jueves, 14 de noviembre de 2024

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -409-

 

En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como se daba cuenta de la que fuera segunda rotulación de calles registrada en nuestra Anteiglesia.

En el pleno del 26 de agosto de 1897, la propuesta de algunos vecinos de Algorta, encabezada por los hermanos Libano, que había sido aprobada en el pleno anterior, tenía contestación por parte del Regidor Sr. Larrondo: “...Hace uso de la palabra el Regidor Sr. Larrondo y protesta sobre del acuerdo de la mayoría tomado sobre las obras de la que se trataba en él, considerando que las obras de las referidas calles no son de utilidad pública ya son de beneficio particular, y son atentatorias contra los fondos municipales, para ello dice que los presupuesto municipales para el sostenimiento de calles, caminos y otros trabajos fueron restringidos por el Ayuntamiento en el pasado presupuesto, reduciendo de 11.000 a 12.000 pesetas, y que en cuanto hubiere recursos es prioritario acometer la obra que empieza en la calle Cueva y termina en Marticuena. Que tiene el Municipio un convenio formal escrito con los propietarios del terreno vendido para construir el Hospital Hospicio, para abrir dicha calle transversal, por entre el mismo edificio y la casa llamada Alango en dirección al ferrocarril, y además, esta sin comprometer, desde la casa del Sr. Unzaga hasta el Fuerte de las Canteras; por todo ello solicito se rectificara el pasado acuerdo. También D. Manuel Inchaurtieta, que no concurrió a la anterior sesión municipal, protesta por el acuerdo adoptado en ella, para la apertura de una calle frente a la parroquia de San Nicolás de Bari de Algorta. El Alcalde D. Santiago Diliz, que debía llevar adelante el citado acuerdo del 19 de agosto, tomado por la mayoría de los concejales, decidió que ambas obras se ejecutarían a la vez...”

Seguidamente se aprobaba la colocación de una fuente en el Puerto de Algorta: “...En seguida se dio cuenta de un informe emitido por la Comisión de Gobernación y Policía, acerca de la instancia del Mayordomo de la Cofradía de Mareantes del Puerto de Algorta, referente a la colocación de una fuente pública. Acordó el Ayuntamiento aprobar y autorizar para que la Comisión junto al vigilante de las obras municipales, ejecute las obras de colocación de una fuente en el punto llamado “Riberamune”, las cuales ascienden a la cantidad de 275,75 pesetas...”

La Casa del Juzgado, de la de San Nicolás, debía de estar en muy mal estado, ya que no solo eran los tabiques los que presentaban ruina, si no que el propio techo obligaba a colocar baldes para recoger las goteras cuando llovía: “...Se da cuenta de un oficio del Juez Municipal en el que expone la mala situación del techo de dicho juzgado. El Ayuntamiento acuerda, se manifieste al referido Juez que las obras del tejado, del edificio que ocupa el Juzgado Municipal, para evitar las goteras se ejecutaran en cuanto se hayan terminado de arreglar los tabiques y realizado los blanqueos interiores, y se den dos baños baños de pintura al enverjado de los huecos de dicho edificio...”

Llegado ya el momento de proceder a la rotulación de las calles, plazas y edificios del barrio de Las Arenas, en es mismo pleno del 26 de agosto de 1897, se decía: “...Presentada por la Comisión del barrio de Las Arenas, la nota para la rotulación de calles y plazas de aquel barrio, acuerda este Ayuntamiento se proceda a la construcción de los oportunos rótulos y su colocación, así como a pintar los números de los edificios y casas con pintura...”

Otras obras se estaban realizando por el barrio de Algorta, entre ellas la de la casa ”Abadena” de la calle de Aretxondo: “...Se da cuenta de una instancia de D. Juan Bautista Esesumaga, de esta vecindad, quien solicita permiso para construir una tejavana con destino al desahogo de su casa llamada “Abadena” en la calle de Arechondo...”

A pesar de que en algunas zonas Getxo presentaban claros síntomas de crecimiento y sus edificios señoriales a sí lo demostraban, la pobreza de algunos sectores se hacía sentir: “...Se da cuenta de una instancia de D. Marcelino..., en la que manifiesta tener una niña de cinco años, a la que no puede criar por hallase su mujer enferma y sin recursos el exponente, por lo que el exponente solicita se le sufrague la lactancia de la referida niña. El Ayuntamiento acordaba que no puede tomar en consideración dicha petición, teniendo en cuenta los gastos que ha costeado con la enfermedad de dicha mujer, y se facilite al exponente en clase de pobre, y por una sola vez, la cantidad de 25 pesetas de los fondos municipales...”

Y aunque no es noticia de nuestra Anteiglesia, me parece interesante reflejar como aquel año, la cabalgata de las fiestas de Bilbao era espectacular y a la misma, además de toda la liturgia de representantes municipales y militares, acompañaban unos símpaticos personajes que seguro hicieron las delicias de los más pequeños: “...Grupo quinto.- Director Sr. Pinillos: Acompañado de Chistu y tamborileros, gigantes y cabezudos. Cuatro barrenderos con antorchas alumbrando al Gargantua, dos dando bengalas a los del Gargantua, cuatro a los de enanos del Gargantua y cuatro tirando cohetes...” Aquella comitiva de fiestas llevaba en total cinco grupos. Además en los márgenes de la ría, entre el puente de Arenal y el llamado giratorio, un gran gentío contemplaba las regatas de chanelas y botes. Mientras en el paseo del Arenal se quemaron por la noche dos toros de fuego. (El Nervión del 28 de agosto de 1897).

En nuestro entorno, las noticias de prensa escaseaban, y era noticiable tan solo un hecho fortuito: “...En las playas de Portugalete y Las Arenas hubo ayer tarde gran animación. Cuando mayor era la concurrencia entró el vapor «Somorrostro» procedente de Rotterdam con cargamento de madera: Entró inclinado sobre la banda de babor a consecuencia de habérsele corrido la carga...”

El día de la festividad de San Ignacio un orfeón bilbaíno se iba a dirigir a Las Arenas para dedicar una serenata a uno de los ilustres hacendados de ese barrio: “...Esta noche se dirigirán a Las Arenas los socios del orfeón «Euskeria» con objeto de dar una serenata al socio D. Ramón de La Sota...” (El Nervión del 31 de agosto de 1897). La Sociedad Euskeria, fue una agrupación de caracter coral y cultural, creada en Bilbao a finales del Siglo XIX. Sota, jefe del partido liberal-fuerista y socio honorario y protector, en sus estatutos fundacionales se decía: “...Esta Sociedad, titulada Orfeón Euskeria, fue fundada el día2 9 de julio de 1896...”(Auñamendi Eusko Entziklopedia y Fundación Sancho el Sabio).

En la próxima entrada de esta serie veremos como algunos vecinos de Getxo se quejaban por haber dejado de fluir el agua de la fuente de «Elexalde».

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