En
la anterior entrada veíamos cómo el 19 de diciembre de 1885 ya
aparecía en la prensa la noticia de la pronta construcción de la
Capilla del barrio de Las Arenas (se referían a la primer Iglesia de
Las Mercedes).
Los
portes de las esencias de mineral y petróleo para el alumbrado
público, en febrero de 1886, eran acarreadas al municipio por D.
Pedro Garay Artabe. El consumo de las mismas era elevado, ya que de
las esencias minerales se trajeron 15 cajas, con un coste de 15
pesetas cada una; mientras que de las segundas, las de petróleo se
trajeron 5 cajas, cuyo importe ascendía a 13 pesetas la caja. El
responsable del encendido de los faroles era D. Antonio Basterrechea,
cuyo cometido iba a expirar el día 31 de marzo.
El
sábado 6 de marzo de 1886 se terminaron los remates anunciados por
el Ayuntamiento para la obra de conducción de agua potable al barrio
de Algorta. Al abrir las ofertas se había conseguido una sustancial
rebaja respecto de los presupuestos de partida, elaborados por D.
Laureano Gómez Santa María. Dicho acto se celebró en el salón
principal del ayuntamiento, en el que tuvieron lugar los actos de
licitación de las tuberías de hierro, tuberías de barro, obras del
depósito y toma de agua, fuentes, llaves y coloración de tuberías,
que fueron adjudicadas en la cantidad de 122.715,50 pesetas; cuando
el valor total de la obra estaba presupuestado en 160.389,40 pesetas.
Cinco fueron los rematantes a quienes se adjudico parte de los
suministros. El depósito de agua potable fue encargado al vecino de
Algorta D. Braulio Ajuria. Según las condiciones estipuladas, antes
de cinco meses, Algorta, podría disfrutar ya de aquellas aguas. La
rebaja obtenida en los remates de la conducción de agua potable iba
a facilitar el proyecto de la conducción al barrio de Las Arenas,
por lo que se aprobó el 18 de marzo de 1886 estudiar el proyecto
para la conducción de aguas a dicho barrio. Las obras de conducción
requerían de la expropiación de terrenos, para lo que se designo a,
como ellos llamaron: “...A
un inteligente que proceda a la medición y tasación de dichos
terrenos, y proceda a verificar las operaciones con un punto del
terreno donde se marcó, irá el deposito de aguas, perteneciente al
Caserío Santiena...”
La casa Santiena, situada en el barrio de Alango, era propiedad de D.
Antonio Basauri. Nombramiento para las mediciones de aquellos
terrenos que recayeron en el Maestro de Obras D. Francisco Ciriaco de
Menchaca y en D. Manuel Otaduy. La demanda de agua potable era de
absoluta necesidad para los vecinos de Algorta, tal es así que los
vecinos de Salsidu D.
José Ramón Videa y otros habitantes de la barriada,
camino por el que pasaba dicha conducción, a primeros de abril,
solicitaron al consistorio: “...Que
careciendo de agua potable y ya que dicha tubería pasa por nuestro
barrio, se ponga un deposito en este punto...”
Durante ese periodo era Alcalde de Getxo D. Jose Antonio Aldecoa.
Todavía
en marzo de 1886 la venta de bienes comunales, de propiedad
municipal, por parte del estado, continuaba. El día 11 de marzo, el
Ayuntamiento trataba sobra la venta de uno de esos bienes, un solar
arenoso situado en los muelles del barrio de Las Arenas.
En
esas mismas fechas, en la iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta,
estaba activa la Cofradía de San José, ya que el mayordomo de dicha
parroquia cursaba una invitación al Ayuntamiento para acudir a un
acto que la cofradía iba a celebrar, al día siguiente, en honor a
dicho santo.
Los
vientos procedentes de la mar y los provenientes de sur, llevaban
cantidad de arenas a las vías del tranvía a su paso por los
arenales de Las Arenas a la Avanzada. Por ese motivo el 24 de marzo
de 1886, el Ayuntamiento autorizaba a la Compañía del Tranvía:
“...A
recoger y levantar a sus vagones la arena que el viento amontona
sobre la carretera de los arenales...”
La cual, con toda seguridad, vendían posteriormente a los
constructores de viviendas, por otro lado actividad en auge en esa
época.
Las
obras del camino desde Amorotoena hasta Arrigunaga, que estaban
realizando D. Baldomero Martín y D. Emeterio Juanes, se fijaba por
el Ayuntamiento que estuvieran terminadas para el día 31 de mayo de
1886.
A
principios de abril de 1886, la actividad de la tejera, que D.
Robustiano Larrondo tenía en la Avanzada, necesitaba de nuevos
impulsos, por lo que solicitaba al Ayuntamiento: “...Que
a la tejera que tengo establecida en un terreno comunal de la
Avanzada, deseo darle mayor actividad, colocando una máquina de
vapor para la elaboración de ladrillo hueco y otras industrias del
arte...”
Para ello solicitaba mayores garantías sobre la utilización de
aquel terreno ya que pretendía hacer nuevas inversiones.
En
esas mismas fechas, al parecer, el depósito municipal para retención
de presos, situado el la taberna de Echevarri, ofrecía pocas
garantías de seguridad. El día 28 de marzo de 1886, el Juez
Municipal, había enviado un escrito al Ayuntamiento: “...Les
hago presente la poca seguridad, que para la custodia de los presos,
ofrece el depósito municipal de corrección...”
Adoptaron el acuerdo de remozar las instalaciones. La obra fue
realizada por D. José Palacios y costó 70,50 pesetas.
Los
salarios de los empleados municipales, que siempre habían sido
considerados escasos, requerían la atención del municipio, debido a
la carestía de los artículos de primera necesidad y el precio del
alquiler de las viviendas. Por lo que el Ayuntamiento acordaba por
unanimidad aumentarlos, fijando el sueldo de algunos de los empleados
con mayor antigüedad: “...A
partir del 1 de julio del presente año, el sueldo para el Secretario
Municipal será de 1.925 pesetas, el del Auxiliar de la Secretaría
de 950 pesetas; para el alguacil primero será de 912 pesetas, para
el alguacil segundo y los camineros de 730 pesetas (hacían mención
a que los anteriormente indicados debían de prestar servicio de día
y noche)...”
Y
como la Semana Santa estaba a la vuelta de la esquina, encargaban al
cura párroco de San Nicolás de Bari que: “...Proporcione
oradores sagrados para predicar en esa iglesia, en las tardes del
jueves y viernes de Semana Santa, pagando los estipendios de los
fondos municipales...”
Que por cierto provocaba, que la Compañía del Tranvía de Bilbao a
Las Arenas y Algorta, ampliara los horarios para aquellos que
deseaban acudir a Bilbao para ver las procesiones: así como que el
Sábado de Gloria se pusieran vagones en Algorta y las Arenas para el
trasporte de tocinos a Bilbao, siendo el precio de cada carga, en
función de si lo hacían desde Algorta o Las Arenas, de 3 reales
desde el primer barrio o de 2 reales desde el segundo. Época en la
que la compañía renovaba el ganado tractor, animando a los
ganaderos de la zona para que quienes estuvieran interesados en
vender sus animales o comprar los viejos, que habían sido desechados
por la Compañía, por no llegar a dar el servicio en 14 kilómetros
por hora, pudieran asistir a las subastas.
Mientras,
el marisqueo era algo que en los muelles de Portugalete y Las Arenas,
animaba a los aficionados, ya que con autorización de la autoridad
de Marina y de la Junta de Obras del Puerto, todos los años por
esas fechas, eran señalados tres días para que los que gustaran
pudieran acudir a coger mariscos en dichos muelles, antes de que
comenzara la veda.
El
8 de abril, a pesar del bando en el que se prohibía extraer arena de
la playa de Ereaga, algunos vecinos incumplían la normativa, por lo
que acordaron multarles. Aunque poco duraron las sanciones, ya que el
día 15 de abril de 1886 eran levantadas las mismas a todos los
implicados, así como a los carreteros que habían venido extrayendo
las mismas, ya que estos confesaban su culpa y se comprometían a no
continuar con dicha actividad.
En
la próxima entrada veremos cómo el Ayuntamiento recurría a
empréstitos para sufragar las obras de traída de agua potable a la
Anteiglesia.
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