EL PERRO Y JABALI DE ZUGATZARTE

En el paseo de Zugatzarte, existe una escultura de granito negro, que recrea una escena de caza, con un jabalí y un perro alano mortalmente herido, su autor fue el arquitecto y escultor Eduardo Figueroa Alonso, que fue Premio Nacional de Escultura de la Escuela de Bellas Artes. Esta escultura fue donada por Julio Arteche al Ayuntamiento de Getxo, que la ubicó en el Paseo de Zugazarte.

Esta escultura estuvo en su día en la propiedad de Julio Arteche, “dicen que su origen estuvo en el cariño que dicho personaje tenia por su perro de caza, que como se representa en la obra de granito, fue muerto por un jabali, cuando se vendio la finca en la que se encontraba, para mentener la obra y la memoria de su fiel acompañante”se realizó la donación de la misma al Ayuntamiento de Getxo.

Julio Arteche nacido en Bilbao el 4 de agosto de 1878 y fallecido el 12 de julio de 1960 en Las Arenas, a los 82 años de edad, se relacionó con los puestos más influyentes de algunas de las principales entidades bancarias y otras empresas de diversos sectores, comenzó su carrera a los 24 años como miembro del consejo del Banco de Bilbao, en cuya fundación había participado su abuelo Juan Antonio Villabaso y Echevarría, el 31 de diciembre de 1903. Fue diputado electo por la Liga Monárquica de Bizkaia (Markina) en 1923.

Perteneció a otra de las épocas, en la que el dictador “Franco”, con la promulgación en 1947 de la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado, en 1948 se promulgó el decreto que restablecía la legislación nobiliaria de la restauración que había sido derogada por la Segunda Republica, y se arrogó el derecho de reconocer y conceder títulos nobiliarios, titulo de (Conde de Arteche) que le concedió, en una fecha tan señalada como de ingrato recuerdo, el 18 de Julio de 1950.

A comienzos de los años veinte, Julio de Arteche compaginó su cargo en el consejo del Banco de Bilbao con puestos en los consejos del Banco de Comercio, presidente de la Hispano Portuguesa de Transportes Eléctricos y otras empresas de distintos sectores como la Papelera Española, la Compañía Marítima del Nervión o la Compañía de los Ferrocarriles de Santander a Bilbao. Con mas de 70 años de edad, obtuvo su título de ingeniero, tras superar las últimas tres asignaturas que le quedaban pendientes. 

 

Es curioso el cariño de algunas personas sienten hacia hacia sus animales de compañía, en algunos casos, un afecto que no profesan hacia los humanos, aunque mas lo suele el de los propios animales que incluso acompañanan a sus dueños hasta la tumba. Asi se cuentan historias como la del perro “Canelo” que tras el ingreso de su propietario en una residencia, se quedó en la puerta y no hubo forma humana de moverlo de allí.