lunes, 3 de junio de 2013

LEYENDO PERIODICOS - III -


Siguiendo con las entradas derivadas de la lectura de los viejos periódicos del Siglo XIX, tan cercano y a la vez lejano, nos hablaba de sucesos que acaecían en nuestro Getxo.

En el diario “La Iberia” de Madrid, del Miércoles 20 de Agosto de 1857, aparecía recogida la siguiente reseña, dedicada a un famoso compositor Portugalujo “Emilio Arrieta”, que la encabezaba bajo el titular “El Grumete en Algorta”:

...De Portugalete escriben a las Novedades la siguiente hazaña del distinguido autor de “Marina” :

Es tan común que el hombre no sobresalga en nada, es tan raro que si sobresale en algo sea también sobresaliente en otras cosas, que cuando conocemos a algún hombre notable por su mérito en las artes o en las ciencias, no se nos ocurre que destaque también sobre los demás en cosas diferentes y aun opuestas.

Así es mayor nuestra sorpresa, si por acaso vemos en un sujeto que goza de celebridad por un título, otro título a otra celebridad ¿Quién espera, por ejemplo, asistir á una delicada comida, aderezada toda ella por un gran orador?...., ….¿Quién habrá de creer que el melodioso autor do “Ildegonda” y de “El Dominó azul” fuese también nadador ? Pues no hay nada mas cierto.

Allí ganó este renombre , en el mar de Cantábrico, con admiración y aplauso de cuantos presenciaron su hazaña. A las cinco y media de la tarde se arrojó al agua en la playa de Santurce nuestro compositor D. Emilio Arrieta, quien a pesar de los ruegos de sus amigos se propuso llegar nadando hasta el pueblo de Algorta, que dista tres cuartos de legua, y llegó en efecto en poco mas de una hora.

Pero el mérito principal no consiste en haber atravesado en tan corto tiempo tanta distancia, y fué mayor aun porque no siguió la linea recta, ni en luchar con las corrientes que tan fuertes son en esas mareas, sino en no haber suspendido ni variado un instante siquiera el mismo movimiento con que emprendió su difícil y largo paseo.

Cantando unos ralos, hablando otros con los amigos que le seguían en dos botes, siempre sereno, sin esfuerzo ni fatiga, llegó a la playa de Algorta como si hubiera ido andando, y en disposición de repetir su hazaña.

El asombro que mostraban los habitantes de Algorta que acudieron al muelle a recibir a tan singular huésped, los vítores y cohetes que oyó al acercarse el de Portugalete y las felicitaciones y aplausos de sus amigos, le parecían chocantes al señor Arrieta. Y es que él juzgaba fácil y sencillo, y lo es en efecto para este hábil y fuerte nadador, lo que para todos es tan difícil si no es de todo punto imposible.

Solo otro antes que el señor Arríeta ha hecho la misma hazaña, pero es seguro que le costaría mas esfuerzo. Al señor Arríeta no le costó ninguno. Naturalmente trae este hecho a la memoria de otro parecido, Lord Byron atravesó nadando el Bosforo. El gran poeta era también gran nadador.

Pero en Inglaterra, y sobre todo en su aristocracia, cuya educación y costumbres son tan diferentes de la nuestra, no es esto tan extraño como en nuestro país. Es dificil, sin embargo , que Lord Bayron llegase al fin de su travesía tan tranquilo y descansado como nuestro Arrieta...”.


Otro de aquellos periódicos “La Correspondencia de España”, en su numero 1.444 del Viernes 50 de Mayo de 1862, hablaba de la construcción de una nueva carretera entre Las Arenas y Algorta, decía lo siguiente:

...Se va a construir con autorización de la diputación foral de Vizcaya, una carretera desde el muelle de Las Arenas, frente de Portugalete, al pintoresco Algorta, cuyo blanco caserío se extiende sobre la barra de Santurce, Algorta, que parece destinada a ser el nuevo Biarritz...”

En el periódico Bilbaino “Irurak Bat”, en Agosto de 1862, siguiendo la noticia anterior aparecía los siguiente:

...Todavía no han comenzado las obras del Camino que ha de ligar al muelle de Las Arenas con el pueblo de Algorta, y sin embargo, su construcción se remató, como saben nuestros lectores, hace dos meses, Mucho sentimos que así suceda, porque comprendemos los perjuicios e incomodidades que le vienen de no estar echa esta importante e indispensable vía, para la cual no han escaseado sacrificio alguno.

Ignoramos los obstáculos que se oponen al comienzo de esta obra, y no sabemos las razones que pueden entorpecer un negocio, en apariencia tan fácil y tan hacedero.

Pero si hay algún veto que dificulta la inauguración del camino, no dudamos que los Algorteños trabajarán sin descanso hasta verlo alcanzado, y mas particularmente su alcalde que con tanto celo vela por los intereses encomendados a su cuidado.

Lo mismo esperamos de la inteligencia de la autoridad superior administrativa y de las demás personas qua pueden mediar en este asunto, pues ninguna de ellas deja de reconocer que la construcción del camino rematado, es un negocio vital para AIgorta, y que no se deben poner entorpecimientos para detener el progreso de uno de nuestros mas bellos y prósperos puertos de baños...”.
Estaba claro que la prensa de la época presionaba para que aquella carretera se ejecutase, así este diario, fundado en 1851 por el escritor y editor Bilbaíno Juan Delmas, de ideas liberales, no seria ajeno, aunque fuera por simpatía, a los interese económicos que, al igual que el Alcalde de Getxo, que pertenecía al Partido Carlista Unitario, tendrían con los promotores de aquella obra.

En este mismo diario, “Irurak Bat”, en Septiembre de 1862, se sugería la necesidad de acometer obras en el río Nervión y en la ensenada de Las Arenas y Algorta, asunto que también era recogido en las paginas del diario madrileño “El Clamor Publico” del Partido Liberal, el Miércoles 10 de Septiembre, así relataba lo que a su entender era ya, sin mas dilación, sumamente necesario:

...El asunto sobre el que versa, y del cual nos hemos ocupado mas de una vez, es de tal importancia para la capital de Vizcaya y para el porvenir de su comercio, que bien merece que fijen en él la atención, no solo el ministro de Fomento, sino también cuantas corporaciones y centros administrativos deben entender en su resolución.

Mientras el “Nervión” no se limpie, dragándole con actividad y perseverancia, desde el muelle del Arenal hasta las inmediaciones de Portugalete; mientras no se rectifiquen algunas de las curvas que hacen su curso demasiado tortuoso; mientras, enfín, no puedan bajar y subir por él, sin correr los graves peligros a que hoy se ven expuestos, buques de 300 a 400 toneladas, cuando menos, es imposible que aquella importante plaza comercial adquiera la prosperidad, ni llegue al grado de engrandecimiento a que por sus circunstancias especiales, por la actitud comercial y la infatigable laboriosidad de sus habitantes, está llamada.

Ciertamente que la construcción de un puerto de refugio en la ensenada de Algorta o en la de Santurce seria el complemento de las mejoras que el puerto de Bilbao necesita, para evitar los inconvenientes que ofrece su peligrosa barra con tiempos duros del primero y del cuarto cuadrante, pero como esto exige grandes dispendios, conviene que se piense por ahora en lo que puede llevarse a cabo sin grandes dificultades, sobre todo cuando la Iimpiéza de la ría y la rectificación de sus curvas habría necesidad de hacerlas aunque el proyectado puerto de refugio llegase a ser una verdad...”.

En la próxima entrada recordaremos hechos acaecidos en nuestro municipio, que pese a la lejanía, no dejan de parecer cercanos, son parte de nuestra historia, que quedaron reflejados en aquellos diarios para siempre.

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