Cuando
el pasado día 5 de abril recordaba la fecha del Aberri Eguna, me
pareció que sabía poco sobre la efemérides de 1932, su primera
edición. Así que hurgué en hemerotecas de esas fechas con dos
objetivos: ver cómo fueron los actos celebrados en Bilbao y ver el
tratamiento que la prensa de la época daba al acto.
Los
que iban a participar en ese acontecimiento político, ya desde la
víspera, llegaban a Bilbao y los alrededores, alojándose en casas
de amigos y establecimientos hoteleros. Esa misma noche bandas de
txistularis y música recorrieron las calles anunciando el acto que
se iba a celebrar al día siguiente.
El
día 29 de marzo, día elegido para la celebración de ese primer
Aberri Eguna, los manifestantes llegaban desde todas las poblaciones,
algunos, los arrantzales, lo hacían por mar a bordo de más de 36
embarcaciones que amarraron en el paseo del Arenal. Uno de ellos el
“Txatxarramendí” de Abanto y Zierbana, fue
recibido con grandes muestras de júbilo, amarró en el muelle de
Arriaga, junto al “Zeruko Izarra ”.
Desde
las primeras horas de la mañana comenzaron a llegar a Bilbao,
procedentes de los más apartados rincones del País, autobuses y
automóviles cargados de militantes nacionalistas. Por las estaciones
del ferrocarril de Las Arenas, Portugalete, Santander y Vascongados
llegaron infinidad de hombres, mujeres y niños dispuestos a
participar en la manifestación. Un rotativo describía la
organización y el orden de la manifestación de la siguiente manera:
“...Suenan las diez y media, aparecen figuras blancas, son
los mendigoizales, que en mangas de camisa, vienen raudos, en dos
filas, para cubrir el recorrido de la manifestación...”.
Esos grupos de jóvenes luciendo brazaletes, daban instrucciones para
evitar que el confusionismo pudiera malograr, dado el número de
participantes, el éxito de la demostración nacionalista.
A
partir de las ocho de la mañana, aproximadamente, dio comienzo la
gran concentración nacionalista. El rotativo nacionalista “Euzkadi”
en una demostración de jubilo, en su primera plana, incluía este
titular: “...Más de sesenta y cinco mil vascos en una
manifestación imponente, por el número? la organización y la
disciplina, rinden homenaje a Euzkadi y a la memoria de don Sabino de
Arana y Goiri...”. Lo ilustraba con una fotografía tomada
a la muchedumbre desde el primer piso de Sabin-Etxea, en la que
decían: “...la muchedumbre imponente que llenaba la plaza de
Albia, haciendo desaparecer los jardines y todas las calles que a
ella desembocan...”.
Para
las diez y media de la mañana, la impresionante manifestación se
hallaba ya formada en la Avenida de Sabino de Arana ocupándola, y
atentos a la orden de marcha. En primer lugar se situó una Banda de
txistularis seguida por cuatro clarinetistas vestidos a la antigua
usanza de las merindades vascas. Media hora más tarde, como estaba
previsto, se puso en marcha la manifestación, con los mendigoixales
en primer término. Inmediatamente se situaron los integrantes de los
cuatro Consejos Regionales del Euzkadi Buru-Batzar (Luis de Arana
Goiri, Baltasar de Amézola, Rafael de Mendiguren, que llevaba el
estandarte juradero del B. B. B.; Amando Urriolabeitia, Elias de
Gallastegi, Enrique de Orueta, Jesús de Zabala y Policarpo de
Barrena).
Después
se situó la bandera de la primera entidad nacionalista del
Euzkeldun-Batzokija, portada por Koldobika Arbeloa, enseña que era
acompañada, en filas de a diez, por más de doscientas banderas de
los diferentes batzokis. Tras las banderas se colocaron los diputados
vascos a Cortes, entre ellos se encontraba el alcalde de Getxo,
y más tarde Primer Lehendakari del Gobierno Vasco, D. Jose
Antonio de Agirre y Lekube. A lo largo de la manifestación les
acompañaban grupos de ezpatadantzaris e hilanderas, entre los que
figuraban muchísimos niños.
Participaron
en el gran desfile las Bandas de música de Munguía y Getxo, la
Particular de Bilbao, y grupos de txistularis de distintos puntos.
Nuestro municipio también tuvo su lugar en la misma, la Banda
municipal de música de Getxo se situó en la cabeza de la
manifestación y durante la misma interpretó el “Eusko
Abendaren Ereserkia”, “Itxarkundia” y
diversas marchas, alternándose con la Banda de txistularis. Junto a
la ikurriña que encabezaba la marcha colocaron al entonces pequeño,
Eukeni Gallastegi hijo de Alexander, que llevaba una pequeña
ikurriña vestido de ezpatadantzari.
Tras
un profundo silencio los clarineteros interpretaron el “Itxarkundia”,
la manifestación se puso en marcha en medio de atronadoras salvas de
aplausos. Cuando la cabeza de la manifestación marcaba la curva de
la plaza Elíptica, la multitud de manifestantes aún se encontraba
sin arrancar al pie del monumento al Sagrado Corazón. Antes de que
dieran las doce del medio día, la manifestación comenzó a
desembocar por la calle de Berastegi en Sabin Etxia.
Cuando
los manifestantes cubrían la plaza de Albia, ante Sabin Etxea, dio
comienzo un acto político dedicado a rememorar las bodas de oro del
Nacionalismo y a la memoria de Sabino de Arana. Ante la multitud tomó
la palabra D. Luis de Arana y Goiri, que glosó sobre esa primera
celebración, la figura de su hermano y la Patria. Le siguieron
discursos de los responsables políticos de los diversos territorios,
de un marcado acento religioso, propio de la época. Y saludos de las
colectividades americanas.
Terminadas
las alocuciones se procedió a descubrir una placa, que estaba
cubierta por una ikurriña, colocada a la derecha del mirador de su
casa natal. La placa de mármol apergaminado, contenía una alegoría
en broce, representando un pórtico soportado por dos columnas, que
representaban a los hermanos Arana-Goiri, en cuya cúspide aparecía
el escudo de Zazpiak Bat, del que salían halos de rayos solares con
la señal “Jel”; en su base descansaba un pebetero,
en el centro de la misma se podía ver una inscripción que decía:
“...bendito el día en el que conocí a mi Patria y eterna
gratitud a quien me sacó de las tinieblas extranjeristas...”.
La placa fue retirada de la fachada de la casa al ser ocupada tras la
guerra por los falangistas. Posteriormente pudo ser rescatada y
enterrada en las cercanías del Hospital de Basurto, sin que pudiera
localizarse años más tarde.
Tras
este acto las banderas fueron colocadas en ventanas y los balcones de
Sabin Etxia, y tras entonar el “Euzko Abendearen Ereserkija”,
el publico asistente se desplegó por las calles de Bilbao. A la una
de la tarde las calles y cafés de la villa adquirieron una
extraordinaria animación, en los restaurantes y fondas la
concurrencia era excepcional. Para las dos y media los vaporcitos y
lanchas motoras que habían amarrado en el Arenal partieron hacia sus
puertos de origen. Al iniciarse la partida dejaron oír sus sirenas,
creando un sonoro e inolvidable espectáculo.
Durante
la tarde tres fueron los actos festivos que con motivo del Aberri
Eguna se celebraron en Bilbao:
En
el Teatro Arriaga, con la intervención de un cuadro artístico de
las Euzko Etxea de Donosti (Euskera) y de Bilbao (Erdera), ambos
grupos representaron la comedia “Maitasunak” de
Juan Avelino Barriola (obra estrenada en el Teatro Principal de
Donosti el 20 de enero de 1923). Durante el intermedio de la obra, el
Bertsolari Enbeita junto a su hijo, deleitaron a los presentes con
sus bertsos dedicados a lo sucedido durante el día.
En
el Frontón Euskalduna. Comenzando a las cuatro de la tarde con una
exhibición folklorica a cargo de setecientos cincuenta
ezpatadantzaris y doscientas hilanderas, que tras una alegre
biribilketa iniciada por la Banda Municipal de Getxo, entraron con
sus banderas desplegadas llenando el frontón. Una vez finalizado el
alarde sería la banda quien tomaría el centro de la cancha, y bajo
la dirección del maestro D. Manuel Gainza ofreció un
repertorio compuesto por las obras “Aires vascos Nº 2”
de José Franco, el pasacalle popular gasteiztarra “¡Animo,
pues!”, la pieza musical patriótica “Itxarkundia”,
finalizando con el “Agur Jaunak”. Le seguiría un
partido de cesta punta en el que intervinieron Manjarrés y Uria
(azules) contra Vega y Aginaga (rojos), partido que terminó con la
victoria de los azules. Continuó el programa con la participación
del Orfeón Donostiarra, dirigido por el bajo D. Gabriel de Olaizola,
que interpretó las obras “Jagi-Jagi” de Olaizola,
“Goiko Mendian” de Guridi, la pieza coral
“Euzkalduna” del Padre Donostia, finalizando con
el “Euzko Abandearen Ereserkija”, de Cleto de
Zabala, armonizado a voces mixtas por Bruno de Muxika. Tras esta
intervención, con los primeros acordes de los txistularis, saltarían
a la cancha noventa grupos de dantzaris realizando el saludo a la
Ikurriña, tras el seguirá una serie de dantzas entre las que
estuvieron “Zortziko”, “Banako”,
“Makil dantza” y “Txakarrankua”,
resultando un colorista cuadro la mezcla de la ropa blanca de los
dantzaris con las faldas oscuras de las hilanderas. Finalizó la
fiesta con una animada romería.
En
el Teatro Campos Eliseos, con la obra “Pedro Mari”
de Alfredo Etxabe, interpretada por el cuadro dramático de Juventud
Vasca de Bilbao (obra estrenada el 19 de marzo de 1922). Con este
acto se cerraba un día de Aberri Eguna, que tendría su continuidad
festiva al día siguiente (lunes), con un concierto en el Arenal
bilbaino, un banquete al que asistieron 500 comensales entre los que
se encontraba el Alcalde de Getxo D. Jose Antonio de Agirre y
Lekube, y diversos actos de carácter político, con discursos
del alkate getxotarra, Teleforo Monzon, Francisco Javier Landaburu y
Jesús Zabala.
En
la próxima entrada veremos el tratamiento que la prensa dio a dicha
efemérides, y los movimientos de ciertos círculos para tratar de
que la celebración fuera reprimida.
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