lunes, 29 de junio de 2020

LOS MOLINOS DE GETXO -III-



Continuando con esta serie sobre los Molinos de Getxo, terminaré con los de río, para en la siguiente ver los de Viento.

IBATAO (IBETA):

Este Molino de río debió de estar situado junto al río Gobela en la zona de Ibeta.

Ya avanzado el Siglo XVIII se construiría el molino de Ibatao (1726), que más tarde será llamado Hormaza, y aparece citado en un contrato matrimonial del (Archivo Provincial de Bizkaia. Legajo 2747), fechado en 1726, entre Juan Bautista de Echeandia y María de Zabala, a quien sus padres donan: “...Para sobrellevar las cargas de su santo matrimonio y criar los hijos de bendición que en él tuvieren.. la casa y casería de Hormazabecoa, con su molino...”

En el expediente (Administración de Bizkaia de Hacienda y Estadística Signatura AH05006/050) de 1795 aparece recogido: “...Por Ibatao, su inquilina Josefa de Olagorta paga a Francisco de Achutegui, vecino de Barrica 22 ducados. Molino de Hormaza inutilizado...”

No obstante no he conseguido documentación que acredite la existencia de un molino en la zona de Ibeta, ni escrita ni oral, salvo las referencias que indico más arriba.

KUKULLAGA-BEKOA:


Este molino situado en Getxo, en la subida del camino de Larrañazubi, a 500 metros del cruce con la carretera que lleba desde Bolue hasta la Residencia canina Errekagane. Utilizaba el agua del arroyo Kukullaga, que salía del molino hermano “Kukullaga-goikoa” que bajaba hasta el Larrañazubi- Erreka (Bolue). Según lo que describía el Trinitario Carlos María Zabala en su libro “Historia de Getxo”: “...Aprovechaba las aguas del arroyo homónimo, que bajan desde la jurisdicción de Berango hasta encontrarse con el Bolue. Hoy está en ruinas. En 1887 hacia el número 11 de la rotulación. No aparece en 1746, sí en 1795. En ese año lo habitaba su dueño, Francisco de Iturriaga, y rentaba 400 reales anuales. En 1814 aparece como pertenencia de Maria Antonia de Larrondo. Era uno de los caseríos más fuertes en maíz (16 fanegas) y en carbón (3 cargas). En 1826 declaró una renta liquida de 127,28 reales. Los últimos propietarios fueron los Ibarra, quienes lo arrendaron a la familia Landaluce...”

En la fogueración de 1796 (Administración de Bizkaia AH05015/009) se dice: “...Otra llamada Molino de Cucullaga propio de D. Francisco de Iturriaga...”

En la estadística territorial de bienes particulares y de propios y arbitrios municipales de la anteiglesia de Guecho (Administración de Bizkaia de Hacienda y Estadística Signatura AH05005/022) realizada por Juan Bautista de Arias, comisionado nombrado por la Diputación General de Vizcaya en virtud del decreto de 30 de marzo de 1799, aparece recogido: “...Que era D. Francisco de Iturriaga quien administraba el molino de Kukullaga y sus tierras...”

En el padrón de 1868 (Expediente del Archivo Municipal de Getxo Codigo: 21417. Signatura: 2510-19) aparece como morador D. José María Ibarra de 49 años.

Esta Antigua casa-molino, hoy en ruinas, ocupaba en 1877 una extensión de 213 m², teniendo maquinaria para una sola molienda.

MOLINO DE MIMENAGA:


Molino de río que tomaba sus aguas del río Gobela y estaba situado junto a la estrada de Mimenaga, cerca del puente que atraviesa el río Gobela a la altura del bidegorri que va desde Getxo a Berango (Ver situación en plano y fotografías de las ruinas). Este molino aprovechaba todo el caudal del río Gobela y de las aguas que salían del molino de Pose, las cuales eran recogidas y traídas por medio de un calce a la antepara, que estaba situado río arriba en el término de Berango, además de recibir el caudal de los arroyos Infernueta e Iturriaga, recogiendo también las provenientes del monte “Armuru” sobre el que se asienta la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán de Berango. Tenía cuarenta y siete pies de largo por treinta y siete de ancho y disponía de dos juegos de muelas o piedras.

De él, gracias al documentalista y escritor de Berango D. Alberto Díez Sáiz, tenemos las primera referencias en su obra “Molinos de río en el valle del Gobela”. Y al texto que a partir del mismo autor aparece pegado, protegido por una funda de plástico, en un pequeño caserío al lado de las ruinas de este molino, en la que se explica que: “...Molino de Mimenaga: uno de los molinos más antiguos de Getxo, uno de los pocos que quedan en el valle del Gobela, donde yacía una gran concentración de molinos hidráulicos, en su mayoría en funcionamiento hasta el Siglo XX. La causa de esta diversidad de molinos fue la cantidad de arroyos y manantiales existente en la zona, como el manantial de Mimenaga que aflora desde el Monte Armuru. La primera alusión a la historia de este molino se remonta al año 1472, cuando se entabla un pleito y entre los testigos se presentó a declarar Juan de Arana vecino de Arrigorriaga quien alude a las moliendas de este molino...”

En 1693 se producía el traslado del expediente promovido en 1691 ante el Alcalde de Fuero de la merindad de Uribe por María Teresa de Asua Guecho Martiartu Inglés: “...Sobre la posesión de los mayorazgos, patronatos diviseros y sus pertenencias heredadas de Diego de Asua Guecho Martiartu Inglés, su sobrino. Entre las que destacaba: el molino de "Mimenaga" y la sexta parte del de “Ibarra”, la casa, torre y solar de “Guecho”...” (Archivo Foral de Bizkaia expediente Villarías 2685/001/009).

En la Foguera de agosto de 1746 espediente (Administración de Bizkaia de Hacienda y Estadística Signatura AH05013/080) realizada bajo la supervisión de Diego de Alcedo, teniente de ausencias del teniente de corregidor y comisionado para la numeración de fogueras correspondiente a Guecho se dice: “...El Molino de agua llamado Mimena de D. José de Barraincua y de D. Francisco de Maidagan...”

Este molino según el expediente (Administración de Bizkaia de Hacienda y Estadística Signatura AH05006/050) de 1795: “...Tenía por inquilino de D. Jph de Achutegui quien pagaba la renta a D. Juan Antonio de Maydagan por valor de 56 ducados...” Quien fuera apoderado en las Juntas Generales del 18 de julio de 1774.

Pero será en 1864 según continúa relatando el texto al que me refería anteriormente sobre los Molinos del Valle de Gobela: “...Cuando legalmente lo inscribirá María Antonia de Uria y Maidagan en el registro de la propiedad, donde se constan los detalles de esta casa-molino...”

En el padrón de 1868 (Expediente del Archivo Municipal de Getxo Codigo: 21417. Signatura: 2510-19) aparece como morador D. Juan Ramón Arana de 60 años.

En el expediente titulado Estado de Rotulación de las calle y plazas de esta Anteiglesia y numeración de todos sus edificios” (Archivo Municipal de Getxo Código 2144, Signatura 4622-4) realizado en 1887, esta casa del barrio de Santa María de Getxo, señalada con el numero 27, estaba destinada a vivienda y molino, tenía una habitación con dos pisos de altura.

Entre 1900 y 1912 se tramitaba un expediente ante el Ayuntamiento de Berango por parte de Jacinto de Eguiguren Urresti, vecino de Guecho, molinero y propietario del molino “Mimenaga, solicitando la limpieza del camino de “Landaidas” en Berango que atravesaba el cauce que conducía a su molino. (Archivo Foral de Bizkaia expediente Berango 0047/011)

En 1925 figuraban como propietarios del molino harinero de Mimenaga Carmen y Tomas Arcillona Uria. (Archivo Foral de Bizkaia expediente Sopelana 0075/012)

El último molinero que ejerció esa función, en este quebrantador de grano a partir de una masa de agua en movimiento, fue el Sr. Olagorta quien dejo de moler definitivamente en 1950. En la actualidad esta edificación se encuentra en ruinas.

En la próxima y última entrada de esta serie dedicada a los Molinos de Getxo finalizaré con los de Viento.

miércoles, 24 de junio de 2020

LOS MOLINOS DE GETXO -II-



En la anterior entrada de esta serie sobre los Molinos de Getxo pudimos ver una cronología histórica sobre el desarrollo de los molinos en nuestra Anteiglesia.

En nuestro entorno del río Gobela y de sus afluentes (Bolue, Kandeluerreka, Larrañazubi y los arroyos Infernueta e Iturriaga), en el área de Getxo, se puede decir que existieron básicamente tres tipos de molinos para la producción de grano, Molinos de río, Eléctricos y Viento y Vapor:

Entre los Molinos de río aparecieron los de Bolunzarreta, Errotatxu, Ibarreko-Errota, Ibatao, Kukullaga-bekoa y Mimenaga.

Entre los Molinos Eléctricos cabe citar a un pequeño lugar de molienda que se abrió en la calle Santa Eugenia de Romo, por Román Ausín, vecino de esta calle, en 1929, destinado según decía su constructor: “...A la molduración de piensos y la preparación de compuestos para la cabaña ganadera y avícola...” (Archivo Municipal de Getxo, Expediente 2600016)

Entre los Molinos de Viento se encontraban los de Aixerrota, Axpikorta y Esacerrota; este último, aunque dispuso de aspas cómo los de viento, realmente puede ser considerado cómo Molino de Vapor ya que funcionó mediante una maquinaria movida por ese gas: Su expediente de construcción fue aprobado por la Diputación Provincial de Bizkaia en 1854, aunque pronto dejó de moler grano para dedicarse a la molienda de materiales de construcción.

Algunos de ellos ya aparecían en los datos de la Administración de la Hacienda de Bizkaia de 1795 (Signatura AH05006/050), en el que se trata sobre: “...Las casas, molinos, ferrerías y demás fincas de la jurisdicción de la anteiglesia de Guecho, de sus inquilinos y propietarios, de las rentas anuales que pagan, del producto de propios y arbitrios municipales...” En este documento de marzo de 1795 se enumeran los molinos de Getxo siguiendo este orden: “Mimenaga, molino”, “Errotatxu, molino”. “Molino de viento”. “Molino de Ormaza, inutilizado”, y “Molino de Kukullaga”. En la fogueración de 1796 se anotaba que en esta jurisdicción existía un molino “...Que se maneja desde otra casa...”. Se censaban también las casas de “Boluntzarreta” e “Ibarreko-errota”, pero estas no eran calificadas como molinos. Sin embargo, en la Estadística que la Diputación Provincial ordenó enviar al Ayuntamiento de Getxo en marzo de 1814, aparecían ya como molinos.

También en otro expediente del Ayuntamiento de Getxo de junio de 1887 “Estado de roturación de las calles y plazas de la Anteiglesia” que dividía Getxo en dos zonas “Santa María” y “Baserri” nos ofrecían el documento el número de molinos que existían en esa dos zonas: En Santa María indicaban la existencia de dos molinos y en la de Baserri de tres.

En diciembre de 1997 la revista getxotarra “Galea” llevaba a sus paginas un artículo sobre los “Molinos en la cuenca del Gobela”. En la misma afirmaban que: “...Aseguran los historiadores que en la cuenca del Gobela (Sopelana, Berango y Getxo) pudieron contarse alrededor de veintiséis molinos de agua pertenecientes al tipo llamado de antepara. Mas extraños fueron en nuestro entorno los molinos de viento (en Aixerrota y Las Arenas)...” En el se continuaba explicando cómo era el funcionamiento de los molinos de río: “...El agua se almacenaba en un primer deposito, llevándola a través de un pequeño cauce hasta un segundo o antepara. La circulación se regulaba mediante pequeñas compuertas a las que se acostumbraba añadir unas rejillas destinadas a detener ramas o malezas que podrían dañar la maquinaria. Esta se situaba normalmente debajo de la planta de molienda cuyo suelo se sostiene mediante arcos, frecuentemente de medio punto. Su elemento principal era una rueda con palas o cucharas movida por el golpe del agua. Un sistema de ejes transmitía el movimiento a la muela superior, mientras la inferior permanecía fija. Mediante una tolva se dejaba caer el grano en el orificio central de la superior, pasando a continuación entre ambas muelas. En los últimos tiempos la fuerza motriz facilitada por la caída de agua fue sustituida, en algunos casos, por la que generaban motores de baja potencia (entre siete y diez caballos). Con ello, el molino perdió su tradicional carácter...

En esta revista daban algunos datos acerca del fenómeno molinero y su población a comienzos del Siglo XIX: “...Getxo contaba en ese año con 1528 habitantes. La producción declarada de cereales en 1814 era: Trigo: 897 fanegas (1 fanega: 55,5 litros); Maíz: 1999 fanegas...” Otros datos que facilitaban del entorno de aquellas fechas eran los siguientes: “...Precios en (1794), Trigo: 33 reales/fanega; Maíz: 26 reales/fanega. Tiempo aproximado de molienda de una fanega: Trigo: 1 hora y media. Maíz: 3 horas y media. Costo molienda: Trigo: 6 libras, Maíz: 8 libras. Rentas/año pagadas por 5 molinos (en reales): Errotatxu 825, Ibarreko 2200, Boluntzarreta 1650, Kukullaga 400 y Mimena 616...”

Pero no todas las estaciones eran adecuadas para la molienda ya que con la llegada del verano los arroyos perdían caudal y los molinos dejaban de trabajar. Algo de eso debió de suceder en el verano de 1929, en el que algunos agricultores de Sopelana protestaban: “...Ante el Ayuntamiento de Sopelana los labradores y vecinos de este municipio Mariano Bilbao Expósito y Ramón Bilbao Bilbao, manifiestan que se dirigieron con una fanega de maíz al molino Mimenaga de Guecho para moler dicho grano para consumo propio y el encargado de dicho molino no se lo permitió alegando que en verano no se puede moler por falta de agua...” (Archivo Foral de Bizkaia, Espediente: Archivo Municipal de Sopelana/Sopelana 0075/022)

De ellos iremos viendo a través de datos obtenidos de expedientes Provinciales, Municipales y aportaciones de algún autor, a quien mencionaré, algunas referencias históricas en torno a las fechas de construcción, propietarios y localización. Comenzaremos por orden alfabético por los Molinos de Río:


MOLINO DE BOLUNZARRETA:

Molino de río situado en la llamada vega de Baserri, que recibe el nombre de Bolunzarreta y también Errotabarri, tomaba sus aguas del río que baja desde Martiartu, llamado “Bolua Erreka”, que a su paso por el molino dará su nombre a la esa trituradora de grano cómo “Bolunzarreta”. Estaba situado a la altura del actual N.º 15 de Larrañazubi kalea (Ver situación en plano). Este molino según el berangotarra (Alberto Díez Sáiz) data de 1480 que funcionaba con dos ruedas. A partir de 1602 paso a ser un molino de tres ruedas.

En relación a su fecha de construcción se puede decir que esta debió de ser con posterioridad a 1746, ya que no aparece en documentos hasta 1789 según describían en el expediente existente en el (Archivo Foral de Bizkaia: “H05006/001-067”) titulado “Casas y Molinos de Guecho” en el que se dice: “...Tenía por inquilino a D. Benito Livarona, quien pagaba la renta a D. Manuel Montiano por valor de 150 ducados…”

En la estadística de 1814 se le denominaba cómo “molino” y cómo propietario a D. Jose Ramón de Zalduondo y como inquilino a D. Jose Ramón de Libano. Era una propiedad, al decir de sus contribuciones, de renta muy fuerte: “...Ya que el propietario contribuyo con 600 reales, con 4 fanegas de trigo, 7 de maíz, y una de alubias; mientras que el inquilino lo hacía con, con 6 fanegas de trigo, 10 de maíz, y una de alubias. En 1826 declaro una renta de 891 reales...” El edificio del molino ocupaba en 1885 una extensión de 21 estados de 49 pies cuadrados.

En 1887 llevaba el numero 4 de la rotulación municipal. A este molino se le adoso posteriormente una modesta vivienda. En 1925 vivió en ella D. Francisco de Zubiaur. Esta industria funciono hasta la muerte de Ignacio Bilbao en los años cincuenta. Durante sus dos últimos años de vida realizaba dos moliendas anuales. Hoy este viejo molino esta, al igual que la mayoría de los de Getxo, en absoluta ruina.


ERROTATXU:

Molino situado en el camino a Berango, entre la estación de servicio y Zubilleta. Documentado en 1761 por primera vez, en el que aparece como Errotachu, unas pocas veces como Rotachu y en 1788 lo llamaron Ormatzaerrota y muchas veces se dice que era de la casa Ormatzabekoa.

Molino de río alimentado por el arroyo Kandeluerreka, que debió ser construido sobre 1740, dato que se conoce gracias a una escritura del 16 de febrero de ese año: “...En ella intervenían Domingo de Maidagan y José Ordoñez de Barraicua. Dentro de la misma fijaron las siguientes condiciones: Ambas partes se comprometen a pagar 50 ducados de renta anual, hipotecando, para la seguridad de la paga, no sólo su caserío Ibarra, en Getxo, y el molino de Mimenaga, el cual recibía la cesión temporal del dominio útil del inmueble, a cambio del pago anual de dicho canon, sino también su caserío de Ibarra en esa anteiglesia...”

Según recogía el libro del trinitario Carlos María Zabala “Historia de Getxo”: “...Recogía las aguas del arroyo “Itxe”, que viene de santa Ana, y las desaguadas por el molino Mimenaga a través de un largo calce. El caudal de ambos cauces se acumulaba en la “antepara", hoy acondicionada para otros menesteres. Fue un molino de tres juegos de muelas o piedras, dato revelador de la gran capacidad molturadora del mismo. Dos juegos estaban destinados a moler el maíz y el tercero al trigo...”

Este molino según figura en el expediente (Administración de Bizkaia de Hacienda y Estadística Signatura AH05006/050) de 1795: “...Tenía por inquilino de D. Jph de Zalduondo, quien pagaba la renta a D. Juan Antonio de Maydagan por valor de 65 ducados...”

En el libro “Getxoko Izenak” aparece recogido: “...Es curioso que en 1863 se recogiera la traducción en la documentación: La casa molino harinero nombrada Errotachu, que es el dialecto vascongado, y significa Molinito. En 1933-1936, mientras en España gobernó la CEDA parece que en esta casa se refugiaban los de izquierdas y que aquí estuvo escondido Indalecio Prieto…”

En 1863 por escritura de compraventa paso a ser propiedad de Manuel de Vidaurrazaga e Iturriaga. A su fallecimiento lo heredo su hijo Enrique Vidaurrazaga e Itxaurtieta, el cual lo lego a su hija Esperanza de Vidaurrazaga y Olaeta, casada con Juan Mendieta y Andikoetxea. Funcionó como molino hasta 1970.

Como decía al comienzo, en diciembre de 1997 la revista “Galea” llevaba a sus paginas un artículo sobre “Molinos en la cuenca del Gobela”. Cuando en dicho artículo se referían al de Errotatxu decían lo siguiente: “...El mejor conservado, hasta hace poco tiempo, era el de Errotatxu, en Berango. Cuenta con una antepara de 8,75 metros cuadrados de lamina d e agua y una altura util de 5,2 5 metros. Actualmente la antepara se encuentra cubierta de ramajes y la ma quinaria confundida con todo tipo de enseres: conserva parte de los cajones destinados al almacenamiento de las harinas obtenidas…” En la fotografía inferior podemos apreciar el estado del molino en esas fechas.

Hoy tan solo quedan pequeños vestigios de lo que fue en su día y se ha convertido en un remozado caserío propiedad de la familia Mardaras de Getxo.


IBARREKO-ERROTA:

Molino situado en el valle del río “Larrañazubi” o “Bolue”, en la bajada de Santa Coloma hasta la carretera que conduce a Martiartu. Utilizaba el agua del río Bolue, después de su salida del molino Boluntxu, y de varios arroyuelos que daban con sus aguas a aquél, destacando las que provenían de Kukullaga-bekoa.

Este molino según el expediente (Administración de Bizkaia de Hacienda y Estadística Signatura AH05006/050) de 1795: “...Tenía por inquilino a D. Agustín de Oriosolo paga renta de 200 ducados a D. Juan Bautista de Sopandas vecino de Berango…”

En 1843 el arquitecto Luis de Arauco y el maestro de obras José Javier de Echebarría, de la Real Academia de Nobles Artes de San Fernando, reconocen y valúan el molino de “lbarreco-errota”; y lo hacen con todo lujo de detalles: “...El molino consta de piso bajo, primero y cámara. La construcción del edificio es de paredes de mampostería de cal y canto, con sus esquinas y poyales de piedra sillar. La carpintería se compone de postes, frontales, armadura de la cubierta, solibas, cabrios y lata, todo de madera de roble, exceptuando un tramo de solibas que son de madera de haya. La entablación de los pisos es de roble y de pino, como igualmente el ensamblaje. Las divisiones interiores del edificio son, la que divide el depósito de trigos, de paredes de mampostería de cal y canto y la de los dormitorios, de tabiques sencillos. La cubierta del edificio es de teja de buena calidad. La maquinaria del molino se compone de dos rodetes de fierro, con sus pujones, tortas, cellos, jungulos de fierro, bantiadura de la mesa de las moliendas, las cajas de arateguis, dos chiflones de madera reforzados con cellos de fierro que sirven para surtir las aguas, con cuatro piedras de moler de un diámetro de cuatro y medio pies (aprox. 1,26 m.) Los enseres que pertenecen al molino son: una balanza de fierro con sus cartolas de madera y abrazaderas de fierro, cuatro pesas de piedra con sus argollas de fierro, siendo el peso de una de ellas de cien libras, otra de cuarenta y las dos restantes de veinte. Además contiene cinco pesas de fierro, que la primera contiene diez libras, la segunda cinco, la tercera tres, la cuarta dos y la quinta una. También es propiedad de la casa una palanca de fierro de peso de diez y seis libras, dos picachos de fierro para refinar las piedras de moler, dos cadenas de eslabones de fierro que sirven para las tapas de los chiflones y una polea con su maroma. Calculado por menor todas las obras y enseres de la casa-molino, su antuzano y su horno, con su planta, terreno y las aguas que ocupaban su calce las paredes de su presa y paredes de contención, ascendía todo a la cantidad de 44.389 reales de vellón...”

En el padrón de 1868 (Expediente del Archivo Municipal de Getxo Codigo: 21417. Signatura: 2510-19) aparece como morador D. Manuel Mota de 37 años.

Como decía al comienzo, en diciembre de 1997 la revista “Galea” llevaba a sus paginas un artículo sobre “Molinos en la cuenca del Gobela”. Cuando en dicho artículo se referían al de Ibarreko-errota, hacían la siguiente descripción del estado del molino en aquel momento: “...En Getxo, por el importe de las rentas pagadas, destaca el de Ibarrek . Que esta situado en la cuenca del Bolue, muy cerca de la ermita de Santa Coloma. El edificio es de mampostería y esquinales de sillería, con cubierta a doble vertiente, se mantiene en relativo buen estado. Se identifica fácilmente la antepara, cuya obra de fábrica se conserva. En el estolde se utiliza el arco de medio punto. El buen aspecto exterior pone de manifiesto la existencia de manos que lo cuidan. La fachada formada por una especie de atrio cubierto, con cuatro puntales de sustentación, la salida del estolde, los macizos de flores y un puentecillo rústico de madera, ofrecen un conjunto atractivo…”

Cesó en su actividad molinera en 1960. Hoy, forma parte de un chalet propiedad de la familia Zubizarreta, en el que quedan los restos de algunas muelas y articulaciones metálicas del molino, así cómo el túnel de paso del agua desde la antepara (deposito de agua que alimentaba al molino). Las fotografías que adjunto me permitió amablemente realizarlas su actual propietario.

En la siguiente entrada de esta serie sobre los Molinos de Getxo continuaremos viendo los molinos de río de nuestra Anteiglesia.

domingo, 21 de junio de 2020

LOS MOLINOS DE GETXO -I-



Esta serie que hoy comienzo va a dar descanso durante cuatro entregas a la relacionada con los “Aconteceres del último cuarto del Siglo XIX en Getxo”. 

En ella trataré sobre los molinos de Getxo, que por su extensión he decidido dividirla en cuatro entradas, haciendo un recorrido por todos los tipos de molinos que nuestra Anteiglesia tuvo a lo largo de su historia.

El río Gobela es un río que nace en el monte Ganeta (Barrika) y discurre por los municipios Berango, Getxo y Leioa, hasta su desembocadura en la dársena de Udondo. En él, y en la zona correspondiente a la Anteiglesia de Getxo, a lo largo de su historia a visto nacer y desaparecer varios molinos, algunos incluso fuera de su cauce, en manantiales y tributarios que a él afluyen.

Entre estos tributarios estaban el “Kandelu-Erreka” que desciende de Oeste a Este por una vaguada en el limite Este de la anteiglesia de Berango. Por la parte Norte del montículo “Armuru” desciende el arroyo de “Mimenaga”. Y por la vega de Baserri el Gobela recibe el “Bolue” que nace en la zona de Umbe y es engrosado por el “Beskorta”. A ellos se suman los arroyos “Kukullu” e “Itze”, procedentes de Berango que se juntan en “Larranazubi” y van bordeando los limites de Lejona.

La implantación de los molinos se produjo por la necesidad de alimentar al ganado y posteriormente a los pobladores de la zona. Durante el Siglo XVII se iba a producir la llamada “revolución del maíz”, y a partir de ella, con la implantación del maíz en toda la cuenca del Gobela, y en particular en Getxo, sus vegas a partir de las nuevas tecnicas de cultivo, y la adaptabilidad del máiz a esos suelos bajos de gran humedad, resultaron útiles para obtener una importante rentabilidad agrícola. Por ello se vio la necesidad de edificar nuevos molinos. Este hecho que propiciaron las agua del Gobela y sus afluentes lo relataba el trinitario Carlos María Zabala en su libro “Historia de Getxo”: “...La fluvialidad getxotarra no era muy propicia para la industria molinera, pero el aldeano se las ingenió para obtener el máximo rendimiento de las aguas que confluyen al río Gobela...” Los caseríos de mayor producción de este cereal en Getxo fueron Goñi-Bekoa, Piñaga-Goikoa, Maidagan y Diliz-Andi. Y la forma de sacar el máximo rendimiento, precisamente por el escaso caudal de los emisarios, consistió en que algunos molinos crearon algo tan sencillo como una antepara (deposito de agua que alimentaba al molino) la cual facilitaba la fuerza motriz del molino.


Esta actividad se intensificará tras la implantación de maíz a partir del Siglo XVI que sustituyó al mijo. Buena parte de nuestra dieta a partir de esa época consistiría en productos cómo el maíz, alubias, tomate, pimientos, todos ellos traídos del “Nuevo Mundo”. El maíz, fue un cereal en primer lugar utilizado para la alimentación del ganado, pasando posteriormente a la cadena alimentaria humana. Según la Enciclopedia Aunamendi: “...En Berango, zona próxima a la costa y de clima benigno, ya en 1616, supondría el 67 por 100 de la cosecha total de cereales...” Este grano era el cereal mayoritario ya que el trigo tan solo representaba el 30% (Según el Archivo General de Simancas).

La abundancia o escasez de las cosechas aconsejaban en ocasiones la libertad de trafico con otras provincias o su limitación: En 1701 debido a la abundancia en la cosecha de castaña, trigo y maíz, el Corregidor del “Señorío de Vizcaya” ordenaba: “...Se cumpla el acuerdo de las Juntas Generales sobre la libertad para sacar castaña del Señorío a cambio de traer cargas de otros bastimentos y fijando el precio de la misma...” Mientras que en 1793 se publicaba un decreto: “...Del Señorío de Vizcaya en Regimiento General prohibiendo la extracción de trigo, maíz y demás cereales de este Señorío para prevenir la escasez de alimentos que empieza a notarse...”

Aprovechando los cauces de estos emisarios del Gobela, la Anteiglesia de Getxo a lo largo del tiempo ha dispuesto de diversos sistemas de molienda para triturar diferentes tipos de grano (maíz y trigo...) para la elaboración de pan y otros tipos de tortas y papillas. Una de las más utilizadas en el País Vasco fueron las derivadas del maíz, que formaron parte de la dieta habitual de nuestros baserritarras, la conocida con el nombre de “talo” elaborada con harina de ese producto; también una papilla ya en desuso conocida cómo “Morokil” que se elaboraba con leche y harina de maíz. Incluso la “Algarroba” que además de servir para la fabricación de chocolates (sin cacao), de esa pasta amarga y mantecada los pequeños decían “...Que el chocolate tiene arena...” lo cual era debido a su textura. Esas semillas en la postguerra quitaron muchas hambrunas.


De los molinos y su pequeña historia nos darán una idea los relatos e intervenciones que algunos historiadores nos dejaron en sus respectivas obras, así como los expedientes de los Archivos Provinciales y Municipales:

Según relataba D. Juan Ramón de Iturriza en su obra de 1787 “Historia General de Vizcaya”: “...Los primeros molinos que hubo en Vizcaya, según el historiador D. Juan Iñiguez de Ibargüen, fueron de braceo; antes de que se introdujera el uso de la máquinas hidráulicas, debieron moler grano seco de castañas, encina, centeno, mijo y pañizo en morteros de piedra...”

Unas de las primeras referencias a los molinos en nuestra zona son las que aparece en las documentaciones de: En 1515 en el expediente del (Archivo Foral de Bizkaia/Villarias 2686/002/002) habla sobre: “...Un Pleito de denuncia de nueva labor de Martín Ortiz de Martiartu y consortes contra Pedro González de Salazar, que trata sobre los autos promovidos ante el Corregidor de Vizcaya por Martín Ortiz de Martiartu, Ochoa Ortiz de Guecho, Mencia de Susunaga y Martín de Zubieta y Juan de Jauregui, sus hijos, contra Pedro González de Salazar, vecino de Portugalete, sobre denuncia de reedificio del molino del regato que baja de Martiartu y Berango por "Mimenaga". El cual incluye la declaración de testigos realizada en el Siglo XVII...”

Entre los años 1600 y 1700 aparecerán recogidas en los Fondos del Marqués de Villarías menciones a los Molinos de “Ibarra” y “Mimenaga”, menciones que continuarán hasta 1800.

Otra vez, esta en 1600, aparace en el expediente del (Archivo Foral de Bizkaia/Corregidor JCR2041/017) en el que se habla sobre: “...La escritura de donación otorgada por Ochoa Ortiz de Asua Sangroniz, vecino de las anteiglesias de Erandio y Sondica, viudo de Águeda de Martiartu, en favor de Antonia de Zamudio Martiartu, de la posesión de los molinos de “Mimenaga”, “Gobelaerrota”, “Errotabarría” y “Bolunchu”...”


También en 1670 en el expediente del (Archivo Foral de Bizkaia/Villarias 2685/001/007) hablará sobre: “...El traslado de la escritura de poder otorgada por Diego Ignacio de Asua Guecho Martiartu, vecino de la villa de Elorrio y de las anteiglesias de Guecho y Erandio, dueño del mayorazgo de las casas y solares de "Guecho" y "Martiartu", a favor de Antonio de Arespacochaga, oficial de la Secretaría de Estado de Italia, para que obtenga facultad real de imponer dos mil ducados de plata contra sus bienes vinculados con el fin de reedificar y levantar unos molinos de marea en el término de "Udondo" de la anteiglesia de Lejona...” Y a pesar de que no se trate de la construcción de un molino en nuestro Municipio, lo traigo a estas páginas por tratarse de un vecino de nuestra Anteiglesia.

Un poco más tarde, en 1693, aparece otro expediente de la misma fuente (Archivo Foral de Bizkaia/Villarias 2685/001/009) habla sobre: “...El traslado del expediente promovido en 1691 ante el Alcalde de Fuero de la merindad de Uribe por María Teresa de Asua Guecho Martiartu Inglés, sobre la posesión de los mayorazgos, patronatos diviseros y todas sus pertenencias heredadas de Diego de Asua Guecho Martiartu Inglés, su sobrino. Destaca: el molino de "Mimenaga" y la sexta parte del de “Ibarra”, la casa, torre y solar de “Guecho”, sitos en esta anteiglesia...”

En 1801 en el expediente del (Archivo Foral de Bizkaia/Corregidor JCR0686/008) hablará sobre: “...Los autos intentados por Francisco de Mendieta, presbítero beneficiado de la anteiglesia de Berango, como colector del Cabildo Eclesiástico de la misma, contra Benito de Libarona, vecino de Guecho, sobre la paga de cuatrocientos cincuenta y ocho reales y once maravedís de vellón procedentes de las rentas del molino de “Bolunzarreta” pagaderas a la capellanía fundada por Martín Ortiz de Basagoiti...”


En el Diccionario Histórico Geográfico de la Real Academia de la Historia de 1802 se habla de que en Getxo existían: “...Seis molinos de agua y 2 de viento...”

Sobre los rendimientos del trigo y el maíz en 1809 hablaba la relación en fanegas de ambos productos de varias localidades de Uribe Kosta (Archivo Foral de Bizkaia Expediente: Gobierno y Asuntos Eclesiásticos AJ01432/009) entre ellas las de Getxo y Berango: “...Que para nuestro municipio era de 11 fanegas de trigo y 76 de maíz; mientras que en el municipio vecino de Beranfo era de 7 fanegas de trigo y 22 de maíz...”

En la siguiente entrada de esta serie sobre los Molinos de Getxo veremos parte de lo relativo a lo molinos de Santa María.

jueves, 18 de junio de 2020

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -169-



En la anterior entrada veíamos cómo se producían movimientos segregacionistas entre algunos acaudalados miembros de la sociedad bilbaína con residencia en Las Arenas.

Los miedos a una posible epidemia de Cólera Morbo llevaron durante el mes de septiembre de 1892 a que la inspección sanitaria a los buques procedentes de puertos declarados “sucios” se realizara fuera de nuestro puerto, decía en su portada “El Nervión” del 15 de septiembre de 1892: “...La Junta provincial de Sanidad ha acordado que la visita sanitaria se haga fuera de barra, pero para ello ha tropezado con un serio inconveniente, cual es la falta de un barco que conduzca a los médicos inspectores a bordo de buque llegado a nuestro puerto. La lancha de vapor que a este servicio se dedica, podrá servir para la ría, pero resulta completamente inútil para lanzarse al mar, por sus malas condiciones de estabilidad...” El Gobernador de la Provincia trasladó el asunto a la Dirección de Sanidad de Madrid y mientras llegaba la solución de dicha junta se le sugería por parte de la prensa que dicho servicio lo realizara el vapor de practicaje de nuestro puerto.

Y, sin embargo, no se era todavía consciente de lo que la misma suponía para uno de los alimentos llamados “la carne de pobre”, el bacalao, ya que el mismo procedía de alguno de esos puerto definidos como “sucios”, decía el diario bilbaíno “El Nervión”: “...Preocupados por el peligro inminente de la invasión colérica no hemos caído en la cuenta de que el verdadero riego para nosotros entraña la difusión de la peste por las inmediaciones del Báltico: El ministro de la península escandinava, preocupado por sus fuentes de riqueza, ha dirigido a nuestro Gobernador una pregunta encaminada a inquirir sobre la suerte de los abadejos partidos de Hamburgo y de los puertos Suecos y Noruegos ¿Se consideran como de procedencia sucia?…” Y efectivamente aquel manjar de pobres procedente de “puertos sucios” podía minar una de las fuentes de alimentación más baratas en la época. La carne de vaca andaba literalmente por las nubes, la de carnero y el pan también. Por lo que ese alimento era la última trinchera para la clase obrera y los artesanos, ya que les permitía subsistir con aquellas 3 ó 4 pesetas de exiguo jornal que recibían. Nuestros más desfavorecidos conciudadanos sobrevivían gracias al bacalao, el cual comían frito, con aceite y vinagre o asado, a veces constituyendo la mitad del desayuno o cena; decían en esos años que: “...Podrá faltar a los humildes el cocidito con sus piltrafas en las épocas de paro, pero el bacalao con patatas y pan no le abandona nunca, en esos día lúgubres en que los ayes de sus hijos le obligan a tender una mano anhelante al transeúnte...”

Dentro de las medidas precautorias contra el cólera se indicaban las siguientes, que estaban dentro de las recomendaciones de la prefectura del Sena: prestar especial atención al agua, poniéndola a hervir y utilizarla para fabricar el pan y el lavado de las verduras. Combatir la diarrea, los vómitos y restablecer el calor corporal. Para la diarrea aconsejaban un preparado al que llamaban limonada que se hacía con ácido láctico, jarabe, alcoholaturo de naranja y agua. Para evitar los vómitos, el preparado consistía en un elixir a base de extracto de opio, ácido benzoico, aceite volátil de anís, alcanfor y alcohol de 60º, además de la administración de pequeños trozos de hielo o bebidas gaseosas cada 20 horas. Para devolver el calor corporal aconsejaban administrar bebidas calientes y alcohólicas, tales como café con unas gotas de aguardiente y té caliente con ron; además de envolver al enfermo con mantas colocando junto a ellas botellas o ladrillos calientes. Desinfección de todas las deposiciones del enfermo mediante una solución de sulfato de cobre. Lavado de las ropas del enfermo con agua hirviendo y si tenían manchas de sangre añadiendo al agua una solución de potasa. Y fundamentalmente, para evitar la transmisión, mediante el aislamiento del enfermo. Respecto de los buques que llegaban de zonas sucias se establecía una cuarentena y de acuerdo con la Ley del 25 de noviembre de 1855 se cobraba un derecho de cuarentena consistente en: “...Los buques de todas clases satisfarán 25 céntimos de real por tonelada cada día de cuarentena, tanto para los internados en lazaretos sucios como en los de observación...”


Por otro lado, a pesar de las quejas que algunos vecinos de Las Arenas tenían, el Ayuntamiento de Getxo acometía en aquellos días trabajos de mejora en las redes de alcantarillado de nuestro municipio. En el pleno del 22 de septiembre de 1892 se hablo sobre ellos: “...En un oficio del Gobernador de la Provincia se da cuenta referente a la autorización que concede, bajo diferentes condiciones para ejecutar el caño alcantarilla de Las Arenas en la parte que afecta al muelle...” El alcantarillado que se estaba realizando en el muelle, junto a las cocheras del tranvía.

En aquel mismo pleno se daba lectura a una instancia de varios vecinos de Santa María en la que solicitaban el traslado de la fuente de Hormaza, debido a que las obras del ferrocarril de Las Arenas a Plencia, por el terraplén que estaban realizando hacían que la situación de la misma fuera peligrosa.

La necesidad de fondos para la construcción del nuevo templo de San Ignacio de Algorta agobiaba a sus promotores, por ello el 21 de septiembre de 1892 enviaban un escrito al Ayuntamiento de Getxo, asunto que se trató en el pleno municipal del 29 de septiembre de ese año: “...Se da cuenta de un oficio de D. Andrés Isasi presidente de la Comisión Constructora de la Iglesia de San Ignacio, solicitando se le entregue el plazo de 2.125 pesetas que vence el 30 del actual, de la subvención acordada por la Corporación Municipal en favor de dicha iglesia. El Ayuntamiento acordaba transferir dichos fondos en cuanto la situación financiera lo permitiese...”


Y mientras se esperaba con temor la posible llegada del cólera morbo, la viruela hacía las suyas dentro de nuestros barrios. En Las Arenas fallecía una joven que tuvo que ser trasladada al cementerio de Algorta por el alguacil del primer barrio. La casa de D. Juan Jose Torre Libano también era atacada por la temida enfermedad por lo que el Ayuntamiento decidía: “...Poner guardias de día y de noche, como viene siendo habitual, para impedir que nadie salga de la casa donde existe la viruela, poniendo una mujer para el gobierno del enfermo...”

El día 30 de septiembre de 1892 la prensa bilbaína “El Nervión” daba noticia de los avances en la construcción del “Puente de Las Arenas”: “...En el puente de Las Arenas que se halla en construcción, se ha tendido el primer cable de los ocho que han de tenderse para el apoyo del tablero. Según hemos oído asegurar, en todo lo que resta de año quedará habilitado para el servicio público

En la próxima entrada de esta serie veremos cómo se volvía a construir la casa de Dña. Catalina de Mandaluniz, de la calle San Nicolás de Algorta, que había quedado destruida por un incendio.