lunes, 1 de octubre de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -56-



En la anterior entrada veíamos cómo el 19 de diciembre de 1885 ya aparecía en la prensa la noticia de la pronta construcción de la Capilla del barrio de Las Arenas (se referían a la primer Iglesia de Las Mercedes).

Los portes de las esencias de mineral y petróleo para el alumbrado público, en febrero de 1886, eran acarreadas al municipio por D. Pedro Garay Artabe. El consumo de las mismas era elevado, ya que de las esencias minerales se trajeron 15 cajas, con un coste de 15 pesetas cada una; mientras que de las segundas, las de petróleo se trajeron 5 cajas, cuyo importe ascendía a 13 pesetas la caja. El responsable del encendido de los faroles era D. Antonio Basterrechea, cuyo cometido iba a expirar el día 31 de marzo.

El sábado 6 de marzo de 1886 se terminaron los remates anunciados por el Ayuntamiento para la obra de conducción de agua potable al barrio de Algorta. Al abrir las ofertas se había conseguido una sustancial rebaja respecto de los presupuestos de partida, elaborados por D. Laureano Gómez Santa María. Dicho acto se celebró en el salón principal del ayuntamiento, en el que tuvieron lugar los actos de licitación de las tuberías de hierro, tuberías de barro, obras del depósito y toma de agua, fuentes, llaves y coloración de tuberías, que fueron adjudicadas en la cantidad de 122.715,50 pesetas; cuando el valor total de la obra estaba presupuestado en 160.389,40 pesetas. Cinco fueron los rematantes a quienes se adjudico parte de los suministros. El depósito de agua potable fue encargado al vecino de Algorta D. Braulio Ajuria. Según las condiciones estipuladas, antes de cinco meses, Algorta, podría disfrutar ya de aquellas aguas. La rebaja obtenida en los remates de la conducción de agua potable iba a facilitar el proyecto de la conducción al barrio de Las Arenas, por lo que se aprobó el 18 de marzo de 1886 estudiar el proyecto para la conducción de aguas a dicho barrio. Las obras de conducción requerían de la expropiación de terrenos, para lo que se designo a, como ellos llamaron: “...A un inteligente que proceda a la medición y tasación de dichos terrenos, y proceda a verificar las operaciones con un punto del terreno donde se marcó, irá el deposito de aguas, perteneciente al Caserío Santiena...”


La casa Santiena, situada en el barrio de Alango, era propiedad de D. Antonio Basauri. Nombramiento para las mediciones de aquellos terrenos que recayeron en el Maestro de Obras D. Francisco Ciriaco de Menchaca y en D. Manuel Otaduy. La demanda de agua potable era de absoluta necesidad para los vecinos de Algorta, tal es así que los vecinos de Salsidu D. José Ramón Videa y otros habitantes de la barriada, camino por el que pasaba dicha conducción, a primeros de abril, solicitaron al consistorio: “...Que careciendo de agua potable y ya que dicha tubería pasa por nuestro barrio, se ponga un deposito en este punto...” Durante ese periodo era Alcalde de Getxo D. Jose Antonio Aldecoa.

Todavía en marzo de 1886 la venta de bienes comunales, de propiedad municipal, por parte del estado, continuaba. El día 11 de marzo, el Ayuntamiento trataba sobra la venta de uno de esos bienes, un solar arenoso situado en los muelles del barrio de Las Arenas.

En esas mismas fechas, en la iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta, estaba activa la Cofradía de San José, ya que el mayordomo de dicha parroquia cursaba una invitación al Ayuntamiento para acudir a un acto que la cofradía iba a celebrar, al día siguiente, en honor a dicho santo.

Los vientos procedentes de la mar y los provenientes de sur, llevaban cantidad de arenas a las vías del tranvía a su paso por los arenales de Las Arenas a la Avanzada. Por ese motivo el 24 de marzo de 1886, el Ayuntamiento autorizaba a la Compañía del Tranvía: “...A recoger y levantar a sus vagones la arena que el viento amontona sobre la carretera de los arenales...” La cual, con toda seguridad, vendían posteriormente a los constructores de viviendas, por otro lado actividad en auge en esa época.

Las obras del camino desde Amorotoena hasta Arrigunaga, que estaban realizando D. Baldomero Martín y D. Emeterio Juanes, se fijaba por el Ayuntamiento que estuvieran terminadas para el día 31 de mayo de 1886.


A principios de abril de 1886, la actividad de la tejera, que D. Robustiano Larrondo tenía en la Avanzada, necesitaba de nuevos impulsos, por lo que solicitaba al Ayuntamiento: “...Que a la tejera que tengo establecida en un terreno comunal de la Avanzada, deseo darle mayor actividad, colocando una máquina de vapor para la elaboración de ladrillo hueco y otras industrias del arte...” Para ello solicitaba mayores garantías sobre la utilización de aquel terreno ya que pretendía hacer nuevas inversiones.

En esas mismas fechas, al parecer, el depósito municipal para retención de presos, situado el la taberna de Echevarri, ofrecía pocas garantías de seguridad. El día 28 de marzo de 1886, el Juez Municipal, había enviado un escrito al Ayuntamiento: “...Les hago presente la poca seguridad, que para la custodia de los presos, ofrece el depósito municipal de corrección...” Adoptaron el acuerdo de remozar las instalaciones. La obra fue realizada por D. José Palacios y costó 70,50 pesetas.

Los salarios de los empleados municipales, que siempre habían sido considerados escasos, requerían la atención del municipio, debido a la carestía de los artículos de primera necesidad y el precio del alquiler de las viviendas. Por lo que el Ayuntamiento acordaba por unanimidad aumentarlos, fijando el sueldo de algunos de los empleados con mayor antigüedad: “...A partir del 1 de julio del presente año, el sueldo para el Secretario Municipal será de 1.925 pesetas, el del Auxiliar de la Secretaría de 950 pesetas; para el alguacil primero será de 912 pesetas, para el alguacil segundo y los camineros de 730 pesetas (hacían mención a que los anteriormente indicados debían de prestar servicio de día y noche)...”

Y como la Semana Santa estaba a la vuelta de la esquina, encargaban al cura párroco de San Nicolás de Bari que: “...Proporcione oradores sagrados para predicar en esa iglesia, en las tardes del jueves y viernes de Semana Santa, pagando los estipendios de los fondos municipales...” Que por cierto provocaba, que la Compañía del Tranvía de Bilbao a Las Arenas y Algorta, ampliara los horarios para aquellos que deseaban acudir a Bilbao para ver las procesiones: así como que el Sábado de Gloria se pusieran vagones en Algorta y las Arenas para el trasporte de tocinos a Bilbao, siendo el precio de cada carga, en función de si lo hacían desde Algorta o Las Arenas, de 3 reales desde el primer barrio o de 2 reales desde el segundo. Época en la que la compañía renovaba el ganado tractor, animando a los ganaderos de la zona para que quienes estuvieran interesados en vender sus animales o comprar los viejos, que habían sido desechados por la Compañía, por no llegar a dar el servicio en 14 kilómetros por hora, pudieran asistir a las subastas.


Mientras, el marisqueo era algo que en los muelles de Portugalete y Las Arenas, animaba a los aficionados, ya que con autorización de la autoridad de Marina y de la Junta de Obras del Puerto, todos los años por esas fechas, eran señalados tres días para que los que gustaran pudieran acudir a coger mariscos en dichos muelles, antes de que comenzara la veda.

El 8 de abril, a pesar del bando en el que se prohibía extraer arena de la playa de Ereaga, algunos vecinos incumplían la normativa, por lo que acordaron multarles. Aunque poco duraron las sanciones, ya que el día 15 de abril de 1886 eran levantadas las mismas a todos los implicados, así como a los carreteros que habían venido extrayendo las mismas, ya que estos confesaban su culpa y se comprometían a no continuar con dicha actividad.

En la próxima entrada veremos cómo el Ayuntamiento recurría a empréstitos para sufragar las obras de traída de agua potable a la Anteiglesia.

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