En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como, en el pleno municipal de Getxo del 11 de junio de 1896, entre otros temas, se trataba sobre una subvención del Ayuntamiento para contratar una banda de música que amenizara el barrio de Las Arenas durante en próximo verano.
Las exportaciones de hierro desde el puerto de Bilbao, durante el primer semestre de 1896, alcanzaban importantes cifras en bascula: “...Desde el 1 de enero al 13 de junio han sido exportados por el Puerto de Bilbao 28.047.850 kilogramos de lingote para el extranjero. Los exportadores han sido: Sociedad de Altos Hornos, 5.750.680 kilos; La Fábrica San Francisco, 7.500.000 kilos; La Vizcaya, 9.702.000; y La Sociedad Santa Ana de Bolueta, 5.000...” (El Noticiero Bilbaíno del 15 de junio de 1896).
Aunque no era como para celebrarlo, un anuncio de prensa decía respecto de un vecino de Getxo: “...Ha sido inscrito en las relaciones para el servicio de la armada el mozo Evencio Cortina y Arteta, natural de Guecho...” Mientras que: “...Al ordenanza del semáforo de la Galea le ha sido concedido un año de licencia, sin sueldo...” (El Noticiero Bilbaíno del 16 de junio de 1896).
Sorprendente, en cuanto indicaba la preocupación de la época por la moralidad y la visión del cuerpo, que incluso se establecieron normas para controlar esa diabólica visión de la inmundicia corporal: “...El Comandante de Marina de Bilbao ha dispuesto que cuantas personas se bañen en la ría lo hagan con trajes que les cubran desde la rodilla hasta el cuello...” (El Noticiero Bilbaíno del 17 de junio de 1896). Contaban en la revista Bilbao, que la moral establecía que: “...Al parecer, la costumbre de bañarse en la ría se perdía en los tiempos y cada uno/a lo hacía como le venía en gana, motivando lo que alguien señaló como “escenas poco edificantes”. Por ello se prohibió bañarse desde las siete de la mañana hasta que se encendían los faroles de la población...” Más tarde, a comienzos del Siglo XX, las reglas de “Buen Orden y Decencia” del Ayuntamiento de Getxo establecería que: “...Las normas que debían de observarse en las playas y puertos de nuestra Anteiglesia. Así se fijaban las normas para hombres y mujeres (el orden también era importante), y se decía: Podrán bañarse en playas y puerto, indistintamente, hombres y mujeres con tal que lleven vestidos de lana cerrados del cuello a la rodilla, a los más pequeños se autorizaba usar traje de punto, a los menores de 12 años, y a los que vayan cubiertos de capa y sabana desde la caseta a la orilla y viceversa...” (Reglas de Buen Orden y Decencia” del Ayuntamiento de Guecho 1904).
El sábado 20 de junio de 1896, en la prensa bilbaína, aparecía una “Carta de Algorta”, firmada por el corresponsal de uno de los diarios locales, en la que hacía un repaso sobre lo acontecimientos ya pasados y otros próximos a acontecer: “...Hoy a las cuatro de la tarde , y en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento, ha tenido lugar la subasta de cincuenta obligaciones de a mil pesetas cada una, resto de las doscientas correspondientes al empréstito destinado al pago de las obras para la traída de aguas, Hospital Hospicio, próximo a terminar, y de algunas deudas anteriores.
Pronto tendrá lugar al inauguración del Palacio construido por al Corporación Municipal, destinado al albergue de los enfermos y ancianos, bajo el nombre de Hospital Hospicio Municipal del Sagrado Corazón de Jesús, cuya arquitectura, sus bastos y bien ventilados salones, así como la Capilla y demás departamentos, honran al Arquitecto Director, D, Fidel Iturria.
A juzgar por el inusitado movimiento que se observa en hoteles, casas de huéspedes y casas particulares que se dedican a recibir bañistas, la afluencia veraniega superará a la de otros años. Contribuye a ello la pintoresca situación de este Pueblo sobre el Abra, las obras del contramuelle que, concluida la Grúa Titán, han tomado inusitado incremento, y el cambio del recorrido del tranvía eléctrico que transcurre por la carretera, en lugar de hacerlo como hasta hace poco por la calle Mayor, hoy Avenida Basagoiti, la cual quedará convertida en un pintoresco y precioso paseo...” (El Noticiero Bilbaíno del 20 de junio de 1896). En esa misma fecha, otro de los diarios de la época, levaba a sus páginas un noticia relacionado con el barrio de Algorta: “...Se asegura que el próximo mes del Julio se inaugurará en Algorta el magnífico Hospital Hospicio, que se está construyendo por cuenta del municipio...”(El Nervión del 20 de junio de 1896).
En el pleno municipal de Getxo, del 20 de junio de 1896 se daba cuenta de los trabajos, que con motivo del traslado de la línea del Tranvía Eléctrico, iban a desviar el llamado Cable Ingles, desde la Avenida Basagoiti a la calle de la Carretera (actual Algortako Etorbidea), desde la zona de Txomintxu hasta la altura de la llamada Plaza de San Ignacio y la Carretera, para lo cual se pretendían efectuar los siguientes trabajos: “...Se da cuenta de una instancia de D. Alfredo B. Tonckin, representante de la Compañía del cable Directo de Bilbao a Inglaterra, solicitando permiso para desviar el cable de la siguiente manera: Cortar en la calle de la Carretera frente a la casa llamada de Chominchu, continuar la línea, que en lo posible sea recta, por entre los árboles y la acera de la calle Mayor, en la plaza de San Ignacio por al derecha, subir por el primer callejón para entrar en la calle de la Carretera, y atravesando esta en ángulo suave, empalmar el cable en esta última calle...” A la vez que dicho representante solicitaba permiso para construir: “...El representante de la Sociedad del cable Submarino Ingles, solicita permiso para una casa con destino al amarre del Cable en el punto llamado Arrigunaga, en un terreno comprado al Municipio...”
En la próxima entrada de esta serie veremos como, D. Lorenzo Talledo, solicitaba permiso para instalar sus casetas de baño en la playa de Las Arenas.
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