En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como se trataba sobre la solicitud de unos músicos callejeros que querían poder tocar en la plaza del Pueblo los domingos y días festivos.
En los diarios bilbaínos se daba la noticia de que las obras del muelle del puerto exterior en la parte de Guecho avanzaban con rapidez, a la vez que la playa de Las Arenas perdía gran parte de su extensión: “...Adelantan rápidamente las obras de construcción del muelle del puerto exterior en la parte de Guecho. El murallón que corta diagonalmente la playa de Las Arenas, quita a esta una gran extensión de terreno...” (El Nervión y El Noticiero Bilbaíno del 18 y 18 de abril de 1896).
En el pleno municipal de Getxo del 23 de abril de 1896 se trataba entre otros asuntos de: “...Se da cuenta de una instancia de D. Miguel Uria en la que manifiestas hallarse conforme con satisfacer dos pesetas al mes por el alquiler del contador de agua que de las cañerías del Municipio pasa a su fabrica “La Algorteña”...”
En el pleno municipal del Ayuntamiento de Getxo, del 23 de abril de 1896, se trataba entre, otros asuntos, de la construcción de cunetas en una de las principales calles de Las Arenas: “...Se dio cuenta del proyecto y presupuesto formado por el Arquitecto Municipal D. Fidel Uturria, para la construcción de cunetas en la calle que desde la Estación del Ferrocarril, del barrio de Las Arenas, se dirige al muelle de dicho barrio. También se iba a acometer las obra de la rasante de la llamada Plazuela de Las Arenas...”
Las hojas en las que se iba a rellenar el padrón de cédulas municipales fueron adquiridas en Bilbao: “...El Ayuntamiento acuerda se paguen diez pesetas al impresor D. Pedro Ganchegui de Bilbao, por 500 hojas remitidas para la formación de padrones sobre el impuesto de cédulas personales para el próximo año económico...”
Y en previsión de la posible llegada de enfermedades propias de la temporada, como la temida viruela, el Ayuntamiento de Getxo decidía: “...El Ayuntamiento acuerda, que según costumbre de años anteriores, se proceda a la vacunación y revacunación de personas, directamente de la ternera, satisfaciendo lo que costare de los fondos municipales...”
Algunas obras del alcantarillado, algunas veces se realizaban sin el conocimiento de la Junta Local de Sanidad. Al menos eso era lo que daba a entender un de os puntos del acta municipal del 23 de abril de 1896: “...Teniendo presente el mal estado, ya que se encuentra casi obstruido, por la corta capacidad que muestra, la alcantarilla que desde el costado de la casa perteneciente a D. Juan Luis Uriarte, habitada por D. Eugenio Eguia, y siguiendo por la calle de la Carretera pasa por frente de la propiedad de D. Pedro Benguria hacia el mar; y siendo preciso que dicha alcantarilla reciba todas las aguas sucias del Hospital Hospicio, que luego será terminado. Acuerda este Ayuntamiento que las obras por pequeñas que sean se ejecuten por administración por esta Corporación Municipal a causa de no poder formarse para su remate un presupuesto sin practicar un reconocimiento, ni sería consentido por la Junta Local de Sanidad...”
Y por fin el buen tiempo hacía su aparición en nuestra zona, decía la prensa bilbaína: “...El día de ayer fue verdaderamente hermosísimo. En las playas de Las Arenas y Portugalete, la concurrencia fue extraordinaria. El tranvía eléctrico condujo gran número de viajeros...” (El Nervión del 27 de abril de 1896).
En el pleno del 30 de abril de 1896, una nueva invitación, de la religiosas de Algorta, era realizada a nuestras autoridades municipales: “...Se da cuenta de un oficio de la secretaría de la Congregación de las Hijas de María, establecidas en Algorta, invitando a esta Corporación Municipal para la función religiosa que el día 3 de mayo próximo, a loas diez de la mañana, se celebrara en la iglesia de San Nicolás de Bari de esta localidad...”
En ese mismo pleno municipal se trataba sobre una solicitud de la Compañía del tranvía de Bilbao a Las Arenas y Algorta: “...Se da cuenta de un oficio de D. José María Amann, Director General de la Sociedad Colectiva José María Amann y Compañía, solicitando permiso para construir para la instalación del tranvía eléctrico una nueva cochera y edificio destinado a habitación del personal, en el mismo terreno en el que tiene instaladas las cocheras existentes en el barrio de Las Arenas...” Aquellas cocheras estaban situadas en el actual Muelle de Tomás Olabarri tras, el entonces denominado, Hotel Antolín.
También en el pleno se hablaba sobre las resoluciones de la Comisión Permanente de Obras. Y el Ayuntamiento acordaba: “...Proceder al arreglo y afirmado situadas frente a las propiedades de los Señores D. Miguel Bautista Urresti y D. Andrés Isasi, y la que desde la plaza de San Ignacio se dirige hacia la casa de la Sra. viuda de D. Sebastián Sáenz, así como el afirmado con piedra martillada de la que se halla frente a la casa del Sr. Barroeta en el barrio de Algorta de esta Anteiglesia. Modificar al rasante de la plaza del barrio de Las Arenas y la calle contigua del muelle. Así como las cunetas que desde la calle de la Estación se dirige al muelle...”
El último punto del pleno municipal del 30 de abril de 1896, se refería al cierre por un particular de una zona del río Gobela que impedía el acceso a los lavaderos del mismo: “...Se hace presente haber visto con disgusto cerrado, sin duda por orden de D. Ignacio Ituarte, con un pequeño vallado hasta el río Gobelas, el terreno junto al puente de Gresalchu o de paso desde este pueblo al de Lejona, donde existen lavaderos o piedras para limpiar la ropa, por el lado izquierdo de dicho río, y no pudiendo nadie con las disposiciones vigentes cerrar las riveras ni márgenes de los ríos en una zona de tres metros de ancho. Acuerda esta Ayuntamiento que en un plazo máximo de ocho días a lo más tardar destruya el citado Sr. Ituarte dicho vallado...”
En la próxima entrada de esta serie veremos como el Ayuntamiento acordaba proporcionar nuevos tajes y gorras a los alguaciles del municipio.
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