jueves, 11 de abril de 2013

USOS Y COSTUMBRES RELIGIOSAS EN GETXO



Casi como una continuación de los recien terminados capitulos referidos a la llamada “Guerra Civil”, en el Getxo de aquellos años anteriores, y en los posteriores las celebraciones religiosas, tenian el influjo de la época, en el segundo periodo monopolizados por el Nacional-Catolicismo, no reconociendo ni permitiendose ritos de otras confesiones. 

 
La España Católica que se solidarizó y apoyó el Alzamiento, recibió a cambio prebendas del régimen franquista, volviendo a ser la religión del estado, desde la que emanaban, todas la directrices morales y religiosas, esas prebendas le daban libertad para hacer y deshacer en muchos campos, enseñanza, rituales religiosos (ejercicios espirituales, comuniones, Semana Santa, Corpus).

Habria que hacer una pequeña distinción entre la Iglesia Oficial y parte del clero, hubo una parte de dicho clero, que en Euskadi, quiza tambien lo hubo en otros puntos del estado, se posicionó habiertamente en contra del los Golpistas, pero que manteniendo posteriormente posturas criticas, tambien usaron aquellas prebendas, para su trabajo pastoral.

Una de aquellas fiestas religiosas, que junto a los nacimientos (bautizo), se celebraban con gran difusión publica, eran las Comuniones, que en algunos casos se hacia coincidir con otras fiestas de carácter oficial.

La preparación de estas comuniones tenia un largo recorrido, los niños, eran preparados en colegios e iglesias, en las llamadas catequesis, donde un grupo de voluntarios, generalmente gentes de Acción Catolica, seglares y/o sacerdotes, impartian sus enseñanzas preparatorias.

Incluso para quien no participaba de esas creencias, el “Día” llamaba la atención, y causaba envidia entre aquellos pequeños, que eran vestidos de “marinerito” los (niños) y de “boda” o “princesita” las (niñas).

Para la mayor parte de las familias suponia un gasto extrordinario, desde el coste del vestido, que solia heredarse de unos a otros hermanos, a la comida familiar.

El desfile de aquellos pequeños, en general de impoluto blanco, solia recorrer desde sus domicilios hasta la Iglesia mas cercana. En ellas los padres, al terminar la ceremonia, repartian unas estampillas, llamadas “recordatorios”, en las que figuraba la fecha de la primera comunión, el nombre del comulgante y una foto del mismo o un dibujo religioso alegórico, recordatorio que se repartia entre los invitados y conocidos.

En algunos barrios como el de Algorta, y mas concretamente en la celebración del “Corpus Christi, día en el que impresionaba el tañido de las campanas, con su replique a fiesta, era tradicional que los menores participaran, con sus blancos trajes, con los que habian celebrado el año anterior su “Primera Comunión”.

Era una fiesta de seguimiento popular, en la que los vecinos del Puerto vestian sus casas, que encalaban de blanca cal, provista por el Ayuntamiento, embelleciendo los balcones con sus mejores galas, el “Etxetxu” (Antiguo Ayuntamiento y sede de la Cofradia de Mareantes), era transformado en improvisado altar.

Ya desde la vispera empezaba el movimento en el Puerto Viejo, los niños iban por las casas, que tenian jardin, pidiendo flores, para engalanar el altar, la actividad era tan minuciosamente ardua, que recogian piedras y arena, en la ribera y playa, con la arena procedian a frotar y limpiar el suelo del Etxetxu, para que quedara inmaculado.

Otros se encargaban de recoger hinojo y anises, que era recogido en “Riberamune”, entre las piedras, alfombrando el suelo de la procesión, para que al pisarlo, desprendiera un agradable aroma a anises.

En el propio Etxetxu, se preparaban una especie de jardincillos, con la arena y piedras, se colgaban jaulas con pajaros, en la parte cubierta, que con sus trinos alegraban el lugar, se sacaban reproduciones de barcos, de la familia Urresti y otros vecinos, aquel escenario era completado con las caracolas de mar, traidas por marinos del barrio de pescadores desde lejanos mares.

Llegado el día, “decian que hay tres días en el año que brillan más que el sol Jueves Santo, Corpus Christi, y el día de la Ascensión, despues de la Misa Mayor en San Nikolas, se formaba la procesión, que era anunciada con una ruidosa algarabia de campanas y cohetes,.

Abrian la misma monaguillos, todos de blanco, con la cruz alzada, seguidos por la congregación de las “Hijas de Maria”, vestidas de impactante negro, con guantes blancos, llevaban las borlas del estandarte, dos pequeñas vestidas con sus ropajes de primera comunión.

Tras ellas iba el “Sagrado Corazón”, al reves que en el caso anterior, las borlas eran portadas por dos niños, vestidos de marineritos, les acompaba el estandarte de la “Cofradia de Pescadores de San Nikolas”.

A continuación iba el “Santisimo bajo palio”, junto a el marchaban el Parrococo y a su lado dos coadjutores, el palio de gran belleza, estaba compuesto por un “Manton de Manila”, de seda natural, de un sanguinolento rojo Burdeos, que habian sido propiedad de Justa Ageo, dicha señora, cuando la procesión pasaba por la Avenida Basagoiti, colocaba en las esquinas de su balcón, dos orinales de oro, a modo de florero, traidos desde Chile.

La comitiva era acompañaba con una escolta de los quintos de la “Bateria San Ignazio”, el Alcalde, con baston o vara de mando y medalla, los concejales con sus nuevos trajes, el pendón municipal, llevado por el síndico, tocado de elegante sombrero, negro de copa, les seguian los aguaciles, con sus trajes de gala y gorra en mano, seguidos por la banda municipal.


Aquel cortejo se completaba con unos inocentes angelitos, de rosa y azul, seguidos de las niñas vestidas de primera comunión, con sus blancos velos al viento, los niños de marineritos, los frailes trinitarios con los novicios, las niñas y niños del Hospital Hospicio, acompañados por las monjas.

El recorrido partia desde la Parroquia de San Nikolas, iba por la Avenida Basagoiti, para mas tarde bajar al Puerto, por la calle San Nikolas, tras la bendición en el Etxetxu, la comitiva retornaba por Aretxondo a la Parroquia, para desde alli, desplazarse a la Plaza de San Nikolas (entonces llamada de la Constitución), en el quiosco habia colocado un improvisado altar, con una imagen, de gran tamaño, del Sagardo Corazón, donde se desarrolaba el acto final, con la bendición y cantos alegóricos, esta descripción del Corpus en Algorta, esta entresacada de (las memorias de Rita Mari Urretxua Libano, que gracias a la Biblioteca de San Nikolas llega viva hasta nosotros), pertenece a una época anterior a la Guerra de 1.936.

En otros barrios como en Las Arenas se desplazaban desde el Colegio Madre del Divino Pastor “La Divina Pastora” (para los del barrio), atravesando la calle Mayor y desde la calle Amistad enfilaban hacia la Iglesias de Las Mercedes.
En Romo barrio mas humilde, de clase trabajadora, no era tan ostentosa, se realizaba en el entrono de la “Capilla de Los Angeles”, mas tarde, desparecida la capilla, en la Iglesia de San Jose Obrero.

En Andra Mari, tambien barrio humilde, de componente fundamental de baserritarras, las celebraciones eran menos ostentosas, aunque el día del Corpus salian en procesión desde la Iglesia de Andra Mari hasta la hermita del angel, en la Festividad del Sagrado Corazón, tambien se realizaba una procesión, desde la Iglesia hasta Maidane, donde se instalaba un altar, desde alli hasta Miramar y desde alli hasta el “Barrio de Sarri”, alli en el lavadero, se improvisaba otro pequeño altar, donde se celebraba la bendición, durante el recorrido los niños que iban ataviados de primera comunión, esparcian pétalos de flores.

Otra de las celebraciones, quiza la mas seria y oscura, era la previa a la Semana Santa, y la propia semana, desde fechas anteriores en los colegios se realizaba una autentica procesión de niños y niñas, a las respectivas parroquias, para recibir aquello que dieron en llamar “Ejercicios Espirituales”, en los que apocalipticas amenazas infernales, aterrorizaban a los niños/as, eran auténticos lavados de cerebro para inocentes criaturas, aunque a algunos de sus obligados asistentes, les entrara por una oreja y les saliera por la otra, aquellos sermones tremebundos de la condenación eterna.

Tras aquellos largos sermones de exaltación a la fe, al miedo a la llamas del infierno, se procedia en los confesionarios, a descargar las “conciencias atormentadas” de aquellos “jovenes pecadores”.

Luego al llegar el “Jueves Santo”, por la tarde, en el que celebraban la muerte de Cristo, con el toque de Pasión, último que se hacía desde los campanarios, el silencio se adueñaba de los pueblos, y cual ciudad fantasma , bares y tabernas no servían bebidas de alta graduación, los cines cerraban sus salas, la musica desaparecia de las emisoras de radio, para dar paso a la musica sacra, todo se teñia de un morado lugubre y misterioso, las gentes recorrian en silencio los llamados “monumentos”, que no eran si no hornacinas decoradas en las propias iglesias, era una forma de evasión, no habia actividad ludica, hasta la madrugada del Domingo de Resurreción, una parte de la juventud, emprendia una huida el Viernes, hacia los montes, donde no habia restricciones a las expresiones de alegria y fiesta.

El “Viacrucis” era otra de aquellas celebraciones, se celebraba en la Semana Santa, aunque puntualmente tuvo su semana, en lo que se llamó “La Mision del Nervión”, liderada por Casimiro Morcillo, (primer Obispo de Bilbao tras la guerra civil), en 1.953, durante tres semanas enteras, primero dentro del mismo Bilbao y luego desde Usánsolo y Galdákao hasta Getxo y Santurce, todo a lo largo de la ría del Nervión, trescientos fervorosos misioneros, en más de cien centros de misión, recordaron a casi medio millón de almas las verdades fundamentales de la santa fe, exhortándolas a la renovación de la vida cristiana y ofreciéndoles generosamente reconciliación y perdón. 

  
En el barrio de Romo se celebraron procesiones muy de madrugada, las calles estaban llenas de altavoces, en sus calles se instalaron, estrategicamente, altares donde paraban para hacer proclamas religioso-políticas, así se dispusieron en la calle Ibaiondo y Santa Eugenia. 
 
Otro de aquellos usos era el del “Paso del Viatico”, que viene del latin “Viaticum”, con el término “viático” se designaban las provisiones para el viaje, en el catolicismo el viatico es la ultima comunión que se da a un moribundo, era como el sellado del pasaporte en la frontera entre el mas acá y el mas allá, en la época lo administraba un sacerdote, sobre su sotana llevaba el roquete e iba cubierto con el “paño de hombros o humeral” envolviendo el portaviáticos, precedido de un monaguillo, tambien ataviado con sotana y roquete, tocando una campanilla, todos los transeúntes detenían su paso y se hincaban de rodillas.

Muchas de aquellas celebraciones, sobre todo las referidas a procesiones, iban “acompañadas” por los miembros de la Corporación Municipal y la Guardia Civil o la Policia Municipal, con sus uniformes de gala, mosqueton al hombro.

Hay muchas otras historias referidas a aquellas celebraciones, este es un pequeño apunte de ellas, quiza otras personas, nos podran relatar mas imagenes, de lo que acontecia en tiempos pasados en nuestro Getxo.

2 comentarios:

  1. Yo recuerdo que en Romo no me dejaron hacer la comunion de largo en San Jose

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  2. En Romo, no recuerdo si fue por la Misión del Nervión o por unas Navidades de los años 50, en los que es ahora un callejón que llevaba a la Capilla de Los Angeles, se instaló una gran cruz con bombillas que iluminaba toda la calle. Recuerdo que los chavales en cuanto anochecia íbamos allí a jugar, pues nos contrastaba mucho la oscuridad que había en el resto de las calles con la formidable iluminación del lugar.
    José Luis Alday

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