lunes, 10 de septiembre de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -51-



En la anterior entrada veíamos cómo el ejecutor de la obras de la calle que iba desde el establecimiento de Baños de Mar Bilbaínos, propiedad de la familia Aguirre, hasta la ermita de Santa Ana, D. Robustiano Larrondo solicitaba al Ayuntamiento le fueran recibidas las obras por él ejecutadas.

La traída de aguas a Getxo, uno de los tema recurrentes a lo largo de los años, a medida que la población iba aumentando en número de habitantes. Entre 1857 y 1887 habíamos pasado de 2.079 a 3.649 habitantes, un incremento aún pequeño, que se haría notar más a partir de principios del Siglo XX. El 16 de julio de 1885 se trataba en el pleno municipal sobre un oficio del Gobernador de la Provincia, en el que después de trasladar la resolución adoptada por el Director General de Obras Públicas, acerca del proyecto y expediente para la traída de aguas desde los montes de Berango, ordenaba dicha autoridad: “...«Se una al expediente un certificado de existir en el presupuesto municipal crédito consignado para realizar la obra. Y que se manifestara si se había declarado de utilidad pública la obra»...” Trataban de que previamente a las expropiaciones: “...Se notifique a los propietarios a quienes afecta la servidumbre del acueducto para la conducción de aguas para lograr su conformidad»...” Al parecer el Ayuntamiento no tenía realizado el aprovisionamiento de fondos y alegaba: “...«Que la tramitación de un expediente de esta clase, antes de obtener la concesión, lleva mucho tiempo, y con el fin de no tener muerta mientras tanto una cantidad de dinero tan importante, no tiene consignado en el presupuesto corriente crédito para el pago de las obras. Para ello pensamos en obtener cantidad suficiente mediante un empréstito, por medio de acciones para satisfacer las indemnizaciones. Y que en el presupuesto corriente existe consignada cantidad suficiente para atender las operaciones preliminares»...” Solicitaban al Gobernador autorizara la declaración de utilidad pública: “...«Para los efectos de expropiación forzosa, y confirmara los demás tramites hasta su terminación para el aprovechamiento de las aguas de los manantiales de Basarte, Arechavale y Jauncoerreca»...” Hacían constar que en el proyecto no había más aguas, que las mencionadas, para el abastecimiento a nuestra Anteiglesia.


En esos mismos días de julio era uno de los vecinos de Las Arenas, D. Marcos Zamacona rematante de carnes frescas, quien trataba de conseguir autorización municipal para colocar una caseta de madera en la Plazuela de dicho barrio para el repeso de las carnes frescas que se introdujeran en el pueblo, así cómo para desde ella llevar la contabilidad y guardar los libros. De ese mismo barrio era el atabalero D. Antonio Sarasola, quien solicitaba permanecer en Las Arenas para dar los servicios de su cargo, el consistorio se lo concedió con la condición de que asistir y tocar los domingos por la tarde en la Plazuela de Las Arenas.

Para el 26 de julio se había dado final a las obras del camino de carros que iba desde el alto de San Martín hasta Telletxe.

Eran días de zozobra, al parecer para los veraneantes, que se dirigían desde Las Arenas a Ereaga, ya que un decreto de alcaldía que afirmaba: “...«Es muy expuesto y peligroso, durante la temporada de verano, el que los ganados vacunos vayan sueltos por la carretera a los pastos de la Avanzada y Arechetaurre, por la afluencia de gente que transita por dicha carretera»...” Para evitar los sustos y las posibles desgracias que pudieran acontecer, el consistorio acordó: “...«Que ningún ganado vacuno vaya por la carretera a los expresados pastos, a no ser que sean conducidos por sus dueños con por ramal o tralla, y se imponga multa a los ganaderos que ignoren este precepto, una vez que el alguacil se lo haga saber. Pudiendo llevar los ganados a los pastos por el punto de las canteras»...”


En esas fechas, algunas inocentes formas de cohecho, hoy tan en boga, eran utilizadas para obsequiar a los políticos que favorecían algunos asuntos de interés municipal, tal era el caso del Puerto Nuevo de Algorta. Ese 26 de julio de 1885, el consistorio de Getxo trataba de hacer llegar un regalo al Diputado a Cortes D. Rafael de Mazarredo, se trataba de un objeto de arte, el político con buen criterio declinó el agasajo. Por lo que el Ayuntamiento tuvo que limitarse a agradecer sus desvelos en favor del municipio.

Las epidemias iban y venían atormentando a nuestra población, aquel verano de 1885, una nueva se cernía sobra las cabezas de nuestros expuestos vecinos. Se trataba del “Bacillus Virgula”, el temido “Colera”, a lo largo del siglo XIX hubo varias pandemias de esta enfermedad en toda la península. Ante la picaresca y las soluciones milagrosas, se advertía a la población de la existencia de numerosos charlatanes que ofrecían remedios milagrosos. Incluso se pidió a las autoridades eclesiásticas que suprimieran la abstinencia y el ayuno. En la cercana Villa de Balmaseda, el Doctor D. Eduardo Muñoz daba unas conferencias relativas al desarrollo del microbio colerígeno y los medios que debían emplearse para combatirle; en ellas trató de demostrar que el agua era sin duda alguna el mejor conductor del microbio. En algún pueblo del Valle de Mena, por ejemplo, se dieran casos de cólera. Los habitantes de todos los pueblos que baña el Cadagua, utilizaban este río para bañarse, sin embargo se contraindicaba si no se habían realizado previamente análisis del mismo. En el parte de Salud Pública del 16 de julio la “Gaceta” informaba que se habían producido casos de Cólera en: Alicante, Murcia, Toledo, Valencia, Zaragoza y Madrid. En Barcelona en algunas poblaciones se decretaba: “...Desde el día de mañana se establece una inspección facultativa en los pueblos de Santa Margarita, Monjos y Cubellas, límites de esta provincia, donde serán reconocidos y fumigados los viajeros de esa procedencia, así como también todo género de mercancías...” La alarma iba en aumento, por ello el 23 de julio el consistorio de Getxo decidía que: “...Es preciso que en las circunstancias que actualmente atravesamos, con una terrible epidemia en varias provincias del reino, tener razón exacta de los forasteros que vienen hospedándose en las fondas y casas particulares, con motivo de la temporada de baños. Por ese motivo, el Ayuntamiento acuerda se compren por cuenta de los fondos municipales, mil ejemplares impresos, a fin de repartirlos a los dueños de las fondas y casas que reciben gente forastera, obligándoles a devolverlos rellenados con los datos que en ellos se piden: Fecha de llegada a las casas y fondas y los que actualmente se encuentran en las mismas»...”

Las aguas sucias eran motivo de “tratamiento” en aquella época, aunque el mismo fuera tan solo la colocación de un caño de vertido, tal era a finales de julio el caso de la finca “Jardingana”, propiedad de D. Luciano de Alday, que daba a la calle “Carreras del Castillo”.


Y ya a la vista las fiestas De San Ignacio en Algorta, los vaporcitos de la empresa del tranvía de Bilbao a Las Arenas avisaban del siguiente servicio: Salidas de Bilbao para Las Arenas, a las 9:30 y 12 de la mañana y 14:30, 15, 15:30, 16:30, 17 y 17:30 de la tarde. Salidas de Las Arenas para Bilbao, a las 15:30, 16, 16:30, 19, 19:15 y 19:30 de la tarde. El precio del pasaje de Bilbao a Las Arenas y viceversa era de 75 céntimos de peseta.

A finales de julio, el día 30, se autorizaba la extracción de piedra a D. Tomás Goicoechea: “...«Del alto de Arrigunaga, junto al Molino de Viento, en un terreno comunal. La piedra será para la construcción de la carretera que va desde Mantequena (Algorta) hasta Hormaza-vecoa (Andra Mari)»...”

El día 31 de julio de 1885 se anunciaba en el “Noticiero Bilbaíno” los exámenes en el colegio “San Bernardo” de Algorta, cuyo director era D. Juan Dourte.

A finales de ese mes se producía el alistamiento de los mozos del municipio, se formaban tres listas, una de Algorta, otra de Santa María y una tercera de los nacidos en otros lugares. Como la relación es pequeña y algunos son apellidos conocidos del Pueblo, voy a publicarla completa:

DE SAN NICOLAS (ALGORTA)
Manuel Barrondo Bageneta.
Juan Bautista Ajuria Urrutia.
Florencio Echevarria Menchaca.
Mateo Antonio San Sebastian Saitua.
Juan Bautista San Sebastian Encera.
Antonio Mechaca Madariaga.
Domingo José Jainaga Echeandia.
Pedro Larrodo Bengoechea.

DE SANTA MARIA DE GETXO

Julio Vidal Arrigorriaga.
José francisco Aguirrechu Zalduondo.
Julián Gorordo Azcorra.
Miguel Barrenechea Bilbao.
Bonifacio Camiruaga Aresti.
Juan Domingo Libano Barandica.
Mariano Beitia Ibarra.
Pedro Pascual Vidaurrazaga Bengoechea.
Carlos Mota Ibarra.
Juan Tomás Juaresti Fica.

NACIDOS EN OTROS PUEBLOS

Juan Antonio Zabala Larrazabal.
Antonio Ayo Echevarria.
José María Larrazabal Sillero.
Justo Zaldivia Saitua.

Algunos de los mozos se libraban de servicio activo en la marina por causas familiares, cómo la defunción de la madre o tener hermanos menores.

El 6 de agosto de 1885, el Gobernador de la Provincia autorizaba a correr un toro embolado durante la fiestas del Puerto viejo de Algorta, el día 12 de dicho mes.


A veces algunos cómicos locales solicitaron la Sala Consistorial para realizar una representación, fue el caso de D. Francisco Rodriguez (Actor dramático), quien el 6 de agosto solicitaba dicha sala para hacer dos representaciones, cosa que no fue autorizada por el Ayuntamiento al considerar que dicha sala no era el lugar adecuado para hacer representaciones dramáticas.

En la próxima entrada veremos cómo un vecino de la Vega de Santa Eugenia, D. Juan Bautista Elortegui presidente de la “Comisión de Limpieza de Vegas”, solicitaba se asignara una partida del presupuesto para la limpieza del río Gobela; y cómo los vecinos de el Puerto Viejo de Algorta se quejaban al Ayuntamiento por el estado del camino de “Ascane”.

2 comentarios:

  1. No me queda claro si la empresa del tranvia Bilbao-Las Arenas tenia ademas vaporcitos para hacer el mismo recorrido por la ria

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