Para
finalizar, de momento, con estas pequeñas historias, del Siglo XIX,
hoy traigo nuevos sucesos, que nos acompañan en nuestra larga
historia, de un Getxo que ha cambiado , pero que conserva aquellos
lugares, que nuestros antepasados crearon, dando nombre y belleza a
nuestro paso por la historia.
El
miércoles 10 Agosto 1864 aparecía una noticia en el periódico
madrileño “La España”, relacionada con una
especie marina que siempre nos acompaño, en nuestras playas y ría,
los “Tollinos”, bajo el epígrafe “Huéspedes
marítimos” decía así:
“...El
viernes por la mañana aparecieron en la playa de Algorta un número
considerable de tollinos (delfines), estos enormes pescados llegaron
a internarse tanto en la playa, que cuando bajó la marea no
encontraron bastante agua para moverse.
De
esta coyuntura se aprovecharon algunos pescadores que llegaron a
coger hasta 23 delfines. Sabido es que los delfines o tollinos, como
vulgarmente se llaman en todas las costas cantábricas, van
constantemente en persecución de la sardina y la abundancia de este
último pescado que ha habido en estos días, explica la presencia de
estos tollinos en aquellas playas...”.
Verdad
es que en los últimos tiempos, la compañía de esta bella especie,
no se ha dejado notar por nuestra ria, aunque algunos pescadores,
pueden disfrutar de su vista en aguas mas profundas.
Otra
noticia que llegaba vía Madrid desde el diario “La
Discusión” el Sábado 19 de Agosto 1865, en el uno de
aquellos asiduos veraneantes, de la preciosa playa de Algorta,
describía unos hechos relacionados con los inconscientes bañistas,
que provocaron la arriesgada intervención de los en aquellas fechas
“bañeros” profesionales, asi lo relataba Inocente
Benavente, quien desde la Playa de Algorta, enviaba una carta a los
diarios madrileños “La Discusión” y “El
Pueblo”:
“...Muy
señores míos: bajo una impresión dolorosa, tomo la pluma para
participarles una desgracia que tuvo lugar en esta, en la mañana de
ayer.
Testigo
presencial del acto, y con el afán de que se aprecie en su justo
valor la verdad del acontecimiento, se premie el heroísmo, y se
tomen las precauciones necesarias para que en lo sucesivo no se
tengan que lamentar desgracias de esta naturaleza, me apresuro a
ponerlo en conocimiento de ustedes.
La
playa de Algorta, la mas hermosísima y pintoresca, y quizá la menos
peligrosa de los mares del Norte, presentaba ayer un espectáculo
desgarrador. Gruesa, imponente y un tanto picada por el viento N. E.
lanzaba a la playa grandes y consecutivas olas que formaban una
corriente rápida y una resaca terrible.
Uno
de los marinos-bañeros llamado Simón Zubiaga, desde por la mañana
temprano, amonestaba a los bañistas a que no se separasen de las
casetas mas que unos Catorce a veinte metros, por la exposición que
había con la resaca y corriente unidas.
Menospreciando
tales consejos, y confiando en los conocimientos que poseía de
natación, uno de los bañistas se lanzó al furioso elemento,
desviándose un gran trecho de la playa. No desmintió su pericia;
nadaba de todas las maneras conocidas, pero envuelto por dos gruesas
olas y lanzado al centro de la corriente, esta le arrastró a
bastante distancia, pero sin sumergirle, viéndose perdido el nauta y
faltándole fuerzas para luchar, imploró socorro.
Sin
embargo, sin ser conscientes de que se lanzaban a una muerte cierta,
los que se atreviesen a salvarle, arrancando al alborotado mar la
presa que ya entre sus manos tenia, por tener que luchar contra la
corriente, vemos con asombro que un caballero se desnuda
precipitadamente y sin dar oídos á su esposa, que veía el
inminente peligro a que su abnegación le exponía, se tira al
revuelto mar en auxilio del desgraciado que aun sobrenadaba entre las
ondas turbulentas.
Seguidamente
hacen lo propio dos marinos-bañeros, él citado Simón Zubiaga y
Ramón Urresti, los que después de salvar infinidad de peligros
logran asir al desdichado bañista. !Ya era-cadáver! Pero faltaba lo
principal, lo preciso, la vuelta. Varios marinos que se encontraban
en la playa veían imposible el que volviesen aquellos tres héroes
al punto de partida, miraban como imposible su salvación.
Mas
he aquí que después de esfuerzos sobrehumanos llevados á cabo por
Zubiaga y Urresti, cargados con el cadáver, logrando vencer la
corriente, y ayudados después por los bañistas, depositaron en la
playa su fúnebre carga. Llamábase este infeliz D. José Esteban
Rivero, vecino de Madrid, soltero y de unos treinta años de edad.
Esperando
en la playa entre los bañistas de aquel cortejó fúnebre, hallábase
el profesor de medicina y cirugía Sr. D. Eduardo Sánchez y Rubio,
el que, con el exquisito celo y delicado tacto que le caracterizaba,
propinó al naufrago los auxilios, que su estado requería,
permaneciendo a su lado unas cinco o seis horas.
Viendo
imposible de todo punto la salvación de aquel infeliz, se dictaron
las medidas oportunas para el traslado de este a Algorta, lo que se
llevó a efecto en breve tiempo.
Abierta
en los primeros momentos una suscripción, entre los bañistas, para
premiar la acción heroica de los bañeros, recaudación que fué
realizada por mi amigo D. Julio Arellano y el que tiene el honor de
dirigirles esta Comunicación, vieron con gusto que su total ascendía
unos novecientos treinta reales de vellón, los que han sido
entregados a Zubiaga y Urresti.
Después
se ha acordó felicitar por su abnegación heroica al caballero que
se lanzó a la mar en auxilio del finado, llamado D. Joaquín
Cabañero, por medio de una carta, cuya redacción se encargó al
escritor público D. Nemesio Fernandez Cuesta, suscrita por la mayor
parte de sus compañeros bañistas...”
Se
hacían unas recomendaciones tendentes a la adquisición de unas
lanchas que mejorasen las condiciones del salvamento marítimo de los
bañeros durante la temporada veraniega. En estos y otros relatos se
podía desprender la valoración que de nuestras playas se hacían
desde otros puntos geográficos, a las que acudían, con gran
profusión, en la época estival.
Cambiando
las desgraciadas noticias de naufragios y ahogados, desde las paginas
de la revista gaditana “La Moda Elegante Ilustrada”,
a quien denominaban “El Periódico de las Familias”,
nos llegaba el 9 de Diciembre de 1866, unos poemas de Antonio de
Trueba, que en unas de sus estrofas de “Alboradas”
dedicaba a Algorta:
“...Arnáuri,
río Arnáuri
que
corres al manso Nerva
desde
Gorbea y Altube
saltando
de peña en peña;
rio
Arnáuri, rio Arnáuri,
párate
en la anciana Areta
y
besa los pies a Ochanda
la
de las doradas trenzas,
que
desde la blanca Algorta
hasta
Orduña la morena,
es
la doncella mas linda
y
mas pura y mas discreta...”.
En
otro orden de cosas la empresa de vapores de la Ria de Bilbao, en el
“ Diario
oficial de avisos de Madrid”
del 25 de Mayo de 1867, publicaba la siguiente nota:
“...A
los bañistas:
La
empresa de los vapores de ria en Bilbao, nombrados Bilbao y
Portugalete, llama la atención del público hacia el buen servicio
del pasaje que ha establecido entre estas dos villas, siguiendo el
curso de su pintoresca ria.
La
elegancia de estos nuevos vapores, su seguridad, rápida marcha y
amabilidad de sus capitanes, nada dejan de desear, así es que ha
venido a llenar el vacío que existía para la comodidad del público
todo, como ya se ha reconocido por las muchas personas que los
favorecen con sus viajes.
Reunido
a la baratura de su pasaje, que no puede ser mas económico, tienen
para las familias la comodidad de que pueden tomar a la hora que
gusten el baño en Portugalete, Santurce, Lamiaco y Algorta, y
trasladarse a esta villa si aquí tienen la residencia, habiéndoles
costado solo cuatro reales el pasaje, o de otra manera estar
relacionados con Bilbao si se trasladasen a cualquiera de los puntos
citados, pues para eso basta decir que los vapores hacen catorce
viajes diarios.
Portugalete,
de tan antiguo favorecido por la gente veraniega, ha mejorado las
condiciones de su playa, va a establecer botes para la seguridad de
los bañistas y se propone darles distracciones con corridas de
novillos, fuegos artificiales, bailes, cucañas, etcétera, etc.
Ademas
se ha establecido una nueva fonda que sirve comidas a la española y
francesa, con una elegante y bien surtida mesa y precios económicos.
Lamiaco,
por su parte, trata de dar comodidades al público con sus varías
fondas, que sirven comidas a todas horas, y se ha embelleciendo cada
día con las construcciones de pintorescas casas de campo que se
hacen en la vasta propiedad del Sr. Aguirre.
Santurce
y Algorta son otros dos puntos amenos de baños por sus pintorescas
posiciones y que hacen distraer al bañista con todos los medios que
están a su alcance,
Todo
esto, pues, hace de Bilbao y sus alrededores hoy el punto mas
agradable, a donde el viajero puede dirigirse en su excursión
veraniega, en la seguridad que todo le convida a distraerse.
La
empresa de vapores tiene combinadas dos salidas, mañana y tarde, con
los trenes de llegadas de viajeros, para los que inmediatamente
quieran trasladarse a cualquiera de los puntos citados...”.
Resulta
curioso como aquel anuncio se ponía en un diario madrileño, lo cual
nos da hoy una pequeña idea, de lo solicitadas que estaban las
instalaciones de ambas margenes (Casas de Baños), fondas y hoteles,
así como aquellas bellas playas.
Hasta
aquí un pequeño repaso de lo que la prensa de otros lares y alguna
local decía a cerca de nuestros pueblos, diarios en los que la vida
de Getxo, se hacia presente unas veces por noticias relacionadas con
la mar, y otras por hechos bien de urbanismo o de causas sociales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario