En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX veíamos como la boya luminosa del Abra era arrebatada por un temporal.
En el pleno del 18 de marzo de 1896 se trataba sobre una de las asociaciones religiosas de Algorta, la cual decidía invitar a la Corporación Municipal a una de sus celebraciones: “...Se da cuanta de un oficio del Mayordomo de la Cofradía de San José, invitando a esta Corporación a asistir a la función religiosa que en honor de dicho Santo celebrara la citada Cofradía, en la Iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta, el día 19 del actual a las 10 de la mañana...” El Mayordomo era el máximo responsable de la administración económica de cada parroquia. Para el cargo de mayordomo se escogía un feligrés distinguido, que tuviera un patrimonio económico significativo.
El tamborilero, una de las figuras que durante siglos acompaño a nuestros antepasados en todos los actos de relevancia de la vida social y festiva, durante Siglos fue toda una “institución” que ejercía sus funciones, tanto en la llamada a los vecinos para anunciar acontecimientos como en los días festivos durante en los bailes, en los distintos barrios de nuestra Anteiglesia. Uno de ellos, el tamborilero de Las Arenas, presentaba en ese mismo pleno municipal una reclamación relacionada con las percepciones económicas de su servicio público: “…El tamborilero de Las Arenas D. Benito Albeniz solicita se le aumente el sueldo que viene disfrutando por el desempeño de su cargo en el citado barrio. El Ayuntamiento acuerda que desde el día 1 de julio próximo se paguen a dicho tamborilero 400 pesetas de sueldo. Pero queda advertido de que si el exponente otra vez solicita aumento de sueldo, se considerará que renuncia a su cargo, por lo que su plaza será anunciada como vacante…”
En aquel pleno también se estudiaba una solicitud de uno de los industriales pioneros de Bizkaia, que en 1894 compró varias hectáreas de terreno en la Galea hasta entonces pertenecientes a bienes comunales municipales. En dicha solicitud se decía: “...Se da cuenta de una instancia de D. José María Martínez de las Rivas, fechada el 12 del actual, solicitando autorización de esta Corporación para hacer una carretera desde la Taberna del Ángel hasta la Galea, con arreglos a la memoria y planos que acompaña. El Ayuntamiento de Guecho, teniendo en cuenta la cuestión pendiente sobre la Galea, se obtenga una consulta por escrito a cerca de dicha pretensión, para en su vista resolver lo que mejor convenga...”
Los amigos de lo ajeno, que por esos años habían actuado en muchos lugares del municipio, no iban a dejar sin visitar nuestra Casa Consistorial, según se relataba en el libro de actas del 18 de marzo de 1896: “...Con disgusto, se hace constar, haber penetrado algunos malhechores en la noche del 16 del actual en esta Casa Consistorial, sin duda, abriendo con alguna llave falsa la puerta principal de entrada, violentando las cerraduras de las dependencias de Alcaldía, Contaduría y el local del escribiente donde se halla la “Caja de las tres Llaves” del Ayuntamiento, la cual no consiguieron abrir, pero si la puerta de una pequeña división, independiente de la parte principal, que la misma tiene en su parte inferior, para lo cual los malhechores hicieron saltar la cerraja, llevándose de la misma 114 pesetas, según se ha echo constar en las diligencias sumarias que el Juzgado instruye, 14 de ellas correspondientes a las cédulas personales, las restantes 100 pesetas en un billete de banco, pertenecen a lo satisfecho por Dña. Nicolasa Astiazaran, vecina del barrio de Las Arenas, a cuenta de las 250 que debía abonar por el caño injertado de su casa; la llave de aquel local se conservaba para ciertos servicios del contador, D. Emilio María Saliquet, encargado de la recaudación de las cédulas. El Ayuntamiento acordaba se arreglen de las roturas de las puertas, así como la colocación de una nueva cerraja y llave, que ofrezca toda la seguridad a la puerta de entrada de la Casa Consistorial...” El día 18 de marzo la prensa daba noticias de la detección de los dos supuestos cacos que habían perpetrado el robo, se trataba de dos individuos vecinos de Logroño: “...La guardia civil y los forales trabajan activamente para descubrir a los malhechores. Como presuntos autores la guardia civil ha detenido a dos sujetos de 25 y 35 años de edad, respectivamente, y naturales ambos de Logroño...” (El Noticiero Bilbaíno y El Nervión del 18 de marzo de 1896).
Según contaba la prensa bilbaína, el domingo 22 de marzo de 1896, la Junta General del Colegio Médico se iba a reunir en Las Arenas: “...Mañana lunes se reunirá en Junta General Extraordinaria el Colegio Médico del Nervión en su local de la nueva Fonda de Las Arenas, para dar cuenta de la Real Orden del 23 de febrero último por la que este Colegio ha sido reconocido como cuerpo consultivo, y tratar de los artículos 43 y 45 de su reglamento...” (El Noticiero Bilbaíno del 22 de marzo de 1896).
En el mismo diario se anunciaban cambios en la línea del tranvía en su recorrido entre Elorrieta-Las Arenas-Algorta: “...La Compañía del Tranvía Eléctrico pone en conocimiento del público, que desde el lunes 23 del corriente el servicio en la línea de Las Arenas, se hará entre Elorrieta y Algorta por los nuevos apartaderos construidos para el motor eléctrico; por lo tanto, desde dicho día, los coches de Algorta y Las Arenas saldrán para Bilbao cuatro minutos antes de las horas señaladas en los cuadros del servicio...” (El Noticiero Bilbaíno del 22 de marzo de 1896).
En el pleno municipal de Getxo del 26 de marzo de 1896 se trataba, entre otros temas, sobre una solicitud de la Sociedad de Socorros Mutuos de Las Arenas: “...Se da cuenta de un escrito de la Sociedad de Socorros Mutuos de Las Arenas, fechada el día 18 del actual, remitiendo el reglamento de la citada Sociedad, y suplicando se les conceda permiso a todos los socios para estar reunidos hasta las doce de la noche cuando sea necesario, con motivo de sus Juntas y en días determinados...” Aquella Sociedad, que se denominó “Las Mercedes”, vio aprobar sus primeros reglamentos por el Gobierno Civil de Bizkaia en marzo de 1896, y así era recogida la noticia en la prensa local: “...El Gobernador Civil ha aprobado el reglamento de la Sociedad de Socorros Mutuos “Las Mercedes” establecida en Las Arenas...” (El Nervión del 4 de marzo de 1896). Las sociedades de socorros mutuos fueron antecedentes de la previsión social en Europa entre el primer tercio del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. Se organizaban por gremios o profesiones, e intentaban cubrir la atención sanitaria de sus asociados. Poco a poco dichas Sociedades se fue estableciendo a lo largo y ancho del río Nervión, adoptando diferentes denominaciones, según la población en la que se establecía: Desde aquella primera que se abrió en Bilbao en 1877, en el Salón de Variedades, denominada “Guttembeg” “La fraternidad” en Bilbao, “Artesanos” en Eibar, “Unión Obrera” en Barakaldo, “La Esperanza” en Gallarta.
En la próxima entrada de esta serie veremos como se prohibía sacar césped en los terrenos del Municipio de Getxo.
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