domingo, 19 de diciembre de 2021

!GABON ZORIONTSUAK eta URTE BERRI ON!

Navidades, otra vez complicadas por el “Covid”, que cada uno tratara de celebrar como pueda, pero seguro que dentro de un mar de dudas. La pandemia sigue con nosotros y aunque más suave, para los vacunados, todavía amenaza nuestras vidas.

Cada Navidad ha tenido sus ritos sociales, a mediados del Siglo XIX la prensa bilbaína, describía así el ambiente festivo: ...Los vecinos, con las cabezas alegres, por los vapores del mosto, veían transitar por las calles a centenares de cantores, que acompañados de violines, panderetas, flautas y vihuelas, entonaban canciones navideñas...” En algunos pueblos con una vieja canción, en la que uno de sus estribillos decía, y cito tal cual era recogida en “El Noticiario Bilbaino de 1877:

...Artuic mutil pichar bete ardao

da guazan arin echera

gabon gaba celebratzera...”

...Muchaco coge una jarra de vino

y vamos ligeros a casa

a celebrar la noche buena...”

Las de comienzos del pasado Siglo XX, veían pasar los “Coros de “Gabon”: “...Los cuales recorrían nuestras calles, tradición navideña consistente en ir de puerta en puerta mendigando y cantando...” Y en algunos lugares de los barrios de Getxo, como en la zona hoy denominada “Kasko Viejo”, entre las calles María Cristina y Amistad de Las Arenas, algunos vecinos se juntaban en una lonja, donde acompañados de guitarras, violines y bandurrias celebraban las navidades.

Pero en todas estas épocas una imagen, la de los más humildes, flotaba en el ambiente, sobre todo escondida en los asilos. En alguno de ellos, en 1880, se encontraban asilados en “Las Hermanitas de los Pobres” de Bilbao varios vecinos de nuestra Anteiglesia: “...Esta institución tiene acogidos a 62 ancianos de ambos sexos, de los cuales 57 son vecinos de los demás pueblos del Señorío...” (El Noticiero Bilbaíno 24 de diciembre de 1880) Las actas del Ayuntamiento de Getxo así lo acreditaban. Eran tiempos de pobreza, para algunos, en los que se decía: “...El bacalao es el besugo de los pobres...”

Ya avanzado el Siglo XX, en 1933, había varios tipos de cena, dependiendo de la situación de los encerrados o acogidos, así a los encerrados en la “Casa Galera” (calabozo municipal) se servía el día de nochebuena: “...Sopa con huevo, bacalao en salsa, pollo con arroz y turrón...” Mientras que a los asilados se les preparaba: “...Sopa de caldo, filetes de ternera con patatas fritas, manzanas asadas y turrón...” Para entonces Getxo ya contaba con su propio Hospital Hospicio (fue inaugurado el 7 de febrero de 1897).

Durante las segunda mitad del Siglo XX (años 50-60), las ayudas a las familias más necesitadas continuaron, durante la festividad de reyes el consistorio hacía entrega de regalos, a los hijos de estos infortunados, en el holl del Ayuntamiento.

Y para terminar, cómo a pesar de sentimientos encontrados, en mi casa seguimos esas viejas tradiciones de juntarnos la familia y hacer algunos “pequeños excesos”, voy a dejar unos días descansar a mis páginas, hasta el 7 de enero del 2022, para dedicarlos a preparar alguna receta gastronómica para la familia y empezar el año nuevo con una reparadora dieta.

En estas fechas recordar a los ausentes que por uno u otro motivo no estarán junto a nosotros. Y desearos a todos unas felices fiestas y mejor año nuevo.

!GABON ZORIONTSUAK eta URTE BERRI ON!

!!ONDO PASA!!

miércoles, 15 de diciembre de 2021

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -246-

 

En la anterior entrada, de esta serie, sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos cómo el domingo día 14 de octubre de 1894 acontecía el acto de colocación de la primera piedra del Hospital Hospicio de Alango.

La estructura de las casas de Algorta, a finales del Siglo XIX, era de madera, lo cual hacía que en cualquier descuido, bien porque la chimenea estuviera obstruida o por una mala combustión del hogar, fueran fácil pasto de las llamas. Algo de eso ocurrió el día 18 de octubre de 1894 a una vecina de Algorta: “...Ayer se declaró un incendio en la casa de Dña. Tiburcia Ansoleaga. A pesar de los esfuerzos realizados por la autoridades y los vecinos, el incendio tomó grandes dimensiones, debido al fuerte aire reinante. Se tardó en sofocar el fuego cerca de dos horas. La casa sufrió grandes desperfectos, cuyas perdidas se estiman en unas 4.500 pesetas...” Unas perdidas a todas luces elevadas teniendo en cuenta el coste de vida de la época, pues un salario anual normal, no superaba las 1.000 pesetas (“El Noticiero Bilbaíno” y “El Nervión” del 19 de octubre de 1894).

Por aquellas fechas, 20 de octubre de 1894, según contaba en su primera plana el diario “El Noticiero Bilbaíno”, se preparaba una reforma en la Administración de Justicia, y se decía en uno de sus apartados: “...La misma se administrará en cada municipio por un tribunal municipal...” Claro que para poder formar parte del mismo se debía reunir entre otras condiciones: “...Ser mayor contribuyente o haber desempeñado algún cargo por elección popular...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 20 de octubre de 1894).

El Casino de Las Arenas, que había sido inaugurado el 15 de septiembre de 1888, tuvo una corta vida, ya que a partir de mediados de octubre de 1894 salía a subasta. Aquella subasta, según contaba “El Noticiero Bilbaíno” del 22 de octubre, fue adjudicada: “...En la subasta del casino de Las Arenas, el mobiliario, vajilla y casino, han sido adjudicados por 21.000 pesetas a nuestro convecino D. Tomás de Zubiría...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 22 de octubre de 1894).

El 23 de octubre de 1894, una buena noticia se asomaba a nuestros diarios relacionada con los más pequeños: “...En todos los periódicos locales se ha dado cuenta del descubrimiento de los doctores Roux, Versin y Behring, profesores del Instituto Pasteur de París, los cuales después de ímprobos trabajos han tenido la fortuna de encontrar el remedio para combatir la difteria, que todos los años se lleva al cielo millares de ángeles, después de terribles y dolorosas agonías...” (“El Nervión” del 23 de octubre de 1894). Pocos días más tarde, en otro diario, se informaba: “...La Junta Local de Sanidad ha designado los facultativos que acudirán a París para estudiar la vacuna del doctor Roux contra la difteria, fueron designados el celebre Médico Cirujano Mayor del Hospital Civil de Bilbao, D. Ramón de Arostegui y el médico titular D. José María de Gorostiza...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 26 de octubre de 1894). No fue el único municipio de Bizkaia que envió un comisionado a la capital del Sena, también el de Erandio enviaba a un galeno: “...El ilustre médico D. Timoteo Goiri, salió ayer por la mañana con dirección a París, comisionado por el Ayuntamiento de Erandio, para estudiar el tratamiento antidiftérico del doctor Roux...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 5 de noviembre de 1894).

Para algunos vecinos de Alango la actividad de la porcicultura era una forma de vida. Pero la nueva normativa editada por el Ayuntamiento de Getxo impedía dicha actividad fuera del matadero municipal. Ese fue el caso de un vecino de ese barrio de Algorta que en el pleno del 25 de octubre de 1894: “...Presentó una instancia para que se le permitiera entrar en la cuadra de su casa, tres o cuatro cerdos. Se trata de D. Juan Ramón Mota, quien a la compra de esos animales, para una vez matados vender sus productos. Este Ayuntamiento acuerda, que no puede acceder a su pretensión, pudiendo hacer uso, como otros lo verifican, para tener cerdos en los chiqueros del matadero y sacrificarlos en el local destinado en dicho edificio para tal cometido...”

El puente de Villaotas, que se construyó en 1887, era en ese mismo pleno, objeto de reclamaciones por su constructor: “...Se dio cuenta de una instancia de D. José Ramón Uriarte, que después de manifestar que hacia el año 1887 construyó a su costa, el de otras personas y y este Municipio un puente para el paso público sobre el río Govelas en el punto de Villaotas, el cual se halla abandonado y que de continuar así resultaran perjudicados el público y el Municipio, por lo que suplica que este Ayuntamiento se haga cargo de su reposición y conservación...” El Ayuntamiento acordaba: “...Encargar al arquitecto municipal su reconocimiento y proceder a su reposición. Que si alguien pretendiera derecho de cualquier clase sobre dicho puente, sea el proponente el encargado de la defensa, sin que el Municipio tenga obligación de gastar ni pagar cantidad alguna...” Seguramente se referían a algún puente que se construyó en la zona de la Avenida de los Chopos, para el paso de personas y carros.

En ese mismo pleno del 25 de octubre, el Ayuntamiento decidía aprobar la solicitud, para la construcción de un hotel en Las Arenas: “...Se da cuenta del informe el Arquitecto Municipal de Edificación, de la instancia presentada incluyendo planos, de D. Alberto de Palacio, solicitando autorización para construir un hotel en su terreno en el barrio de Las Arenas cerca de la Iglesia. Acuerda este Ayuntamiento acceder a su solicitud en todas sus partes...”

También se estudiaba la solicitud de un vecino de Bilbao para edificar una casa de recreo en el barrio de Santa Ana: “...Se da cuenta de un informe del Arquitecto Municipal, relativo al la solicitud de D. Ramón de la Sota, vecino de Bilbao, pidiendo permiso para edificar una casa de recreo en su terreno en la calle Santa Ana en Lamiaco en esta Anteiglesia...”

A finales del octubre de 1894, el 30 de ese mes, en la prensa bilbaína se anunciaba para el Hipódromo de Lamiaco su “De profundis”, decía el articulista: “...Las campanas suenan a muerto. Aunque poco, el Hipódromo tuvo algún existo, sobre todo cuando no llovía. El Hipódromo muere hoy de tedio, para el 20 de noviembre se venderán los chirimbolos acumulados en el campo. Ya no veremos más las camisetas de brillantes colores de los jockeys...”

En el pleno del Ayuntamiento de Getxo del 31 de octubre de 1894, entre otros temas, se trató sobre el suministro de agua potable a nuestra Anteiglesia, dichas aguas provenían de los montes de la Jurisdicción de Berango: “...Se da cuenta de la certificación emitida por el ingeniero D. Laureano Gómez Santa María, referente a los aforos verificados de las aguas que este municipio aprovecha del monte de la Jurisdicción de Berango. De dicho informe se desprende que: Las aguas que se aprovechan de “Jauncoerreca” llenaron el decalitro en 4 segundos y dos décimas; las provenientes de “Basarte” en 35 segundos; y las de “Achavale” en 35 segundos. De lo cual se desprende que las provenientes de “Jauncoerreca” en 24 horas aportan 205.714 litros; las provenientes de “Basarte”, durante el mismo tiempo, aportan 24.685 litros; y las de “Achavale” aportan 6.646 litros; por lo que el aprovechamiento de los tres manantiales aporta un total de 237.045 litros diarios durante 24 horas...” Y precisamente en relación con las aguas, según relataba “El Noticiero Bilbaíno del 1 de noviembre de 1894: “...A uno de los operarios que trabajaba en la construcción del deposito de aguas de Berango, D. Julián Iturriza, natural de Algorta, le cayó encima parte de la bóveda, siendo conducido a su domicilio, según decían, con pocas esperanzas de vida...”

En esas fechas de comienzo de noviembre, algunos periodistas, aportaban una visión gris del día de ánimas: “...!Rendir tributo a los muertos, que cosa más natural! Hagámoslo con los que ya no son de este mundo, que acaso cuando faltemos a nuestra vez, alguien se acordará de nosotros y nos dediqué una oración. Desde la entrada del cementerio, el rótulo que hemos leído, invita al recogimiento:

Aquí acaba el placer de los injustos

y comienza la gloria de los justos.

Mas allá, otra inscripción nos dice:

Cada paso que vais dando

por la senda de la vida

Más y más os va acercando

Mortales a la partida

Que en vano estáis evitando.

Mientras, las campanas doblan a muerto y el cielo gris envuelve el panorama en; un marco de infinita tristeza...”

Según un informe del diario “El Noticiero Bilbaíno” del 4 de noviembre de 1894, el movimiento de la línea de Bilbao a Las Arenas, durante el mes de octubre de 1894 había sido: “...De 50.886 viajeros, 2.057.212 kilogramos de mercancías, obteniendo un rendimiento de 17.220 pesetas...”

Por aquellos días “El Noticiero Bilbaíno” daba una noticias relacionada con las comunicaciones entre Leioa y Las Arenas: “...Parece que el Ayuntamiento del pueblo de Lejona, fundándose en lo aislado que se encuentra este, va a solicitar a la Diputación Provincial la construcción de una carretera que le ponga en comunicación con Las Arenas u otro pueblo inmediato, hallándose dispuesto construir la carretera por su cuenta...”

En la próxima entrada, de esta serie, veremos cómo, el encargado del Puerto exterior solicitaba permiso para hacer un puente sobre el río Gobela.

domingo, 12 de diciembre de 2021

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -245-


En la anterior entrada, de esta serie, sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos cómo la inauguración del Ayuntamiento de Leioa, daba lugar a una celebración en la que participaron algunas entidades de nuestra Anteiglesia.

En el pleno municipal del 11 de octubre de 1894, entre los asuntos tratados estaba el de una edificación que pretendía hacer un vecino de Getxo, en un terreno perteneciente a la casa “Govelena”: “...La Comisión de Fomento y Policía Urbana ha emitido un informe, a cerca de una instancia presentada por D. Santiago Deusto, para el deslinde con las vías públicas, de un terreno que le pertenece a la casa Govelena. En dicho informe expresa la Comisión haber marcado con estacas para hacer un edificio, con cocina y dos alcobas, en el terreno del Sr. Deusto. Quedando dicho señor obligado a derribar una pocilga de cerdos que esta en la vía pública...”

En ese pleno se hablaba de que: “...Las obras de la calle que va desde el ferrocarril va hasta la playa de Las Arenas, que ha ejecutado D. Valentín Cajigas, ha sido terminada, y este Ayuntamiento da por recibida la misma...”

En el apartado de pagos se consignaba que: “...La ampliación de las obras de traída de aguas habían sido realizadas por D. Ignacio Uribarri. Que el alguacil Sr. Miaragaray era el encarado de facilitar a los carabineros el traslado de sus equipajes a Bilbao y Plencia...”

En dicho pleno se trató también sobre: “...El mal estado en que se hallaba el cauce del río Govelas. Ordenado el Ayuntamiento que se procediera a la limpieza de dicho cauce, afín de que no quede interceptado el mismo. Cometido que se encargaran de gestionar los concejales Sr. Juan D. de Echevarria, Gregorio Arzubiaga y Antonio María de Ugarte...”

En aquel pleno del 11 de octubre de 1894, también se trataba sobre las obras del Hospital Hospicio, y de los perjuicios que estas obras causaban a algunos inquilinos del barrio de Alango: “...Habiéndose presentado en el Salón Consistorial D. Antonio Goicoechea, inquilino de la casa Alango, solicitando indemnización por el perjuicio que se le hace, al quitarle las cepas de un viñedo, al ejecutar las obras del Hospital Hospicio, al haber sido compradas por el Ayuntamiento la heredad donde existen dichas cepas. Acordaba el Ayuntamiento, que todo lo que pueda perjudicar dicho señor Goicoechea, con motivo del arranque de las cepas de la viña, así como el haber tenido que recoger la uva sin haberse madurado, por ello el Ayuntamiento le abone la cantidad de 50 pesetas, además de lo evaluado por personas autorizadas por el arrancado del maíz, así mismo arrancado en la heredad, por lo que se le entregarán otras 61,50 pesetas...”

Hay una información a cerca de las condiciones de vida en nuestras calles, que no me resisto a publicar, ya que a pesar de ser de la Villa de Don Diego, nos puede dar una visión de como eran en aquella época: “...El que se propone ir de un extremo a otro de la calle de la Ronda, por una de las aceras, por la única a la que se puede dar ese nombre, pues la otra es tan estrecha y y está en tan malas condiciones, que no sirve para el caso, el que quiere decimos, por al única acera que existe, no hace el viaje en las veinticuatro horas del día. Aparte de los innumerables carros que descargan sin solución de continuidad sus mercancías en aquellos almacenes, como la calle es tan angosta para el paso constante de carruajes de todas clases, amén del tranvía, que ocupa la mitad del tránsito, las gentes que van cargadas de bultos de mayor o menor tamaño, no se atreven a andar por el arroyo, y el desgraciado transeúnte que va confiado en las Ordenanzas Municipales, que prohíben el paso por las aceras de las gentes con cargas se encuentra a lo mejor o a lo peor mis bien con que le manchan o rompen el vestido, o le sacan un ojo de la cara más fácilmente que lo contamos...” Aquel 11 de octubre bajó por primera vez a la estación de Bilbao el ferrocarril de Lezama (“El Nervión” del 12 de octubre de 1894).

El día 13 de octubre, en los diarios “El Noticiero Bilbaíno” y “El Nervión”, se anunciaba la subasta del “Casino de Las Arenas” (“El Noticiero Bilbaíno” yEl Nervión” del 13 de octubre de 1894).

La noticia del acto de colocación de la primera piedra del Hospital Hospicio de Alango era ofrecida por el diaro “El Nervión”, del día 15 de octubre de 1894. El acto se había tenido lugar el domingo 14 de ese mismo mes. Sobre lo acontecido aquel día decía el referido diario: “...Magnifico ha resultado el acto celebrado esta mañana en este pueblo con motivo de la inauguración de las obras del nuevo Hospital Hospicio. A las 10 de la mañana se celebró una solemne misa en la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari de Algorta. El templo se hallaba lleno de fieles. La misa del maestro Mercadante fue ejecutada admirablemente. El director del convento del Corazón de María, R. P. Torrespar, ocupó la sagrada cátedra y pronunció un sermón que fue escuchado con sumo agrado por los numerosos fieles que llenaban el templo. Seguidamente la comitiva se digió al punte donde se va a construir el edificio. El párroco de la iglesia, D. Ángel Amunategui, bendijo el terreno, y el señor Eguiluz, en nombre del gobernador y la señora viuda de Valle cogieron una paleta y colocaron la primera piedra. Debajo de esta se colocó una caja de zinc que contenía los números de los periódicos del día y el acta de la ceremonia.

A continuación el Alcalde D. Santiago Diliz pronunció un discurso en el que elogió a la prensa local. El Diputado Sr. Larrucea en nombre de la Diputación dio gracias al pueblo de Algorta.

Se informó que el nuevo edificio hospital consta de dos pisos; en el primer piso se instalarán las oficinas y en los extremos las camas para los enfermos. La fachada principal tendrá 24 ventanas. El edificio es de 48,50 metros de largo y 21,60 de ancho.

El acto fue amenizado por la banda de música de Algorta dirigida por su director D. Millán Armero. La banda ejecutó el Guernicaco Arbola al colocarse la primera piedra; y antes y después al acompañar a la comitiva tocó una marcha de I. Santos y un pasodoble.

A continuación los invitados fueron obsequiados con un lunch; siendo de destacar la animación que reinó en el pueblo. El Circulo Algorteño, el Casino y algunas casas particulares se encontraban engalanadas. En el Casino Algorteño, por la noche, se celebró un baile...” (“El Nervión” del 15 de octubre de 1894).

Al parecer el organista de Algorta, según se decía en el pleno del 18 de octubre de 1894, era el armonizador de casi todas las ceremonias religiosas que se celebraban durante las fiestas de la Anteiglesia de Getxo: “...D. Pablo Mugica, organista de la parroquia de Algorta, percibirá la cantidad de 165 pesetas, como honorarios de su actuación en las fiestas de San Nicolás, Santa Ana y Nuestra Señora de las Mercedes...”

En la próxima entrada, de esta serie, veremos cómo algún vecino de Algorta, a quien se le había requerido cerrar sus cuadras de cerdos, solicitaba se le permitiera criarlos.


miércoles, 8 de diciembre de 2021

MARIANO EL DE LOS FRAILES

 


Todos los seres son importantes, no importa su condición y su origen, algunos nacen para grandes hazañas, otros los más, lo hacen para la hazaña de vivir y ayudar a sus semejantes.

Por eso, sin tener la relevancia del hermano franciscano de Arantzazu que recorría anualmente los caseríos, este criadito, Mariano el de los frailes, remedaba a un modesto pastor de trashumancia, ya que conducía a la “Campa del Moro”, situada en la confluencia de las calles Telletxe con María Goiri, sus ganados. Es por esto que hubo quien afirmo que: “...¡Algorta también tuvo su morroi urbano, se llamaba “Mariano el de los Frailes”!...”

Esa figura de sirviente fue habitual en los trabajos del campo y los derivados del ganado en Euskal Herria, sobre algunos se recogieron leyendas. Este morroi (criado) era conocido como “Mariano el de los Frailes”. Así que este apunte recogerá su paso por un barrio todavía a medio a medio urbanizar, con campas en las que aún se podía pastorear.

Mariano era oriundo de una aldea de Soria, desde donde llegó a nuestras latitudes tras la Guerra del 36. Al comienzo vivió en un caserío de Berango como criado. Cuentan los padres Trinitarios de Algorta que: “…Entonces aquí había un huerto muy grande, eran los tiempos posteriores a la guerra, había hambre y tuvimos que vender un terrenito que teníamos junto al lugar donde hoy está el parking para poder mantener la comunidad. Se hacía necesario comprar alguna vaca para obtener leche y alimentar a los jóvenes seminaristas, por ese motivo nos dirigimos al caserío en el que habitaba Mariano, aquellas gentes necesitaban también fondos y necesitaban deshacerse de su criado. Les dijeron a los Trinitarios, pues podíais llevaros las vacas y a Mariano, él sabe atenderlas, nos trajimos de Berango a cuatro vacas y su cuidador. Por lo que Mariano y las vacas vinieron rumbo a nuestro convento de la valle Trinidad de Algorta…”

Llegó al convento sobre los años 40-50 del Siglo XX, cuando era prior del convento el Padre Vicente. Por aquel entonces nuestro vaquero tenía entorno a los 30 años, sigue contando el padre Trinitario Marín Baraiazarra: “…En los años 50 llegamos al convento Pedro Bustiza y yo, para entonces Mariano ya estaba en el convento. En aquellas navidades pudimos conocer a un Mariano alegre que cantaba y bailaba, era toda una personalidad para nosotros, era un hombre muy vital. Vivió en la tercera plata del convento, donde tuvo su propia habitación, haciendo una vida independiente, compartía su vida con nosotros, comía en nuestros comedores junto a otros trabajadores que ayudaban en el huerto…”

Sobre algunas profesiones, sobre algunas personas se suele decir en euskera “…“Gauza gutxi dira diruditen bezala” (pocas cosas son como parecen)…” Mariano era lo que parecía una persona humilde, simple, una persona de pueblo. Quienes le conocieron en el convento de los Trinitarios de Algorta dicen de él que: ”…Era una persona muy autentica, muy de pueblo, recio y bondadoso, sin recovecos, alegre…”

Era un hombre que sabía ganarse afectos, cuentan que: “…Se hizo muy amigo del padre Juan Borrego, un trinitario, de Salamanca, que llego a ser Provincial y Vicario General ¡Le quería mucho!, le solía llevar los recaditos a correos, traer y recoger las cartas…”

Durante algún tiempo, la comunidad trinitaria, también tuvo unos cerdos, a los que Mariano sacaba a pastar. La zona a la que trasladaba sus rebaños, se encontraba situada tras la llamada “Campa del Muerto”, el antiguo cementerio de Algorta. Su trabajo diario era sencillo, desde el convento llevaba las ovejas a la “Campa del Moro”, en ella había un pequeño cobertizo en el que pastoreaba una pequeña piara de aspecto sucio y maloliente. Dicen que a veces descansaba sobre un lecho, que realizaba con helechos o hierbas, en dicha caseta. El aspecto de nuestro morroi era el típico de los pastores de la época, de semblante bonachón, bajo de estatura y ancho de espaldas, sus ropajes mostraban sus humildes orígenes, sobre todo su raído bombacho lleno de recosidos de otra tela y color, larga chaqueta de bolsillos profundos y cargados, que hacían las veces de bolsa para transportar sus escasas pertenencias; bajo ella una camisa azul marino desabrochada, dejaba entrever una bien alimentada pechuga, cubría su cabeza con una txapela quemada por largas horas de exposición al sol, en su mano lucía un bastón a modo de garrota, que empleaba para conducir su rebaño; y como cerrando el cuadro, sus pies estaban enfundados en unas botas de las llamadas chirucas.

En algún momento de su vida en el convento, Mariano, acompasó su rebaño con unas ovejas, estas al igual que los cerdos y gallinas, sirvieron para alimentar a los frailes y seminaristas. Él se encargaba todos los días del ordeño y arreglo de las camas del establo. Además de este trabajo, era el encargado de ir a cortar la hierba para alimentar a la cabaña, lo hacía acompañado de un viejo asno, ambos parecían tener la misma edad, en uno de los cestos, que llevaba a lomos del jumento, transportaba su inseparable guadaña que utilizaba para recolectar el ansiado alimento de los rumiantes, recorría las campas de Santa María de Getxo, y también seleccionaba los pastos de la campa que se encuentra entre el “Ugartena” y la calle Aretxondo. Tras la siega acarreaba subiendo por la calle Trinidad, en los cestos, fardos de oloroso y apetecible forraje, que el sufrido animal portaba. Aunque previamente, según me cuentan los frailes: “…El jumento, como si lo tuviera programado, paraba junto a una pequeña tasca, donde nuestro personaje engrasaba su reseco gaznate, antes de emprender al subida hacia el convento…”

Algunos de Algorta, que le conocieron, afirman que tenía un paladar agradecido, gustaba de bebidas traídas desde la vecina Francia. Seguramente aquellos líquidos galos engrasaran sus gastadas cuerdas vocales, puesto que había quien afirmaba que algunas de sus cacofonías producían una combinación inarmónica, casi gutural, agreste.

Cuentan los frailes que: “…Una vez fue a Madrid y se quedó asombrado por la cantidad de gente y tráfico que allí había, claro que Algorta era un pueblito aun empezando a crecer…” Pero lo que fue un auténtico bombazo para él fue la llegada del primer televisor al convento: “…Cuando compramos aquel televisor, que pusimos en la que llamábamos la sala de la televisión, allí pasaba las horas Mariano. No te puedes hacer idea lo que sufría cuando veía aquellas películas de vaqueros, que conducían a toda velocidad a las vacas a través de ríos y desiertos, solía exclamar: ¡No hay derecho a hacer eso a unos pobres animales! Muchas veces confundía la realidad con la ficción del cine…”

Este convento fue su alojamiento durante muchos años. Cuando cayó enfermo y fue atendido por los médicos y hermanos del convento, hasta que la enfermedad hizo necesario su traslado al Hospital Asilo de Alango (Algorta) en los años 70.

Hasta aquí un retazo de la vida de un hombre de pueblo, de quien no he logrado conocer su apellido que nos acompañó durante los años 50-60, en un barrio que empezaba a crecer.


domingo, 5 de diciembre de 2021

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -244-

 

En la anterior entrada, de esta serie, sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos cómo era frecuente ver, en la prensa bilbaína, los anuncios del Colegio San Bernardo de Algorta.

En los diarios “El Noticiero Bilbaíno” y “El Nervión”, de los días 6 y 7 de octubre de 1894, se daba la noticia de un acontecimiento municipal, que llevó a la mesa de celebración, un banquete servido por uno de nuestros establecimientos hosteleros, además de la música de la banda municipal de nuestra Anteiglesia: “...Ayer por la mañana se verificó la inauguración de la nueva Casa Consistorial de Lejona. Al acto acudieron el Gobernador de la Provincia D. Miguel Aguado, el Diputado por Guernica Sr. Eguiluz, además de distinguidas personalidades de Bilbao y representantes de la prensa local.

Los asistentes que habían sido invitados por el Alcalde de Lejona D. Pantaleón de Aresti y Basañez , llegaron en el tren de las 10 en punto. Momentos antes llegó el Gobernador Civil, a quien esperaban las autoridades locales y la banda de música de Algorta, dirigida por su director D. Millán Armero. El cura párroco D. Julián Fullaondo bendijo la nueva Casa Consistorial.

El nuevo edificio es muy espacioso, la planta baja cuenta con cuenta con un amplio salón de sesiones, despachos para alcaldía, secretaría, archivo y juzgado municipal; en el segundo piso hay habitaciones para el secretario y dos alguaciles; en la planta baja se ha construido un hermoso frontón y un paseo, ambos cubiertos.

Terminada la celebración fueron obsequiados los invitados con un banquete de 10 cubiertos, que se verificó en el salón de sesiones, el menú fue servido por la fonda nueva de Las Arenas, a cargo del D. Estanislao Segurola. Tras los brindis, en el salón de sesiones se improvisó un baile, animado por la banda de música de Algorta. Antes de terminar la fiesta se presentaron en el Ayuntamiento algunas jóvenes de Lejona y Las Arenas, así como las maestras de Sopelana y Lamiaco...”

Una carta remitida por “Un Corresponsal”, desde Algorta, al director de “El Nervión” y publicada el ese mismo diario el 8 de octubre de 1894, nos permite conocer algunas costumbres referidas a ritos religiosos y servicios dentro de nuestro barrio: “...Se celebró ayer la festividad de Nuestra Señora del Rosario. Por la tarde, después del sermón, que estuvo a cargo del cura párroco de San Nicolás, salió la procesión del Santo Rosario, la cual recorrió la calle Mayor hasta llegar al Casino, volviendo por la calle Carretera, paralela a esta, cantando las “Ave Marías”, interpretadas por un grupo de jóvenes de la localidad y otros pertenecientes a la banda de música del pueblo, bajo la batuta del organista Sr. Mugica. Los balcones de las calles por las que transcurrió la procesión estaban engalanadas con colgaduras, desde los que multitud de vecinos arrojaban flores al paso de la procesión. La Virgen fue portada por cuatro jóvenes del Circulo Algorteño, que habían sido invitados al acto por “Las Hijas de María”.

El domingo próximo, creo que ponen la primera piedra del Hospital Hospicio, con tal motivo se celebrará una procesión según es costumbre, y esperamos dar un baile en el Casino Algorteño, en el que participaremos ambas sociedades Circulo Algorteño y Casino Algorteño, por ser el del Circulo muy reducido de espacio. La luz eléctrica la tendremos en breve, pues están ya colocados los postes y la semana próxima comenzaran los hilos y demás chismes necesarios, y no sería extraño que dieran la luz antes de finalizar este mes, pues de no ser así habría que salir de casa después de las ocho con un farolillo, porque con el escaso alumbrado que hoy existe, no es posible transitar después de la citada hora...”

La calle Mayor (actual Avenida Basagoiti), aparece con ese nombre en el callejero de 1887, anteriormente se llamó Tetuán. El nombre de Tetuán lo recibió en 1863 como conmemoración, por los monárquicos locales, de las guerras coloniales. Es una calle que a lo largo de su historia ha tenido varios nombres Calzada, Tetuán, Mayor y Avenida Basagoiti. Y no será hasta 1899 que pasará a llamarse por su actual nombre “Avenida Basagoiti”, en homenaje a Antonio Basagoiti Arteta, por su apoyo ante el ministerio para defender el actual diseño de los contramuelles, evitando en 1897 gracias a su intervención, la práctica desaparición de la playa de Ereaga y el Puerto Viejo de Algorta. Esta vía tal y como se decía en 1930 “...Comienza en en el punto denominado Chominchu y termina en el encuentro de la calle San Nikolás...,...Desde su principio en Chominchu a la Travesía María Cristina, corresponde a la zona de San Ignacio y el resto a la de San Nicolás...”

Entre tanto, como si fuera un diluvio de “Chimbos”, una nube de estas aves bocheras abandonó Bilbao llenado los campos de Las Arenas y la Vega de Santa Eugenia, tras los que salieron los cazadores bilbaínos hacia nuestra Anteiglesia: “...Un diluvio de chimberos salió ayer de madrugada de esta Villa desparramándose por todas partes en busca de las ansiadas aves. Solo por el tren de la línea de Las Arenas salieron más de 50 escopetas...” Chimbo, es el nombre de un pájaro que habitaba masivamente en Bilbao. Antiguamente eran muy abundantes y nació la costumbre de ir a cazarlos, dado su gran sabor al cocinarlos. Dicha costumbre se popularizó tanto en el bocho, que se llegaron a organizar cazas colectivas. El otoño era la mejor época para cazarlos, ya que a esas alturas los chimbos estaban bien cebados. (https://bilbao.im/b/el-chimbo-ave-bochera)

El miércoles día 10 de octubre de 1894, en el diario “El Noticiero Bilbaíno” anunciaban: “...El domingo próximo, a las 10 de la mañana, se realizará en Algorta la ceremonia de colocación de la primera piedra para la construcción de un Hospital Hospicio. Con tal motivo se celebrara en la parroquia de San Nicolás de Bari una solemne función religiosa...”

En el pleno municipal del 11 de octubre de 1894, entre otros asuntos, se trataba sobre: “...La solicitud de dos vecinos de Algorta, D. Juan Asla y D. Manuel Azcorra, para abrir al público un establecimiento de bebidas al por mayor y menor en la calle de la Carretera piso bajo, en la casa perteneciente a D. Tomás Uria...”

En la próxima entrada, de esta serie, veremos cómo se trataba sobre el mal estado que presentaba el río Gobela.


miércoles, 1 de diciembre de 2021

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -243-

En la anterior entrada, de esta serie, sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos cómo se trataba sobre varios los montes y terrenos comunales que el “Administrador de Hacienda de Vizcaya” trataba de sacar a subasta.

En septiembre de 1894, el 27 de dicho mes, la Compañía del Tranvía de Bilbao a Algorta trataba de realizar reformas en sus cocheras de Las Arenas: “...En el pleno municipal se dio lectura a una instancia del Director Gerente de la Compañía del Tranvía de Bilbao a Algorta, solicitando autorización para la ejecución de las obras de reforma que trata de realizar en los edificios que posee en el barrio de Las Arenas. El Ayuntamiento decidía que se pasara la documentación al Arquitecto Municipal para revisarla...”

Por esas fechas, 27 de septiembre de 1894, el pleno municipal decidía: “...Que desde el día 30 del presente mes quede suspendido el correo extraordinario, que viene funcionando en este pueblo, así como el servicio de vigilantes de las playas...”

También decidían ayudar a alguna vecina que por su condición de pobre no podía satisfacer algunos servicios que para su salud le eran necesarios: “...Acuerda este Ayuntamiento, que a Dña. Josefa Badiola, en clase de pobre, tome baños de mar calientes en el Balneario de Ereaga pagando a su dueño, D. Antonio Arechavala, la mitad de lo que costaren los referidos baños, siendo el resto abonado por este municipio...”

Por esos días era frecuente ver, en la prensa bilbaína, los anuncios del Colegio San Bernardo de Algorta, anunciando: “...Que este colegio incorporado al Instituto de Bilbao de 1ª y 2ª enseñanza, imparte clases de Náutica, Música, Dibujo, lenguas y gimnasia. Se encuentra situado a orillas del mar. Y su solidez en la enseñanza la acredita, que en sus seis años de existencia, ningún alumno a suspendido curso. En el mismo garantizamos la confesión semanal y la asistencia a practicas religiosas...”

Y como la temporada de verano ya había llegado a su fin, algunos elementos del transporte público, al igual que el ferrocarril que limitaba sus horarios, parecían estar sobrantes: “...La Compañía del Tranvía de Bilbao a Las Arenas y Algorta, pone en conocimiento del público, que teniendo que desprenderse de todo el ganado excedente del servicio de verano, celebrará una subasta pública el domingo día 7 de octubre, en sus cuadras de Deusto, en la que saldrá cada caballo por el precio de 5 pesetas...” (El Nervión del 29 de septiembre de 1894).

Para primeros de octubre los bañeros de Las Arenas, Algorta y Portugalete, comenzaban la retirada de las casetas de baño en las playas. (El Noticiero Bilbaíno del 3 de octubre de 1894).

En el pleno municipal del 4 de octubre de 1894, un vecino de Getxo, trataba de construir una casa en Algorta: “...Se da cuenta de un informe del Arquitecto Municipal, D. Fidel Iturria, a cerca de una instancia presentada por D. Juan José Sarria, como contratista y en representación de D. Leandro Arambalza, de esta vecindad, solicitando permiso para construir una casa con destino a habitación, en el punto de “La Cadena”...”

En ese mismo pleno se informaba sobre la solicitud para construir un nuevo hotel en Las Arenas: “...El Ayuntamiento pasa al Arquitecto Municipal la solicitud de D. Alberto Palacio para la construcción de un hotel en el barrio de Las Arenas...”

En el pleno del 4 de octubre, el Ayuntamiento de Getxo: “...Se da por enterado del cuadro de profesores, alumnos matriculados y asignaturas que se han de cursar en el Colegio San Bernardo, para pilotaje y otros preparatorios, cuyas asignaturas comenzaron a impartirse el día 1 de octubre de 1894. Este oficio ha sido remitido por D. Juan Dourte, maestro de dicho colegio...”

Y como ya estaba pronta la colocación de la primera piedra del nuevo Hospital de Alango (Algorta): “...El Alcalde y Presidente de este Municipio manifiesta el deseo de solemnizar como corresponde el acto de colocación de la primera piedra para la construcción de un Hospital Hospicio para enfermedades comunes no infecciosas ni contagiosas en esta Anteiglesia, en el punto de Alango, cuyas obras están rematadas (adjudicadas). Para dicho acto, el Alcalde, ha conseguido que los sacerdotes de la parroquia de Algorta hagan, sin pago alguno, la función de la iglesia y la procesión así como la participación de la organista; del mismo modo Dña. Leona Zalduondo se ha comprometido voluntariamente a satisfacer los estipendios del predicador. Por su parte el Ayuntamiento de Guecho ha decidido que la ceremonia de colocación de la primera piedra del citado edificio tenga lugar el día 14 de octubre a las 10 de la mañana; elegir como madrina a Dña. Leona Zalduondo Bareño; invitar a dicho acto a los Señores Presidente de la Diputación Provincial y al Gobernador Civil, a algunas otras personas que el acto requiera y a las autoridades locales...”

En ese mismo pleno se daba lectura al ofrecimiento de un vecino de Algorta: “...Se ofrece a donar una fuente de hierro, D. Antonio Uribe, para colocar en la nueva plazuela de Amesti, comprometiéndose a costear su zócalo base con piedra de Ereño. El Ayuntamiento acepta gustoso el ofrecimiento...”

El día 5 de octubre de 1894, en el diario bilbaíno “El Nervión”, facilitaban los avances que en el contramuelle de Algorta, que motivados por los embates del mar durante el pasado invierno, se estaban realizando: “...Están completamente terminadas las obras de recomposición de las averías que causó el temporal del pasado invierno, las cuales se han realizado con un nuevo sistema, consistente en colocar en la base del muelle cajas de hierro rellenas de hormigón, el sábado último se colocó la primera de esa cajas. El nuevo sistema, aunque más costoso, esta compensado por la economía obtenida en la construcción de la base del contramuelle. La empresa constructora “Arland y Compañía”, despliega gran actividad en las obras del contramuelle de Algorta, esta echando los bloques durante la bajamar, y estos se distinguen claramente en la base del suelo...”

En la próxima entrada, de esta serie, veremos cómo, tras inaugurarse el nuevo Ayuntamiento de Leioa, se celebraba una comida en una fonda de Las Arenas.