Siguiendo
con la historia del Muro de Defensa de la Playa de Las Arenas. En
esta entrada veremos cómo se hizo un examen comparativo para ver los
efectos del dragado de la ría en el Abra: “...Se
ha hecho un examen comparativo entre los sondeos efectuados hace
pocos años con los efectuados en 1878, el resultado de ellos indica
que la zona del Abra comprendida entre la playa de Las Arenas y la
curva de nivel de 7 metros de profundidad, respecto de la bajamar
equinocial, en una longitud media de 1.100 metros y 900 de ancho, que
constituye una superficie de 990.000 metros cuadrados, ha tenido un
aumento de medio de profundidad de 1,25 metros...”
Esto suponía un volumen de extracción de 1,237.500 metros cúbicos.
Aquel aumento de profundidad beneficioso para el puerto en
construcción, resultó perjudicial para la playa de Las Arenas y sus
dunas.
En
sus conclusiones finales D. Evaristo Churruca confirmaba que: “...Si
bien las obras de acceso al contramuelle han sido causa importante de
la desnudación de las dunas próximas a dichas obras, contribuye
también a las alteraciones del régimen de las playas y dunas; los
dragados efectuados en la parte inferior de la ría, aportan un gran
provecho a la navegación...”
Por entonces ya eran conscientes de la desnudación que se estaba
produciendo en playa y dunas, y de los efectos que sobre la línea de
playa tenían las olas, por lo que concluyeron: “...Es
necesaria la construcción de un muro de defensa, hemos creído ha
llegado el momento de presentar el proyecto, con tanto más motivo
cuanto que los años que transcurran hasta la terminación de los
diques, continuaran la mar y las corrientes su trabajo de
destrucción...”
Reflexionaban
acerca de casos similares, en los que el Gobierno Francés se había
visto obligado a intervenir en San Juan de Luz y la Gascuña, donde
la mar atacó la playa y dunas, de tal modo que destruyó parte de la
población. Así informaban que: “...Recientemente
se han sacado a subasta las obras de defensa y camino de servicio de
la costa de Algorta, cuyas laderas destruía la mar constantemente.
La obras que ahora proyectamos serán de mucha utilidad para el
servicio del puerto en construcción…”
También lo hacían recordando que: “...Cuando
el estado vendió las dunas en 1868, se reservó a todo lo largo de
ellas la orilla del mar, en una zona de 6 metros de anchura, pero
dada la gran inestabilidad de las dunas, que cambiaban de forma por
la acción del mar y los vientos, de poco ha servido aquella
precaución en gran parte de las playas, pues han desaparecido una
parte de las dunas que se vendieron...”
Según un informe elaborado por la Junta de Obras en junio de 1897,
con motivo de las reclamaciones de algunos propietarios de las dunas
y del negocio que habían realizado con la compra: “...que
la mar ha invadido; fue impremeditada la venta de dunas y parcelas
que la Hacienda efectuó en 1868, comprendida entre la playa y la
carretera. Ya que la mayor parte de esta franja, comprendida entre
Establecimiento de Baños y el final de la playa, con una superficie
de 56.404 metros cuadrados, alcanzó en pública subasta la irrisoria
cifra de 331 escudos y 700 milésimas, pagaderos en 10 años, precio
equivalente a 3,016 pesetas por metro cuadrado…”
Se referían a un Balneario que se encontraba en medio de la playa,
próxima al de Baños de Mar Bilbaínos.
Y
ya, en el Capitulo 2º de la Memoria, pasaba a describir las obras
que se iban a realizar: “...La
primera arranca del muelle de Las Arenas y termina en el espigón que
la Compañía del tranvía ha construido en prolongación de una de
las calles que desembarcan en la playa. La segunda empieza en el
punto anterior y concluye en el Balneario, que tiene 50 metros de
longitud. La tercera arranca en el otro extremo del Balneario y va
hasta el perfil 60. Y la cuarta comprendida entre dicho perfil y el
N.º 73, afecta la forma de un arco de circulo de 1.000 metros de
radio...”
Este arco era la zona de la llamada, más tarde playa Balanar (La
Bola). Se decía en aquel informe que: “...El
total del camino que arranca en Las Arenas y termina en el acceso al
contramuelle es de 1,493 metros...”
Entre
tanto habían observado que: “...En
la primera alineación, lejos de haberse producido desnudación en la
playa, se había acumulado en ella gran cantidad de arena, debido a
la protección que le daba el muelle de Las Arenas; por lo que no era
probable que en dicha zona se produjeran arrastres de arena, por lo
que no era preciso crear un muro de contención. En la segunda
alineación, en la zona del balneario, tampoco se había producido
desnudación y la paya había aumentado de altura, pero al pie del
balneario si se había iniciado dicho fenómeno. Por lo que optaron
por proteger la cimentación con pilotes y tablestacas (Pantallas de
contención). En la tercera alineación, sobre todo entre los
perfiles 35 hasta el 60, era tal la desnudación que hubo que
proteger la zona con una escollera para que la mar no cortara la
carretera. Sobre las piedras se iba ha comenzar a realizar el muro de
defensa. La cuarta alineación se encontraba la zona donde el mar
atacó primeramente a las dunas, era la zona en la que las
cimentaciones iban a necesitar mayor profundidad; en ella iba a
construirse la gran rampa de acceso a la playa (La Bola)...”
Según decía Churruca en su informe: “...La
rampa es de gran necesidad para comunicarse con la playa, tanto para
los peatones como, principalmente para las carretas que descienden a
ella en busca de arena para las obras, para las necesidades de la
agricultura y para recoger las algas, para este mismo fin, que
durante los inviernos y la primavera llegan a la playa. También para
poder descender a la playa las casetas de baño se proyecta otra
rampa en la zona del balneario. Además de otra entre las
alineaciones 1ª y 2ª, que es la zona principal de baños. Se
proyectaban también escaleras para facilitar el acceso cada 100
metros, y para que sirvan para posibles salvamentos...”
La
primera rasante de aquel paseo sobre el muro: “...Arranca
del muelle de Las Arenas, se encuentra a la cota 7,20 sobre la
bajamar equinocial y tiene una longitud de 298,70 metros, llega hasta
el punto desde donde parte el tranvía, es la zona urbanizada de Las
Arenas; la segunda rasante tendra 600 metros de longitud y llega
hasta el perfil 57, que se halla próximo a los solares que el Estado
vendió en 1868. Desde ese punto arranca la tercera rasante, con la
que es preciso llegar a la altura que tiene proyectado el
contramuelle...”
Sin embargo, no calculaba Churruca la especulación que aquella zona
iba a tener para familias pudientes. El creía que: “...La
parte de la explanación que se proyecta desde el Balneario hasta el
extremo del camino de servicio del contramuelle, donde no hay ni
probablemente puede haber, más población que las pocas casas allí
construidas y algunas que más adelante puedan construirse al borde
de la playa, ya que la parte interior de los terrenos se hallan
detrás de la carretera de Las Arenas, a bastante profundidad de la
rasante de esta. Y por el camino que proyectamos transitaran muy
pocos carruajes, ya que el servicio a esas casa marginales se
efectuará por la carretera...”
Aquella explanación haría revalorizar aquellos terrenos, que
compraron algunas acaudalados bilbaínos por tres pesetas.
Hacía
notar Churruca que: “...Todos
los muelles que hemos construido desde que se constituyó la Junta
del Puerto a finales de 1877 los hemos calculado mediante la misma
formula de calculo, y han resistido perfectamente a la acción del
mar...”
Adjuntaba los cálculos justificativos de esos basamentos y muros.
El
afirmado de aquel camino se iba a realizar con piedra machacada y
recebo, con salidas de agua que se iban a dejar en unas machinadas
que se construirían en el pretil. El perfil tipo que se adoptó para
el muro fue de cara interior vertical y paramento en talud. La altura
variaba entre los 8 y 4 metros. Y se defendieron con una escollera
revestida. El peso total estimado para las escolleras fue de
31.044,75 toneladas. El cemento según aquellas obras fue traído
desde Zumaya y otros puntos donde en la época se fabricaba dicho
material. Las maderas que se utilizaron en las obras para los
encofrados fueron de Pino del Norte; para pilotes y tablestacas se
utilizó Roble y Haya.
El
proyecto era firmado un 15 de octubre de 1898 por D. Evaristo de
Churruca y Brunet, como Ingeniero Director y por D. Cerdán Correas
como contratista de aquellas obras.
En
la próxima y última entrada sobre el Muro de defensa de la Playa de
Las Arenas, veremos los últimos pasos e incidencias de aquella
transformación que supuso el final de la Gran Playa de Las Arenas.
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