En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como se iba a proceder a la rotulación de las calles, plazas y edificios del barrio de Las Arenas.
Hay servicios públicos que son esenciales para los habitantes de una población, el abastecimiento de agua era uno de ellos. Cuando a finales del Siglo XIX, ante el intenso crecimiento demográfico y urbano, junto a la insalubridad de las aguas y los alimentos, se decidía abastecer de agua potable desde los manantiales de Berango a nuestra Anteiglesia. Los molinos fueron piezas calves para el suministro de agua a nuestros antepasados. Entre los años 1885-1889 los molinos de Errotatxu y el de Lanzako-Goikoerrota, sirvieron para el suministro de este preciado elemento. En 1892 el Ingeniero Director de la obra D. Laureano G. Santa María, indicaba que “...Una vez concluidas las obras para el abastecimiento de aguas al vecindario de los barrios de Algorta y Las Arenas...” Durante 1897 la preocupación por el preciado elemento seguía dando trabajo a nuestros ediles.
En el pleno municipal del 2 de septiembre de 1897 se daba cuenta de una queja de los vecinos de Getxo: “...Se da cuenta de una instancia de varios vecinos de Santa María de Guecho de esta Anteiglesia, quejándose por haber desaparecido el agua de la fuente de Elejalde con motivo, sin duda, de las obras que se están llevando a cabo para el saneamiento de al ría de Bilbao...”
En este sentido el seguimiento de perdidas de agua, bien en los manantiales o en las conducciones eran atendidos por el responsable de Aguas Municipal de Getxo: “...Se da cuenta del informe del empleado de Aguas Municipal de Guecho, D. Desiderio Mendez, quien manifiesta que que se halla en mal estado y al descubierto el tubo de las cañerías de aguas del puente de Villabotas, por haber caído sobre la misma un trozo de pared en la zona que pasan los carros; así como de la falta de reposición o relleno de tierra de los depósitos de los manantiales y sus tapas; por otro lado las tapas de los contadores de las fabricas de los Señores Uria y Larrondo, no indican correctamente las aguas que pasan a ellas. El Ayuntamiento comisionaba al encardo de aguas Sr. Méndez para soltar los contadores y llevarlos a Bilbao para que comprueben su funcionamiento y repongan el mecanismo en caso necesario...”
En el mismo pleno municipal se acordaba: “...Que al igual que en años anteriores se proceda a la limpieza del Río Gobelas para facilitar el libre cursos de sus aguas, por medio de jornaleros, nombrado como trabajador preferente capataz a D. Ramón Achutegui, lo mismo que en los últimos años...”
Como el Ayuntamiento necesitaba controlar las casetas que se habían colocado en el último años en las playa del Municipio acordaba: “...Se acuerda se obtenga una nota indicando las casetas de servicios para bañistas que existen en las playas de mar de esta jurisdicción, nombrando para esta función para ls playas de Arrigunaga y Ereaga al Sr. regidor Ardanza; y para la de la playa de Las Arenas al Regidor Elcoro...”
La prensa local incluía entre su noticias de interés una referida a las regatas de balandras, botes de pesca, bateles de recreo y pesca y lanchas de lemanaje, que próximamente se iban a celebrar en el Abra: “...Club Náutico.- Los señores socios que deseen asistir a las Regatas que se verificarán en el Abra el próximo domingo, pueden pasar a recoger la tarjetas de embarque en la Administración de la Sociedad, a partir de las cuatro de la tarde del sábado...” Dicho diario incluía una relación de las embarcaciones inscritas hasta la fecha: “...Embarcaciones inscriptas para las regatas en el Abra organizadas por el Club Náutico para el próximo domingo. Balandras: «Manu», de D. E. Echevarria, de Bilbao; «Migñón», de D. R. Ferrer, «Pilar», de Santander.
Bores de Pesca: «Cai» de D. G. de la Quinta, de Santurce; «Brisa», de D. H. Echechevarria de Bilbao; «San Luis», propiedad de D. G. de la: Quintana, de Santurce; «Politena», de D. M. Orozco, de Portugalete; «Maceo», de D. G. Ordorica, de Santurce; «Irurac Bat», de D. A. Allú y de D. José Arco, de Santurce; «Pilar», de D. P. Martin, de Santurce; «Joven Domingo», de D. Jesús Esma, de Santurce.
Bateles de recreo: «Estrella», de D. M. Taramona, de Santurce; «Beti-bat» de D. Salvador Rueda, de Portugalete; Batel de pesca: «Dos Amigos», de D. C. Egusquiza, de Portugalete.
Lanchas de lemanaje: «Virgen del Puerto», de D. E. Egusquiza, de Portugalete; «San Roque», de D. S. Ortiz de Zárate, de Portugalete; «María», de D. G. Algorri, de Santurce; «Daniel Onofre», de D. Ricardo Ageo, de Santurce. Bote de recreo: «Aizia», de D. J. Uresandi, de Bilbao...” Esas regatas crearon tal expectación que las Compañías de Remolcadores se apresuraron a hacer negocio: “...Con motivo de las regatas que se verificarán en el Abra el próximo domingo 5 del corriente, el Remolcador «Bilbao» admitirá pasajeros. Salida de Bilbao, a las tres de la tarde. Precio: Puente 2,50 pesetas y en Cubierta 1,50. También el vapor «Rodas» ofrecía sus servicios al precio de 2 pesetas el pasaje...” (El Nervión del 3 y 4 de septiembre del 1897).
La luz eléctrica iba llegando a los pueblos cercanos, en esta ocasión lo hacía a Plentzia, aunque primero lo hizo a su sociedad más importante: “...En plenas fiestas de San Antolín, en Plencia, se inauguró la luz eléctrica en su Casino, dejando para más adelante su instalación en calles y plazas...” Y como había que llenar las paginas de aquellos diarios, un corto hablaba sobre el origen de algunos árboles de gran celebridad a lo largo del mundo, entre ellos nuestro Árbol símbolo de los Fueros y Libertades: “...En la Orotava (Canarias), existe el Dracena Draco, que debe tener de existencia 6.000 años; y encima de su tronco se puede colocar una mesa para 24 comensales. El árbol de la Noche Triste, en Méjico. El Geiba, árbol gigantesco bajo el cual lloró el héroe inmortal Hernán Cortés, en la desastrosa retirada de Méjico. En Francia el castaño de los Cíen Caballos, por haber servido de refugio durante un temporal a la reina doña Juana de Aragón y su escolta de 100 caballos, cuyo tronco mide 165 pies de circunferencia. En Vizcaya el árbol de Guernica. Y por último, el gran nogal de Istria, que tiene su tronco 90 varas de circunferencia, pudiendo cobijar con su sombra a 5.000 personas.
Otro, árbol célebre, antiquísimo, está en Constantinopla, tan desmochado que su, enorme tronco está hueco: en torno de él se reunían los genízaros para preparar sus motines, y enviar al Sultán emisarios para pedir la destitución de algún bisá, o para exigir la concesión de nuevos privilegios...” (El Nervión del 4 y 5 de septiembre del 1897).
En esa mismas fechas el primer Presidente de la Primera República acudía a ver las obras del Puerto Exterior del Abra: “...A las dos de la tarde salió por el ferrocarril de Portugalete para dirigirse a visitar las obras del Puerto Exterior. Le acompañaban el ingeniero de las Obras Sr. Churruca, el diputado por Guerníca Sr. Gandarias, y los Sres. D. Federico Echevarriá y D. Manuel Zuricalday. A las dos y medía de la tarde la Comitiva de Castelar se dividió en dos grupos, pues el insigne orador quería ir en coche a visitar las obras y así lo hizo, en compañía de los señores Gandarias, Churrucá y Ferrer. Los demás expedicionarios efectuamos, el viaje en el remolcador de la Junta de Obras del Puerto «El Siglo». La mar estaba bella y la travesía la realizarnos muy agradablemente. Una vez en las gigantescas obras del rompeolas, se hizo funcionar la «Grúa Titán», admirando la precisión de sus movimiento. El Sr. Churruca nos explicó detalladamente la forma de construcción y la cimentación del actual rompeolas. Van construidos cerca de 500 metros del rompeolas con una solidez que encanta, faltan, por tanto, de construir 920 metros. Del contramuelle hay construidos 348 metros, a partir de la costa y faltan, para completar tan importantes obras, unos 300 metros. Visitadas estas obras, todos los expedicionarios embarcamos en «El Siglo» con dirección a Axpe, donde visitamos las grandiosas operaciones de construcción de los cajones y fabricación de bloques. El Sr. Churruca regaló al Sr. Castelar un plano de las obras y las Memorias de la Junta del Puerto de estos últimos años...” (El Nervión del 5 de septiembre del 1897).
En la próxima entrada de esta serie veremos como el Ayuntamiento de Getxo, recibía con sospechas una noticia publicada en el Boletín Oficial, relativa a algunas propiedades de nuestra Anteiglesia.
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