jueves, 28 de junio de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -45-



En la anterior entrada veíamos cómo ya desde septiembre de 1884 se recibía la carretera que iba desde Urduliz a Getxo y el ramal a Sarri. Y cómo a propuesta de D. Manuel de Zalduondo, el Ayuntamiento de Getxo decidía enviar un oficio a los Srs. Diputados a Cortes de la Provincia, solicitando su apoyo para la reclamación de las plusvalías de algunos terrenos de Las Arenas que el Gobierno había vendido como bienes del Estado.

Durante el mes de noviembre de 1884, se daba cuenta de que durante la temporada de baños pasada se habían recaudado 371 pesetas por las casetas colocadas en las distintas playas del municipio: “...«Entregadas por D. Ándres Larrazabal en Las Arenas 227,50 pesetas por la instalación de 71 casetas en dicha playa; por 32 casetas establecidas en la playa de Ereaga, entregó D. Antonio Arechavala, 102,50 pesetas; otro de los tenedores de casetas , D. Pedro Zubiaga, por sus 9 casetas instaladas en Ereaga, entregó 28,50 pesetas; y por último por las colocadas en el Puerto, D. Froilán Domínguez que instaló 4 casetas abonó 12,50 pesetas y D. Fausto Gorordo por una caseta pagó 3 pesetas»...”

El 13 de noviembre los Ayuntamientos de Getxo, Berango y Leioa, acordaban enviar a la Diputación las condiciones del arriendo del barco del pasaje para un periodo de cuatro años. Al parecer uno de los ediles, D. Manuel del Valle presentó su disconformidad: “...«Porque se hace obligatorio para todos los vecinos el pago del almud de maíz y el paso de objetos»...” El almud era una antigua medida de capacidad para áridos, cuyo valor oscilaba entre 4,5 y 11 litros.


Y por fin el 27 de noviembre de 1884 se informaba en un pleno municipal que: “...«El 20% de los bienes propios han sido descontados al emitir las inscripciones a favor de este Pueblo»...” Dicho terrenos propios habían sido vendidos por el Estado en 1883. Por esas fechas era costumbre que el Ayuntamiento de Getxo invitara a los curas párrocos del pueblo al acto de alistamiento de mozos, que tenía lugar en sesión pública en la Casa Consistorial.

Y precisamente fue un 27 de noviembre de 1884 cuando se decidía que en el mes de diciembre se procediera al empadronamiento de los habitantes de Getxo entre los que se encontraban los hermanos Ezequiel y Eduardo Aguirre además de sus familias.

Por esas fechas, el tránsito de ganados y carros por el camino peatil desde el jardín de Telletxe hasta el pórtico de la iglesia de Santa María de Getxo, a pesar del bando publicado, a criterio del consistorio, había provocado deterioros en el mismo, así cómo abusos que algunos carreteros cometían extrayendo arena en algunos terrenos de los arenales del municipio, decidieron volver a publicar un bando en los siguientes términos: “...«1º Colocar una tablilla, en sitio bien visible, prohibiendo el paso de todo carro y vehículo, desde el jardín de Telleche hasta el pórtico de Santa María, bajo multa de 10 pesetas cada vez, y de 5 pesetas a todo ganado vacuno, caballar o mular que transite por dicho camino. 2º Se ponga tabilla o rotulo prohibiendo sacar arena en los terrenos pertenecientes al municipio en Las Arenas, bajo la multa de 5 pesetas la primera vez a cada carro o vehículo, y doble a los reincidentes cada vez que infringieran el precepto»...”

También por aquellas fechas se procedía a plantar arbolado desde el camino de la “Fonda San Ignacio” hasta la Avanzada. Así como en otros lugares del municipio donde se considerara hicieran falta. Así mismo se ordenaba al Oficial de Hacienda D. Juan Sala, sacara copia certificada de la protesta elevada en el año 1865 contra la venta de 40 solares en Las Arenas.

Y entramos ya en diciembre de 1884. El día 1 de dicho mes se compraban 40 cajas de esencia mineral para el alumbrado público, el responsable de dicho alumbrado era D. Pedro Garay-Artabe. La congregación de las “Hijas de María del Puerto invitaba al consistorio a asistir a un acto religioso que iban a celebrar en la iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta. Por aquellas fechas era Mayordomo de dicha iglesia D. José Julián de Mandaluniz.

El 18 de diciembre la diputación provincial devolvía uno de los ejemplares del presupuesto extraordinario de 1883-84, aprobado por la corporación municipal de Getxo ordenando: “...«Se den explicaciones de las inversiones o destinos de los fondos que en el se indicaban»...” Al parecer no cuadraban las cuentas ya que faltaban 6.264 pesetas, que a decir del consistorio habían sido utilizadas para cubrir algunos gastos de obras municipales.


Finalizaba el siglo con noticias, según las actas municipales, de la llegada de agua a las casas de la vecindad: “...Acordó el Ayuntamiento que desde el día 1 de enero de 1900, se conceda agua de las cañerías del Ayuntamiento, a todos los que la pidan...” Las condiciones que se ponían eran que: “...los vecinos satisfarán por cada metro cúbico de agua 50 céntimos de peseta y los que no son vecinos 75 céntimos...” Las aguas procedentes de Sustatxa, que en 1895 aportaban a la población de Getxo 237.000 litros, habían visto reducido su caudal a 150.000 litros cada 24 horas, sin que se supieran las causas. Aquel caudal no era suficiente para suministrar agua a los 5.221 habitantes que tenía el municipio, máxime cuando la mayor parte del consumo de agua se producía en los cuatro meses del verano. El consistorio ordenó al arquitecto D. Fidel Iturria para realizar un informe para una ampliación del suministro, trayendo las aguas desde Sustacha e Iturrizarra. Y con una buena noticia para el consistorio, un viejo pleito que tenia el Ayuntamiento con D. Vicente Suarez (ya finado), por el terreno de la plazuela de Ereaga, la audiencia de Burgos fallaba a favor del Consistorio de Getxo. Mientras que los vecinos de Getxo (Andra Mari) recogían firmas para que se le suministrara al barrio agua y luz.

Así finalizaba un año que había comenzado con sonsonetes cuartelarios, referidos a los suministros de materiales bélicos, hechos por el consistorio durante la última guerra. Y que iba a comenzar con el socorro municipal a los más necesitados del municipio.

lunes, 25 de junio de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -44-





En la anterior entrada veíamos cómo en 1884, muchos pueblos de Vizcaya se veían en la necesidad de cubrir las cargas municipales por medio de repartos o derramas al vecindario. A la vez que algunos pobres imposibilitados del municipio se veían forzados a ser atendidos por órdenes religiosas como “Las hermanitas de los Pobres” de Bilbao.

Pero, antes de seguir con esta historia, no quiero dejar sin comentar un suceso de carácter religioso, relacionado con el barrio de Santa Ana (Areeta-Las Arenas). El 1 de junio de 1884 aparecía recogido en el “Noticiero Bilbaino”: “...«Se ha obtenido de Su Santidad autorización para que permanezca el Santísimo Sacramento en el sagrario de la capilla de Santa Ana, en las Arenas. En acción de gracias por este fausto suceso, mañana lunes se celebrará en dicha capilla una solemne función religiosa»...” Al parecer los vecinos de este barrio debían de acudir a Algorta en demanda de auxilios sacramentales. El promotor de aquella autorización fue el párroco D. Martín Fernández de Retana.

El 11 de septiembre de 1884 se recibía la carretera que iba desde Urduliz a Getxo y el ramal a Sarri. En ese mismo acto se recibía para esta anteiglesia la denominación de Pueblo de ruta para los efectos del plan de iguala (Los Ayuntamientos dependientes de al Diputación de Bizkaia obtenían por su participación en la construcción de las principales vías de comunicación una rebaja en los tipos concertados para el sostenimiento de dichas carreteras por las cantidades que invertían en esas obras). Dicha vía había quedado abierta al servicio público el 30 de mayo de 1884. Sin embargo, el consistorio de Getxo presentaba una queja ante la Comisión Provincial por entender que con aquella declaración se lesionaban derechos adquiridos con anterioridad: “...«De reintegro de arbitrios que antes venía percibiendo, habiendo sido dañados muy seriamente intereses muy sagrados de este pueblo, adquiridos a costa de grandísimos sacrificios»...” El jueves 13 de noviembre se recibía la desestimación por parte de la Diputación: “…«Desestimar la reclamación interpuesta por el ayuntamiento de Guecho contra el acuerdo considerándole como pueblo de ruta a los efectos del plan de iguala, desde el 30 de mayo último en que fueron abiertos al servicio público los ocho trozos de la nueva carretera de Urduliz a Guecho con su ramal de Sarri»...” El 26 de noviembre de 1884, la Diputación de Bizkaia anunciaba en el “Noticiero Bilbaíno” la subasta de acopio de piedra para algunos tramos de dicha carretera.


A mediados de septiembre una de las cosas que preocupaba a los ediles de Getxo era dónde depositar las basuras del vecindario de Las Arenas: “«…Se trata de recoger en un sitio las basuras y desperdicios de las casas del barrio de Las Arenas»...” Para ello, por indicación previa del gobierno de la provincia, se dirigieron a los señores D. Diego de Uribarri y D. Niceto de Urquizu para que prestaran terrenos situados en sus pinares para depositar las basuras.

El 18 de septiembre de 1884, a propuesta del edil D. Manuel de Zalduondo, el Ayuntamiento de Getxo decidía enviar un oficio a los Sres. Diputados a Cortes por esta Provincia, en el que se solicitaba: “...«Todo su valimiento y apoyo en los centros oficiales de la Corte, a fin de saber el estado en el que se encuentran los importantes negocios de este municipio y gestionar caso de que sea posible su despacho favorable a esta Corporación»...” Entre aquellos negocios a los que se referían estaban 40 solares de Las Arenas, que el Gobierno había vendido como bienes del Estado, a cuyo remate (subasta) protestó el ayuntamiento en 1865 por ser propios de este municipio; además de que en 1873 se vendió, así mismo, un terreno pegado a aquellos solares, próximo al mar. En la solicitud se pedía que “...«Se averigüe el estado de dicha protesta, y se aplique el valor total de los mencionados 40 solares a este municipio»...” Por otro lado se solicitaba que: “...«Que teniendo este municipio, con arreglo a la Real Orden del 20 de enero de 1862 comunicada al señor Gobernador de Vizcaya por el Ministerio de Hacienda el 14 de marzo del propio año y a la Diputación el 26 del mismo mes, derecho sin el descuento del 20% al total del valor de los terrenos, que cómo propios le han sido vendidos, se emitan a favor de este pueblo las correspondientes inscripciones, que le han sido descontados en la venta de los mencionados terrenos propios»...” Acompañaban a aquellos Oficios una serie de documentos justificativos que el Ayuntamiento había enviados el 23 de marzo de 1882 al Gobernador Civil de la Provincia.


En esa misma fecha se hablaba de la posibilidad de destinar a hospital de coléricos el matadero de Iturribarri: “...«Para que en caso de que fuera invadido este Pueblo por la epidemia de cólera que aflige a varias poblaciones del reino»...” Así mismo de encomendaba, en esa misma sesión, a dos ediles a hacerse cargo de la reparación de los caminos rurales y peatiles de toda la Anteiglesia.

A principios de octubre de 1884, el servicio peatón de correos parece que dejaba mucho que desear, por ello el consistorio decidía ponerse en contacto con los Ayuntamientos de Portugalete y Santurce, que al parecer tenían el mismo problema para que, de forma mancomunada, enviar una queja al Director de Correos y Telégrafos solicitando: “...«Que en lo sucesivo se envíen una o dos expediciones diarias por los tranvías, con la correspondencia que haya para las tres poblaciones»...”

Y como ya estaba próxima la época de la corta de la argoma, acordaba la corporación: “...«Acuerda el Ayuntamiento conceder permiso, bajo las prescripciones y multas consignadas en su acuerdo del 29 de octubre de 1883, a los vecinos de esta Anteiglesia para que puedan cortar argoma en el monte comunal de la Galea, en la zona llamada Baserri desde Jauregui-Argalena hasta Erroteche, debiendo verificar dicha operación desde el 15 de octubre hasta el 15 de noviembre»...” Aunque días más tarde, el 9 de octubre, enmendaban dicho acuerdo señalando que: “...«Para que cada vecino pueda cortar, a lo más ocho carros de argoma, debiendo abonar en el acto una peseta por cada carrada, a los guardas que se establecerán para vigilancia de dichos montes»...” Para dichos vigilantes se asignaba una soldada de dos pesetas diarias procedentes de lo que iban a producir los argomales cortados. Hubo una voz discrepante, la del edil Sr. Inchaurtieta, quien consideraba que: “...Los pobres quedarán sin cortar argoma por no tener con qué pagar»...”

Las travesuras de algunos muchachos en el barrio de Sarri, el 9 de octubre de 1884, llevó al consistorio acordar: “...Que siendo prejudicial para el municipio, las actuaciones de algunos muchachos en el techo de la fuente pública de Sarri, subiendo al mismo y haciendo desperfectos, así como las molestias que causan a la lavanderas; acuerda el Ayuntamiento que al padre del primer muchacho que se encontrara sobre el referido techo, se hagan pagar todos los daños causados, con imposición de multa correspondiente, sin perjuicio de castigar a los mismos delincuentes, con arreglo a las leyes»...” Eran los tiempos de la alcaldía de D. José Antonio Uriarte.

Eran los últimos días de octubre cuando el consistorio trataba sobre la oportunidad de un nuevo puerto en Algorta: “...Habiendo manifestado el regidor D. Manuel de Zalduondo, que en el día de ayer estuvo el Diputado de este distrito D. Rafael de Mazarredo, a ver el local donde se proyecta construir en el barrio de Algorta el nuevo puerto, para en su vista presentar en Cortes el oportuno proyecto de ley, acuerda este Ayuntamiento: Se le entregue el expediente elaborado para que después de estudiarlo , en unión de los señores Diputados D. Ángel y D. Manuel Allende Salazar, lo pasen al Ministerio de Fomento para su debida tramitación»...” Días más tarde el Diputado a Cortes por Markina D. Manuel Allende Salazar agradecía por carta el envío de la documentación y aseguraba que pondría de su parte junto a los Diputados de Bilbao y Gernika y Lumo, afín de que ese y otros asuntos tuvieran un feliz resultado.


El 30 de octubre el consistorio trataba sobre la Cantera de Bolunzarreta: “...«D. Federico Baquero de Aldecoa, vecino de Bilbao, se ha fijado en el sitio de “Alto de Bolunzarrreta”, terreno comunal perteneciente a esta Anteiglesia, para explotar una cantera de tierra arenisca, y construir un camino de carros para llegar a ese punto»...” El Ayuntamiento daba su autorización para un tiempo de explotación de tres años, debiendo de pagar 250 pesetas anuales.

En la próxima entrada veremos los abonos que percibía el Ayuntamiento de Getxo, a principio de noviembre de 1884, por las cabinas de baño instaladas en las playas del municipio. Así como de la protesta presentada por la venta de terrenos propios.

viernes, 22 de junio de 2018

LAS FIESTAS DE SAN JUAN EN ALANGO




Dentro del recorrido festivo de los distintos barrios que iré publicando, hoy toca a las Fiestas de San Juan de Alango. Algunas, como las de San Isidro, las dejaré para el próximo año por no haber llegado a tiempo con la información terminada.

Es San Juan una fiesta que la iglesia celebra el 24 de junio, que está ligada a creencias ancestrales y ritos, en los que aparecen evocaciones a antiguas celebraciones, añoranza de cultos solsticiales ya pasados. “Mari la de Amboto” surcaba los cielos para dirigirse a su cueva de Oiz. Noche en la que, según viejas tradiciones, las brujas solían celebraban sus Akelarres.

Esa noche de fuego y misterio, que se aprovechaba para reciclar enseres viejos y apolillados, útiles que en las casas sobraban, y que tanto los adultos cómo los pequeños daban rienda suelta a la primera fiesta del barrio, al que “Antón el de los Cantares” (D. Antonio de Trueba) llamara en una de sus alboradas dedicada a Algorta “La blanca”, y que refiriéndose a las festividad añadiera: “...«Hoy es San Juan y pronto veremos cómo celebran alborozados la sanjuanada de este pueblo, en torno a la hoguera danzad sin perder el compás, al ritmo de los panderos»...” De sus mañanas se decía que: “...«Eran las más alegres del año ya que el sol salía bailando»...”

Y hablando de la campa de Alango, que fue donde se celebraron unas de las fiestas más concurridas de Algorta, recordar que dicho espacio festivo ya en Abril de 1884 veía aparecer en la prensa bilbaína el anuncio de la celebración de una afamada feria de ganado: “...«Siguiendo la costumbre de años anteriores, este Ayuntamiento ha acordado celebrar feria de toda clase de ganados en la campa llamada Alango, situada en el barrio de Algorta, el día de San José 19 del corriente mes, empezando a la una de la tarde, campa que se halla cerca del punto donde para el tranvía»...” La notificación iba firmada por el entonces Alcalde D. José Antonio de Uriarte.


Los corros, las fiestas ya pasadas de San Juan en Alango, un barrio que durante años capitaneó el inicio de la temporada festiva de Algorta, vuelven a nuestra memoria gracias a recortes de prensa, programas festivos y memoria oral de algunos de los protagonistas de aquellos años.

Las referencias a esta fiesta en el municipio en actas o expedientes municipales son escasas. El mismo pregón de fiestas de la época de la dictadura las ignoraba. Las fiestas del Pueblo para dicha publicación empezaban normalmente con San Ignazio. Y aunque su tradición es antigua, no siempre era recogida en los textos del Siglo XIX y siempre iban ligadas a celebraciones de rito cristiano. Uno de los pasajes más bonitos que he leído sobre estas celebraciones es el que aparecía en la revista “Laurak Bat”, de la Sociedad Vasco Navarra de Buenos Aires de 1878, llena de añoranzas: “...«Aquel día de San Juan en que al saludar a la rosada aurora, os recreasteis con el aspecto de nuestras calles, tapizadas de hinojo, engalanadas sus puertas con frescas ramas de fructificado cerezo; cuando el alegre tañido del tamboril llamaba a la plaza pública. Aquel día en el que el sol disipaba la niebla, me permitió ver el pico de la montaña que tantas veces ascendí»...” Mientras, en los almanaques carlistas de 1889, tan solo se recogían durante el mes de junio como festividades (La pascua de Pentecostes 9, de junio, Santísima Trinidad. 16 y Corpus Christi, 20 de junio).

También se recogían referencias a esta festividad en algunos lugares de Bizkaia en canciones populares, como en Amorebieta en una titulada “Gaur dala Biar dala”: “...«Que hoy es, que es mañana San Juan, pasado mañana el siguiente día de San Juan, en nuestra heredad no hay ladrones, si los hay sean quemados»….” Lo cantaban los niños al saltar por encima de las tradicionales fogatas de San Juan. Y otra de Bérriz, que en la coletilla al referirse a los amigos de lo ajeno y las brujas decía: “...guárdense maíces y trigos, ladrones y brujas sean quemados»...” Y que en el municipio de Otxandio estrofaban:

...San juan bagilean
denpora ederrean,
amalau atso trompeta yoten
motrailu baten ganean.
Udan udan udan
San juanetan
dantzan eingo dogu
ifar-airetan...”

...San Juan en junio
en hermoso tiempo,
catorce viejas tocando trompeta
sobre un mortero.
En el verano
por fiestas de San Juan
bailaremos en auras del cierzo...”


Dentro de las creencias, antiguamente se decía que: “...«Las hogueras que se encienden esa noche preservan de todo mal durante un año y si se salta la hoguera, al menos tres veces se tendrá un buen año»...”

Sin embargo, en Getxo, muchas han sido las celebraciones del día de San Juan en los diferentes barrios. Una de las primeras referencias data de 1927, fecha en que el vecino de Romo D. Celestino de Elorza y Olave (Maestro Albañil) con domicilio en la Vega de Santa Eugenia Nº 1, solicitaba autorización municipal para celebrar las fiesta de San Juan, la víspera de dicha festividad.


Las noticias referidas a la plaza de Alango, en la prensa de 1935 decían en “El Noticiero Bilbaíno”: “...«Las Comisiones municipales, estos días vienen realizando diversas visitas para enterarse sobre el terreno de la marcha de los servicios y de las necesidades que es preciso atender dentro de los recursos con que cuenta el Municipio. Uno de los lugares visitados fue el lavadero de la plaza de Alango, llamado a desaparecer para el mayor embellecimiento y amplitud de la mencionada plaza, y que habrá de ser sustituido por otro que se construya en lugar próximo»...”

Según he podido recoger en alguna entrevista a vecinos de la década de los 40, que vivieron los días de San Juan de los años 50: “...«Las fiestas de San Juan se celebraban bajo la tutela de algún empleado municipal. El Ayuntamiento tenía un apartado de festejos, dentro del cual estaban encuadrados los txistularis municipales, y algún empleado municipal de obras, que eran los encargados de las pequeñas infraestructuras (tinglado y banderolas). Eran los encargados del lanzamiento de cohetes y cabezudos, entre estos estaba Patxo Pomposo que era el responsable de la pirotécnica y acompañamiento de los “buruandiak” (Cabezudos), en base a esta simple infraestructura se articulaban las fiestas.

La fiesta se iniciaba con un pasacalles por el barrio. El alma de la misma básicamente era la tradicional sanjuanada, la cual se hacía en la campa de Alango la víspera del santo. Se hacía al lado del caserío cuya fotografía encabeza esta entrada. Se realizaba con enseres viejos que no podían ser quemados en las viejas cocinas, conocidas popularmente como “económicas”, se echaban a la hoguera (colchones, sillas y armarios viejos), que en ese día se aprovechaba para quemarlos. Aunque las cosas de madera eran utilizadas para alimentar aquellas “chapas”, algunas a pesar de ser de ese material también eran llevadas a la pira festiva. Aún no funcionaba como hoy en día servicio alguno de recogida de enseres.

Parte de los elementos a quemar en la hoguera, eran traídos desde el monte “Juan Pepe” situado detrás de Fadura a la derecha de Iturgitxi por un empleado municipal del matadero de Alango Juan Egaña, quien se ponía en contacto con Nicolás Uribarri, cuyo suegro tenía una campa en el monte anteriormente citado. Hacían la limpieza de dicha campa y traían (Argomas, ramas...) en la camioneta del taller de Nicolás hasta la campa de Alango. La hoguera se formaba en torno a un poste vertical. Solía ser un poste de madera de los del tendido eléctrico, alrededor de cual se iban apilando el resto de argomas, maderas, cartones y todo aquello susceptible de ser quemado. En la cúspide de se ese palo central se colocaba el tradicional muñeco de San Juan. Era de trapo, relleno de periódicos o paja y lo solían confeccionar tres señoras del barrio, María Luisa Asua, la “Txorrera”, María Luisa Fernández, la “Txirrina” y Julia Asua. Los empleados municipales colocaban una pequeña plataforma de madera, en la que tocaban los txistularis y una pequeña banda durante la noche de la víspera de San Juan, en la verbena. Se solía realizar una chocolatada. Para costearla, los chavales del barrio recorríamos las casas pidiendo ayuda económica»...” La fiesta se circunscribía a la víspera de San Juan. Pero hay algo curioso de lo que hablaré en otra de mis entradas: la utilización por muchos de estos entrevistados del término “Alangos” para denominar a este barrio.


En el año 1954 podíamos leer en un programa de fiestas, firmado por Juan Egaña: “...«Víspera de la festividad de San Juan, romería popular en honor del santo. Comenzando a las nueve de la noche con un alegre pasacalles por el barrio, con Banda de Música, Chistularis, cabezudos, cohetes y triquitraques. Seguido de romería y animado baile a lo suelto, amenizado por una estupenda bandilla de música y dos chistularis de acreditada robustez pulmonar. A las diez de la noche se hará un alto en el baile para dar comienzo a la hoguera, compuesta por argomas de primera calidad, sillas viejas y otros muebles, materiales acumulados allí por el vecindario. A continuación baile hasta la una de la madrugada...si no llueve»...” !A veces parecía como si el fuego y el humo atrajeran a la lluvia la noche de San Juan!

A finales de los 50 Juan Egaña emigró a Venezuela a pesar de los cual la fiesta siguió estando dirigida desde el Ayuntamiento, aunque eran los vecinos quienes la creaban “...«Durante aquellas fiestas, el domingo siguiente a la festividad, el concejal Zacarías Igual responsable del asilo, un industrial que tenía un taller de pintura detrás del Bar Gurugú, se encargaba de dedicar una celebración religiosa para los acogidos en el Hospital Asilo»...” A partir de ese momento la fiesta entró en una fase de letargo, volviendo a aparecer en los años 60.

Es en esos años cuando la fiesta evolucionará ganando en días y actos festivos. En todas ellas, como en las de 1961, en las fiestas de Alango, existieron elementos comunes a otras celebraciones, sobre todo la clásica hoguera, cuyos materiales como decía anteriormente se solían traer del “Monte Juan Pepe”. Siempre fueron presididas por el muñeco de trapo, cuya elaboración durante muchos años corrió a cargo de las mujeres del barrio; participando habitualmente en ellas cabezudos y txistularis y amenizándolas romerías con orquestas. También dentro del programa festivo había juegos para los más pequeños.


En el año 1962, los días 23 y 24, el Ayuntamiento facilitaba la colocación del kiosko, sobre el que actuaría la orquesta. Una de las orquestas que actuó fue “La Orquesta Monserrat”, que estaba a cargo de Fulgencio Luque. Por entonces, como mucho, el Ayuntamiento ponía las banderolas de colgar y los cohetes anunciadores, el último de los días contó con la participación del Grupo Infantil de la Sociedad Gobela de Romo, el “Zasi Eskola”.

Precisamente un grupo musical surgiría en el barrio, “Los Tangoreños”, durante las fiestas de Alango de 1968, cuya actividad estaba más enfocada a las celebraciones de Algorta, del que ya hablé en mi entrada del 9 de octubre del 2012. Cuyo dinamizador, José Lejarraga, “Petiso” participó también en aquellas fiestas. Su centro de ensayos estaba en el “Garaje la Unión”, próximo al antiguo asilo.

Llegan los años 70 y la fiesta va ganando en duración (más días), en actos festivos y en la implicación cada vez mayor en la organización de los jóvenes del barrio. Cuenta uno de los organizadores: “...«Con un presupuesto cada vez mayor, el relevo de la dinamización de las fiestas pasa a un grupo, cuyo centro de actividad estaba en el desparecido Bar Gurugú de Alango. Se empezó a colocar una Txosna y el quiosco festivo era ya de estructura metálica con tablado de madera. Se colocaba junto a la casa alta (de cuatro pisos), del año 57 aproximadamente, que se ve a la derecha de la fotografía de la campa de Alango; en la que por cierto se conserva sobre una peana la imagen de San Juan, a la altura del tercer piso. Se colocó la misma antes de la urbanización de la plaza, que se realizo en 1977. Las actuaciones de grupos exteriores eran cada vez más frecuentes. Las fiestas de Alango, yo creo que tenían tanta aceptación, además de por el ambiente, porque eran las primeras después de los exámenes, y los primeros dineros de los chavales eran para gastar en esas fiestas»…” Y es en estos años cuando un grupo de jóvenes del barrio de Alango, algunos de los cuales estaba en la banda de cartón “Los Tangoreños”. Comentan entre ellos: “...«¿Por qué no hacemos unas fiestas como las que se celebraban antes? Así que así fue cómo volvimos a relanzar las fiestas. Las fiestas tenían muchas actividades diferentes: Concurso de Vestido Barato, un año compramos una vaquilla, hicimos un cerrado, y todos los que se atrevían a correr delante de ella saltaban al cerrado, al final de las fiestas se rifó el astado y le tocó a Clara la chatarrera. En la playa de Ereaga, el último año de fiestas, se contrató una avioneta que arrojaba balones de plástico, incluso tocó la Orquesta Mondragón en Urkijo-baso»...”


Aquel grupo, que se solían juntar en el bar “Gurugú”, estaba formado por al menos 20 personas. Entre dichos componentes estaban: “...«Rafael Etxebarria “Txanito”, Ramón Fullaondo “Gapatxa”, Juan Carlos Laiseka, José Ramón Intxaurtieta, Javier Basozabal, Lauri Azkorra, José María Aguirre, Pereda (de Konporte). El bar Gurugú era como nuestra sede social, allí nos juntábamos para tomar unas cervezas y decidíamos lo que íbamos hacer en las fiestas de aquel año. La Sanjuanada se seguía haciendo en la Campa de Alango, que todavía era de tierra batida, no estaba urbanizada. Allí se ponía todo lo que recogíamos para la hoguera, luego venía la verbena, se traía alguna atracción, María Luisa Asua era la que elaboraba el muñeco de trapo»...” Como decía anteriormente: “...«La imagen de San Juan, que se conserva a la altura del tercer piso, está en un edificio que construyó la familia Uribarri, la imagen se colocó en el momento de su edificación. La efigie tenía una lucecita que el tiempo hizo desaparecer»...” Cuando se reformó la casa, volvieron a remozar al Santo, que hoy en día sigue presidiendo la plaza de Alango.

En 1971 las fiestas duraron cuatro días. Empezaron el día 23 de junio y terminaron el 27. A lo largo de esos días, el primero de los actos fue una tamborrada, que partiendo desde la Cadena (antiguas Barreras de Algorta) fue hasta la Plaza de Alango, donde a las nueve y media de la noche se dio fuego a la que ya era “Simbólica Hoguera”, las campas de nuestros barrios ya empezaban a desaparecer. Las romerías estuvieron amenizadas por la orquesta “Ritmo Club”, Y a lo largo de esos días se celebraron campeonatos de Soka-Tira y recitales de canción vasca.

Las fiestas de 1976 tuvieron, también como escenario, la Plaza de María Cristina, donde actuaron los grupos “Ussia” de Laudio y los “Ogikiñe” de Leioa.

Las fiestas de 1978 tuvieron, como otros años, la clásica tamborrada, la cual al pasar por el matadero de Alango dejaba ver, en un vídeo que me ha facilitado un buen amigo, un desfile de mascaras y disfraces, encabezados por una pancarta que dejaba a las caras ver la solidaridad de cortejo festivo con sus mayores. Mientras, una vez llegados a su destino, sobre el escenario, se veía bailar a un grupo con un tambor en medio del cual aparecía un lauburu y el distintivo de la cuadrilla “Zuekin”. Mientras la solidaridad con el Asilo de Alango se hacía presente, la Sociedad Bidebitarte y el Grupo Scout de Algorta hacían entrega de 200.000 pesetas al Asilo y de la misma cantidad a la Asociación pro Deficientes Mentales. El domingo anterior, al comienzo de las fiestas de Alango, el 17 de junio, la fanfarria “Etorkizuna” (compuesta por 2 trompetas, 2 clarinetes, 2 chirulas, cuatro acordeones, 1 saxo, 1 tuba y un equipo de percusión), iniciaba un pasacalles por todo el barrio de Algorta, que decían pensaban realizar, por lo menos, una vez al mes.


Las de 1979 tuvieron tres días de fiesta. Se recordaba por parte de la Comisión de Fiestas: “...«Se viene celebrando desde hace varias dcadas en el popular barrio de Alango»...” Aquel año la tamborrada que partió desde la Plaza de San Nikolas, recorrió la Avenida Basagoiti, Konporte, Martikoena finalizando en la Plaza de Alango. Las romerías de aquel año corrieron a cargo de los grupos “Kemen” e “Izuntze”. A lo largo de los cuales se celebraron diversos actos festivos: El primer trofeo de “Futbito Alango” que se realizó en las escuelas de San Ignazio, una carrera de monopatines que recorrió todo el barrio, un Rally humorístico y el segundo concurso de morcillas. Finalizando el día 24 con una traca y quema de la hoguera.


Y ya entrabamos en los años 80: En 1980 las fiesta duraron cinco días, empezaron el viernes día 20 de junio y terminaron el 24 festividad de San Juan. Durante esos días que empezaron con la tamborrada que partiendo de la Plaza de San Nikolas recorrió la Avenida, Txiskiena, Martikoena para llegar a la Plaza de Alango; el programa contó en sus espacios musicales con los grupos “Kimel”, “Iluntze”, “Mikel Torrijos” y “Guillermo eta Taldea”. El sábado 21 de junio les tocó la tamborrada con el mismo recorrido a los txikis del barrio. Las fiestas tuvieron varios actos dedicados a los más pequeños, incluso con cine infantil en el ya desaparecido Gran Cinema de Algorta. Los mayores tampoco fueron olvidados. En el homenaje a los ancianos del barrio actuaron “Biotz Alai”, “Itxartu Taldea” y “El Txo y sus Boys”. En el espacio de deporte vasco Yurrebaso de Dima nos deleitó con sus alzadas con la cilíndrica de 200 kilos y otras especialidades; y el entrenador de la Escuela de Levantamiento de Piedras de Lejona, José Ramón Aretxabaleta “Aretxa-II” contra “Usia” de Laudio, en dicha prueba participó un joven de la localidad, de tan solo 10 años, Aitor Guerediaga; tampoco podían faltar las peleas de carneros en este espacio deportivo, en el que participaron 3 parejas de Aulesti. Las fiestas contaron con innumerables atractivos para los txikis, payasos y malabaristas. Y como no podía faltar en país de sibaritas de la buena mesa, el “Concurso de Comedores de Morcillas” nos dejaba ver caras conocidas del barrio. Y para mantener la tradición, aunque de manera simbólica, se dio el día 23, víspera de San Juan, fuego al muñeco y se disparó una traca.

Las fiestas de 1981 volvían a tener mayor duración, empezaron el día 20 de junio y finalizaron el 24. En esta ocasión la tamborrada inicial recorrería, tras su salida de la Plaza de San Nikolas, las calles de Avenida de Algorta, Txiskiena, Martikoena para llegar a la Plaza de Alango; también hubo otra dedicada a los niños el segundo día de fiestas. Durante el homenaje a los ancianos, que ya se venía celebrando con anterioridad, actuaron el Coro Biotz Alai y el grupo de dantza Itxartu Taldea, contaron también con actividad circense a caro de “Variedades Berry”. Entre los concursos citar el “1er Concurso de tiro con Tiragomas”, el “1er Concurso de Tiro de Precisión Frisbee” y el “ Campeonato de Rana”. Y se celebró el “1er Festival de Rock” con los grupos “Fase” y “Rufus”; la verbena corrió a cargo del grupo “Ametz”. La finalización de la fiesta fue igual a la del año 79.


Los dos últimos años en que se celebraron las Fiestas de San Juan de Alango, al urbanizar la zona, el escenario y la fiesta se trasladó al parque de “Urkijobaso” (María Cristina). Ya la hoguera de San Juan había desaparecido de la celebración festiva.

Para 1993 la festividad de San Juan, en todo el municipio, veía sus primeras restricciones. el Ayuntamiento de Getxo fijaba la altura máxima de las hogueras en 3 metros, y la distancia mínima a edificaciones o tendidos eléctricos debía ser de al menos 15 metros.

En el 2016 fueron desapareciendo algunas de las hogueras que se hacía en Getxo. La de Malakate (Getxo) entre ellas, pese a que esforzados grupos de jóvenes trataron de iniciar pequeñas piras de cartones, la autoridad competente las retiraba. Ya solo va quedando como tradición la barbacoa que Itxas Argia ofrece a los vecinos, con sardinas, txistorra y chocolate, que tanta aceptación concita, a decir de las colas que suele provocar. En el 2017 se prohibía encender hogueras de San Juan en la playa de Arrigunaga.

Hoy el cemento llena nuestras calles, algunas de nuestras plazas y los espacios públicos en las que antaño se realizaban las hogueras de San Juan, han ido desapareciendo, quedando solo para el recuerdo pequeños actos simbólicos de esta vieja tradición.

En el barrio Alango de Algorta la festividad marcó como su seña de identidad la fiesta de San Juan. De hecho, en su desaparecida plaza, hoy urbanizada, existe un pequeño monumento recordatorio de la misma que fue inaugurado el 24 de junio de 1977. Dicho monumento se construyó mediante suscripción popular. El organizador de la misma fue uno de los jóvenes del “Gurugú” Lauri Azkorra.


Todos estos datos no son algo cerrado. Están abiertos a nuevas aportaciones. Muchos de ellos han sido obtenidos gracias a expedientes municipales, hemerotecas de prensa y entrevistas personales, sujetos sobre todo los últimos, a comentarios de otros vecinos que vivieron esos días, cuya percepción, tanto en la ampliación de datos, cómo en la crítica constructiva pueden ayudar a mejorar y ampliar esta pequeña historia de las “Fiestas de San Juan de Alango”.

Algunos de los entrecomillados que aparecen en letra negrilla corresponden a aportaciones de personas del barrio de Alango, que vivieron en primera persona las fiestas de San Juan. A todas ellas muchas gracias.

jueves, 14 de junio de 2018

EL RELOJ DE SOL DEL ETXETXU



A lo largo de su vida, El “Etxetxu” (1612) ha ido cambiando de aspecto, al igual que sus locales lo hacían de uso. La vida de este emblemático edificio del Puerto Viejo de Algorta ha visto con el paso de los años desarrollar diferentes actividades. Algunas de ellas llegaron a hacer historia en nuestro pueblo, otras simplemente fueron decoraciones del propio edificio.

Por sus locales desfilaron diferentes servicios municipales, tales como el segundo Ayuntamiento de Getxo, la Cofradía de Mareantes de San Nicolás de Bari y la Escuela de Náutica. De todas estas actividades ya he hablado en algunas de las entradas de mi Blog “Memorias de Getxo”.

Fotógrafos de renombre y aficionados, revistas gráficas y prensa han plasmado en sus páginas el paso del tiempo de este rincón del pueblo.

Una de esas imágenes que hoy podemos disfrutar gracias a “Eusko Ikaskuntza”, es una fotografía correspondiente a los años 1920-22, en la que en su fachada izquierda aparecía engalanado un espléndido balcón con enrejado metálico y puerta de dos hojas. Junto al balcón, a su derecha, haciendo esquina con las escaleras de bajada desde la plaza del Arantzale, sobre una larga hilera de niños, encima de una peana, podemos contemplar un precioso “Reloj de Sol”, que es el que da nombre a esta entrada. Cuya fotografía es propiedad de “Eusko Ikaskuntza” (http://www.eusko-ikaskuntza.org/es/), Sociedad de Estudios Vasco fundada en 1918 por las Diputaciones Forales de Araba-Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra.


Gracias a la deferencia que han tenido conmigo, cediéndome el uso para esta entrada, traigo a estas páginas la foto, que fue adquirida a “Foto Lux” y está fechada en 1920-22.

De la contemplación del edificio y su entorno, descubrimos que el “Etxetxu”, tenía sobre sus soportales un balcón alargado, hoy desparecido, que en los últimos años fue la vivienda de la “Pipi” (Cruz Esesumaga) así como una rústica luminaria, cuyo brazo terminaba en un plato de hierro esmaltado con una solitaria bombilla de 60 w. Tras el Etxetxu podemos ver la casa denominada “Periziena-barria” (1796), que en aquella época disponía de unos miradores espléndidos. Enfrente, la actual casa denominada “Olga”, que tenía a su entrada una pequeña techumbre que la protegía de las inclemencias del tiempo.

A pesar de ello, ya en 1896, gracias a una fotografía de José Antonio Cortés depositada en el Archivo Municipal de Burgos, que a parece en la cabecera de este artículo, podemos ver que existía ya en ese año el reloj de sol en el Etxetxu.

Fuentes utilizadas para esta entrada: “Foto Lux. Archivo fotográfico de Eusko Ikaskuntza”, Archivo Municipal de Burgos y Archivo Municipal de Getxo.

lunes, 11 de junio de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -43-



En la anterior entrada veíamos cómo en julio de 1884 se editaba un Bando ante una nueva epidemia de cólera. Y cómo ante la proximidad de las fiestas, se recibía una comunicación del Gobernador de la Provincia, denegando la solicitud municipal para correr toros embolados durante dichas fiestas.

En 1884 los hermanos D. Ezequiel y Eduardo Aguirre eran nombrados, respectivamente, presidente y vicepresidente de la Compañía del ferrocarril de Bilbao a Las Arenas. Con ese motivo una de las maquinas tractoras recibió su nombre.

En julio de 1884 muchos pueblos de Vizcaya se veían en la necesidad de cubrir las cargas municipales por medio de repartos o derramas al vecindario. Ya lo venían haciendo desde años antes. Para imponer y hacer efectivas esas contribuciones se necesitaba la autorización de la Diputación Provincial. Era justo en principio ese sistema, pero también ocasionaba injusticias si el reparto no era acompañado de un concienzudo estudio de los medios de cada vecino. Al ganado mayor y menor se imponía, por ejemplo, siete reales por cada cabeza del primero, y dos por cada cabeza del segundo. Pero a veces no se tenían en cuenta otros bienes que contribuían a disponer de una verdadera riqueza, era el caso de las rentas fijas y posesiones. Esto hacía que algunos hacendados esquivaban los impuestos, mientras que el resto cumplía religiosamente con el fisco, !vamos, como hoy en día! Pero no eran todos, ya que por ejemplo la familia Aguirre participaba con una donación de un terreno de 30.000 pies cuyo valor se estimaba en tres mil duros, y además aportó seis mil reales en metálico.

Aprovechando una sugerencia de un lector, desde hoy trataré de situar los toponímicos, indicando el nombre que tienen en la actualidad, para facilitar la localización a las generaciones más jóvenes.


El 26 de julio de 1884 con motivo de las obras que se estaban realizando en el barrio de Las Arenas, que ya he mencionado con anterioridad, la comisión de los propietarios del barrio, para evitar los equívocos que había provocado una nota en la prensa el sábado 16 de julio, publicó en los periódicos locales una excitación dirigida a los propietarios de aquella localidad: “...con objeto de que contribuyan con las cuotas que se les ha señalado, las obras que el ayuntamiento de Guecho está terminando en el barrio...” La comisión estaba muy satisfecha de las mejoras que el municipio llevaba a cabo, y que habían merecido la aprobación general de los vecinos y propietarios.

Algunos pobres imposibilitados del municipio se veían forzados a ser atendidos por ordenes religiosas cómo “Las hermanitas de los Pobres” de Bilbao. Se trataba del segundo asilo para ancianos que se estableció en la capital Bizkaina en 1879. Era una orden religiosa de origen francés, que vino a Bilbao después de la guerra entre Carlistas y Liberales de 1872-1876. El consistorio de Getxo se dirigió entonces a estas monjas informando y solicitando, para un vecino de la localidad, de Nombre Mascariano, pero cuyo apellido evitaré dar: “...«Que hallándose abandonado completamente y sin recurso alguno, a parte de las ayudas que le puede dar este municipio, imposibilitado para andar, con una edad de 87 años, nos dirigimos atentamente a la Señora Superiora de Hermanitas de los Pobres, suplicándole se sirva en acoger a la citada persona, a pasar mientras viva en su asilo»...” El importe del mantenimiento en el citado centro benéfico, que iba a ser costeado por el Ayuntamiento ascendía a 2 ó 3 reales diarios.


Mientras se estaba construyendo la carretera desde Amorotoena, en la calle San Nicolás junto la plaza de Jardingana (Cuatro Caminos) hasta la Avanzada (Triángulo). La piedra para dicha construcción (200 m³) se iba a extraer de la cantera que existía en la ribera de Arrigunaga, y cuyo precio se estimaba en 6,25 pesetas el m³.

A finales de agosto de 1884 se sorteaba en acto público los Asociados que iban a formar parte de la Junta Municipal, rentistas y propietarios que por su poder económico, coadyuvaban a tomar decisiones y financiaban en ocasiones las obras para las que el municipio no disponía de recursos propios. Entre aquellos vecinos figuraban:

En la Primera Sección: D. Antonio Corpión, D. Juan Manuel Learra, D. Marcos Uria y D. Gregorio Arzubiaga.

En la Segunda Sección: D. Irineo Ramón Diliz, D. Pedro Amezaga, D. Francisco Uriaguereca y D. Eugenio Eguia.

En la Tercera Sección: D. José Esesumaga y D. Ramón Videa.

Es de destacar que en aquella época las mujeres no existían para la vida política. Pero no sería hasta la llegada de la Segunda República, en 1931, que lograrían algo tan elemental como el derecho al voto.

El 3 de septiembre de 1885, ante la epidemia de cólera desatada en las provincias del reino, el Alcalde de Getxo D. José de Abrarrategui se dirigía al Gobernador militar de la Provincia solicitando que: “…Como punto aislado, ventilado y hallándose al este de la población el Fuerte las Canteras (Aiboa)…, perteneciente al Gobierno, donde no existe fuerza alguna, sería el lugar más adecuado para establecer atacados coléricos, por cuyo motivo me dirijo a V. E. rogándole facilite a este municipio el citado fuerte, para que en el desgraciado caso de que fuese invadido este pueblo de la epidemia de cólera, se establezcan en el los enfermos afectados...” Aclaraba el Alcalde que al finalizar la epidemia el fuerte sería devuelto al Gobierno Militar. El 13 de septiembre se daba cuenta de un oficio del Gobernador Militar, en el que se decía: “...sea entregado a este municipio el Fuerte de las Canteras radicado en este pueblo con destino a Hospital de Coléricos, siempre que sea devuelto en el mismo o mejor estado del que en la actualidad se halla...”

El día 14 del mismo mes se hacía entrega del fuerte, presentando un inventario elaborado por el cuerpo de artillería. Aquel exhaustivo inventario describía como era dicho fuerte: Tenía el cuartel un vestíbulo al que se accedía a través de una puerta de una hoja, tras un largo pasillo se llega a una sala y desde ella a los “escusados”, tres dormitorios, dos de ellos de tropa y uno más para el sargento de guardia; cocina, escuela de oficiales, batería, cuarto de repuestos militares y una azotea. Quien realizó aquel inventario parecía dar más importancia a los goznes y herrajes de las puertas de acceso, que a la descripción y utilidad de las estancias, ya que estos herrajes eran descritos concienzudamente. El Fuerte las Canteras paso nuevamente a manos del Gobierno Militar el día 2 de octubre de 1887. (Expediente del Archivo Municipal de Getxo: Código 2.4.8.7., Signatura 4548-11) En el Puerto Viejo de Algorta se construyó un barracón y en el café “La Marina” de dicho Puerto, se habilitaron dos habitaciones para los enfermos coléricos procedentes de Santander, que llegaban a Algorta por mar. En Santa María de Getxo se hablaba de dicha enfermedad utilizando el termino “Peste” Se celebró un “Te Deum” el 8 de diciembre, para celebrar el final de la temida epidemia.

El 3 de septiembre de 1884 se daba fin a las obras de encachado que se habían realizado frente a la iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta.

El 11 de septiembre, se comentaba por el pueblo que el monarca, tan valiente él, había declinado la visita a Getxo debido a la epidemia de cólera.


Y en esa misma fecha el rematante D. Robustiano Larrondo daba por finalizadas las obras de la carretera que iba desde las proximidades del establecimiento de “Baños de Mar Bilbaínos”, propiedad de la familia Aguirre, hasta la ermita de Santa Ana en Las Arenas. También se daban por terminadas las obras del despacho de carnes frescas que había realizado D. Francisco Fullaondo.

En la próxima entrada veremos cómo en septiembre de 1884 se recibía la carretera que iba desde Urduliz a Getxo y el ramal a Sarri. Y cómo a propuesta del edil D. Manuel de Zalduondo, el Ayuntamiento de Getxo decidía enviar un oficio a los Sres. Diputados a Cortes por esta Provincia, solicitando su apoyo en los centros oficiales de la Corte para saber el estado en el que se encontraban algunos asuntos de este municipio para que en caso de que fuera posible, intercedieran a favor de esta Corporación.