domingo, 30 de julio de 2017

ROMOKO JAIAK 2017



Fiestas de Romo 2017. Ya han pasado 93 años desde que se tiene conocimiento escrito de las que pudiéramos considerar como la “Primera celebración festiva de Romo”. Un acto que tuvo que ver con uno de los pocos símbolos hoy existentes en el barrio de las “Casa Baratas”. Su inauguración aconteció el domingo día 30 de marzo de 1924.

En cuanto al primer programa impreso, decir que éste se publicó durante las fiestas de 1935. La fecha de celebración fue el día 14 de septiembre, víspera de “Santa Eufemia”. Aquel día se iba a celebrar una verbena: “...en la Plaza de las Escuelas de la Vega, amenizada por las Bandas Municipales...”; le seguiría el día 15 festividad de “Santa Eufemia” un concierto a cargo de la Banda Municipal de Música. Ha pasado mucho tiempo y las fiestas se han sucedido y consolidado. En esta edición la “Comisión de Fiestas de Romo”, que no ha parado de trabajar durante el tiempo entre fiestas, nos sorprende con un libro que hace memoria del barrio, sus comisiones, y las fiestas pasadas, además de fotografías de las mismas.


Dentro del programa de fiestas recupera algunos actos de las pasadas, como la “Verbena de Gala”. También recuperan para la memoria colectiva la historia del símbolo por excelencia de Romo la “Herradura”, que nace de las manos de una cuadrilla de Romo compuesta por Rafa García Etxabe, Txatxo Guraya, Pedro Goiri y Josetxu Baudor. Así como la canción que crearon para las fiestas de 1969, que terminaba con el famoso ¡Bai, Yes, Oui, Romo es así!


El comienzo de las mismas, el martes día 1 de agosto, se iniciará con la tradicional “Kalejira de Goitiberas” y un brindis por el 50 aniversario en la plaza de Dolores Ibarruri. Al día siguiente tras el homenaje a Felix Arnaiz, dará paso, por la tarde, al homenaje a los que a lo largo de las fiestas formaron parte de las Comisiones Festivas. Y por fin a las 19;30 al ansiado momento de la lectura del pregón, y a la aparición en el balcón de Kolas del esperado “Txutxo” (Juan Luis Martinez de Luna), un joven de 1947 que tras sus gritos rituales de “Romoooo...”, dará paso a las fiestas del 2017. Para el resto de actos festivos, recomendable hacerse con el programa de mano, ya que este año viene calentito.


Y como en todas las que se celebran en nuestro entorno, todo@s debemos permanecer vigilantes e impedir cualquier atisbo de agresión sexista, por pequeña que esta sea, denunciando a los agresores y protegiendo a las víctimas. No hay que bajar la guardia y expresar con un grito unánime:

Eraso sexistarik
Gabeko Jaien Alde”

Por unas fiestas libres
de agresiones sexistas”


!ONDO PASA!


miércoles, 26 de julio de 2017

ESCENARIOS DE LAS FIESTAS DE SAN IGNAZIO



Las celebraciones de las fiestas de San Ignazio, las de Algorta, han visto cambiar su escenario festivo a lo largo de los años, pero siempre han conservado algunos de sus actos centrales.


Durante el siglo XIX, el escenario de las fiestas era la zona del Castillo (Usategi). En 1867 trasladándolas a la Avanzada, los vecinos protestaron y las fiestas volvieron al Castillo. Ereaga era otra de las zonas que tradicionalmente se ha venido utilizando como espacio festivo por San Ignazio, en ella se celebraban todos los festejos relacionados con astados, que se corrían en dicha playa, fundamentalmente se trataba de toros embolados.


Durante 1884 dos eran los lugares de celebración, la playa de Ereaga para los astados y juegos, y la plaza de San Ignacio para romerías y fuegos de artificio. Los fuegos eran uno de los platos fuertes de las fiestas. Juegos como los de “La Samaritana y Cantaros” se realizaban entre Calvetena y Mantequena, en la entonces calle Mayor (Avenida Basagoiti); la primera estaba en el n.º 19 próxima a Iturrieta (casa de Pachiquin Aldecoa junto a San Nikolas) y la segunda en el n.º 30, cercana a la Plaza de Tellagorri, era una tienda con cuadra.


Las fiestas de San Ignazio de 1878 contaron con una iniciativa del Ayuntamiento de Getxo, para fomentar las atracciones de cara a los visitantes y hacer más grata la estancia de bañistas. En esos días festivos que iban desde julio a agosto (San Nikolas), decidieron que los domingos, por la tarde, tocara la charanga y el tamboril en el Paseo de la Avanzada. Algorta contaba en ese año con 1564 habitantes. En ese año en la campa del Castillo se estaban instalando los cañones de la batería, por lo que se trasladaron las fiestas a la plaza de San Nikolas.


Las fiestas de Algorta en 1886, fueron los días 31 de julio (San Ignacio) y el 8 de agosto (Octava de San Ignacio). Iban a tener como escenario la plaza de San Ignacio, con diversos jugos, fuegos artificiales y asistencia de la banda de música y tamborileros, imprescindibles en todas las fiestas, aunque también lo eran los corros de acordeonistas ciegos. El “Casino Algorteño” era otro de los centros festivos con sus bailes, que la prensa Bilbaína anunciaba.


Las fiestas de julio de 1890 fueron las elegidas para la inauguración de una plaza de toros construida en la localidad. Era de madera y contaba con palcos, tabloncillos, tendidos de barrera y contrabarrera, tenía cabida para unos dos mil quinientos espectadores. Los artífices de aquella nueva atracción fueron Manuel Eguia, Félix Viot, Pablo Arsuada, Juan José Bilbao y Juan José Sarria. 


Por entonces tenían mucho arraigo las de San Nikolas, que ya en 1881 ofrecían entre los actos festivos regatas, novillos y fuegos de artificio en la plaza del santo. La zona del Castillo era la que se veía confirmada como lugar de celebraciones, el 27 de febrero de 1892, en el diario “El Nervión”se incluía un anuncio en el que se decía: “...En la zona del Castillo donde se celebran las romerías...” Aún no se había terminado la construcción de la iglesia de San Ignacio (la bendición de la misma se efectuó el 21 de marzo de 1892), más tarde parte de las mismas pasarían a esa zona.


En el siguiente siglo (XX), las actividades festivas: Toros embolados, Banda de Música, los llamados “Tamborileros”, las actuaciones de Aurreskularis, y las romerías, veían alternar los espacios festivos entre la Plaza de Maria Cristina a la de San Nikolas de Bari (también llamada de la Constitución), y las Plazuelas de Florencio Larrondo y San Ignazio. La zona del Castillo y la paya de Ereaga seguían apareciendo dentro de los espacios festivos. El Criterium Ciclista “Circuito de Getxo”, la “Travesía del Contramuelle de Arriluze”. En 1903, algunos de los festejos que se celebraron durante las repetición de San Ignazio, el día 9 de agosto, fueron el de los “Ciegos inteligentes”, “Sopa boba” o las “Carreras de andarines”; la romería se celebró en la plaza del santo.

Ya avanzado el siglo las barracas en Ereaga empezaron a tener gran relieve entre las atracciones de fiestas. En 1923 los concursos de trajes de niños estaban de moda, y la banda de música de Galdakano acudía a Algorta para amenizar las romerías.


El “Circuito de Getxo” ya causaba furor entre los aficionados al ciclismo, se celebraba su VIII edición (ver fotografía superior), de 1934 podemos ver el paso de los ciclistas por el “Puente Peligro”. En 1935 el Circuito de Getxo seguía arrastrando aficionados al paso de los ciclistas por Ereaga y Txomintxu (ver fotografía inferior).

Uno de los festejos que ha ido perdurando en el tiempo es la “Tamborrada” (bajada a Eeraga) que recorrería las calles de Algorta desde cuatro caminos hasta Txomintxu, y que ya era recogida en el programa de fiestas de 1935.


Los hoteles, fondas y las casas particulares venían a mejorar la oferta para nuestros visitantes. Entre ellos estaban la nueva fonda de las Elorrianas, titulada “La Buena Vista”; la “Fonda San Ignazio” de Miguel Uria, el “Hotel de Justo Ugarte”, el “Hotel Eguia”. Los medios de comunicación Tranvía y Ferrocarril acercaban a gentes de poblaciones cercanas ávidas de fiesta.


Es esta una pequeña vista por las fiestas de San Ignacio y sus espacios festivos, que nos trae hasta las actuales, en las que algunos festejos y localizaciones vuelven a repetirse, Ereaga, Avenida Basagoiti y Plaza de San Nikolas son alguno de ellos.



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martes, 25 de julio de 2017

FIESTAS DE SANTA ANA EN EL SIGLO XIX


Este año no quería dejar pasar las fiestas de uno de nuestros “barrios”, uno de los lugares más olvidados, aunque no siempre fuera así, ya que fue uno de los lugares de culto festivo de otras épocas, Santa Ana.

Las Fiestas de Santa Ana estuvieron siempre ligadas a la ermita de su nombre, fundada por Francisca Labrocha, viuda de Máximo Aguirre, en 1864, en un espacio que tan solo era un arenal. Hoy es una zona urbana situada en los cruces de las calle Santa Ana con Máximo Aguirre.

La imagen de la Santa que da nombre a la ermita fue adquirida por su fundadora en Paris, desde 1864 hasta 1876 fue el único lugar de culto con que contó Las Arenas. Esta ermita es patrimonio de los herederos de Máximo Aguirre. Su fiesta se celebra el 26 de julio siendo fiesta local del barrio.


Las Fiestas de Santa Ana fueron unas de las más concurridas del Siglo XIX. Las primeras referencias de la festividad aparecen en la prensa bilbaína en 1875, cuando la zona era denominada “La Playa de Lamiaco”. El diario “El Noticiero Bilbaíno” del 27 de julio de aquel año, refiriéndose a la celebración de esa festividad decía: “...se celebra la tradicional y animada romería de Lamiaco, en la que según costumbre de otros años, tuvimos el gusto de admirar una vez más aquel pintoresco punto en el día de la Santa…” Y la prensa preguntaba sabedora de la respuesta: “...¿Qué habrá mañana en las Arenas?...” Se celebraba el día 30 la repetición de la fiesta, y llamaba la atención el continuo ir y venir de carruajes, algunos alquilados en las cercanías de la “Plazuela” de Las Arenas (Actual Bizkaiko Zubia Emparantza) y los más en Bilbao; otro de los medios de transporte era el tranvía de tracción animal. Aún faltaban once años para la inauguración de la estación de ferrocarril.

Al barrio acudían gentes ávidas de fiesta, de todas partes, Bilbao incluido, porque ofrecía lo que la prensa denominaba como: “...un lindísimo paisaje; una brisa bienhechora que abre el apetito, pudiendo satisfacerlo instantáneamente con manjares bien condimentados, toda clase de distracciones para los que no tienen otra cosa en qué pensar, que en dar gusto al cuerpo...” Se referían al establecimiento de “Baños de Mar Bilbaínos”, propiedad de los fundadores de la ermita, al que solían acudir las élites del bocho. La encargada de la atracción músical en aquellas fechas era una orquesta denominada “La Armónica”. Entre los refrescos que se consumían, se pueden citar como los de mayor demanda, la cerveza inglesa y los de limón helado.


Ya para 1891 la prensa, al referirse a las Fiestas de Santa Ana, decía: “...Es incalculable el número de viajeros que los ferrocarriles y tranvías de ambas orillas de la ria trasportaron ayer, deseosos unos de respirar las frescas brisas del mar y los más para presenciar en Las Arenas la tan renombrada romería de Santa Ana…” Aquel día el ferrocarril de Bilbao a Las Arenas trasportó 11.901 viajeros y el de Portugalete 15.000.

En 1893 los animadores de las romerías de Santa Ana eran la Banda de Música de Algorta, los coros de ciegos y los pianos de manubrio, que acudían a todas las celebraciones de Getxo.

Llegaba 1894 y las fiestas de este barrio comenzaban, como todas en la época, en medio de un fervor festivo que atraía a vecinos de otras poblaciones cercanas, Bilbao incluido. Celebrándolas con la tradicional romería en la campa contigua a la iglesia de Santa Ana. La amenización corrió a cargo de la banda de música de Getxo, de la que no hacía mucho se había hecho cargo el maestro Millán de Armero. La romería nocturna se celebró en la Plazuela de Las Arenas, junto al puente Palacios (Puente Bizkaia), iluminada con farolillos a la Veneciana. La repetición de la fiesta se celebró el día 29 de septiembre con carreras de mujeres con cantaros en la cabeza, diversión denominada de la “Samaritana”. Le siguieron, por la tarde, una cucaña en la ría, seguida de un juego que llamaban “patos enterrados”. No faltaron al anochecer los tradicionales fuegos de artificio. Tal era la atracción de gentes de otros aledaños, que la compañía del ferrocarril de Bilbao a Las Arenas estableció un servicio especial con una frecuencia de 20 minutos, hasta las 21:10 horas de la noche.


La repetición de la festividad el día 29 de septiembre resultó tan vistosa como la del 24. La música de las romerías, los artífices de la misma: los pianos de manubrio, gaitas, guitarristas y los célebres tamborileros, venidos de Otxadiano contratados por el Ayuntamiento de Algorta, que así llamaban en la época al de Getxo, hicieron las delicias de los miles de personas que acudieron al barrio. Era una época en la que para hacerse idea del gentío que acudía a las fiestas baste saber lo que escribía la prensa bilbaína sobre los transportes: “...Los tranvía y trenes eran tomados materialmente por asalto, tanto a la ida como a la vuelta...” Y al igual que hoy los carteristas aprovechaban para hacer su negocio. Así terminaba el Siglo XIX.



Las celebraciones de Santiago y Santa Ana fueron fiestas de gran popularidad durante los años 50-60 del pasado siglo. Su antigüedad, con constancia escrita se remonta a finales de 1875. Tan solo habían pasado 11 años desde la construcción por Francisca de Labroche, viuda de Máximo Aguirre de la célebre ermita del barrio de Areeta-Las Arenas.

sábado, 22 de julio de 2017

AIXERROTA, PAELLAS 2017


Han pasado 61 años desde su primera edición. Y ya están de nuevo aquí, deseadas por propios y extraños como cada año desde 1956 en que se celebraron las primeras en las proximidades del campo de fútbol del “Azkorri”, junto a las semiderruidas tapias del pinar de la Vda. del Marqués de Rivas, en las proximidades de Goienetxe, hasta las de 1970 en que se trasladaron a las landas de Aixerrota.


Las Paellas nunca han fallado en nuestro espacio festivo, dando lugar a una de las celebraciones más esperadas por los vecinos de Getxo. Enclavadas en uno de los parajes más bellos de nuestro municipio, desde hace 47 años en Aixerrota, como decía un escribano de época: “...En estos días de verano, en un espacio con una belleza radiante, y además !A la orillita del Mar!...”


En primer lugar dedicar un pequeño recuerdo a aquel grupo de amigos y promotores de esta fiesta: A Damián Ayo, Antonio Bilbao (+) y Félix Yurrebaso (+). Algunos de ellos nos acompañaron en las paellas del pasado año. Esta cuadrilla formaba la sociedad “Irurena”.

Y rememorar pasadas ediciones. Este año toca recordar a las de 1971. Aquel año fueron nada menos que 380 paellas las presentadas a concurso, a las que la prensa local tildaba de: “...Obras de arte gastronómico...” Y a pesar de que un diario llamaba a los organizadores “...los de Ibai Gane...” Lo fueron como siempre, los de la Sociedad “Itxas Argia”. Las landas fueron llenándose poco a poco de gentes venidas de todos los barrios del municipio y poblaciones cercanas, aunque también lo hicieran las cuadrillas llegados de otros confines: irlandeses, bretones, incluso alguno procedente del lejano Egipto. De calentar el ambiente se encargaron nuestros txistulatis, acompañados de dulzaineros y acordeonistas.


Más de 20.000 personas de todas las edades se dieron cita en las campas de Aixerrota. Aquel año los Socut de Algorta se encargaron de la organización del tráfico y de los aparcamientos. La carne y el marisco se alternaban en las preparaciones. El aspecto de la campa era impresionante, el espacio festivo aparecía cubierto por más de ochocientos metros cuadrados de lonas y tubos; 20.000 litros de agua y seiscientos de arroz fueron los utilizados para la preparación.


Simultáneamente al certamen de paellas, se celebró el “Concurso de Txoznas”, como ya venía siendo tradición desde sus comienzos en Azkorri. El jurado estuvo compuesto por Echevarria, Aguirrezabal y Aguirrebengoa. Finalmente el número de paellas presentadas fue de 380, y las txoznas pasaban de 310. La parte más vistosa fue como siempre la presentación de las paellas ante el jurado para el “pobrateko”. A pesar de que el sol apretaba desde la mañana, muchos curiosos se agolparon en torno al recinto para disfrutar, no sin envidia, del suculento paisaje que el arroz, los mariscos y la imaginación de los sukaldaris, ofrecían.


La tarde era el momento más esperado por los participantes. Comenzó la entrega de premios, en primer lugar la de Txoznas, que quedaron en los participantes locales:

El primer premio fue para una reproducción de la ermita de Santa Koloma de Martiartu, premio que obtuvieron los de “Euskal Erri´ko Lagunak” de Algorta; el segundo recayó en “Los Formales”, de Romo; el tercero para “Gure Ikastola,” de Getxo y el cuarto para “Apolo XV,” de Algorta.

Los premios a las paellas fueron concedidos a las siguientes cuadrillas:

Primer premio para “Alkarrak” de Portugalete; segundo para “Encartaciones” de Ortuella; tercero y cuarto premio recayeron en cuadrillas de Bilbao “Atxuritarrak” y “Los Silenciosos”; el quinto para la Sociedad “Gotari” de Gernika; el sexto para “Los Aitas” de Deusto; hubo que esperar hasta el séptimo premio para que les tocara a los de Getxo, fueron “Gema y Paul” los agraciados; los tres siguientes recayeron en visitantes donostiarras.


La paella de los ganadores, que tuvo un metro y veinte centímetros de diámetro, fue condimentada con veinticinco kilos de carne (Pollo y Conejo), ocho de arroz. De la misma salieron 109 raciones, a un coste de 50 pesetas. Los sukaldaris que intervinieron fueron, dos para mover la paella, otro para el guiso, y dos más para ir entregando los condimentos y controlar el reloj. El adorno fue completado con langostinos. Y los premios obtenidos fueron una paellera, una copa de la Diputación y un asador.

Casi volviendo al comienzo de la entrada, no quiero dejar pasar la oportunidad de recordar una vieja foto (ver fotografía inferior), pertenece a las primeras paellas en Azkorri (1958), en ella aparecen:

Empezando por la fila de arriba y de izquierda a derecha:

Egaña, Arrienda, Basozabal, Floren Isla, ? , Jerón Madariaga, Dulce, ?

Los de la fila de abajo y de izquierda a derecha:

? , ? , Igual, Lores, ? , ? , Basozabal


Hasta aquí un pequeño recuerdo de las Paellas de 1971, las próximas serán las mejores, gracias al trabajo de la Sociedad “Itxas Argia”, que por su buen hacer venimos disfrutando desde hace 61 años de una de las fiestas de mayor animación de toda Bizkaia.



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NOS VEMOS EN AIXERROTA
 !ONDO PASA!

jueves, 20 de julio de 2017

WATER-POLO EN LA RIA, AREETA Y ARRILUZE



Esa modalidad de juego, según algunos escritores, apareció en Glasgow en 1869, y era considerada como “fútbol acuático”. Al parecer, tuvo su primera referencia en la prensa escrita en 1879, a juzgar por lo publicado por el diario ingles “Times”, el 21 de julio, que aludía a lo que consideraban como: “...curioso deporte formado por dos equipos de siete hombres llamado Foot-ball acuático…” Y que el editorial noticiaba así: “...en la tarde de ayer, en la pileta del West-End, dos equipos formados por siete hombres cada uno, bajaron al agua para medirse en el juego de Foot-Ball acuático...”
El origen del nombre parece que viene de la necesidad de entretenimiento para el público que asistía a las largas sesiones de natación, en cuyos intermedios se ofrecía un espectáculo de diversión consistente en: “...dos equipos montados sobre barriles de madera con cabeza de caballo. Estos eran manejados por remos y utilizaban una pelota para convertir los goles, de manera similar al polo tradicional...” De lo que derivó una parte de su nombre a partir de la palabra de origen indio “Pulu” (Pelota), cuya pronunciación es “Polo”, y que junto al lugar en el que se practicaba “el agua”, daría origen al compuesto de “Water-Polo”.

Esa actividad lúdica el “Water-Polo”, fue reconocida como deporte de competición por la “London Swimming Association” en 1885. Durante los siguientes años pasó al resto de Europa, en 1889 llegó a Hungría, en 1890 a Bélgica, en 1894 a Alemania y Austria, y en 1895 a Francia. Se incluyó en los Juegos Olímpicos de 1900, en la Olimpiada de París, como deporte de exhibición. En la península el primer partido se disputó en 1908 en Barcelona.


Y sin embargo parece que el deporte rey de la época, el Football, solo dejaba paso al Water-Polo en la época estival. Es como si el tiempo no corriera, como si llegados a nuestros días, diéramos un salto en el tiempo, parece que la afición a los deportes se repitiera, ya que desde principios del pasado siglo ya se decía, al referirse a la llegada del verano, refiriéndose a los deportes de moda: “...Llega la temporada estival. ¿Acabado el football, en verano se puede practicar algún deporte? Repasamos las secciones de náutica del Club Deportivo, Canotaje, Natación, Water-polo, es este último, que se pueden realizar en un puerto de mar, uno de los más completos ya que une el juego de pelota con la natación…”

Este fue el deporte que en las dos primeras décadas del Siglo XX se practicaba en nuestro litoral, tras acabar la temporada del eterno football. Sus escenarios en Getxo fueron nuestra ría, el embarcadero de Las Arenas y la dársena de Arriluze en Algorta.


La revista deportiva madrileña “Gran Vida” ya recogía noticias relacionadas con esta competición, en un monográfico dedicado a Donosti. Información que la rotativa “El Noticiero Bilbaíno” del 21 de septiembre de 1908 sacaba en su tercera página: “...Se ha publicado el número 63 de la revista deportiva Gran Vida, con amplia y notable información de la vida veraniega, fiestas y deportes en San Sebastián, con Carreras de natación y Water-polo...”

Pero será en septiembre de 1912 cuando se recogerá en dicho diario por primera vez dichos torneos en uno de los escenarios más bonitos de la época, en el cual se celebraron campeonatos de diferentes especialidades relacionadas con la natación, la ensenada de Arriluze. Que tal y como relataba en mi entrada del 15 de septiembre del 2016 “Los Deportes Acuáticos en el Abra”: “...Una de las primeras incursiones en la prensa local, de dicho deporte, se produjo el día 22 de septiembre de 1912. Dicho día se celebró una excursión al Abra, organizada por el Club Deportivo de Bilbao, que a bordo del remolcador “Andrés”, partieron desde la villa de Don Diego rumbo al contramuelle de Algorta, lugar en el cual desembarcaron cerca de cuarenta deportistas. Dentro del rompeolas organizaron un concurso de natación en el que tomaron parte veinte nadadores. A continuación se jugó un partido de “water-polo”, una de las modalidades estrella en los siguientes años...”


Ya en 1913, el domingo 1 de septiembre, se jugaba un encuentro de Water-Polo frente al Arriaga, cargo del “Portugalete” y el “Club Deportivo de Bilbao” que envió sus equipos A y B, el primero ostentó distintivo rojo y el segundo blanco. El juego debió llamarse “barro-polo”, pues el agua de la ria, a consecuencia de las fuertes lluvias, aparecía convertida en barro. Por esas fechas se aprobaba por Real orden el Proyecto de reposición de bloques defensa del rompeolas y refuerzo de la escollera del mismo y del muro de defensa de Las Arenas y la Mojijonera. Así como las obras de alquitranado de la carretera de Las Arenas a Algorta. Ese mismo año con motivo de las fiestas patronales de Portugalete, se jugo un partido de Water-Polo en la ría frente a Las Arenas, tanto el muelle de Portugalete como el de Las Arenas se hallaban abarrotados de numeroso público. Sobre las boyas y junto a los remolcadores se podía ver a los contendientes.

Mientras el día 14 de agosto de 1914 tuvo lugar en la Casa Consistorial la subasta de las obras de construcción del mercado de Las Arenas bajo un presupuesto de 64.360,50. En el embarcadero de Las Arenas se celebraba un partido de Water-Polo entre el Deportivo y el Arenas, en las escalerillas del embarcadero se agolpaba numeroso publico, y eran las embarcaciones quienes acotaban el campo de la competición. El “I Campeonato de Vizcaya” de water-polo se celebró en 1917.


Aunque el Water-Polo aparecía y desaparecía en la prensa, periódicamente volvía a las paginas de la misma, algunas veces como simple anuncio de nuestro Consistorio. El 24 de julio de 1922 el Ayuntamiento de Getxo insertaba un anuncio el diario “El Noticiero Bilbaino”: “...Con motivo de las festividades de Santa Ana. San Ignacio, San Nicolás y la Asunción de Nuestra Señora, se celebrarán en este Municipio romerías los días 26 y 30 de julio, en Las Arenas; el 31 d e julio y 6 de agosto en San Ignacio; el 11, 12 y 13 de agosto en Algorta y el 15 y 16 de agosto en Santa María de Guecho, teniendo lugar carreras ciclistas, regatas de botes, concursos de natación-campeonato de Guecho, partido de water-polo, cucaña con fuga de patos, concurso de aurrekularis...” Hacían referencia en el mismo a que otros detalles de los festejos aparecían en el Programa de Mano.

El embarcadero de Las Arenas era otro de los marcos elegidos para la práctica de este deporte. El domingo 28 de septiembre 1924 se celebro en Las Arenas un campeonato de natación organizado por el Club local: “...quedó en primer lugar como Campeón de Vizcaya, Blas Echave del Arenas Club, en la modalidad 200 metros braza de pecho...” En el marco de esta competición se jugó un partido de Water-Polo entre los equipos del Club Deportivo de Bilbao y el Arenas Club, que empataron a dos tantos.


Bajo los auspicios de la Federación Vizcaína de Natación Amateur y organizado por el Club Deportivo de Bilbao, se celebró los días 13 y 20 de septiembre de 1925 el “Campeonato de Vizcaya de Water-Polo”. Se celebro en dos tandas, la primera se jugó el día 13 ( domingo) y la segunda el día 20 (domingo). Se compitió en el escenario del embarcadero de Las Arenas, el primer día se enfrentaron los equipos del Club Deportivo de Bilbao y el Portugale F.B.C.; y el Arenas Club contra la S. D. Indauchu; quedando clasificados para la final del día 20 de septiembre el Arenas Club y el Club Deportivo de Bilbao. En la segunda ronda el Arenas Club ganó por 2-0 al Club Deportivo de Bilbao. La clasificación del campeonato queda así: 1º Arenas; 2º Deportivo; 3º Indauchu; 4º Portugalete. Los equipos ganadores se alinearon de la siguiente manera:

Por el Arenas: Inda, Ferrer, Manzarbeitia, Echave, Azaola, Lozano, Valdes y Lozano.
Por el Deportivo: Rosendo; Artolozaga, Otaduy, Menjon; Calvo, Hormaechea y Picaza.

La victoria se decantó por los areneros, que a decir de la prensa local, estuvieron más compenetrados y fueron más veloces en sus brazadas.

El domingo día 5 de septiembre de 1926, en el muelle de Arriluze, se celebraron los partidos de la primera jornada del campeonato de Vizcaya de water-polo. Participaron los equipos del Deportivo, Arenas, Sporting e Indauchu. El primer match lo jugaron el Deportivo y el Arenas, que alinearon a:

Por el Arenas: Ferrer, Echave, Churruca, Lozano (F.), Lozano, Echevarrieta y Artaola.

Por el Deportivo: A. Ferrer, Otaduy, Artolozaga, Menjón, Zuazola, Hormaechea y Chauve.

Venció el Arenas por seis goles a uno. Quedando clasificados para el encuentro del 8 de septiembre, en el primer puesto el Arenas y el Indauchu y para el segundo grupo, el Deportivo y el Sporting. El match final del campeonato de Vizcaya de water-polo se jugó también en Arriluze. Los equipos alinearon:

Por el Arenas: Ferrer, Echave, Churruca, Lozano (F.), Lozano, Echevarrieta y Artola.

Por el Indauchu: Bolívar. Bolívar, Córdoba, Valdés, Castillo; Alvargonzález y Otaduy.

Terminó el tiempo reglamentario con empate a un gol, en la prórroga el Arenas logró dos goles más, proclamándose campeón de Vizcaya. Al año siguiente el Arenas Club seguía imponiéndose en los Campeonatos de Vizcaya de Water-Polo.


El domingo día 22 de julio de 1928 se jugó en la dársena de Arriluze el “Campeonato de Vizcaya de Water-Polo”. Jugaron en primer lugar el Arenas Club contra el Sestao, venciendo el equipo local por 2 a 1. En el ranking de la liga el Arenas iba en primer lugar con 6 puntos. El domingo día 29 continuaba aquel campeonato en el contendieron los dos Clubs que más destacaban en la liga, el Arenas Club y el Athletic. Ganó el Arenas por 4 a 2, siendo la puntuación del equipo muelleko de 8 puntos por 4 del equipo Bilbaíno.

En julio de 1929 se realizaban entrenamientos en el embarcadero de Las Arenas, entre los equipos del Arenas Club y el Club Deportivo de Bilbao. Como entrenamiento y tanteo de fuerzas de los dos equipos rivales, de cara a los campeonatos de septiembre. Los areneros, a la popa de su flamante base, aquilataban la fuerza de sus lanzamientos de cuero acuático a su incansable guardameta Ferrer. Los tritones areneros se iban a ver las caras contra los “Poseidón” y “Patos” del Club Deportivo.



Este deporte iría decayendo poco a poco en Getxo y daría paso a otras modalidades acuáticas, como las “Travesías del Abra”, pero eso que va a suceder en 1934 con su primera edición será tema de otras entradas.