miércoles, 30 de abril de 2014

TRANVIA ELÉCTRICO BILBAO-GETXO EN 1898


El tranvía que comunicaba los municipios de Bilbao y Getxo entre los años 1871-1898, tenía unas prestaciones que estaban perfectamente explicadas en los carteles de la época. En aquellos cuadros informativos se recogían los horarios del tranvía entre los diferentes barrios; así como los de algunos servicios especiales (Teatro, Playas y Mercancías) que se producían en los meses de verano y comienzos del otoño. 
 
Mientras que durante el año, desde Enero a Mayo, los horarios establecidos se referían básicamente al transporte de viajeros entre Bilbao-Olaveaga, Bilbao-Desierto (Erandio), Bilbao-Las Arenas y Bilbao-Algorta. Las salidas de Bilbao para Las Arenas se realizaban a partir de las 05:10 de la mañana, cada 20 minutos, hasta las 19:20 horas. En sentido inverso empezaban a las 05:40 de la mañana, cada 20 minutos, hasta las 19:40 horas; las salidas de Bilbao a Algorta comenzaban, al igual que las anteriores a las 05:10 de la mañana, con una frecuencia de 20 minutos, (con excepción de la de las 12:20), finalizando el servicio a las 17:20 horas. En sentido inverso su inicio se realizaba a las 05:25, y al igual que las anteriores tenia una frecuencia de 20 minutos, (salvo en la de las 13:45) y finalizaba a las 19:25 de la noche. 

 
Se realizaban también viajes desde Las Arenas a Algorta en los siguientes horarios 05:05, 07:10, 08:00 y 08:40; en sentido inverso los horarios extras eran a las 07:35, 07:55, 08:15 y 08:35. Los Domingos y festivos, la salida para Desierto de las 20 horas, llegaba a Las Arenas, solamente tenia continuidad para Algorta, en el caso de que hubiera viajeros procedentes de Bilbao. En esos días festivos, la última hora de salida de Algorta para Bilbao era a las 19:35 y de Desierto para Bilbao a las 20:55. 
 
Existía un servicio de mercancías, asociado al tranvía, que realizaba los repartos con salida de Bilbao a Algorta a las 10:40 y 15:40; las salidas de Algorta para Bilbao se realizaban a las 11:45 y 17:45. Desde Las Arenas hacia Bilbao hacían su salida a las 08:10 y 15:30. Los festivos solo tenían un servicio, desde Las Arenas para Bilbao a las 08:10. El despacho de mercancías se cerraba 15 minutos antes del horario de salida. La compañía de tranvía también alquilaba carruajes y “wagones”, cuando los tenían disponibles.

 
El servicio veraniego y de los meses otoñales tenía diferentes horarios, finalizando a las 21 horas para las salidas de Bilbao-Las Arenas y Bilbao-Algorta. Mientras que en sentido contrario finalizaban a las 20:20 los de Las Arenas y a las 20:10 los de Algorta. 
 
Tenían un servicio extraordinario con destino a Las Arenas, los Jueves, Domingos y Festivos en los que hubiera sesión de teatro en el “Teatro Arriaga”, con salida de un coche hacia Las Arenas, 15 minutos después de finalizada la función, pero nunca realizaba su salida antes de las 23:30. El precio de los billetes era el doble de los ordinarios. Dicha compañía tenía un ramal hasta la playa de Ereaga, que iniciaba su servicio el 10 de Julio. 

  
Durante el mes de Agosto y en atención a las fiestas de Bilbao, desde el 22 al 29 de Agosto, las salidas para Las Arenas, Algorta, Santurtzi y Portugalete, se mantenía aquel servicio hasta las 21:00 horas, con salidas cada 10 minutos, excepto para Algorta cuya frecuencia era de 20 minutos. Disponía también de un servicio extraordinario para los toros. Y durante los cuatro días de corridas, se suspendía el servicio entre Bilbao y Santurtzi de 15:00 a 16:00, disponiendo en su lugar de un servicio entre Bibao-Vista Alegre que daba comienzo a las 14:30. 
 
Las tarifas de aquellos tranvías tenían establecidos cuatro tramos en la línea de Bilbao a Areeta-Las Arenas: Bilbao-Zorrozaurre (escala), Deusto (Botica Vieja)-Axpe (revuelta), Luchana-Las Arenas (Plazuela) y Las Arenas (Plazuela)-Algorta. El precio para los viajeros era de 20 céntimos para una sección, 30 céntimos para dos, 40 céntimos para tres y 45 céntimos para cuatro secciones. Existía una tarifa para lo que denominaban secciones especiales con una tarifa de 10 céntimos, por ejemplo entre: Leioa (Fabricas)-Las Arenas (Plazuela), Las Arenas (Plazuela)-La Avanzada y La Avanzada-Algorta. 

 
Existían tarifas especiales con abonos de 5 pesetas para 17 viajes entre Bilbao y Las Arenas y 14 viajes entre Bilbao y Algorta. Las salidas a partir de las 22 horas se abonaban a doble precio por sección. Se establecieron del mismo modo billetes de ida y vuelta especiales para los obreros, cuyo coste era de 30 céntimos entre Bilbao-Las Arenas y 35 céntimos entre Bilbao-Algorta. Tenían unos condicionantes: solamente eran para las dos primeras salidas de Bilbao-Algorta y para la primera de Algorta-Bilbao; el retorno debía realizarse después de las 16:00 horas, en los coches que no llevaran el tarjetón de “lleno ó reservado”.

 
Los viajeros provistos de animales caninos (perros), debían abonar una tarifa en función de las secciones que recorrieran y peso del animal (ver fotografía inferior). No tenían que abonar precio alguno los perros falderos que fueran sobre sus dueños; las cestas de compra, siempre que no excedieran de 23 kilos y “habiendo sitio” las cestas de vendeja vacías. Se establecían precios especiales para niños: los menores de 6 años, cuyo numero fuera mayor de dos, debían de abonar medio billete, mientras que los niños de pecho estaban exentos de pago. 

  
En esta entrada, de forma excepcional, el término Areeta-Las Arenas, denominación actual, no lo he incluido, al referirme a los servicio del tranvía, para ajustarme lo indicado en los carteles de la época. Hasta aquí un pequeño resumen de los recorridos y tarifas, de aquel “Tranvía Eléctrico”, cuyos raíles y tendido atravesaban nuestras calles, comunicando nuestros barrios y ellos con Bilbao y otras poblaciones de la margen derecha de la ría.

lunes, 28 de abril de 2014

UN LOBO DE MAR EN AREETA


Al amanecer del día 26 de Julio de 1828, quizá como en el libro de aventuras de Jack London, fruto de aquella sangrienta masacre que algunos humanos realizaban, entre la bruma, ya exhausto, quizá herido por la enfermedad tras una larga travesía, arrastrado por la marea, como si de forma premonitoria supiera de la festividad de Santa Ana, descansó su cuerpo en los arenales de nuestro barrio un viejo “Lobo de Mar”. 
 
Especie social que en su hábitat forma grandes grupos de convivencia. Se alimentan de peces, cefalópodos, crustáceos y otros invertebrados marinos. Se dice que ninguna otra especie marina le supera en su fortaleza para nadar. Son mamíferos cubiertos de una gruesa piel peluda. Se les conoce también con el nombre de Lobo o León marino (Otaria Flavescens). Actualmente los podemos encontrar en islas y costas atlánticas de Sudamérica y en las costas chilenas y peruanas. El hombre es su principal amenaza. Lo caza por el valor de su cuero y su grasa, igual que a otros mamíferos que viven en el mar. 

  
El animal llegó herido de muerte a nuestros arenales e, igual que con la frecuencia con la que embarrancaban los navíos en la barra y en las playas de Getxo, fue encontrado por nuestros pescadores. 
 
En las fechas indicadas, un experimentado marino de nuestro pueblo, Juan Maria Sustacha, afirmaba ser conocedor de aquellas especies por su larga trayectoria rompiendo mares de Sudamérica. Firmó un escrito dirigido a la Diputación en el que solicitaba autorización para exhibir aquella bella especie y obtener “...algún fruto de su hallazgo...”. Aquel hallazgo que supuso un acontecimiento social en nuestro pueblo en épocas carentes de entretenimientos colectivos. 
 
¿Quién sabe si no se trataba de una foca gris que deambulaba por nuestros arenales? Era una especie que se criaba en las costas del norte de Europa y su hábitat más meridional era Bretaña, por lo que no suele ser infrecuente verla en nuestras costas. Si la hubieran hallado setenta años más tarde, la calenturienta imaginación de nuestros ancestros hubieran dicho que se trataban de restos del mismo “Conde de Balmaseda”, denominado por su crueldad e impresionante humanidad como “La Foca de la Quinta” en la Guerra de Cuba.

viernes, 25 de abril de 2014

LA INDUSTRIA DE LA PATATA EN LA VEGA DE SANTA EUGENIA


La Vega de santa Eugenia forma parte de los parajes bajos de los montes que en un plano de 1731, Evaristo Churruca denominaba como “Gastelus”, conocidos también como “Gaztelueta,” que formaban parte de las colinas de Ondiz. 
 
Aquellos terrenos, lugares de marisma, cruzados por mil riachuelos, tierras movedizas, antaño batidas por la mar, de la mano de Máximo Aguirre serian ganados para aquella urbanización, que más tarde daría forma a uno de los barrios obreros mas populosos, el barrio de Romo. 
 
En 1884 se realizaría en ellos, después de su desecación, unos sembrados que darían origen a la patata de denominación “Vega Santa Eugenia”. Aquellos terrenos eran propiedad de Miguel A. Vitoria, propietario de la granja “Vega Santa Eugenia”, entonces de Las Arenas, dedicada a la producción de nuevas variedades de patata de siembra. Para aquella denominación solicitaba permiso para usar el escudo de la provincia en sus escritos y denominarse proveedor de la Diputación de Bizkaia. 
 
De aquellos sembrados nos da una idea (la fotografía inferior), membrete de las cartas de presentación de la granja. El 12 de Febrero de 1884, su propietario Miguel A. Vitoria, se dirigía al Presidente de la Comisión Provincial de Bizkaia. En la carta detallaba la importancia que había adquirido el cultivo de patata en la Vega de Santa Eugenia (Romo). 

 
Hablaba del creciente consumo del tubérculo. Y explicaba que tras visitar diferentes establecimientos hortícolas en el extranjero y después de una selección entre 500 especies, había escogido y adaptado 8 variedades, entre patata temprana, semi-temprana y tardía, a las características del suelo de aquella vega. Precisamente en aquel año tenía en estudio una variedad de patata denominada “Victoria”, de la que le habían asegurado, que en origen tuvieron 5 cosechas en un año. 
 
De el trabajo y la calidad de aquellas patatas hablaban “La Gaceta Agrícola” publicación del Ministerio de Fomento y la prensa bilbaina, encomiaba su gran precocidad y sus notabilísimas condiciones culinarias (resaltaban que cocían en 10 minutos). Además aquella especie había pasado la prueba de fuego para los tubérculos de patata. Aquel mismo año casi todas las plantas en vegetación del litoral Cantábrico habían sufrido la plaga del “Fungus” (llamado vulgarmente roña), mientras que en la Vega de Santa Eugenia, no se había visto atacada ninguna planta. Lo que había supuesto para dicha compañía un importante aumento en su cartera de pedidos. 
 
De aquellas variedades de patata: la temprana (Preciosa, Rosa Temprana); semi-temprana (Magnifica, Héroe y Rosa Tardía) y variedad tardía (Abundancia y Hermosa), tenían su origen en diversos horticultores de todo el mundo. Así las variedades tempranas, procedían de Estados Unidos y se adaptaban muy bien a terrenos arenosos de las características de los de Romo; las de las variedades semi-tempranas (la Magnifica había sido obtenida por cruzamiento realizado por el Ingles Yames Clark, quien la puso en manos del plantelista Mr. Sutton, quien la bautizó como “Magnum Bonum”), la variedad Héroe (había sido obtenida mediante el cruce entre la Magnifica y otra variedad inglesa, la Victoria de Mr. Paterson), la Rosa Tardía procedía a su vez de Estados Unidos; por último las variedades tardías (la Abundancia, era eminentemente Escocesa), y la (variedad Hermosa procedía de Holanda). 

 
Habían sido plantadas bajo vidrieras, en tiestos, a partir del 11 de Noviembre de 1880, 5 cosechas (Enero, Abril, Junio y Septiembre de 1881). Llegaron a la madurez todas ellas a los 300 días, obteniéndose por lo tanto cosechas en menos de 12 meses. Resultado que hasta aquella fecha no se había obtenido con ninguna otra variedad. El precio de aquellas patatas de siembra adquirió en el mercado las 10 pesetas el saco de 5 kilos. 
 
Como colofón a su presentación venían abaladas por los testimonios de diversas personalidades del momento, así como de reputados horticultores de la época, entre los que se encontraban el bilbaino D. Martin de Zavala (Senador del Reino), el Durangotarra D. José María de Ampuero (Diputado a Cortes), D. Miguel de Rodriguez Ferrer (de la Granja del Retiro), de la Alcaldía de Balmaseda, del horticultor deustoarra D. Pedro Uruchurtu, de D. Toribio M. de Pinillos (propietario de Aguas de Arnedillo) y de D. Enrique Sandon (Director de la Fabrica de Mechas de Irurrigorri). 



El 15 de febrero de 1884 la Comisión Provincial de Bizkaia, tomaba el acuerdo de facultar a D. Miguel de Vitoria para “...hacer uso del Escudo del Señorío de Vizcaya, en todos los documentos que estime conveniente...,...siempre que estén relacionados con el cultivo de las nuevas variedades de patatas...”. Pero le denegaba el uso del titulo de Proveedor de la Excelentisima Diputación de Bizkaia. No obstante y en atención a “...la importancia que va tomando el cultivo de la patata...,...y a que el Sr. Vitoria es acreedor del estimulo y la recompensa del País...,...por su laboriosidad y amor a la tierra nativa...”, el 7 de Febrero de 1884, el Vice-Presidente de la Comisión Sr. J. Abasolo, enviaba un oficio a las alcaldías de la provincia recomendando aquellas variedades para que hicieran ensayos en sus cultivos. 
 
Hasta aquí una pequeña referencia a una pequeña industria alimenticia, que desarrolló su iniciativa en la Vega de Santa Eugenia (Romo), en épocas tan lejanas como la de 1884. Estos datos están extraídos del expediente del Archivo Foral de Bizkaia: “Administración de Bizkaia / Sector Primario, Industria y Comercio / AX00557/014”.

miércoles, 23 de abril de 2014

EL ABRA, LA RÍA Y EL TRANVÍA y -II-


Como decía en la entrada anterior, del 11 de Abril, el otro elemento que vino a comunicar aquellos pueblos que existían a lo largo de la ría, fue el Tranvía. El 18 de Agosto de 1872 se otorgó dicha concesión a los empresarios D. Juan González Lavin y D. Juan M. Morales, pero a poco de aprobarse aquel proyecto, comenzó la segunda guerra entre los Carlistas y los Liberales, lo que imposibilitaría el comienzo de las mismas. 
 
Al finalizar el conflicto, en 1875, la concesión pasó a un grupo de comerciantes bilbainos (Juan y Emiliano Amann, Juan Aburto, Eusebio García). Las obras se realizaron bajo la dirección del Ingeniero Laureano Santamaría, inaugurándose el 9 de Septiembre de 1876, inicialmente entre Bilbao y Zorrozaurre, poco tiempo después se prolongaban hasta Las Arenas y Algorta. 
 
Así lo anunciaban el denominado periódico de educación popular “El Amigo”, de tirada dominical, el 19 de Diciembre de 1880, en el que anunciaba la adjudicación hecha por los entonces concesionarios a favor de la Sociedad Anónima de “Compañía de Tranvías de Bilbao a Las Arenas y Algorta”. 
 
De aquel tranvía que había sido construido, primero de tracción animal (caballos) en el año 1.876 y que posteriormente se electrificaría en 1887, decía en la “Revista Ilustrada” de Febrero de 1896 “...los nuevos coches son confortables y de elegante aspecto; marchan perfectamente, tanto en uno como en otro sentido, al poner en contacto el cable suspendido en toda la línea por pilotes, la ruedecilla que lleva en su extremo un brazo que parte del vehículo. La velocidad la gradúa el conductor a su voluntad, con una manivela que lleva en su extremo una campana con la que va llamando la atención de los transeúntes...”. 

 
Y sin embargo, esta compañía también tuvo sus conflictos con algunos propietarios de la república de Deusto. En un Boletín Oficial, desde una lejana tierra, la de Murcia, el 9 de Febrero de 1896, era recogida aquellos autos judiciales, que se interpusieron ante el Gobernador de Bizkaia y el Juez de Primera instancia de Bilbao. En dicha reclamación, el entonces director gerente de la “Sociedad Colectiva Jose J. Amann y Compañía” de Bilbao, se dirigía primero al Ayuntamiento de Deusto, solicitando la construcción de un cruce en un espacio propiedad de D. Miguel de Uribarry, en el que la compañía de tranvías deseaba realizar un aparcadero, para los tranvías de Bilbao a Algorta y Santurtzi.
 
El Ayuntamiento, en su sesión del 16 de Febrero, concedía la autorización por considerar aquella obra de interés municipal y beneficiosa para los usuarios y vecinos. El 27 de Marzo, los operarios de aquella obra realizaron una zanja, derribando algunas acacias que florecían en aquel terreno, y pese a la oposición del propietario siguieron adelante con la obra. El 6 de Abril, el Ayuntamiento de Deusto recibía una comunicación del Director General de dicha compañía en el que se les explicaba que el propietario de los terrenos Sr. Uribarry se oponía y no permitía realizar aquella obra, presentando un interdicto ante el Juzgado de Bilbao, por el que solicitaba recobrar aquella propiedad. 
 
Aquella demanda supuso diversas intervenciones, tanto del Gobierno Civil, como del la judicatura, quedando finalmente, tras consultar al Consejo de estado, el fallo a favor de la administración.

 
En otro de los diarios de tirada Salmantina, en el “Nuevo Progreso” del 3 de Abril de 1890, se hablaba en su pagina Nº 2 de nuestro tranvía, el cual se recordaba que comunicaba Bilbao con Las Arenas y Algorta. Se daba la noticia de las pruebas que se estaban realizando, con un nuevo sistema de rodaje en sus ruedas, ya probado con éxito en el ferrocarril de Durango. Sistema consistente en utilizar ruedas y ejes locos en sus ruedas, lo que permitía salvar las curvas con mayor facilidad. 
 
Como dato curioso, referido a los movimientos de mercancías y gentes, a los que hacia referencia al comienzo de este articulo, cabe señalar que en lo relativo a los ingresos derivados por los ferrocarriles españoles entre 1911-1912, los del Norte de la Península representaban la recaudación más alta del Estado, con un volumen de recaudación de 79.386.724 pesetas, mientras que los de Madrid-Zatagoza-Alicante en aquellas fechas eran de 69.444.405 pesetas. En niveles mucho mas bajos se hallaban los Andaluces con 15.109.058 pesetas, siendo los mas bajos los 681.224 pesetas de los Salmantinos. 

 
Años mas tarde, en la “Hoja del Lunes” de Madrid del 10 de Julio de 1944, aparecía la noticia de que en el B.O.E., en la sección de Obras Publicas, se otorgaba a la Compañía de los Ferrocarriles de Santander a Bilbao, la concesión de una línea de trolebuses entre Bilbao y Algorta, que venía a sustituir a la vieja línea de tranvía entre Elorrieta y Algorta. 
 
Hasta aquí un pequeño paso por la historia de nuestra ría y uno de sus medios de comunicación, paralelo, el Tranvía de Bilbao a Las Arenas y Algorta.

domingo, 20 de abril de 2014

ABERRI EGUNA 2014


Como todos los años se acerca para los abertzales (Patriotas Vascos), el día de la Patria, el Aberri Eguna. Esta conmemoración se celebro por primera vez el día 27 de marzo de 1932.

Durante muchos años, y a pesar de las prohibiciones, se mantuvo su convocatoria, a la que se sumaron algunos partidos de obediencia estatal. Asi durante el Golpe de Estado de 1936, se celebró en las trincheras, y mas tarde en el exilio. 

 
A partir de 1947 volvería a convocarse en diferentes lugares de Euskal Herria. Durante los años 60 se iría celebrando rotatívamente, primero en Itxasou (1963), y en los siguientes años en el resto de las capitales vascas. Seguido de una fuerte represión por parte de los aparatos del régimen franquista. Tal es así que en la convocatoria de 1967 en Iruña, la víspera de la celebración el régimen fascista suspende varios artículos del Fuero de los españoles en Bizkaia, declarando el estado de excepción.


Mas tarde, tras el Aberri Eguna unitario de 1978, en las cuatro capitales, de Hegoalde, con la presencia de más de 100.000 personas en Bilbao, alrededor de 70.000 en Donostia, cerca de 40.000 en Iruñea y alrededor de 20.000 en Vitoria-Gasteiz. En 1978 firmaron la convocatoria del Aberri Eguna en Pamplona todos los partidos, excepto UCD y AP. En dicha convocatoria participaron: PNV, PCE–EPK, EIA, LAIA–KAS, OIC, PSE (PSOE), MK, HASI–KAS, LKI, PTE, ORT, ESEI, ANV, ESB, PCT–EK, OC (BR) y UNAI.


Tras ella alguno de los partidos de obediencia estatal, se desgajaría de la misma, y quedarían en la convocatoria solo los partidos de obediencia Vasca.

En 1999 los Partidos nacionalistas vascos celebraron de nuevo, tras la tregua de ETA en setiembre de 1998, el Aberri Eguna bajo el lema conjunto de “Nazio bat gara” (Somos una nación).

 
Este año nuevamente quienes creemos en una Nación Vasca, celebraremos en diferentes lugares, ese día tan señalado. Muchos ante la división de convocatorias, lo harán en sus hogares. Pero en el corazón de todos estará la vieja reivindicación de que LOS VASCOS FORMAMOS PARTE DE UNA UNICA NACIÓN. 

 

!!GORA ABERRI EGUNA!!

lunes, 14 de abril de 2014

EL CUENTO DE ABRIL DE J. J. RAPHA BILBAO


Parece que fue ayer cuando mi amigo Rapha publicaba su último cuento. Su capacidad creativa es tan prolífica, que ya está de nuevo entre nosotros con una nueva entrega, esta vez la del mes de Abril. 
 
Este cuento “El negro que robó una naranja”, nos habla de la relación entre un niño perceptivo con un abuelo sagaz que conforman el gato y el ratón del comienzo y el fin del ovillo de la vida. Sobre todo, si ambos son imaginativos. 
 
Como siempre, viene ilustrado por esos juegos de lapicero (sorprendentemente aquí) que surgen de la mano de Alex Orbe, de tal manera que han creado un tándem para formar un todo. 
 
Acompañando a este pequeño resumen, incluyo el enlace para este gratificante relato, con el que nos obsequian todos los meses, nuestros convecinos y amigos J. J. Rapha Bilbao y Alex Orbe. 
 





viernes, 11 de abril de 2014

EL ABRA, LA RÍA Y EL TRANVÍA -I-


El Abra, la Ría y el tranvía, elementos con varios nexos de unión. Uno de ellos fue la comunicación de Bilbao con la desembocadura del Abra y con Getxo. Resultó un puente entre el comercio y la navegación, conectando mercados, mercancías y gentes. Se unió un territorio a través de su cauce y sus riberas. Se superaron dificultades naturales, que el tiempo y los cauces pusieron en el camino de aquellas poblaciones en los inicios del auge económico de las márgenes del Nervión. 
 
Estos elementos, de los que ya he hablado en varias ocasiones, tuvieron también sus tiempos en la historia. Una historia plagada de hitos, que van desde los albores de la “Carta Puebla” de Bilbao en el año 1300 hasta nuestros días. 
 
La comunicación de aquellos pueblos, que a largo de la ría abrazaba ese caudaloso brazo, que al mezclarse ría y mar, se deslizaba no sin grandes dificultades desde Bilbao a la peligrosa “Barra de Portugale”, temida por los marinos de la época, obstáculo natural para el avance del tráfico portuario de un Bilbao en expansión. 

 
La misma tenía canales de poco cauce, que provocaban continuos embarrancamientos de los barcos. Con el agravante de que no podía ser cruzada por naves que tuvieran un calado de más de 4 metros en las pleamares vivas, momento de máximo calado de la barra. Ello provocaba que unos tuvieran que guarecerse en Santurtzi para poder entrar y otros esperar en la ría para poder salir. De ella se decía “...es muy temible en invierno el saco del Abra, y solo debe acceder a él, con mal tiempo, el navegante que tenga completa seguridad de poder salvar con su buque la barra de Bilbao...” .
 
Aquella ría no estaba encauzada tal y como hoy la conocemos. Llenaba en las pleamares las vegas que iban desde el Arenal Bilbaino hasta las marismas de Getxo. Quedando, en las grandes avenidas (épocas de lluvias), grandes bancos de grava y arena, lo que dificultaba la navegación a los afortunados que habían logrado sortear la Barra de Portugalete. 

 
Sería en 1502 cuando comisionados por “...los Señores del Regimiento de esta noble Villa de Bilbao y Prior y Consules de Burgos...” los maestros Guiot de Beaugrand y Juan de Garita para estudiar las obras necesarias para realizar las mejoras en la barra y parte inferior de la ria. Llegaron a la conclusión de que “...el río que viene de Gresalzu, junto a la casa de Las Arenas, hace tanto daño, que de no ponerse remedio en breve tiempo, podría llegar a perderse toda la canal...” Parece que aquel río arrastraba mucha arena, por lo que proponían realizar un nuevo cauce para el. 
 
El río que anegaba una tierra baja antes de la desecación de las marismas no era otro que el hoy denominado Gobela, que serpenteaba entre dunas de arenas movedizas, alterando su curso por las grandes avenidas, y llevando gran cantidad de arenas al final de la playa de Las Arenas. A pesar de ello, la obra no llegó a realizarse, y sería, más tarde, a partir de 1558 cuando se empezaría a realizar, tras un nuevo informe. En él se decía que “...había que desviar aquel río con objeto de que en lugar de desembocar en la ría, lo hiciera en la mar, hacia la parte de Algorta...”. 

Es en esta época cuando se realizaría el muelle de Areeta-Las Arenas, con una longitud de 778 metros. Es precisamente en el periodo de obras que iban desde 1558 a 1651, cuando se ordenaría que el deslastre de los buques se realizara en los muelles de la margen derecha de Algorta, hecho que dio lugar a la mojijonera. 

 
Nos da una idea de cómo era aquella barra y los bajos de los bancos de arena de la Playa de Sestao (Bajo del Fraile), donde se bifurcaba la ria en dos, el plano elaborado el 1 Agosto de 1731 por el ingeniero D. Pedro de Moreau y la fotografía de la misma, que incluyo sobre estas líneas y debajo de las mismas. 

 
Durante la llamada “Guerra de la Independencia” (1808-1814), las obras de encauzamiento de la ría quedaron paralizadas. Lo que provocaría que grandes extensiones de los muelles quedaran amenazadas de ruina. No será hasta 1883 cuando se emprenda la reconstrucción de los muelles de Areeta-Las Arenas y Portugalete.
 
En los años 1858 a 1870 se procedió a realizar estudios para la creación de un puerto exterior en el Abra. Sus autores fueron D. Amado Lazaro, D. Carlos Vignole y D. Juan Orense. Pero no sería hasta 1877 cuando D. Evaristo de Churruca y Brunet se hiciera cargo de la construcción del puerto exterior de Bilbao y de la canalización del río Nervión, cuyas obras finalizaron en 1904. 

  
Sin embargo, en el madrileño “La Gaceta de los caminos de Hierro”, se publicaba el 8 de Agosto de 1912, una memoria del estado de las obras de la ría y Puerto de Bilbao, que acababa de publicar el Ingeniero Director de las mismas Sr. Gorbeña. En las mismas hablaba sobre las obras de mejora del cauce de la ría, ensanche de la desembocadura, en la que se había producido un estrechamiento del canal, debido a la presencia de restos de varios buques naufragados con anterioridad al año 1890 en el lugar conocido como “La Mojijonera”. En el mismo se informaba que el ancho del canal había aumentado en 35 metros. En cuanto a los trabajos de dragado, se hacía notar que el volumen que anualmente extraían las dragas era de 800.000 m3, mientras que del río Nervión y sus afluentes llegaban 500.000 m3 de fangos anuales.


En la próxima entrada veremos el otro brazo que unió las margenes de la ria facilitando el transporte de personas y pequeñas mercancías. Pero esto no será hasta el próximo día 23 de Abril, ya que por las fiesta de Pascua que se aproximan, que provocan la movilidad de la gente, hace que yo también aproveche para coger unos días de asueto. HASTA EL MIERCOLES 23 DE ABRIL !!ONDO PASA!!.

miércoles, 9 de abril de 2014

VI-CONCURSO DE PAELLAS EN AZKORRI


En 1962 se celebraba en la landas de Azkorri el Séptimo Concurso de Paellas siguiendo la marea iniciada en 1956 por los inseparables amigos y promotores: Damián Ayo, Antonio Bilbao y Félix Yurrebaso. Esta cuadrilla formaba la sociedad “Irurena”, dedicada a actuaciones improvisadas que surgían de su gran capacidad imaginativa.


El día comenzó, como todos los años, con un pasacalles, en el que participaron entre otros txistularis Julen Billelabeitia y Gerardo Zubillaga (el último año de paellas para este txistulari de Gatzaga que falleció en Abril del siguiente año). En la fotografía inferior se le puede ver con su inseparable txistu y tamboril, observando las maravillas culinarias de los concursantes.


Las paellas eran mas sobrias que las actuales. Todavía no había comenzado la moda de la decoración, si bien algunas se adornaban con productos más sencillos que el alarde de ahora.


Entre los toldos se podía ver a los afanados cocineros, algunas caras conocidas como la de un Felix Yurrebaso, que tenedor en ristre daba cuenta de una exquisita paella. Y algún sonriente sukaldari, que con la paella entre sus hábiles manos, provisto de mandil y gorro blanco, se dirigía hacia el jurado dispuesto !seguro!, a obtener el primer premio.


La prensa del Estado recogía la noticia de aquella celebración, demostrando mejor intención que conocimiento de la localización geográfica de donde se celebraba la fiesta. Decía: “...es el séptimo año que la sociedad organizadora, celebra este concurso de paellas, como si fuera valenciana, se celebra este concurso en el término de Aizkorra (sic)...”.


 

El cuerpo de la noticia continuaba diciendo:“...el concurso consiste en confeccionar paellas al aire libre...,...la organización facilita el agua y la leña, el resto de los materiales corría a cargo de los concursantes, que forzosamente han de ser varones (sic)...”. En el relato que hacían, hablaban del éxito de asistencia “...las sociedades gastronómicas de Vizcaya, brotan como los hongos en el campo....,...!qué suculencias esperan a los buenos paladares!...,...las landas de Azkorri, presentaban un aspecto sensacional, tanto en concursantes como en espectadores...”, en cuanto a los festejos que se celebraron aquel día “...en el transcurso de la confección de las paellas, hubo diversos festejos folclóricos: recital de bertsolaris, exhibición de jotas vascas, música popular vasca...,...participaron en esta Olimpiada de la Paella 150 concursantes...”.


Baste esta pequeña reseña para recordar aquellos años de las landas de Azkorri, cuando ni el programa de festejos municipal recogía la romería, que al correr de los años se convertiría en la más concurrida de todas las de Getxo.



lunes, 7 de abril de 2014

UNA MATA HARI DE ALGORTA


Durante la Primera Guerra Carlista, que se inicia en 1833 y finaliza en 1839, entre los pretendientes al trono de España, partidarios de Isabel II (Cristinos o Liberales) y los de Don Carlos (Carlistas), sucedió también un choque de mentalidades (tradicionalismo y liberalismo) por el temor a la pérdida de los Fueros. 
 
En el curso de la misma, cual Margaretha Geertruida Zelle, (más conocida como Mata Hari, famosa bailarina y actriz condenada a muerte por espionaje y ejecutada durante la I Guerra Mundial), en uno de nuestros barrios, en 1837, la “Presidencia de la Comisión Militar de Vizcaya” remitía un sumario dirigido al “Comisario Regio de Vizcaya” dando cuenta de la remisión (perdón) de Dña. Josefa Ramona de Sagarduy, vecina de Algorta, junto con la sumaria instruida contra ella, acusada de haber seducido a dos voluntarios del Sexto Batallón de Vizcaya para que se pasasen al enemigo. 
 
Aquel sumario iba firmado por el Fiscal D. José Antonio Aguirreamalloa (Capitán de Infanteria) y por el Secretario Sr. Larrazabal. Se abría como consecuencia de los hechos que se iniciaron el 24 de febrero de 1837 a partir de un informe elaborado por el Comandante del 6º Batallón que se hallaba estacionado en Derio. En aquel informe se decía “...tras la entrega, en Portugalete a los Cristinos, de dos voluntarios de la 1ª Compañía, según el parte que me pasa el capitán de la misma, el Cabo 2º Roque Sacona y el voluntario Francisco Telleria...,...aseguran que anoche estuvieron en casa de Josefa Sagarduy, en Algorta...,...que dicha señora se halla seduciendo a algunos individuos de su compañía...”. 

 
A continuación el fiscal tomó declaración a Dña. Josefa Ramona de Sagarduy. Entre los datos que al iniciar el interrogatorio aportó la señora, se hallaba la edad (29 años), su profesión (costurera), y su condición social (casada). Preguntada sobre si sabía la causa de su prisión relató lo siguiente: “...presumo que sea porque se entregaron dos voluntarios al 6º Batallón, pasándose al enemigo en Portugalete, los que el lunes por la noche mandaron a la declarante les pusiera de cenar. Después de cenar le encargaron que a las cuatro de la mañana les despertase, pues tenían que marchar a Derio. Habiéndoles despertado a las tres de la mañana, tomaron aguardiente y salieron de la casa, dirigiéndose en lugar de a Derio a Portugalete, acusando de esta deserción a la declarante, a quien han hecho presa...”. 
 
Siguiendo con el interrogatorio, confirmó que el llamado Roque, era cabo 2º y el otro Telleria era de profesión barbero, y tenía un hermano, casado, en Algorta. Que dichos soldados se habían presentado más veces en su casa, en compañía de un voluntario al que llamaban “Chamboli”, afirmando que el primero estuvo alojado en su casa. 
 
Preguntada sobre si el lunes, Roque y Telleria, se pusieron galones de cabo 1º en esta su casa dijo “...no pusieron galones ni el uno ni el otro...,...pero que pudo ser otra mujer de la Villa de Plencia..”. Negó también que ambos soldados hubieran realizado comentarios contrarios al Rey, ni que quisieran pasarse al enemigo. Asi mismo negó que entraran en otras casas, salvo en la de Ramón Arecheta. El fiscal dio por terminada la declaración y preguntada si juraba la misma, respondió realizando la señal de la cruz. 

 
A continuación prestó declaración el Capitán D. Juan Bautista de Arriola, quien era natural de Markina, perteneciendo a la 1ª Compañía del 6º Batallón de Bizkaia, quien confirmó que “...los voluntarios cenaron en casa de Dña. Josefa Ramona de Sagarduy, y al amanecer del martes, desde la misma cas fueron a entregarse. El voluntario Juan Antonio Urbieta, me aseguró que se habían puesto galones de cabo 1º en la misma casa, y que habían sido seducidos por la anterior señora, para que se pasaran al enemigo...,...y el miércoles anterior a la entrega de los voluntarios en Portugate. Josefa había acudido a Derio, con el pretexto de guarnicionar. Allí fue detenida y la entregaron al comandante, quien la envió al Comandante General...”. Así se produjo la detención de Josefa. 
 
Seguido se produciría la declaración del Oficial D. Juan Antonio de Amezti, quien pertenecía a la 1ª compañía, del Sexto Batallón de Vizcaya, quien era natural de Mallabia. El militar afirmó que “...Josefa Sagarduy es una mujer muy sospechosa, tanto en su opinión como en su conducta...”, tachaba a la buena mujer, por otro lado con mentalidad de la época, y con la pretensión de hacer daño al enemigo de practicar el oficio mas viejo del mundo. Sin embargo, respecto a que “...hubiera seducido a los voluntarios, no podía asegurarlo...,...pero en su opinión, su venida a Derio tuvo que haber sido con el fin de seducir a algunos otros...”. 

 
Continuaron otras declaraciones, como la del Cabo 1º Juan Francisco de Echenagusia, quien afirmó que: “...no le constaba que hubiera seducido a los voluntarios, ni que los hubiera inducido a pasarse al enemigo, aunque pudiera haber motivos fundados, ya que la noche anterior cenaron en su casa, y por la mañana pasaron a Portugalete...”. A pesar de no constarle, en su intervención, afirmaba que: “...aunque no los hubiere seducido, debía saber que pensaban pasarse al enemigo...”. Parece que la persona que le había denunciado, Carlista convencido, acusaba a: “...la Sagarduy de ser Cristina...”. 
 
Le acusaba de tener mucha facilidad de entrada en: “...una casa de Plencia, donde pudieron entregarle la “grana”, en la casa de las Planchadoras, donde acudía con mucha frecuencia, y también a la casa de Bonifacia la de Ataguena, y también a otra llamada Polonia en Artecalle, todas ellas de opinión contraria el Rey...,...y se sabe que la Sagarduy ha hablado contra el Rey...”. 
 
La grana era un paño fino de color rojo, que se utilizaba para las boinas e identifica al usuario: en el caso de los Carlista (txapelgorri), y a los Cristinos o Isabelinos que utilizaban boina blanca. 

 
Otra de las declarantes fue Manuela Barañano, natural de Plentzia, y de profesión costurera, quien afirmaba que: “...solo sabía que los voluntarios se habían pasado al enemigo por comentarios en la calle...,...que Sacona era muy amigo de Josefa, pero que Telleria no le constaba que lo fuera...,...que nunca había oído decir nada ofensivo hacia el Rey a Josefa...”. 
 
Siguieron siendo llamados a prestar testimonio otras personas que negaron que José Ramona Sagarduy hubiera inducido a los voluntarios Roque Sacona y Francisco Telleria a pasarse al enemigo. Entre las mujeres llamadas a declarar, algunas vecinas de Plentzia, estaban Polonia Urresti, Polonia Zurbano, Carmen de Goitia, todas ellas con declaraciones exculpatorias. Otra de las llamadas a declarar Bonifacia de Altaguena había abandonado el pueblo, por lo que no pudieron tomarle declaración. 
 
Otro de los declarantes fue el regidor de Getxo Ramón de Aldecoa, quien pese a conocer a Josefa, afirmó vivir muy alejado de su vivienda, además de llevar toda su vida navegando, por lo que no le constaban las acusaciones que se hacían contra aquella mujer. 
 
También fueron llamados a declarar el hermano de la acusada, D. Fermin de Sagarduy, quien negó todas las acusaciones. Preguntado por cual era el objeto de las visitas de su hermana a Galdakano, Plentzia y Derio, respondió que: “...a Galdacano solía acudir a comprar aguardiente, pero que ignoraba los motivos de sus visitas a los otros dos pueblos...”. Así como su hermana Agustina Sagarduy, quien declaró: “...vinieron de noche, muy tarde Roque y Telleria, llamaron a la puerta, mi hermana salio a la ventana y como conoció quienes eran, les abrió. Entraron y dejaron los fusiles apoyados y se quitaron los morrales. Al registarlos vimos que no traían las ropas habituales. Cuando les preguntamos que donde las habían dejado, contestaron que las habían dejado para lavar a su madre...,...luego de cenar se fueron a la cama, diciendo que les despertáramos a las cuatro de la madrugada, que tenían que ir a Derio...,...cuando les despertamos, a la hora dicha, contestaron que aún era muy temprano, y durmieron hasta bien entrado el día...,...luego recogieron sus armas y morrales y se despidieron, diciendo que se iban a entregar a los Cristinos en Portugalete...”, negando el resto de las acusaciones relacionadas con colocar galones a los voluntarios. 

 
A los dos días de realizadas aquellas diligencias, el Fiscal ofició al Comisario de la Vigilancia Publica de Plentzia, en los términos siguientes: “...la Fiscalía de la Comisión Militar de Vizcaya, en la causa contra Josefa Ramona de Sagarduy, acusada de seducción, dice que habiendo sido castigada y presa en Plencia huyó, convirtiéndola esto en mas sospechosa...,...Ruego a usted me ilustre en esta materia...”. Esta solicitud se realizó el 4 de Marzo de 1837. Iba firmado por el Fiscal D. Jose Antonio Aguirreamalloa (Capitan de Infanteria). 
 
A quien le era remitido un oficio de la Comisión de Vigilancia de Plentzia, en el que se informaba que: “...a mediados de Febrero de 1837, había sido detenida por los Aduaneros de Plencia, con dos arrobas de bacalao, procedente de la plaza de Bilbao; por cuya razón se ha distribuido este genero, entre la tropa guarnecida en esta villa, y pobres d´ ella misma...,...después de haber sufrido un día de prisión se le mando para Algorta...,...con apercibimiento de que se la trataría con rigor, en caso de resistencia...,...tanto mas cuando esta mujer no goza del mejor concepto político...”. Firmaba aquel escrito, el 2 de Marzo de 1837, Juan Jover y Amant. 
 
Los informes de la alcaldía de la Villa de Plentzia respecto de aquellas mujeres eran de buena conducta. A pesar de ello, otros informes las relacionaban con la causa “Cristina”, y nuevas declaraciones las comprometían con no ser fieles al Rey. De los continuos viajes a Bilbao, siendo probable que tuvieran conversaciones con el enemigo. También las acusaban de burlar la vigilancia, por lo que: “...sus andanzas las convertían en sospechosas...”. 

 
También realizaría un informe el fielato de Getxo D. Manuel de Larrazabal. Le siguieron otras muchas diligencias y declaraciones, muchas exculpatorias. Finalmente el 24 de Marzo de 1837, el Fiscal Sr. Amalloa, concluía lo siguiente:
 “...Examinado minuciosamente este sumario, nada encuentra contra Josefa Ramona de Sagarduy...,...que pueda juzgar este tribunal...,...el conocimiento y vigilancia sobre opiniones políticas, sometido a otros jueces, y juzgar sobre la conducta moral de la Sagarduy, no puede ser objeto de la Comisión Militar...,...por lo que puede mandar se sobresea esta causa...”. Aquel escrito era firmado en Villaro el 24 de Marzo de 1837. 
 
Parece que a pesar de la moralidad de la época, aquel fiscal era un adelantado. Y al revés de lo que otros juzgaron, supo separar lo que no eran si no prejuicios morales de hechos probados. 
 
Aquel expediente del Consejo de Guerra contra Josefa Ramona de Sagarduy fue remitido la Marques de Valdespina para que: “...obre lo conveniente sobre este expediente..”. 
 
Hasta aquí este pequeño relato sobre una vecina de Algorta, que en el siglo XIX, se vio envuelta en una sospechosa red de espionaje y acusada de “Seducir a algunos soldados” para que cambiasen de bando militar.