En
la anterior entrada veíamos cómo el ejecutor de la obras de la
calle que iba desde el establecimiento de Baños de Mar Bilbaínos,
propiedad de la familia Aguirre, hasta la ermita de Santa Ana, D.
Robustiano Larrondo solicitaba al Ayuntamiento le fueran recibidas
las obras por él ejecutadas.
La
traída de aguas a Getxo, uno de los tema recurrentes a lo largo de
los años, a medida que la población iba aumentando en número de
habitantes. Entre 1857 y 1887 habíamos pasado de 2.079 a 3.649
habitantes, un incremento aún pequeño, que se haría notar más a
partir de principios del Siglo XX. El 16 de julio de 1885 se trataba
en el pleno municipal sobre un oficio del Gobernador de la Provincia,
en el que después de trasladar la resolución adoptada por el
Director General de Obras Públicas, acerca del proyecto y expediente
para la traída de aguas desde los montes de Berango, ordenaba dicha
autoridad: “...«Se
una al expediente un certificado de existir en el presupuesto
municipal crédito consignado para realizar la obra. Y que se
manifestara si se había declarado de utilidad pública la obra»...”
Trataban de que previamente a las expropiaciones: “...Se
notifique a los propietarios a quienes afecta la servidumbre del
acueducto para la conducción de aguas para lograr su
conformidad»...”
Al parecer el Ayuntamiento no tenía realizado el aprovisionamiento
de fondos y alegaba: “...«Que
la tramitación de un expediente de esta clase, antes de obtener la
concesión, lleva mucho tiempo, y con el fin de no tener muerta
mientras tanto una cantidad de dinero tan importante, no tiene
consignado en el presupuesto corriente crédito para el pago de las
obras. Para ello pensamos en obtener cantidad suficiente mediante un
empréstito, por medio de acciones para satisfacer las
indemnizaciones. Y que en el presupuesto corriente existe consignada
cantidad suficiente para atender las operaciones preliminares»...”
Solicitaban al Gobernador autorizara la declaración de utilidad
pública: “...«Para
los efectos de expropiación forzosa, y confirmara los demás
tramites hasta su terminación para el aprovechamiento de las aguas
de los manantiales de Basarte, Arechavale y Jauncoerreca»...”
Hacían constar que en el proyecto no había más aguas, que las
mencionadas, para el abastecimiento a nuestra Anteiglesia.
En
esos mismos días de julio era uno de los vecinos de Las Arenas, D.
Marcos Zamacona rematante de carnes frescas, quien trataba de
conseguir autorización municipal para colocar una caseta de madera
en la Plazuela de dicho barrio para el repeso de las carnes frescas
que se introdujeran en el pueblo, así cómo para desde ella llevar
la contabilidad y guardar los libros. De ese mismo barrio era el
atabalero D. Antonio Sarasola, quien solicitaba permanecer en Las
Arenas para dar los servicios de su cargo, el consistorio se lo
concedió con la condición de que asistir y tocar los domingos por
la tarde en la Plazuela de Las Arenas.
Para
el 26 de julio se había dado final a las obras del camino de carros
que iba desde el alto de San Martín hasta Telletxe.
Eran
días de zozobra, al parecer para los veraneantes, que se dirigían
desde Las Arenas a Ereaga, ya que un decreto de alcaldía que
afirmaba: “...«Es
muy expuesto y peligroso, durante la temporada de verano, el que los
ganados vacunos vayan sueltos por la carretera a los pastos de la
Avanzada y Arechetaurre, por la afluencia de gente que transita por
dicha carretera»...”
Para evitar los sustos y las posibles desgracias que pudieran
acontecer, el consistorio acordó: “...«Que
ningún ganado vacuno vaya por la carretera a los expresados pastos,
a no ser que sean conducidos por sus dueños con por ramal o tralla,
y se imponga multa a los ganaderos que ignoren este precepto, una vez
que el alguacil se lo haga saber. Pudiendo llevar los ganados a los
pastos por el punto de las canteras»...”
En
esas fechas, algunas inocentes formas de cohecho, hoy tan en boga,
eran utilizadas para obsequiar a los políticos que favorecían
algunos asuntos de interés municipal, tal era el caso del Puerto
Nuevo de Algorta. Ese 26 de julio de 1885, el consistorio de Getxo
trataba de hacer llegar un regalo al Diputado a Cortes D. Rafael de
Mazarredo, se trataba de un objeto de arte, el político con buen
criterio declinó el agasajo. Por lo que el Ayuntamiento tuvo que
limitarse a agradecer sus desvelos en favor del municipio.
Las
epidemias iban y venían atormentando a nuestra población, aquel
verano de 1885, una nueva se cernía sobra las cabezas de nuestros
expuestos vecinos. Se trataba del “Bacillus Virgula”, el temido
“Colera”, a lo largo del siglo XIX hubo varias pandemias de esta
enfermedad en toda la península. Ante la picaresca y las soluciones
milagrosas, se advertía a la población de la existencia de
numerosos charlatanes que ofrecían remedios milagrosos. Incluso se
pidió a las autoridades eclesiásticas que suprimieran la
abstinencia y el ayuno. En la cercana Villa de Balmaseda, el Doctor
D. Eduardo Muñoz daba unas conferencias relativas al desarrollo del
microbio colerígeno y los medios que debían emplearse para
combatirle; en ellas trató de demostrar que el agua era sin duda
alguna el mejor conductor del microbio. En algún pueblo del Valle de
Mena, por ejemplo, se dieran casos de cólera. Los habitantes de
todos los pueblos que baña el Cadagua, utilizaban este río para
bañarse, sin embargo se contraindicaba si no se habían realizado
previamente análisis del mismo. En el parte de Salud Pública del 16
de julio la “Gaceta” informaba que se habían producido casos de
Cólera en: Alicante, Murcia, Toledo, Valencia, Zaragoza y Madrid. En
Barcelona en algunas poblaciones se decretaba: “...Desde
el día de mañana se establece una inspección facultativa en los
pueblos de Santa Margarita, Monjos y Cubellas, límites de esta
provincia, donde serán reconocidos y fumigados los viajeros de esa
procedencia, así como también todo género de mercancías...”
La alarma iba en aumento, por ello el 23 de julio el consistorio de
Getxo decidía que: “...Es
preciso que en las circunstancias que actualmente atravesamos, con
una terrible epidemia en varias provincias del reino, tener razón
exacta de los forasteros que vienen hospedándose en las fondas y
casas particulares, con motivo de la temporada de baños. Por ese
motivo, el Ayuntamiento acuerda se compren por cuenta de los fondos
municipales, mil ejemplares impresos, a fin de repartirlos a los
dueños de las fondas y casas que reciben gente forastera,
obligándoles a devolverlos rellenados con los datos que en ellos se
piden: Fecha de llegada a las casas y fondas y los que actualmente se
encuentran en las mismas»...”
Las
aguas sucias eran motivo de “tratamiento” en aquella época,
aunque el mismo fuera tan solo la colocación de un caño de vertido,
tal era a finales de julio el caso de la finca “Jardingana”,
propiedad de D. Luciano de Alday, que daba a la calle “Carreras del
Castillo”.
Y
ya a la vista las fiestas De San Ignacio en Algorta, los vaporcitos
de la empresa del tranvía de Bilbao a Las Arenas avisaban del
siguiente servicio: Salidas de Bilbao para Las Arenas, a las 9:30 y
12 de la mañana y 14:30, 15, 15:30, 16:30, 17 y 17:30 de la tarde.
Salidas de Las Arenas para Bilbao, a las 15:30, 16, 16:30, 19, 19:15
y 19:30 de la tarde. El precio del pasaje de Bilbao a Las Arenas y
viceversa era de 75 céntimos de peseta.
A
finales de julio, el día 30, se autorizaba la extracción de piedra
a D. Tomás Goicoechea: “...«Del
alto de Arrigunaga, junto al Molino de Viento, en un terreno comunal.
La piedra será para la construcción de la carretera que va desde
Mantequena (Algorta) hasta Hormaza-vecoa (Andra Mari)»...”
El
día 31 de julio de 1885 se anunciaba en el “Noticiero Bilbaíno”
los exámenes en el colegio “San Bernardo” de Algorta, cuyo
director era D. Juan Dourte.
A
finales de ese mes se producía el alistamiento de los mozos del
municipio, se formaban tres listas, una de Algorta, otra de Santa
María y una tercera de los nacidos en otros lugares. Como
la relación es pequeña y algunos son apellidos conocidos del
Pueblo, voy a publicarla completa:
DE
SAN NICOLAS (ALGORTA)
Manuel
Barrondo Bageneta.
Juan
Bautista Ajuria Urrutia.
Florencio
Echevarria Menchaca.
Mateo
Antonio San Sebastian Saitua.
Juan
Bautista San Sebastian Encera.
Antonio
Mechaca Madariaga.
Domingo
José Jainaga Echeandia.
Pedro
Larrodo Bengoechea.
DE
SANTA MARIA DE GETXO
Julio
Vidal Arrigorriaga.
José
francisco Aguirrechu Zalduondo.
Julián
Gorordo Azcorra.
Miguel
Barrenechea Bilbao.
Bonifacio
Camiruaga Aresti.
Juan
Domingo Libano Barandica.
Mariano
Beitia Ibarra.
Pedro
Pascual Vidaurrazaga Bengoechea.
Carlos
Mota Ibarra.
Juan
Tomás Juaresti Fica.
NACIDOS
EN OTROS PUEBLOS
Juan
Antonio Zabala Larrazabal.
Antonio
Ayo Echevarria.
José
María Larrazabal Sillero.
Justo
Zaldivia Saitua.
Algunos
de los mozos se libraban de servicio activo en la marina por causas
familiares, cómo la defunción de la madre o tener hermanos menores.
El
6 de agosto de 1885, el Gobernador de la Provincia autorizaba a
correr un toro embolado durante la fiestas del Puerto viejo de
Algorta, el día 12 de dicho mes.
A
veces algunos cómicos locales solicitaron la Sala Consistorial para
realizar una representación, fue el caso de D. Francisco Rodriguez
(Actor dramático), quien el 6 de agosto solicitaba dicha sala para
hacer dos representaciones, cosa que no fue autorizada por el
Ayuntamiento al considerar que dicha sala no era el lugar adecuado
para hacer representaciones dramáticas.
En
la próxima entrada veremos cómo un vecino de la Vega de Santa
Eugenia, D. Juan Bautista Elortegui presidente de la “Comisión de
Limpieza de Vegas”, solicitaba se asignara una partida del
presupuesto para la limpieza del río Gobela; y cómo los vecinos de
el Puerto Viejo de Algorta se quejaban al Ayuntamiento por el estado
del camino de “Ascane”.
No me queda claro si la empresa del tranvia Bilbao-Las Arenas tenia ademas vaporcitos para hacer el mismo recorrido por la ria
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