lunes, 30 de septiembre de 2019

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -116-


En la anterior entrada, de esta serie, veíamos cómo en virtud de una autorización concedida por real Orden a la Junta de Obras del Puerto, salía a concurso la adquisición de una embarcación de vapor para la vigilancia de las obras del Puerto.

Los injertos en los caños municipales de aguas fecales estaban a la orden del día, muchas familias solicitaban la conexión de sus viviendas con la red municipal. Entre aquellos vecinos estaba Dña Juana Ajuria y D. Antonio Ugarte. Así que no resultaba raro que la misma, en algún punto, quedara acolmatada o formara un tapón. Eso fue lo que sucedió el 31 de octubre de 1889 al paso de las aguas en la calle Mayor de Algorta (Actual Avenida Basagoiti) frente al casino algorteño, provocando fuertes olores por la acumulación en forma de charco de las aguas sucias. Por lo que la Comisión de Obras Municipal tuvo que tomar las medidas urgentes para acometer la obra sin más dilación. El encargado de la reparación fue el cantero D. León Landeta.

En el barrio de Las Arenas el verano había pasado, los visitantes habían vuelto a sus hogares de Bilbao y otras zonas del Estado, por lo que la recogida de barreduras y desperdicios, así cómo la conducción de los mismos a los vertederos no requería de la frecuencia del estío. Por ello el Ayuntamiento decidió que en lugar de efectuar la recogida diaria, como habían acordado hacer durante el verano, pasase a realizarse dos veces a la semana a partir del primero de noviembre hasta el 30 de junio del siguiente año. A D. Esteban Asansa, que era el contratista de dichos servicios, pasara a cobrar por los mismos 175 pesetas.

Algunas calles de Algorta veían su deterioro debido al paso de los carros de bueyes cargados con materiales para las nuevas obras de edificación que se estaban realizando en el barrio. Unas de las más transitadas en esos días eran la calle San Nicolás y la carretera que iba desde Mantequena, junto a Iturrieta (Las casas “Iturrieta” y “Mantequena” estaban tan solo separadas por el huerto de Eustasio Zalduondo, que más tarde sería expropiado para dar paso a la bajada de Aretxondo), hasta San Martín. Por lo que el consistorio decidió: “...Rellenar con piedra machacada a fin de que con las aguas del invierno y el transito de carros no queden inutilizadas...”

A finales de octubre de 1889, el día 31, se trataba también sobre los residentes en Getxo, que según el censo de 1888 eran 3.682. Por ese número de habitantes, de acuerdo con la R. D. del 27 de junio de 1888, al municipio le correspondían 11 concejales en lugar de los 10 que ya tenía hasta entonces, por lo que decidieron: “...Que en las próximas elecciones que tendrán lugar el 1 de diciembre de este año, se nombren 6 concejales para que con los 5 actuales, que no cambian, quede completo el Ayuntamiento...” De aquel acuerdo de dio cuenta al Gobernador Civil y a la Diputación Provincial, además de publicarlo para conocimiento del vecindario.


El 7 de noviembre de 1889 uno de los médicos titulares de la Anteiglesia de Getxo, D. Antonio Barrera, renunciaba a su cargo debido a su avanzada edad e informaba que permanecería en el mismo hasta el día 1 de diciembre: “...Deseo causar baja en mi puesto debido a lo avanzado de mi edad y a los achaques inherentes a la misma para retirarme a la Villa de Bilbao para pasar el resto de mis días...” El consistorio expresaba su pesar, pero entendía su solicitud, manifestando a su vez: “...Que admitimos su renuncia al cargo, expresando nuestra gran satisfacción y gratitud por los servicios prestados y la puntualidad con el que desempeñó su cargo...”

La estación Telegráfica de Algorta, durante el mes de octubre de 1889, arrojaba un saldo a favor del municipio de 19,83 pesetas.

La cantera de Aiboa era uno de los puntos del municipio en los que se extraía arena blanca para la construcción, algunos de los solicitantes de dicha explotación fueron D. Juan Bautista Elortegui y D. Dionisio Zubiaga.

El alumbrado público siempre escaso en alguno de los barrios era una de las demandas de la población. En el pleno de ese comienzo de noviembre se acordaba estudiar, en función de la población que ya tenía el barrio de Algorta, por la Comisión de Fomento y Policía Urbana un proyecto de alumbrado. Todavía el mismo se hacía mediante faroles de petróleo, faltaba aún mucho para que llegara la innovación de la luz eléctrica a nuestras calles, que no lo haría hasta 1895.

El 17 de noviembre de 1889 el Alcalde de Getxo D. Pedro Amezaga firmaba un edicto convocando las elecciones municipales para el día 1º de diciembre de aquel año.

El 23 de noviembre de 1889, al encontrarse vacante la plaza de medico en el barrio de Las Arenas, se nombraba médico titular de ese barrio a D. Guillermo Lanchares: “...Acordamos nombrar y se nombra a D. Guillermo Lanchares como médico titular para la asistencia de familias pobres, de este barrio, con la dotación anual de 125 pesetas, a quien se facilitará la lista de esas familias pobres, evacuando gratuitamente las obligaciones que le impongan las disposiciones vigentes, como las autopsias de oficio…” A continuación acordaron: “...Nombrar una Comisión para que proponga un proyecto para la asistencia de familias pobres de Algorta y Santa María por los dos médicos titulares de la localidad...” En esa misma fecha la ayuda para familias pobres para lactancia era de 15 pesetas al mes, y en el caso de que dicha ayuda fuera para gemelos, con la condición de que: “...Si uno de los dos gemelos falleciera antes de los 15 meses, ese mismo día quedará suprimido el socorro...”


En el pleno del 23 de noviembre de 1889 el consistorio sobre una polémica suscitada tras pretender este la apertura de nuevas calles en Algorta. Aquella protesta fue encabezada por D. Tomás Uria y otros vecinos: “...Protestamos contra el acuerdo tomado por este Ayuntamiento sobre la apertura de unas calles nuevas en Algorta...” Incluso comenzaron una recogida de firmas, que más tarde fue respondida por algunos firmantes alegando que: “...Fueron sorprendidos haciéndoles entender lo contrario, al firmar la instancia presentada al Ayuntamiento oponiéndose al proyecto formado por el Ayuntamiento para la apertura de esas calles nuevas en Algorta, y pedimos retirar nuestras firmas estampadas en dicha protesta...” El consistorio después de haber tratado el tema en el pleno informaba de que: “...Teniendo en cuenta de que el proyecto del Ayuntamiento relativo a las calles de que se trata, si bien tiende a proporcionar solaz y comodidades a los bañistas y forasteros que concurren al barrio de Algorta, no se encamina tan solo y exclusivamente a ese fin, si no que se dirige con preferencia a proporcionar es solaz y comodidades al vecindario, por lo que carecen de razón las oposiciones que se formulan en contra del proyecto. Teniendo en cuenta que el escrito tan solo cuanta con 42 firmas, a pesar del gran empeño puesto por sus autores, esto demuestra la inexactitud de sus aserto de que la mayoría del vecindario es opuesto al proyecto. Teniendo en cuenta que el paseo de la Avanzada que en la exposición se invoca está situado en un extremo del barrio de Algorta, y de que es necesario un punto céntrico de reunión y de recreo tanto para bañistas como para el vecindario, desestimamos la oposición formulada por el Sr. Uria...”

En la próxima entrada veremos cómo aparecía una Real Orden en el Boletín Oficial de la Provincia disponiendo que: “...La Provincia de Vizcaya deberá proceder al nombramiento de un Senador...”

jueves, 26 de septiembre de 2019

LA FABRICA DE ALCOHOLES DE LAS ARENAS



Los alcoholes y aguardientes han formado parte de la historia de la humanidad, ya en el Siglo XIII, en el recetario de Marcus Graecus se describía la destilación del vino para la obtención del “Aqua Ardens”: “...Así harás el aguardiente: Toma vino tinto espeso y añejo y deposita en él dos onzas de azufre pulverizado, dos libras de tártaro de buen vino blanco, dos onzas de sal común y pon todo en una cucúrbita bien cerrada con plomo y coloca encima el alambique y procede a su destilación...” Así que la afición a esas bebidas viene de antaño.

Desde que en el ya lejano Siglo XVI en que ante la “cruz parada” o concejo se hacían las subastas o “remates” de los servicios municipales de abasto de vinos y aguardientes, la afición de nuestros clérigos y vecinos a dichos néctares dejó para las arcas municipales sustanciosos réditos. De esa afición ya daba cuenta el célebre historiador Teofilo Guierd Larrauri cuando escribía, refiriéndose al Siglo XIV: “...Que todo varón mujer ó clérigo que cosechara vino en la heredad de la Villa lo pudiese vender en ella sin mezcla de vino foráneo...”

Años más tarde, en el Siglo XIX, en 1880, cuando Getxo contaba con un presupuesto municipal de 68.000 pesetas, los vinos, aguardientes y licores dejaban para las arcas públicas nada menos que 26.700 pesetas. Los arbitrios de estos productos eran demandados por los rematantes de bebidas alcohólicas, alguno de ellos llegado desde más allá de nuestras fronteras.

Ese fue el caso de la fabrica de aguardientes y alcoholes de Areeta-Las Arenas, la cual nace de un charcutero procedente de Minfeld (Alemania), un municipio situado en el distrito de Germersheim, en el estado federado de Renania-Palatinado, cercana a la orilla izquierda del río Rin y de la frontera con Francia, se trataba de Felipe Mattern Hock. Los Mattern que procedían de ese pueblo Alemán eran una familia de tradición charcutera y hostelera.

Nuestro personaje principal Felipe Mattern, había nacido el 23 de Mayo de 1832, dentro de una familia protestante. Se casó en 1856 con María Augusta Luisa Heitz, hija de un comerciante de especies. Felipe desde muy joven vivió en su casa el oficio de su padre, la chacinería y la vida de la taberna, quien contaba con un despacho de vinos, aguardientes y cerveza. Dicen que entre los años los años 1869-1870, por consejo de algún comerciante decidieron establecerse en Bilbao. Se instalan en la calle Libertad en 1874, abriendo un restaurante al que llamaran “La Prusiana”, a esa calle se accedía desde la calle Ascao.

La primera referencia en la prensa local del restaurante de D. Felipe Mattern, “La Prusiana” data de 13 de mayo de 1877, en el servían a domicilio barriles de cerveza a 40 reales la cántara, y si lo hacía por botellas el precio era de 24 reales la docena, siempre previa devolución del casco.

Su acercamiento a nuestro municipio, Getxo, se produjo entre 1885-1889. En el expediente de rotulación de calles de 1887 aparece recogido, en la aún calle sin definir, con nombre genérico de Las Arenas, en el n.º 28, registrando dos habitantes en una casa de tres pisos, muy cerca de la estación del ferrocarril, en el Nº 30 de la misma calle vivían las familias Victoria y Landecho.

El 23 de abril de 1889 Feliphe Mattern, que así firmaba, solicitaba a la Diputación Provincial: “...Le sea concedida la autorización para instalar una nueva fabrica de aguardientes, cuya fabricación pretende hacer con materias no gravadas en las tarifas de impuestos de esa corporación...” El 28 de mayo de 1889 la Diputación Provincial le indicaba las condiciones que para los impuesto había de cumplimentar. Entre ellas estaba la de: “...Presentar una declaración jurada con los datos referentes a las fabricas del grupo “A”, a la que pertenecía, por ser la misma distinta de la del zumo de uva...” A la que el interesado contesto el 18 de octubre del mismo año.

El 8 de octubre de 1889, en un expediente de la Diputación Foral, del servicio de Arbitrios Provinciales: Registro Nº 96, Legajo N.º 4; presentaba la solicitud para establecer una nueva fabrica de Aguardientes en Getxo. En dicho expediente describía que: “...D. Felipe Mattern Hock vecino de la Anteiglesia de Guecho, en su barrio de Las Arenas, presenta un complemento industrial para la fabricación de aguardientes y alcoholes en cumplimiento del Articulo 22 del Reglamento Provisional del 26 de junio de 1888...” En el mismo describía que: “...El local en el que trato de establecer la fabrica es de mi propiedad. Los aparatos de explotación de la fábrica consisten en un alambique sencillo, sin rectificador ni columnas, de 250 litros de cabida, según el sistema de “Antonio Oleaga de Bilbao, que es el constructor. Además de una caldera para la preparación de los mostos, y una cuba de maceración y otras cuatro de fermentación sin refrigerantes...” La materia que iba a utilizar para la preparación del aguardiente era: “...Proveniente de cereales de centeno y cebada de clase media del País...” La cantidad de liquido que pensaba obtener en su producción era: “...Por cada día de trabajo de 30 litros de aguardiente de 20º del graduador “Cartier”, empleando 100 kilogramos de centeno y cebada germinada, siendo la graduación de los mostos de 7 a 8 grados...” Aquel local iba a funcionar todos los días no festivos, tampoco iba a funcionar por las noches. Disponía de un local de almacenamiento que estaba a cien metros de la fabrica, estando alejado de otras edificaciones. La distribución del producto final se iba a realizar por toda la provincia: “...La destilación se efectuara tres días por semana, un día si otro no, por ser necesario para preparar los mostos y otro para la destilación, destinando los residuos para alimentación del ganado...”

El 9 de diciembre de 1889 la administración Provincial de Arbitrios se daba por informada de las intenciones de Felipe Mattern para instalar una fabrica de aguardientes y alcoholes en Las Arenas. En la instancia que enviaban al solicitante le indicaban: “...Que con arreglo a la regla 2ª del Real Decreto del 24 de septiembre de 1888, la exacción del gravamen correspondientes a las elaboraciones que realicen las fabricas situadas en las tres Provincias Vascongadas debe realizarse por las respectivas Diputaciones Provinciales y la administración especial de Hacienda, teniendo en cuenta las indicaciones de la localidad en que se van a instalar. El punto designado para la instalación de la fabrica reclama, por su situación especial, que las elaboraciones que se verifiquen por su dueño, sean intervenidas por un empleado de arbitrios provinciales, toda vez que el fabricante para dar salida a los productos y precintar los envases tendrá que recurrir a la administración principal, que tendría que comprobar la cantidad y calidad del género…” Para garantizar dichas funciones le indicaban que por lo tanto el sueldo de ese funcionario público debía correr por cuenta del fabricante.

Felipe Mattern fue uno de los rematantes de los arbitrios de alcoholes de Las Arenas. Debido a un conflicto sobre dichos arbitrios, el consistorio de Getxo acudió en 1890 a la “Diputación de Vizcaya” solicitando: “...Se digne a manifestar la regla de conducta que esta corporación debe observar, a cerca de lo que, con perjuicio del rematante de los arbitrios municipales, esta sucediendo en la fabrica de alcoholes establecida en Las Arenas...” Por entonces ya disponía de una Casa de Campo, con jardín cercado de pared a 160 metros de la estación del ferrocarril en Las Arenas.

Los asuntos de D. Felipe Mattern relacionados con la fabrica de aguardientes y alcoholes finalmente tuvieron solución, ya que la Diputación Provincial autorizó su instalación en el barrio de Las Arenas. El 21 de febrero de 1890 enviaba un escrito al Ayuntamiento de Getxo en el que decía: “...El que suscribe autorizado por la Diputación de Vizcaya, el 13 de diciembre de 1889, para la instalación de una fabrica de aguardientes y alcoholes en este barrio de Las Arenas, tiene el honor de comunicarles que se hallan ya instalados los aparatos para la fabricación y elaboración de alcoholes, desde el 13 enero de 1889, contando con una caldera capaz para 1.000 litros...” La carta la firmaba su hijos José Mattern Heitz, quien firmaba como “Sulz Mattern”. El 27 de febrero de 1890 el consistorio de Getxo daba la autorización para la puesta en marcha de dicha fabrica. No obstante en esa fecha trataban con la Diputación de Provincial la posibilidad de cambiar el aparato destilatorio de 250 litros, que había venido funcionado en la fabrica, por uno nuevo de 1.000 litros que acababan de adquirir y que su hijo Sully pedía permiso para instalar.

Por entonces el restaurante “La Prusiana” vendía ya en 1890 las ostras a 4, 6 y 8 pesetas la docena, que eran traídas desde Arcachón diariamente. Por esos años suministraba vinos viejos de mesa a las principales tiendas de ultramarinos de Bilbao y la provincia, así como a la “Fonda Nueva” de Las Arenas.


La familia Mattern trató el 16 julio de 1891 de arrendar unos terrenos al Ayuntamiento de Getxo en la Galea: “...Se da cuenta de una instancia del Sr. Suly José Mattern, de este vecindario del barrio de Las Arenas, solicitando el arriendo de 20 hectáreas de terreno comunal de la Galea, para instalar una vaquería y dedicar una parte al cultivo...” El Ayuntamiento desestimo aquella petición porque aquellos pastos comunales se dedican a pasto para el ganado de los agricultores de Santa María.

En 1891 montaron una vaquería en Las Arenas, probablemente para aprovechar las sinergias del los residuos del la fabricación del los aguardientes, en ella vendían leche, vacas suizas y bretonas. Precisamente el día 15 de diciembre de 1891 ya aparecía un anuncio en la tercera pagina del diario “El Noticiero Bilbaíno” que recogía lo siguiente: “…!Vacas Bretonas, se venden a elección! Vaquería La Prusiana, Las Arenas. En la misma vaquería se comprarían como unas ocho peonadas de remolca o nabos para el ganado...” Anuncio que repetían cada vez que les llegaba una nueva remesa de vacas. Tal era la producción de leche que obtenían en su vaquería, que el día 19 de febrero de 1892, solicitaban en un nuevo anuncio: “...Se desea una muchacha aldeana para repartir leche en Bilbao. Informaran en la vaquería de La Prusiana, Las Arenas, 8-9 p...” Quizá uno de los anuncios más curiosos relacionados con su restaurante de Bilbao fue el insertado en “El Noticiero Bilbaíno” del 28 de abril de 1892: “...Se fugo ayer un gilguero de mi balcón de la Plaza Nueva. Se gratificara con 25 pesetas a quien lo entregue en la Sombrerería, 7, 2º, frente al restaurante de La Prusiana...” Dicho anuncio situaba con precisión la localización de dicho establecimiento de hostelería en Bilbao. A finales de 1892 dejarían el restaurante de Bilbao trasladándose a Las Arenas.

En agosto de 1897 D. Felipe Mattern anunciaba en “El Noticiero Bilbaíno” la venta de su casa de campo con jardín cercado de pared, que estaba a 150 metros de la estación del ferrocarril en Las Arenas.

Durante sus últimos años de vida se sabe que que vivió temporadas en un caserío de Las Arenas, para acceder a sus propiedades solicito permiso para reparar un puente que le permitiera atravesar el rio Gobela. En ese lugar será en el que montó su fabrica de aguardientes y alcoholes. Más tarde su hijos Jose (Sully) será quien se hará cargo de sus negocios.

Felipe Mattern en sus últimos años de vida vivió temporadas en un caserío de Las Arenas, y construyo un puente sobre el río Gobela para poder acceder sus propiedades. En ese punto tenía la fábrica de aguardientes y alcoholes industriales. Su fallecimiento sucedió el día 14 de junio de 1899 fallecía Felipe Mattern durante un viaje de recreo en Burdeos, según el acta de defunción que presentaba como testigos a los vecinos de Burdeos Georges Pfalzagraf (Cervecero) y Philiphe Floux (Encuadernador): “...Declaran que Felipe Matern de 67 años falleció ayer a las siete de la noche en la calle Pierre Moguey N.º 29...” La partida de defunción fue traducida el 27 de junio de 1899 por el Consul de España en Burdeos D. Manuel Guirión Azcona. Dejaba Felipe Mattern a su fallecimiento tres hijos Miguel, Juan y José (este último conocido como Sully). Su hijo José que fue su sucesor continuó con sus negocios, se casó en la Iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta el 10 de junio de 1889.

Hasta aquí una pequeña reseña de un personaje de origen Alemán que formo parte del comienzo de las industrias que funcionaron en el Getxo del Siglo XIX.

lunes, 23 de septiembre de 2019

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -115-



En la anterior entrada, de esta serie, veíamos cómo el Ayuntamiento de Getxo acordaba entregar al Club Náutico de Bilbao dos subvenciones.

El día 29 de octubre de 1889 se anunciaba en el diario “El Noticiero Bilbaíno” la salida a subasta, en virtud de una autorización concedida por real Orden a la Junta de Obras del Puerto, salía a concurso la adquisición de una embarcación de vapor para la vigilancia de las obras del Puerto. La misma debía de disponer de alojamiento a bordo para la tripulación. El plazo para la construcción de dicha embarcación era de 4 meses, concediéndose un plazo adicional de un mes para llevarla al puerto. Firmaba el anuncio el Vicepresidente de la Junta de Obras D. Eduardo Coste Vildosola.

El último día de octubre de 1889 se abrían tres calles nuevas en el barrio de Las Arenas, se las denominaba provisionalmente con las tres primeras letras del abecedario. La autoridad Provincial (Diputación) autorizaba en un oficio enviado al Ayuntamiento de Getxo los pagos de las obras de estas calles, con la condición de que fueran consignados en el presupuesto municipal. Cosa que el consistorio realizó pasando algunas cantidades de unos capítulos a otros del presupuesto. A la vez establecía unas normas para corregir algunas irregularidades que se venían cometiendo en las edificaciones: “...Teniendo en cuanta la situación topográfica de esta Anteiglesia, y las irregularidades que desde muy antiguo se vienen notando en la construcción, particularmente en el barrio de Algorta, que junto a otras causas impiden que se pueda formar un reglamento completo de edificación, se acuerda establecer las siguientes condiciones:

1º Toda persona que desee construir o reconstruir cualquier edificio solicitará permiso al Ayuntamiento.

2º Acompañará a la solicitud un plano firmado por persona autorizada.

3º El propietario cuidará que se lleven a cabo las obras con seguridad, procurando que los andamios, escaleras o rampas que se coloquen para el servicio de los obreros, ofrezcan la suficiente solidez.

4º El Ayuntamiento, persona o personas que le representen podrán las obras y aparatos mencionados en el capítulo anterior, siendo castigados con multas de 5 o 15 pesetas los que por cualquier causa desatiendan las indicaciones anteriores…”

Aquel articulado suponía el comienzo de las ordenanzas municipales para la edificación en Getxo.


El primero que acudió a realizar la solicitud de edificación con arreglo a aquel articulado fue D. Tomás Uria: “...Quien demandaba autorización para construir una casa de nueva planta en su terreno de Algorta, edificación que se llamará “Mariandresena”...”

A mediados de noviembre de 1889, y a decir de lo publicado en “El Noticiero Bilbaíno” del 17 de ese mes: “...El Ayuntamiento de Guecho, con motivo del buen tiempo, ha acordado contratar para hoy la Banda de Santa Cecilia, que tocará por la tarde en la Plazuela de Las Arenas...” Según relataba al día siguiente el tiempo estaba siendo apacible y primaveral, con los paseos llenos de visitantes, comentaban: “...Este año se porta el veranillo de San Martín...”

Los votantes de nuestra provincia eran los de mayor fidelidad con las urnas, ya que mientras que los de Gipuzkoa representaban el 49% del censo, y los de Araba el 50,96%, los Bizkaínos acudían a votar el 59% del censo.

Algunos escribientes, con un estilo casi del romanticismo, relataban cercanos tiempos (mediados del siglo XIX) cuando los viajes por la ría se realizaban en “Carrozas”, así eran llamados los lanchones que bajaban por la ría, arrastrados generalmente a la sirga mediante parejas de bueyes, desde Bilbao a Las Arenas y Portugalete: “...Transcurrían entre pintorescos barrios, caseríos y poblaciones que, río abajo, se asientan en ambas orillas del Nervión. El trayecto hacíase generalmente en barcas, a las cuales se daba el nombre de carrozas; embarcaciones que, por ser de suyo pesadas y de difícil gobierno, navegaban las más de las veces a la sirga y las menos con el auxilio de vela o remo. Un toldo a manera de techumbre defendía a los viajeros de los rayos del sol, poco ardoroso por lo común allí, o los resguardaba de la lluvia. El pasajero sentía el hastío de la inacción o la somnolencia de la monotonía, o se desesperaba por la lentitud de la marcha, dos o tres marineros, seguían con penoso y acompasado andar la margen tortuosa de la dilatada ría, arrastrando en pos de sí la flotante mole que sobre las quietas y azuladas aguas pausadamente se iba deslizando. Por este medio se empleaban tres horas mortales en recorrer la distancia que separa a Bilbao de Portugalete y Las Arenas. Más tarde en los años de 1889 los vapores fluviales sucedieron a las carrozas, haciendo que éstas cayeran pronto en desuso, porque entorpecían la navegación en las horas de marea, durante las cuales reina extraordinario movimiento de buques. Otros transportes también hicieron innecesarias aquellas carrozas, un tranvía movido por fuerza animal, recorría la orilla derecha, hasta las Arenas y terminaba en el pueblo de Algorta, situado sobre un promontorio que flanquea el abra. En el arranque de este promontorio y descansando sobre el lecho arenoso de la magnífica y suave playa de las Arenas, amarra el cable que, partiendo del cabo Lizard (Inglaterra), une las redes telegráficas de la Gran Bretaña con Bilbao. El cable atraviesa la carretera de Algorta por medio de un subterráneo. Desde una caseta situada en el lado opuesto prosigue aquél enterrado hasta Bilbao, mediante un hilo aéreo supletorio para asegurar mejor la comunicación en caso de accidente o rotura. El otro medio que sustituyó a las barcazas fue el ferrocarril de la margen derecha de la ría, el cual recorriendo los verdes campos de sus bajas riberas, termina a los once kilómetros en Las Arenas, sitio poblado ayer de movedizas dunas, insalubres pantanos y estériles marismas; y hoy, merced a la perseverante voluntad de la familia de Aguirre, convertido en tierras cultivadas, donde el maíz yergue majestuoso su flexible tallo; en espesos bosquecillos, en los cuales vegetan el pino marítimo, el plátano, el álamo de la Carolina, el espino del mar, el tamariz y el aliso; y en alegres y cómodos edificios rodeados de parques y jardines, refugio durante la estación estival de la sociedad más distinguida de Bilbao, y centro balneario de numerosas familias del interior. En uno de estos terrenos robados a las invasiones de la ría, se ha inaugurado este año el mayor hipódromo que existe en la Península...” 


Una idea del movimiento de viajeros entre Bilbao y la desembocadura de la ría, en cifras redondas la daba la estadística del mes de Agosto de 1889. Los ferrocarriles y tranvías de ambas orillas arrojaban el siguiente número de viajeros:

Ferrocarril de Portugalete 195.000 viajeros.

Ferrocarril de las Arenas 110.000 viajeros.

Tranvía de Algorta 130.000 viajeros.

Tranvía de Santurce 105.000 viajeros.

El precio de los billetes era de 30 céntimos de peseta ida y vuelta de Bilbao a Santurce en el tranvía; 30, en segunda, de Bilbao a Portugalete; 30 en el tranvía de Algorta; y después de la última rebaja del ferrocarril de Las Arenas, 10 céntimos en segunda por todo el trayecto.

En la próxima veremos cómo el caño que conducía las aguas de la calle mayor de Algorta (Actual Avenida Basagoiti), frente al casino algorteño, estaba obstruido.

lunes, 16 de septiembre de 2019

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -114-



En la anterior entrada veíamos cómo el 26 de septiembre de 1889 se procedía a la bendición del Edificio de la Escuela de Párvulos de la Fundación Cortina (en el Puerto Viejo).

El 24 de octubre de 1889 el Ayuntamiento de Getxo acordaba entregar al Club Náutico de Bilbao dos subvenciones: “...Una de 125 pesetas como ayuda para las regatas Internacionales de Vela celebradas en el Abra en el mes de agosto, y otras 125 pesetas como subvención para las carreras de caballos celebradas en los campos de Lamiaco...” En las regatas de agosto habían participado balandras y lanchas de lemanaje; en las carreras de caballos, que se desarrollaron durante los días 22, 25 y 29 de agosto en el nuevo hipódromo de Lamiaco, participaron caballos, potros, potrancas y yeguas; las del día 29 se desarrollaron en medio de un calor tropical. En esta carrera participó un caballo de menor alzada y peso que los de las carreras principales y tuvo como novedad que corrió un caballo de nombre “Chico” propiedad de D. Andrés Larrazabal, montado por su hijo Jesús, que lo hizo a pelo quedando en primer lugar. Fueron las últimas carreras de la temporada.

Pero convendría recordar cómo fueron los comienzos de las carreras de caballos en la Vega de Lamiko y de la propia Vega. Desde algunos años antes la prensa bilbaína venía hablando insistentemente de los hipódromos de París y Madrid. Incluso al comentar las fiestas de Bilbao recordaban que en la plaza de toros de Vista Alegra de la capital bilbaína: “…Se realizaron carreras al estilo del hipódromo de París, ejecutadas por diez jóvenes de esta capital...” Por lo que no era raro que dicha afición calara en nuestro entorno. Dicha actividad iba a nacer en unos arenales de Lamiako, que en algunos momentos fueron llamados de Las Arenas en los anuncios de las carreras de caballos que eran insertados en la prensa, probablemente porque este barrio de Getxo tenía más predicamento que el de Lejona. Esta vega: “...Se hallaba Frente a Portugalete y era una inmensa extensión de arenales conocida entonces como “Las Junqueras de Ondiz”. La misma adquiría el nombre de “Lamiako” debido a que en la zona existía un caserío perteneciente a la familia Ugarte cuyo nombre era “Lamiko”...”

Se puede decir que dichos terrenos vieron nacer varias actividades, tras su venta motivada por la Ley de Desamortización de Mendizabal:

En 1856 todo ese terreno fue sacado a subasta y fue adquirido por D. Máximo Aguirre quien la transformó en un gran pinar, al estilo de las Landas francesas.

En 1863, a la muerte de Máximo Aguirre, se creó la sociedad “Viuda de Máximo Aguirre e Hijos”. Parte de las tierras se vendieron en lotes y la granja agropecuaria fue convertida en un complejo deportivo.


Junto a ellos transcurriría la línea del ferrocarril de Bilbao a Las Arenas, el 18 de septiembre 1887 se inauguraba el campo deportivo de Lamiako, del que D. Eduardo Aguirre Vildósola fue impulsor del proyecto.

Aquellos terrenos albergaron un hipódromo que fue inaugurado en agosto de 1889. Además de esa actividad la vega tuvo campos de fútbol, tiro de pichón, campo de polo y un pequeño aeródromo.

El 1 de marzo de 1889 en el diario madrileño “La Época” aparecía recogida la primera referencia del que iba a ser el primer hipódromo de la Vega de Lamiaco: “...En Bilbao se ha constituido la “Sociedad de fomento de la cría caballar vizcaína”, con un capital de 75.000 pesetas, distribuido en 150 acciones. El hipódromo se instalará en el punto conocido como las Vegas de Lamiaco, en la orilla derecha del Nervión y a cinco minutos de las Arenas; tendrá una pista llana de 2.000 metros por 1,5 de anchura, y otra de 1.950 metros para steeplechases; las tribunas podrán contener 1.200 personas. La primera reunión se celebrará en agosto próximo, y habrá en ella carreras para caballos de pura sangre y cruzados para los naturales del país y para los pertenecientes al ejército. La junta directiva se compone de los Sres. Marqués de Villamejor (presidente); Olano (vicepresidente); Augusto Levison, (secretario); como vocales los señores Zubiria, Urquijo, Gortazar, Urcola, Vilallonga y García (D. Romualdo)...” La pretensión al crear aquella sociedad, además de fomentar la mejora de la cría caballar, era ir introduciendo algunos deportes ecuestres como el polo y otros que atrajeran a las élites económicas hacía la nueva urbe de Las Arenas y ser centro recreativo, de entretenimiento y ocio de la nueva burguesía que iba a residir en ella. Y casi seguro que la de coadyuvar a revalorizar los terrenos en los que muchos de aquellos patricios habían invertido una parte de sus capitales.

Por fin la primera noticia relacionada con el “Hipódromo de Lamiaco” saltaba a la prensa un 21 de mayo de 1889 mencionando: “...Las carreras de caballos que han de celebrar durante las fiestas de agosto en el hipódromo de Lamíaco...” Y el 23 de junio de 1889 se entregaba a la prensa bilbaína el primer programa de las carreras de caballos en castellano y francés: “...Hemos recibido el programa en castellano y en francés de las carreras de caballos en el hipódromo de Las Arenas, organizadas por la Sociedad de Fomento de la Cría Caballar Vizcaina para los días 22, 25 y 29 de agosto...” Mientras que el 24 de agosto decían en el diario madrileño “La Época”: “...Ayer por la mañana gruesas nubes, que descargaron una intensa lluvia sobre la comarca. A medio día empezó a circular la noticia de que se había suspendido las carreras de Lamiaco. El Hipódromo dista de Bilbao cerca de una hora en coche y veinte minutos en ferrocarril; está situado en la margen derecha de la ría, poco antes de las Arenas...” A continuación nos hablaban de cómo era físicamente: tienene tribunas provisionales y en su centro se levantan unas casuchas que afean algo el panorama y no permiten ver toda la pista. Esta es casi horizontal en toda su extensión, y con piso cómodo para los caballos; tiene un desarrollo de más de 2.000 metros…” Para hacernos una idea de la importancia de sus dimensiones, el hipódromo de Madrid tan solo tenía 1.300 metros.


Pero volviendo a los libros de actas, decir que el 24 de octubre de 1889, el Ayuntamiento de Getxo aprobaba la confección de un plano general de la población. Y encargaba el trabajo al ingeniero de canales y puertos D. Laureano Gómez Santa María. Se estimó un coste aproximado de 12.500 pesetas.

A finales de octubre de 1889, el día 20, las conexiones telegráficas avanzaban en nuestro Pueblo. En esa fecha se daba cuenta d la recepción de un oficio enviado por el Director de Telégrafos de la sección de Bilbao, informando que: “...La superioridad ha dispuesto la prolongación de la línea aérea de la Estación Telegráfica del Semáforo de la Galea para empalmarla con uno de los hilos del ferrocarril de Las Arenas, siendo necesaria la colocación de 29 postes para realizar dicha conexión...”

En la próxima veremos cómo se abrían nuevas calles en Las Arenas y las normas que se establecieron a partir de aquel momento.

jueves, 12 de septiembre de 2019

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -113-



En la anterior entrada veíamos cómo algunas zonas de Algorta se veían colapsadas por el paso de carros y carruajes, por lo que se iba haciendo necesario ensanchar las calles.

Ante la proximidad de las fiestas de Las Mercedes de Las Arenas, el Ayuntamiento acordaba: “...Que siendo el 24 del corriente día de Las Mercedes, patrona de la iglesia de Las Arenas, aneja a la de San Nicolás de Bari de Algorta, se proporcione un sacerdote para predicar en la misa mayor, y que asista el organista de la expresada parroquia e esa misa, así como la banda de música de esta localidad, celebrando romería por la tarde en aquel barrio, con la asistencia de dicha banda y los tamborileros...”

El 26 de septiembre de 1889 se procedía a la bendición del Edificio de la Escuela de Párvulos de la Fundación Cortina (Del Puerto Viejo) del que se haría cargo la congregación de las “Hijas de la Caridad”. Acto al que se sumó el Ayuntamiento de Getxo, y que se celebró el día 27 de septiembre de 1889: “...En vista de la invitación verbal que en el pleno de esta fecha hace D. Juan Bautista Cortina, como testamentario de su hermana Dña. Rogelia Cortina ya difunta, el Ayuntamiento nombrará una comisión para que asista en su representación...”

Pero no todo eran inauguraciones. El cementerio de San Nicolás presentaba ruina, sobre todo en una de sus paredes que dejaba al aire algunos nichos: “...Se acuerda sin levantar mano, construir un trozo de pared del cementerio San Nicolás de Bari de Algorta, que amenaza inminente ruina, teniendo en cuenta su mal estado, debiendo avisar a los propietarios de los nichos contiguos para que acudan al lugar, a fin de apuntalar sus respectivos nichos, para evitar incidentes desagradables...” Se supone que se referían a que pudieran quedar algunos cadáveres al aire al realizar las obras. Y una de las figuras de aquellos tiempos, el sacristán de San Nicolás D. Juan Bautista Larrazabal se lamentaba de su penosa situación porque los vecinos al parecer no cumplían con la cuota que tenían asignada para el mantenimiento de la parroquia y solicitaba que el Ayuntamiento fijara una subvención que ayudara a mitigar su precaria situación, cosa que el consistorio denegó por no ser de su competencia. Dicha obra fue realizada por D. Juan Arrieta.

También en esa fecha cursaba su solicitud D. Eustasio Zalduondo para hacer una casa contigua a la plaza del mercado. Dña. Francisca Acha tomaba posesión de la casa Marcotena (al parecer esta casa se hallaba situada en Alango).


En el pleno de octubre de 1889 el Ayuntamiento de Getxo trataba sobre el Real decreto del 30 de agosto de ese año en el que se legislaba: “...Sobre la necesidad de fijar los límites provinciales y municipales tras las reformas introducidas en la administración: el decreto de 23 de diciembre de 1870 y el Real Decreto de 30 de agosto de 1889...” El día 3 de Octubre de 1889 en sesión plenaria, se daba cuenta de aquel Real Decreto del Ministerio de Hacienda, por el que se ordenaba que todos los ayuntamientos debían de renovaran los hitos y mojones que determinaban sus líneas divisorias: “...En Getxo se acordó nombrar una comisión que quedó compuesta por tres concejales: los ediles D. Pedro Bonifacio Sarria, D. José María Aizpiri y D. Irineo Ramón Diliz. Estos ediles fueron ayudados en aquel cometido por los peritos conocedores del término municipal D. Jose Maria Ibarra y D. León Beitia. Lo hacían bajo la presidencia del Alcalde D. Pedro Amézaga...”

En ese mismo pleno el Ayuntamiento de Getxo mostraba su extrañeza por una cuenta remitida por la empresa “Altos Hornos de Baracaldo Guriezo”: “...En vista de una cuenta remitida por el Jefe Facultativo de la empresa “Altos Hornos de Baracaldo Guriezo”, la cual nos ha causado sorpresa por su importe 350 pesetas, ya que la misma corresponde a una fuente de hierro fundido para colocar en el barrio de Las Arenas, y sin embargo dos fuentes iguales que fueron suministradas este año para el barrio de Algorta costaron ambas 498 pesetas...” Unos día más tarde, el 21 de septiembre de 1889, aparecía en el Boletín Oficial de la Provincia la Real Orden concediendo a esa factoría: “...La autorización para construir un muelle de madera a lo largo de la margen del río Galindo y dos plataformas en la ensenada de Portugalete...”

El día 10 de octubre el correo peatón de Getxo D. Francisco Valdivielso, que venía realizando el reparto de conducción y traída de la correspondencia desde el día 31 de julio, era el servicio denominado de “correo doble”.

Alguno de los puentes sobre el río Gobela estaba en mal estado por lo que el Ayuntamiento decidió: “...Se proceda a la reposición de los puentes de paso para Lejona y viceversa de Cresalchu y Comporte sobre el río Gobelas...”

El día 15 de octubre de 1889 se había recibido otro oficio, este del Alcalde de la Villa de Plencia: “...Solicitamos consentimiento para establecer el telégrafo con el fin de comunicarse rápidamente con la capital de la Provincia, empalmando con el de Algorta...” El Ayuntamiento de Getxo acordó poner el tema en manos de una comisión que estudiara los pros y contras de dicho asunto. Pocos días más tarde, el 17 de octubre de 1889, se recibía una comunicación del Gobernador Civil de la Provincia, transmitiendo un oficio del Director General de Correos y Telégrafos, referente a: “...La solicitud del Ayuntamiento de Plencia como base extrema del ramal de Bilbao a Algorta, siempre que se establezca un convenio entre Guecho y dicha Villa…”

En esas fechas dos eran las peticiones que vecinos de Algorta realizaban al consistorio, una de D. Luis Lasa solicitando permiso para realizar obras de reforma en su casa llamada “Cortiñena” situada en la calle Mayor de Algorta; y otra de D. Antonio Arechavala solicitando construir una tejavana en la playa de Ereaga de Algorta para guardar las casetas de baño.

Los ingresos por derechos municipales por la casetas de baño colocadas en las playas, durante el verano de 1889, ascendieron a 606 pesetas.

Al parecer, el organista de Algorta D. Pablo Mujica, que daba clases de solfeo en la escuela de música municipal, cuando tenía funciones religiosas en las que tocaba el órgano, no acudía a dar las clases, por lo que el consistorio le reclamó que cuando las funciones religiosas en la iglesia terminaran antes de las 11:30 no dejara de acudir a dicha escuela.


El 24 de octubre de 1889, D. Juan Arteche comunicaba al consistorio que el próximo día 18 del corriente mes iba a abrir un despacho de carnes frescas en el numero 19 de la calle Mayor de Algorta.

En esa fecha se acordaba abonar a los miembros de la banda de música municipal las cantidades que les debían por sus actuaciones durante las fiestas del verano, para lo que el consistorio accedió, previa solicitud de éstos, a hacer efectiva la misma a dos representantes de la banda: D. Pablo Arzuaga y D. Saturnino Azcorra.

En la próxima veremos las subvenciones que el Ayuntamiento de Getxo daba al Club Náutico de Bilbao para las regatas del Abra y las carreras de caballos celebradas en los campos de Lejona durante el mes de septiembre de 1889.