El
estado sanitario de los Getxotarras, era algo que preocupaba a los
miembros del Consistorio desde mediados hasta finales del Siglo XIX,
buena prueba de ello es la sistematización en los informes médicos,
que mensualmente se realizaba, probablemente para evitar epidemias,
que en aquellos años asolaban nuestros pueblos.
Por
ese motivo el 2 de Diciembre de 1854, en un escrito que titulaba
“Circular Confidencial”, Ramón Salaberria se
dirigía al Alcalde de Getxo, en aquel entonces Juan Ignacio de
Sarría del Partido Carlista Unitario, en el mismo hacia observar que
pese a que en las últimas 60 horas no se habían producido casos de
cólera, por lo que el que escribía ni la Junta Provincial de
Sanidad, consideraban necesario hacer ninguna declaración Oficial.
Aquel
responsable de sanidad decía “...la salud es buena según
los partes que recibo, el hombre no debe descansar, así como yo velo
por el País...”, parece que el hombre encomendaba a dios
la continuidad de aquella epidemia, en la casa de Misericordia de
Bilbao, parece que se había producido algún pequeño brote, por lo
que habían decido desperdigar a los internos para evitar su
propagación, al menor síntoma de diarrea los presuntos enfermos
eran enviados al Hospital.
El
Gobierno de la Provincia de Bizkaia advertía el 2 de Septiembre, de
la salida desde Santander, de lanchas con personas procedentes de
zonas infectadas hacia Getxo, por lo que pedía solicitar información
a los Alcaldes de Plentzia y Armintza, de si había llegado a sus
puertos alguna embarcación procedente de aquel lugar, en cuyo caso
se debería aislar a pasajeros y equipajes.
El
3 de Diciembre 1859 se dictaba un bando sobre medidas sanitarias para
evita la propagación de epidemias, Manuel de Azcorra Alcalde de
Getxo, dictaba lo siguiente:
“...Dentro
de 8 días a contar de hoy, se procederá por los vecinos a la
limpieza de zaguanes y depósitos de basura, manteniéndolos en buen
estado...”
“...se
prohíbe la limpieza de pescado y verduras en las fuentes públicas,
limpiándose la ropa en las corrientes donde no escasee el agua y
haya piedras destinadas a ello...”.
El
14 de Noviembre de 1885, por la noche, el Medico de Las Arenas,
acompañado del también miembro de la Inspección Sanitaria Jose
Maria Aispiri, por orden del Alcalde Andres Larrazabal, y con la
compañía del mismo, habían pasado revisión a las viviendas de
dicho barrio, hallando las mismas en un estado deplorable,
sanitariamente hablando, las cloacas de dicho barrio, estaban en las
mismas condiciones, incluso los pozos de agua potable, de los que
solo había dos, se hallaban a escasos metros de la fuente de
infección, y al ser su suelo un terreno arenoso, se producían
filtraciones, presentado los mismos sustancias nocivas para la salud.
El
informe sobre el estado sanitario del barrio no podía ser mas
demoledor, por lo que recomendaban se tomaran medidas, cuanto antes,
para corregir los errores y evitar la propagación de epidemias. El 6
de Noviembre el Gobierno de la Provincia emitía un escrito en el
cual decía “...para conciliar los intereses del Comercio y
de la Industria con los menos atendibles de la Salud Publica...”,
se habían establecido unas inspecciones rutinarias en diferente
puntos de la provincia (Las Arenas, Erandio, Burceña, Abando,
Galdames y Somorrostro).
Para
controlar las posibles epidemias se repartían unos estadillos, por
parte del Gobierno de la Provincia, de los que los alcaldes eran
responsables de que se cumplimentasen, y que semanalmente debían ser
remitidos a dicho Gobierno.
Entre
las enfermedades registradas en alguno de aquellos estadillos durante
Junio de 1867, las enfermedades mas comunes habían sido de Viruela y
Disentería; en el mes de Abril de 1879, aparecía una epidemia de
gripe, que había afectado a los niños; durante el mes de Mayo las
afecciones eran estomacales; en el mes de Octubre empezaban a
aparecer algunos casos de escarlatina.
El
1 de Julio de 1880 se rellenaba el resultado mensual de uno de
aquellos, el cual recogía los fallecimientos (la edad de los
fallecidos, las enfermedades infecciosas, enfermedades mas
frecuentes, si se habían producido muertes violentas o naturales),
los nacimientos si habían sido legítimos o naturales, y una
comparativa entre nacimientos y defunciones, se habían producido en
Getxo que contaba con 2634 habitantes un total de 57 defunciones y 99
nacimientos, de los fallecimientos 1 había sido por accidente y otro
por suicidio. No estaba nada claro que tenia que ver el hecho de la
forma de los nacimientos para la situación sanitaria.
Entre
los fallecidos en el mes de Septiembre de 1880, que se recogían en
aquellos estadillos, aparecían niños de diversas edades, niños de
0 a 1 año (1 fallecido), de 2 a 5 años (2 fallecidos),
de 6 a 10 años (1 fallecido); las causas de aquellas muertes
infecciosas respondían a Coqueluche (1), Disentería (1) y otras
causas sin determinar (2). Mientras que los nacimientos respondían a
1 varón y 3 hembras (ver foto inferior).
Eran
tiempos de contrastes, en un entorno casi idílico, el paisaje casi
no había sido alterado, los seres humanos estaban casi indefensos
contra enfermedades hoy consideradas casi erradicadas, o de fácil
tratamiento, sin embargo hay que destacar la gran importancia de las
enfermedades infecciosas que, afectando a todas las edades,
especialmente diezmaban a la infancia y juventud.
La
mortalidad infantil de finales
del XIX era alarmante, entre la enfermedades que atacaban a aquella
población aparecían la viruela, el sarampión y el tifus que
causaron numerosas muertes; pero el mayor azote lo constituyeron las
diarreas de la infancia y la tuberculosis en la juventud. Detrás de
ellas se encontraban las durísimas condiciones en que vivía la
población, que contaba con escasos ingresos, (el hacinamiento,
hambre, carencia de los más elementales servicios de higiene, agua
potable o saneamiento), eran responsables, que no únicos, de
aquellos fallecimientos.
Hasta
aquí una pequeña visión de la sanidad en nuestro pueblo en
aquellos años del final del Siglo XIX, que fue combatida por
nuestros médicos con la colaboración de los responsables
municipales y provinciales, a través de aquellos viejos métodos de
control de epidemias.
AUNQUE ESTÉ "FUERA DE LUGAR"...
ResponderEliminarLAS CASAS CON AZULEJO AZUL...
si no me falla la memoria, había AL MENOS CUATRO CASAS EN EL MUNICIPIO CON RÓTULO AZUL ANUNCIANDO "ALGORTA":
1) en la subida desde salsidu-los puentes-el instituto
2) en la zona de las uves (VV)-barrio la humedad, desde fadura hacia venancios
3) subiendo por sarrikobaso antes de llegar a la cadena-las barreras
4) tra subir desde ereaga por la cuesta de txomintxu, cerca de san ignacio-ayuntamiento
lo cual acota bastante la primigenia algorta urbana del siglo XX
sarriko basoa
la playa es EREAGA
ResponderEliminarMe encanta este blog!!!. ES realmente genial :D
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