Siguiendo con esta historia sobre la tuberculosis en nuestra Anteiglesia, en este capitulo, veremos como se trabajaba para poner las bases de lo que más tarde sería el “Dispensario Nuestra Señora de Begoña” de Areeta-Las Arenas.
Antes del establecimiento del Dispensario Antituberculoso de Las Arenas, el llamado Junta “Ropero Antituberculoso” ya trabajaba para poner las bases de lo que más tarde sería el “Dispensario Nuestra Señora de Begoña”: “...El secretario del Ayuntamiento de Guecho, dio cuenta de haber recibido una visita de una Comisión de señoras interesadas en establecer un Ropero Pretuberculoso denominado “Nuestra Señora de Begoña”, esta Junta o Institución tomaría a su cuidado de la indicada afección enviándolos a Sanatorios adecuados como el de Eibar y el Santo Hospital de Bilbao. Dichas señoras desean la cooperación o ayuda de este Ayuntamiento, además de recibir las aportaciones voluntarias de los vecinos. El Ayuntamiento acordaba, que en tanto se sentaran las bases de dicha Junta, prestar su ayuda a la citada iniciativa...” (Expediente del Archivo Municipal de Vegeto, Signatura 3070-9 del 19 de mayo de 1931).
La Junta Municipal de Beneficencia era la encargada de velar por la protección, aislamiento y hospitalización de los enfermos con síntomas de tuberculosis. En un escrito de octubre de 1931 se decía:“...La Comisión especial de protección, aislamiento y hospitalización de enfermos tuberculosos que funciona en la Junta Municipal de Beneficencia de este Municipio expone: Que en virtud de haber llegado a un convenio con el Sanatorio de Briñas que está en Santa Marina, jurisdicción de Bilbao, se han hospitalizado varios enfermos de esta localidad...” La presidenta de aquella Comisión Especial Antituberculosa era Dña. Josefa Tapia, viuda de López y la Vicepresidenta Dña. Francisca Urresti. (Expediente del Archivo Municipal de Getxo, Signatura 3070-9 del 24 de octubre y 5 de diciembre de 1931).
No obstante, debía ser bastante la demanda de hospitalizaciones, y se trataron de arbitrar soluciones paliativas. En abril de 1932, el entonces Alcalde Accidental, D. Pedro Larrondo y Bengoechea, enviaba un exhorto al médico de Algorta, D. Román Pereiro: “...Distinguido amigo D. Román Pereiro, le agradecería se sirviese en remitir con toda urgencia su parecer sobre la instalación de una sala de socorro, donde pudieran ser atendidos los enfermos, que no requieran asistencia médica por las señoras que forman la Liga Antituberculosa de de esta localidad...”(Expediente del Archivo Municipal de Getxo, Signatura 3070-9 del 24 de febrero de 1931).
Acompañaba a aquel exhorto un informe médico manuscrito del médico algorteño, Dr. Pereiro, en el que se hacía una visión completa de las instalaciones del Cuarto de Socorro de Algorta, así como de las posibles soluciones para facilitar el aislamiento de esos enfermos, aunque no aconsejaba utilizar aquellas instalaciones sin realizar modificaciones en las mismas: “...Informe médico sobre la posibilidad de utilizar una de las dependencias del cuarto socorro de Algorta, para prestar asistencia a personas enfermas de Tuberculosis. La Sala Cuna se encuentra instalada encima del Cuarto de Socorro y tiene entrada independiente desde la calle, en el se realiza una media de una cura diaria. Como hemos dicho en el mismo edificio se encuentra la Sala Cuna. Los enfermos de tuberculosis que habrían de acudir y que deberían mantenerse en todo momento aislados de otros servicios, cosa que con la actual disposición no es posible. Y habría que reglamentar el momento y la manera de realizar las labores de limpieza y desinfección de la parte de local destinada al nuevo objeto benéfico...” (Archivo Municipal de Getxo, expediente: Signatura 3070-9. Román Pereiro, médico, 3 de marzo de 1931).
Los enfermos a quienes se necesitaba prestar atención provenían de los distintos barrios de la Anteiglesia, muchos de ellos de los más humildes, como Puerto Viejo, Alango y calle Urkijo de Las Arenas, además de otros lugares de Algorta y Getxo.
Entre 1919 y 1935 los Sanatorios para atender a los tuberculosos de Getxo estaban situados diseminados por la geografía de nacional, eran el Sanatorio de Gorliz, el victoria Eugenia de Eibar, Briñas, Laguardia, Chamartín de la Rosa, Tetuán de las Victorias de Madrid y en Pedernales, entre otras poblaciones.
En un libro de 1919 se decía a cerca de la tuberculosis: “...El Doctor D. Enrique Areilza, compañero el Dr. Guimón, tuvo hace 65 años la certera visión, de edificar un Sanatorio Marino en la playa de Gorliz como solución para combatir la endemia tuberculosa que azotaba a Vizcaya.
Un nuevo período se inicia en el año 37 y termina en el 54, En los primeros años de este lapso, junto a las vicisitudes locales derivadas de la evacuación de la enfermería del Sanatorio a Francia y de la pérdida de gran parte de su utillaje, atravesamos las graves consecuencias de las postguerras, tales como condiciones alimenticias adversas, traslados domiciliarios, pérdida del sostén de la familia, la explosión demográfica de la provincia, debida a una fuerte inmigración, etc., que traen como colofón un recrudecimiento de las enfermedades características de Górliz, entre ellas, principalmente la tuberculosis, el raquitismo, los trastornos nutritivos pronunciados, y todo ello coincidente con una insuficiencia de medios asistenciales (ubicación, instrumental, alimentación, economía, etc.) que obliga durante algún tiempo a seleccionar con dureza y consiguientemente a rechazar en la Consulta de admisión a un gran número de niños merecedores de ingreso...” (“Medio siglo de vida en la historia del Sanatorio Marino de Gorliz” del Dr. Enrique Ornilla, 1919).
Los enfermos del municipio atendidos en el Sanatorio de Eibar ascendían a 32, de ellas 4 eran mujeres; y los del Sanatorio de Briñas a 17, de ellas 2 eran mujeres. Los gastos originados por las estancias de los enfermos con tuberculosis, durante el año 1932 en el Sanatorio de Briñas: “...Eran pagados, en su mayor parte, por el Patronato, y el Ayuntamiento de Getxo, las cantidades en ese orden eran de 2.321,65 pesetas y 1.888,35 pesetas. Los productos de farmacia del Sanatorio de Laguardia, en 1931, eran comprados a la farmacia del Ldo. Servillano Etchaberry...”(Expediente del Archivo Municipal de Getxo, Signatura 3070-9 del 31 de diciembre de 1932).
Los gastos de las estancias de los enfermos a lo largo del año 1933, en Sanatorios Antituberculosos ascendían, según un un escrito de la Junta Municipal de Beneficencia : “...Visto el informe de la Junta Municipal de Beneficencia, los gastos de estancias de enfermos en Sanatorios Antituberculosos durante el año 1933, asciende a 41.384,80 pesetas, de las que han sido abonadas por este Ayuntamiento 17.607.80 pesetas, corriendo el resto por el Patronato Antituberculoso de Guecho...”(Expediente del Archivo Municipal de Getxo, Signatura 3070-9 del 14 de febrero de 1934).
El número de fallecidos por tuberculosis en Bizkaia paso de los 753 de 1933 a los 865 de 1941.
Alguna referencia a nuestro Dispensario de Las Arenas, aparece ya en 1934. En concreto se trata del pago de un impuesto en la Tesorería de la “Diputación de Vizcaya”, a nombre de la Junta de “Ntra. Señora de Begoña de Guecho” el 9 de enero de 1934.
Pero aún el Dispensario, que tuvo ese nombre, no se había establecido en Las Arenas, ya que un expediente del Ayuntamiento de Getxo, de fecha 15 de diciembre de 1934, aparecerá el que iba a ser el Primer paso para la Creación del Dispensario: “...El Secretario del Ayuntamiento de Guecho certifica: Se han acerado a este Ayuntamiento las señoras que constituyen en este Municipio el Patronato de Lucha Antituberculosa, dándole cuenta de su propósito para establecer un Dispensario por su cuenta en el barrio de Las Arenas...” (Expediente del Archivo Municipal de Getxo, Signatura 4689-5 de 1934 y Pleno del 15 de diciembre de 1934, hoja 241).
Alguna de aquellas instalaciones Sanitarias se instalaron en el muelle de Las Arenas: “...Aprobar el presupuesto formulado por el arquitecto municipal para la construcción de un pabellón de instalaciones sanitarias en el espigón del muelle de Las Arenas...” (“La Tarde” del 24 de marzo de 1934).
En agosto de 1934 la Asociación Vizcaína contra la tuberculosis realizaba veladas benéficas en las que participo una entidad recreativa de Las Arenas: “...Gran Verbena Aristocrática.- El beneficio de esta verbena se destinará al Santo Hospital Civil y la Santa Casa de Misericordia. La recaudación en el tapiz-rodante, a la “Asociación Vizcaína contra la tuberculosis. Para esta verbena se expenden entradas en el Club Marítimo del Abra. Entrada de Caballero: 10 pesetas, Señoras: 5 pesetas...” (Excelsius del 31 de agosto 1934).
La primera referencia a la inauguración del Dispensario de Las Arenas aparece en un expediente del Archivo Municipal de Getxo de enero de 1935, en el se dice: “...La Presidenta de la Comisión Especial Antituberculosa de Guecho, Dña. Josefa Tapia, viuda de López, da cuenta a esta Comisión el acuerdo adoptado por este Ayuntamiento, de contribuir a las obras de instalación del Dispensario que en fecha próxima a de inaugurar esta Comisión...” (Archivo Municipal de Getxo-Expediente Signatura 4689-4 del 9 de enero de 1935).
Muchas fueron las actividades desarrolladas entorno a la lucha Antituberculosa. En marzo de 1935 se desarrollaba en la Diputación de Bizkaia: “...La Semana Hospitalaria en Bilbao.- En la Diputación provincial de Vizcaya, se reunió la Junta Antituberculosa de Vizcaya, acudieron las señoras presidenta y secretaria de la Comisión. Especial Antituberculosa de la Beneficencia de Guecho. En representación de la Junta Antituberculosa de Vizcaya Dña. Pepita Tapia, y la señora de González en representación de la comisión Especial Antituberculosa de la Beneficencia de Guecho...” (La Tarde del 28 de marzo de 1935).
En otra publicación bilbaína, esta de octubre de ese mismo año: “...Aparece una fotografía en Las Arenas de las Autoridades y Junta de Damas con el Dr. Landeta, director del Dispensario de Guecho. El Dispensario de Guecho ha tomado a su cargo el reconocimiento diario de quince niños de los dos mil procedentes de las escuelas Nacionales y Municipales de Algorta, Las Arenas, Neguri y Guecho, además de los enfermos que acuden para ser sometidos a examen y observación. Este Dispensario sostiene, a sus expensas, veinticinco camas en la enfermería Briñas (Santa Marina). Hay tres fundaciones antituberculosas en Bilbao que responden a nobles rasgos filantrópicos realizados por personas de elevados sentimientos: el Dispensario Ledo, la Enfermería Briñas o Sanatorio de Santa Marina y el Dispensario de Guecho inaugurado este verano...” (Revista Mensual Ilustrada Norte de octubre de 1935).
En un documento del Archivo Municipal de Getxo de octubre de 1935, aparece el informe del Arquitecto Municipal de Getxo, D. Antonio de Araluze y Ajuria, certifica haber reconocido el edificio de Las Arenas destinado a Dispensario: “...Que habiendo reconocido el edificio donde se halla instalado el Dispensario Antituberculoso de Guecho, en la Avenida de Las Arenas, ha comprobado que el citado edificio reúne las condiciones necesarias de solidez...”
Lo cual confirma que para esas fechas el Dispensario había empezado a dar sus primeros pasos. En los listados que acompañan a ese expediente va apareciendo: “...Que en esas fechas continuaban los internamientos de vecinos de los barrios de la Anteiglesia de Getxo, en los diferentes Sanatorios de referencia (Briñas, Eibar y Laguardia). En ellos habían sido atendidos 58 vecinos de Getxo, de los que 5 fallecieron. La procedencia de los asistidos por tuberculosis era muy amplia, los había del Puerto de Algorta, de Alango, Villamonte, Santa Eugenia, de Las Arenas, de Salsidu e incluso del Hospital Hospicio de Algorta...” (Archivo Municipal de Getxo-Expediente Signatura 4689-4 del 31 de octubre de 1935).
En el próximo capítulo, y último de esta serie sobre el Dispensario Antituberculoso de Areeta-Las Arenas, veremos como se llegó a la creación, en los años 50 del que existió en la esquina de calle Barria, en su encuentro con Avenida de Las Arenas.
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