jueves, 6 de julio de 2023

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -340-

 

En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como, varios vecinos de la Vega de Santa Eugenia (Romo) solicitaban la reparación de un puente que se había derrumbado sobre el río Gobela.

En el pleno municipal del 20 de julio de 1896 se trataba sobre unas obras que se estaban realizaron en Algorta, frente al huerto de D. Andrés Isasi”...Se dio cuenta de una instancia de D. Andrés Isasi, vecino de Bilbao y propietario de esta, manifestando haber visto con sorpresa que varios trabajadores se ocupan de rebajar la rasante de la calle que pasa frente a su huerta en Algorta., trabajos que según ha sabido se realizan por acuerdo de esta Corporación. Se nombra una comisión para que visitando al Sr. Isasi le muestre como quedará esa calle...” Lo que aprovecho para recordar quien fue este compositor bilbaíno-algorteño: “...Fue un Compositor y poeta. Bilbao 1890-Getxo 1940. Uno de los más destacados sinfonistas de la música vasca. En Bilbao, estudió piano con Miguel Unceta, destacando pronto por su talento y su inequívoca vocación musical. En 1908 se revela como compositor prolífico y precoz: tras presentar dos Bocetos para chelo y piano en la Sociedad Filarmónica de Bilbao. Finaliza el bachillerato en 1909, se traslada a Berlín, donde estudia composición con Engelbert Humperdinck, y piano con Karl Kämpf. Es galardonado en 1914 con el 2º premio del Concurso Internacional organizado por el Conservatorio de Malmö (Suecia). Al estallar la 1ª Guerra Mundial, Isasi regresa a Bilbao. Casado desde 1916 con Inés Olascoaga Amann, con la que tuvo cuatro hijos, Isasi se instaló en su villa familiar del barrio getxotarra de Algorta. Gran amante y observador de la naturaleza, a menudo trabajaba fuera de su estudio, en el campo o en su jardín. Durante más de una década (c. 1925-1937) transcribió y recopiló multitud de cantos de pájaros, con vistas a la elaboración de un tratado de Ornitología, que nunca vio la luz. El compositor murió en Getxo cuando aún no había cumplido los cincuenta años de edad, aquejado de problemas cardio-respiratorios crónicos. La recuperación y revalorización de la obra de Isasi ha avanzado paulatinamente desde finales del siglo XX, gracias, en parte, al impulso del músico getxotarra Javier de Solaun, apoderado de este legado. En este sentido, cabe destacar la creación del fondo “Andrés Isasi” en la biblioteca del Conservatorio-Escuela de Música municipal de Getxo, que lleva su nombre (1993)...” (Auñamendi Eusko Entziklopedia).

En el pleno del 20 de agosto de 1896, se trataba sobre La Vega de Santa Eugenia (Romo), que entonces pertenecía a Las Arenas, tenía dificultades de acceso, el puente que permitía el paso hacia su barrio matriz había caído como consecuencia de los temporales, por ello varios vecinos solicitaron al Ayuntamiento: “...Se da cuenta de una instancia de varios vecinos del barrio de Las Arenas en la Vega de Santa Eugenia de esta Anteiglesia, solicitando se levante un puente de paso que existe sobre el río Gobelas, en aquel punto, por haberse caído hace poco tiempo...”

En el barrio de Las Arenas, debido a la solicitud realizada ya hacía algún tiempo, las tardes de los día festivos se veían amenizadas por algunas bandas de música contratadas al efecto, una de ellas fue la Banda de Garellano. El lugar donde los habitantes del barrio podían disfrutar de la música, se encontraba situado en un pequeño tablado de madera en la Plazuela de Las Arenas (Bizkaiko Zubia Enparantza). Debido al estado de dicha estructura, uno de los hosteleros de la zona informaba que: “...Se da cuenta de un escrito de D. Antolín Urtiaga, propietario del Hotel Antolín, comisionado para la contrata de la música que toca en el barrio de Las Arenas las tardes de los días festivos, en el que manifiesta que por ser de urgente necesidad se ha procedido a la reforma y cubrimiento del tablado en el que la banda toca, en el expresado punto de Las Arenas...”

Seguía el pleno y en el se trataba sobre las obras que se estaban realizando en la calle de la “Carretera” para la instalación del tranvía eléctrico: “...Acuerda el Ayuntamiento, previo acuerdo y dirección del Arquitecto del Municipio, que con motivo de las obras de desmontes y arreglo de la calle de la Carretera, que se ejecutan para la instalación del tranvía eléctrico, se lleven a acabo las siguientes obras: Ejecución de una pared de contención en la plazuela de San Ignacio, pegante a la carretera. Dar continuidad a la alcantarilla de la casa de D. Andrés Isasi hasta el encuentro con la de la casa de D. Martín Berasaluce, para que recojan las aguas de la carretera. Construcción de una pared lateral en la revuelta de la casa llamada Hospital...”

Poco a poco se iba equipando el nuevo Hospital Hospicio de Algorta. Acordaban también en aquel pleno: “...Se compren y coloquen cuatro bañeras de mármol blanco para el nuevo Hospital Hospicio...”

Así mismo acordaban celebrar una reunión el sábado 22 de agosto de 1896, para dar posesión de su cargo a los vocales asociados que habían salido elegidos tras la celebración de un sorteo: “...Por último se acordó en el Pleno: Reunirse la Corporación Municipal el día 22 de agosto, a fin de dar posesión de su cargo a los Vocales Asociados designados mediante sorteo, y de esa manera quedar constituida la Junta Municipal para el presente año económico...”

Un extenso artículo sobre la playa de Las Arenas, era publicado por el medico del segundo distrito de Bilbao, D. Enrique Echevarria y Suso, medico de la Beneficencia Domiciliaria, que fuera el responsable de enfermedades infecciosas del Hospital Civil. En el destacaba las condiciones que tanto para recreo, como higiénico sanitarias para combatir la escrófula y linfatismo (tuberculosis), enfermedad que se enseñoreaba, en la época, en aquel Bilbao de finales de Siglo. Y decía en aquel artículo: “...La playa de Las Arena, la salud en la infancia.- Reúne la playa de Las Arnas cuantas condiciones puede exigírsele como punto de recreo a donde pueden ser llevados los niños a tomar baños de mar para fortalecerlos o para curarlos. Esta formada de arena fina, ligeramente inclinada, segura y cómoda, poco profunda, con un pinar próximo que embalsama y purifica la atmósfera.

Esta cercana a los pueblos de Algorta, Portugalete y Santurce, con multiplicidad de medios de comunicación con la capital vizcaína. Tiene lujosas y bien dispuestas casetas de baño, y bañada por las brisa del Cantábrico, sin que el frio o el calor dejen sentir sus efectos en los meses de julio a septiembre. La playa de Las Arenas es la aspiración del médico, la salvación del enfermo.

Si en la clase alta de la sociedad se nota el sello del linfatismo, primera fase de la escrófula, en la pobre sin recursos con alimentación deficiente, nada tiene de raro que esta última se rinda a la escrófula, bajo todas sus formas.

En ricos y pobres, pobres y ricos, hay que buscar muchas veces el origen de las múltiples enfermedades infantiles. La escrófula y el linfatismo es la herencia que nos lega la actual sociedad en Bilbao, es la enfermedad que se desata en la infancia. Pues bien, para poner un dique a la acción avasalladora del linfatismo y la escrófula, contamos con un medio terapéutico de suma importancia, los baños de mar...” El artículo era más extenso, pero básicamente, era eso lo que decía, ofreciendo como bálsamo sanador a nuestra playa. (El Noticiero Bilbaíno del 21 de agosto de 1896).

En la próxima entrada de esta serie veremos como, D. Alberto Palacio, pedía ayuda al Ayuntamiento de Getxo para recibir a la Comisión del Instituto del Hierro y el Acero, que iba a cursar visita a nuestra Provincia.

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