En la entrada anterior veíamos
cómo se anunciaba la autorización para la apertura oficial de la línea de
Algorta a Plencia.
En el diario “El
Noticiero Bilbaíno” del 10 de septiembre de 1893 se daba cuenta QUE: “…Desde que hace 28 días se abrió a la explotación el
Puente de Palacio, desde Las Arenas a Portugalete, se han recaudado por
derechos de pasaje la cantidad de 14.200 pesetas. Dícese que la Compañía del
Puente se constituirá en Sociedad Anónima con el nombre de “Puente de Vizcaya”…”
En el pleno
municipal de Getxo del 14 de septiembre de 1893, se daba cuenta de una circular
del Gobernador de la Provincia, en la que dictaba varias reglas encaminadas a
cuidar la higiene y la salubridad pública: “…Siendo en
todo tiempo uno de los más importantes deberes de la Administración el cuidar
de la higiene y la salubridad pública, conveniente es velar por ellas en las
actuales circunstancias, cuando en alguna naciones de Europa se suceden casos
de cólera. Por lo que se llama la atención a todos los Alcaldes de esta
Provincia para que de acuerdo con lo dispuesto en las R.O. del 12, 27 y 30 de
agosto de 1892 se haga observancia de las reglas siguientes:
Para que
en el momento que reciban el Boletín en que aparece recogida esta circular,
oficien a los médicos de su jurisdicción, que tan pronto como visiten a un
enfermo de carácter sospechoso, les den cuenta inmediata y lo hagan también al
Subdelegado de Medicina del Distrito, y que semanalmente se comunique el estado de los enfermos y las defunciones
ocurridas a lo largo de la semana, expresando la enfermedad que las ha causado.
Tan
pronto como la Autoridad Local reciba aviso de algún caso sospechoso, reunirá a
la Junta Local de Sanidad adoptando medidas de desinfección y aislamiento.
Que se
provea a los Ayuntamientos de desinfectantes tales como cloruro de cal,
sublimado corrosivo y sulfato de cobre.
Que se
habilite local en punto aislado o se construya un barracón para trasladar en
caso de que fuera necesario a los enfermos que presenten síntomas sospechosos.
Que se
atienda diariamente a la limpieza de calles y sitios públicos, tales como
hospitales, inclusas, hospicios, teatros, mercados, mataderos y todos los
lugares en los que se aglomeren gentes, no permitiendo que se amontonen
estiércoles de ganados y aves de corral en las viviendas.
Que se
disponga la inmediata limpieza de lavaderos, estanques, aljibes, arroyos,
lagunas o pozos y la desinfección constante de los pozos negros, letrinas y
alcantarillas.
Se vigile
con escrupulosidad la venta de los artículos de consumo, los cuales deberán ser
reconocidos por el veterinario o facultativos de farmacia, entregando a los
Tribunales sin contemplación alguna a quienes expendan géneros adulterados con
materias nocivas para la salud.
Se
examinen con frecuencia las aguas destinadas al consumo público.
Se
vigilen esmeradamente los cauces o cañerías de agua potable, así como el estado
de fuentes y pozos.
Que no se
consientan la celebración de exequias de cuerpo presente, que está actualmente
prohibido, debiendo conducir los cuerpos al cementerio sin entregarlo a la
iglesia.
Firmaba
aquella circular el Gobernador D. Fernando Torres de Almunia…”
El Ayuntamiento
de Getxo, por su parte, acordaba: “…Se cumpla lo
establecido en dicha circular. Y se compren los desinfectantes, haciéndolo con
el cloruro de cal y azufre en abundancia para su uso inmediato…”
En el mismo
pleno se continuaba con una vieja costumbre relacionada con las personas pobres
del municipio y los baños de mar, que en octubre de 1886 habría visto abrir sus
puertas en la Playa de Erega: “…A instancia de
una solicitud de Dña. Severiana Echevarria y Dña. Bonifacia Menchaca, viudas y
declaradas pobres, quienes solicitaban ayuda para tomar baños de mar calientes
por prescripción facultativa, según unas certificaciones que adjuntaban en una
instancia. Hacía que el Ayuntamiento acordase oficiar a D. Antonio de Arechavala, propietario del “Balneario la Perla”, situado en
la playa de Ereaga, encargándole que suministre a ambas en clase de pobres,
baños de mar calientes en su establecimiento, y que por cada baño que cada una
de ellas tome se abonen 3 reales de los fondos municipales, por haberse dado
antes de ahora gratis a otras dos pobres de Algorta de sonde son también las
solicitantes…”
En
el apartado de pagos, que el municipio autorizaba, aparecían recogidos los
siguientes: “…Al Noticiero Bilbaíno 31,95
pesetas por los anuncios publicados por los festejos de fiestas, y otra de 40
pesetas por la publicación de las obras del nuevo matadero, que deberá pagar el
rematante de ellas D. Domingo Zubizarreta. Otra de 797,50 pesetas al
pirotécnico Sr. Anta por los fuegos artificiales quemados en esta localidad con
motivo de las romerías celebradas por las festividades de Santa Ana, San
Ignacio y San Nicolás y de treinta docenas de cohetes y dos bombas fuertes. Y al pirotécnico D.
Julio Barrena Charlín 135 pesetas por 44 docenas de voladores, 4 de luces y 32
de bombas, remitidas para quemar en Las Arenas con motivo de los festejos
celebrados en aquel barrio…”
Y
como quiera que el Alcalde D. Santiago Diliz, que al parecer tenía la salud
delicada, el Consistorio concedía permiso para: “…Ausentarse por 15 días
al Balneario de Sobrón, que está en la provincia de Alava, con el fin de restablecer
su salud. Por ese motivo quedará encargado del mando el primer teniente de
Alcalde D. Asensio Inchaurtieta…”
Finalmente
la epidemia de la que hablábamos anteriormente parece que tuvo sus primeros
brotes a lo largo de la ría, el día 18 de septiembre de 1893 “El Noticiero
Bilbaíno” informaba de la misma: “…Siguen
ocurriendo algunos casos sospechosos. En Bilbao se registraron tres casos.
Otros tres en Deusto. En Portugalete ocurrió un fallecimiento sospechoso, se
trata de la madre de un sacerdote de aquella Villa. En Baracaldo un caso
sospechoso y dos defunciones. En Erandio tres casos. En Erandio un caso
sospechoso. Y en Las Arenas, un caso. El Inspector Sanitario Sr. Camiruaga
estuvo ayer en el barrio de Las Arenas y en Erandio para dictar algunas medidas…” Decían que el origen del brote pudo deberse: “…A alguno de los tripulantes de un buque, que procedente
de zona sospechosa, ha llegado a la ría y ha amarrado en Sestao…” Algún avispado vendedor de cerveza bilbaíno aprovecha
el miedo reinante para tratar de hacer su agosto anunciando: “…Contra el Cólera la cerveza inglesa marca “T”. Acaba de
publicarse en Hamburgo una estadística: Existen en esa ciudad 18 fábricas de
cerveza que ocupan a 850 empleados y solo dos entre estos murieron de cólera.
En Viena durante al terrible epidemia del 75, había frente a la fábrica de
Dreher una casa en la que murieron todos sus habitantes, mientras que en la
fábrica de Drehero, que ocupaba a 3.000 operarios, no hubo ninguna baja…” Realizaba aquel ladino anuncio el representante de la
marca de cerveza en Bilbao D. Juan Furner.
En la próxima entrada de esta serie veremos cómo la Diputación de Bizkaia pedía a los Ayuntamientos que mientras durara
aquella sospechosa enfermedad no enviaran a sus enfermos al Hospital de Bilbao.