lunes, 19 de noviembre de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -65-



En la anterior entrada veíamos cómo el Pueblo estaba creciendo, los servicios eran escasos y los enfrentamientos con los barrios y el Gobierno de la Provincia también eran frecuentes. Y cómo los precios de la carne en nuestros barrios requerían la intervención de nuestros ediles.

El día 2 de noviembre de 1886 se anunciaba en un pleno de Getxo la Exposición Universal de Barcelona. La misma se celebraría en 1888.“El Noticiero Bilbaíno” decía: “...El 20 de mayo de 1888, a las cuatro de la tarde, entre salvas lanzadas desde el castillo de Montjüic, y con la presencia de una numerosa escuadra compuesta por buques de Austria, Francia, Italia y Reino Unido, que llenaban el puerto, se inauguraba oficialmente la Exposición Universal de Barcelona. Ocupaba la Exposición una vasta superficie de 178.000 metros cuadrados para jardines y vías, y 100.000 metros para la parte edificada...”

Otra de las necesidades a la que el Ayuntamiento de Getxo acudió raudo fue en ayuda de los vecinos del Puerto Viejo, que el día 4 de noviembre habían perdido sus vidas en un triste naufragio. El diario “El Noticiero Bilbaíno” daba la noticia en sus páginas al día siguiente “...Al salir esta mañana el vapor Ingles Raleihgs Cros cargado de mineral, al llegar a la barra una ola lo echó sobre el banco del N. E.; el salvavidas que estaba en la punta de la torre del Piloto Mayor para tomar a los náufragos del vapor, una lancha folio 2, compuesta por seis tripulantes del practicaje de Algorta, al pasar por la barra un golpe de mar volcó la lancha, ahogándose seis de los tripulantes de la misma, salvándose otros cuatro, gracias a la intervención de los remolcadores Sansón y Volador...” En el mismo diario se abrió una suscripción para ayudar a las familias afectadas, entre los donantes se encontraban D. Evaristo de Churruca, D. Eduardo de Sarria, D. Luciano de Alday, Dña. María de Urcullu. Entre otras entidades que acudieron en su ayuda, con suscripciones, estaban la Comandancia de Marina de Portugalete y el Club Náutico. Al de un mes la cifra recaudada alcanzaba las 5.630,37 pesetas. La cofradía de Mareantes de Algorta, de su caja, puso 685 pesetas. Además de las 7.204,47 que recaudó la Cofradía de Mareantes de Santurce. Para el 18 de noviembre la mar ya había devuelto a las playa tres de los cadáveres desaparecidos en el naufragio, el día 19 aparecía otro de los cadáveres en el Puerto. Según relataba el día 14 de diciembre “El Noticiero Bilbaíno”: “...Se celebró ayer en la comandancia de marina la reunión convocada por el señor Comandante D. Manuel Pasquia con objeto de acordar la forma en que han de distribuir las siete mil y pico pesetas recaudadas en suscripción pública para socorrer a las familias de los náufragos. Acordando dar 1.000 pesetas a las familias de Pedro Carrandi y Vicente Mota, prácticos; a Juan Zuazo, José Antonio Landaida y Eugenio Amechazurra, lancheros, y 25 pesetas para lutos a las primas del lanchero Juan Antonio Arechavaleta...” Aquel dinero sirvió también para ayudar a la viuda de otro arrantzale del Puerto Viejo: “...En vista de la conmovedora comunicación del Alcalde y el cura párroco de Algorta, sobre el triste estado en el que se encuentra la viuda Carmen Soltura, que en marzo del último año perdió a su marido José María Maguregui y a su hijo Francisco, ambos pescadores, quedando en la miseria con siete hijos menores, se acordo auxiliarla con otras 1.000 pesetas...”


En algunas obras no se ponían fácilmente de acuerdo Ayuntamiento y la Compañía del Tranvía, por ejemplo en la que dicha compañía proyectaba realizar en la Plazuela de La Arenas (Bizkaiko Zubia). El 25 de noviembre de 1886, la empresa de transportes a través de un oficio remitido por su Director Gerente solicitaba al Ayuntamiento: “...Hacer una torre por la misma compañía sobre el urinario proyectado por el Ayuntamiento en la Plazuela de Las Arenas, para colocar sobre dicha torre un reloj con dos esferas, aunque previamente el consistorio debía abonarle 750 pesetas...” Sin embargo el 7 de diciembre aparecía en “El Noticiero Bilbaino” la siguiente noticia: “...La Compañía del Tranvía nos manifiesta que tiene que retirar el reloj de Las Arenas por haber vendido la casa en que está colocado; que antes de retirarlo ha tratado de colocar el reloj en una torre en el centro de aquella plazuela, para cuya construcción hizo una oferta al ayuntamiento de Algorta, y que si no se lleva a cabo este proyecto no es por culpa suya; pues si el ayuntamiento hubiera aceptado la oferta, los vecinos de Las Arenas seguirían disfrutando del beneficio del reloj...” En el fondo parecía que hubiera una guerra latente entre los de Algorta y Las Arenas, hasta la prensa al referirse al Ayuntamiento lo nombraba como el del primer barrio.

En esa misma fecha solicitaba inscribir en el registro de la propiedad la mitad del lado Norte de la casa denominada “Larrazabal-Aurrekoa y pertenecidos, D. Lorenzo Urrutia de Moreaga.

La terminación de las obras e inauguración de la traída de agua potable a Getxo estaba cercana. A finales de noviembre de 1886 el Ayuntamiento de Getxo hacía los preparativos para solemnizar el acto: “…Siendo muy conveniente que el día de inauguración de las obras ejecutadas para la traída de aguas potables a esta Anteiglesia, su deposito, fuentes y lavaderos, se celebre con toda solemnidad dentro de poco tiempo como un acontecimiento extraordinario, beneficioso y de muchos interés para el vecindario. Para celebrarlo se traerá una charanga de música, y se invitará a todas las autoridades de la Provincia. Se preparará un convite en esta Casa Consistorial, dando una limosna a los pobres de la localidad...” A mediados de mayo de 1887, un columnista habitual de “El Noticiero Bilbaíno”, “Ignotus”, escribía en una carta que titulaba “Carta de Algorta”: “...Entre las varias obras de consideración que ha llevado a cabo últimamente este municipio, se cuenta como la más notable el abastecimiento de ricas y abundantes aguas potables a los populosos barrios de Algorta y Las Arenas. El importe de estas obras ronda los 40.000 duros. Así lo han debido comprender sin duda los socios del Casino Algorteño, puesto que tratan de celebrar tan fausto suceso con un suntuoso banquete. Hasta ahora Algorta ha sido considerado como un pueblo exclusivamente veraniego, pero parece que pronto se lo conocerá también como pueblo industrial, digo esto a propósito de la fábrica de cementos, baldosas y mosaicos que acaba de montar el laborioso y rico propietario D. Miguel de Uría. También ha construido otra fábrica de ladrillos huecos y tejas de diferentes formas el conocido contratista de obras D. Robustiano Larrondo...” Y por fin llegaba el gran día. Se celebró la inauguración el día 1 de junio de 1887, al día siguiente lo recogía en sus paginas “El Noticiero Bilbaíno”: “...Ayer fue para la Anteiglesia de Guecho uno de esos días que pasará a la posteridad gravado con buril de oro en la historia municipal de los pueblos. Los vecinos de Algorta. congregados en amigable consorcio en el hermoso Hotel de los Aguirre, en Las Arenas, celebraron con una suculenta comida la inauguración de la llegada de las aguas potables a su municipio, que el día anterior fueron bendecidas solemnemente por un sacerdote. En dicha reunión se juntaron todas las clases sociales, marinos, comerciantes, artesanos y labradores. Estaban también en esa celebración los Sres. Aguirre, Chavari, Uriarte y Alvarez, los dos primeros diputados a Corles, el tercero diputado provincial, y el redactor de “El Noticiero Bilbaíno” el último...” A los brindis tomaron la palabra: “...El Sr. lnchaurtieta, presidente del “Casino Algorteño”, a quien siguieron en el uso de la palabra Ios Sres. Aguirre, Santa María, Aldecoa, Chavarri, Alvarez, Sangroniz, José María Isasi, Munarriz, Zugazagoitia, Ansolega, Cortina, Diliz, Sustacha, Dourte, Larrondo y Andrés Isasi...”


El resto del año, hasta finalizar 1886, pasaba escaso de asuntos de interés en las actas de plenos municipales. Salvo alguna discusión sobre las conducciones de aguas y los propietarios a quienes afectaban las expropiaciones, sobre todo por la merma de aguas a sus molinos, como fue el caso de el molino “Rotachu,” De Berango; y las reclamaciones que el Ayuntamiento de Getxo hacía al Gobierno Civil para que fuera la Diputación quien corriera con los gastos que los numerosos cadáveres, arrojados por el mar a nuestras playas, ocasionaban al consistorio, no ofrecían mayor atracción informativa.

En la siguiente entrada iremos viendo cómo el interés por los idiomas llegaba a nuestro Pueblo. Y cómo nuestro municipio se preocupaba de que la atención sanitaria y las medicinas llegaran a los más indigentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario