El Puente Bizkaia (el Transbordador) ha sido lugar de espectáculos varios a lo largo de su existencia. En el ha habido desde exhibiciones aéreas, campeonatos de natación, competiciones de balandros y regatas, muchas de ellas realizadas durante los veranos. También en los últimos tiempos se ha podido ver actividades multi-aventura para pequeños y exhibiciones de mayores, haciendo góming desde lo alto del puente.
Pero seguro que una de esas demostraciones veraniegas, no pasó desapercibida para nuestros antepasados de ambas márgenes de la ría. Aconteció cuando un comediante se lanzó a la ría desde lo alto del Puente Bizkaia.
Como pasa el tiempo, ya hace más de 100 años, un comediante o aventurero, que también eran así llamados, llegado desde Madrid, “Mr Tebar” o “Tovar”, que con ambos nombres le dio a conocer la prensa local, realizo un espectáculo que llevó a que los vecinos de Areeta-Las Arenas y Portugalete llenaran ambas márgenes de la ría, ansiosos por contemplar un insólito acontecimiento, que la prensa local bautizó como “El Hombre Cometa”. Sobre este acontecimiento próximo a producirse, un diario bilbaíno decía: “…Por fin, el domingo próximo, se realizará en Portugalete el emocionante espectáculo de que hablamos hace días. Se celebrará a las cinco de la tarde. Un hombre, se arrojará al agua desde lo alto del Puente de Vizcaya. Se llama Manuel Tevar. Cobrará 100 pesetas por el ejercicio. Que la ría le acoja benévolamente…” (“El Pueblo Vasco” del 18 de julio de 1912).
Aunque hubo muchas elucubraciones sobre cómo sería el salto, la generalidad creía que el hombre iba a tirarse de cabeza, o dando vueltas de campana o haciendo contorsiones desde lo alto del puente. Las dudas fueron despejadas el domingo día 22 de julio, fecha en la que se produjo el acontecimiento.
Varios diarios locales cubrieron el evento, “El Noticiero Bilbaíno”, “La Gaceta del Norte”, “El Nervión” y “El Pueblo Vasco”, también recogieron la noticia otros diarios, alguno catalán como “La Vanguardia” y otros del Estado como: El diario madrileño “La Correspondencia de España” y “El Debate”, el salmantino “El Adelanto” y “El Heraldo de Zamora”, todos ellos incluían la siguiente coletilla: “…El gimnasta se arrojó desde lo alto del Puente Colgante a la ría. La altura desde el puente a la ría pasa de 60 metros, sujeto con los dientes a una polea y deslizándose por un cable…” Algunos de esos diarios llamaban al artista “Hombre-Cometa”.
El personaje: Se trataba de un madrileño de 29 años, Manuel Tebar, quien se hacía llamar en las tarjetas de presentación “Mr. Tebar”. Este personaje había trabajado en la compañía de varietés que dirigía Simón Assas. Hacía años, trabajó en una función que se celebró en la plaza de Indauchu, contratado por el señor Villagodio, realizando ejercicios de fuerza y rompiendo piedras con la cabeza. También actuó en la compañía Circo Moderno, bajo el nombre de “El Hombre de Acero”.
Respecto de la Compañía de Simón Assas decir que: Simón Assas era un personaje del mundo del espectáculo que formó una agencia artística internacional matriculada Barcelona. Esta compañía se dedicaba a espectáculos acrobático-cómico-musicales, y recorrió a principio del Siglo XX numerosos teatros del todo el estado, entre ellos el Cervantes y el Alhambra de Granada, el teatro Circo de Córdoba y el teatro Principal de Santander.
Que el acontecimiento había despertado curiosidad entre los vecinos de ambos Pueblos, y de otros cercanos, no cabía la menor duda, el diario “El Noticiero Bilbaíno” decía en sus páginas el día 22 de julio: “…Los trenes y tranvías llegaban atestados de personas, los muelles, terrazas, balcones y azoteas, desde los que se dominaba la vista del Puente Vizcaya, estaban llenos…”
El momento era el idóneo, en Portugalete se celebraban sus fiestas patronales, y en Las Arenas estaban a punto de llegar las de Santa Ana. Y mientras que en la Villa Jarrillera, discurría la mañana en medio de una carrera de bicicletas y la Banda Municipal entonaba en el quiosco notables obras de su escogido repertorio, los vecinos de ambas márgenes de la ría, más los llegados de otra poblaciones de la Provincia, esperaban inquietos el espectáculo de la tarde.
Conforme avanzaba la tarde, mayor era el numero de personas que se trasladaba hacia Portugalete y Las Arenas. Para ello se valían de todos los medios de transporte disponibles, unos en los trenes y tranvías de ambas márgenes, en automóvil, bicicleta y coches de caballos. El ferrocarril de Portugalete puso trenes cada cuarto de hora.
Antes de comenzar, en la ría, el Ayuntamiento de Portugalete había fletado una lancha, con todo lo necesario para el caso de que fueran necesarios auxilios. Se formó un jurado compuesto por: El primer teniente de alcalde D. Joaquín Inza; el segundo teniente de alcalde D. Enrique Retuerto y el médico D. José Babio. En la lancha iban el ingeniero Sr. Retuerto y el arquitecto D. Emiliano Pagazaurtundua.
Llegó el momento esperado y el artista-acróbata apareció en lo alto del puente: “…Eran pocos más de las cinco de la tarde. Estaba en traje de baño, se situó entre dos banderas en el centro del transbordador y saludó al público. A continuación, comprobó el artilugio que había dispuesto para realizar el espectáculo, se trataba de un pequeño carrete unido a un alambre con forma plana, muy inclinado, que llevaba una anilla de caucho, a la cual se sujetó con los dientes, este alambre iba desde el puente a una boya colocada en la ría. Sujetó el alambre del carrete entre los dientes, salvó su cuerpo sobre la barandilla del puente, y poniendo los brazos en cruz se dejó deslizar por el cable. La primera parte del cable la recorrió vertiginosamente, soltó el asidero de los dientes al llegar a ocho metros del agua, zambulléndose en la ría. El experimento duro tan solo diez segundos. Los de la lancha le recogieron envolviéndole en una manta. Desde donde le trasladaron al Hotel de Portugalete, a una habitación en la que le esperaba la comisión de festejos…” Decían que un comerciante bilbaíno, de una conocida marca dentífrica, acuñó un hábil eslogan: “…Mr. Tebar, desde su niñez, usa Licor del Polo de Orive, de la calle Ascao, 7…” Una vez terminado el espectáculo, la concurrencia se disemino por Las Arenas y Portugalete.
Los diarios comentaban que: “…El jueves próximo, días 25 de julio, se repetirá el espectáculo. Las Compañías ferroviarias y del tranvía están de enhorabuena porque tienen en perspectiva otro día de negocio como él de ayer…”
Este fenómeno gimnástico dio también lugar a la chanza política, el diario “El Liberal” publicaba en sus paginas, aprovechando el acontecimiento, una tira cómica representando el salto desde el Puente, a la que le habían colocado la cabeza del Alcalde de Bilbao, Sr. Moyua. Era esta una rotativa nacida en Madrid, que se publicó en Bilbao, era de orientación liberal republicana, y ese mismo día daba la noticia de la repetición del salto desde el puente con el mismo protagonista, Mr. Tebar: “…Con motivo de una novillada celebrada en Portugalete y de la anunciada repetición del salto a la ría desde el Puente de Vizcaya. Y una vez terminada esta, la gente abandonó el frontón se dirigió a la ría para presenciar el emocionante ejercicio que iba a realizar el gimnasta Tebar. A las seis y cinco se disparó la bomba anunciadora y el gimnasta volvió a realizar el salto…” (“El Liberal” del 25 de julio de 1912).
Aunque desafortunadamente, ningún fotógrafo inmortalizó el momento, tampoco el acreditado fotógrafo D. G. Novillo, que había abierto su nuevo gabinete fotográfico de Algorta.
Solo que el acontecimiento no ocupó esta vez tanto espacio en las páginas de los diarios bilbaínos, a pesar de que concitó numeroso público en ambas orillas de la ría.
Y así igual que causo expectación, aquella fantástica exhibición veraniega, entre la población de ambas márgenes de la ría, desapareció el recuerdo de aquel acontecimiento, de una época en la que escaseaban estos, y que salvo en el cine, nuestros antepasados tenían pocas atracciones que llenaran de emoción sus vidas.
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