domingo, 4 de noviembre de 2018

LA PLAYA Y EL MURO DE DEFENSA DEL MUELLE DE LAS ARENAS -III-



Siguiendo con la historia del Muro de Defensa de la Playa de Las Arenas. En esta entrada veremos cómo se hizo un examen comparativo para ver los efectos del dragado de la ría en el Abra: “...Se ha hecho un examen comparativo entre los sondeos efectuados hace pocos años con los efectuados en 1878, el resultado de ellos indica que la zona del Abra comprendida entre la playa de Las Arenas y la curva de nivel de 7 metros de profundidad, respecto de la bajamar equinocial, en una longitud media de 1.100 metros y 900 de ancho, que constituye una superficie de 990.000 metros cuadrados, ha tenido un aumento de medio de profundidad de 1,25 metros...” Esto suponía un volumen de extracción de 1,237.500 metros cúbicos. Aquel aumento de profundidad beneficioso para el puerto en construcción, resultó perjudicial para la playa de Las Arenas y sus dunas.

En sus conclusiones finales D. Evaristo Churruca confirmaba que: “...Si bien las obras de acceso al contramuelle han sido causa importante de la desnudación de las dunas próximas a dichas obras, contribuye también a las alteraciones del régimen de las playas y dunas; los dragados efectuados en la parte inferior de la ría, aportan un gran provecho a la navegación...” Por entonces ya eran conscientes de la desnudación que se estaba produciendo en playa y dunas, y de los efectos que sobre la línea de playa tenían las olas, por lo que concluyeron: “...Es necesaria la construcción de un muro de defensa, hemos creído ha llegado el momento de presentar el proyecto, con tanto más motivo cuanto que los años que transcurran hasta la terminación de los diques, continuaran la mar y las corrientes su trabajo de destrucción...”

Reflexionaban acerca de casos similares, en los que el Gobierno Francés se había visto obligado a intervenir en San Juan de Luz y la Gascuña, donde la mar atacó la playa y dunas, de tal modo que destruyó parte de la población. Así informaban que: “...Recientemente se han sacado a subasta las obras de defensa y camino de servicio de la costa de Algorta, cuyas laderas destruía la mar constantemente. La obras que ahora proyectamos serán de mucha utilidad para el servicio del puerto en construcción…” También lo hacían recordando que: “...Cuando el estado vendió las dunas en 1868, se reservó a todo lo largo de ellas la orilla del mar, en una zona de 6 metros de anchura, pero dada la gran inestabilidad de las dunas, que cambiaban de forma por la acción del mar y los vientos, de poco ha servido aquella precaución en gran parte de las playas, pues han desaparecido una parte de las dunas que se vendieron...” 


Según un informe elaborado por la Junta de Obras en junio de 1897, con motivo de las reclamaciones de algunos propietarios de las dunas y del negocio que habían realizado con la compra: “...que la mar ha invadido; fue impremeditada la venta de dunas y parcelas que la Hacienda efectuó en 1868, comprendida entre la playa y la carretera. Ya que la mayor parte de esta franja, comprendida entre Establecimiento de Baños y el final de la playa, con una superficie de 56.404 metros cuadrados, alcanzó en pública subasta la irrisoria cifra de 331 escudos y 700 milésimas, pagaderos en 10 años, precio equivalente a 3,016 pesetas por metro cuadrado…” Se referían a un Balneario que se encontraba en medio de la playa, próxima al de Baños de Mar Bilbaínos.

Y ya, en el Capitulo 2º de la Memoria, pasaba a describir las obras que se iban a realizar: “...La primera arranca del muelle de Las Arenas y termina en el espigón que la Compañía del tranvía ha construido en prolongación de una de las calles que desembarcan en la playa. La segunda empieza en el punto anterior y concluye en el Balneario, que tiene 50 metros de longitud. La tercera arranca en el otro extremo del Balneario y va hasta el perfil 60. Y la cuarta comprendida entre dicho perfil y el N.º 73, afecta la forma de un arco de circulo de 1.000 metros de radio...” Este arco era la zona de la llamada, más tarde playa Balanar (La Bola). Se decía en aquel informe que: “...El total del camino que arranca en Las Arenas y termina en el acceso al contramuelle es de 1,493 metros...”

Entre tanto habían observado que: “...En la primera alineación, lejos de haberse producido desnudación en la playa, se había acumulado en ella gran cantidad de arena, debido a la protección que le daba el muelle de Las Arenas; por lo que no era probable que en dicha zona se produjeran arrastres de arena, por lo que no era preciso crear un muro de contención. En la segunda alineación, en la zona del balneario, tampoco se había producido desnudación y la paya había aumentado de altura, pero al pie del balneario si se había iniciado dicho fenómeno. Por lo que optaron por proteger la cimentación con pilotes y tablestacas (Pantallas de contención). En la tercera alineación, sobre todo entre los perfiles 35 hasta el 60, era tal la desnudación que hubo que proteger la zona con una escollera para que la mar no cortara la carretera. Sobre las piedras se iba ha comenzar a realizar el muro de defensa. La cuarta alineación se encontraba la zona donde el mar atacó primeramente a las dunas, era la zona en la que las cimentaciones iban a necesitar mayor profundidad; en ella iba a construirse la gran rampa de acceso a la playa (La Bola)...” Según decía Churruca en su informe: “...La rampa es de gran necesidad para comunicarse con la playa, tanto para los peatones como, principalmente para las carretas que descienden a ella en busca de arena para las obras, para las necesidades de la agricultura y para recoger las algas, para este mismo fin, que durante los inviernos y la primavera llegan a la playa. También para poder descender a la playa las casetas de baño se proyecta otra rampa en la zona del balneario. Además de otra entre las alineaciones 1ª y 2ª, que es la zona principal de baños. Se proyectaban también escaleras para facilitar el acceso cada 100 metros, y para que sirvan para posibles salvamentos...”


La primera rasante de aquel paseo sobre el muro: “...Arranca del muelle de Las Arenas, se encuentra a la cota 7,20 sobre la bajamar equinocial y tiene una longitud de 298,70 metros, llega hasta el punto desde donde parte el tranvía, es la zona urbanizada de Las Arenas; la segunda rasante tendra 600 metros de longitud y llega hasta el perfil 57, que se halla próximo a los solares que el Estado vendió en 1868. Desde ese punto arranca la tercera rasante, con la que es preciso llegar a la altura que tiene proyectado el contramuelle...” Sin embargo, no calculaba Churruca la especulación que aquella zona iba a tener para familias pudientes. El creía que: “...La parte de la explanación que se proyecta desde el Balneario hasta el extremo del camino de servicio del contramuelle, donde no hay ni probablemente puede haber, más población que las pocas casas allí construidas y algunas que más adelante puedan construirse al borde de la playa, ya que la parte interior de los terrenos se hallan detrás de la carretera de Las Arenas, a bastante profundidad de la rasante de esta. Y por el camino que proyectamos transitaran muy pocos carruajes, ya que el servicio a esas casa marginales se efectuará por la carretera...” Aquella explanación haría revalorizar aquellos terrenos, que compraron algunas acaudalados bilbaínos por tres pesetas.

Hacía notar Churruca que: “...Todos los muelles que hemos construido desde que se constituyó la Junta del Puerto a finales de 1877 los hemos calculado mediante la misma formula de calculo, y han resistido perfectamente a la acción del mar...” Adjuntaba los cálculos justificativos de esos basamentos y muros.


El afirmado de aquel camino se iba a realizar con piedra machacada y recebo, con salidas de agua que se iban a dejar en unas machinadas que se construirían en el pretil. El perfil tipo que se adoptó para el muro fue de cara interior vertical y paramento en talud. La altura variaba entre los 8 y 4 metros. Y se defendieron con una escollera revestida. El peso total estimado para las escolleras fue de 31.044,75 toneladas. El cemento según aquellas obras fue traído desde Zumaya y otros puntos donde en la época se fabricaba dicho material. Las maderas que se utilizaron en las obras para los encofrados fueron de Pino del Norte; para pilotes y tablestacas se utilizó Roble y Haya.

El proyecto era firmado un 15 de octubre de 1898 por D. Evaristo de Churruca y Brunet, como Ingeniero Director y por D. Cerdán Correas como contratista de aquellas obras.

En la próxima y última entrada sobre el Muro de defensa de la Playa de Las Arenas, veremos los últimos pasos e incidencias de aquella transformación que supuso el final de la Gran Playa de Las Arenas.

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