jueves, 22 de noviembre de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -66-



En la anterior entrada veíamos cómo un naufragio, en medio de un salvamento marítimo, costó la vida a seis arrantzales del Puerto Viejo de Algorta. Y cómo la terminación de las obras e inauguración de la traída de agua potable a Getxo estaba cercana.

Así, daba comienzo 1887. A principios de año un nuevo Colegio Ingles comenzaba a funcionar en Algorta, según aparecía en un anuncio de “El Noticiero Bilbaino.” Estaba situado en la casa Uriarte de la Avenida Basagoiti.

En las actas del 5 de enero de 1887, se reflejaba la solicitud de una nueva casa en la zona de Ereaga. Se trataba de: “...Una instancia de D. Vicente Suárez para hacer una casa, en su propiedad, cerca de la de D. Quirino Gimeno...” tan solo constaba otra edificación en la entonces “Carretera de Ereaga” y esta era la de Isasi, un edificio de tres plantas que tenía tejabana y cochera.

En esa misma fecha era D. Luciano de Alday quien solicitaba permiso, y le ere concedido, para plantar árboles plátanos en un terreno de propiedad municipal en Jardingana.

El municipio de Getxo, a través del Boticario D. Miguel García Salazar, expendía medicinas gratis a los pobres de la localidad. A lo largo de 1886 se habían expendido dichos medicamentos por un valor de 37,75 pesetas. Sin embargo, había una partida que resultaba cuando menos curiosa en sus suministros: “...Una partida de cuatro docenas de chorizos, para perros, por valor de 36 pesetas...”

Las plazas de peón caminero eran muy demandadas por algunos vecinos de Getxo. Sus estipendios, en la época, ascendían a 730 pesetas anuales. Para atender a aquellos infortunados, un equipo compuesto por los tres médicos y farmacéutico titulares del municipio, a quienes atendían y suministraban medicamentos gratis, elaboraban periódicamente las listas de necesitados de Getxo.

El “Arca de las tres llaves”, esa caja de los secretos y valores del municipio, cada cierto tiempo era nombrada en las actas municipales. En esta ocasión en ella se iba a depositar: “...Para evitar extravíos, las seiscientas obligaciones del empréstito de la traída de aguas, junto a cien impresos de resguardos, que se habían de entregar a los tenedores de dichas obligaciones, junto a un timbre y sello que se iba a estampar e los mismos...”

Para el 13 de enero de 1887, eran algunos hacendados, propietarios de los molinos que estaban dentro de las obras de abastecimiento de aguas, quienes reclamaban a la Ayuntamiento de Getxo: “...Se dio cuenta de un oficio remitido por D. Vicente Martínez, administrador de la Exma. Marquesa viuda de la Torrecilla, se de curso anterior inmediatamente a las aguas tomadas por este Ayuntamiento para su abastecimiento, pertenecientes al molino de “Itze”, sin que hayan precedido las formalidades legales al efecto...” Finalmente se acordaba celebrar una reunión en casa del arquitecto D. Casto Zavala, el día 31 de enero de 1887, para intentar llegar a un acuerdo con los propietarios perjudicados. En aquella reunión que se celebró finalmente el 9 de febrero de 1887, se decidió que: “...A D. Dionisio Zubiaga, propietario de dos molinos “Goico-Errota” y “Lanzaco” de Berango, se le paguen 5.000 pesetas; y a Dña. Luisa Olega, por su molino Errotachue”, se le paguen 1.750 pesetas…”
Y como se acercaba el momento de proceder a la elección de los nuevos componentes de cabildo municipal, acordaba el Ayuntamiento: “...Se formen las listas electorales para el nombramiento de concejales, para ser expuestas al público, desde el día 1 al 15 de febrero...”


La fuerza de la mar muchas veces jugaba malas pasadas a algunas barcas que fondeaban en el Abra, y eran arrojadas a nuestras playas. Fue el caso, según relataba el día 8 de enero de 1887 “El Noticiero Bibaíno”, de un barca inglesa: “...Después de dos días de permanecer fondeaba en el Abra, cerca de Santurce, a media tarde de ayer, a las cuatro de la tarde, encalló en la playa de Las Arenas la barca inglesa “Albuera”, llegaron a tierra en dos botes los marineros del citado buque, cuya tripulación se componía de doce personas. Quedando completamente destrozado este buque por la violencia de la marejada…”

En la Escuela de Niñas Pobres, de la Fundación Cortina, se producían novedades. El día 20 de enero de 1887 se nombraba una nueva directora: “...La Junta de Instrucción Pública de la Provincia, a través del Director General de Instrucción, con fecha del 13 del actual, ha nombrado a Dña. Matilde Núñez y Cuevillas como maestra, con plaza en propiedad, para la Escuela de Fundación de Niñas Pobres de Algorta, con un haber anual de 1.000 pesetas y casa…” El consistorio de Getxo consideraba que dada la carestía de los alimentos en nuestro Pueblo, dicha cantidad era insuficiente para poder vivir dignamente la maestra, por lo que ponían a consideración de la Junta elevar dicha remuneración. Pocos días más tarde, el 27 de enero, el maestro de la escuela pública de niños de Algorta, planteaba la necesidad de realizar un censo de los niños pobres que asistían a la misma para suministrarles todo el material necesario para su escolarización. El consistorio encargaba la realización de la lista a una comisión formada por el primer teniente de Alcalde Sr. Diliz y al Síndico Sr. Amezaga. Finalmente resultaron ser 9 los niños cuyas familias se encontraban en estado de pobreza.

El 3 de febrero de 1887, se informaba en el pleno de la Real Orden del 5 y 13 de enero, por la que se ordenaba: “...Que en el plazo de dos meses en todas las provincias se lleve a cabo la revisión de la rotulación de las calles y plazas, así como de la numeración de las casas y demás edificios enclavados en el territorio de las mismas...” El Ayuntamiento acordaba: “...Que teniendo en cuenta la necesidad de una nueva rotulación y numeración en esta localidad por hallarse incompleta y borrada la que se hizo ya hace bastantes años, dando principio a las operaciones preliminares el próximo lunes...” Para ello se dividió el Pueblo en zonas y se puso al frente de cada comisión a dos concejales: “...Por las zonas de Algorta, la primera abarcaba las calles de (San Nicolás, Carreras del Castillo, Cuesta de San Ignacio, Puerto, Arechondo, Peligro y Calleja), se puso al frente de ella a los concejales Sres. Diliz y Valle; la segunda abarcaba las calles de (Tetuán y Tánger) al frente de las misma estaba los Sres. Amezaga y Sarria; para las zonas de Alongüetas y Govela, lo estuvieron los Sres. Uria y Uriarte. Dejaban pendiente los barrios de Santa María y Las Arenas a los que dispusieran sus habitantes…” El resultado de aquella nueva rotulación de calles aparece recogido en el expediente (4628.4) del Archivo Municipal de Getxo y se volvería a completar en 1897 expediente (2510.15).


Por esas fechas, 3 de febrero, el camino de Lejona hacía Las Arenas, junto al puente del Gobela, se encontraba muy deteriorado, por lo que el Alcalde de la primera localidad presentó la queja al de Getxo. El consistorio de Getxo tomó la decisión de acometer la obra de forma urgente, tanto del camino como del puente porque uno de los estribos del mismo se encontraba en mal estado, y de paso colocar una barandilla de hierro como protección.

En la próxima entrada veremos cómo se empezaban a colocar en el barrio de Las Arenas las cañerías, llaves, fuentes y otros elementos para la conducción y suministro de agua a la población.

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