miércoles, 29 de enero de 2020

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -141-



En la anterior entrada veíamos cómo un inventor de nombre D. Pedro María Merladet acudía a la Diputación Provincial de Vizcaya solicitando una subvención para el establecimiento en las orillas del Nervión de cuatro puentes giratorios, uno de ellos para instalar entre Portugalete y Las Arenas.

EL 23 de abril de 1891 el Ayuntamiento acordaba: “...Reunirse en sesión extraordinaria el próximo día 26 para tratar sobre el nombramiento de serenos o vigilantes nocturnos...”

También trataba sobre el Proyecto del Hospital Hospicio de Algorta, haciendo un pequeño recordatorio de las fases del mismo, recordaba: “...En la sesión celebrada entre el Ayuntamiento y la Junta Municipal de Sanidad el día 28 de marzo de 1889, se habían elegido para emplazar el Hospital Hospicio que se trata de construir en esta localidad, dos heredades colindantes cerca de la casa denominada “Bastinchuena”, una de ellas donada por los herederos de Dña. Salomé Bareño y la otra perteneciente a Dña. Basilia Aresti, viuda y vecina de esta. El Ayuntamiento en la sesión celebrada el 4 de abril del mismo año nombró una comisión en su seno a fin de acercarse a Dña. Basilisa para hacerle presente aquel acuerdo y hacer que vendiera al municipio su heredad. La comisión en la sesión del 11 de abril dio cuenta de su cometido manifestando que Dña. Basilisa pedía por su propiedad, que según había manifestado 13 peonadas osea 3.560,86 metros cuadrados, la cantidad de 5.000 pesetas; en esa misma sesión el Ayuntamiento facultó a la misma Comisión y a un concejal para que volviera a verse con la citada señora y pedirle que modificara su precio, en atención al objeto piadoso al que se trataba de destinar dicha heredad. En la siguiente sesión del día 18 de abril la Comisión daba cuenta de lo tratado con Dña. Basilisa Aresti, haciendo presente que después de haber parlamentado largamente habían conseguido de la misma el último precio por al heredad consistente en 4.750 pesetas...” Así que teniendo en cuenta que hacía poco tiempo otros terrenos cercanos de igual clase se habían vendido por precios similares, acordaba el Ayuntamiento: “...Practicar las oportunas diligencias para adquirir la citada heredad. La subasta de las obras para el Hospital Hospicio se señaló para el día 11 de mayo de 1891, en la seguridad de que verificado el remate se haría la escritura de compra y pago de la heredad por 4.750 pesetas, pero por causas que ignora el Ayuntamiento y no hay necesidad de exponerlas aquí, suspendió la subasta la misma corporación, con reserva de resolver oportunamente la causa que hubo para ello...”

Entre tanto el hijo político de Dña. Basilisa Aresti, D. Remigio Anchia, reclamaba al Ayuntamiento: “...Reclama se le paguen a aquella las 4.750 pesetas del valor convenido por la heredad de los que esa corporación no puede eludir su obligación...” El consistorio, después de tratada dicha petición, accedía al pago: “...Pues no se puede imputar a dicha señora la causa de la suspensión de la subasta aún en el supuesto de que no se llegara a construir el Hospital Hospicio…” Para ayudar al consistorio, pues andaba escaso de fondos, Dña. Francisca Unzaga se ofreció a adelantar dicha cantidad: “...Por la que el Ayuntamiento facilitará un documento reintegrable con los recursos municipales abonando el 5% de intereses al año, y que con dicha cantidad se haga pago a Dña. Basilisa Aresti en el acto de la escritura que haga a favor del municipio...”

Por fin el 26 de abril de 1891 se procedía al nombramiento de los serenos vigilantes nocturnos de Algorta, servicio para el que se habían convocado 6 plazas: “...Con la dotación para una de ellas de 2,50 pesetas diarias y que se dará al que sea nombrado como cabo, y a las cinco plazas restantes serenos vigilantes con 2 pesetas diarias. Para acceder a dichas plazas se presentaron los siguientes individuos: D. Baldomero Casado Medina y D. Manuel López y López vecinos de Portugalete; D. Antonio Sánchez natural de Plencia, D. Fidel Abesia natural de Las Arenas, D. Dioniso Osticoechea, D. Felix Achutegui, D. Francisco Bengoechea, D. Primitivo Sanz, D. Felipe Ayestaran, D. Saturnino Hernández, D. Apolinar Muñoz, D. Antonio Lazarobaster, D. Francisco Corbera Arrigorriaga, D. Indalecio Bastardo Rodrigo y D. Marcelino Gándara Vivanco, todos ellos naturales de Algorta. Teniendo en cuenta las condiciones que reunían cada uno de los aspirantes el Ayuntamiento decidía nombrara a: D. Saturnino Hernández como cabo vigilante; y para serenos vigilantes a D. Francisco Bengoechea, D. Primitivo Sanz, D. Antonio Sánchez y a D. Francisco Corbera Arrigorriaga. A continuación el Ayuntamiento autorizó al regidor Sr.Ajuria para la compra de equipo y armamento...” El armamento y equipo de los serenos de Algorta costó al municipio la cantidad de 241 pesetas, además de otras 428 pesetas por los capotes de paño. Además los días de lluvia portaban unos impermeables negros que costaron al municipio 360 pesetas los cuales fueron comprados en “Martinez Parra & Cª” en Bilbao.


Se aproximaba el primero de mayo y la prensa local “El Noticiero Bilbaíno” llevaba a sus páginas la noticia titulando “El Asunto del Día”: “...Se acerca el primero de mayo y la expectación en todo el mundo es grade. Los estadistas emiten sus opiniones y dan consejos, las clases obreras se mueven a impulsos de sentimientos nobles y no faltos de razón los unos, y llevados los otros por la voluntad de algunos agitadores a quienes les conviene mantener la agitación para obtener el logro de sus fines particulares...” !Parece como si nada hubiera cambiado en los creadores de la opinión publicada” desde entonces!. Se centraba dicho diario en los acontecimiento más cercanos, los de Bizkaia, ya hablaban de: “...La honradez de los operarios de este País, de la prudencia de las autoridades, de que era preciso llevar la tranquilidad a las personas tímidas y apocadas para contrarrestar los malos efectos de los alarmistas. Opinando que al final todo se iba a limitar a que los obreros se reunieran en algún local para exponer allí sus ideas y tomar acuerdos para elevar a los poderes públicos...” Y se preguntaba el diario: “...¿Qué motivo de alarma hay en esto?. Poniendo como ejemplos de las actuaciones obreras los siguientes casos: Los huelguistas de la mina Primitiva estuvieron ayer por la mañana con el Gobernador Civil para enterarse de la contestación que habían dado a sus reclamaciones los propietarios de las minas, el Gobernador les contestó que estos estaban dispuestos a darles media hora más de descanso al medio día, pero que se negaban a otras concesiones. Los trabajadores protestaban porque les hacían trabajar 13 horas por un jornal de 11 horas reales. Los trabajadores aceptaron acordando volver a la mina seis días más tarde, pero uno de los representes, a quien la autoridad acusó de anarquista, fue detenido en el mismo gobierno civil, hasta saber el gobernador que los mineros habían aceptado el acuerdo...” Por otro lado: “...Los panaderos, habían acordado trabajar el 1º de mayo hasta las diez de la mañana, mientras que los dueños de las panaderías acordaron tomar nota de los trabajadores que se declararan en huelga para despedirlos...” Así en ese ambiente tan agresivo de la patronal: “...Se producía la llegada desde Burgos del primer regimiento de infantería, para dirigirse al día siguiente hacia Somorrostro; al medio día se concentraba en Bilbao toda la Guardia Civil de la Provincia; por la tarde llega desde Vitoria el batallón de Cazadores de Madrid...” Mientras en el teatro Romea de Bilbao se reunían algunos lideres obreros como Varela, Perezagua, Hernández, Alonso y Cantero, quienes reclamaban: “...Un horario en los tajos de 8 horas y que dicha fecha, el 1ª de mayo, fuese considerada como fiesta de guardar…” En este estado de cosa se producía el día 30 de abril de 1891 el llamado Manifiesto Socialista del Comité Obrero de la Arboleda: “...En el hablaban sobre la lucha que ya desde hacía muchos años mantenían los opresores y oprimidos, invitando a la Gran Fiesta del Trabajo: La manifestación Internacional del 1º de mayo. Reclamaban la jornada laboral de 8 horas. En el manifiesto hablaban de transformar la propiedad individual a colectiva, socializando los medios de producción, haciendo que cada cual perciba el producto integro de su trabajo…” El gobernador civil D. José Alonso Colmenares limitaba el ejercicio del derecho de manifestación a los espacios cerrados. Así estaba el ambiente en aquel abril de 1891 en nuestras calles.

Finalizaba el mes de abril tratando en el pleno municipal sobre la circular recibida del Gobernador Civil relativa a la renovación bienal de concejales: “...Se ha recibido una circular del Gobernador Civil de esta Provincia, fechada el día 25 de abril, inserta en el Boletín Oficial del mismo día, señalando el próximo día 10 de mayo para la celebración de la elección de concejales para la renovación bienal de los Ayuntamientos. El Ayuntamiento acuerda que: La mesa del primer distrito se instale en la Casa Consistorial (San Nicolás), y la del segundo distrito en la Casa Hospital...” El domingo día 3 de mayo se iba a proceder a la proclamación de los candidatos y al nombramiento de los interventores; también acordaban que: “...Con arreglo al artículo 10 de la Ley de Sufragio Universal, la Junta del Censo en la actualidad se compone de los individuos de esta Corporación y de los ex- Alcaldes residentes en esta localidad...” Trataron también sobre los concejales que iban a ser renovados: “...Quienes deben de cesar en sus funciones por lo que señalaron que: El Ayuntamiento consta de 11 concejales procedentes de las elecciones de 1887: Cinco de ellos son Sustacha, Arrola, Aizpiri, Ajuria y Beitia y seis de las elecciones de 1890: Ramón Barandica (declarado vacante por haber trasladado su residencia a Berango), Sebastián Sainz, Juan José Unzaga, Bautista Carrandi, Pedro Icaza y José Eguia (que falleció el último año). Los concejales que deberán de abandonar su puesto son tres del distrito primero y dos del distrito segundo...” A continuación procedieron al sorteo para saber quienes continuaban durante el próximo bienio en el consistorio: “...Por el primer distrito continuaran los señores Sebastián Sainz, José Eguia y Bautista Carrandi (lo cual resultaba chocante ya que Eguia había fallecido); por el distrito segundo: Pedro Icaza, Ramón Barandica y Juan José Unzaga...” Aunque a continuación decían que debía de sustituirse al fallecido y al que había trasladado su residencia a la Anteiglesia de Berango...”

El siguiente tema de importancia que trataron fue el de una instancia remitida por los miembros de la Comisión Constructora de la Iglesia de San Ignacio de Algorta: “...Solicitamos el apoyo de esa Corporación para atender la gravísima situación creada con motivo de la erección de dicho templo...”


D. José María Aramberria, que era el encargado de construir las vías del Ferrocarril de Las Arenas a Plencia, trataba de extraer piedra caliza de la cantera existente entre la Avanzada y el río Gobela, cosa que resultaría infructuosa al no existir esa clase de piedra en dicha zona.

D. Manuel Eguia sirvió las comidas a la mesa de la primera sección (San Nicolás) durante las elecciones de Diputados Provinciales y a Cortes, ascendiendo la minuta a 120 pesetas.

En la próxima entrada de esta serie veremos cómo la terminación de las obras de embaldosado de la calle Mayor (actual Avenida Basagoiti) eran prioritarias para la Corporación Municipal.

domingo, 26 de enero de 2020

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -140-



En la anterior entrada de esta serie veíamos cómo se hablaba sobre la construcción del Hospital Hospicio de Algorta.

El 4 de abril de 1891 D. José Ramón Bilbao, vecino de Getxo, solicitaba autorización para: “...Colocar varias casetas de baño en la playa de Ereaga, antes del lote asignado al Balneario...” El consistorio le concedía el permiso con la condición de que : “...Deberá satisfacer los impuestos que se le impongan, así como mantener limpio todo el lote de bolas sueltas de piedra (arribolas), algas e inmundicias...”

Por aquellos días, según contaba el diario “El Noticiero Bilbaíno” del 5 de marzo de 1891, ante la necesidad de pasar de una orilla a otra de la ría y a pesar de que ya estaba en marcha el Puente Bizkaia, otro inventor de nombre D. Pedro María Merladet Larizgoitia (hijo de Leocadio Merladet Azcueta y de María Larizgoitia Salazar), acudía a la Diputación Provincial de Vizcaya solicitando: “...Una subvención para el establecimiento en las orillas del Nervión de cuatro puentes giratorios para los que se ha concedido patente de invención por veinte años en España. Uno de los puentes se instalará entre Portugalete y Las Arenas, será de dos tramos de 80 metros...” Ofrecía la creación de los otros tres, uno en la dársena de Altos Hornos, otro frente a la aduana nueva de Ripa y otro en el Desierto. Estos puentes estaban diseñados para el paso de peatones, carruajes, tranvías e incluso una línea férrea. El importe total de aquel proyecto de cuatro puentes era de 1.250.000 pesetas. En el pleno de Getxo del 16 de abril se leyó la comunicación de dicho inventor referida a dicho proyecto entre Portugalete y Las Arenas.


Por aquellos días el lamentable estado de algunos vecinos de Getxo aconsejaba facilitar ayudas económicas para que los mismos pudieran mantenerse. A alguna vecina del municipio se le facilitó una ayuda de 7,50 pesetas al mes, abonables trimestralmente. A pesar de lo cual el consistorio debido a: “...La imposibilidad de poder continuar pagando a los pobres, de los fondos municipales, el actual socorro domiciliario por falta de consignación acuerda desde el día 1 del actual, y mientras otra cosa no se disponga, se hagan las rebajas que se indican…” Las rebajas en las ayudas iban desde medio a un real al día, indicándose en una lista nominal cual era le que se iba aplicar a cada caso.

Sin embargo, las ayudas a la iglesia para pagar los sermones a los sacerdotes que trajeron de fuera, durante la semana santa, continuaban a buen ritmo. Aquella semana pagaron al predicador de la iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta 105 pesetas.

En el pleno del 9 de abril de 1891 se trataba sobre las sustracciones, que al igual que hoy en día realizaban los amigos de lo ajeno, en este caso se trataba de material urbano: “...Han sido robadas cinco llaves de las fuentes públicas de Algorta y cuatro del barrio de Las Arenas...” Al parecer los ladrones ya tenían movilidad en esa época.

En “El Noticiero Bilbaíno” del 11 de abril de 1891 aparecía recogida la siguiente noticia referida al Puente Bizkaia: “...Se nos dice que la mampostería para asegurar los cables y las cimentaciones para soportar los pilotes del puente establecido entra Portugalete y Las Arenas, están a punto de terminarse. Solo el macizo situado en un patio o jardín de un inmueble de Las Arenas, no puede ser construido, porque dicho solar no se halla todavía a disposición de la Compañía...”

El 16 de abril de 1891 se informaba en el pleno de una carta remitida por D. Laureano G. Santa María indicando: “...Que terminadas las escalinatas para bajar a la playa de Ereaga, el próximo miércoles día 22 de abril se procederá a realizar la recepción definitiva, a las cuatro de la tarde...”

Mientras que desde los Estados Unidos de América llegaban noticias aterradoras referidas a la aplicación de la pena de muerte: “…Entre 1884 y 1889 se habían producido 558 ejecuciones “legales” y otras 975 mediante la “Ley de Lynch”...” Charles Lynch fue un coronel virginiano que durante la Guerra de Independencia estadounidense (1775-1783): “...Se distinguió por detener a conciudadanos sospechosos de ser leales a la corona británica y juzgarles bajo su propia y privada ley. Su nombre se convirtió en epónimo de una pseudojusticia sumaria y bárbara. Durante el siglo siguiente a la Guerra Civil estadounidense, la conocida como Guerra de Secesión (1861-1865), más de 5.000 personas fueron linchadas en Estados Unidos acusadas de crímenes supuestos o reales por turbas que no les reconocieron su derecho a un proceso penal regular...”

En esa misma fecha dimitía el tamborilero del barrio de Algorta D. Gregorio Videgain. Para ocupar dicha plaza se ofrecieron el tamborilero de Munguia y otro de Portugalete, D. Pedro Maza, acordando el Ayuntamiento sacar a concurso dicha plaza, citándoles para el siguiente domingo en la Casa Consistorial. A la vez que se acordaba mandar imprimir el reglamento de serenos.


El 19 de abril de 1891 el pleno municipal trataba sobre las protestas vecinales por el trazado que la Compañía del Ferrocarril de Las Arenas a Plencia quería realizar, sobre todo en el barrio de Algorta: “...Se convoca la sesión para tratar de resolver las protestas de los vecinos y propietarios contra el nuevo trazado que la empresa del ferrocarril de Las Arenas a Plencia proyecta realizar en el trozo desde el cruce de la carretera y tranvía hasta la salida del túnel. El mismo ha contado con la oposición de un crecido número de vecinos y propietarios, resultando que más de 11 propietarios y 135 vecinos han protestado por el recorrido de la calle nueva. Consideramos que conducir un ferrocarril por medio de una calle pública es por si solo un ataque a los intereses comunes, que el trazado supondría un peligro para las personas que han de transitar por dicha calle. Que dicho trazado cruza todas las bajadas a la playa de Ereaga, playa de baños de mar de interés general y uno de los atractivos de este municipio durante los meses de verano. Y que el proyecto puede llevarse a cabo sin modificar su trazado. Acordamos denegar el permiso para realizar la modificación del trazado…” Entre los propietarios que se mostraron disconformes con el trazado estaban: “...D. José Asensio Uribe, D. Pedro Bonifacio Sarria, D. José Ramón Uriarte y D. Miguel B. Urresti...” Por esos motivos el Ayuntamiento decidía poner el asunto en manos de un letrado y elevar al Ministro de Fomento una suplica para que desestimara dicha modificación del trazado inicial.

Sin embargo, lo que más preocupaba era la falta de trabajo. Prueba de ello era que el día 18 de abril de 1891 el Gobernador Civil: “...Facilitó socorros y pasaje gratis para que más de 200 obreros pudieran regresar a sus pueblos...” Tan mal pintaba la situación que días más tarde se preveía que tres batallones salieran de Vitoria para la Villa de Bilbao. Se anunciaba también la llegada de 4 batallones de cazadores, dos baterías de montaña y un escuadrón de caballería, decían: “...Por lo que pudiera pasar durante las huelgas de Mayo...”

Según contaba “El Noticiero Bilbaíno” el día 19 de abril de 1891: “...Se aprobaba la clasificación de las estaciones telegráficas de los establecimientos balnearios para que el personal destinado a las mismas pudiera desempeñar el servicio postal cuando no estuvieran abiertas para el telégrafo, y pudieran encargarse de ambos servicios durante la temporada de baños…” Uno de esos establecimientos fue el de Baños de Mar Bilbaínos de Las Arenas. Ya empezaban a suceder casos de huelga en los muelles de Bilbao, entre los descargadores de bacalao, los cuales se negaban a seguir cobrando al tanto, ya que no les pagaban lo necesario.

Sin embargo, las noticias sobre la sobre-explotación pesquera eran alarmantes: “...Telegrafían desde San Juan de Terranova que la pesca de las focas ha sido extraordinariamente fructuosa, habiéndose dado muerte a más de 450.000, cuyo valor por termino medio será de dos pesos cada una...”

En el pleno del 23 de abril de 1891 se trataba a petición de D. Ramón Olabarria y otros once vecinos sobre las molestias que causaban lo vehículos a su paso por la calles del barrio: “...Molestias causadas por la velocidad que al pasar frente a las casas de dicho barrio llevan los coches y vagones del tranvía, temiendo que suceda alguna desgracia personal entre los habitantes de las casa contiguas a la vía, por el numero crecido de niños que existen en ellas y en otras personas. Solicitamos se ordene que los carruajes y vagones de dicho tranvía corran al paso, como procede...” El Ayuntamiento diligente con las peticiones de los vecinos ordenó que: “...En adelante los carruajes y vagones de la Compañía del tranvía de Bilbao a Algorta, en el trayecto de referencia, sean conducidos a trote regular de las caballerías como se hacen en el resto de las poblaciones...”


En cuanto a lo relativo a la solicitud del proyecto de instalación de un puente giratorio entre Portugalete y Las Arenas por parte de D. Pedro María Merladet, que solicitó una subvención reintegrable sin intereses en 10 o 15 años, el Ayuntamiento ha acordado: “...Que los recursos de este Ayuntamiento no permiten semejante anticipo porque apenas llegan para pagar las cargas obligatorias, por lo que esta corporación no puede acceder a sus pretensiones...”

En aquel mismo pleno se daba lectura a las condiciones y presupuesto formulado por la comisión del ramo para: “...La ejecución de las obras de reposición de la llamada “Taberna del Ángel”...” En el acuerdo se incluían las condiciones de que: “...La subasta se publique el día 7 de mayo, por medio de pliegos cerrados los cuales se presentarán en la secretaría un cuarto de hora antes de la designada para el acto, acompañadas de la cédula personal del proponente que acredite haber hecho el deposito de 32 pesetas en la tesorería como garantía. Las obras comenzarán al de tres días de la subasta y terminarán al mes de causada aquella…”

En la próxima entrada de esta serie veremos cómo se iba a proceder al nombramiento de los serenos y la compra de dos heredades para construir el Hospital Hospicio de Algorta.

jueves, 23 de enero de 2020

LA PLAZA DE TOROS DE LAS ARENAS, EN EL SIGLO XX



Años más tarde de la erección en Algorta de una plaza de toros, otro de nuestros barrios, Las Arenas, veía montar un espectáculo taurino en un paraje difícil de superar, la plaza del Puente Palacios o Bizkaiko Zubia.

La información sobre esta plaza y de los espectáculos taurinos que en ella se ofrecieron, fue recogida por el semanario madrileño taurino “El ruedo” y por “La Gaceta del Norte”.

Pero más importante a mi parecer, más que los espectáculos en si, es la propia historia de esa plaza, a la que se podría considerar una “Zascandil de las lidias”: “...Fue construida por un aficionado de Balmaseda D. Silverio Fernández Novales, localidad en la que estuvo montada desde 1940 hasta 1944; la construcción de la plaza supuso un coste de 72.000 pesetas. La plaza en cuestión era de madera, desmontable, lo que iba a facilitar su movilidad posterior, tenía capacidad para 2.900 espectadores, el diámetro del ruedo era de 30 metros, con una barrera de nueve tendidos, disponía de un pasillo de circulación que tenía 4 puertas de entrada compuestas por unas escaleras plegables que servían para cerrar la plaza, disponiendo de unos amplios palcos. La entrada principal y a su vez para salida de las cuadrillas era de gran amplitud.

Más tarde paso a Villasana de Mena, había sido adquirida por una comisión formada por vecinos y veraneantes de la localidad, entre los que estaban D. José Landaluze, D. Lisardo Calvo y D. Javier Barroso, quienes realizaron la compra de aquel tentadero por 65.000 pesetas; dedicaron la actividad taurina para ayudas a la Casa Asolo-Hospital del Valle de Mena. En ella se celebraron las fiestas del verano de 1944, con una becerrada y un festival taurino, en el que participaron los matadores Luis Gómez “El Estudiante” y Juan Mari Pérez Tabernero. La preparación y desmontaje de aquella plaza costó 7.841 pesetas, a todas luces más de los beneficios que con ella se obtuvieron que solamente llegaron a las 7.000 pesetas...” (El Ruedo 20 febrero 1947)


Posteriormente adquirida por D. Antonio Menchaca, un industrial bilbaíno, pasaría a Las Arenas (Getxo), siendo utilizada también con fines benéficos para ayuda del Hospital Asilo de Algorta. Su inauguración, en nuestro barrio, se produjo el domingo día 22 de julio de 1945, a pocos días de comenzar las fiesta de Santiago y Santa Ana. La prensa local anunciaba el evento: “...Plaza de toros de Las Arenas. Gran festival taurino de inauguración: Hoy domingo 22 de julio, a las seis de la tarde y a beneficio del Hospital Hospicio de Guecho, estoquearán cuatro hermosos novillos los matadores Pedro Robredo y Luis Díez, actuando de sobresaliente A. Noain...” Se anunciaba la venta de localidades en la calle Mayor de Las Arenas y aquella misma tarde en la plaza. Al día siguiente el mismo diario comenzaba el acto con un: “…!Chiquita y bonita. En la tarde del domingo se inauguró en Las Arenas la Plaza de Toros, chiquita y bonita, de quita y pon! Una placita, junto a la ría, refrigerada por el mar, al pie del Puente Vizcaya. Bonitos gallardetes y banderolas adornaban el ruedo. En el paseo de cuadrillas , tres amazonas (Pili Domecq, Victoria Zubiria y Pili Aznar) sobre esplendidas jacas corren la llave. El sitio de honor es ocupado por (Mari Lolo Zugazagoitia, Pili Wakonig, Fortunata Osma y Lolita Aznar). Tal y como anunciaban en la prensa los cuatro astados fueron toreados por Pedro Robredo y Luis Díez. El ganado fue de Nemesio Casas de Alfaro...” (La Gaceta del Norte 22 de julio de 1945).


El miércoles día 25 de julio de 1945 (Santiago), en la misma plaza, se celebraba una función de variedades a las siete de la tarde: “...Con la reaparición de los hermanos Varela. Intervendrán Rafa E., Quiquito y Elorrieta, con sus melodías modernas. Fiesta de jotas por el cuadro de la Colonia Aragonesa. La silla de pista costaba 4 pesetas y la de tendido 2,50 pesetas...” Al día siguiente Santa Ana se anunciaba en la misma plaza y a la misma hora: “...Exhibición del atleta Suizo Kary Kuper, dándose suelta al final de una vaquilla para los aficionados...” El día 1 de agosto se celebraba en la plaza de toros de Las Arenas a las siete y media de la tarde: “...A beneficio del Hospital Hospicio de Guecho, una única función del Circo Diamante. Con el precio de tendido de sol 4 pesetas y tendido de sombra 6 pesetas...”(La Gaceta del Norte 23 y 29 de julio de 1945). En un cartel se anunciaba para el día 1 de septiembre de 1945, en la plaza de toros de Las Arenas una representación del Circo Imperial con la participación de: “...Luisto y Cª S.L., los equilibristas Karoli, el diabólico Mandarín Ling-Fu y la troupe de equilibristas Tanger...”

El día 18 de agosto de 1945, un día en el que el sol brilló por su ausencia , con un cielo cargado de negras nubes que dejaron caer pasajeros chubascos, se celebraba un festival taurino en la que desde los comienzos del barrio había sido la Plazuela de Las Arenas (Hoy Bizkaiko Zubia Enparantza): “…La plaza presentaba un lleno casi total, siendo observadas las evoluciones taurinas desde las casas vecinas y desde el propio Puente Palacios. Presidieron aquel festival Marilín de la Torre, Tere Cruzat, Sofía Artajo y Loreto Agote. Como era preceptivo por la época, desde uno de los palcos vecinos contemplaban la novillada el Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento, como le llamaba la prensa a fin “el camarada Riestra”, a quien acompañaba el entonces Alcalde de Getxo Sr. Ibargüengoitia. Como suele ser habitual en esos espectáculos comenzó con un paseillo encabezado a lomos de una vistosa jaca Pili Aznar. Los toros fueron del Marqués de Villagodio, Ceballos y Sánchez Fabrez. El director de la lidia fue el novillero Luis Díez y como la cosa parece que iba de títulos nobiliarios los rejones corrieron a cargo del duque de Pinohermoso. Según contaba la prensa acudió a ella gran parte de la colonia veraniega y aficionados bilbaínos...” (Gaceta del Norte 19-08-1945)


Había transcurrido un año, estábamos en 1946, y en esta ocasión un jueves 25 de julio día de santiago en Las Arenas, a las seis de la tarde, se celebraba otro espectáculo taurino: “...Se lidiaran cuatro novillos por los futuros ases del toreo: Santiago González “Morenito de Santurce”, Benito Navarrete “”El Clasico”, de Las Arenas y Pedro Navarrete “”Lucerito de Las Arenas”. A continuación tendrá lugar una lidia cómica a cargo de “Chatillo Manzanilla”, Tito Chipa” y “”El Aldeano”…” El día 26 Santa Ana volvía a la plaza de Las Arenas el Circo Diamante. (Gaceta del Norte 24-07-1945)

El domingo 28 de julio de 1946 se celebró una corrida de toros a beneficio del Hospital Hospicio de Algorta. Aquel mismo día a las seis de la tarde se celebraba en la plaza de toros de Las Arenas, a beneficio de Hospital Asilo: “...Un festival folklórico: En el que participaran el grupo de dantzaris de la Sociedad Coral de Bilbao, Serrolaris (tronzadores), Albocaris de Arratia, que sera presentado por Pablo Sagarna “El Astrónomo del Gorbea”...” El precio de la entrada para aquel festival fue de 2 pesetas. (Gaceta del Norte 28-07-1946)

Sin embargo de estas celebraciones el barrio de Las Arenas, no sacaba gran beneficio debido a la falta de permanencia de los visitantes en el mismo. Al día siguiente, 29 de julio, algunos comerciantes del barrio, entre los que se encontraban D. Juan Ugalde, D. J. Aberasturi, D. Mateo Alonso y D. José María Zubia, solicitan al consistorio que se volviera a celebrar la fiesta de repetición de Santa Ana ya que: “...Es lamentable que este Ayuntamiento no ponga ningún atractivo para que con la gran afluencia de publico que acude a este barrio de Las Arenas los mismos se queden en este barrio, mientras que los más favorecidos son los pueblos limítrofes como Portugalete, por lo que rogamos que se reponga la repetición de la célebre, popular y tradicional romería de Santa Ana, que de poco tiempo a esta parte se ha suprimido...” (Archivo Municipal de Getxo, expediente 3366-2 de 1946)


El último diestro que toreó en la plaza de Las Arenas fue el novillero bilbaíno Segundo Arana. En ella se celebraron espectáculos circenses y de de boxeo, incluso verbenas durante los veranos de 1945 y 1946. Pero los gastos superaban a los ingresos, decían que debido a los impuestos, por lo que finalmente, en 1947, fue vendida a D. Salvador Merced Alcalde de El Escorial y trasladada a esa población madrileña. Eran los días en que se anunciaba en la prensa el Restaurante Uria de Las Arenas, ofreciendo habitaciones a todo confort, en la calle Mayor, 33, para contactar daban el teléfono 98989.

Las actividades taurinas en 1948 pasaron a la ensenada del Puerto Viejo de Algorta pero eso ya es otra historia.

domingo, 19 de enero de 2020

LA PLAZA DE TOROS DE TORRENA (ALGORTA)


Cuánto tiempo ha pasado, y todavía se sigue celebrando una fiesta que para muchos es una barbaridad y para otros un espectáculo. Es este un controvertido tema que hizo que en el siglo XVIII los tribunales se pronunciaran. Sobre esa “fiesta”, los toros, se decretó una ordenación jurídica que se decía: “...En 17 de Noviembre de 1785 se comunicó circularmente a los Tribunales, Corregidores y Justicias del Reyno la Real Pragmática de 9 del mismo, por la que se prohíbe entre otras cosas las Fiestas de Toros de muerte en todos los Pueblos del Reyno...” Aquello poco más tarde quedaría en agua de borrajas y se siguieron celebrando corridas a lo largo y ancho de la península y algún otro rincón de Europa.

Años más tarde aparecerá entre nosotros, en Getxo. Fue un mes de julio de 1890 cuando un grupo de empresarios de Algorta presentaron una solicitud para construir una plaza de toros: “...Los que suscriben vecinos de esta Anteiglesia, como empresarios que desean construir una plaza de toros en esta localidad, que habrá de emplazarse en un terreno perteneciente a la casa denominada “Torrena”, sita detrás de la Alhóndiga, suplican sirvan a concederles la autorización, para poder dar en ella algunas novilladas. Toda vez que redundará en la mejora de los fondos municipales, puesto que con ese atractivo, y estar situada en un lugar céntrico, es lo probable que acudan los forasteros en mayor número...” Por aquel entonces la casa Torrena ocupaba en N.º 47 de la calle “Carretera”, en la que se englobaba la calle Torrene, junto a ella estaba la Alhondiga con el número 45.

Los empresarios entregaron un plano de la plaza de toros. Firmaban aquella solicitud: D. Manuel Eguia, D. Felix Viot, D. Pablo Arzuaga y D. Juan José Bilbao. El Ayuntamiento acordaba conceder la autorización pero bajo las siguientes condiciones: “...Antes de hacer uso de esta autorización deberán presentar plano de la edificación firmado por persona inteligente. El edificio será construido con la debida solidez. Y antes de abrirlo al uso deberá ser reconocido por uno o dos arquitectos...” Respecto de la subvención que los promotores solicitaron el consistorio concedió: “...Considerando las ventajas que originan a los municipios semejantes edificios la cantidad de 500 pesetas…” La casa “Torrena” estaba situada en la actual calle Torrene de Algorta, junto a la actual plaza del mercado.


El 10 de julio de 1890 volvía al pleno municipal el asunto de la plaza de toros que D. Manuel Eguia y otros tres vecinos de Algorta pretendían construir en Algorta. La corporación municipal recordaba a los promotores que además de cumplir con las condiciones que les indicaron el día 3 de julio: “...Que no se podría abrir al público la plaza sin la autorización previa del Gobierno Civil de la Provincia...”

El 17 de julio el Gobernador de la Provincia autorizaba a :”...Celebrar cuatro corridas de novillos, en la plaza que construyen los señores Manuel Eguía, Félix Viot, Pablo Anzuaga y Juan José Bilbao...”

El 20 de julio de 1890 la plaza de toros de Algorta estaba concluida, por lo que la empresa constructora solicitó al Ayuntamiento: “...Que las obras sean reconocidas por persona inteligente de dicho Ayuntamiento...” El consistorio nombró al arquitecto municipal D. Eladio Iturria: “...Para que junto con otro técnico de su agrado reconozca dicha plaza...”

El 24 de julio de 1890 D. Manuel Eguia, uno de los promotores de la plaza, solicitaba del Ayuntamiento: “...Que hallándose terminada la construcción de la plaza de toros, esa corporación al otorgar el permiso para su erección, se sirva nombrar al facultativo que practique su reconocimiento...” El Ayuntamiento nombro al Arquitecto Municipal D. Eladio Iturria para la revisión de la obra, a fin de dar la autorización, quien emitía su informe el 28 de julio de 1890: “...Que la plaza, construida toda ella de madera, presenta en cuanto a su estructura y armazón, cuantas condiciones de solidez se deben exigirse a edificios de naturaleza...” Sin embargo, exigía se realizaran las siguientes modificaciones en la obra: “...Sujeción de los extremos inferiores de las riostras o cruces de San Andrés que aparecen en el exterior de la plaza encajonándolas entre dos tarugos fuertemente clavados a los durmientes sobre los que descansan los pies derechos. Colocación de un mayor número de palomillas para apoyar los tableros que constituyen los asientos del tendido...” Por otro lado y ante la dificultad para encontrar un lugar donde cobijar los toros hasta la celebración de la corrida los promotores solicitaban: “...Que no encontrando en esta localidad un sitio adecuado para encerrar los novillos que se han de lidiar en las próximas romerías, se digne a conceder la cuadra de la casa que se halla designada para hospital en la plazuela de San Ignacio...” El Ayuntamiento decidía: “...Conceder a dicha empresa la bodega o planta baja de la casa conocida con el nombre de Hospital, para encerrar en ella los toros o novillos, para las corridas que proyectan celebrar, teniendo sumo cuidado en el tránsito de los animales, tanto a la entrada como a la salida, no causen ningún daño...”


El día 27 de julio, un viejo conocido del pueblo, con alias “Ogaitnas”, escribía en el “El Noticiero Bilbaíno”, refiriéndose a las fiestas que el Ayuntamiento de Getxo había preparado para aquel verano: “...Los días 26 y 27 de julio en la campa de Santa Ana en Las Arenas; el 31 de julio y el 3 de agosto en la plaza de San Ignacio de Algorta; los días 10, 11, 12 y 13 de agosto, en el paseo de María Cristina, campa del Castillo y la Avanzada; y el 15 y 16 de agosto en santa María de Getxo. En ellas, entre otras atracciones habrá fuegos artificiales, platos enterrados y corridas de toros. En la plaza de toros recientemente construida se lidiarán toros de la ganadería de Nicolás Lastur...”

El 29 de julio de 1890 la empresa concesionaria informaba al consistorio que: “...Confeccionados los carteles anunciadores con los precios de las localidades, el abono para el palco de las corridas tenía como precio para 8 entradas 64 pesetas...”

El día 30 de julio de 1890, el Ayuntamiento, tras el informe favorable de las condiciones de construcción de la plaza de toros de Algorta, certificadas por el arquitecto municipal D. Eladio Iturria, decidía: “...En vista del certificado expedido el 28 de julio, confirmado la solidez de la plaza de toros construida por D. Feliz Viot y compañía, se manifiesta a dicha compañía que puede abrir al público dicha plaza para las novilladas anunciadas...” La empresa del Sr. Eguia invitaba a la corporación municipal a presidir desde el palco las cuatro novilladas dispuestas para los días 31 de julio y el 3, 10 y 12 de agosto. Aquel acontecimiento fue apoyado por al Compañía del Tranvía quien dispuso establecer servicios cada cuarto de hora entre Las Arenas y Algorta a partir de las cuatro de la tarde, el servicio en lugar de llegar al Casino, como era habitual, terminaba en la plazuela San Ignacio; “El noticiero Bilbaíno” del 1 de agosto de 1890 decía de la plaza: “...Es de madera y ha costado unas 8.000 pesetas. La sociedad constructora la componen D. Manuel Eguia, D. Félix Viot, D. Pablo Arzuaga, D. Juan José Bilbao y D. Juan José Sarria. El redondel nos pareció un tanto pequeño. Tiene la nueva plaza palcos, tabloncillo, tendidos, barrera y contrabarrera, de sol y sombra, en todas las localidades, y caben en ella dos mil quinientos espectadores. En la inauguración presentó un lleno completo. Amenizó la fiesta taurina la banda de música “La Bilbaína”. El ganado fue de Lastur y tuvo bastante empuje, actuaron como banderilleros Orbe y Rovira...”

El día 3 de septiembre de 1890 el Ayuntamiento de Getxo concedía permiso a D. Pablo Arzuaga, quien había solicitado la autorización a beneficio de los pobres del barrio, para celebrar una corrida de novillos el día 7 de septiembre.

El día 7 de septiembre de 1890 se celebraba la corrida de novillos en la plaza de toros de Algorta. No iba a ser la última de las destinadas a socorrer a los pobres de solemnidad del Santo Hospital, ya que el domingo día 14 de septiembre se iba a celebrar otra novillada.

El 14 de septiembre de 1890 se celebró en Algorta aquella novillada, que según sus promotores iba a ser a beneficio del Hospital Asilo, pero todavía en esa fecha a los organizadores, les faltaba algo por cerrar, no habían hecho el abono de los beneficios al Hospital-Hospicio ni al consistorio de los dineros recaudados, que como decían en aquella fecha: “...Eran para socorrer a los pobres de solemnidad del Santo Hospital...” El 16 de octubre de 1890 el Ayuntamiento reclamaba a D. Felix Viot, uno de los socios de aquella plaza: “...Que presentara las cuentas de resultados de la corrida de becerros...” Finalmente el 8 de noviembre de 1890 D. Felix Viot enviaba un escrito al consistorio en el que expresaba lo siguiente: “...Que en la mente de los organizadores de aquella corrida, estaba que el producto bruto de la misma fuera para los pobres de la localidad y no para el Hospital, por lo que solicitamos que las 141,70 pesetas que se obtuvieron, descontando los gastos, tenga a bien esa corporación repartirlas entre los pobres de la localidad...”

El 24 de marzo de 1891 recibía también el Ayuntamiento de Getxo una solicitud del ya un viejo conocido por organizar actividades lúdicas cruentas en el municipio, D. Felix Viot, quien solicitaba: “...En nombre de la empresa de al plaza de toros sita en esta localidad, permiso para dar una corrida de cuatro becerros en dicha plaza, dos capeados y banderillados y otros dos muertos a estoque por los aficionados de esta población…” El Ayuntamiento concedía dicha autorización siempre y cuando recibieran los solicitantes la preceptiva del Gobernador Civil de la Provincia y añadía: “...Esa función en la plaza recién construida creemos no será muy concurrida...”

El 15 de julio de 1891, animados por el ambiente festivo y los visitantes que acudían a nuestros barrios, el diario “El Noticiero Bibaíno” anunciaba: “...Ha salido para Navarra la comisión de la Plaza de Toros de Algorta, con objeto de comprar toros que se han de lidiar en dicha plaza el día 31 del corriente y el 9 del próximo mes de agosto...” Pero al parecer no todo eran beneficios en aquella plaza ya que los empresarios de la misma realizaban la siguiente petición al Ayuntamiento: “...De alguna ayuda que aliviara los crecidos gastos que deberemos hacer para dar dos corridas, el día 31 de julio y 9 de agosto...” El consistorio acordaba darles 250 pesetas de subvención.


El día 30 de julio de 1891, en el pleno municipal, se daba lectura a un oficio del Gobernador Civil de la Provincia, en él autorizaba a la empresa de la plaza de toros de Algorta para dar corridas de toros los días 31 de julio y 9 de agosto. La empresa de la Plaza de Toros solicitó permiso para: “...Entrar los toros para las corridas de los días 31 de julio y 9 agosto en la cuadra de la casa llamada Hospital, permiso que era concedido por el Ayuntamiento...”

En la corrida de toros celebrada en la Plaza de Algorta, el día 31 de julio de 1891, la entrada según decía la prensa fue: “...De lleno completo, con toros de D. Galo Quintana...” La de la repetición de los San Ignacios, que se celebró el día 9 de agosto, tuvo las siguientes características: “...Con motivo de la repetición de la romería que se celebró en Algorta el día de San Ignacio, la empresa de la Plaza de Toros había anunciado una corrida en la que se iban lidiar cuatro toros navarros de la ganadería de D. Galo Quintana. Para aquellos pobres animales anunciaban que iban a ser dos capeados y banderilleados y los otros dos muertos a estoque por la cuadrilla de Madrid que dirigía el matador Telesforo González (a) “El Americano”. La corrida comenzó a las cuatro de la tarde…”

No fue esta la única plaza de toros que vio nuestro municipio, en 1945-1950 y en 1961 le seguirían la de Las Arenas y un poco más tarde en 1950 aparecería otra sobre la arenas del Puerto Viejo de Algorta. Pero de alguna de ellas hablaré más adelante.

miércoles, 15 de enero de 2020

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -139-



En la anterior entrada veíamos cómo en marzo de 1891 el municipio sufría alguno cambios de carácter electoral.

El 21 de marzo de 1891 se hablaba en el pleno municipal del mal estado de las escaleras para subir a la plaza de San Nicolás: ...Hallándose en mal estado las gradas de subida a la plazuela frente a la iglesia de San Nicolás de Bari, contra la pared de la huerta de D. Juan Bautista Basagoiti, acuerda este Ayuntamiento autorizar a la Comisión de Obras realizar las reparaciones oportunas...”

En ese mismo pleno se trataba sobre un oficio remitido por D. Manuel del Valle, hijo político de Dña. Basilisa Aresti, y su esposa, en el que se hablaba sobre la construcción del Hospital Hospicio: “...En uno de los últimos días nuestra madre Dña. M.ª Salomé Bareño y Sustacha queriendo secundar sin duda una idea a algunos años iniciada y deseando coadyuvarla, nos indicó y recomendó verbalmente que el producto de la venta de la casa Muxique Osteicoa” y sus pertenecidos, así como también el de al casa “Manuelena” ya vendida a D. Ramón Diliz y Arana se destine para la construcción de un Hospital-Hospicio para los pobres en el barrio de Algorta. Animados del mejor deseo y queriendo cumplir con la voluntad de nuestra madre estamos por nuestra parte dispuestos a hacer cuento de nosotros dependa, activando, si ese Ayuntamiento lo acuerda, la pronta realización de ese edifico, la venta de las fincas expresadas para poder invertir su importe en la construcción de una obra que nadie desconoce reportará grandes beneficios a esta localidad y en especial a los desvalidos que en ella se alberguen…” Parece que en el Ayuntamiento existía algún reparo a la citada donación, ya que reclamaban la cantidad de 4.750 pesetas a la familia, puesto que respondía: “...Que esta Corporación no alcanza a aceptar el espíritu y alcance a que se reduce el contenido de su oficio...”


En la misma fecha el presidente de la Compañía del Ferrocarril de Las Arenas a Plencia remitía un oficio al consistorio de Getxo: “...Acompañamos los planos y memoria descriptiva del recorrido del citado ferrocarril de Las Arenas a Plencia dentro de la jurisdicción de esa Anteiglesia para su aprobación...” El Ayuntamiento acordaba que “...Antes de adoptar resolución alguna a cerca de ellos, se ponga anuncios en la localidad y en “El Noticiero Bilbaino”, y se exponga en la secretaría de este Ayuntamiento para que cuantos vecinos y propietarios deseen consultarlos y presentar objeciones o protestas...” Pero como quiera que: “...Según el plano del proyecto el ferrocarril atraviesa por medio de las heredades que este Ayuntamiento tiene asignadas para la construcción del Hospital-Hospicio, acordamos suspender las subastas anunciadas de las obras del citado edificio para el día 11 de abril, para evitar complicaciones. Así mismo acordamos elevar una respetuosa instancia al Ministro de Fomento suplicándole se digne a acordar que antes de otorgarse la modificación presentada por la compañía se oigan las reclamaciones que puedan hacer este Ayuntamiento y el vecindario...”

Mientras algunos vecinos hosteleros trataban de hacer más cómodo el acceso de sus clientes a la playa de Las Arenas, según contaba el diario bilbaíno “El Nervión” el 22 de abril de 1891: “...Dña. Evarista Ayarragaray, hostelera de Las Arenas, recibía autorización del Ayuntamiento para construir una escalinata de bajada a la playa delante de su establecimiento...”

El 24 de marzo de 1891 se recibía un oficio del director de “La Prosperidad Española” de Madrid referido al: “...Paso de una línea taquifórica por esa jurisdicción para el transporte de mercancías...” El Ayuntamiento dejaba sobre la mesa para estudio el citado asunto. Las Líneas Taquifóricas, el Taquiforo, había sido inventado por D. Blás Sales y Seguí. Consistía en: “...Un proyecto de transmisión de paquetes postales presentado ante el Ministerio de Fomento al que su inventor denominaba el taquiforo. La utilidad del taquiforo estaba destinada al transporte de paquetes a una velocidad de 40 metros por segundo. Aunque estos paquetes no excedieran de tres kilos, de cuyo peso se podrían perfectamente remitir, según parece, y cuya remisión no iría interrumpida de paquete a paquete más que por un espacio de seis segundos, tendríamos que durante cada hora saldrían 600, cantidad más que suficiente para que en todo el día pudieran transportarse de unas a otras poblaciones cuantos objetos de poco peso se quisiere, pero que podría dividirse en fracciones si hacía falta…” Precisamente en el diario de Betanzos “El Mendo” del 7 de marzo de 1891 explicaban que: “...A fin de que tenga usted una idea aproximada de lo que son las líneas taquifóricas, le diremos: que estas consisten en unos cables sin fin sostenidos por unas poleas montadas sobre unos postes de altura de unos dore metros. La carga va suspendida del cable, marchando con la misma velocidad que se imprime a este, desde cualquier punto fijo de la línea…”

Ese 24 de marzo de 1891 recibía también el Ayuntamiento de Getxo una solicitud de un viejo conocido por organizar actividades lúdicas cruentas en el municipio, D. Felix Viot, quien solicitaba: “...En nombre de la empresa de la plaza de toros sita en esta localidad, permiso para dar una corrida de cuatro becerros en dicha plaza, dos capeados y banderillados y otros dos muertos a estoque por los aficionados de esta población…” El Ayuntamiento concedía dicha autorización siempre y cuando recibieran los solicitantes la preceptiva del Gobernador Civil de la Provincia y añadía: “...Esa función en la plaza recién construida creemos no será muy concurrida...”

El 25 de marzo de 1891 aparecía en “El Noticiero Bilbaíno” la noticia de: “...El Gobernador Civil de esta Provincia ha concedido a la Compañía del tranvía de Bilbao a Las Arenas y Algorta la autorización que tenía solicitada para prolongar la vía desde el Casino de Algorta, donde hoy termina, hasta la Iglesia de San Nicolás...”

Todavía a primeros de abril de 1891 existían en Bizkaia carruajes con motor de sangre (caballos) ya que el Gobernador Civil de la Provincia publicaba en el Boletín Oficial: “...Que todos los Alcaldes remitan con urgencia un estado de los carruajes con motor de sangre o mecánico que existan en sus respectivas localidades, transportando mercancías o viajeros...”

A veces algunos industriales tenían ocurrencias chirenes para aumentar sus ventas. Un fabricante de botones inglés anunciaba lo siguiente: “...Que pagará una indemnización de 50 libras (1.20 pesetas) a los herederos de toda persona que muera en un accidente en los ferrocarriles y lleve en su traje seis botones procedentes de nuestra fábrica...”

El 4 de abril de 1891 D. Antonio Uribe solicitaba al Ayuntamiento permiso para reedificar su casa “Amesti-Nueva” situada en la calle Carretera de Algorta (actual Algortako Etorbidea).

En esa misma fecha se hablaba en el pleno municipal de: “...Las condiciones formuladas por el arquitecto municipal D. Eladio Iturria para construir un andén o acera con losa en la carretera provincial que se dirige a Plencia, en el trayecto comprendido entre “Mantequena” (“Mantequena” estaba tan solo separada por el huerto de Eustasio Zalduondo de la casa “Iturrieta), que más tarde sería expropiado para dar paso a la bajada de Aretxondo) y “La Cadena”, en un solar destinado a la construcción de un Hospital...”


El 4 de abril de 1891 también era presentado en el pleno el Reglamento formado por el regidor Sr. Ajuria para la creación del cuerpo de serenos de Algorta: “...La comisión designada cuenta del reglamento formado para observancia y cumplimiento del cuerpo de serenos o guardias para la vigilancia nocturna que se ha acordado establecer en esta localidad...” El consistorio acordaba: “...Aprobar dicho reglamento en todas sus partes, debiendo constar dicho cuerpo de 1 cabo y 5 individuos más con el haber diario de 2,50 pesetas el primero y 2 pesetas cada uno de los otros cinco...” Se acordaba colocar anuncios por el pueblo para que se pudieran presentar solicitudes para incorporarse a dicho cuerpo. Dentro de las funciones del Cabo y el Preferente estaban las de la vigilancia nocturna, verificando el cumplimento de las funciones de cada miembro del cuerpo, informar al Alcalde o Teniente de Alcalde toda las mañanas de las incidencias registradas a lo largo de la noche, impedir “reuniones sospechosas” y disolverlas con la ayuda de los serenos.

En la próxima entrada de esta serie veremos cómo se pedía autorización al Ayuntamiento para la colocación de casetas de baño en Ereaga.