Hace
pocas fechas traía a estas paginas una entrada sobre los posavasos
de Getxo, hoy le toca a las “Cajetillas de Cerillas”,
articulo de coleccionismo barato, es esta una afición ampliamante
extendida, algo facil de conseguir, sobre todo para fumadores.
Es uno
de esos objetos pequeños, a veces bonitos, en un mundo lleno de
humo, piezas coleccionables, en muchos casos desde la juventud, en
los años 60, las cajas de cerillas eran consustanciales, con la vida
diaria, con ellas se encendian los fogones de las casas, en aquellas
“cocinas economicas”, cargadas de periodicos,
chirlora y maderas.
Hoy, a
veces, cuando necesitamos encender una cocina de gas, incluso hacer
un fuego, en alguno de los multiples concursos de cocina, que en los
veranos inundan nuestras fiestas, nos encontramos con la desagradable
sorpresa, de que no las tenemos, y como casi han desaparecido los
fumadores de nuestro entorno, hay que recurrir a pedir fuego a algún
desconocido.
Sin
embargo, si no fuera por esos amigos de guardar todo, “Los
Coleccionistas”, estas pequeñas piezas de papel cartón,
habrian pasado de largo sin dejar rastro, perdiendose en la larga
noche de la historia, como un objeto inservible más.
Al
habito de coleccionarlas se le denomina como “Filumenismo”,
que en ingles se conoce como “Phillumeny o Phillumenism”,
aunque hunde sus raices en el viejo latin, generandose a partir de
Filia (Amor) y Lumen (Fuego).
Esta
pequeña muestra que traigo a estas paginas, tiene la curiosidad de
que pertenece a locales del Municipio, bares, tiendas de ropa,
deportes e incluso servicios de taxi, casi estan reprentados todos lo
barrios, faltan Neguri y Andra Mari, y llegan hasta estas paginas
gracias a la aportación de un buen amigo, coleccionista, de nuestro
hermano y vecino Portugalete (Txomin Hermosilla).
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