Muchos fueron los vecinos
de la Villa de D. Diego que primero por veraneo, y más tarde por la
belleza y comodidad que ofrecían nuestros barrios y playas, se
asentaron en la Anteiglesia de Getxo. Uno de ellos fue José Antonio
Oscar Rochelt Palme (Oscar Rochelt, a quien así llamare en este
relato).
La familia Rochlet,
Francisco de Rochelt Oberlivich y su esposa Ana Rosina Gotscher,
llega a Bilbao junto a sus hijos José y Antonio. Sus padres eran
miembros de una familia de la lejana Bohemia (Austria), aunque sus
retoños nacieron en Hayda (Praga).
Tras su llegada a Bilbao,
el mayor de sus hijos, José, se casa con Celestina Palme Armingaud,
de este matrimonio que tuvo una amplia prole, nacerá la saga de
nuestro protagonista. De cuyo hijo Ricardo Rochelt Palme, tras
contraer matrimonio con María Josefa Palme Maruri, nacerá el autor
del libro “El Alcalde de Tangora”, Oscar Rochelt Palme
(1865-1947).
Este
polifacético artista, Oscar Rochelt Palme, nació el 11 de mayo de
1865 en la “Calle del Correo” de Bilbao. Fue
bautizado en la Iglesia del Señor Santiago del Casco Viejo bilbaíno.
Nuestro
protagonista (Oscar), cuya familia estuvo asentada en la Villa desde
el Siglo XVIII, estuvo formada industriales y financiaros, que
formaron un amplio muestrario de artistas (escritores, músicos y
pintores).
Sobre
su historial académico, decir que realizó su bachillerato en el
“Instituto Vizcaíno”, el cual se había abierto en 1854. Este
centro tuvo dos periodos, en el primero funcionó como colegio de
carácter privado (1846-1847), y en el segundo como colegio público
e Instituto Provincial de 1ª clase (a partir de Julio
de 1847).
Curso
la carrera de Derecho en Madrid, tras su graduación, se incorpora al
mundo de los negocios: Su padre comenzó importando estaño de
Londres, más tarde, fundo en Deusto la empresa “Ricardo Rochelt e
Hijos” (1896). Oscar ocupó altos cargos en diversas sociedades
Bizkainas: Sociedad de Créditos Vascos, de la que fue socio fundador
y director; Basconia y del Banco de Comercio, del que fue consejero.
En
1898 contrajo matrimonio con María Concepción de Smith Ybarra, a la
sazón hermana del arquitecto Manuel María Smith. Este matrimonio no
tuvo descendencia.
Oscar
fue amigo de juventud de Unamuno, con quien compartió mesa en un
homenaje al novelista catalán D. Narcirso Oller, en Gernika, el 11
de julio de 1893 (Diario
“El Nervión 12 de julio de 1893).
Según
el censo electoral de 1901, D. Oscar Rochelt Palme, a la edad de 35
años, vivía en el nº 7 de la calle Viuda de Epalza de Bilbao,
junto a sus hermanos Mario y Ricardo. (Censo
electoral de 1901).
En
ese año, 1901, los hermanos Rochelt, Oscar y Mario solicitaban, al
Ayuntamiento de Getxo, permiso para la construcción de dos casa
unifamiliares, en la calle Bajada de Ereaga nº 9 de Algorta. La
vivienda tenían dos plantas y sotano, el proyecto lo firmaba D.
Fidel Iturria. Aquellas casas que iban a edificar en un terreno de su
propiedad, estaban situadas entre las propiedades de los Srs. Bengoa,
Pinedo y Suárez. La edificación se terminó el día 26 de junio de
1903. (Expediente:
Nº Registro 24269, Signatura 2384009 A.M.G.).
Sin embargo hasta 1931, no aparecerán sus dados de alta en el censo
de Getxo, los cuales se registraban en la calle Bajada de Erega nº 9
de Algorta, en el que figuraba Oscar como de profesión negociante.
(Censo
Electotal de 1931).
Enamorado
de las artes, fue un notable violinista, que dominó otras
disciplinas como la escritura y las artes escénicas. Empezó
escribiendo en “La Unión Vasco-Navarra”, de la sociedad “Euskal
Erria” y en la revista “El Boceto”. El
Boceto fue una publicación creada por Óscar Rochelt, Nicolás Viar
y otros jóvenes estudiantes del Instituto Vizcaíno, cuyos primeros
números aparecieron de puño y letra de los propios autores, en
dicha revista se podía ver un dibujo de “La fuente de Santiago”
de Bilbao. (Revista
“Boceto”, Nº 8 del 27 de Mayo de 1883).
Una
de sus colaboraciones literarias, aparecía en la “Revista
Bilbaína Ilustrada” de septiembre de 1900, con el título “Del
Ómnibus al Automóvil”, que se vendía al precio de dos pesetas.
Revista que contó con las plumas de Adela Erasu, Antonio de
Arluciaga, Juan José de Lecanda, Francisco de Iturribarria, Nicanor
de Zuricalday y Emiliano de Arriaga.
Se
le consideraba, junto a Nicolás Viar, uno de los creadores del
teatro nacionalista vasco. En colaboración con éste último
escribió las comedias: “La marcha de las antorchas” (1896), obra
representada en la Sociedad bilbaína “Euzkadun Biltokija” el 2
de febrero de 1897, acto en el que el público pidió con aplausos
que acudieran Oscar Rochelt y Nicolas Viar al escenario (Diario
“El Nervión” 3 de febrero 1897).
Obra que volvió a ser representada en el teatro Arriaga, con motivo
del segundo aniversario de la reapertura de los locales de “Juventud
Vasca” de Bilbao, el día 19 de marzo de 1909 (Diario
“El Nervión” 18 de marzo de 1909).
Otra
de sus obras fue: “Euterpe Fúlgida”, de 1897, la cual tiene XV
actos, que se representaba en el interior de una peluquería.
Fue
un articulista asiduo de la revista de ciencias, bellas artes y
letras, “Euzkadi”, desde su segundo número de julio de 1905, en
la que publicó un artículo bajo el titulo “El Alcalde de
Tangora”, el cual incluía grabados, que más tarde formarían
parte de su libro en 1910. En uno de aquellos grabados, obra de su
hermano Juan Rochelt, incluía una estampa del malecón del Puerto.
En
un artículo, de octubre de 1905, decía al referirse a la aldea
que denominaba “Tangora”: “...Principiando
por el principio, al hablar de esta famosa villa costeña, y tocante
a su nombre, ha de declararse aquí que en una polémica bastante
enzarzada que hubo en la prensa de Laibar, llegaron a escribir
quienes se tenían por versados en el idioma del país, que Tangora
podía ser transformación de Ota-n-gora, la altura del argomal, o de
Ota-n-g-uria, el poblado del argomal. Alargaban o restringían los
polemistas el significado y valor del gora, pero todos se acordaban
en que la, por elisión de la ó inicial, claramente designaba, según
podía verse todavía sobre el terreno, la condición de argomal que
había tenido el otero en que el pueblo se había ido labrando...”
(Revista
“Euzkadi” de Ciencias, Bellas Artes y Letras. Octubre de 1905).
Autor
de la novela “El alcalde de Tangora” (1910), de esta novela
publicaba la revista “El Nervión” en su edición ilustrada, en
abril de ese año, un grabado de su primo Juan Rochelt, recientemente
fallecido. Sobre esta obra, un tal P. de Mugica, en la revista “El
Lenguaje” de la Villa y Corte, a quien no gustaban algunas de las
ideas del escritor Bizkaiano, sobre todo las expresadas en Euskera,
decía: “...Rochelt
es buen artista. La novela reducida a la mitad, sería excelente, es
una novela provinciana. Lo escrito en vascuence, debiera llevar abajo
la nota en “cristiano”...”
(Revista
“El Lenguaje” 1 de abril de 1914).
Este artículo tuvo su contestación en el diario “Euzkadi”, la
firmaba J.J. de Lekanda, decía el articulista mencionado: “...Aquí,
en Algorta, donde esto escribo, la Literatura nos ha dado a “El
Alcalde de Tangora” de mí amigo Oscar Röchelt, y para la historia
contemporánea comienza a esbozarse la figura del alcalde de Getxo,
D. José Antonio Agirre. Desde el punto en que el autor de “ El
Alca de de Tangora” sitúa a su personaje hasta el tiempo en que el
señor Agirre ha venido a presidir el Municipio de Getxo, ha
transcurrido un período relativamente corto en relación a la vida
de un pueblo. Si algún Municipio se ha desarrollado, se ha
desenvuelto y ha cambiado de fisonomía, de estructura y de vida
edilicias en pocos años, seguramente Getxo uno de los primeros.
Para
apreciar justamente esto hay un medio, empaparse en la lectura de “El
Alcalde de Tangora”, parando la atención en el teatro y los
personales de su época y examinar luego el Getxo de D. José Antonio
Agirre...”
(Euzkadi
19 de agosto de 1931).
Al
referirse a este título decía “El Noticiero Bilbaíno”:
“...Nuestro
estimado amigo y convecino D. Oscar Rochelt, acaba de publicar una
obra titulada “El alcalde de Tangora”, escrita sobre tipos y
costumbres del País Vasco, que a manera de prólogo lleva una carta
de D. J. M, Pereda, en la que haciendo grandes elogios de las
aptitudes literarias del Sr. Rochelt. animaba a éste a publicar la
referida obra. En esa carta recuerda como obras de verdadero
privilegio del autor de “El alcalde de Tangora”, los artículos
“Trueba” y “Las Rodilleras” que, entre otros, publicó “El
Noticiero Bilbaíno”. La obra, esmeradamente impresa cuenta con
dibujos del malogrado artista Juan Rochelt. Se halla a la venta en
las librerías “Eléxpuru Hnos” en la calle del Banco de España,
y en “Emperaile” en calle de la Cruz...”
(El
Noticiero Bilbaíno 8 de abril de 1910).
Escribió
obras como: “Malvina”, comedia en tres actos que se estrenó en
el bilbaíno teatro Campos Elíseos, esta obra impactó en la
sociedad bilbaína, sobre ella escribieron los diferentes diarios de
la época. Antes de su estreno el diario “La Tarde” decía:
“...La
Sociedad Coral pondrá en escena la obra “Maldiva”, del l2 al 19
del corriente. Entre las distinguidas familias que acudirán el
próximo jueves al estreno de la comedia de costumbres bilbaínas
“Malvina” recordamos a las de Sota, Núñez, marqués de
Chávarrí, viuda de Víctor Chávarri, Urígüen, Oxangoti, marqués
de Tola, Saracho, González, Uruñuela, Leal, Tutor, Arrióla, Anitua
y otras...”
(La
Tarde 9 de febrero de 1914).
El día 12 de febrero, el diario “La Tarde” ofrecía en sus
paginas parte del libreto de la obra, sobre la misma decían:
“...Comedia
de costumbres bílbaínas original de nuestro distinguido convecino
D. Oscar Rochelt. A la amabilidad del Sr. Rochelt y de la Junta
directiva de la Sociedad Coral, debemos el honor de poder ofrecer a
nuestros lectores dos trozos de distintas escenas de la preciosa
comedia que se estrenará mañana, jueves, en el Teatro de los Campos
Elíseos...”
Sobre el estreno de la obra, que se produjo el día 12 de febrero de
1914, decía la rotativa del diario “La Tarde, del 13 de febrero:
“...Con
una concurrencia, que ocupaba todas las localidades, se estrenó ayer
“Maldiva” en el Teatro Campos Elíseos. Solo los devotos podrán
apreciar en toda su intensidad y en toda su hondura la obra, las
ingeniosidades en en los giros, a veces un poco atrabiliarios, de la
vieja sintaxis bilbaína. !Cuantos sentirán plenamente toda la
sensación del Bilbao viejo, anterior al Sitio de Bilbao! Justo es
decir, que Oscar Rochelt ha realizado una reconstrucción exactissima
de aquel ambiente...”
Quizá
la impresión, más acertada, de lo que la obra trataba de
transmitir, la daba el mismo diario el 14 de febrero: “...Malvina
es un recuerdo de familia. Es como si nuestro abuelo nos contara con
su viejo léxico las costumbres caseras de sus mocedades. Para
Malvina hay dos públicos. El público que asistió a aquel ocaso de
primitivismo, le debe gustar como algo de sus años floridos; el
bilbainismo de ahora, tan modernizado, siente el encanto de las
escenas de entonces, de sus abuelos, trasladadas al teatro...”
El
12 de febrero de 1914 decían en el diario “Euzkadi”: “...Esta
noche tendrá lugar en el teatro de los Campos Eliseos la primera
función de abono de la serie de veladas teatrales organizada por la
Sociedad Coral de Bilbao. Como ya ha anunciado la Prensa local, se
estrenará la comedia de costumbres bilbaína, en tres actos,
original del distinguido escritor D. Oscar Röchelt, titulada
Malvina. La acción se desarrolla en Bilbao, a mediados del siglo
XIX. Dada la buena impresión que de la obra ha circulado y que
consideramos justísima, atendiendo la legítima reputación
literaria del Sr. Röchelt, no es aventurado augurar que el teatro de
los Campos Elíseos ofrecerá esta noche el aspecto de las grandes
solemnidades...”
(Euzkadi
12 de febrero de 1914).
Otros
libros de D. Oscar Rochelt fueron: “Un paseo por Las Arenas y
Algorta” (1915), y la novela “Las tres rosas de Laibar”, que
recreaba el Bilbao del Siglo XIV, que realizó junto a Manuel
Lecanda.
Colaboró
también en algunos diarios Bilbainos como: “La Tarde”, que se
empezó a editar el 1 de enero de 1914 (Diario
“Euzkadi” 29 de diciembre de 1913).
Oscar
Rochelt fue un hombre de gran nivel cultural y prosa fácil, por lo
que fue muchas veces demandado para pronunciar conferencias, como la
que realizó en la “Biblioteca Bilbaína de Buena Lectura”:
“...Nos
honramos hoy publicando el final de la conferencia que ayer leyó en
la Biblioteca el brillante escritor D. Oscar Rochelt, a cerca de “La
lectura y la conversación”...”
(Diario
“Euzkadi” 10 de febrero de 1917).
En
1919 fue elegido para editar las obras del poeta y sacerdote vasco
Iturribarria: “...La
Junta de Cultura Vasca ha designado a sus vocales los señores D.
Oscar Röchelt y D. Tomás de Etxebarría para que, en unión de D.
Pedro de Egilior, se ocupen de cuanto atañe a la edición de las
obras del que fue poeta y sacerdote Sr. Ituribarria...”
(Diario
“Euzkadi”22 de enero de 1919).
El
año 1927 iba a ser un año fecundo para Oscar Rochelt, en cuanto a
su participación en diversos acontecimientos: “...Para
perpetuar la memoria de aquel bilbaíno de singular personalidad que
fue Adolfo Guiard, se prepara la erección de un artístico y
sencillo recuerdo en piedra, que se emplazará, mediante el
beneplácito de nuestro ilustre Ayuntamiento, en el Parque...”
En
Bilbao se iba a construir el nuevo Patronato de Bibliotecas y
Biblioteca Ambulante, del que iba a ser tesorero Oscar Rochelt.
(Diario
“Euzkadi” 29 de enero y 11 de febrero de 1927).
El 31 de enero de 1927, el Ayuntamiento de Bilbao acordaba:
“...Nombrar
a varios vecinos, entre ellos Óscar Rochelt, como vocales vecinos
para constituir la Junta de Patronato de las Bibliotecas
Municipales...”
(Libro
de actas del Ayuntamiento de Bilbao. Codigo de referencia ES
48020-AMB-BUA-378021).
Oscar
Rochelt participo en la suscripción que se hizo en Bilbao para
erigir un monumento a Adolfo Guiard, quien fuera su maestro, junto a
otros prestigiosos bilbaínos. (Diario
“Euzkadi” 12 de febrero de 1927).
También participaría como donante, en otras obras de la Villa de
Don Diego, y de carácter benéfico en Gorliz: Monumento al Sagrado
Corazón y Sanatorio Marítimo. (Diario
“Euzkadi” 11 de octubre de 1924).
Como
decía anteriormente la carrera de derecho la realizó en Madrid,
junto a Nicolás de Viar a quien le unía una estrecha amistad, este
último recordando sus andanzas al finalizar sus estudios, en un
publicado en el diario “Euzkadi” dedicado a Adolfo Guiard decía:
“...Era
allá, por la primavera de mil ochocientos ochenta y siete. Adolfo
Guiard había venido poco antes de París, poniendo su estudio en el
quinto piso de la casa nº 6 de la calle del Correo. Oscar Röchelt y
yo habíamos terminado nuestros estudios de Derecho en la Universidad
de Madrid y, muchachos aún, no nos sentíamos con disposiciones
bastantes para ponernos seguidamente a actuar de abogados. Un día
del otoño de mil ochocientos ochenta y seis, y en uno de nuestros
cotidianos paseos de mediodía, el amigo Rochelt me propuso ir a
trabajar al estudio de Adolfo. Ya anteriormente habíamos recibido
lecciones de Mengs, de Duñabeitia y de Lecuona. -¿Te animas?- me
preguntó Oscar -Desde luego- le contesté yo. Y allá nos fuimos los
dos, dispuestos a recibir las lecciones del artista, que recién
llegado de París, venía completamente saturado de impresionismo.
Las lecciones no fueron las meras de un maestro que se limita a
corregir los defectos que observa en el trabajo del discípulo; eran
charlas de arte, de crítica, de literatura y hasta de toreo...”
(Diario
“Euzkadi” 29 de mayo de 1927).
En
referencia a su libro “El Alcalde de Tangora”, en la sección de
“Bilbao al Abra” del diario “Euzkadi”, escribía un artículo
J.J. de Lekanda, desde Algorta: “...No
ha dejado de manifestarse, en la literatura y en la historia, de vez
en vez, alguna personalidad interesante. En la literatura, el insigne
dramaturgo Calderón de la Barca, hizo célebre el nombre de Pedro de
Crespo, en su obra escénica “El Alcalde de Zalamea”. Aquí, en
Algorta, donde esto escribo, la literatura nos ha dado a “El
Alcalde de Tangora” de mí amigo Oscar Röchelt...”
(Diario
“Euzkadi” del 19 de agosto de 1931)
Hombre
de profundas creencias religiosas, en julio de 1931, firmaba un
escrito dirigido al Presidente de la República Española:
“...Protestando
por la expulsión del prelado monseñor Muxika...”
(Diario
“Euzkadi” 17 de julio de 1931).
Era, por entonces, habitual verle en acompañamientos a fallecidos
en nuestra Anteiglesia, como en el caso de Dña. Laura Sagarminaga y
Arana de Smith: “...El
cual se verifico desde la Avenida Basagoiti, nº 21, casa “Albegi”,
hasta la Cadena, para su traslado al cementerio de Algorta (Campa del
Muerto). Cuya marcha presidían, entre otros, sus hermanos políticos
D. Manuel, D. Ramón, D. Ignacio y D. Alejandro Smith, D. Enrique
Epalza, D. Leandro Amezaga y D. Oscar Röchelt...”
(Diario
“Euzkadi” 6 de agosto de 1931).
Destacó
también en el plano caritativo, ayudando a familias que habían
pasado por el trace de perder a sus seres queridos en un naufragio,
donación recogida en el “Centro Vasco” de Bilbao (Diario
“El Nervión” 16 de julio de 1908).
Colaboró como donante, al sostenimiento de la Colonia Escolar de
Cardeñajimeno en Burgos. (Diario
“El Nervión” 2 de julio de 1936).
Sobre dicha colonia ya hable en mi entrada del lunes 7 de noviembre
del 2016.
Oscar
Rochlet, del que se podía afirmar era un dandy, por su manera de
vestir, era hombre de costumbres arraigadas, cuentan sus
descendientes, Pablo Garamendi y Oscar Lecanda: “...Casi
todos los días, acompañado de su hermano Ricardo y su cuñado
Daniel Lecanda, realizaban un matutino paseo, con las manos tras la
espalda, hablando sobre temas relacionados con la literatura, y casi
cómo si se tratara a de su libro “Un paseo por Las Arenas y
Algorta” (1915), recorrían junto a la orilla del mar ese
trayecto...”
Otra de sus costumbres, según cuentan esos mismos allegados,
ciertamente curiosa: “...La
cual provenía de un abate dedicado a las medicinas naturalistas,
consistía por andar la mañana descalzo sobre la escarcha, en la
creencia que ese hábito prevenía el resfriado...”
Antes
de terminar esta entrada sobre la familia de nuestro protagonista
Oscar Rochelt Palme, la cual también abarca a los Rochelt, Amann y
Maruri, me parece de interés incluir una parte de un manuscrito, por
referirse a la vida en nuestra Anteiglesia de esta familia, en ese
legajo firmado por M. Amann, nos hablaba sobre las casas que esta
numerosa familia tuvo en nuestra Anteiglesia.
Decía
en ese manuscrito firmado en la fiesta de Pentecostés de 1.960, el
cual titulaba “Una Casa de Veraneo en Algorta 1.860-1960”:
“...Este
1960 cumple su Centenario una finca de veraneo establecida en el
barrio de Algorta (Guecho), de antiguo conocida por el Palacio de
Palme. (Esta casa fue la segunda de esta misma condición, ya que la
primera se edificó por D. Romualdo Arellano, en el año 1.858, en la
calle que pocos años después se llamó del Duque de Tetuán (hoy
Avenida de Basagoiti).
Las
tres hermanas Palme, acordaron construir en el alto de Alangos
(Algorta), junto a la casería “Chisquiena” nº 3, cerca del
Camino Real, y con acceso por el camino de Comporte, la “Casa de
Verano”, que este año de 1.960 celebra su centenario. Este
apellido Palme (Palmer en su origen) se extinguió en España, siendo
su último representante Dña. María Palme, Vda. de Arellano,
ilustre feligresa de San Nicolás de Bari de Bilbao, destacada
protectora de distintas obras benéficas.
La
casa fue construida con las características propias de las clásicas
de Algorta, constaba de piso bajo y dos plantas, muros gruesos de
mampostería, ventanas cuadradas pequeñas, balcones corridos en su
fachada principal, destacando sobre sus frentes encalados, sus
ángulos, cornisas, fajas y ménsulas de balcones, de piedra arenisca
labrada, y asomando gallardo sobro el tejado a cuatro aguas, el
atrevido “choritoqui”, que al tiempo de iluminar el desván del
edificio, permite otear sin obstáculos el horizonte sobre el mar.
El
“Palacio de Palme” de planta rectangular, disponía de dos
viviendas en las que se turnaban el corto veraneo las familias
propietarias, quedando desocupado el resto del año. La distribución
interior es la clásica; un pasillo central con los dormitorios a uno
y otro lado y el comedor y cocina dando al Norte, buscando el aire
fresco, y en la fachada principal mirando al mediodía, el gran salón
de visitas con sus tres puertas de acceso al amplio balcón, por
cuyos antepechos de hierro se enrosca atrevida una frondosa glicina
que florece siempre en Mayo, aún antes de brotar la hoja, en
graciosos racimos de menudas florecillas, de un tinte suave entre
azul y violeta.
La
planta baja del edificio merece párrafo aparte: Al fondo, en la
fachada norte quedan las cuadras, con entrada independiente, luego
dos pequeñas habitaciones para guarda de equipajes y el resto es un
amplio espacio con grandes losas de piedra, que da paso a las
escaleras, que por cierto, despide un aroma “sui géneris” a
madera recién fregada. Ese espacio era era el portalón, con su
puerta maciza cerrada por fuerte tranca, y en parte, un banco corrido
a lo largo de sus muros. En él se danzaron muchos “lanceros” y
“rigodones”, se jugó a las prendas y se conjugó en amores. El
“Puñal del Godo” se representó en improvisado escenario, más
de una vez, y el guiñol de los “Mancandas” con sus obras de
tramoya y magia, llevó siempre la alegría, tanto a chicos como a
grandes.
La
finca, tras varias transmisiones y alguna donación, dentro siempre
de los descendientes de de la familia Palme, es hoy día propiedad de
la Vda. de D. Juan José Rochelt Amann, artista pintor notable,
discípulo del gran Regoyos, que aún hace pocos años la reformó
sin perder su silueta el carácter algorteño...”
(Repositorio
Digital de la Biblioteca Foral de Bizkaia.
José
Isaac Amann [Manuscrito] : 1851-1925 / Enrique M. Amann).
La
muerte le sobrevino a Oscar Rochelt, un día que tras una caída, a
la altura del Casino de Algorta, se sintió indispuesto. Un viejo
conocido de estas paginas, “Marino Gutiérrez Llantada”
(6/12/2012), le auxilió acompañándole hasta su casa. Oscar Rochelt
Palme falleció en Algorta el 31 de agosto de 1947, siendo enterrado
en el cementerio de Derio.
Deseo mostrar mi agradecimiento a la familia Garamendi-Lecanda y al Euskal Museoa-Bilbao-Museo Vasco por permitirme utilizar sus fondos fotográficos para esta entrada.