Hasta mediados del siglo XVIII las comunicaciones entre las distintas poblaciones se realizaban mediante elementos de tracción animal, fundamentalmente caballos, mulos, etc.
El tranvía de “motor de sangre”, es decir el de esfuerzo proporcionado por las bestias de tiro o la propia fuerza humana, para el arrastre de sus vagones fue sustituyendo a los anteriores. Este medio de comunicación “Tranvía” cuyo nombre procede del de su inventor, el inglés Outram. El primer tranvía que se estableció en Bilbao de este genero se llamó “La Paloma”.
En 1875, por orden de la Dirección General de Obras Públicas, se dio autorización a Don Felipe Lezama para hacer el estudio de un tranvía de Bilbao a Algorta. En 1878 estaba preparado el Reglamento del servicio de viajeros del Tranvía de Bilbao, circulando en 1881 el primer tranvía de caballos.
La aplicación de la máquina de vapor, también, pronto arrinconó este primitivo sistema de tracción, que quedó relegado a pequeños ramales o a la realización de maniobras. Sin embargo, el desarrollo de los tranvías dio un nuevo impulso al motor de sangre, dada la difícil adaptación de las locomotoras de vapor a los entornos urbanos. Y así, aunque se intentó aplicar otros métodos como el aire comprimido, la tracción por cable o el propio vapor, el motor de sangre dominó en los tranvías de todo el mundo hasta que el desarrollo de la tracción eléctrica supuso su paulatina sustitución a partir de finales del siglo XIX.
Indudablemente, fueron el tranvía y después el ferrocarril los medios de transporte que tiñeron de modernidad la vida cotidiana de finales del XIX.
El tranvía se desplazaba por un tendido de vías con un determinado ancho a su vez paralelas a el cableado eléctrico, un “trole” se elevaba hasta tener contacto con los cables eléctricos realizando así la toma de corriente. Los tranvías contaban con una o dos unidades, los había totalmente cerrados y abiertos.
El tranvía de Bilbao a Las Arenas, se inauguró el 10 de noviembre de 1896. Este nuevo adelanto en las comunicaciones sirvió para dar un notable impulso al trafico de viajeros entre Bilbao y Getxo, sustituyendo poco a poco a otros medios que fueron decayendo.
Fue tal el éxito que cosecho la linea tranviaria que decidieron prolongarla hasta Algorta, así como extenderla a la margen izquierda de la ria (Portugalete-Santurtzi) en el año 1882 y en 1897 el de Las Arenas a Algorta.
La extensión de estas líneas era: de Bilbao a Las Arenas, 14 Km.; de Bilbao a Algorta, 17,5 Km. Para su explotación se constituyó, el 24 de noviembre de 1894, la Sociedad colectiva José Y. Amann y C.ª, que se transformó en la anónima Compañía Vizcaina de Electricidad el 1 de diciembre de 1896.
Los tranvías subsistieron hasta la introducción del trolebús, un autobús eléctrico que toma su corriente de dos cables eléctricos dispuestos de manera paralela y que están situados sobre la calzada, con un sistema similar al utilizado en los trenes eléctricos y en los tranvías. La corriente, normalmente de 600 voltios, se captura a través de dos barras metálicas montadas en el techo.
A partir de 1965, con la mejora de los motores diesel y el descenso del precio de los carburantes, los trolebuses comienzan a ser retirados y a ser substituidos por autobuses de gasóleo en la mayor parte de ciudades, siendo la primera en desaparecer la línea Bilbao-Algorta que mantuvo sus funcionamiento desde 1948 a 1965 .
No parece muy correcta la decha de ese primer tranvia pues segun blog “Ferrocarriles de España”: el 18 de agosto de 1872, se establece la línea de tracción de sangre entre Bilbao y Las Arenas, bordeando la margen derecha del Nervión.
ResponderEliminarhttp://www.spanishrailway.com/2012/05/14/tranvias-de-bilbao-tranvia-de-la-primera-etapa/