En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX veíamos como los vecinos de la Vega de Santa Eugenia solicitaban mejoras en sus infraestructuras.
A comienzos de febrero de 1896, el día 1, se inauguraba el tranvía eléctrico de Santurtzi: “...Como habíamos anunciado, ayer se inauguró el tranvía eléctrico de Bilbao a Santurce, cuyo servicio no sufrió interrupción ninguna...” Sobre el tranvía decía otro diario: “...La maga electricidad nos ha hecho ver uno de sus innumerables hechizos, porque realmente el tranvía eléctrico es una maravilla, que nosotros los viejos vemos con asombro, hasta el punto de que nos detenemos para ver pasar el carruaje sin caballos...” (“El Noticiero Bilbaíno” y “El Nervión” del 2 de febrero de 1896).
El pleno municipal de Getxo del 6 de febrero de 1896, entre otros temas, nos daba el siguiente dato referido a la seguridad del edificio del nuevo Hospital Hospicio de Alango: “...D. Juan Torre pasa un recibo de 900 pesetas por la instalación de 6 pararrayos en el Hospital Hospicio, cuyo pago deberá pasarse al rematante de dicho edificio, D. Manuel Bengoechea...”
En aquellos comienzos de febrero de 1896, eran tan escasa las noticias de la prensa que, hasta un pollo furtivo era asunto noticioso: “...En la estación del ferrocarril de Las Arenas le fue decomisado ayer a una mujer un pollo que trató de introducir sin satisfacer los derechos correspondientes...” (“El Nervión” del 8 de febrero de 1896).
Por aquellos días un movimiento en favor del euskera era aplaudido por un sector de la prensa bilbaína y las Diputaciones: “...Hace algunos meses inició la Diputación de la hermana provincia de Guipuzcoa el proyecto de que se recabe del gobierno que los maestros y maestras que hayan de regentar las escuelas del País Vasco, conozcan la lengua Euskara. La idea no puede ser mas laudable, puesto que tiende a la conservación y propagación de la lengua patria, que de continuar las medidas actuales habrá de desaparecer; porque si hace algunos años los maestros ensenaban las primeras letras en vascuence y se leía y se aprendía el catecismo en este idioma, ha quedado desterrado, y solo se escribe, se habla y se lee en español. La Diputación de Guipuzcoa a solicitado el concurso de las de Vizcaya, Alava y Navarra en favor de su proyecto. Esta última envió su adhesión en un primoroso y patriótico documento. Perder la lengua propia, dice con mucho acierto la Diputación de Navarra, es abrir un abismo infranqueables entre los progenitores y los descendientes, rasgar la trama de la conexión social e histórica, desnaturalizarse y cambiar de alma...” (“El Noticiero Bilbaíno” y “El Nervión” del 9 de febrero de 1896).
Con los carnavales a las puertas algunos comentarios, en la prensa, no parecían amistosos para esa tradicional fiestas: “...La juventud alegre de uno y otro sexo se esta dedicando a preparar los trajes para los Carnavales próximos, durante los cuales se propone divertirse y mucho, como si no hubiera guerra en Cuba ni malestar universal. Luego llegan los Carnavales, y apenas si se ven mamarrachos de la peor especie. Los carnavales no tienen salvación. Se van muriendo poco a poco...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 9 de febrero de 1896). Afortunadamente, por lo que disfrutamos, ya desde hace muchos años, no parece que aquel detractor del carnaval tuviera razón, y estos disfrutan de una salud de hierro.
Por otro lado, y en relación a una noticia comentada con anterioridad de los libros de actas municipales, referida al saneamiento de la playa de Ereaga, en la prensa bilbaína aparecía en la sección “Gacetilla”, la siguiente información: “...En el expediente promovido por D. Eduardo Sarria y Alday, en solicitud de que se le otorgue autorización para sanear la playa de Ereaga, en Guecho, se han presentado tres escritos de oposición por D. Antonio de Arechavala, D. Vicente Suarez Bengoa al ayuntamiento de Guecho...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 9 de febrero de 1896).
Y aunque faltaba mucho para la llegad del verano, alguno industrial, se estaba adelantando para promocionar los toros durante el estío en Las Arenas: “...Parece que se trata de construir en La Arenas una plaza de toros, en la que se darán corridas y se celebrarán diversiones públicas durante el verano...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 9 de febrero de 1896).
Y también en relación con el ganado, relatar que aquel mismo día, en Basurto, se estaba celebrando un importante ferial, en el que participaron dos vecino de Getxo: : “...Esta mañana se celebró en la campa de Basurto la anunciada feria de ganado vacuno, lanar y de cerda. Se empezó por los novillos de 1 a 3 años, en el referente a novillas de la misma edad, se otorgó el primer premio al vecino de de Algorta D. Eusebio Uribarri. El premio de 1750 pesetas para la mejor vaca que se presentase le fue adjudicado a D. Valentín Celaya, de Guecho...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 10 de febrero de 1896).
La prensa bilbaína felicitaba a los habitantes de Getxo y Plencia por la rebaja en las tarifas eléctricas: “...Los vecinos de Guecho y Plencia están de enhorabuena, pues según noticias que tenemos por verídicas, las empresas concesionarias para el alumbrado eléctrico de ambos Pueblos están en competencia. Con esto tendrán indudablemente la rebaja de sus tarifas a los particulares que, según dicen, por el ínfimo precio de cinco céntimos por noche tendrán una luz de diez bujías...” (“El Nervión” del 14 de febrero de 1896).
Y mientras la prensa llenaba sus paginas, día si día también con las noticias de la campaña de Cuba. Aquí, en casa, y a próxima llegada del carnaval, las distintas empresas y sociedades bilbaínas anunciaban las actividades que iban a celebrar en ellas, a pesar de los agoreros: “...La empresa de los Campos Elíseos, con objeto de dar facilidades a los sus clientes, ha dispuesto que para las funciones de los tres días de Carnaval se expendan los billetes en la taquilla del teatro Arriaga. La sociedad el Eden ha organizado bailes de disfraces para las noches del domingo, lunes y martes de Carnaval y domingo de Piñata, que se celebraran en el teatro circo del Ensanche...”
También las distintas líneas de transporte público anunciaban su disponibilidad, entre ellas la línea del Tranvía Eléctrico de Bilbao a Las Arenas: “...En la línea del Tranvía, tanto de Santurce, como de Las Arenas todo el lunes como el martes serán considerados festivos para el servicio de mercancías. En la línea de Las Arenas las salidas serán de 8 a 9 de la noche. En Durango la banda de tamborileros recorría las calles anunciando el Carnaval. Y en la sociedad el Sitio el baile de Carnaval resultaba brillante y con gran animación. En Portugalete la Banda de Música, por decisión del Consistorio, iba a tocar en la plaza el lunes y martes de Carnaval...” (“El Nervión” y “El Noticiero Bilbaíno” del 15 y 16 de febrero de 1896). Y alguna prensa daba sus sensaciones del carnaval, se trataba del diario en el que un junta letras denostaba el mismo: “...La primera mascarada. Impresiones.- Por la mañana hubo lo de costumbre, es decir, lo de todos los años, murgas de ciegos, cojos y mancos, más o menos auténticos, que recorrieron las calles de la población sonando sus destemplados instrumentos y vestidos con ridículos «ternos» simulando disfraces. Por la tarde se vieron muchas máscaras. Como de costumbre los disfraces que más abundaron fueron los de aldeano. En la Casilla hubo disfraces para todos los gustos. Algunos de ellos tan extravagantes, que francamente, hay que tener afición y buena voluntad para ponerse aquellos andrajos, aquellas pieles. Tampoco faltó el sujeto del «higui» , al que seguían una caterva de chiquillos...” (“El Nervión” del 17 de febrero de 1896). El “Higui” era uno de los personajes populares de la fiesta de carnavales. Este personaje, iba caracterizado de arlequín, al que los txikis perseguían tratando de arrancar un higo paso que lleva atado a un palo. El domingo de Carnaval, el tranvía de Santurce a Bilbao, transportaba a más de 10.000 personas.
Y acabado el carnaval, llegaba la triste cuaresma, y como decía el detractor de la fiesta: “...Estamos en Miércoles de Ceniza, ha comenzado la ascética cuaresma y con ella ha llegado la ocasión de expiar nuestras culpas, en estos cuarenta días de recogimiento...” (“El Nervión” del 19 de febrero de 1896).
En la próxima entrada de esta serie veremos como se producía un importante desacuerdo entre la “Comisión Provincial de Ventas de Bienes Nacionales” de la provincia y nuestros representantes Municipales.
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