, a la entrada de la casa paterna.
Precisamente
un boceto suyo del Monumento a Churruca es el que podemos ver en la
fotografía inferior. El boceto del Monumento a Churruca, por las
fechas, creemos fue realizado en el taller de Salazar.
Eduardo
Urrutia se casó con la bilbaina Consuelo Urresti el 3 de febrero de
1915, a quien había conocido en su balneario de Las Arenas, lugar al
que solía acudir durante los veranos. Persona con facultades
poéticas, inmortalizó uno de sus pensamientos hacia su amada
Consuelo, en julio del 1912, en una tarjeta postal, con el siguiente
adagio: “...A ti inolvidable Consuelo, dulce encanto de mis
amores, juventud absoluta de las cosas amadas...”.
Eduardo Urrutia y Consuelo Urresti
En
la fotografía inferior podemos verle frente a otra de sus obras, una
talla de su hermano pequeño (Iñaki Urrutia Gorordo), yerno de un
viejo conocido del barrio Juan Aulestiarte, a quien los veteranos del
lugar recordarán por sus correrías por la “Campa de Juan”,
lugar situado a la derecha de la “Cuesta Basabe”
(actual calle Club). Fundamentalmente sus trabajos fueron de
imaginería religiosa.
Este
matrimonio tuvo una larga prole (siete hijos, 4 chicos y tres
chicas). Uno de ellos, también de nombre Eduardo, sería su sucesor.
Se instalaron con su familia en la calle Novia Salcedo de Areeta-Las
Arenas, en el numero 20, una casita de planta y piso donde, en un
lateral de la misma, podemos ver una placa que dice “E.
Urrutia Escultor”. En la fotografía inferior podemos ver a
los hermanos Urrutia Urresti frente a la pastelería Zurikalday, de
ellos este último aparece a la izquierda de la foto.
Hasta
aquí un repaso sobre este escultor local, que fue coautor del
monumento dedicado a Churruca, que se levanta egregio en la
Mojijonera de Areeta-Las Arenas.